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Hola Excmo. Sr. Cazador, (¿a rabo?), y profesor Jugimo, me alegra tener noticia de ustedes.
Espero que cuando lleguen a la zona sanabresa, en su recorrido por la vía de la
plata, avisen para encargar unos chuletones de la zona (sé donde los hay, inmejorables),
que acompañados con un buen Ribera del Duero, y no tener que conducir después
puede ser cosa de contar.
Si a la cuestión se apunta
el amigo Alevín mejor que mejor.
El resto de celtiberos
de buena voluntad, también los admitiremos, pero ojo con los emborronadores, esos
¡NO!.
Estupendo artículo, y bien trabajado. Reconforta encontrar cosas interesantes y que aportan conocimientos nuevos, por lo menos a mí. Lástima que no recuerde más de dos o tres versos, de algo que oí recitar cuando era niño, por la zona de la "raia" Sanabresa a mi abuela, y que parece formaba parte, eso creo, de una especie de responso, y que decia, lo que recuerdo: En aquel monte de acebros Tres acebritas ví Diciendose unas a otras Jesú, Jesús, Jesús. Por lo que veis la palabra acebrita estaba allí, y yo nunca la pude relacionar con nada. Ahora parece que toma significado.
Giannini, estoy preparando un resumen de parte de cosas del libro que menciono, y de otro que he conseguido. Creo que voy a comenzar con los petroglifos y la mámoas, continuando con los castros y lo que consiga de la época romana.
Evidentemente lo distribuiré por bloques que iré subiendo.
Gracias por el enlace.
Parece que lo de las modias es común en la zona. A ver si hago una excursión con tiempo por la zona y me documento mejor, con los "viejos" del lugar.
Uma, encantado de complacerte. La leyenda, encuadrada en las
leyendas novelescas por Leandro Carré Alvarellos, creo que es mejor
transcribirla como el autor lo hizo, no quito ni pongo comas. Solo una anotación
el concello de Friol y el de Guitiriz son limítrofes, de ahí que sea contada en
los dos.
LA CUEVA DA SERPE
La torre de San Payo de Narla, en
Friol (Lugo), tiene sus leyendas como muchas otras torres y castillos de
Galicia. Una de ellas es la de la <Cova da Serpe>, que da nombre a un
monte que alcanza a la provincia de La Coruña, cerca de Sobrado de los Monjes.
Uno de los señores de aquella torre o castillo
tenía una hija, llamada Berta o Benta, que gustaba de pasearse a caballo por
las tierras que rodeaban el castillo sin alejarse mucho de él, para recrearse
contemplando el paisaje y, algunas veces, incluso hablar unos momentos con
algunas de las hijas de sus vasallos, muchachas de su edad; costumbre frecuente
por aquellos tiempos en que no había otros entretenimientos sino de tarde en
tarde.
Aconteció cierto día que la yegua que montaba
la hidalguita se asustó y echó a correr desbocada, sin que la joven pudiera
dominarla ni contenerla. Pero un joven campesino saltó al camino desde la cerca
de un labradío, agarró fuertemente el freno de la yegua y con un vigoroso
esfuerzo, la detuvo.
La heroicidad del muchacho, o quizá más que
nada su varonil apostura, hizo que la doncella se enamorase de él. Por su parte
el joven campesino vió en la hidalga como una fada hermosísima que lo dejó
cautivado.
Los dos jóvenes volvieron a verse; sentados a
la sombra de los robles de una carballeira, hablábanse olvidando, enamorados y
dichosos, su desigual condición.
Pero el señor de San Payo, don Lopo das
Seixas, se enteró en seguida de aquellos amores de su hija con el mozo
labriego, su vasallo, y amenazó a su hija con un serio castigo si no ponía fin
a aquella desatinada amistad, que para él era un ultraje a la hidalguía de sus
torres.
Benta, amante y arriesgada, puso en
conocimiento del muchacho las amenazas de su padre, y entre llantos y besos,
ambos determinaron huir a través de los montes en busca de un refugio en otras
tierras.
El señor das Seixas, al darse cuentan de que
su hija había desaparecido, ordenó inmediatamente que salieran algunos
escuderos y hombres de armas de la torre para perseguir a los fugitivos, dar
muerte al galán y volver al castillo con Benta.
Los amantes, sabiéndose perseguidos al oír el
galopar de los caballos, ocultaronse en una cueva que descubrieron en aquel
monte. Pero quedaron aterrados al encontrase con una gran serpiente, que
levantaba su repugnante cabeza hacia la joven. El muchacho, empuñando un puñal,
se interpuso e intentó cortar la cabeza al reptil, que esquivó el ataque y se enrolló
ligero y sin temor en torno del joven, privándole el movimiento y a acción.
La lucha fue terrible entre el hombre y la
sierpe; la hidalguita miraba aterrorizada la desigual pelea. Por fin, el
robusto mozo alcanzó a la serpiente con un certero golpe en la cabeza; pero ya
era tarde, porque las mordeduras del reptil y la presión del escurridizo cuerpo que comprimía el suyo, asfixiándole,
le causaron la muerte.
Guiados por los gritos y sollozos de la joven,
acudieron a la cueva las gentes de don Lopo, que recogieron a la despavorida
Benta y la condujeron a la torre de Narla.
Por eso le llaman al monte <Cova da
Serpe>, en recuerdo del drama que allí se desarrolló, conservado por la
tradición legendaria.
Es muy interesante y de sentido común todo lo que proponeis. En la provincia de Zamora, en Sanabria hay un Tejedal, milenario según los carteles que lo anuncian, pero me temo que lo será por poco tiempo, pués, aunque le han rodeado de cortafuegos, que está muy bien, le han hecho dos pistas de aceso, lo que lleva a que los todoterreno, lleguen al mismo. Yo he estado en él, después de caminar mas de dos horas en ambos sentidos, y ahora se puede ir en coche. Si algún desaprensivo, que los hay, se le ocurre dejar caer una colilla o algo similar, ya tenemos un solar donde hubo un bosque de tejos, milenario. Por supuesto que teneis mi apoyo, y pasaré a amigos la información. Saludos.
Biblioteca: TIEMPO DE REYES(Algo de Antropologia)
Hola Excmo. Sr. Cazador, (¿a rabo?), y profesor Jugimo, me alegra tener noticia de ustedes.
Espero que cuando lleguen a la zona sanabresa, en su recorrido por la vía de la
plata, avisen para encargar unos chuletones de la zona (sé donde los hay, inmejorables),
que acompañados con un buen Ribera del Duero, y no tener que conducir después
puede ser cosa de contar.
Si a la cuestión se apunta
el amigo Alevín mejor que mejor.
El resto de celtiberos
de buena voluntad, también los admitiremos, pero ojo con los emborronadores, esos
¡NO!.
Un cordial saludo a todos.
.
Biblioteca: El mítico Zebro y su relación toponímica con la Villa de Cebreros
Estupendo artículo, y bien trabajado. Reconforta encontrar cosas interesantes y que aportan conocimientos nuevos, por lo menos a mí.
Lástima que no recuerde más de dos o tres versos, de algo que oí recitar cuando era niño, por la zona de la "raia" Sanabresa a mi abuela, y que parece formaba parte, eso creo, de una especie de responso, y que decia, lo que recuerdo:
En aquel monte de acebros
Tres acebritas ví
Diciendose unas a otras
Jesú, Jesús, Jesús.
Por lo que veis la palabra acebrita estaba allí, y yo nunca la pude relacionar con nada. Ahora parece que toma significado.
Gracias Equiferum
Biblioteca: ARQUEOLOGIA EN GUITIRIZ
Biblioteca: ARQUEOLOGIA EN GUITIRIZ
Biblioteca: ARQUEOLOGIA EN GUITIRIZ
Las fotos corrsponden a un castro, dos "modias", y dos pías.
Biblioteca: ARQUEOLOGIA EN GUITIRIZ
Biblioteca: ARQUEOLOGIA EN GUITIRIZ
Uma, encantado de complacerte. La leyenda, encuadrada en las
leyendas novelescas por Leandro Carré Alvarellos, creo que es mejor
transcribirla como el autor lo hizo, no quito ni pongo comas. Solo una anotación
el concello de Friol y el de Guitiriz son limítrofes, de ahí que sea contada en
los dos.
LA CUEVA DA SERPE
La torre de San Payo de Narla, en
Friol (Lugo), tiene sus leyendas como muchas otras torres y castillos de
Galicia. Una de ellas es la de la <Cova da Serpe>, que da nombre a un
monte que alcanza a la provincia de La Coruña, cerca de Sobrado de los Monjes.
Uno de los señores de aquella torre o castillo
tenía una hija, llamada Berta o Benta, que gustaba de pasearse a caballo por
las tierras que rodeaban el castillo sin alejarse mucho de él, para recrearse
contemplando el paisaje y, algunas veces, incluso hablar unos momentos con
algunas de las hijas de sus vasallos, muchachas de su edad; costumbre frecuente
por aquellos tiempos en que no había otros entretenimientos sino de tarde en
tarde.
Aconteció cierto día que la yegua que montaba
la hidalguita se asustó y echó a correr desbocada, sin que la joven pudiera
dominarla ni contenerla. Pero un joven campesino saltó al camino desde la cerca
de un labradío, agarró fuertemente el freno de la yegua y con un vigoroso
esfuerzo, la detuvo.
La heroicidad del muchacho, o quizá más que
nada su varonil apostura, hizo que la doncella se enamorase de él. Por su parte
el joven campesino vió en la hidalga como una fada hermosísima que lo dejó
cautivado.
Los dos jóvenes volvieron a verse; sentados a
la sombra de los robles de una carballeira, hablábanse olvidando, enamorados y
dichosos, su desigual condición.
Pero el señor de San Payo, don Lopo das
Seixas, se enteró en seguida de aquellos amores de su hija con el mozo
labriego, su vasallo, y amenazó a su hija con un serio castigo si no ponía fin
a aquella desatinada amistad, que para él era un ultraje a la hidalguía de sus
torres.
Benta, amante y arriesgada, puso en
conocimiento del muchacho las amenazas de su padre, y entre llantos y besos,
ambos determinaron huir a través de los montes en busca de un refugio en otras
tierras.
El señor das Seixas, al darse cuentan de que
su hija había desaparecido, ordenó inmediatamente que salieran algunos
escuderos y hombres de armas de la torre para perseguir a los fugitivos, dar
muerte al galán y volver al castillo con Benta.
Los amantes, sabiéndose perseguidos al oír el
galopar de los caballos, ocultaronse en una cueva que descubrieron en aquel
monte. Pero quedaron aterrados al encontrase con una gran serpiente, que
levantaba su repugnante cabeza hacia la joven. El muchacho, empuñando un puñal,
se interpuso e intentó cortar la cabeza al reptil, que esquivó el ataque y se enrolló
ligero y sin temor en torno del joven, privándole el movimiento y a acción.
La lucha fue terrible entre el hombre y la
sierpe; la hidalguita miraba aterrorizada la desigual pelea. Por fin, el
robusto mozo alcanzó a la serpiente con un certero golpe en la cabeza; pero ya
era tarde, porque las mordeduras del reptil y la presión del escurridizo cuerpo que comprimía el suyo, asfixiándole,
le causaron la muerte.
Guiados por los gritos y sollozos de la joven,
acudieron a la cueva las gentes de don Lopo, que recogieron a la despavorida
Benta y la condujeron a la torre de Narla.
Por eso le llaman al monte <Cova da
Serpe>, en recuerdo del drama que allí se desarrolló, conservado por la
tradición legendaria.
Leandro Carré Alvarellos. Espero que os guste.-
Biblioteca: DECÁLOGO ÉTICO PARA LA VISITA Y CONSERVACIÓN DE LOS ÁRBOLES Y BOSQUES MONUMENTALES SILVESTRES
Es muy interesante y de sentido común todo lo que proponeis.
En la provincia de Zamora, en Sanabria hay un Tejedal, milenario según los carteles que lo anuncian, pero me temo que lo será por poco tiempo, pués, aunque le han rodeado de cortafuegos, que está muy bien, le han hecho dos pistas de aceso, lo que lleva a que los todoterreno, lleguen al mismo.
Yo he estado en él, después de caminar mas de dos horas en ambos sentidos, y ahora se puede ir en coche.
Si algún desaprensivo, que los hay, se le ocurre dejar caer una colilla o algo similar, ya tenemos un solar donde hubo un bosque de tejos, milenario.
Por supuesto que teneis mi apoyo, y pasaré a amigos la información.
Saludos.
Biblioteca: GEOGRAFÍA DE LOS PSEUDO-TÚMULOS ÍBEROS Y CELTÍBEROS
Interesante artículo, Lukonios.
Esperemos lo mejor para Celtiberia, y que puedas seguir informándonos.
Un cordial saludo
Hay 259 comentarios.
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