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Salvando las distancias, la batalla debió parecer algo así cuando se ametrallaba desde el suelo a los paracaidistas que caían de los aviones durante la Segunda Guerra Mundial.
Supongo que la Convención de Ginebra habrá prohibido matar iberos cuando están cruzando un río. Imagínate la escena, menuda desproporción.
Un saludo.
Por cierto, Karaunios, encontrarás más información aquí:
Lo mejor de todo es que nunca se llegó a esa conclusión, nos quedamos en el "me parecería lógico".
Por cierto Sucaro: ¿Te debo dinero? Cada vez que entras, aunque sea para hablar de los padrastos de Alfonso VI, haces alusión (despectiva, por supuesto) a alguna intervención personal.
Bueno, no recuerdo quién lo decía, pero, "no importa que te amen o te odien, lo importante es que te recuerden".
The picture that follows is not a bird call. It is rather a 'drill-flute' for the soldiers. It has a very sharp and hard sound. It is found back in a Roman bastion near Valkenburg.
Si relees las conclusiones del artículo, yo, más que nada, discuto su "uso militar", no su uso en el "campo de batalla". Por favor, no me acuséis de decir lo que no digo.
Dicho esto, había quién decía que no se habían encontrado evidencias en entornos militares. Yo imaginaba que sí, y aludí a los campamentos británicas o germanos, en este caso, Holandés. Y estoy seguro de que hay más evidencias, pero hace falta tiempo y esfuerzo, y yo no puedo dedicarlo ahora.
Por lo demás, Exegesis, en el Bernabeu se escucha el silbato con 90.000 energúmenos gritando.
Pero insisto, yo trataba de defender su "uso militar".
Por lo demás, y grabaros esta frase a fuego "seguramente alguien se ha encargado de ello en profundidad".
Tienes razón diviciaco, pero tendría que reformar todo el artículo. A ver si lo reescribo, o escribo una segunda parte. De momento, esperaré; seguro que aparece algo más.
Se me olvidaba, sobre la potencia de los silbatos de esta época ya he dicho algo recientemente (Hannon, 23/02/2006 a las 19:12). No es determinante, pero sí interesante.
Échale un vistazo a mi comentario del día 7/02/2006 a las 12:56:47, verás que vengo a señalar lo mismo que tú, es decir, que el centurión se dirige a una centuria, no a todo el ejército.
Por lo demás, permíteme corregirte, pero,si bien es cierto que el punto de arranque fue la serie Roma, yo estaba más interesado en indagar sobre su uso en entornos militares, y para funciones militares (sean las que fueren), porque demostrar su uso en el campo de batalla se me antoja imposible.
Estoy convencido de que quedan más ejemplos por encontrar. Pero debo decir, con cierta inquietud, que desconozco hasta qué punto la información citada es fiable. No quiero pecar de subjetivo.
Esta gente también mantiene un animado debate, aunque también infructuoso (todavía no han encontrado el silbato deValkenburg).
Gracias por el enlace.
Por cierto, tanto servidor, como otros contertulios, venimos denominando "silbato" al instrumento, cuando lo correcto es "pito". Al parecer, el silbato es el que hace uso de la vibración (como esos de plástico que todos hemos usado de pequeño, y que tenían una bolita dentro).
Sencillamente porque la imagen es determinante. Es decir, ya tengo apoyo material para defender el uso de pitos en el ejército romano. En definitiva, tendría que sustituir los "es posible", "es lógico", etc, etc.
Precisamente trataba de estimular a los druidas para que, entre todos, encontraramos evidencias. Ahora que ya las he encontrado, el artículo pierde parte de su sentido.
Muy bueno el discurso. Me ha quedado todo muy claro: Los países del América del Sur y, por qué no, América Central y del Norte (México), han evolucionado a lo largo de estos cinco siglos y ya nada tienen que ver con España. Sin embargo, en España seguimos anclados en el pasado, en el s. XVI ¿no? Seguimos siendo "el enemigo".
Lo que no termino de entender es por qué esos que se ponen a dar saltos de ira cuando se les menciona España (y no hablo de CIU), están llenando nuestras calles, nuestros parques, y, por ende, nuestras cárceles.
Supongo que la imagen es la misma que aparece en el enlace de Giorgio. Lo que yo me pregunto es si a vosotros no os parece que la "banda decorativa" es sencillamente un tahalí. Parece que con la mano izquierda sujeta el gladius y en la parte derecha, colgado del cingulum lleva el pugio. (Espero que ahora no se me eche encima el personal porque el personaje lleve la espada en el costado izquierdo...).
Sí; parece que se han columpiado, porque dicen que "Dalla cintura pende il gladio inguainato in un fodero decorato" y lo que "dalla cintura pende" es claramente un pugio.
Hombre Exegesis, qué comentario de más mál gusto: "la saca mucho mejor así"
En serio, a parte de lo que comentas, que tampoco creo que sea determinante, porque una representación es sencillamente eso: una representación. El asunto en cuestión es que parece que en el mencionado artículo no dan pie con bola.
Por cierto, el poder de la flota romana se basó, al menos en el s.III a. C. precisamente en que convertían el combate naval en un combate terrestre. Y ya que sale el tema, diré, pero en voz muy bajita, que hay quien discute la existencia del corvus, el ingenio que supuestamente dio la superioridad naval durante la I Guerra Púnica a los romanos...
Y ya de paso, incluyo otra discusión; todas las fuentes indican que los romanos no tenían flota con anterioridad a la I Guerra Púnica, sin embargo, existía la figura del prafectus classis...sobre esto hay diferentes opiniones.
Y ya me pongo pesado, pero, al hilo también de todo esto, y en relación con mi artículo sobre las tropas de Roma después de Cannae, supongo que las legiones navales estaban equipadas de igual forma.
Ps: Para algún escéptico asiduo a la página: Lazenby en Hannibal's Legacy II, dedica sendos apartados a las legiones navales del 216 y... ¡oh, no! a las LEGIONES URBANAS.
Que el tal Jesús este me recuerda a Escipión, Mario, Sertorio, Emilio y demás romanos de la época que acostumbraban a tener relación con deidades celestiales para justificar su comportamiento y, de paso, convencer a sus crédulos soldados de que su general estaba favorecido por los dioses. Éste es, por cierto, un tema sobre el que tengo intención de ahondar durante los próximos meses. No eran fantasmas ni nada los generales romanos...y no eran crédulos ni nada los campesinos romanos.
Espero que los católicos creyentes y practicantes me disculpen la comparación, que, por otra parte, creo viene muy al caso.
En mi humilde opinión, hay un problema de fondo que a mí, personalmente, me preocupa, y mucho; Al margen de que estemos ante ETA, IRA o cualquier otra organización o estado que use métodos violentos para luchar por sus ideas, ¿se demostrará finalmente, en contra de lo que siempre han tratado de inculcarnos, que la violencia es un metodo tan lícito y eficaz como cualquier otro?
Me temo que sí, y me temo también que sé lo que me vas a responder.
Pero, ¡por todos los dioses! dejad de meteros con Máximo Decimo Meridio. Hay que concederle la importancia que ha tenido para reinventar el género histórico y, como no me cansaré de decir, la batalla del comienzo justificó el precio de la entrada.
Amerginh: en Alejandro Magno no dicen que Gaugamela sea la primera batalla, aunque no se representa ni Issos, ni Gránico.
Exegesis: ¿Por qué dices que lo que lleva Colin Farrel es una falcata?
De todas formas, luego se hace un encomiable esfuerzo, como el de la serie Roma (una convinación de que la didáctica puede ser rentable), y la gente la pone a parir.
Se supone que la falcata tiene doble filo y el Kopis no, o eso tengo entendido.
Por cierto, he estado echando un vistazo a Connolly (Greece and Roma at War) y hay un Kopis bastante parecido al que se sale en la película expuesto en el museo de Atenas, del s. IV a. C. concretamente.
Por cierto, ¿en la tumba de Filipo II no apareció ningún arma aparte del peto y las grebas? No me acuerdo, y en las fotos que he visto no se veía ninguna.
Bueno, tenemos en la página a FQS que lleva años dedicado al armamento ibérico. A ver si por casualidad ve este artículo y nos aclara las dudas.
Suscribiría tu último comentario al 100 %, no ya porque esté de acuerdo (que lo estoy), sino que, cuando uno tiene buenos argumentos, suele convencer (aunque sea un sofista). Así, ocurre que, a veces, oigo hablar a la izquierda y pienso "qué razón tienen", y luego oigo a la derecha, y pienso "qué razón tienen" (aunque últimamente no mucho). Claro que en éste vaivén influyen varios factores:
1º Soy un ignorante político, y a veces mi ingenuidad me impide ver que los dirigentes políticos no responden a razonamientos individuales, sino a dogmas de partido.
2º No conozco ni el 10% de la verdad, y eso ya no es sólo por ignorancia, y por qué no decirlo, indiferencia, sino porque no me la quieren mostrar.
Dicho todo esto, iré al grano:
La frase de Garaikoetxea me parece totalmente irrefutable, pero a mí tampoco me gusta que me jodan en el curro, que me maltrate la administración y que el Estado no vele por los mis intereses. Sin embargo, no me pongo a meter tiros en la nuca de los empresarios (y que conste que muchos deberían estar en la cárcel, con empresas acusadas de brutal explotación en otros países).
¿Insinúas acaso, o lo hacen los abertzales, que el derecho a la autoderteminación está por encima al derecho al trabajo, la vivienda digna, etc, etc.?
Yo prefiero tener un trabajo que me permita vivir dignamente, aunque España se rompa en mil pedazos, y me importa bastante menos lo que decida Euskadi. Lo que sí me importa es que muera gente y, por ello, me interesa profundamente todo lo que ocurra a partir de ahora.
Y, aunque voy Madrileño de nacimiento, sigo haciéndome algunas preguntas sin respuesta. Para que veas que trato de ser objetivo –y ya lo he dicho anteriormente-, si el Estado dice basarse en las leyes, ¿por qué no se acercan los presos de Eta a Euskadi? No quiero decir que esté a favor de ello, pero ya lo decían los latinos dura lex, sed lex, y me consta que de derecho sabes un rato, Hartza.
Me temo que no has entendido mi mensaje (si es que te refieres al mío, claro).
La frase de Garaikoetxea es, me temo, más que cierta. Pero vamos más allá -y no me acuséis de demagogo-.
- Me han puesto una multa. Tengo posibilidad de recurrir por escrito y tengo la razón. El Ayto sabe que no me voy a atrever a llegar a la vía administrativa. Conclusión: se pasan mis recursos por el culo.
Reacción: les pongo una bomba en la puerta para que me escuchen.
- No me permiten acceder a una vivienda digna. Me permiten manifestarme, pero no me escuchan, y a argumentan que puedo manifestar mi opinión democráticamente (en las urnas, ja, ja, ja).
Reacción: les pongo una bomba en el Ministerio de Vivienda (y por todos los dioses, no me digas que no tendría motivos).
- Me pagan 900 euros por trabajar 40 horas de noche. Solución: cambiaté de trabajo. Realidad: son todos en las mismas condiciones.
Reacción: le pongo una bomba en los bajos del Mercedes al dueño de la empresa.
¿No tengo el mismo derecho a recurrir a la violencia? De hecho, ¿no se te pasa en ocasiones por la cabeza?
Pero, joder, llevarte a alguien por delante son palabras mayores. La verdad, no le voy a meter un tiro en la nuca a mi último explotador, pero ganas de volar la empresa no faltan, no.
¿Se me entiende ahora?
Insisto en mi pregunta: ¿Está por encima una reivindicación política del derecho a una vivienda digna o un trabajo digno?
Sólo añadiré algo, y creo que dejaré bastante clara mi postura al respecto de todo esto de los nacionalismos:
Si diciéndome que soy alemán, en lugar de madrileño, me van mejor las cosas "a pie de calle", pues soy alemán, ningún problema.
Al final, todos los objetivos acaban en el mismo pozo infecto de los intereses económicos. Y la masa imbécil se deja llevar por lo que dicen los de arriba. Y eso, pese a lo que dice Exegesis, jamás cambiará, salvo que reduzcamos la población peninsular a los 500.000 habitantes.
Vamos, que me veo a media España emigrando al País Vasco y Cataluña para gozar de mejores condiciones económicas. Si todo esto termina acabando con éxito, que se prepare el País Vasco para la avalancha, aunque un idioma particular suponga una buena medida de protección contra "los de fuera".
(c) –Del texto y de las notas- Eva Cantarella; Los suplicios capitales en Grecia y Roma. Orígenes y funciones de la pena de muerte en la antigüedad clásica, Madrid 1996 (Milán 1991), pp. 182-185.
“El uso de los clavos: la inscripción de Pozzuoli y el Santo Sudario. Henos aquí, tras este reconocimiento sumario del instrumento de suplicio (1), prestos a encarar el problema cuya solución, junto a los elementos de los que ya disponemos, permite responder finalmente a la cuestión de la que habíamos partido: ¿el suplicio en el árbol infelix era verdaderamente una crucifixión, como sostuvieron todos los que, de Mommsen en adelante, han seguido las indicaciones de Lipsius?
En este punto (puesto que el suplicio del árbol preveía que se atase al reo con una cuerda) surge necesariamente la consideración de la debatidísima cuestión de los clavos. ¿Estamos eguros de que la crucifixión romana preveía el uso de clavos?
En realidad las fuentes dejan pocas dudas al respecto.
En la Mostellaria de Plauto el esclavo Tranión promete un talento a quien consiga descender de la cruz, “pero con la condición que sus manos y sus pies están clavados dos veces” (2).
Por su parte Séneca equipara los deseos (cupiditates) a las “cruces a las que cada uno de nosotros se clava las manos” (3). Sabemos por Lucano que los clavos de las cruces se utilizaban para realizar sortilegios (4). Para terminar, los Evangelios atestiguan que Cristo fue clavado a la cruz (5). Pero curiosamente es precisamente a partir de la descripción de la muerte de Cristo que surgieron las dudas y debates añejos sobre la esencial y contestada necesidad del uso de clavos.
En efecto, en un pasaje de Tertuliano leemos que Cristo fue el único a quien se crucificó “tam insignifer”(6). Cuando lo leyó Mommsen pensó que la particularidad de la ejecución de Cristo consistía, precisamente, en el uso excepcional, o al menos no habitual de clavos. Desde este punto de vista, el suplicio del árbol (al que no se clavaba al reo sino que se le ataba con una cuerda) podía muy bien ser una forma primitiva de crucifixión. Pero ante el testimonio concordante de las fuentes, esta hipótesis nos deja extremadamente perplejos.
Al decir que Cristo fue el único en ser crucificado “tam insignifer”, Tertuliano, en primer lugar, no pensaba en los clavos (como queda claro a la luz de lo que hemos visto sobre las técnicas de construcción de la cruz), sino al uso de una cruz especialmente alta y visible o bien, para usar el término romano, de una cruz “sublime”, como lo fue, precisamente, la reservada a Cristo.
En segundo lugar –para probar de modo incontrovertible que se clavaba a los crucificados– a los testimonios ya examinados se añade otro, inequívoco, de una inscripción publicada en el año 1967 que contiene algunas reglas (las únicas reglas jurídicas sobre la materia de las que tenemos conocimiento) sobre posibles modos de crucificar a los esclavos delincuentes (7).
En las líneas 8-10 de la inscripción (que data de los primeros años del principado) leemos que si el patrono decidía encargarse de la ejecución privadamente tenía que dirigirse a un redemptor, cuya tarea consistía en proporcionar el material necesario para ejecutarla, es decir, las vigas, cadenas y cuerdas para los fustigadores (asseres vincula restes verberatoribus), y tenía que retribuir a los operarios que habían colaborado en la construcción de la cruz, los fustigadores y el verdugo con una suma fijada por la propia lex. Las cuerdas de las que habla la inscripción no servían para asegurar al condenado a la cruz, por lo tanto, sino para fustigarlo. Pues que se fijaba al condenado a la cruz con clavos queda asegurado por las líneas 11-14, que preveían la posibilidad de que el patrono, aunque se ocupase personalmente, pidiese que la ejecución tuviese lugar publice, es decir, bajo la supervisión de los magistrados municipales. En este caso, los instrumentos materiales de la ejecución, que tenían que suministrarse gratuitamente, se enumeran de este modo: cruces, clavos, brea y antorchas. Abramos un pequeño paréntesis para explicar para qué servían la brea y las antorchas. Según una hipótesis, para atormentar al condenado a la cruz con hierros candentes; según otra (sostenida por quien considera que la inscripción no se refiere sólo a la crucifixión, sino también a otros suplicios), para ejecutar a los delincuentes a los que se había decidido quemar vivos (8). Pero lo que queda claro es que a los crucificados, fuesen torturados o no con hierros candentes, se les clavaba. Llegamos de este modo a un último problema cuyo interés histórico sería en realidad inexistente y del que podríamos prescindir tranquilamente si la solución no aportase, inesperadamente, una confirmación a mayores de los testimonios hasta aquí examinados.
Abunda la iconografía de imágenes del Redentor con los clavos plantados en medio del metacarpo. El Santo Sudario (considerado durante siglos un documento histórico por los numerosos estudiosos de la crucifixión impulsados por exigencias más religiosas que históricas) parece indicar por el contrario que los clavos no se fijaban en la mano, sino en medio del carpo, es decir, en la línea de flexión de la muñeca. Así pues, demostrar que los clavos se plantaban en el carpo significaba valorizar la autenticidad de la reliquia. ¿Pero cómo demostrarlo? Aunque pueda parecer increíble, con una serie de experimentos inauditos y macabros sobre cadáveres, llevados a cabo por el doctor B. Barbet y expuestos en el libro La passione di N.S. Gesù Cristo secondo il Chirurgo(9. De algunos de estos experimentos (como, por ejemplo, los destinados a establecer qué ángulo adoptaban los brazos tensados por el peso del cuerpo, o cuál era el ángulo de flexión de las piernas y de las rodillas) podemos, afortunadamente, prescindir, así como podemos prescindir del debatido problema de la técnica del clavado de los pues al stipes: ¿un clavo para cada pie, como piensan algunos, o bien un solo clavo que atravesaba los dos pies cruzados, y más precisamente, el pie izquierdo posado de plano sobre el madero y el pie derecho deslizado bajo el izquierdo? (10).
Los únicos detalles anatómicos relativos a la técnica del suplicio y los únicos experimentos macabros en la materia que nos pueden interesar en alguna medida son los destinados a mostrar que los brazos se clavaban en el patibulum con dos clavos fijados no en el metacarpo sino en la línea de flexión de la muñeca, cosa que, en efecto, fue demostrada por Barbet. Las manos atravesadas por clavos, demostró, no sostenían el peso del cuerpo sino que se desgarraban haciendo que el cuerpo se cayese. Sin embargo, las muñecas sostenían el cuerpo perfectamente: el clavo fijado en el espacio de Destot se bloqueaba fácilmente por los huesos en torno a este espacio (capitado, uninado, semilunar, piramidal) además de por el ligamento anular anterior, y constituía un punto de apoyo muy sólido (11).
Se trata en verdad de experimentos difíciles de creer, los ejecutados sobre corpore vili (tal como se consideraba evidentemente el cadáver) y sufragados –según su autor- por la autoridad del Santo Sudario 12. Por no hablar, después, de las conclusiones extraídas del presupuesto de la indiscutible autoridad del Santo Sudario como documento histórico 13. Pero si se han recordado estos experimentos existe una razón. Más allá de la lógica y de los intentos que los han inspirado, algunos de ellos han llevado a resultados de algún modo utilizables históricamente. La anatomía confirma el testimonio por lo demás inequívoco de las fuentes. Si los clavos se plantaban en el carpo, la crucifixión con los clavos era posible. Ningún obstáculo técnico se interpone a la posibilidad de creer que se clavase a los condenados a la cruz.
Este punto se hace evidente porque Cicerón, para hacer creíble la acusación dirigida a Labieno de haber intentado hacer crucificar a un romano según los comentarios de la lex horrendi carminis (de acuerdo con la cual, como sabemos, el condenado debía ser atado a un árbol con una cuerda), se ve obligado a omitir la palabra reste (es decir, con la cuerda, precisamente): porque (14) en Roma se crucificaba con clavos”.
(1) Más informaciónes en J. Thoby, Le crucifix, cit.
(7) La inscripción fue publicada por L. Bove, Due nuove iscrizione di Pozzuoli e di Cuma, en Rendiconti Accademia Archeología Lettere Belle Arti Napoli, 41, 1967, 207 y sigs.
(8) Discusión del problema en P. De Martino, I supplicia nell’iscrizione di Pozzuoli, en Labeo21 (1975) 211 y sigs.; ahora en Diritto e società nell’antica Roma, Roma 1979, pág. 496 y sigs.
(9 Edición original francesa La passion de N.S. Jésus Christ selon le Chirurgien, Issoudun, Dillen et Cie. Editeurs, 1950, trad. italiana, Turin 1951. Del mismo autor véase también Le cinque piaghe di Cristo, Turín 1939.
(10) Para el uso de un clavo para cada pie véase J. Blinzer, Il processo di Cristo, cit., pág. 349. Para la hipótesis de la crucifixión con tres clavos véase por el contrario J. Thoby, Le crucifix, cit., pág. 5. Entre la amplia bibliografía sobre el tema véase J. J. Collins, The Crucifixion of Our Lord and Some Medical Data, en The Catholic Biblical Quarterly 12 (1950) 171 y sigs. Resumen del debate en J. Thoby, Le crucifix, cit. págs. 5-6.
(11) Cfr. también C. Nardi, Il processo di Gesù “Re dei Giudei”, Bari 1966, pág. 155 y sigs. (en especial pág. 158, n. 6).
(12) La tesis de Barbet ha sido criticada por P. Caligaris, La Crocifissione, en Paideia7 (1952) 218 y sigs., que vuelve a proponer la hipótesis del clavo en la palma, junto al cual se utilizarían cuerdas atadas a las muñecas del condenado para sujetar el cuerpo del condenado, así como el suppedaneum que sostenía los pies.
(13) Amplia bibliografía y ejemplos en J. Blinzer, Il processo di Gesù, cit., pág. 340. Como a uno más entre muchos, se envolvió a Cristo en el sudario mientras su corazón todavía latía. Sin embargo, observa Blinzer que, “en general, recurriendo al Santo Sudario de Turín se ha impedido, más que promovido, una clarificación del aspecto médico de la muerte de Jesús” (p. 342, n. 54).
(14) Así, W. H. Oldfather, Livy I, 26, cit., pág. 57.
Efectivamente Goldsworthy es británico. Como decía el error es imperdonable, pero insisto, aquí entraríamos en el debate que quién debería traducir las obras de Historia...
Gallo:
El segundo general que menciona Aníbal es, por supuesto, Pirro del Epiro.
Por lo demás, ¿cómo es eso de que Napoleón acabó con la falange oblicua? Pensé que en Queronea ya les habían pasado por encima.
La falange oblicua de Pelópidas y Epaminondas sólo era efectiva en la guerra hoplítica y su efectividad tenía una explicación muy, muy, muy lógica, que ahora, por supuesto, no voy a relatar ;-)
Y ahora repito lo que ya mencioné anteriormente. A ver si otros druídas se animan a hacer lo mismo, aunque no sean más que resúmenes. Creo que serviría para orientar a los demás y, de paso, separar el trigo de la paja cuando fueramos a dejarnos los cuartos en una librería.
Está claro que aquí todo el mundo, el que más o el que menos, lee libros. A ver si dejamos de hacer el perro y compartimos algo de esfuerzo con los demás, que de eso vive esta página. No hace falta ser Mommsen para hacer una recensión o incluso un breve resumen de un libro. Digo yo, vamos. Así que no se me amparen los de siempre en "es que hay gente que sabe más", "es que yo me expreso bien".
¡ SEÑORES/AS, EXIJO QUE COMIENZEN USTEDES A COLGAR RECENSIONES !
Mapas y diagramas............................................................................................................5
Prefacio..............................................................................................................................7
Introducción: Desde los comienzos: de caudillo y héroe a político y general................11
1. “El escudo y la espada de Roma”: Fabio y Marcelo...................................................31
2. Un Aníbal romano: Escipión Africano........................................................................49
3. El conquistador de Macedonia: Emilio Paulo.............................................................79
4. “Guerras de corto alcance”: Escipión Emiliano y la caída de Numancia.................111
5. “Una persona dedicada a la guerra”: Cayo Mario....................................................131
6. Un general en el exilio: Sertorio y la Guerra Civil...................................................159
7. Un Alejandro romano: Pompeyo el Grande.............................................................177
8. César en la Galia......................................................................................................211
9. César contra Pompeyo.............................................................................................249
10. Un “principe”imperial: Germánico al otro lado del Rin.......................................277
11. Un legado imperial: Corbulón y Armenia............................................................307
12. Un joven César: Tito y el asedio de Jerusalén......................................................339
13. El último gran conquistador: Trajano y las guerras dacias...................................369
14. Un César en campaña: Juliano en la Galia, 356-360 d. C....................................391
15. Uno de los últimos: Belisario y los persas............................................................419
16. Los años finales: el legado de los generales romanos...........................................439
Desgraciadamente, no comparto tu gusto por el Bajo Imperio. A mí me va más la República.
Por cierto, ya que te pones; ¿Has leído algo de Goldsworthy?, ¿Qué opinas de el panorama actual de publicaciones sobre Historia Militar Romana. Está saliendo cosas muy, muy, muy malas -no doy referencias-, pero también, por fin, se están decidiendo a traducir cosas muy interesantes...aunque se echa mucha bibliografía en falta. Algunos, como Signifer, están haciendo un esfuerzo considerable. Otros, como ...... deberían replantearse la situación.
Ciertamente estoy de acuerdo con el comentario sobre Las Guerras Púnicas de Goldsworthy. E insisto, su obra Cannae, sí me pareció bastante más interesante (aunque se ponga a hablar de todo menos de Cannae). Por lo menos en ella aborda algunos temas que sí debe abordar un historiador, como por ejemplo, si era Varrón el que tenía realmente el mando. Y creo recordar (podría comprobarlo) que también se cuestiona la presencia de Escipión en Cannae -aunque ahora mismo no podría asegurarlo, sin revisar la obra-.
Repito, no se puede hablar de Carthago Nova, sin citar, por ejemplo, a Martín Camino. El episodio de Numancia está siendo también revisado en los últimos años (se me vienen a la mente sendos artículos de Morales); por no hablar, como ya dije en su momento, de la ignorancia, no sé si voluntaria o involuntaria, de la obra de Michel Reddé al hablar de Alesia (por cierto, sacó una monografía hace no demasiado).
Recomiendo, por supuesto, la recensión de Perea Yébenes arriba citada.
Ahora Ariel está preparando una obra de Francisco Gracia Alonso, también sobre este período de la Península Ibérica. Ya lo he dicho en varias ocasiones; los investigadores españoles de temas militares son, en su gran mayoría, tremendamente competentes. El problema es que, o no tienen interés, o no encuentran el apoyo para publicar sus obras dirigiéndose a un público menos especializado. Parece, afortunadamente, que el panorama está cambiando, aunque se nos cuele con ello algún que otro bodrio... bueno, más que alguno que otro (y algunos los puedes encontrar en bibliotecas universitarias). Reconozco que, en mi caso, se trata ya de una manía que roza la enfermedad hacia un autor en particular...
Por cierto, profesora, le pensaba enviar un trabajo que tengo pendiente. Lo que pasa es que ya no puedo reformarlo y es posible -bueno, más que posible- que encuentra muchos errores... y ya no me puedo arrepentir.
Gracias, pero todo el mérito se lo debemos a Julio Rodríguez González, que es el que se molestó en escribir dos volúmenes sobre las legiones romanas, y recientemente ha sacado una obra titulada "Grandes Batallas de la Historia de Roma" o algo parecido, también en Signifer (aunque la de las legiones se publicó también en Almena)
Biblioteca: Batalla del Tagus, Aníbal.
Exegesis:
Hannon ya había leído tu artículo, y observa desde las sombras.
Reuve:
Aníbal volvía a Cartagena, por lo que se suele situar el lugar de la batalla en la zona de Aranjuez, pero vete tú a saber...
Biblioteca: Batalla del Tagus, Aníbal.
Exegesis:
Salvando las distancias, la batalla debió parecer algo así cuando se ametrallaba desde el suelo a los paracaidistas que caían de los aviones durante la Segunda Guerra Mundial.
Supongo que la Convención de Ginebra habrá prohibido matar iberos cuando están cruzando un río. Imagínate la escena, menuda desproporción.
Un saludo.
Por cierto, Karaunios, encontrarás más información aquí:
http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=5110&cadena=Batalla%20del%20Tajo
El caso es que recuerdo haber hablado por encima de esta batalla, pero no me acuerdo en qué foro, y ahora no lo encuentro.
Biblioteca: ¿por qué los Romanos trataron de eliminar a los druidas?
Por alusiones:
El anterior comentario de Sucaro (los silbatos me refiero), es un buenísimo ejemplo de demagogia y simplificación.
Tienes razón Sucaro, mi razonamiento se quedó anclado en los 5 años. Lo siento, no doy para más.
Biblioteca: ¿por qué los Romanos trataron de eliminar a los druidas?
Y no leas libros de Prehistoria, que la mayoría de las hipótesis son púramente teóricas, y te vas a hinchar a sacar ejemplos.
Biblioteca: ¿por qué los Romanos trataron de eliminar a los druidas?
Por cierto Zevlagh, incluí una nueva referencia bibliográfica en dicho artículo que, dicho sea, tampoco aporta nada a la cuestión.
Biblioteca: ¿por qué los Romanos trataron de eliminar a los druidas?
Lo mejor de todo es que nunca se llegó a esa conclusión, nos quedamos en el "me parecería lógico".
Por cierto Sucaro: ¿Te debo dinero? Cada vez que entras, aunque sea para hablar de los padrastos de Alfonso VI, haces alusión (despectiva, por supuesto) a alguna intervención personal.
Bueno, no recuerdo quién lo decía, pero, "no importa que te amen o te odien, lo importante es que te recuerden".
Salud.
Biblioteca: ¿por qué los Romanos trataron de eliminar a los druidas?
Joder, hemos salido como lagartijas de debajo de las piedras...
Biblioteca: ¿por qué los Romanos trataron de eliminar a los druidas?
Kaerkes:
Perdona que interrumpa el discurso del artículo, pero tengo otro silogismo:
Hecho: No han aparecido pedos romanos.
Pero: Sería logico que los romanos se tiraran pedos.
Conclusión: Los romanos se tiraban pedos.
Espero que me disculpes la broma, pero mi "infantiloide" razonamiento me lo pedía.
Biblioteca: Mérida: descubren un mosaico romano
Fantástica noticia.
Biblioteca: ...
Parece que los anglosajones también usan la lógica:
>Just Whistle
Biblioteca: ...
Vaya, vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí?
The picture that follows is not a bird call. It is rather a 'drill-flute' for the soldiers. It has a very sharp and hard sound. It is found back in a Roman bastion near Valkenburg.
(c)http://www.swentelomania.be/ancient/variae.html
Biblioteca: ...
Dios, ¡Qué agusto se queda uno!
Biblioteca: ...
Exegesis:
Si relees las conclusiones del artículo, yo, más que nada, discuto su "uso militar", no su uso en el "campo de batalla". Por favor, no me acuséis de decir lo que no digo.
Dicho esto, había quién decía que no se habían encontrado evidencias en entornos militares. Yo imaginaba que sí, y aludí a los campamentos británicas o germanos, en este caso, Holandés. Y estoy seguro de que hay más evidencias, pero hace falta tiempo y esfuerzo, y yo no puedo dedicarlo ahora.
Por lo demás, Exegesis, en el Bernabeu se escucha el silbato con 90.000 energúmenos gritando.
Pero insisto, yo trataba de defender su "uso militar".
Por lo demás, y grabaros esta frase a fuego "seguramente alguien se ha encargado de ello en profundidad".
Biblioteca: ...
Tienes razón diviciaco, pero tendría que reformar todo el artículo. A ver si lo reescribo, o escribo una segunda parte. De momento, esperaré; seguro que aparece algo más.
Biblioteca: ...
Dejadme saborear esta frase:
"Si te empeñas en que los haya, allá tú, pero no existen evidencias".
Ahhhhhh...
Biblioteca: ...
Bueno Exegesis, pues piensa en las cargas de balloneta de la I G.M. marcadas con silbatos, que eso si era la guerra.
Biblioteca: ...
Pero, de momento, no quiero insistir en su uso en el campo de batalla, sino en su uso en el ámbito militar ¡LEÑE!
Biblioteca: ...
EXEGESIS:
Hannon (a las 10:37 de hoy):
"Pero, de momento, no quiero insistir en su uso en el campo de batalla, sino en su uso en el ámbito militar ¡LEÑE!"
(Lo repetiré tantas veces como sea necesario).
Biblioteca: ...
Exegesis:
Se me olvidaba, sobre la potencia de los silbatos de esta época ya he dicho algo recientemente (Hannon, 23/02/2006 a las 19:12). No es determinante, pero sí interesante.
Un saludo.
Biblioteca: ...
Virio:
Échale un vistazo a mi comentario del día 7/02/2006 a las 12:56:47, verás que vengo a señalar lo mismo que tú, es decir, que el centurión se dirige a una centuria, no a todo el ejército.
Por lo demás, permíteme corregirte, pero,si bien es cierto que el punto de arranque fue la serie Roma, yo estaba más interesado en indagar sobre su uso en entornos militares, y para funciones militares (sean las que fueren), porque demostrar su uso en el campo de batalla se me antoja imposible.
Un saludote.
Biblioteca: ...
Gracias profesora:
Estoy convencido de que quedan más ejemplos por encontrar. Pero debo decir, con cierta inquietud, que desconozco hasta qué punto la información citada es fiable. No quiero pecar de subjetivo.
Biblioteca: ...
Esta gente también mantiene un animado debate, aunque también infructuoso (todavía no han encontrado el silbato deValkenburg).
Gracias por el enlace.
Por cierto, tanto servidor, como otros contertulios, venimos denominando "silbato" al instrumento, cuando lo correcto es "pito". Al parecer, el silbato es el que hace uso de la vibración (como esos de plástico que todos hemos usado de pequeño, y que tenían una bolita dentro).
Biblioteca: ...
Enya:
Sencillamente porque la imagen es determinante. Es decir, ya tengo apoyo material para defender el uso de pitos en el ejército romano. En definitiva, tendría que sustituir los "es posible", "es lógico", etc, etc.
Precisamente trataba de estimular a los druidas para que, entre todos, encontraramos evidencias. Ahora que ya las he encontrado, el artículo pierde parte de su sentido.
Biblioteca: «LATINOAMÉRICA»: Forma y fondo de un craso error
Muy bueno el discurso. Me ha quedado todo muy claro: Los países del América del Sur y, por qué no, América Central y del Norte (México), han evolucionado a lo largo de estos cinco siglos y ya nada tienen que ver con España. Sin embargo, en España seguimos anclados en el pasado, en el s. XVI ¿no? Seguimos siendo "el enemigo".
Lo que no termino de entender es por qué esos que se ponen a dar saltos de ira cuando se les menciona España (y no hablo de CIU), están llenando nuestras calles, nuestros parques, y, por ende, nuestras cárceles.
Por cierto, ¿qué hay del fondo del artículo?
Biblioteca: Los Celtíbros y la Guerra, III-I a. C. Fuentes Clásicas y Arqueología
Airucab:
No es un problema de tu pc. Al parecer, Bea ha borrado el texto del artículo, aunque desconozco los motivos.
Biblioteca: un militar de la flota romana
Alicia:
Supongo que la imagen es la misma que aparece en el enlace de Giorgio. Lo que yo me pregunto es si a vosotros no os parece que la "banda decorativa" es sencillamente un tahalí. Parece que con la mano izquierda sujeta el gladius y en la parte derecha, colgado del cingulum lleva el pugio. (Espero que ahora no se me eche encima el personal porque el personaje lleve la espada en el costado izquierdo...).
Biblioteca: un militar de la flota romana
Sí; parece que se han columpiado, porque dicen que "Dalla cintura pende il gladio inguainato in un fodero decorato" y lo que "dalla cintura pende" es claramente un pugio.
Biblioteca: un militar de la flota romana
Hombre Exegesis, qué comentario de más mál gusto: "la saca mucho mejor así"
En serio, a parte de lo que comentas, que tampoco creo que sea determinante, porque una representación es sencillamente eso: una representación. El asunto en cuestión es que parece que en el mencionado artículo no dan pie con bola.
Por cierto, el poder de la flota romana se basó, al menos en el s.III a. C. precisamente en que convertían el combate naval en un combate terrestre. Y ya que sale el tema, diré, pero en voz muy bajita, que hay quien discute la existencia del corvus, el ingenio que supuestamente dio la superioridad naval durante la I Guerra Púnica a los romanos...
Un saludo.
Biblioteca: un militar de la flota romana
Y ya de paso, incluyo otra discusión; todas las fuentes indican que los romanos no tenían flota con anterioridad a la I Guerra Púnica, sin embargo, existía la figura del prafectus classis...sobre esto hay diferentes opiniones.
Biblioteca: un militar de la flota romana
Y ya me pongo pesado, pero, al hilo también de todo esto, y en relación con mi artículo sobre las tropas de Roma después de Cannae, supongo que las legiones navales estaban equipadas de igual forma.
Ps: Para algún escéptico asiduo a la página: Lazenby en Hannibal's Legacy II, dedica sendos apartados a las legiones navales del 216 y... ¡oh, no! a las LEGIONES URBANAS.
Biblioteca: El evangelio según (¿san?) Judas
Resumiendo:
Que el tal Jesús este me recuerda a Escipión, Mario, Sertorio, Emilio y demás romanos de la época que acostumbraban a tener relación con deidades celestiales para justificar su comportamiento y, de paso, convencer a sus crédulos soldados de que su general estaba favorecido por los dioses. Éste es, por cierto, un tema sobre el que tengo intención de ahondar durante los próximos meses. No eran fantasmas ni nada los generales romanos...y no eran crédulos ni nada los campesinos romanos.
Espero que los católicos creyentes y practicantes me disculpen la comparación, que, por otra parte, creo viene muy al caso.
Biblioteca: ETA declara una tregua permanente
Exegesis:
En mi humilde opinión, hay un problema de fondo que a mí, personalmente, me preocupa, y mucho; Al margen de que estemos ante ETA, IRA o cualquier otra organización o estado que use métodos violentos para luchar por sus ideas, ¿se demostrará finalmente, en contra de lo que siempre han tratado de inculcarnos, que la violencia es un metodo tan lícito y eficaz como cualquier otro?
Me temo que sí, y me temo también que sé lo que me vas a responder.
Biblioteca: COMBATE, real y de cine.
Troya es para echarla de comer aparte.
Pero, ¡por todos los dioses! dejad de meteros con Máximo Decimo Meridio. Hay que concederle la importancia que ha tenido para reinventar el género histórico y, como no me cansaré de decir, la batalla del comienzo justificó el precio de la entrada.
Amerginh: en Alejandro Magno no dicen que Gaugamela sea la primera batalla, aunque no se representa ni Issos, ni Gránico.
Exegesis: ¿Por qué dices que lo que lleva Colin Farrel es una falcata?
De todas formas, luego se hace un encomiable esfuerzo, como el de la serie Roma (una convinación de que la didáctica puede ser rentable), y la gente la pone a parir.
Venga, "A mi señal, ira y fuego".
Biblioteca: COMBATE, real y de cine.
Quería decir, "un ejemplo de que la didáctica puede ser rentable"
Biblioteca: COMBATE, real y de cine.
Se supone que la falcata tiene doble filo y el Kopis no, o eso tengo entendido.
Por cierto, he estado echando un vistazo a Connolly (Greece and Roma at War) y hay un Kopis bastante parecido al que se sale en la película expuesto en el museo de Atenas, del s. IV a. C. concretamente.
Por cierto, ¿en la tumba de Filipo II no apareció ningún arma aparte del peto y las grebas? No me acuerdo, y en las fotos que he visto no se veía ninguna.
Bueno, tenemos en la página a FQS que lleva años dedicado al armamento ibérico. A ver si por casualidad ve este artículo y nos aclara las dudas.
Biblioteca: COMBATE, real y de cine.
Medraina:
Si Ridley Scott no hubiera rodado "La teniente O'neil", sería un semi-dios.
Biblioteca: COMBATE, real y de cine.
Bueno, a eso me refería.
Biblioteca: ETA declara una tregua permanente
Hartza:
Suscribiría tu último comentario al 100 %, no ya porque esté de acuerdo (que lo estoy), sino que, cuando uno tiene buenos argumentos, suele convencer (aunque sea un sofista). Así, ocurre que, a veces, oigo hablar a la izquierda y pienso "qué razón tienen", y luego oigo a la derecha, y pienso "qué razón tienen" (aunque últimamente no mucho). Claro que en éste vaivén influyen varios factores:
1º Soy un ignorante político, y a veces mi ingenuidad me impide ver que los dirigentes políticos no responden a razonamientos individuales, sino a dogmas de partido.
2º No conozco ni el 10% de la verdad, y eso ya no es sólo por ignorancia, y por qué no decirlo, indiferencia, sino porque no me la quieren mostrar.
Dicho todo esto, iré al grano:
La frase de Garaikoetxea me parece totalmente irrefutable, pero a mí tampoco me gusta que me jodan en el curro, que me maltrate la administración y que el Estado no vele por los mis intereses. Sin embargo, no me pongo a meter tiros en la nuca de los empresarios (y que conste que muchos deberían estar en la cárcel, con empresas acusadas de brutal explotación en otros países).
¿Insinúas acaso, o lo hacen los abertzales, que el derecho a la autoderteminación está por encima al derecho al trabajo, la vivienda digna, etc, etc.?
Yo prefiero tener un trabajo que me permita vivir dignamente, aunque España se rompa en mil pedazos, y me importa bastante menos lo que decida Euskadi. Lo que sí me importa es que muera gente y, por ello, me interesa profundamente todo lo que ocurra a partir de ahora.
Y, aunque voy Madrileño de nacimiento, sigo haciéndome algunas preguntas sin respuesta. Para que veas que trato de ser objetivo –y ya lo he dicho anteriormente-, si el Estado dice basarse en las leyes, ¿por qué no se acercan los presos de Eta a Euskadi? No quiero decir que esté a favor de ello, pero ya lo decían los latinos dura lex, sed lex, y me consta que de derecho sabes un rato, Hartza.
Biblioteca: ETA declara una tregua permanente
Cierzo:
Me temo que no has entendido mi mensaje (si es que te refieres al mío, claro).
La frase de Garaikoetxea es, me temo, más que cierta. Pero vamos más allá -y no me acuséis de demagogo-.
- Me han puesto una multa. Tengo posibilidad de recurrir por escrito y tengo la razón. El Ayto sabe que no me voy a atrever a llegar a la vía administrativa. Conclusión: se pasan mis recursos por el culo.
Reacción: les pongo una bomba en la puerta para que me escuchen.
- No me permiten acceder a una vivienda digna. Me permiten manifestarme, pero no me escuchan, y a argumentan que puedo manifestar mi opinión democráticamente (en las urnas, ja, ja, ja).
Reacción: les pongo una bomba en el Ministerio de Vivienda (y por todos los dioses, no me digas que no tendría motivos).
- Me pagan 900 euros por trabajar 40 horas de noche. Solución: cambiaté de trabajo. Realidad: son todos en las mismas condiciones.
Reacción: le pongo una bomba en los bajos del Mercedes al dueño de la empresa.
¿No tengo el mismo derecho a recurrir a la violencia? De hecho, ¿no se te pasa en ocasiones por la cabeza?
Pero, joder, llevarte a alguien por delante son palabras mayores. La verdad, no le voy a meter un tiro en la nuca a mi último explotador, pero ganas de volar la empresa no faltan, no.
¿Se me entiende ahora?
Insisto en mi pregunta: ¿Está por encima una reivindicación política del derecho a una vivienda digna o un trabajo digno?
Biblioteca: ETA declara una tregua permanente
Sólo añadiré algo, y creo que dejaré bastante clara mi postura al respecto de todo esto de los nacionalismos:
Si diciéndome que soy alemán, en lugar de madrileño, me van mejor las cosas "a pie de calle", pues soy alemán, ningún problema.
Al final, todos los objetivos acaban en el mismo pozo infecto de los intereses económicos. Y la masa imbécil se deja llevar por lo que dicen los de arriba. Y eso, pese a lo que dice Exegesis, jamás cambiará, salvo que reduzcamos la población peninsular a los 500.000 habitantes.
Vamos, que me veo a media España emigrando al País Vasco y Cataluña para gozar de mejores condiciones económicas. Si todo esto termina acabando con éxito, que se prepare el País Vasco para la avalancha, aunque un idioma particular suponga una buena medida de protección contra "los de fuera".
Lo dicho, podéis llamarme Friedich.
Biblioteca: TEXTOS HISTÓRICOS SOBRE JESÚS DE NAZARETH
Sobre el uso de clavos en la crucifixión:
(c) –Del texto y de las notas- Eva Cantarella; Los suplicios capitales en Grecia y Roma. Orígenes y funciones de la pena de muerte en la antigüedad clásica, Madrid 1996 (Milán 1991), pp. 182-185.
“El uso de los clavos: la inscripción de Pozzuoli y el Santo Sudario. Henos aquí, tras este reconocimiento sumario del instrumento de suplicio (1), prestos a encarar el problema cuya solución, junto a los elementos de los que ya disponemos, permite responder finalmente a la cuestión de la que habíamos partido: ¿el suplicio en el árbol infelix era verdaderamente una crucifixión, como sostuvieron todos los que, de Mommsen en adelante, han seguido las indicaciones de Lipsius?
En este punto (puesto que el suplicio del árbol preveía que se atase al reo con una cuerda) surge necesariamente la consideración de la debatidísima cuestión de los clavos. ¿Estamos eguros de que la crucifixión romana preveía el uso de clavos?
En realidad las fuentes dejan pocas dudas al respecto.
En la Mostellaria de Plauto el esclavo Tranión promete un talento a quien consiga descender de la cruz, “pero con la condición que sus manos y sus pies están clavados dos veces” (2).
Por su parte Séneca equipara los deseos (cupiditates) a las “cruces a las que cada uno de nosotros se clava las manos” (3). Sabemos por Lucano que los clavos de las cruces se utilizaban para realizar sortilegios (4). Para terminar, los Evangelios atestiguan que Cristo fue clavado a la cruz (5). Pero curiosamente es precisamente a partir de la descripción de la muerte de Cristo que surgieron las dudas y debates añejos sobre la esencial y contestada necesidad del uso de clavos.
En efecto, en un pasaje de Tertuliano leemos que Cristo fue el único a quien se crucificó “tam insignifer” (6). Cuando lo leyó Mommsen pensó que la particularidad de la ejecución de Cristo consistía, precisamente, en el uso excepcional, o al menos no habitual de clavos. Desde este punto de vista, el suplicio del árbol (al que no se clavaba al reo sino que se le ataba con una cuerda) podía muy bien ser una forma primitiva de crucifixión. Pero ante el testimonio concordante de las fuentes, esta hipótesis nos deja extremadamente perplejos.
Al decir que Cristo fue el único en ser crucificado “tam insignifer”, Tertuliano, en primer lugar, no pensaba en los clavos (como queda claro a la luz de lo que hemos visto sobre las técnicas de construcción de la cruz), sino al uso de una cruz especialmente alta y visible o bien, para usar el término romano, de una cruz “sublime”, como lo fue, precisamente, la reservada a Cristo.
En segundo lugar –para probar de modo incontrovertible que se clavaba a los crucificados– a los testimonios ya examinados se añade otro, inequívoco, de una inscripción publicada en el año 1967 que contiene algunas reglas (las únicas reglas jurídicas sobre la materia de las que tenemos conocimiento) sobre posibles modos de crucificar a los esclavos delincuentes (7).
En las líneas 8-10 de la inscripción (que data de los primeros años del principado) leemos que si el patrono decidía encargarse de la ejecución privadamente tenía que dirigirse a un redemptor, cuya tarea consistía en proporcionar el material necesario para ejecutarla, es decir, las vigas, cadenas y cuerdas para los fustigadores (asseres vincula restes verberatoribus), y tenía que retribuir a los operarios que habían colaborado en la construcción de la cruz, los fustigadores y el verdugo con una suma fijada por la propia lex. Las cuerdas de las que habla la inscripción no servían para asegurar al condenado a la cruz, por lo tanto, sino para fustigarlo. Pues que se fijaba al condenado a la cruz con clavos queda asegurado por las líneas 11-14, que preveían la posibilidad de que el patrono, aunque se ocupase personalmente, pidiese que la ejecución tuviese lugar publice, es decir, bajo la supervisión de los magistrados municipales. En este caso, los instrumentos materiales de la ejecución, que tenían que suministrarse gratuitamente, se enumeran de este modo: cruces, clavos, brea y antorchas. Abramos un pequeño paréntesis para explicar para qué servían la brea y las antorchas. Según una hipótesis, para atormentar al condenado a la cruz con hierros candentes; según otra (sostenida por quien considera que la inscripción no se refiere sólo a la crucifixión, sino también a otros suplicios), para ejecutar a los delincuentes a los que se había decidido quemar vivos (8). Pero lo que queda claro es que a los crucificados, fuesen torturados o no con hierros candentes, se les clavaba. Llegamos de este modo a un último problema cuyo interés histórico sería en realidad inexistente y del que podríamos prescindir tranquilamente si la solución no aportase, inesperadamente, una confirmación a mayores de los testimonios hasta aquí examinados.
Abunda la iconografía de imágenes del Redentor con los clavos plantados en medio del metacarpo. El Santo Sudario (considerado durante siglos un documento histórico por los numerosos estudiosos de la crucifixión impulsados por exigencias más religiosas que históricas) parece indicar por el contrario que los clavos no se fijaban en la mano, sino en medio del carpo, es decir, en la línea de flexión de la muñeca. Así pues, demostrar que los clavos se plantaban en el carpo significaba valorizar la autenticidad de la reliquia. ¿Pero cómo demostrarlo? Aunque pueda parecer increíble, con una serie de experimentos inauditos y macabros sobre cadáveres, llevados a cabo por el doctor B. Barbet y expuestos en el libro La passione di N.S. Gesù Cristo secondo il Chirurgo (9. De algunos de estos experimentos (como, por ejemplo, los destinados a establecer qué ángulo adoptaban los brazos tensados por el peso del cuerpo, o cuál era el ángulo de flexión de las piernas y de las rodillas) podemos, afortunadamente, prescindir, así como podemos prescindir del debatido problema de la técnica del clavado de los pues al stipes: ¿un clavo para cada pie, como piensan algunos, o bien un solo clavo que atravesaba los dos pies cruzados, y más precisamente, el pie izquierdo posado de plano sobre el madero y el pie derecho deslizado bajo el izquierdo? (10).
Los únicos detalles anatómicos relativos a la técnica del suplicio y los únicos experimentos macabros en la materia que nos pueden interesar en alguna medida son los destinados a mostrar que los brazos se clavaban en el patibulum con dos clavos fijados no en el metacarpo sino en la línea de flexión de la muñeca, cosa que, en efecto, fue demostrada por Barbet. Las manos atravesadas por clavos, demostró, no sostenían el peso del cuerpo sino que se desgarraban haciendo que el cuerpo se cayese. Sin embargo, las muñecas sostenían el cuerpo perfectamente: el clavo fijado en el espacio de Destot se bloqueaba fácilmente por los huesos en torno a este espacio (capitado, uninado, semilunar, piramidal) además de por el ligamento anular anterior, y constituía un punto de apoyo muy sólido (11).
Se trata en verdad de experimentos difíciles de creer, los ejecutados sobre corpore vili (tal como se consideraba evidentemente el cadáver) y sufragados –según su autor- por la autoridad del Santo Sudario 12. Por no hablar, después, de las conclusiones extraídas del presupuesto de la indiscutible autoridad del Santo Sudario como documento histórico 13. Pero si se han recordado estos experimentos existe una razón. Más allá de la lógica y de los intentos que los han inspirado, algunos de ellos han llevado a resultados de algún modo utilizables históricamente. La anatomía confirma el testimonio por lo demás inequívoco de las fuentes. Si los clavos se plantaban en el carpo, la crucifixión con los clavos era posible. Ningún obstáculo técnico se interpone a la posibilidad de creer que se clavase a los condenados a la cruz.
Este punto se hace evidente porque Cicerón, para hacer creíble la acusación dirigida a Labieno de haber intentado hacer crucificar a un romano según los comentarios de la lex horrendi carminis (de acuerdo con la cual, como sabemos, el condenado debía ser atado a un árbol con una cuerda), se ve obligado a omitir la palabra reste (es decir, con la cuerda, precisamente): porque (14) en Roma se crucificaba con clavos”.
(1) Más informaciónes en J. Thoby, Le crucifix, cit.
(2) Plauto, Mostell., 359-360.
(3) Séneca, Dial.,7, 19, 3.
(4) Lucano, 6, 543.
(5) Lucas, 23, 26-33; Juan, 19, 17-20; Marcos, 15, 21-27; Mateo, 27, 32-44.
(6) Tertuliano, adv. Marcionem, 3, 19.
(7) La inscripción fue publicada por L. Bove, Due nuove iscrizione di Pozzuoli e di Cuma, en Rendiconti Accademia Archeología Lettere Belle Arti Napoli, 41, 1967, 207 y sigs.
(8) Discusión del problema en P. De Martino, I supplicia nell’iscrizione di Pozzuoli, en Labeo21 (1975) 211 y sigs.; ahora en Diritto e società nell’antica Roma, Roma 1979, pág. 496 y sigs.
(9 Edición original francesa La passion de N.S. Jésus Christ selon le Chirurgien, Issoudun, Dillen et Cie. Editeurs, 1950, trad. italiana, Turin 1951. Del mismo autor véase también Le cinque piaghe di Cristo, Turín 1939.
(10) Para el uso de un clavo para cada pie véase J. Blinzer, Il processo di Cristo, cit., pág. 349. Para la hipótesis de la crucifixión con tres clavos véase por el contrario J. Thoby, Le crucifix, cit., pág. 5. Entre la amplia bibliografía sobre el tema véase J. J. Collins, The Crucifixion of Our Lord and Some Medical Data, en The Catholic Biblical Quarterly 12 (1950) 171 y sigs. Resumen del debate en J. Thoby, Le crucifix, cit. págs. 5-6.
(11) Cfr. también C. Nardi, Il processo di Gesù “Re dei Giudei”, Bari 1966, pág. 155 y sigs. (en especial pág. 158, n. 6).
(12) La tesis de Barbet ha sido criticada por P. Caligaris, La Crocifissione, en Paideia7 (1952) 218 y sigs., que vuelve a proponer la hipótesis del clavo en la palma, junto al cual se utilizarían cuerdas atadas a las muñecas del condenado para sujetar el cuerpo del condenado, así como el suppedaneum que sostenía los pies.
(13) Amplia bibliografía y ejemplos en J. Blinzer, Il processo di Gesù, cit., pág. 340. Como a uno más entre muchos, se envolvió a Cristo en el sudario mientras su corazón todavía latía. Sin embargo, observa Blinzer que, “en general, recurriendo al Santo Sudario de Turín se ha impedido, más que promovido, una clarificación del aspecto médico de la muerte de Jesús” (p. 342, n. 54).
(14) Así, W. H. Oldfather, Livy I, 26, cit., pág. 57.
Biblioteca: TEXTOS HISTÓRICOS SOBRE JESÚS DE NAZARETH
Se me olvidaba...
AMEN
Biblioteca: ...
Kullervo:
Efectivamente Goldsworthy es británico. Como decía el error es imperdonable, pero insisto, aquí entraríamos en el debate que quién debería traducir las obras de Historia...
Gallo:
El segundo general que menciona Aníbal es, por supuesto, Pirro del Epiro.
Por lo demás, ¿cómo es eso de que Napoleón acabó con la falange oblicua? Pensé que en Queronea ya les habían pasado por encima.
La falange oblicua de Pelópidas y Epaminondas sólo era efectiva en la guerra hoplítica y su efectividad tenía una explicación muy, muy, muy lógica, que ahora, por supuesto, no voy a relatar ;-)
Biblioteca: ...
Bueno Exegesis, algún dedo cortaría, digo yo...
Biblioteca: ...
Gracias Sdan:
Y ahora repito lo que ya mencioné anteriormente. A ver si otros druídas se animan a hacer lo mismo, aunque no sean más que resúmenes. Creo que serviría para orientar a los demás y, de paso, separar el trigo de la paja cuando fueramos a dejarnos los cuartos en una librería.
Está claro que aquí todo el mundo, el que más o el que menos, lee libros. A ver si dejamos de hacer el perro y compartimos algo de esfuerzo con los demás, que de eso vive esta página. No hace falta ser Mommsen para hacer una recensión o incluso un breve resumen de un libro. Digo yo, vamos. Así que no se me amparen los de siempre en "es que hay gente que sabe más", "es que yo me expreso bien".
¡ SEÑORES/AS, EXIJO QUE COMIENZEN USTEDES A COLGAR RECENSIONES !
Biblioteca: ...
Flavio: Thanks
F:
Mapas y diagramas............................................................................................................5
Prefacio..............................................................................................................................7
Introducción: Desde los comienzos: de caudillo y héroe a político y general................11
1. “El escudo y la espada de Roma”: Fabio y Marcelo...................................................31
2. Un Aníbal romano: Escipión Africano........................................................................49
3. El conquistador de Macedonia: Emilio Paulo.............................................................79
4. “Guerras de corto alcance”: Escipión Emiliano y la caída de Numancia.................111
5. “Una persona dedicada a la guerra”: Cayo Mario....................................................131
6. Un general en el exilio: Sertorio y la Guerra Civil...................................................159
7. Un Alejandro romano: Pompeyo el Grande.............................................................177
8. César en la Galia......................................................................................................211
9. César contra Pompeyo.............................................................................................249
10. Un “principe”imperial: Germánico al otro lado del Rin.......................................277
11. Un legado imperial: Corbulón y Armenia............................................................307
12. Un joven César: Tito y el asedio de Jerusalén......................................................339
13. El último gran conquistador: Trajano y las guerras dacias...................................369
14. Un César en campaña: Juliano en la Galia, 356-360 d. C....................................391
15. Uno de los últimos: Belisario y los persas............................................................419
16. Los años finales: el legado de los generales romanos...........................................439
Cronología..................................................................................................................451
Glosario......................................................................................................................547
Biblioteca: ...
Desgraciadamente, no comparto tu gusto por el Bajo Imperio. A mí me va más la República.
Por cierto, ya que te pones; ¿Has leído algo de Goldsworthy?, ¿Qué opinas de el panorama actual de publicaciones sobre Historia Militar Romana. Está saliendo cosas muy, muy, muy malas -no doy referencias-, pero también, por fin, se están decidiendo a traducir cosas muy interesantes...aunque se echa mucha bibliografía en falta. Algunos, como Signifer, están haciendo un esfuerzo considerable. Otros, como ...... deberían replantearse la situación.
Saludos para tí también.
Biblioteca: ...
Alicia:
Ciertamente estoy de acuerdo con el comentario sobre Las Guerras Púnicas de Goldsworthy. E insisto, su obra Cannae, sí me pareció bastante más interesante (aunque se ponga a hablar de todo menos de Cannae). Por lo menos en ella aborda algunos temas que sí debe abordar un historiador, como por ejemplo, si era Varrón el que tenía realmente el mando. Y creo recordar (podría comprobarlo) que también se cuestiona la presencia de Escipión en Cannae -aunque ahora mismo no podría asegurarlo, sin revisar la obra-.
Repito, no se puede hablar de Carthago Nova, sin citar, por ejemplo, a Martín Camino. El episodio de Numancia está siendo también revisado en los últimos años (se me vienen a la mente sendos artículos de Morales); por no hablar, como ya dije en su momento, de la ignorancia, no sé si voluntaria o involuntaria, de la obra de Michel Reddé al hablar de Alesia (por cierto, sacó una monografía hace no demasiado).
Recomiendo, por supuesto, la recensión de Perea Yébenes arriba citada.
Ahora Ariel está preparando una obra de Francisco Gracia Alonso, también sobre este período de la Península Ibérica. Ya lo he dicho en varias ocasiones; los investigadores españoles de temas militares son, en su gran mayoría, tremendamente competentes. El problema es que, o no tienen interés, o no encuentran el apoyo para publicar sus obras dirigiéndose a un público menos especializado. Parece, afortunadamente, que el panorama está cambiando, aunque se nos cuele con ello algún que otro bodrio... bueno, más que alguno que otro (y algunos los puedes encontrar en bibliotecas universitarias). Reconozco que, en mi caso, se trata ya de una manía que roza la enfermedad hacia un autor en particular...
Por cierto, profesora, le pensaba enviar un trabajo que tengo pendiente. Lo que pasa es que ya no puedo reformarlo y es posible -bueno, más que posible- que encuentra muchos errores... y ya no me puedo arrepentir.
Biblioteca: ...
Bueno, el problema es que no me permitan tener siguiente...
De todas formas, voy a buscar su dirección (la de la UAM) y se lo envío hoy mismo.
Biblioteca: ...
Hirtuleyo:
Gracias, pero todo el mérito se lo debemos a Julio Rodríguez González, que es el que se molestó en escribir dos volúmenes sobre las legiones romanas, y recientemente ha sacado una obra titulada "Grandes Batallas de la Historia de Roma" o algo parecido, también en Signifer (aunque la de las legiones se publicó también en Almena)
Un saludo.
Hay 419 comentarios.
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