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Sobre los ultimos posts: ¿conoceis un libro delicioso de Carl Sagan? "El Mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad". Planeta, 1997. 25 capítulos de atractiva lectura sobre ciencia, pseudociencia, etc. Merece la pena.
Bueno, pues he vuelto a ver por segunda vez la película, y me ha gustado bastante mñas que la primera vez, quizá porque ya no iba pensando en la pentalogía de Pérez Reverte y sí mas en la película. La primera parte, hasta Breda, me ha gustado mucho. Y las escenas tanto de la encamisada como la de las trincheras de asedio, con sus cestones y caponeras me parece en general excelente. la escena entre el capitan y los soldados que casi se amotinan refleja excelentemente lo que pasaba... 'los tudescos se amotinan antes de pelear, los españoles pelaen y luego retoman el motin' (es un caso real). La escena de la encamisada, los cañones clavados y los holandeses hablando en flamenco es excelente. En ambientacion, vestuario, fotografia, etc. toda esa parte me parece perfectamente homologable con cualquier superproducción; superior incluso al Cyrano francés que me gustó mucho en su momento (aunque es otro tipo de pelicula., claro). Los combates de esgrima son cortos y sucios, perfecto. Nada de largos duelos chocando las hojas.
La voz de off en apertura reconoce más o menos tres cosas que son evidentes y que a veces parece que nos da vergüenza reconocer y asumir: que España pertenece al reducidísimo club de naciones que en algún momento de la Historia humana han sido potencias mundiales abarcando el globo terráqueo; que el Imperio español no fue ni más cruel, vioolento o egoista que las otras superpotencias del club (incluyendo los EEUU); y que durante más de un siglo el principal instrumento de poder y coerción de la Corona, el ejército, fue el más potente, eficaz y sólido del mundo. Ya ese reconocimiento en una peli española es algo, sin falsas progresías ni vergonzantes silencios (e incluso, como se ha dicho, el suicidio del portugués que va a ser detenido por el brazo secular para entregarlo a la Inquisicion resulta algo rídículo y parece más pensado, como el trailer, para el consumo externo de quienes son incapaces de concebir el s. XVI-XII sin una Inquisición que fue menos omnipotente de lo que se ha dicho, y desde luego mucho menos carnicera que sus equivalentes tudescos por ejemplo).
Me siguen gustando mucho Quevedo-Echanove y el Conde Duque-Cámara, además de Alatriste-Mortensen, menos Guadalmedina-Noriega y Copons. En cambio me parece ridículo el Inquisidor Bocanegra en femenino (salvo por un juego de palabras del Conde Duque, que casi parece una broma privada del director de la película). me reafirmo en que Angelica de Alquezar es muy guapa pero no da el personaje. Es mas inquietante la actriz que la refleja de niña!. Iñigo Balboa en cambio cada vez me gusta menos.
El mapa del Conde Duque es en efecto el Leo belgicus. Buen ojo, Brigantinus!
Creo definitivamente que el episodio de la urca sobra -gasto grande para una escena que psche, psché. Y me sobra la tosca galera reconstruida.
Pero de nuevo, cuando llego a Rocroi, creo que estropea el gran efecto. Las escenas en plano corto, con combate individual están francamente bien. La composición en 'cuadros' casi pictórcos de algún momento (en particular la breve tregua) están bien, y son inbcluso emocionantes.
El combate entre piqueros es convincente, incluyendo el choque lento y como tentativo de las picas, las diferencias entre coseletes y picas secas, y los infantes ligeros con espadas cortas y dagas. Se nota que ha habido buen asesoramiento que huye de la espectacularidad fácil. En cambio las cargas de caballería son algo rídículas, caen en todos los tópicos. No reflejan ni la densidad de las formaciones, ni el uso de las pistolas...
Y desde luego me reafirmo en la lamentable escasez de efectivos visibles -sobre todo franceses rodeando al tercio de Alburquerque, reflejendo su aplastante superioridad al final de la batalla-, la falta del aspecto de un campo de batalla de seis horas (heridos, muertos, humo, caballos sueltos...). ¡Pero si es que en el combate contra los jinetes y los piqueros caen como chinches por ambos bandos, y luego los muertos han desaparecido casi todos!!!.
El campamento a cincuenta metros de la línea de batalla parece de época de Lawrence Olivier y Azincourt. Lamentable.
Pero sobre todo la sensación de una obra de teatro, más que de una producción de elevado coste. Y la escena final congelada con Alatriste rodeado de estatuas de cera no me convence nada. En cambio Madrugá, una vez superado el shock inicial, hasta me hace gracia. Pero en conjutno Rocroi me fastidia el resto de la pelicula, me deja un sabor de boca pobretón y desde luego remite a la imagen del cine B más modesto. Y es una pena. Es como si las escenas de batalla de la encamisada y de Breda las hubeira rodado otro equipo, mucho más listo para aprovechar los recursos
"esas incursiones que llevan a cabo algunos hombres (incluido Íñigo) bajo las picas francesas durante esos instantes de tanteo, acuchillando enemigos... ¿también se llevaban a cabo?"
Bueno, Brigantinus, buena pregunta... buffff...
En época antigua de las formaciones de piqueros resucitadas, en el siglos XV y principios del XVI, los piqueros suizos llevaban alabarderos para hacer algo parecido; y en los ejércitos del Gran Capitán existían unidades de 'rodeleros' armados con espada y rodela o escudo circular pequeñoi, entrenados para hacer exactamente eso, inflitrarse entrre las picas enemigas y matar cuerpo a cuerpo. Pero los rodeleros fueron desapareciendo gradualmente. Las batallas campales donde su utilidad era mayor eran raras. Arcabuceros y mosqueteros fueron en cambio aumentando en número. De modo que en el s. XVII los rodeleros eran ya un recuerdo.
Por tanto la respuesta es sí y no a la vez. Sí en el s. XV principios del XVI; y quizá sí, ocasionalmente y de manera no reglada en el XVII. No, en el sentido de los rodeleros como cuerpo especializado al estilo del Gran Capitán.
Giannini, por favor, no me malinterpretes. Que la Corona española fue en un momento dado primera potencia mundial es un hecho. Que a ese club pertenecen muy pocas naciones es otro. Que no fuimos ni mejores ni peores que los demás es a mi juicio otro hecho -aunque habría quien quisiera discutirlo y haya un componente de subjetividad en esa ultima afirmación.
De esos hechos no somos responsables, sino, si acaso, herederos, y distantes, epro herederos. Por tanto, tenemos que reconocerlos y asumirlos sin vergüenza, sino como objeto de análisis histórico. En ningún momento digo que 'debamos estar orgullosos'. No pongamos palabras en boca ajena o leamos mentes, ni recortemos trozos selectos.
Me limito a señalar notarialmente un hecho. No he de sentirme orgulloso o avergonzado por algo que lejanos ancestros -y quizá probablemente ni eso- iniciaron allá a finales del s. XV. Pero si queremos entender lo que somos ahora, como herederos de ese y muchos otros hechos, debemos 'asumir' y 'reconocer' . No dije nada de 'estar orgulloso' de nuestra Historia.
Por otro lado, el estatus de potencia mundial de la Corona de España incluyó muchas sombras -como las de cualquier nación o estado, grande o pequeño., que en el mundo han sido. Pero también grandes luces: Velazquez y Quevedo, Cervantes y Lope, son tan parte del Imperio de la Corona de España como el expolio de Potosí. Y tampoco me siento particularmente orgulloso o avergonzado de ellos. No me tocan personalmente más que de manera tan tangencial y lejana que casi no cuenta. Pero sí asumo y reconozco que forman parte de una suerte de koine de la cual la sociedad en la que he crecido y me he educado forma parte y es herencia acumulada.
Dicho todo eso, tampoco veo mal que, al reconocer ese pasado sin vergüenza, sea legítimo sentir orgullo por esa herencia histórica compleja, rica y multifacetada a la que pertenecemos. O al menos, no menos orgullo que otras naciones mucho menos acomplejadas han sentido y tienen, y que les ha servidoa para enfrentarse a su pasado y su presente, y a encarar, su futuro con menos complejos y traumas que en España, donde la 'Leyenda Negra' ha calado entre nosotros con una fuerza y vigor que ya quisieran ver quienes, allá en el el XVI-XVII, la crearon y propalaron por razones fundamentalmente políticas, apoyados por otrs bienintencionados autores españoles que vieron la viga en el ojo propio sin ver la viga en el ajeno. Que mal de muchos es consuelo de tontos, pero acomplejarse por el pasado también. Ahora bien, todo ese último párrafo no tiene que ver con la disciplina histórica objetivamente hablando, sino que es mucho más personal y subjetivo.
Y ya me temía que saldría alguna intepretación así de lo que escribía :-)
"en el siglo XVII no pasó nada".
Joerrrr....!!!!! Pues vaya historiador!!!! Si te hubiera dicho 'no tengo ni pu******ra idea de lo que pasó en Galicia en el XVII; o... 'no hay apenas fuentes para esa zona o periodo...' , o 'pasaron mil cosas a toda la gente que allí vivía y moría, pero, aislada de los centros de poder y de las zonas de conflicto, Galicia apenas figura... etc." hubiera salido del paso, pero, 'que no pasó nada...'.
Y yo me temo que saldré de la pregunta airosamente diciendote que lo siento mucho, que lo que preguntas eso se aleja tanto de los temas que conozco, que no podría responder aqui y ahora, sin empollar bastante, con conocimiento de causa- Y que procuro siempre responder sólo de lo que he estudiado algo. Seguro que hay aquí quien pueda contestar con seguridad sin peligro de ser vago, desbarrar, o de tirar de Wikipedia :-)
"Sobre todo desde Erasmo de Rotterdam y su escuela, pero también desde antes, la profesión de mercenario (es decir, la profesionalidad en un mundo de militares amateurs primero, y el servicio bajo bandera ajena después) ha adquirido y retenido un significado despectivo. Y sin embargo, mercenario es, en general, quien trabaja por un salario; y, en el subconjunto de los militares, mercenarios hubo ya en la Antigüedad que marchaban prestados por un estado a luchar por otro, siguiendo acuerdos y tratados plenamente regulados, como los que hubo entre Rodas y diversas ciudades cretenses, tales como Hierapytna. Y otros, como los Diez Mil de Jenofonte, eran profesionales plenamente orgullosos de sus capacidades, cuyo status último dependía de la victoria de la causa que defendían. Pues vae victis!, la muerte de Ciro en Cunaxa les dejó solos y aislados en medio de un imperio hostil; pero si Ciro hubiera vivido, y Artajerjes muerto, hubieran sido héroes. Hoy en día, cuando la voz 'mercenario' se aplica sólo a los Bob Denard y cía, es políticamente incorrecto hablar del soldado profesional -por ejemplo el ecuatoriano que se alista en la Legión española- como de un 'mercenario', pero recordemos que esto no ha sido siempre así.
Pues tú mismo lo has dicho, Enaciado. Tienes toda la razón.
Creo recordar que el oficial con los 'doce apóstoles' debe querer reflejar al Sargento Mayor Juan Pérez de Peralta, que al final de la batalla mandaba el 'escuadrón' formado sobre el Tercio de Alburquerque/Mercadal. Y tienes razón, lo suyo es que llevara una jineta. ¿Por qué de la licencia? A saber, quizá porque queda bien. Bueno, verle con un mosquete no sería raro en la situación mítica que se quiere narrar. Pero dudo que hubiera tenido humor, ganas y tiempo de colgarse encima la dichosa canana de un muerto.
En cuando a la bander de Iñigo, pues lo mismo. No es alférez, más aún, se le considera un soldado nuevo, un pica seca, y es otra clara licencia que agarre una de las banderas.
Ya puestos, en el próximo número de 'La Aventura de la Historia' saldrá un análisis de Rocroi insistiendo en los dos mitos y sus causas: que fue una gran victoria francesa -que no lo fue- y que los españoles resistieron hasta la muerte -que no lo hicieron-
Salu2
De todos modos, si se trata de representar un capitán de arcabuceros, entonces en el s. XVII era relativamente normal que el capitán combatiera con arma de fuego, y por tanto llevara los doce apóstoles. Así que, si es un Sargento Mayor, mal. Si es capitán de compañía de arcabuceros, pase.
Lo mismo pasa con los Maestres de Campo y capitanes, de quienes se esperaba -a diferencia del Sargento Mayor segundo al mando del Tercio- que combatieran en primera fila, la fila de los capitanes, con pica, aunque no siempre lo ahcían porque perdían el control de la batalla.
En todo caso, en la escena final, el pánfiolo de alatriste no se hubiera quedado esperando una carga de caballería con ropera: hubiera empuñado pica, por supuesto. Pero bueno, el cuadro queda bonito...
Vaya, ya lo has visto... En efecto, el montaje del storyboard tiene cosas muy... sniff... espera, que me voy a sorber los mocos... Bueno, pero hay cosas que hubieran mejorado el triste final que tiene.
Salu2
Sí. Es lo que se llama 'clavar los cañones'.
Las piezas de artillería de avancarga -carga por la boca- de los siglos XIV al XIX eran básicamente tubos de bronce o hierro abiertos por un extremo y cerrados sólidamente por el otro. Se introducía primero una carga propelente -polvora negra- en bruto o en un saquete, y luego el proyectil -una bola esférica de piedra, de hierro mecizo o de hierro hueco más adelante, o una carga de metralla. Todo ello es 'atacaba' o empujaba desde la boca hasta el fondo del cañón, donde más adelante estaría la recámara. La idea es que prendiendo fuego a la carga de pólvora la rapidísima expansión de los gases de combustión cree una inmensa presión que ha de aliviarse de algún modo. Como la trasera del tubo es maciza, los gases se expanden buscando una salida hacia la boca del cañón, empujando el proyectil a gran velocidad. Ahora bien ¿como prender fuego a la carga propelente alojada en el interior del ánima del cañón? pues a partir de un orificio de pequeño diámetro u 'oido' en su parte trasera, orificio que comunica la recámara con el exterior. Por ese 'oido' se introduce una aguja que perfora el saquete de la carga propelente, y luego se vierte un poquito de pólvora fina, o se introduce una mecha. Desde el exterior de la pieza se prende esa polvora o mecha, cuya llama llega a la carga propulsora principal en el interior del ánima del cañón.
En consecuencia, si yo fijo a martillazos un clavo en el 'oido', inutilizo el cañón, ya que impido que se pueda prender fuego a la carga de propulsión, al menos hasta que un herrero lo extraiga con tenazas cuidando de no agrandar en exceso el diámetro del 'oido'. Es pues la manera más fácil y rápida de inutilizar uno de estos cañones.
Hace algún tiempo que corren por la red algunas imágenes. Las mejores que yo conozco son las que aparecen aquí
(y pinchar en los thumbnails de abajo para ver más)
En conjunto creo que es posible que la Anabasis de Arriano (2,21,4) proporcione una altura de 150 pies (los aproximadamente 45 m.) para la parte más imponente de las murallas de Tiro -las que miraban a tierra- desde la parte más alta del parapeto de las torres más elevadas hasta la superficie del agua, como alguien ya ha sugerido. En esas condiciones, los lienzos no tienen por que haber sido desmesurados si calculamos que la isla sobre la que se asentaba la ciudad ya estaría unos buenos metros sobre la superficie del agua. Es sencillo considerar exagerados los datos numéricos proporcionados por una fuente antigua, pero extremadamente arriesgado sustituirlos por una estimación propia no basada en arqueología y de la buena. Podemos 'estimar' 125, o 100, o 75, o 50 pies con igual sensatez y sin ser por ello más fiables que Arriano; con casi total seguridad, menos. Ya puestos a considerar la cifra específica de Arriano una exageración o un error, una altura de lienzo de muralla -no torres, o altura sumando desnivel de foso- de en torno a los cuarenta-cincuenta pies es mucho más consistente con los datos fiables de la Antigüedad y Edad Media que una de 100.
En otro orden de cosas, creo que el que los ingenieros de Alejandro aprovecharan para su dique -no puente como se ha oido en algún sitio- una barra de arena no quita mérito a una hazaña de ingeniería pasmosa por su volumen, audacia y persistencia, y añade además sensatez.
Buena acotación, si señor.
Arqueológicamente la mayoría de las murallas conocidas de la Antigüedad Clásica no superan los 10 m. (aprox. 30 pies o 22 codos) desde la base a lo alto del parapeto. Las torres no suelen subir más de 3-5 m. sobre dicha altura. Incluso fortificacione sbastante masivas en el PO como Buhen no debieron tener cortinas superiores a 15 m. para bases de 4m en adobe -que ya es tener.
En cambio, las fuentes proporcionan a menudo datos mayores:
Polibio (4,83,4) da 30 codos (más o menos 13,5 m.) para la muralla de Dime; Apiano da la misma altura para Cartago sin contar el parapeto en el s. II a.C. (Apiano Afr. 95), lo que implicaría unos 15 m. en total. Incluso se nos habla de muros de 50 codos (unos 22,5 m.) en Tigranocerta (Apiano, Mitr. 84) lo que en teoría podría llevar torres hasta los 30 m. máximo. Pero hasta 45 m. hay mucha diferencia, y en efecto no parece que pueda calcularse una altura sobre el nivel del agua de 15 m. para la isla de Tiro. No tengo el dato exacto para esa altura en época fenicia, y sería decisivo para calibrar la aproximación a la fiabilidad de Arriano en este dato concreto.
Sí, bueno. En realidad, algunas fuentes romanas tardías (Tertuliano...) se refieren al Cantabrum, que era un estandarte romano del tipo del vexillum. Es posible que el estanbdarte en cuestión derivara de algún modelo indígena, porque por un lado sabemos (hay un buentrabajo de Pastor Eixarch) sobre los estandartes iberos y celtíberos, y por otro sabemos que los romanos no hacían ascos a adoptar estandartes estranjeros, como el draco.
A partir de ahí, algunos han relacionado el Cantabrum con el labaro de Constantino, lo que no deja de ser una hipótesis atractiva. E. Peralta en su libro sobre los Cantabros antes de Roma, editado por la Academia de la Historia, trata la cuestión con cierto detalle y bastante moderadamente.
Por cierto que en el librito, por razones de espacio, no quise entrar en el tema, que además se ha relacionado -quizá algo o bastante forzadamente- con un supuesto símbolo nacional cántabro.
Sí, bueno. En realidad, algunas fuentes romanas tardías (Tertuliano...) se refieren al Cantabrum, que era un estandarte romano del tipo del vexillum. Es posible que el estanbdarte en cuestión derivara de algún modelo indígena, porque por un lado sabemos (hay un buentrabajo de Pastor Eixarch) sobre los estandartes iberos y celtíberos, y por otro sabemos que los romanos no hacían ascos a adoptar estandartes estranjeros, como el draco.
A partir de ahí, algunos han relacionado el Cantabrum con el labaro de Constantino, lo que no deja de ser una hipótesis atractiva. E. Peralta en su libro sobre los Cantabros antes de Roma, editado por la Academia de la Historia, trata la cuestión con cierto detalle y bastante moderadamente.
Por cierto que en el librito, por razones de espacio, no quise entrar en el tema, que además se ha relacionado -quizá algo o bastante forzadamente- con un supuesto símbolo nacional cántabro.
Mira que estais pesaditos con la serie Roma y los dichosos silbatos! :-)
Al final tendré que tomármelo en serio y mirar el tema. Pero por ahora el librito sólo toca las señales visuales.
De acuerdo en que en sentido estricto, una cosa es el aquilifer, otra el signifer, imaginifer, vexillarius, etc. Pero hombre, creo que podríamos admitir en castellano genérico 'portaestandarte' para cualquiera de esos porta-algo. Y pulpo como animal de compañía :-)
En cuanto a la historia del estandarte arrojado, además de la variante de 'la arrojo al campamento para salvarla aunque a mi me hagan escabeche' (citada por Zoela, Bell. Gal,5,37) o 'me tiro al agua con ella para que los demás me sigan y no se pierda' (variante), está la La subvariante más frecuente con la historia historia del portainsignia que arroja su estandarte hacia el enemigo para forzar a sus hombres a cargar y recuperarlo. Esta variante es curiosa, porque parece un topos literario. Sin pretensión de exhaustividad, la misma historia con pequeñas variantes la cuentan
Frontino (Strat. 2,8,1) para Servio Tulio; Livio y Frontino para 446 a.C.; Livio para 431 a.C.; Floro para Lago Regilo (409 a.C.); Valerio maximo para el 211 a.C. -quizá el mismo episodio con nomrbes distintos de Livio; Plutarco para Pidna (168 a.C.), etc.
Ya, ya me acuerdo... anda que no díó guerra el asunto. No tengo una opinión muy formada, pero en principio no me parece muy probable su uso militar. Y en todo caso, NUNCA en la forma en que aparece en la serie Roma, con rotación individual de hombres, retrocediendo entre las filas al modo de una 'caracola'... todo ello en combate cuerpo a cuerpo con el enemigo. Menuda receta para suicidarse y deshacer la línea...
Kapo, en principio parece que tendrías razón. Sin embargo, los textos que cito, sistemáticamente hablan de la acción en cuestión como algo admirable, digno de imitación, como una forma de enardecer a los hombres en momentos de crisis. Como ha visto muy bien J. Lendon, la ética romana del combate es muy agresiva, y aunque los textos enfaticen la necesidad de mantener la cohesión de la unidad, lo cierto es que este tipo de anécdotas les estimulaban.
Mmmm... todavía en las Guerras Mundiales se dieron casos de unidades cargando con corneta, por no hablar de las excentricidades de algunas unidades americanas de caballería en Vietnam que recoge por ejemplo Apocalipsis Now. Pero esos casos son esencialmente anecdóticos. Desde el s. XIX el ruido de las armas de pólvora, exponencialmente superior al de las armas blancas, y la dispersión creciente de las unidades, creando ese efecto que desde la guerra de los Boer se denomina el 'campo de batalla vacío', acabaron con las señales acústicas.
El ejército moderno sólo las emplea en instrucción de orden cerrado y en ceremonias... pero me dicen que los soldados profesionales de hoy en España, salvo en algunas unidades de honores, ya no reciben instrucción con cornetines de órdenes, lo que es una pena... Algún caso he visto hace algún tiempo de tocar 'sobre el hombro derecho... armas!' y observar una divertida y variada pero desastrosa muestra de 'sobre el hombro izquierdo', 'derecho', 'presenten' e incluso algún 'tercien'. En fin... O tempora, o mores...
En la antigüedad las señales auditivas eran tan importantes como las visuales, y Vegecio lo deja clarísimo. Pero nunca tuvieron el 'valor añadido' simbólico, psicológico y finalmente religioso que tuvieron los estandartes. No conozco ningún caso de un cornicen arrojando su instrumento -musical- contra el enemigo para enardecer a las tropas e impulsarlas a cargar.
Bueno, sobre el final de los estandartes en el campo de batalla, para Kapo, Hannon y demás compañía con mi agradecimiento por sus palabras: :-)
Tomado del Capítulo I: Historia de un valor añadido:de objetos funcionales a referentes simbólicos. Fernando Quesada Sanz; Los estandartes militares en el mundo Antiguo. Numero Monográfico de Aquila Legionis 8 (2007)
Hasta la generalización de las armas de fuego de tiro rápido en la segunda mitad del s. XIX, los estandartes militares habían jugado un papel práctico esencial en el campo de batalla, y con el tiempo también se generó un elevado valor simbólico que perdura hoy, perdida la funcionalidad original.[1] Hay incluso quien piensa en un proceso más complejo: los estandartes serían en origen –prehistórico- sobre todo símbolos totémicos protectores de carácter mágico; transportados en alto al campo de batalla para ver por la victoria de sus fieles, luego adquirirían una función práctica en el campo de batalla, y finalmente perderían dicha función quedándose en señales identificativas de persona o nación.[2] Tal remoto origen prehistórico, puramente apotropaico, protector, es plausible, pero no tenemos documentación para analizarlo en detalle. [...]
El empleo de la pólvora sin humo –desarrollada entre 1846 y 1886-[3] y de las armas de retrocarga, de repetición y automáticas, impuso a lo largo de la segunda mitad del s. XIX la dispersión de las unidades en el campo de batalla en orden muy abierto, con un ‘campo de batalla vacío’, y acabó con las formaciones en ‘orden cerrado’, cohesionadas y muy visibles que habían sido características y necesarias tanto en el periodo del arma blanca como en el de la pólvora negra. Una de las primeras veces que se acuñó el concepto de ‘empty battlefield’ fue en la Segunda Guerra Boer de 1899-1902. El artista y periodista Mortimer Menpoes trataba de dibujar algo, pero escribe: “No vi lucha... y sin embargo estaba en mitad de la batalla... Y así ha sido siempre en esta guerra moderna; no se puede honestamente pintar un cuadro de batalla hoy en día [1901]. Se ve muy poca lucha. Ves los efectos del combate, hombres mutilados y aldeas destruidas; pero en cuanto a ver al enemigo, eso es una imposibilidad absoluta, incluso con un catalejo. El refrán que dice que la batalla moderna se reduce a un hombre y una nubecilla de humo es correcto... o mejor, uno hombre y nada de humo, ya que la pólvora es ahora sin humo...”.[4]
Con la dispersión táctica de las unidades acabó –aunque hubo resistencias- la necesidad de enseñas visibles que sirvieran de punto de referencia para los hombres de cada unidad, y las banderas y otros estandartes desaparecieron de los campos de batalla. Su función práctica cesó y la simbólica alcanzó nuevo valor.
Es imposible saber en cada caso cual fue la última vez que se emplearon banderas, estandartes o guiones con su función original táctica. El Reglamento Español para el Servicio de Campaña de 1882 todavía preveía que ‘las banderas no se llevarán a la trinchera más que en el caso de que un batallón completo la ocupe... y aún entonces no se desplegarán sino en el momento que expresamente señale el General Comandante del sitio’[5]. La Real Orden de 31 de Diciembre de 1904 reservaba finalmente la bandera para un uso ceremonial.
Oficialmente, la última vez que el ejército británico empleó banderas en el campo de batalla fue en Majuba Hill (Febrero 1881) pero lo cierto es que de manera oficiosa siguieron en uso al menos en la Rebelión de los Boxer en China en 1900-1901. El Teniente Coronel Vaughan, del 7º de Rajputs, expresaba claramente la utilidad de las enseñas incluso en esa fecha tan tardía: “La práctica británica de no llevar banderas al campo de batalla pudo ser causa de serios problemas en un momento dado. Comenzamos sin banderas pero para cuando llegamos a Pekín el Teniente-General tenía una ‘Union Jack’, cada escuadrón de caballería tenía una, y la mayoría de los regimientos de infantería llevaban una o dos enrolladas y listas para desplegarse. Eran absolutamente necesarias, tanto para exhibirlas como para prevenir que cualquiera de nuestros aliados nos dispararan, ya que es muy difícil distinguir los amigos cuando van de caqui, incluso a corta distancia; y también para izar la bandera en cualquier puerta o posición capturada por tropas británicas. Si esto no se hacía, las tropas de la siguiente nacionalidad que llegaran izaban rápidamente sus propias banderas. Todos los contingentes extranjeros llevaban sus estandartes [...] Parece probable [decía el Tte. Col. Vaughan, quien sin duda no era profeta] que a no tardar tendremos [los británicos] que llevar a la batalla los estandartes delos regimientos, o al menos la enseña nacional; británicos, americanos, japoneses, alemanes, austriacos y franceses los llevaban en Pekín, a los ocho meses de su llegada; y cuando llegue el día en que los ejércitos enfrentados vistan ambos de caqui, se producirá una alternativa entre dos males; llevar al combate las banderas –con el resultado de atraer el fuego enemigo- o no llevarlas –en cuyo caso es casi seguro que nuestros hombres recibirán a menudo fuego amigo”.[6]
Entre los americanos, también en la guerra de los Boxer, al menos el 14 de Noviembre de 1900 el 14 de Infantería llevaba la bandera desplegada en Pekín.[7] Incluso en algunos episodios de la I Guerra Mundial parecen haberse empleado estandartes de unidades en batalla; algunos regimientos los mantenían en sus cuarteles generales, y en al menos alguna ocasión parecen haberse empleado en batalla, sobre todo en 1914. En ese año, los franceses perdieron en acción los estandartes de los regimientos 20e, 250e, 309e y 1er de Tirailleurs Algériens.[8]
Pero mucho antes de estos acontecimientos, entre los siglos XIV y XIX, las armas primitivas de pólvora exigían para ser eficaces una gran densidad de las formaciones de combatientes y el uso de descargas masivas para concentrar una gran cantidad de proyectiles sobre los blancos. Pero esta misma pólvora negra generaba sin embargo densas nubes de humo que oscurecían el campo de batalla, en ocasiones limitando drásticamente la visibilidad a corta y larga distancia. Como indicaba un veterano de la guerra zulú de 1879, George Mossop:[9]“Estábamos armados con rifles Martini-Henry, con cargas de pólvora negra. Cada disparo creaba una nube de humo: se hizo tan denso que casi nos asfixiábamos... y simplemente disparábamos a ciegas. Todo era un continuo rugido de cañones, rifles y gritos de hombres de ambos bandos. El humo impedía cualquier visión. Hacía que cada hombre sintiera que todo lo que podía hacer era disparar inmediatamente a su frente... y no preocuparse de lo que ocurriera a sus lados”.
Dios sabe que no suelo intervenir en estas cosas de Celtiberia. Pero dado el interés de la cuestión quiero aportar mi opinión, toda vez que acabo de apreciar las virtudes de una botella de Juve y Camps brut.
No me cabe duda de que estamos ante una cabeza de tiburón intencionalmente tallada, pero analizando uno de los estudios claves sobre tiburones (J.D. Stevens (ed.), 2a ed. 2002), creo poder añadir algo.Sin duda estamos ante un animal no perteneciente al orden hexanquiformes (e.g. cañabotas) o al de los orectolobiformes (e.g.) Stegostoma fasciatum), sino ante un miembro de los escualiformes.
Sin embargo, el perfil de la parte inferior de la mandíbula del tiburón y la posición del ojo me llevan a concluir que los antiguos que tallaron la piedra -sin duda intencionalmente- en realidad estaban reflejando uno una de las especies más atractivas, un Palaeospinax (porque sin duda no es unCarcharodon Megalodon).
Dado que el Palaeospinax es el primer tiburon moderno, que vivió en el Jurásico Inferior hace 180 millones de años (J.G. Maisey, op. cit. supra p. 16), sólo cabe concluir que la teoría de la evolución humana es infundada y ya había habitantes hispanos tallando cabezas de tiburón en el Jurásico inferior. Con lo que el hombre es contemporáneo de los dinosaurios y los creacionistas tienen razón. Más aún, cantaban en hebreo y escribían en tabletas de bronce que luego doblaban ritualmente para introducirla en la boca del tiburón.
Mi pequeña aportación, que diría un americano, just my two cents...
Bueno, con Dios....
Biblioteca: ALATRISTE de Agustín Diaz Yanes
Sobre los ultimos posts: ¿conoceis un libro delicioso de Carl Sagan? "El Mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad". Planeta, 1997. 25 capítulos de atractiva lectura sobre ciencia, pseudociencia, etc. Merece la pena.
Biblioteca: ALATRISTE de Agustín Diaz Yanes
Bueno, pues he vuelto a ver por segunda vez la película, y me ha gustado bastante mñas que la primera vez, quizá porque ya no iba pensando en la pentalogía de Pérez Reverte y sí mas en la película. La primera parte, hasta Breda, me ha gustado mucho. Y las escenas tanto de la encamisada como la de las trincheras de asedio, con sus cestones y caponeras me parece en general excelente. la escena entre el capitan y los soldados que casi se amotinan refleja excelentemente lo que pasaba... 'los tudescos se amotinan antes de pelear, los españoles pelaen y luego retoman el motin' (es un caso real). La escena de la encamisada, los cañones clavados y los holandeses hablando en flamenco es excelente. En ambientacion, vestuario, fotografia, etc. toda esa parte me parece perfectamente homologable con cualquier superproducción; superior incluso al Cyrano francés que me gustó mucho en su momento (aunque es otro tipo de pelicula., claro). Los combates de esgrima son cortos y sucios, perfecto. Nada de largos duelos chocando las hojas.
La voz de off en apertura reconoce más o menos tres cosas que son evidentes y que a veces parece que nos da vergüenza reconocer y asumir: que España pertenece al reducidísimo club de naciones que en algún momento de la Historia humana han sido potencias mundiales abarcando el globo terráqueo; que el Imperio español no fue ni más cruel, vioolento o egoista que las otras superpotencias del club (incluyendo los EEUU); y que durante más de un siglo el principal instrumento de poder y coerción de la Corona, el ejército, fue el más potente, eficaz y sólido del mundo. Ya ese reconocimiento en una peli española es algo, sin falsas progresías ni vergonzantes silencios (e incluso, como se ha dicho, el suicidio del portugués que va a ser detenido por el brazo secular para entregarlo a la Inquisicion resulta algo rídículo y parece más pensado, como el trailer, para el consumo externo de quienes son incapaces de concebir el s. XVI-XII sin una Inquisición que fue menos omnipotente de lo que se ha dicho, y desde luego mucho menos carnicera que sus equivalentes tudescos por ejemplo).
Me siguen gustando mucho Quevedo-Echanove y el Conde Duque-Cámara, además de Alatriste-Mortensen, menos Guadalmedina-Noriega y Copons. En cambio me parece ridículo el Inquisidor Bocanegra en femenino (salvo por un juego de palabras del Conde Duque, que casi parece una broma privada del director de la película). me reafirmo en que Angelica de Alquezar es muy guapa pero no da el personaje. Es mas inquietante la actriz que la refleja de niña!. Iñigo Balboa en cambio cada vez me gusta menos.
El mapa del Conde Duque es en efecto el Leo belgicus. Buen ojo, Brigantinus!
Creo definitivamente que el episodio de la urca sobra -gasto grande para una escena que psche, psché. Y me sobra la tosca galera reconstruida.
Pero de nuevo, cuando llego a Rocroi, creo que estropea el gran efecto. Las escenas en plano corto, con combate individual están francamente bien. La composición en 'cuadros' casi pictórcos de algún momento (en particular la breve tregua) están bien, y son inbcluso emocionantes.
El combate entre piqueros es convincente, incluyendo el choque lento y como tentativo de las picas, las diferencias entre coseletes y picas secas, y los infantes ligeros con espadas cortas y dagas. Se nota que ha habido buen asesoramiento que huye de la espectacularidad fácil. En cambio las cargas de caballería son algo rídículas, caen en todos los tópicos. No reflejan ni la densidad de las formaciones, ni el uso de las pistolas...
Y desde luego me reafirmo en la lamentable escasez de efectivos visibles -sobre todo franceses rodeando al tercio de Alburquerque, reflejendo su aplastante superioridad al final de la batalla-, la falta del aspecto de un campo de batalla de seis horas (heridos, muertos, humo, caballos sueltos...). ¡Pero si es que en el combate contra los jinetes y los piqueros caen como chinches por ambos bandos, y luego los muertos han desaparecido casi todos!!!.
El campamento a cincuenta metros de la línea de batalla parece de época de Lawrence Olivier y Azincourt. Lamentable.
Pero sobre todo la sensación de una obra de teatro, más que de una producción de elevado coste. Y la escena final congelada con Alatriste rodeado de estatuas de cera no me convence nada. En cambio Madrugá, una vez superado el shock inicial, hasta me hace gracia. Pero en conjutno Rocroi me fastidia el resto de la pelicula, me deja un sabor de boca pobretón y desde luego remite a la imagen del cine B más modesto. Y es una pena. Es como si las escenas de batalla de la encamisada y de Breda las hubeira rodado otro equipo, mucho más listo para aprovechar los recursos
Salu2.
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"esas incursiones que llevan a cabo algunos hombres (incluido Íñigo) bajo las picas francesas durante esos instantes de tanteo, acuchillando enemigos... ¿también se llevaban a cabo?"
Bueno, Brigantinus, buena pregunta... buffff...
En época antigua de las formaciones de piqueros resucitadas, en el siglos XV y principios del XVI, los piqueros suizos llevaban alabarderos para hacer algo parecido; y en los ejércitos del Gran Capitán existían unidades de 'rodeleros' armados con espada y rodela o escudo circular pequeñoi, entrenados para hacer exactamente eso, inflitrarse entrre las picas enemigas y matar cuerpo a cuerpo. Pero los rodeleros fueron desapareciendo gradualmente. Las batallas campales donde su utilidad era mayor eran raras. Arcabuceros y mosqueteros fueron en cambio aumentando en número. De modo que en el s. XVII los rodeleros eran ya un recuerdo.
Por tanto la respuesta es sí y no a la vez. Sí en el s. XV principios del XVI; y quizá sí, ocasionalmente y de manera no reglada en el XVII. No, en el sentido de los rodeleros como cuerpo especializado al estilo del Gran Capitán.
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Giannini, por favor, no me malinterpretes. Que la Corona española fue en un momento dado primera potencia mundial es un hecho. Que a ese club pertenecen muy pocas naciones es otro. Que no fuimos ni mejores ni peores que los demás es a mi juicio otro hecho -aunque habría quien quisiera discutirlo y haya un componente de subjetividad en esa ultima afirmación.
De esos hechos no somos responsables, sino, si acaso, herederos, y distantes, epro herederos. Por tanto, tenemos que reconocerlos y asumirlos sin vergüenza, sino como objeto de análisis histórico. En ningún momento digo que 'debamos estar orgullosos'. No pongamos palabras en boca ajena o leamos mentes, ni recortemos trozos selectos.
Me limito a señalar notarialmente un hecho. No he de sentirme orgulloso o avergonzado por algo que lejanos ancestros -y quizá probablemente ni eso- iniciaron allá a finales del s. XV. Pero si queremos entender lo que somos ahora, como herederos de ese y muchos otros hechos, debemos 'asumir' y 'reconocer' . No dije nada de 'estar orgulloso' de nuestra Historia.
Por otro lado, el estatus de potencia mundial de la Corona de España incluyó muchas sombras -como las de cualquier nación o estado, grande o pequeño., que en el mundo han sido. Pero también grandes luces: Velazquez y Quevedo, Cervantes y Lope, son tan parte del Imperio de la Corona de España como el expolio de Potosí. Y tampoco me siento particularmente orgulloso o avergonzado de ellos. No me tocan personalmente más que de manera tan tangencial y lejana que casi no cuenta. Pero sí asumo y reconozco que forman parte de una suerte de koine de la cual la sociedad en la que he crecido y me he educado forma parte y es herencia acumulada.
Dicho todo eso, tampoco veo mal que, al reconocer ese pasado sin vergüenza, sea legítimo sentir orgullo por esa herencia histórica compleja, rica y multifacetada a la que pertenecemos. O al menos, no menos orgullo que otras naciones mucho menos acomplejadas han sentido y tienen, y que les ha servidoa para enfrentarse a su pasado y su presente, y a encarar, su futuro con menos complejos y traumas que en España, donde la 'Leyenda Negra' ha calado entre nosotros con una fuerza y vigor que ya quisieran ver quienes, allá en el el XVI-XVII, la crearon y propalaron por razones fundamentalmente políticas, apoyados por otrs bienintencionados autores españoles que vieron la viga en el ojo propio sin ver la viga en el ajeno. Que mal de muchos es consuelo de tontos, pero acomplejarse por el pasado también. Ahora bien, todo ese último párrafo no tiene que ver con la disciplina histórica objetivamente hablando, sino que es mucho más personal y subjetivo.
Y ya me temía que saldría alguna intepretación así de lo que escribía :-)
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"en el siglo XVII no pasó nada".
Joerrrr....!!!!! Pues vaya historiador!!!! Si te hubiera dicho 'no tengo ni pu******ra idea de lo que pasó en Galicia en el XVII; o... 'no hay apenas fuentes para esa zona o periodo...' , o 'pasaron mil cosas a toda la gente que allí vivía y moría, pero, aislada de los centros de poder y de las zonas de conflicto, Galicia apenas figura... etc." hubiera salido del paso, pero, 'que no pasó nada...'.
Y yo me temo que saldré de la pregunta airosamente diciendote que lo siento mucho, que lo que preguntas eso se aleja tanto de los temas que conozco, que no podría responder aqui y ahora, sin empollar bastante, con conocimiento de causa- Y que procuro siempre responder sólo de lo que he estudiado algo. Seguro que hay aquí quien pueda contestar con seguridad sin peligro de ser vago, desbarrar, o de tirar de Wikipedia :-)
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Si... ya....
Lo veo venir:
'Alatriste II: El fantasma'.
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MERCENARIO!!!!...
"Sobre todo desde Erasmo de Rotterdam y su escuela, pero también desde antes, la profesión de mercenario (es decir, la profesionalidad en un mundo de militares amateurs primero, y el servicio bajo bandera ajena después) ha adquirido y retenido un significado despectivo. Y sin embargo, mercenario es, en general, quien trabaja por un salario; y, en el subconjunto de los militares, mercenarios hubo ya en la Antigüedad que marchaban prestados por un estado a luchar por otro, siguiendo acuerdos y tratados plenamente regulados, como los que hubo entre Rodas y diversas ciudades cretenses, tales como Hierapytna. Y otros, como los Diez Mil de Jenofonte, eran profesionales plenamente orgullosos de sus capacidades, cuyo status último dependía de la victoria de la causa que defendían. Pues vae victis!, la muerte de Ciro en Cunaxa les dejó solos y aislados en medio de un imperio hostil; pero si Ciro hubiera vivido, y Artajerjes muerto, hubieran sido héroes. Hoy en día, cuando la voz 'mercenario' se aplica sólo a los Bob Denard y cía, es políticamente incorrecto hablar del soldado profesional -por ejemplo el ecuatoriano que se alista en la Legión española- como de un 'mercenario', pero recordemos que esto no ha sido siempre así.
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No sé yo si esto...
Alatriste/Mortensen con dos co****nes
[url]http://www.youtube.com/watch?v=D2AsR5hBdaw&mode=related&search=[/url]
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Pues tú mismo lo has dicho, Enaciado. Tienes toda la razón.
Creo recordar que el oficial con los 'doce apóstoles' debe querer reflejar al Sargento Mayor Juan Pérez de Peralta, que al final de la batalla mandaba el 'escuadrón' formado sobre el Tercio de Alburquerque/Mercadal. Y tienes razón, lo suyo es que llevara una jineta. ¿Por qué de la licencia? A saber, quizá porque queda bien. Bueno, verle con un mosquete no sería raro en la situación mítica que se quiere narrar. Pero dudo que hubiera tenido humor, ganas y tiempo de colgarse encima la dichosa canana de un muerto.
En cuando a la bander de Iñigo, pues lo mismo. No es alférez, más aún, se le considera un soldado nuevo, un pica seca, y es otra clara licencia que agarre una de las banderas.
Ya puestos, en el próximo número de 'La Aventura de la Historia' saldrá un análisis de Rocroi insistiendo en los dos mitos y sus causas: que fue una gran victoria francesa -que no lo fue- y que los españoles resistieron hasta la muerte -que no lo hicieron-
Salu2
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De todos modos, si se trata de representar un capitán de arcabuceros, entonces en el s. XVII era relativamente normal que el capitán combatiera con arma de fuego, y por tanto llevara los doce apóstoles. Así que, si es un Sargento Mayor, mal. Si es capitán de compañía de arcabuceros, pase.
Lo mismo pasa con los Maestres de Campo y capitanes, de quienes se esperaba -a diferencia del Sargento Mayor segundo al mando del Tercio- que combatieran en primera fila, la fila de los capitanes, con pica, aunque no siempre lo ahcían porque perdían el control de la batalla.
En todo caso, en la escena final, el pánfiolo de alatriste no se hubiera quedado esperando una carga de caballería con ropera: hubiera empuñado pica, por supuesto. Pero bueno, el cuadro queda bonito...
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Vaya, ya lo has visto... En efecto, el montaje del storyboard tiene cosas muy... sniff... espera, que me voy a sorber los mocos... Bueno, pero hay cosas que hubieran mejorado el triste final que tiene.
Salu2
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Sí. Es lo que se llama 'clavar los cañones'.
Las piezas de artillería de avancarga -carga por la boca- de los siglos XIV al XIX eran básicamente tubos de bronce o hierro abiertos por un extremo y cerrados sólidamente por el otro. Se introducía primero una carga propelente -polvora negra- en bruto o en un saquete, y luego el proyectil -una bola esférica de piedra, de hierro mecizo o de hierro hueco más adelante, o una carga de metralla. Todo ello es 'atacaba' o empujaba desde la boca hasta el fondo del cañón, donde más adelante estaría la recámara. La idea es que prendiendo fuego a la carga de pólvora la rapidísima expansión de los gases de combustión cree una inmensa presión que ha de aliviarse de algún modo. Como la trasera del tubo es maciza, los gases se expanden buscando una salida hacia la boca del cañón, empujando el proyectil a gran velocidad. Ahora bien ¿como prender fuego a la carga propelente alojada en el interior del ánima del cañón? pues a partir de un orificio de pequeño diámetro u 'oido' en su parte trasera, orificio que comunica la recámara con el exterior. Por ese 'oido' se introduce una aguja que perfora el saquete de la carga propelente, y luego se vierte un poquito de pólvora fina, o se introduce una mecha. Desde el exterior de la pieza se prende esa polvora o mecha, cuya llama llega a la carga propulsora principal en el interior del ánima del cañón.
En consecuencia, si yo fijo a martillazos un clavo en el 'oido', inutilizo el cañón, ya que impido que se pueda prender fuego a la carga de propulsión, al menos hasta que un herrero lo extraiga con tenazas cuidando de no agrandar en exceso el diámetro del 'oido'. Es pues la manera más fácil y rápida de inutilizar uno de estos cañones.
Biblioteca: La loba Capitolina no es romana, sino medieval
Veremos... tiempo al tiempo
Biblioteca: Halladas en el Palatino las enseñas de Majencio
Hace algún tiempo que corren por la red algunas imágenes. Las mejores que yo conozco son las que aparecen aquí
(y pinchar en los thumbnails de abajo para ver más)
http://www.romanhideout.com/images/it/roma/signa1.asp
Biblioteca: La Naturaleza ayudó a Alejandro Magno en Tiro
En conjunto creo que es posible que la Anabasis de Arriano (2,21,4) proporcione una altura de 150 pies (los aproximadamente 45 m.) para la parte más imponente de las murallas de Tiro -las que miraban a tierra- desde la parte más alta del parapeto de las torres más elevadas hasta la superficie del agua, como alguien ya ha sugerido. En esas condiciones, los lienzos no tienen por que haber sido desmesurados si calculamos que la isla sobre la que se asentaba la ciudad ya estaría unos buenos metros sobre la superficie del agua. Es sencillo considerar exagerados los datos numéricos proporcionados por una fuente antigua, pero extremadamente arriesgado sustituirlos por una estimación propia no basada en arqueología y de la buena. Podemos 'estimar' 125, o 100, o 75, o 50 pies con igual sensatez y sin ser por ello más fiables que Arriano; con casi total seguridad, menos. Ya puestos a considerar la cifra específica de Arriano una exageración o un error, una altura de lienzo de muralla -no torres, o altura sumando desnivel de foso- de en torno a los cuarenta-cincuenta pies es mucho más consistente con los datos fiables de la Antigüedad y Edad Media que una de 100.
En otro orden de cosas, creo que el que los ingenieros de Alejandro aprovecharan para su dique -no puente como se ha oido en algún sitio- una barra de arena no quita mérito a una hazaña de ingeniería pasmosa por su volumen, audacia y persistencia, y añade además sensatez.
Biblioteca: La Naturaleza ayudó a Alejandro Magno en Tiro
Buena acotación, si señor.
Arqueológicamente la mayoría de las murallas conocidas de la Antigüedad Clásica no superan los 10 m. (aprox. 30 pies o 22 codos) desde la base a lo alto del parapeto. Las torres no suelen subir más de 3-5 m. sobre dicha altura. Incluso fortificacione sbastante masivas en el PO como Buhen no debieron tener cortinas superiores a 15 m. para bases de 4m en adobe -que ya es tener.
En cambio, las fuentes proporcionan a menudo datos mayores:
Polibio (4,83,4) da 30 codos (más o menos 13,5 m.) para la muralla de Dime; Apiano da la misma altura para Cartago sin contar el parapeto en el s. II a.C. (Apiano Afr. 95), lo que implicaría unos 15 m. en total. Incluso se nos habla de muros de 50 codos (unos 22,5 m.) en Tigranocerta (Apiano, Mitr. 84) lo que en teoría podría llevar torres hasta los 30 m. máximo. Pero hasta 45 m. hay mucha diferencia, y en efecto no parece que pueda calcularse una altura sobre el nivel del agua de 15 m. para la isla de Tiro. No tengo el dato exacto para esa altura en época fenicia, y sería decisivo para calibrar la aproximación a la fiabilidad de Arriano en este dato concreto.
Biblioteca: Estandartes militares en el mundo antiguo
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Sí, bueno. En realidad, algunas fuentes romanas tardías (Tertuliano...) se refieren al Cantabrum, que era un estandarte romano del tipo del vexillum. Es posible que el estanbdarte en cuestión derivara de algún modelo indígena, porque por un lado sabemos (hay un buentrabajo de Pastor Eixarch) sobre los estandartes iberos y celtíberos, y por otro sabemos que los romanos no hacían ascos a adoptar estandartes estranjeros, como el draco.
A partir de ahí, algunos han relacionado el Cantabrum con el labaro de Constantino, lo que no deja de ser una hipótesis atractiva. E. Peralta en su libro sobre los Cantabros antes de Roma, editado por la Academia de la Historia, trata la cuestión con cierto detalle y bastante moderadamente.
Por cierto que en el librito, por razones de espacio, no quise entrar en el tema, que además se ha relacionado -quizá algo o bastante forzadamente- con un supuesto símbolo nacional cántabro.
Biblioteca: Estandartes militares en el mundo antiguo
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Mmmm... todavía en las Guerras Mundiales se dieron casos de unidades cargando con corneta, por no hablar de las excentricidades de algunas unidades americanas de caballería en Vietnam que recoge por ejemplo Apocalipsis Now.
Pero esos casos son esencialmente anecdóticos. Desde el s. XIX el ruido de las armas de pólvora, exponencialmente superior al de las armas blancas, y la dispersión creciente de las unidades, creando ese efecto que desde la guerra de los Boer se denomina el 'campo de batalla vacío', acabaron con las señales acústicas.
El ejército moderno sólo las emplea en instrucción de orden cerrado y en ceremonias... pero me dicen que los soldados profesionales de hoy en España, salvo en algunas unidades de honores, ya no reciben instrucción con cornetines de órdenes, lo que es una pena... Algún caso he visto hace algún tiempo de tocar 'sobre el hombro derecho... armas!' y observar una divertida y variada pero desastrosa muestra de 'sobre el hombro izquierdo', 'derecho', 'presenten' e incluso algún 'tercien'. En fin... O tempora, o mores...
En la antigüedad las señales auditivas eran tan importantes como las visuales, y Vegecio lo deja clarísimo. Pero nunca tuvieron el 'valor añadido' simbólico, psicológico y finalmente religioso que tuvieron los estandartes. No conozco ningún caso de un cornicen arrojando su instrumento -musical- contra el enemigo para enardecer a las tropas e impulsarlas a cargar.
Biblioteca: Estandartes militares en el mundo antiguo
Fernando Quesada Sanz; Los estandartes militares en el mundo Antiguo. Numero Monográfico de Aquila Legionis 8 (2007)
Hasta la generalización de las armas de fuego de tiro rápido en la segunda mitad del s. XIX, los estandartes militares habían jugado un papel práctico esencial en el campo de batalla, y con el tiempo también se generó un elevado valor simbólico que perdura hoy, perdida la funcionalidad original.[1] Hay incluso quien piensa en un proceso más complejo: los estandartes serían en origen –prehistórico- sobre todo símbolos totémicos protectores de carácter mágico; transportados en alto al campo de batalla para ver por la victoria de sus fieles, luego adquirirían una función práctica en el campo de batalla, y finalmente perderían dicha función quedándose en señales identificativas de persona o nación.[2] Tal remoto origen prehistórico, puramente apotropaico, protector, es plausible, pero no tenemos documentación para analizarlo en detalle. [...]
El empleo de la pólvora sin humo –desarrollada entre 1846 y 1886-[3] y de las armas de retrocarga, de repetición y automáticas, impuso a lo largo de la segunda mitad del s. XIX la dispersión de las unidades en el campo de batalla en orden muy abierto, con un ‘campo de batalla vacío’, y acabó con las formaciones en ‘orden cerrado’, cohesionadas y muy visibles que habían sido características y necesarias tanto en el periodo del arma blanca como en el de la pólvora negra. Una de las primeras veces que se acuñó el concepto de ‘empty battlefield’ fue en la Segunda Guerra Boer de 1899-1902. El artista y periodista Mortimer Menpoes trataba de dibujar algo, pero escribe: “No vi lucha... y sin embargo estaba en mitad de la batalla... Y así ha sido siempre en esta guerra moderna; no se puede honestamente pintar un cuadro de batalla hoy en día [1901]. Se ve muy poca lucha. Ves los efectos del combate, hombres mutilados y aldeas destruidas; pero en cuanto a ver al enemigo, eso es una imposibilidad absoluta, incluso con un catalejo. El refrán que dice que la batalla moderna se reduce a un hombre y una nubecilla de humo es correcto... o mejor, uno hombre y nada de humo, ya que la pólvora es ahora sin humo...”. [4]
Con la dispersión táctica de las unidades acabó –aunque hubo resistencias- la necesidad de enseñas visibles que sirvieran de punto de referencia para los hombres de cada unidad, y las banderas y otros estandartes desaparecieron de los campos de batalla. Su función práctica cesó y la simbólica alcanzó nuevo valor.
Es imposible saber en cada caso cual fue la última vez que se emplearon banderas, estandartes o guiones con su función original táctica. El Reglamento Español para el Servicio de Campaña de 1882 todavía preveía que ‘las banderas no se llevarán a la trinchera más que en el caso de que un batallón completo la ocupe... y aún entonces no se desplegarán sino en el momento que expresamente señale el General Comandante del sitio’[5]. La Real Orden de 31 de Diciembre de 1904 reservaba finalmente la bandera para un uso ceremonial.
Oficialmente, la última vez que el ejército británico empleó banderas en el campo de batalla fue en Majuba Hill (Febrero 1881) pero lo cierto es que de manera oficiosa siguieron en uso al menos en la Rebelión de los Boxer en China en 1900-1901. El Teniente Coronel Vaughan, del 7º de Rajputs, expresaba claramente la utilidad de las enseñas incluso en esa fecha tan tardía: “La práctica británica de no llevar banderas al campo de batalla pudo ser causa de serios problemas en un momento dado. Comenzamos sin banderas pero para cuando llegamos a Pekín el Teniente-General tenía una ‘Union Jack’, cada escuadrón de caballería tenía una, y la mayoría de los regimientos de infantería llevaban una o dos enrolladas y listas para desplegarse. Eran absolutamente necesarias, tanto para exhibirlas como para prevenir que cualquiera de nuestros aliados nos dispararan, ya que es muy difícil distinguir los amigos cuando van de caqui, incluso a corta distancia; y también para izar la bandera en cualquier puerta o posición capturada por tropas británicas. Si esto no se hacía, las tropas de la siguiente nacionalidad que llegaran izaban rápidamente sus propias banderas. Todos los contingentes extranjeros llevaban sus estandartes [...] Parece probable [decía el Tte. Col. Vaughan, quien sin duda no era profeta] que a no tardar tendremos [los británicos] que llevar a la batalla los estandartes delos regimientos, o al menos la enseña nacional; británicos, americanos, japoneses, alemanes, austriacos y franceses los llevaban en Pekín, a los ocho meses de su llegada; y cuando llegue el día en que los ejércitos enfrentados vistan ambos de caqui, se producirá una alternativa entre dos males; llevar al combate las banderas –con el resultado de atraer el fuego enemigo- o no llevarlas –en cuyo caso es casi seguro que nuestros hombres recibirán a menudo fuego amigo”.[6]
Entre los americanos, también en la guerra de los Boxer, al menos el 14 de Noviembre de 1900 el 14 de Infantería llevaba la bandera desplegada en Pekín.[7] Incluso en algunos episodios de la I Guerra Mundial parecen haberse empleado estandartes de unidades en batalla; algunos regimientos los mantenían en sus cuarteles generales, y en al menos alguna ocasión parecen haberse empleado en batalla, sobre todo en 1914. En ese año, los franceses perdieron en acción los estandartes de los regimientos 20e, 250e, 309e y 1er de Tirailleurs Algériens.[8]
Pero mucho antes de estos acontecimientos, entre los siglos XIV y XIX, las armas primitivas de pólvora exigían para ser eficaces una gran densidad de las formaciones de combatientes y el uso de descargas masivas para concentrar una gran cantidad de proyectiles sobre los blancos. Pero esta misma pólvora negra generaba sin embargo densas nubes de humo que oscurecían el campo de batalla, en ocasiones limitando drásticamente la visibilidad a corta y larga distancia. Como indicaba un veterano de la guerra zulú de 1879, George Mossop:[9] “Estábamos armados con rifles Martini-Henry, con cargas de pólvora negra. Cada disparo creaba una nube de humo: se hizo tan denso que casi nos asfixiábamos... y simplemente disparábamos a ciegas. Todo era un continuo rugido de cañones, rifles y gritos de hombres de ambos bandos. El humo impedía cualquier visión. Hacía que cada hombre sintiera que todo lo que podía hacer era disparar inmediatamente a su frente... y no preocuparse de lo que ocurriera a sus lados”.
Biblioteca: Sobre límites, altares, piedras y constructores en Cebreros (Avila)I.
Escribe aquí (borra esto).
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Dios sabe que no suelo intervenir en estas cosas de Celtiberia. Pero dado el interés de la cuestión quiero aportar mi opinión, toda vez que acabo de apreciar las virtudes de una botella de Juve y Camps brut.
No me cabe duda de que estamos ante una cabeza de tiburón intencionalmente tallada, pero analizando uno de los estudios claves sobre tiburones (J.D. Stevens (ed.), 2a ed. 2002), creo poder añadir algo.Sin duda estamos ante un animal no perteneciente al orden hexanquiformes (e.g. cañabotas) o al de los orectolobiformes (e.g.) Stegostoma fasciatum), sino ante un miembro de los escualiformes.
Sin embargo, el perfil de la parte inferior de la mandíbula del tiburón y la posición del ojo me llevan a concluir que los antiguos que tallaron la piedra -sin duda intencionalmente- en realidad estaban reflejando uno una de las especies más atractivas, un Palaeospinax (porque sin duda no es unCarcharodon Megalodon).
Dado que el Palaeospinax es el primer tiburon moderno, que vivió en el Jurásico Inferior hace 180 millones de años (J.G. Maisey, op. cit. supra p. 16), sólo cabe concluir que la teoría de la evolución humana es infundada y ya había habitantes hispanos tallando cabezas de tiburón en el Jurásico inferior. Con lo que el hombre es contemporáneo de los dinosaurios y los creacionistas tienen razón. Más aún, cantaban en hebreo y escribían en tabletas de bronce que luego doblaban ritualmente para introducirla en la boca del tiburón.
Mi pequeña aportación, que diría un americano, just my two cents...
Bueno, con Dios....
Biblioteca: Ayuda de Celtiberia.net v3
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