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Bien, Galaica, bien. Lo que se va sabiendo, desde mi punto de vista, va por donde usted señala (no me meto en cuestión de lenguas, sino de lo demás).
De todas formas no lo tome como verdad probada. En prehistoria las cosas cambian con rapidez. Mire el caso, por ejemplo, del campaniforme. No hace tantos años se hablaba del "pueblo campaniforme", en esa identificación cultura arqueológica-cultura-pueblo (incluso después de suprimir el último eslabón de la cadena, a saber "...-pueblo-raza"). Hoy, como bien se ha dicho, la cosa se interpreta como un pack que se extiende por intercambio ritual. A saber lo que se dirá mañana; para mí que este tipo de modas tienen más que ver con el reemplazo generacional en el interior de los departamentos universitarios, y con la distribución de fondos entre universidades y entre países, que con una evolución autónoma y crítica de la disciplina, de forma que cuando un tema se abandona y se sustituye por otro no es porque el anterior estuviese resuelto o agotado, sino porque los nuevos leones tienen que hacerse un sitio y para ello nada mejor que decretar caduco lo anterior y montarse una dieta nueva.
Pero sea como sea, lo cierto es que el estado actual es el que es, aunque lo sea en muchos (o en algunos, no sabría cuantificar) casos más por el éxito de la propaganda que por el triunfo en un debate crítico.
Volviendo al tema: efectivamente no se detecta nada parecido a una invasión masiva en el registro arqueológico de Galicia (que es el que conozco un poco y del que me atrevo a decir algo, siempre con sordina) en toda la pre/protohistoria. El campaniforme tenía algunos boletos, pero hoy se explica (y creo que se explica mejor) dentro de los bienes que señalan la emergencia de unas elites tras la disolución del "orden megalítico", como lo harán poco después los armamentos de cobre y los adornos de oro que aparecerán acompañando enterramientos individuales en cista (cuando no enterramientos secundarios en los túmulos dolménicos anteriores).
El bronce nos habla de contactos e influencias, pero no de invasiones masivas. Aunque la verdad es que el bronce nos habla poco salvo de los propios utensilios.
Los castros se entienden cada vez más como productos de la evolución interna de las sociedades (siempre teniendo en cuenta las modificaciones en los circuitos de intercambio que se dan, cuando menos desde época megalítica, a distancias muy considerables). Circulación de bienes, de ideas, de tecnología y, como mucho, de unas pocas personas, pero no invasiones masivas. Hoy se tiende a reducir la importancia incluso de la presencia de Roma en las proximidades de Galicia, a la que se habían achacado las transformaciones del final de la Edad del Hierro. Es asunto a debate, pero lo de las invasiones de celtas está, hoy por hoy (lo que no quiere decir que la cosa no pueda cambiar mañana), de capa caída. De hecho la única persona que creo que defiende las invasiones masivas para explicar el mundo castrexo es Rosa Brañas, y aun así tampoco estoy muy seguro.
Tal vez donde sí podamos ver algo así, no como invasión sino como colonización del territorio, sea en el megalitismo, que prefiero considerar como fenómeno tumulario, siendo el megalito una variante posible pero no necesaria. Cuando menos en algunos casos, la distribución megalítica es coherente con una colonización progresiva por sociedades de pequeños agricultores que en un segundo momento colaboran entre sí para construir grandes monumentos con dolmen que sustituirán a la constelación de pequeñas mámoas anteriores. En las zonas más favorables se pueden rastrear los territorios de las diferentes "tribus" contemporáneas, al igual que se pueden diferenciar zonas de gran dinamismo y desarrollo frente a otras mucho más marginales; fenómenos, si quiere, de centro/periferia a escala pequeña, pero definitorias de las tensiones de esas sociedades neolíticas.
Resumiendo: que el único momento en que los datos arqueológicos pueden hablar de un masivo aporte de población es en el neolítico, con la progresiva implantación de los megalitos como marcadores de territorio y todo lo que quiera echarles encima, que muchas más cosas son. V-IV milenio grosso modo. A partir de ahí, continuidad. Con crisis, con tensiones, con contactos, con intercambios, con aportes, con desplazamientos dentro de un orden, pero sin invasiones masivas ni nuevas colonizaciones desde fuera y desde lejos.
A mí me parece de maravilla que esos señores ya hablasen indoeuropeo, y si su idioma ya viene diferenciado de otros de modo que se pueda hablar de un protocelta o un celta germinal, tanto mejor. Al contrario que otros copartícipes del foro, me parece que esta visión cuadra mucho mejor con lo que nos dice la arqueología.
Y no sólo: por fin nos libraríamos de las adherencias que habitualmente trae consigo el término "celta": estructuras sociales obligatorias, sistemas religiosos hiperdesarrollados, etc. Y se explicarían mucho mejor otra serie de asuntos (desde el arte megalítico hasta la ausencia de tumbas principescas en la Edad del Hierro).
Galaica, y pensar que entró hace unos meses reivindicando a Gimbutas... ;-)))
Lgmoral (que es con L, no con I) es un sabio. Y ejerciendo de sabio se trajo, según creo que dijo Onnega, tanto a Villar como a Alinei y Benozzo: por algo será (¿son así los nombres? siempre los pongo mal, pero ahora no me apetece buscar los correctos) a esa xuntanza de Pontevedra a la que tanto lamento no haber asistido. ¡Y estuve en Pontevedra uno de los días, para asistir a un vídeo sobre petrolíferos, vulgo petroglifos! Ni me enteré, y eso que había sido anunciada por aquí. Un desastre, mi cabeza es un desastre.
No sé si habrá visto ya el artículo que los continuadores paleolíticos han dedicado a Galicia, para presentar precisamente en ese coloquio. Me dejó una sensación agridulce. Se han chapado toda la bibliografía actualizada, y además la han entendido, cosas extrañísimas ambas allende los Pirineos, y si me apura allende el Padornelo o Pedrafita, como quiera. Y sin embargo la construcción teórica me parece endeble, forzada, casi infantil en ocasiones. Como si no congeniasen bien la música y la letra.
Vaya de todas formas con cuidado, que eso de decir que lo castrexo aparece y se desarrolla por evolución interna está muy mal visto en ciertos ambientes. Por menos de eso le cuelgan a uno el cartel de anticelta y después se ve en los papeles acusado de mil fechorías. De todas formas, lo que usted plantea lo dicen todos los serios, porque no hay indicios de otra cosa. Hace años se hablaba con cierta liberalidad de "impulsos hallstattizadores" y metafísicas similares, pero desmoronó el tinglado, entiendo que de forma magistral, Antonio de la Peña en la ponencia que presentó en la I Reunión de Paleoetnología de la Península Ibérica o algo así (publicado en un Complutum en torno al 95, creo); fue un bombazo que algunos no quieren reconocer, pero cambió de rumbo la visión sobre la Edad del Hierro. De todas formas en Galicia hace tiempo que no hay debate sobre eso ni sobre casi nada: se lo cargó la Xunta de Galicia de Fraga, la cual, en este tema, declaró el Celtismo por decreto-ley, y los que no entraron por el aro fueron silenciados. Por supuesto que siguieron hablando, faltaría más, pero en las catacumbas, léase publicaciones científicas y cosas así. Ni un duro, ni una autorización, incluso persecución personal en unos cuantos casos. Pero con decreto oficial y todo, los más y los más serios opinan igual. Añada a Hidalgo Cuñarro y a de la Peña Santos, ya citados, a Xulio Carballo Arceo, a Tito Concheiro, a Suárez Otero (alias Mariño), a Pérez Losada, a Naveiro López, a Álvarez Núñez, a Acuña Castroviejo, a Arias Vilas, a Caamaño Gesto, a Vázquez Varela y a muchos más. Todos ellos metidos así, por el morro, en el saco del anticeltismo.
Lo del anticeltismo también es una coña marinera, maniobra propagandística de descrédito en unos en un momento en que como le dije el Celtismo era religión oficial, y lo fue hasta hace algo más de un año; simple despiste e inopia en otros. Porque no se trata de negar, y si me apura ni siquiera de poner en duda, la existencia de lenguas celtas en la Galicia de la Edad del Hierro, sino simplemente de exigir pruebas de la existencia de sociedades aristocráticas, ritos entronizatorios sobre podomorfos, cofradías secretas guerreras, etc. etc. de mayor solidez que unos mitos irlandeses o un relato único de una campesina. Es decir, se niega toda la adherencia que trae consigo "lo celta", todas las consideraciones extralingüísticas para las que no se encuentra evidencia de ningún tipo más que la imposición del dogma escolástico celtista. Y a quien se le ocurra sugerir que hay cosas de ese paquete celtista que no se ven claras, pues ¡hala! al cesto del anticeltismo. Pero en fin, eso es otro tema.
Galaica, la voy a matar a disgustos, pero ese enfoque de estudiar lo de cada lugar desde cada lugar, en profundidad, sin recurrir a deuses ex machina de invasiones y similares más que cuando se hace realmente necesario... es puro Renfrew. Y no me tome por un hoolligan del lord, que no hay nada de eso, pero creo no mentir si digo que fue él quien, con su tesis sobre el Egeo, puso de manifiesto la gran ligereza con la que se estaba hablando de colonizaciones, préstamos e invasiones para explicar lo que era explicable por evolución propia de cada sociedad. Más tarde lo aplicó al megalitismo con notable éxito de crítica y público, y de ahí se extendió a lo demás. De todas formas cuidado, que todo eso ya no está de moda. Lo que no sé decirle es cuál es la moda ahora, porque como me da igual, no la sigo. Pero todas esas cosas tan razonables no están bien vistas por los más guay. Son cosas ya de viejos caducos. Ojo, pues :-)
A pesar de lo último, como la visión es correcta, se impondrá (tome farol). Y ya salen voces jóvenes muy razonables que ponen freno a los excesos de la furiosa postmodernidad que nos invadió y todavía nos invade. Esté atenta a la pantalla, que en unas semanas estará en la calle la necesaria e inexistente síntesis de "lo castrexo". El título debería serle conocido, porque se llama como usted: "GALAICOS". Aunque miré por todos los lados y a usted no la vi por ningún sitio. Por machismo, seguro ;-)
Todo, por supuesto, a bote pronto y sin mayor reflexión. Negaré haberlo dicho, avisada queda.
Una pregunta última, más que nada para obligarla a continuar, que es un placer leerla. ¿Qué ocurre con la religión indoeuropea? ¿Hemos de suponerla formada en momentos neolíticos o calcolíticos? ¿Hay un núcleo inicial y desarrollos autónomos posteriores? ¿Y lo celta? ¿Llamaban ya *rew- a su *rew- los constructores de Carrowmore? No le pido certezas, que supongo que ponerle tiempo a las palabras debe ser cosa nada fácil, sino simplemente su opinión o, si prefiere, su intuición.
Diocles, no, lo de "usted dirá" era un pique a Galaica, y ya ve que entró al trapo.
Pero si usted también entra, mejor que mejor, que sus intervenciones me están pareciendo del mayor interés. De modo que si quiere, estupendo, pero no se sienta obligado, y menos a estas horas.
Sí, casi todas las páginas traen alguna información correcta. Lo malo es la información incorrecta que suele acompañarla (jejeje). Sin coñas: no digo en todas, aunque sí en todas las que recuerdo, hay sistemáticamente algún gazapo más o menos gordo.
Mucho me alegra la intervención de Giannini, sobre todo por la precisión de los datos, habitual en él. Si no respondí antes fue porque en mi cabeza faltaba esa precisión y no tenía ni bibliografía a mano ni tiempo para consultarla allí donde está.
Al grano. En la lectura del artículo me sorprendió esta frase, en la que entiendo hay una pequeña incorrección: "a pesar del cañoneo que desde el Castillo Viejo y de S.Antón se les hacía".
Como bien señala Giannini, el Castillo Viejo es la Torre de Hércules, y desde ella no se puede cañonear hacia el puerto de la ciudad. Creo que debe referirse a la Fortaleza Vieja, es decir, a los restos de la antigua fortaleza que había en el actual Jardín de San Carlos, inmediato por la parte de tierra al islote de San Antón en el que se estaba edificando el actual castillo. Es decir, la frase en cuestión debe decir lo mismo que la que transcribo a continuación, procedente igualmente del artículo de Alevín: "no cubriendo además, mas que la parte vieja, la fortaleza de S.Carlos, y el castillo de S. Antón, en un extremo del puerto".
Resumiendo: donde dice "Castillo Viejo" debe decir "Fortaleza Vieja", la fortaleza de S. Carlos.
De todas formas, en mi cabeza está que ni la fortaleza era ya tal fortaleza (o al menos debía estar bastante arruinada, por cuanto Felipe II, al ordenar la construcción del Castillo de San Antón, dice que se aprovechen las piedras de la Fortaleza Vieja), ni el Castillo de San Antón era aún tal castillo, sino más bien un proyecto, pues las obras habían comenzado hacía poco y era entonces un castillo en construcción. No sé precisar el estado concreto de cada uno de los dos edificios, pero parece que ninguno de los dos, uno por tarde, otro por temprano, estaba en sus mejores momentos.
La confusión entre Fortaleza Vieja y Castillo Viejo es habitual, de modo que, Alevín, no es ni siquiera un pecado venial. "Pataca minuta", que diría aquel célebre director del Compostela que anduvo a hostia viva con Gil y Gil y de cuyo nombre no me duele no acordarme. Supongo que esa misma confusión está en la base de lo que entiendo que es un bulo histórico que se repite a través de las generaciones: que en la construcción del Castillo de San Antón se aprovecharon las piedras de la antigua rampa de la Torre de Hércules. El bulo, que creo nace en unas palabras de un manuscrito de Boán que poseía Murguía, debe proceder de confundir la Fortaleza Vieja que se citaba en la orden de Felipe II con el Castillo Viejo.
Con todo, a lo mejor Boán, al equivocarse, acierta. Porque las piedras de la parte caída de la Torre de Hércules (la rampa y el muro perimetral) fueron extraídas a lo largo del siglo XIII, es de suponer que para ser empleadas en los edificios y murallas de la ciudad recién nacida (o renacida); entre estas construcciones estaba la Fortaleza (la que después será la Fortaleza Vieja). De modo que, al fin y a la postre, es posible que piedras de la Torre de Hércules estén hoy en las paredes de San Antón, previo paso por la Fortaleza Vieja del jardín de San Carlos. Donde sí creo que hay algunas es en el baluarte del Parrote, donde están o estaban los cañones. Pero no lo aseguro hasta que no se hagan algunas mediciones pertinentes, para ver si coincide el módulo con las que todavía existen en los cimientos del faro.
Y después de todo el rollo digo lo que habría sido obligado decir al principio, confiando en que el orden de los factores no altere el producto: enhorabuena por el artículo, Alevín. Y muchas gracias por recuperar esa página de la historia que, como usted señala, es injustamente desconocida.
La base del cubo minado, por cierto, salió a la luz hace unos años con motivo de no recuerdo qué obras de infraestructura ciudadana. Y creo que sigue estando en el mismo sitio, bajo el asfalto.
El "edificio" (muy bien puestas esas comillas) del aspa blanca es la "carpa" a la que se refiere Lino. Se trata de una cubrición que se fabricó en su momento para poder excavar el claustro de la catedral de Santiago. Cuando terminó la excavación y los curas dijeron que a ver si les quitaban ese monstruo de una vez, la trasladaron a Cidadela. La campaña de excavación del pasado otoño tuvo lugar bajo esa cubrición, lo cual les vino muy bien porque pillaron lluvias.
En efecto, Suso Celta, esos cuadrados que señala son restos de las excavaciones de años anteriores. Ahí puede ver restos de muros romanos, germánicos y altomedievales. Al final, la muralla del campamento.
Para completar sus medidas tiene que añadir, creo, no por el norte sino por el sur.
Joer, estamos poco matemáticos ambos, Arenas. Los 16 años los hizo en septiembre de 2005. El próximo septiembre el desastre iniciado pocos días después de su visita alcanzará la mayoría de edad.
Porque la excavación de 1989 fue en septiembre (la de los dos años anteriores también). El 30 de septiembre de 1989 el dolmen volvió a manos de su propietaria, la Diputación de A Coruña, que se había comprometido a iniciar las obras de consolidación el mes de octubre. Todavía no empezaron.
Y no, el dolmen de la foto no es Chan de Arquiña (ése es más pequeño y la cámara y el corredor no están diferenciados ni en planta ni en alzado). Aunque no sea el del Monte Penide de Redondela, le llaman también A Mámoa do Rei, como a la que usted dice. De todas formas, lo que se ve en la foto es una reconstrucción hipotética basada, precisamente, en Dombate, de estructura similar sólo que conservado prácticamente entero. En el de la foto tan sólo había unos pocos ortostatos; faltaban muchos de ellos así como la cubierta. Buena parte de los que se ven son nuevos, del momento de la restauración, realizada, por otra parte, con mucho cuidado, con mucho gusto y con criterios que considero muy acertados (sólo conservo la duda, mientras no vaya a verlo personalmente, de si se han diferenciado con claridad las partes antiguas de las partes reintegradas hace unos años; supe cómo lo habían hecho, pero lo olvidé).
La excavación, Arenas, se hizo en tres campañas, de 1987 a 1989. Las tres campañas fueron en los septiembres de los respectivos años. Es decir, lo que es el trabajo de campo de excavación, duró un total de tres meses, aunque a lo largo de tres años.
Exacto, Chan de Castiñeiras. No se lo puse antes porque dudaba entre ése y Chan de Armada. Pero creo que efectivamente es uno de los de Chan de Castiñeiras (hay al menos otro, si no recuerdo mal; uno con grabados, cuyo túmulo fue destruido por otra Diputación, esta vez la de Pontevedra, al construir una carretera que, literalmente, no lleva a ninguna parte).
Tiene usted un vídeo, animado por un locutor impagable, de la Mámoa do Rei (conocida en literatura arqueológica como "Chan de Castiñeiras 1") ya restaurada, en
Lino, no seguí el caso más que lo que se comentó en algún medio, no recuerdo ya si en la prensa o por aquí. Con lo que me quedé es con que el Servicio de Obras de la Diputación (bien conocido hace años por dejar para el arrastre todo cuanto puente tradicional o antiguo caía en sus manos) se cargó alguna mámoa al ampliar una carretera. La última noticia que recuerdo es que la Xunta (Patrimonio) estaba en un tris de meterle un multazo, pero no sé en qué quedó la cosa. Ni siquiera sé bien si es así como lo digo.
¿Y qué voy a opinar? Que estamos como siempre, y que una multa, si la meten, no va a arreglar demasiado aunque puede ayudar. Lo cierto es que esas grandes corporaciones (diputaciones, ayuntamientos de ciudades, la propia Xunta) son unas maquinarias monstruosas en las que los grandes departamentos actúan con casi total independencia y nula comunicación entre ellos. El Servicio de Obras presenta un proyecto al pleno, interesante en sí mismo, y se aprueba sin que nadie revise las repercusiones sobre otros aspectos como el Patrimonio Arqueológico en nuestro caso. A mí me parece que lo normal es que hubiese en cada gran administración un servicio de Patrimonio Histórico, con diferentes especialistas, que se dedicase fundamentalmente a asesorar e inspeccionar si las intervenciones del propio organismo cumplen la legislación sectorial o inciden en algún elemento digno de ser protegido; al tiempo podrían asesorar en materia de patrimonio a los ayuntamientos más o menos pequeños que carecen de técnicos de nivel superior. Pero que si quiere usted arroz, doña Catalina. La diputación de Coruña lo tuvo a huevo, pues no hace tanto estuvieron contratados por ella unos cuantos equipos de diferentes especialistas (arqueólogos, arquitectos, aparejadores, historiadores, historiadores del arte y seguro que me olvido de alguno), y hasta hace muy poco siguieron dos arqueólogos que ya no están.
Lo cierto es que lo del Patrimonio Histórico sigue importándole un rábano a casi todo el mundo. Y cuando hay algún pequeño cambio de mentalidad, es para contemplarlo como fuente de ingresos a costa del turista. Nunca como resto histórico, ni para el goce propio de los habitantes del país. Eso no cuenta.
En el caso de Dombate, una de las cosas curiosas y fastidiadas es que los sucesivos presidentes de la Diputación (salvo Torres Colomer, que no sé lo que pensaba al respecto) tenían y tienen interés auténtico en que Dombate salga adelante. Me atrevo a afirmarlo de los otros tres: Romay Becaría, Lendoiro y Fernández Moreda. Y no me refiero a declaraciones, sino a ese acto, más prosaico pero definidor de eso que se llama "voluntad política": la habilitación de pelas en la partida presupuestaria correspondiente. De modo que, en este caso, no vale lo de echar la culpa al desinterés de los políticos. Lo que no acabo de entender es por qué no sale.
En cuanto a lo otro, anímese a poner algo, que intentaré seguirle.
Cualquiera que estudie con un poco de rigor la Torre de Hércules sabe sobradamente que no está establecida con firmeza la cronología inicial del monumento. Si bien es cierto que en guías y demás publicaciones acostumbradas a beber en fuentes inciertas, y siempre sin citar, suele aparecer la mención a Trajano, la investigación dista mucho de aceptarlo como hecho establecido.. Más bien al contrario. Sin ir más lejos, en este mismo portal se pueden encontrar comentarios al respecto, firmados, entre otros, por mí.
La atribución a Augusto, que el autor pretende originalidad suya, tampoco es nueva. Salvo error de mi memoria, Rodríguez Colmenero o Fernández Nieto ya han escrito sobre esa idea. Yo mismo también.
Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto.
El autor llega tarde. Llega tarde y, para colmo, llega mal: no sólo su proceso de construcción del conocimiento es inválido, sino que, por variar, se basa en datos dudosos cuando no en puras y simples mentiras.
Por ejemplo, lo que se refiere al quinario de Publio Carisio. Bajo las fotografías pone el autor que es una "moneda aparecida en la Torre de Hércules" y más arriba dice que fue encontrada "durante el transcurso de la excavación realizada en el siglo XX".
Ambas cosas son falsas, y lo grave es que no sólo lo sabe el autor, sino que la falsedad resulta patente al leer el texto que incluye: "... habían sido localizados en 1947 por Luis Monteagudo, en los cortes realizados con motivo de unas obras en la llanada inmediata a la Torre de Hércules por su lado sur".
Nada de excavación, nada de "en la Torre". Unas obras en las proximidades.
Aunque no sea grave para el fondo de la cuestión, no deja de ser sintomático de su forma de hacer que señale, en la cita, que los restos a los que se refiere estaban en el Castillo de San Antón, cuando el texto deja perfectamente claro que no estaban allí, sino en el Archivo del Reino de Galicia. Una muestra más de la incapacidad del autor de tocar un tema sin tergiversarlo. Fíjese, Sr. autor, en lo que dice el texto, y lea ahora con más atención:
"Con todo, las cerámicas del Museo no completaban la panoplia de lo
encontrado por Monteagudo, de hacer caso a las informaciones publicadas
en su momento por la prensa. Faltaban fragmentos de tégulas
e ímbrices (lombrices decía el diario local) y, sobre todo, fragmentos
de sigillata y campaniense.
Dimos con las piezas que faltaban de forma casual, gracias al director
de entonces del Archivo del Reino de Galicia, Pedro López. En
unas cajas con objetos que Monteagudo había entregado al Archivo
junto con su fondo documental familiar, se enconraron las piezas buscadas,
así como otras de diversa procedencia.
Así pudimos contemplar los fragmentos de terra sigillata, entre los
cuales figuraban modelos nada frecuentes en Galicia,..." [etc]
Es decir, el quinario de Carisio no apareció en la Torre de Hércules, no apareció en el transcurso de una excavación, y no fue encontrado entre los materiales del Museo Arqueológico. Hay que reconocer al autor el mérito de no haber dado ni una cuando en el texto que manejó todo está perfectamente claro. Salvo, claro está, que a pesar de haber entendido el texto haya decidido manipularlo para que se ajustase mejor a sus pretensiones. "No dejes que la realidad te estropee una teoría" es una máxima bien conocida que inspira el actuar de todo buen deturpador.
Dice el autor que "La aparición de monedas en los yacimientos arqueológicos es una de las evidencias que se utiliza para su datación". Dejando a un lado la mala utilización del término "evidencia", por desgracia cada vez más frecuente en la mala literatura arqueológica, es cierto lo que dice. Las monedas, como cualquier otro resto material, pueden ser elementos que ayuden a establecer la cronología de algún acontecimiento. Pero para que puedan serlo se requieren muchas condiciones, entre las cuales tal vez sea la fundamental la existencia de un contexto claro. Ese contexto, en el caso que se comenta, no existe, por lo que su valor como prueba cronológica queda reducido a cero, a la nada. De modo que la frase "... la aparición de esta moneda de plata de Augusto en la zona sur de la Torre y cercana al ara dedicada por el arquitecto lusitano director de los trabajos permite dar crédito a la tesis defendida por Florián de Campo" se desvanece.
Claro que, además, tampoco es cierto que la moneda se hubiese encontraro "en la zona sur de la Torre", sino fuera de la Torre hacia el sur; ni que estuviese "cercana al ara dedicada por el arquitecto", salvo contemplando la escena desde una perspectiva lejana.
Pero es que, para colmo, la moneda aparece en los materiales de Monteagudo con un fragmento de cerámica iberopúnica que, a decir de Shubart (quien de esas cosas sabe un rato), debe ser fechada en el siglo III aC. Si la moneda es prueba de la construcción de la Torre en el I aC, como afirma el autor, la cerámica debe tomarse a su vez prueba de que fue construída en el III aC; y como ambas están igualmente "cercanas" a la inscripción del arquitecto, hemos de deducir, siguiendo su peculiar hermenéutica, que el arquitecto era un púnico de la comarca gaditana.
Y todo ello sin considerar que las monedas perviven, tanto en su uso como en su tesaurización en el caso de ser de metales nobles. El quinario de Carisio está rodado, muy rodado, tanto que su lectura es difícil y sólo se consigue con una iluminación muy rasante y matizada. Lo sé muy bien porque no fue nada inmediato hacer las fotos con las que se ilustra el "artículo".
Pero hay más, aunque parezca imposible. Fiel a la vocación de tergiversador, el autor nos dice más adelante que "... Este arquitecto lusitano no fecha su trabajo, sin embargo la aparición en la zona próxima de la moneda de Augusto ya reseñada, permite imaginar que el ara y la moneda forman conjunto de una común "cápsula del tiempo" que depositada en la cimentación del edificio permitiría recordar a quienes participaron en su construcción."
La moneda aparecida casualmente, fuera y bien fuera del edificio de la Torre y bien alejada de la inscripción de Sevio Lupo, aparece por arte de birlibirloque "en la cimentación del edificio". Pues no. Ni cimentación, ni edificio, ni cápsula del tiempo, ni nada de nada. Tan sólo invento y tergiversación, como siempre.
Podría seguir, pero es aburrido andar corrigiendo errores de quien no quiere aprender. Aunque sea un deber social enfrentarse a los desmanes de los pseudocientíficos, siempre dispuestos a retorcer la verdad para acomodarla a sus intereses. Espurios, por más señas.
Antes de cerrar de puro aburrimiento, sólo un comentario más a lo que parece indicar el próximo advenimiento de nuevas barbaridades:
1) La intensa labor constructora de Publio Carisio, quien por lo visto contrató una legión de arquitectos para llenar el mundo con acueductos y no sé cuántas zarandajas más. Todo inventado.
2) El cambio de nombre de Carisio por Carisino. A saber qué horrores nos está anunciando esta nueva e inusitada acrobacia.
Y ya está. Qué aburrido, joder. Qué aburrido.
Todo lo cual, aclaro, nada tiene que ver con que la Torre sea de Trajano, de Augusto o incluso de Julio César.
Está claro que la falsa ciencia, cuando no la pura pseudociencia, dan para mucho.
No tenga problema, que quien localizó -no sin trabajo- la moneda en cuestión en lugar tan exótico como el Archivo del Reino de Galicia, que es el mismo que dio los pasos pertinentes para identificarla de forma segura (unos cuantos años antes que usted, por cierto, y sin la ayuda de Google), que la fotografió, que la dio a conocer en conferencias y publicaciones (en papel y en la red) y que la expuso en la vitrina del Museo en la que se encuentra a vista de todos, no tiene la menor intención de proceder a ningún tipo de caprichoso "expurgo" que más bien suena a censura. La moneda, a pesar de su falta de contexto preciso, aunque no es prueba como usted pretende, sí es indicio. Y aunque no lo fuera, existe y debe ser mostrada para que todo interesado la conozca y la emplee como guste. Incluso aunque, como en su caso, la emplee mal: para esos casos está la libertad de crítica y de debate, correlato intrínseco de la libertad de expresión.
Cuando uno se enfrenta a un libro o un artículo, suele ser buena cosa leer con atención el texto en vez de quedarse sólo en contemplar los "santos". Si usted, después de darle al Google para informarse de quién era el hijo de Tito, hubiese vuelto al texto y lo hubiera leído, tal vez se hubiese enterado de las circunstancias deposicionales de la moneda en la que cree haber encontrado la piedra filosofal. Lea ahora con más atención, a ver si pilla:
"Si bien la media se sitúa en torno a los 50 cm de potencia [en los sondeos practicados en la llanada que se extiende al S de la Torre], como se aventuraba en el proyecto de intervención sometido en su día a aprobación, las dos potencias mayores, en torno al metro, las presentan las catas B y F, en las que se presumía una mayor sedimentación a la luz de la topografía disponible, al situarse en una zona deprimida que recorre el centro de la llanada en dirección Sur. Esta depresión cruza también la construcción
militar en cuyos cimientos Monteagudo había encontrado materiales romanos, interpretados por dicho autor como venidos por arrastre de una zona más alta; el hecho de que el único resto romano aparecido en la actual intervención proceda de la cata B refuerza los argumentos de dicho autor, haciendo suponer que los restos romanos hayan estado en su origen en los alrededores inmediatamente próximos a la Torre, quizá en su zona Este."
Es decir, ya Monteagudo había interpretado que los restos encontrados por él no estaban en posición primaria, sino que venían del arrastre, y su interpretación se ve reforzada por los resultados de los sondeos. Pero es que, además,
"La mayor parte de las catas puso de manifiesto la utilización de la roca madre como cantera. Este hecho resulta coherente con los datos obtenidos de la investigación documental llevada a cabo al compás de la preparación de la exposición "Ciudad y Torre. Roma y la Ilustración en La Coruña", con posterioridad por lo tanto a la intervención arqueológica. Nos referimos al aprovechamiento de los alrededores de la Torre como cantera por parte de particulares, documentada cuando menos desde 1729 (Copia de la carta que la ciudad de La Coruña remitió al Conde de Ytre en la que se le pide conceda libertad de arrancar piedra sin que esto vaya a perjudicar la construcción de fortificaciones, en Libro de Actas de Acuerdos Municipales, Acta del 2 de Agosto de 1729. Archivo Municipal de La Coruña, 1.2. Pleno. C-38.), y la misma utilización como cantera durante las obras de reedificación llevadas a cabo entre 1788 y 1791. Las rocas de las inmediaciones de la Torre sirvieron para la extracción de mampostería con destino a dichas obras, en cantidad que supera los 1.500 carros, "arrancada en el monte por los operarios de la obra", "de la falda del monte de la Torre", o "de las inmediaciones", según consta en el Cuaderno copiador de las relaciones mensuales de la obra ejecutada en la de reparación de la Torre de Hércules desde su principio hasta su conclusión (ms., Biblioteca del Real Consulado de La Coruña)."
Es decir, esos estratos de aluvión depositados en la llanada a lo largo de los siglos, fueron removidos y modificados por intensas labores de cantería; lo que ya estaba fuera de su lugar original vuelve a ser cambiado de lugar, tanto en superficie como en altura. Pero es que, además,
"Todo el material, con excepción del fragmento de tégula, aparece revuelto entre distintas capas de echadizo, lo que parece evidenciar un relleno del terreno, posterior a la reedificación de la Torre, quizá como preparación para su utilización agropecuaria."
Es decir, después de toda la llegada de materiales de aluvión, después de que éstos fueron revueltos por la cantera, se rellena ésta con tierra traída de vaya usted a saber dónde; y esa tierra contiene materiales de épocas muy distintas que aparecen, desordenados y mezclados, en las catas practicadas.
Volviendo a la moneda (y a los restantes materiales encontrados por Monteagudo, que son tanto o más interesantes que ella), desconocemos las circunstancias de su posición estratigráfica antes de ser removida por las obras. Si hubiese estado, por ejemplo, en una tierra compacta rellenando una irregularidad del terreno, podríamos aventurar que permanecía en el mismo lugar en que fue depositada por el arrastre de aguas (un arrastre que situaría hipotéticamente su origen en la zona E de la Torre, es decir, en la contraria a la inscripción con la que está usted empeñado en vincularla); pero no lo sabemos. Así, no podemos afirmar que no haya venido con las tierras, originalmente en otro lugar, vertidas durante la actividad de extracción de piedras, o con las tierras de relleno posteriores.
Por eso de la moneda no podemos deducir todo eso que a usted le gustaría, aunque la tentación sea fuerte. ¿De verdad piensa que es usted el primero en saber que Carisio era el legado de Augusto, y que la presencia de la moneda apunta a la posibilidad de que la Torre hubiera sido edificada, o cuando menos iniciada, durante su imperio? En fin, allá usted con sus megalomanías.
Por seguir la costumbre, se equivoca, y ya le he dicho antes que otros más sabios y con más conocimiento de causa, más sensatez y más mollera, han hablado y hablan de un origen augústeo de la Torre y de su posible interpretación como una de las Aras Sestianas.
¡Qué hermoso hubiera sido encontrar en los sondeos algo, un resto constructivo, un suelo original, unas ruinas de edículo, algo que documentase una presencia augústea (nunca supe bien si es "augústea" o "augustea", de ambas formas lo he visto escrito) estable en la llanada de la Torre, que contextualizase la moneda y la campaniense! Pero no, nada de nada. Tan sólo un subsuelo granítico objeto de mil puñeterías a lo largo de los siglos. Pues tampoco pasa nada: el gozo al pozo, y a seguir trabajando.
A seguir trabajando. No me refiero al trabajo de excavación, que es complicado de hacer por su necesidad de financiación, concurrencia de especialistas, obligatoriedad de permisos, etcétera. Hay muchas cosas que se pueden hacer sin necesidad de permiso alguno. Por ejemplo, un estudio arquitectónico de detalle de los aparejos, los módulos de los perpiaños de los cimientos y de los vanos del edificio, de los grandes sillares moldurados que conservan los negativos de grapas, de la cornisa que se exhibe en la cripta en el mismo lugar en que fue encontrada sin modificación alguna, del mortero empleado en los cimientos y en el edificio, etcétera. Un estudio arquitectónico de verdad, no esotérico. Para estimular los jugos gástricos puedo apuntar que otros sabios (en este caso una sabia, catedrática en Cataluña por más señas) ya apuntó hace años, empleando su ojo de buena cubera, la opinión de que algunos de esos rasgos estaban hablando de Augusto. Pero no llega con eso. Lo siguiente es trabajar, trabajar, trabajar y, si hay suerte, demostrar.
¡Pues hágalo usted!, me dirán algunos, no sin razón. El problema es que para hacerlo hay que tener tiempo y ánimo; desde hace unos años me falta sistemáticamente lo primero, y lo segundo se va y se viene alternativamente, como con la luna. Pero ahí está para quien disponga de tiempo y se anime a hacerlo, y no se requieren especiales permisos, ni costosos análisis, ni kafkianas deambulaciones eternas por pasillos y despachos para obtener una bendición burocrática.
Pero mire, ya puestos, lanzo el reto a don Giannini, a don Brigantinus y a quien se apunte, por si pican. Si se animan, damos un vistazo al asunto un fin de semana o así y después lo contamos por aquí para colectiva discusión. Todo es válido en el objetivo de zamparse un buen pulpo en O Fiuza, también próximo a la Torre hacia el sur y asimismo sin relación alguna con la inscripción de Sevio Lupo, o para tomarse unas garimbas en la Cervecería por antonomasia, más alejada de la Torre pero emplazada en el camino hacia O Corgo del río de Monelos, donde los habitantes de la Torre romana ponían el lino a secar, de modo que también vale.
Volvamos a los materiales de Monteagudo. En el momento en que los recogió nada seguro había sobre la Torre más que la Torre misma, el dato epigráfico de la inscripción de Sevio Lupo, la referencia de Orosio al altissimam pharum y los documentos medievales que hablaban de la pinnam ab antiquis hominibus fabricatam (cito de memoria, no lo tomen como textual). Los restantes documentos eran ya interpretaciones, que dicen más de las manías de cada época que de la Torre misma; así, y también de memoria y con riesgo de error, en el siglo XII se suponía que el autor era Julio César, en la Edad Moderna se le calzaba a Augusto, y en el XVIII a Trajano (por no meter en danza a Hércules, Breoganes y demás); parece un asunto de modas intelectuales más que otra cosa, aunque esas modas se razonasen como hizo Cornide.
Los materiales de Monteagudo, de antigüedad nada supuesta, son los primeros documentos de índole arqueológica mueble asociados, si no a la Torre misma, sí al cabo o península en la que la Torre se asienta. Son indicios de que una intervención arqueológica podría resultar científicamente rentable, y sugieren presencia humana en dicha península desde momentos muy tempranos, tan tempranos como el III aC (siempre que la identificación de Schubart sea correcta), continuados en el I aC (moneda y campaniense) y en el I-II dC (sigillatas hispánicas).
Todo ello resultaba coherente con lo que se iba sabiendo, poco a poco, del solar de la ciudad y de las aguas de la bahía. En estas últimas habían sido dragados materiales de las mismas épocas, como una boca de ánfora púnica Mañá A, de en torno al III a.C., y restos del II-I aC como son un plato campaniense y buenos fragmentos de ánforas Dressel 1 (todo ello identificado en su momento por Naveiro, cuyo buen hacer me parece más que fiable). Campanienses y Dressel 1 aparecían también en diferentes puntos de la ciudad.
Nada de ello prueba, pero todo ello indica y sugiere. Son, por lo tanto, restos importantes, básicos a la hora de proponer hipótesis de trabajo. De trabajo, es decir, hipótesis que ayuden a diseñar el trabajo posterior que permitirá, con suerte, rebatirlas o hacerlas más fuertes si salen airosas.
Los restos de Monteagudo no prueban, como usted pretende, que la Torre haya sido edificada por Publio Carisio. Pero sí que pueden señalar que desde momentos muy tempranos hubo presencia humana (y de materiales mediterráneos) en la península de la Torre. En nuestro caso, sabemos además que alguien perdió una moneda y rompió un plato o una taza a finales del I aC. Ciertamente es posible y coherente, dado que no se conoce asentamiento alguno en las inmediaciones, que esa presencia tuviera que ver con la valoración y el uso de la citada península en el marco de la navegación marítima. Una valoración y un uso que llevaron, en algún momento, a la construcción de un faro: ahí está. Pero aun dando por bueno que la península se usase a tales efectos desde cuando menos Augusto si no César o antes, no sabemos cuándo se construyó el faro. Ni siquiera sabemos si se construyó de una vez o por etapas, o si primero fue pequeño y más tarde se hizo más grande.
Contra lo que usted piensa, a mí me gustaría que se probase que el faro es de Augusto, o al menos que su construcción comienza con Augusto. Pero entiendo que hasta ahora no se ha probado (aunque, como le he ido diciendo, la idea no es original ni nueva y puede que cada vez más indicios apunten hacia ahí). Queda todavía mucho por hacer hasta llegar a una conclusión que pueda darse como cierta.
En otro lugar de alguno de estos foros comenté lo incierto de la atribución de la Torre a Trajano (y de hecho los estudiosos del emperador no ponen la Torre en la lista de sus obras, o eso creo; corríjaseme si estoy errado). En otro, creo que respondiendo a Giannini, conté la mala suerte que cayó sobre una muestra enviada a los laboratorios de C14 y que, a mi entender, podía ser preciosa para establecer con cierta precisión (con las limitaciones propias de la técnica empleada, por supuesto) el momento de inicio de las construcciones en la Torre.
Pues bien, debo agradecerle haberme hecho volver de nuevo a la Torre. Ayer por la noche, al volver de una cena tardía y copiosa con unos amigos, me puse a escribir una larga respuesta de la que ésta no es más que una especie de duplicado. Al llegar a estos comentarios sobre datación, cedí a la tentación de volver a abrir, una vez más, mis viejos archivos con los resultados de las fechas de C14, la relación de unidades estratigráficas, los listados de materiales asociados a cada una de ellas, la enorme matriz Harris, etc. Eran, más o menos, las tres de la madrugada.
Ahí me puse de nuevo a torturar el coco a ver si sonaba la imposible flauta. Y tal vez sonó, no lo sé. Lo cierto es que me di cuenta de algo evidente pero que hasta ahora se me había escapado. Hasta ayer me había obsesionado la fecha, incongruente, resultado de esa pequeña lámina de carbón que podría fechar el inicio de la construcción de la Torre. Y no le había prestado mayor atención a otra fecha, asimismo incongruente, de un estrato bien datado por sus materiales. Ayer se me iluminó la bombilla y me di cuenta de que sólo había dos fechas incongruentes en la larga relación de muestras analizadas; tan sólo dos de un total de 32. Además, esas dos muestras formaban parte de un paquete de tres (el resultado de la tercera es coherente con su contexto) que se analizaron en un momento distinto a las restantes. El asunto es que si se invierten los resultados, es decir, si aplicamos cada resultado a la otra muestra, todo encaja. Error en esas muestras lo hay seguro. ¿Es posible que el error venga de algo tan tonto como una equivocación al pasar a limpio un listado, cruzando dos líneas? Desde luego, puede ser, y no sería nada infrecuente. Ayer mismo me encontré con un error similar en un listado que me pasó el comisario de una exposición: un cruce de números en los de inventario de las piezas. Pero hay un abismo enorme entre que algo pueda ser y que algo sea.
Mañana me pondré en contacto con el laboratorio para que revisen los listados originales suyos, para que revisen incluso las muestras originales, para ver si se dio este error. Si es así, el bingo es de categoría. Si no, pues tampoco pasa nada: el gozo al pozo, y a seguir trabajando. Ya les contaré.
Cuando terminé de mirar todo eso y de escribírselo a ustedes, eran las siete de la mañana. Le di al botón para que entrase, con el resultado que ya otros padecieron antes: la conexión estaba cerrada y se perdió todo lo escrito.
Para acabar con el tema de la moneda, resumo lo que ya le dije en anterior mensaje: ni apareció en la Torre, ni mucho menos en sus cimientos, ni nada indica que esté relacionada con la inscripción de Sevio Lupo, ni existe ninguna “cápsula del tiempo” que encierre ambos elementos. Entiendo que sí podemos afirmar que esa moneda fue perdida en algún momento de finales del I aC en una amplia zona que abarca la llanada que se extiende al sur de la Torre, incluyendo al monumento mismo; pero no hay nada que nos permita ir más allá. Ni que nos diga si en el momento de perderla la Torre ya estaba construída, estaba en construcción, o todavía tenía que esperar un tiempo antes de que fuese comenzada. No lo sabemos.
Así es, y así lo cuento. Y como es, la moneda y los restantes objetos se exponen y seguirán expuestos en la vitrina del museo, en la medida en que puedo afirmarlo, que es menos de lo que muchos pueden creer pero más que lo que a algunos les gustaría que fuese. Porque tanta manipulación y tergiversación hay en inventar datos, como en retorcerlos de forma ilícita para hacerlos decir lo que no dicen, o como en ocultar los que, por una u otra razón, nos resultan molestos o inconvenientes. Y porque todos los ciudadanos tienen derecho a saber la verdad, incluso la verdad de que el pasado no es fácil de aprehender, de que hay objetos que, por mejor identificados y por más que sea conocida su antigüedad (y éstos lo están y su antigüedad no tiene nada de supuesta, siempre, por supuesto, mientras no se demuestre lo contrario, que seguridades absolutas sólo las hay en las matemáticas y en la religión, y esto no va ni de unas ni de otra) no nos hablan con la claridad que desearíamos sino que su resupesta es ambigua cual de oráculo, y de que lo que importa es el desarrollo honesto de un proceso que intenta, con rigurosidad y sin concesiones, llegar hasta donde se pueda.
Aunque el resultado final sea haber aumentado las dudas y las frustraciones de no poder llegar a donde se quería. Que, a fin de cuentas, o importante é ter saúde e os pés quentes.
Y además no sé por qué les largo todo este rollo, cuando todos sabemos que el faro romano estaba en Curtis del Obispo.
Y Dios en la de todos.
PS: Aunque le cueste entenderlo, aunque poquito, algo conocemos. Por ejemplo, conocíamos lo de Mérida y lo de la Carisa (un campamento de fortuna, no estable, por cierto). Pero no me refería a eso, sino a esa imparable actividad febrilmente constructora de Carisio, la que le llevó a enviar una legión de arquitectos para que, cual misioneros, llenasen el mundo de “torres, puentes y acueductos” además de erigir “infinidad de monumentos conmemorativos” o algo parecido (las comillas no significan aquí cita textual). Y todo ello en el poco tiempo que el buen (es un decir) hombre actuó como legado. ¿Ha sacado todo eso de algún lugar diferente a su imaginación?
PS(2): Pues claro que los objetos bien contextualizados pueden datar muchas cosas. Doy por supuesto el buen hacer de Jorge Camino, por lo que si él dice que la moneda de Carisio de la Carisa data el yacimiento, así debe ser salvo prueba en contrario. Pero no es el caso, como ya hemos visto, de la moneda de la Torre. Otras hay, bien contextualizadas, que sí datan acontecimientos concretos de la vida de la Torre. Pero ésa, no.
Y que sea con salud. Mejorando lo presente y salva sea la parte, por supuesto.
Pues el rumor acaba de llegar a casa y está en ella de puritito milagro, que trabajo le costó convencer al médico de urgencias de que no lo dejase ingresado en el Modelo (no "la" Modelo, que eso es otra cosa).
Tal como sospechaba, estoy pasando un cólico nefrítico desde ayer por la noche. Esta tarde, al levantarme de una siesta de ésas de desmayo, ya me fui a urgencias porque la cosa no iba precisamente bien. Allí me metieron un chutazo de cuarto litro o así de buscapina (bueno, el cuarto litro era el del suero del gotero en el que inyectaron la buscapina). Mientras me chutaban hicieron los consiguientes análisis de sangre y orina. Cómo avanzan esas cosas, redios; en menos de una hora estaban los resultados. Éstos señalaron que tenía una brutal pielonefritis aguda, con lo que me metieron otros dos chutes, uno tras otro, de un antibiótico ad hoc. Finalmente, al ver que todavía razonaba algo, me dejaron marchar para casa, haciéndome prometer que no mataría a viejecitas por el camino.
Si anda todavía por ahí, Giannini, mándeme una dirección de correo a elpater@gmail.com, hagalfavor. Si no, dejo el recado para mañana.
En otro orden de cosas, lo que más gracia me hace de todas las barbaridades (por exceso) que algunos andan diciendo, es lo de mis archivos particulares. Deberían cambiar de oráculo o de ouija, porque siguen sin dar una. Vaya panda fenómenos, con perdón, mejorando lo presente, salva sea la parte.
Si no me equivoco, Giannini, la tesis en cuestión puede consultarla en la Biblioteca Auxiliar del Museo Arqueológico coruñés. Se lo verificaré cuando esté en condiciones, que ahora no estoy.
No me había fijado en esa frase "reconstrucciones poco afortunadas de faros como las hechas de la Torre de Hércules". O mejor, había pasado por encima, en una lectura rápida, dando por hecho que se refería a las reconstrucciones hipotéticas como las de Hutter o Hague. Si es como pensé, nada digo, porque muy afortunadas no son (sobre todo la de Hutter). Si se refiere a la obra de Giannini (el otro), la frase es una burrada de campeonato. La obra de Giannini no sólo es modélica para su tiempo, sino que presenta rasgos esenciales que no van a ser comunes hasta muy avanzado el siglo XX. El chavalote era un fenómeno. Alfredo Vigo sospecha y argumenta (y argumenta bien) que, además, tras él estaba la figura de Josep Cornide, que tampoco era un mindundi precisamente.
De la cita, cuya referencia bibliográfica resulta prácticamente inutilizable al no cumplir los cánones al uso, me llama la atención, lógicamente, la frase "Des fouilles pratiquées au pied du phare ont fourni de la ceramique sigillée des 1er et 2 siècles; il y eut donc, à proximité du phare, un habitat romain au Haut-Empire, lié probablement à l´antretien du phare ".
No sé si con esas "fouilles" se refiere a la recolección de materiales de 1945 o a la excavación de 1992-94. Sea como sea, la deducción no parece demasiado correcta, o, cuando menos, nadie ha sido capaz de descubrir tal habitat hasta hoy.
De momento, Giannini, es suficiente para conocer la rigurosidad de quien la puso.
(vamos, que ni idea de la fecha ni de la referencia bibliográfica; es lo que ocurre cuando no se sabe citar)
En otro orden de cosas: para mí que de lo que se encargó Sevio Lupo fue del traslado, piedra a piedra, del Palacio Episcopal del Obispo de Curtis de la península de la Torre a Cidadela, a fin de hacer sitio al faro.
Al final era "el Tranoy" por antonomasia. Buen libro, aunque se le noten los más de 25 años que lleva encima. Intente leerlo y entenderlo. No le vendrá mal.
Salvo que haya una edición posterior, de bolsillo o así, tiene un solo volumen.
En una cosa sí acierta: las pielonefritis son dolorosas, sobre todo si se extienden a los órganos vecinos. Aunque no creo que mi aparato génitourinario sea asunto de su incumbencia, puedo afirmar que la mezcla de Voltaren intramuscular y Buscapina intravenosa es efectiva al respecto.
La nota de El Ideal Gallego, Giannini, si no me falla la memoria, está transcrita (al menos en sus partes sustanciales) en alguna parte de Ciudad y Torre.
Para lo del C14 todavía habrá que esperar unos días. Si algo sale, no tenga problema que informaré.
En el Museo está (o debería estar, hace bastante que no lo consulto) el Tranoy. De pública consulta, por supuesto.
La nota de El Ideal Gallego, Giannini, si no me falla la memoria, está transcrita (al menos en sus partes sustanciales) en algún lugar de Ciudad y Torre.
Para lo del C14 todavía habrá que esperar unos días. Si algo sale, no tenga problema que informaré.
En el Museo está (o debería estar, hace bastante que no lo consulto) el Tranoy. De pública consulta, por supuesto.
El Tranoy fue editado en un único tomo o volumen. Otra cosa es que sus fotocopias las hayan encuaderndo en dos paquetes para hacer manejables las más de 600 páginas (con más de 1,5 Kg) del libro.
Y claro que puede poner "livre II". Como la Ilíada, o Estrabón. Se refiere a partes de la obra, no a tomos.
Por mí no hay problema en que persista usted en su error. Es, por otra parte, lo que suele hacer. Pero debería tener presente que eso deja patente que no tiene usted ni idea de lo que habla.
Pero no estaría mal que, cuando tenga acceso al Tranoy de verdad, el de imprenta, no a fotocopias, y compruebe que se trata de un solo volumen, después lo dijese por aquí reconociendo su metedura de pata.
Esta temporada tocaba un buen Barrantes rojo y espeso, pero me temo que voy a tener que acompañar los lacones con agua mineral. Sic transit gloria mundi!
Me refiero a su probada incapacidad de tocar una cita sin tergiversarla. Pero hombre, fíjese un poco, por amor de Dios. Que no llega con tener muchas ganas; ni siquiera llegaría (si fuese el caso) con tener mucha mollera, sino que hay que trabajar, al menos un poco, fíjándose en lo que se hace.
Primero fue la falsedad de que la moneda de Carisio había aparecido en los cimientos de la Torre, cuando usted mismo cita un texto que describe con precisión su hallazgo, resultando que no tiene nada que ver con eso.
Y ahora cita un comentario de este Brujo Redivivo que suscribe aplicándolo a las Aras Sestianas sin que tampoco tenga que ver con el asunto:
SU COMENTARIO:
"Otros colocaron aras y torres en Coruña y Campa Torres.
El Brujo Redivivo
10/02/2007 15:59:59
La atribución a Augusto, que el autor pretende originalidad suya, tampoco es nueva. Salvo error de mi memoria, Rodríguez Colmenero o Fernández Nieto ya han escrito sobre esa idea. Yo mismo también.Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto."
MI COMENTARIO SOBRE LAS ARAS SESTIANAS:
"Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto."
Ni Rodríguez Colmenero ni yo. Sólo Fernández Nieto. Y lo tiene un poco más arriba en esta misma página. El párrafo anterior, el que usted cita, hace referencia a Augusto, no a las Aras Sestianas. No es difícil entenderlo, de verdad.
En las otras locuras suyas (e inventos) ya no entro. Allá usted y quien le haga caso.
Vaya, resulta que sí había metido el párrafo de las aras y no lo había visto. Y no lo había visto porque, por variar, lo había tergiversado, convirtiendo un punto y aparte en un punto y seguido, y haciendo un sólo párrafo cuando en el original había dos y bien separados.
Es triste esa incapacidad de tocar una cita sin tergiversarla.
De todas formas, capón también para mí por no haber leído completa su cita deturpada.
Borre, en consecuencia, lo dicho al respecto. El resto déjelo íntegro.
Lucusaugusti, ya sabíamos de sus malas artes. Ahora lo confirma. Créame que no era necesario demostrar de forma tan explícita que, además de no ser usted más que un tergiversador (iba a poner un "mal investigador", pero eso sería un insulto para los investigadores, malos o buenos), es, además, una persona despreciable.
Reciba usted, por lo tanto, mi merecido desprecio.
El Brujo Redivivo11 de ene. 2007Biblioteca: La indoeuropeización del noroeste peninsular
Bien, Galaica, bien. Lo que se va sabiendo, desde mi punto de vista, va por donde usted señala (no me meto en cuestión de lenguas, sino de lo demás).
De todas formas no lo tome como verdad probada. En prehistoria las cosas cambian con rapidez. Mire el caso, por ejemplo, del campaniforme. No hace tantos años se hablaba del "pueblo campaniforme", en esa identificación cultura arqueológica-cultura-pueblo (incluso después de suprimir el último eslabón de la cadena, a saber "...-pueblo-raza"). Hoy, como bien se ha dicho, la cosa se interpreta como un pack que se extiende por intercambio ritual. A saber lo que se dirá mañana; para mí que este tipo de modas tienen más que ver con el reemplazo generacional en el interior de los departamentos universitarios, y con la distribución de fondos entre universidades y entre países, que con una evolución autónoma y crítica de la disciplina, de forma que cuando un tema se abandona y se sustituye por otro no es porque el anterior estuviese resuelto o agotado, sino porque los nuevos leones tienen que hacerse un sitio y para ello nada mejor que decretar caduco lo anterior y montarse una dieta nueva.
Pero sea como sea, lo cierto es que el estado actual es el que es, aunque lo sea en muchos (o en algunos, no sabría cuantificar) casos más por el éxito de la propaganda que por el triunfo en un debate crítico.
Volviendo al tema: efectivamente no se detecta nada parecido a una invasión masiva en el registro arqueológico de Galicia (que es el que conozco un poco y del que me atrevo a decir algo, siempre con sordina) en toda la pre/protohistoria. El campaniforme tenía algunos boletos, pero hoy se explica (y creo que se explica mejor) dentro de los bienes que señalan la emergencia de unas elites tras la disolución del "orden megalítico", como lo harán poco después los armamentos de cobre y los adornos de oro que aparecerán acompañando enterramientos individuales en cista (cuando no enterramientos secundarios en los túmulos dolménicos anteriores).
El bronce nos habla de contactos e influencias, pero no de invasiones masivas. Aunque la verdad es que el bronce nos habla poco salvo de los propios utensilios.
Los castros se entienden cada vez más como productos de la evolución interna de las sociedades (siempre teniendo en cuenta las modificaciones en los circuitos de intercambio que se dan, cuando menos desde época megalítica, a distancias muy considerables). Circulación de bienes, de ideas, de tecnología y, como mucho, de unas pocas personas, pero no invasiones masivas. Hoy se tiende a reducir la importancia incluso de la presencia de Roma en las proximidades de Galicia, a la que se habían achacado las transformaciones del final de la Edad del Hierro. Es asunto a debate, pero lo de las invasiones de celtas está, hoy por hoy (lo que no quiere decir que la cosa no pueda cambiar mañana), de capa caída. De hecho la única persona que creo que defiende las invasiones masivas para explicar el mundo castrexo es Rosa Brañas, y aun así tampoco estoy muy seguro.
Tal vez donde sí podamos ver algo así, no como invasión sino como colonización del territorio, sea en el megalitismo, que prefiero considerar como fenómeno tumulario, siendo el megalito una variante posible pero no necesaria. Cuando menos en algunos casos, la distribución megalítica es coherente con una colonización progresiva por sociedades de pequeños agricultores que en un segundo momento colaboran entre sí para construir grandes monumentos con dolmen que sustituirán a la constelación de pequeñas mámoas anteriores. En las zonas más favorables se pueden rastrear los territorios de las diferentes "tribus" contemporáneas, al igual que se pueden diferenciar zonas de gran dinamismo y desarrollo frente a otras mucho más marginales; fenómenos, si quiere, de centro/periferia a escala pequeña, pero definitorias de las tensiones de esas sociedades neolíticas.
Resumiendo: que el único momento en que los datos arqueológicos pueden hablar de un masivo aporte de población es en el neolítico, con la progresiva implantación de los megalitos como marcadores de territorio y todo lo que quiera echarles encima, que muchas más cosas son. V-IV milenio grosso modo. A partir de ahí, continuidad. Con crisis, con tensiones, con contactos, con intercambios, con aportes, con desplazamientos dentro de un orden, pero sin invasiones masivas ni nuevas colonizaciones desde fuera y desde lejos.
A mí me parece de maravilla que esos señores ya hablasen indoeuropeo, y si su idioma ya viene diferenciado de otros de modo que se pueda hablar de un protocelta o un celta germinal, tanto mejor. Al contrario que otros copartícipes del foro, me parece que esta visión cuadra mucho mejor con lo que nos dice la arqueología.
Y no sólo: por fin nos libraríamos de las adherencias que habitualmente trae consigo el término "celta": estructuras sociales obligatorias, sistemas religiosos hiperdesarrollados, etc. Y se explicarían mucho mejor otra serie de asuntos (desde el arte megalítico hasta la ausencia de tumbas principescas en la Edad del Hierro).
Usted dirá.
El Brujo Redivivo11 de ene. 2007Biblioteca: La indoeuropeización del noroeste peninsular
Galaica, y pensar que entró hace unos meses reivindicando a Gimbutas... ;-)))
Lgmoral (que es con L, no con I) es un sabio. Y ejerciendo de sabio se trajo, según creo que dijo Onnega, tanto a Villar como a Alinei y Benozzo: por algo será (¿son así los nombres? siempre los pongo mal, pero ahora no me apetece buscar los correctos) a esa xuntanza de Pontevedra a la que tanto lamento no haber asistido. ¡Y estuve en Pontevedra uno de los días, para asistir a un vídeo sobre petrolíferos, vulgo petroglifos! Ni me enteré, y eso que había sido anunciada por aquí. Un desastre, mi cabeza es un desastre.
No sé si habrá visto ya el artículo que los continuadores paleolíticos han dedicado a Galicia, para presentar precisamente en ese coloquio. Me dejó una sensación agridulce. Se han chapado toda la bibliografía actualizada, y además la han entendido, cosas extrañísimas ambas allende los Pirineos, y si me apura allende el Padornelo o Pedrafita, como quiera. Y sin embargo la construcción teórica me parece endeble, forzada, casi infantil en ocasiones. Como si no congeniasen bien la música y la letra.
Vaya de todas formas con cuidado, que eso de decir que lo castrexo aparece y se desarrolla por evolución interna está muy mal visto en ciertos ambientes. Por menos de eso le cuelgan a uno el cartel de anticelta y después se ve en los papeles acusado de mil fechorías. De todas formas, lo que usted plantea lo dicen todos los serios, porque no hay indicios de otra cosa. Hace años se hablaba con cierta liberalidad de "impulsos hallstattizadores" y metafísicas similares, pero desmoronó el tinglado, entiendo que de forma magistral, Antonio de la Peña en la ponencia que presentó en la I Reunión de Paleoetnología de la Península Ibérica o algo así (publicado en un Complutum en torno al 95, creo); fue un bombazo que algunos no quieren reconocer, pero cambió de rumbo la visión sobre la Edad del Hierro. De todas formas en Galicia hace tiempo que no hay debate sobre eso ni sobre casi nada: se lo cargó la Xunta de Galicia de Fraga, la cual, en este tema, declaró el Celtismo por decreto-ley, y los que no entraron por el aro fueron silenciados. Por supuesto que siguieron hablando, faltaría más, pero en las catacumbas, léase publicaciones científicas y cosas así. Ni un duro, ni una autorización, incluso persecución personal en unos cuantos casos. Pero con decreto oficial y todo, los más y los más serios opinan igual. Añada a Hidalgo Cuñarro y a de la Peña Santos, ya citados, a Xulio Carballo Arceo, a Tito Concheiro, a Suárez Otero (alias Mariño), a Pérez Losada, a Naveiro López, a Álvarez Núñez, a Acuña Castroviejo, a Arias Vilas, a Caamaño Gesto, a Vázquez Varela y a muchos más. Todos ellos metidos así, por el morro, en el saco del anticeltismo.
Lo del anticeltismo también es una coña marinera, maniobra propagandística de descrédito en unos en un momento en que como le dije el Celtismo era religión oficial, y lo fue hasta hace algo más de un año; simple despiste e inopia en otros. Porque no se trata de negar, y si me apura ni siquiera de poner en duda, la existencia de lenguas celtas en la Galicia de la Edad del Hierro, sino simplemente de exigir pruebas de la existencia de sociedades aristocráticas, ritos entronizatorios sobre podomorfos, cofradías secretas guerreras, etc. etc. de mayor solidez que unos mitos irlandeses o un relato único de una campesina. Es decir, se niega toda la adherencia que trae consigo "lo celta", todas las consideraciones extralingüísticas para las que no se encuentra evidencia de ningún tipo más que la imposición del dogma escolástico celtista. Y a quien se le ocurra sugerir que hay cosas de ese paquete celtista que no se ven claras, pues ¡hala! al cesto del anticeltismo. Pero en fin, eso es otro tema.
Galaica, la voy a matar a disgustos, pero ese enfoque de estudiar lo de cada lugar desde cada lugar, en profundidad, sin recurrir a deuses ex machina de invasiones y similares más que cuando se hace realmente necesario... es puro Renfrew. Y no me tome por un hoolligan del lord, que no hay nada de eso, pero creo no mentir si digo que fue él quien, con su tesis sobre el Egeo, puso de manifiesto la gran ligereza con la que se estaba hablando de colonizaciones, préstamos e invasiones para explicar lo que era explicable por evolución propia de cada sociedad. Más tarde lo aplicó al megalitismo con notable éxito de crítica y público, y de ahí se extendió a lo demás. De todas formas cuidado, que todo eso ya no está de moda. Lo que no sé decirle es cuál es la moda ahora, porque como me da igual, no la sigo. Pero todas esas cosas tan razonables no están bien vistas por los más guay. Son cosas ya de viejos caducos. Ojo, pues :-)
A pesar de lo último, como la visión es correcta, se impondrá (tome farol). Y ya salen voces jóvenes muy razonables que ponen freno a los excesos de la furiosa postmodernidad que nos invadió y todavía nos invade. Esté atenta a la pantalla, que en unas semanas estará en la calle la necesaria e inexistente síntesis de "lo castrexo". El título debería serle conocido, porque se llama como usted: "GALAICOS". Aunque miré por todos los lados y a usted no la vi por ningún sitio. Por machismo, seguro ;-)
Todo, por supuesto, a bote pronto y sin mayor reflexión. Negaré haberlo dicho, avisada queda.
Una pregunta última, más que nada para obligarla a continuar, que es un placer leerla. ¿Qué ocurre con la religión indoeuropea? ¿Hemos de suponerla formada en momentos neolíticos o calcolíticos? ¿Hay un núcleo inicial y desarrollos autónomos posteriores? ¿Y lo celta? ¿Llamaban ya *rew- a su *rew- los constructores de Carrowmore? No le pido certezas, que supongo que ponerle tiempo a las palabras debe ser cosa nada fácil, sino simplemente su opinión o, si prefiere, su intuición.
Muchas gracias por estos buenos momentos.
El Brujo Redivivo11 de ene. 2007Biblioteca: La indoeuropeización del noroeste peninsular
Diocles, no, lo de "usted dirá" era un pique a Galaica, y ya ve que entró al trapo.
Pero si usted también entra, mejor que mejor, que sus intervenciones me están pareciendo del mayor interés. De modo que si quiere, estupendo, pero no se sienta obligado, y menos a estas horas.
El Brujo Redivivo22 de ene. 2007Biblioteca: LA OTRA HISTORIA DE LOS IBEROS- Bronce de Botorrita traducido
Mola. ¿Falta mucho para que salga Cibeles? ¿Y las cruces templarias?
El Brujo Redivivo22 de ene. 2007Biblioteca: LA OTRA HISTORIA DE LOS IBEROS- Bronce de Botorrita traducido
¡Dios mío! ¡Está lleno de frikis!
El Brujo Redivivo22 de ene. 2007Biblioteca: LA OTRA HISTORIA DE LOS IBEROS- Bronce de Botorrita traducido
Yo pululo.
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El Brujo Redivivo23 de ene. 2007Biblioteca: La vía XX o Per loca maritima
Abo, de buscar algo, que sea alguna página municipal que traiga información correcta. Si la encuentra háganoslo saber, porque no conozco ninguna.
El Brujo Redivivo24 de ene. 2007Biblioteca: La vía XX o Per loca maritima
Sí, casi todas las páginas traen alguna información correcta. Lo malo es la información incorrecta que suele acompañarla (jejeje). Sin coñas: no digo en todas, aunque sí en todas las que recuerdo, hay sistemáticamente algún gazapo más o menos gordo.
El Brujo Redivivo26 de ene. 2007Biblioteca: LA ESCUADRA "VENCIBLE", Drake en La Coruña, 1589
Mucho me alegra la intervención de Giannini, sobre todo por la precisión de los datos, habitual en él. Si no respondí antes fue porque en mi cabeza faltaba esa precisión y no tenía ni bibliografía a mano ni tiempo para consultarla allí donde está.
Al grano. En la lectura del artículo me sorprendió esta frase, en la que entiendo hay una pequeña incorrección: "a pesar del cañoneo que desde el Castillo Viejo y de S.Antón se les hacía".
Como bien señala Giannini, el Castillo Viejo es la Torre de Hércules, y desde ella no se puede cañonear hacia el puerto de la ciudad. Creo que debe referirse a la Fortaleza Vieja, es decir, a los restos de la antigua fortaleza que había en el actual Jardín de San Carlos, inmediato por la parte de tierra al islote de San Antón en el que se estaba edificando el actual castillo. Es decir, la frase en cuestión debe decir lo mismo que la que transcribo a continuación, procedente igualmente del artículo de Alevín: "no cubriendo además, mas que la parte vieja, la fortaleza de S.Carlos, y el castillo de S. Antón, en un extremo del puerto".
Resumiendo: donde dice "Castillo Viejo" debe decir "Fortaleza Vieja", la fortaleza de S. Carlos.
De todas formas, en mi cabeza está que ni la fortaleza era ya tal fortaleza (o al menos debía estar bastante arruinada, por cuanto Felipe II, al ordenar la construcción del Castillo de San Antón, dice que se aprovechen las piedras de la Fortaleza Vieja), ni el Castillo de San Antón era aún tal castillo, sino más bien un proyecto, pues las obras habían comenzado hacía poco y era entonces un castillo en construcción. No sé precisar el estado concreto de cada uno de los dos edificios, pero parece que ninguno de los dos, uno por tarde, otro por temprano, estaba en sus mejores momentos.
La confusión entre Fortaleza Vieja y Castillo Viejo es habitual, de modo que, Alevín, no es ni siquiera un pecado venial. "Pataca minuta", que diría aquel célebre director del Compostela que anduvo a hostia viva con Gil y Gil y de cuyo nombre no me duele no acordarme. Supongo que esa misma confusión está en la base de lo que entiendo que es un bulo histórico que se repite a través de las generaciones: que en la construcción del Castillo de San Antón se aprovecharon las piedras de la antigua rampa de la Torre de Hércules. El bulo, que creo nace en unas palabras de un manuscrito de Boán que poseía Murguía, debe proceder de confundir la Fortaleza Vieja que se citaba en la orden de Felipe II con el Castillo Viejo.
Con todo, a lo mejor Boán, al equivocarse, acierta. Porque las piedras de la parte caída de la Torre de Hércules (la rampa y el muro perimetral) fueron extraídas a lo largo del siglo XIII, es de suponer que para ser empleadas en los edificios y murallas de la ciudad recién nacida (o renacida); entre estas construcciones estaba la Fortaleza (la que después será la Fortaleza Vieja). De modo que, al fin y a la postre, es posible que piedras de la Torre de Hércules estén hoy en las paredes de San Antón, previo paso por la Fortaleza Vieja del jardín de San Carlos. Donde sí creo que hay algunas es en el baluarte del Parrote, donde están o estaban los cañones. Pero no lo aseguro hasta que no se hagan algunas mediciones pertinentes, para ver si coincide el módulo con las que todavía existen en los cimientos del faro.
Y después de todo el rollo digo lo que habría sido obligado decir al principio, confiando en que el orden de los factores no altere el producto: enhorabuena por el artículo, Alevín. Y muchas gracias por recuperar esa página de la historia que, como usted señala, es injustamente desconocida.
La base del cubo minado, por cierto, salió a la luz hace unos años con motivo de no recuerdo qué obras de infraestructura ciudadana. Y creo que sigue estando en el mismo sitio, bajo el asfalto.
El Brujo Redivivo28 de ene. 2007Biblioteca: La vía XX o Per loca maritima
El "edificio" (muy bien puestas esas comillas) del aspa blanca es la "carpa" a la que se refiere Lino. Se trata de una cubrición que se fabricó en su momento para poder excavar el claustro de la catedral de Santiago. Cuando terminó la excavación y los curas dijeron que a ver si les quitaban ese monstruo de una vez, la trasladaron a Cidadela. La campaña de excavación del pasado otoño tuvo lugar bajo esa cubrición, lo cual les vino muy bien porque pillaron lluvias.
El Brujo Redivivo28 de ene. 2007Biblioteca: La vía XX o Per loca maritima
En efecto, Suso Celta, esos cuadrados que señala son restos de las excavaciones de años anteriores. Ahí puede ver restos de muros romanos, germánicos y altomedievales. Al final, la muralla del campamento.
Para completar sus medidas tiene que añadir, creo, no por el norte sino por el sur.
El Brujo Redivivo07 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
No exagere, Arenas, que todavía no hace 16 años. Los hará el próximo septiembre ;-)
El Brujo Redivivo07 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
Joer, estamos poco matemáticos ambos, Arenas. Los 16 años los hizo en septiembre de 2005. El próximo septiembre el desastre iniciado pocos días después de su visita alcanzará la mayoría de edad.
El Brujo Redivivo07 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
Porque la excavación de 1989 fue en septiembre (la de los dos años anteriores también). El 30 de septiembre de 1989 el dolmen volvió a manos de su propietaria, la Diputación de A Coruña, que se había comprometido a iniciar las obras de consolidación el mes de octubre. Todavía no empezaron.
El Brujo Redivivo07 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
Y no, el dolmen de la foto no es Chan de Arquiña (ése es más pequeño y la cámara y el corredor no están diferenciados ni en planta ni en alzado). Aunque no sea el del Monte Penide de Redondela, le llaman también A Mámoa do Rei, como a la que usted dice. De todas formas, lo que se ve en la foto es una reconstrucción hipotética basada, precisamente, en Dombate, de estructura similar sólo que conservado prácticamente entero. En el de la foto tan sólo había unos pocos ortostatos; faltaban muchos de ellos así como la cubierta. Buena parte de los que se ven son nuevos, del momento de la restauración, realizada, por otra parte, con mucho cuidado, con mucho gusto y con criterios que considero muy acertados (sólo conservo la duda, mientras no vaya a verlo personalmente, de si se han diferenciado con claridad las partes antiguas de las partes reintegradas hace unos años; supe cómo lo habían hecho, pero lo olvidé).
El Brujo Redivivo07 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
La excavación, Arenas, se hizo en tres campañas, de 1987 a 1989. Las tres campañas fueron en los septiembres de los respectivos años. Es decir, lo que es el trabajo de campo de excavación, duró un total de tres meses, aunque a lo largo de tres años.
El Brujo Redivivo07 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
Exacto, Chan de Castiñeiras. No se lo puse antes porque dudaba entre ése y Chan de Armada. Pero creo que efectivamente es uno de los de Chan de Castiñeiras (hay al menos otro, si no recuerdo mal; uno con grabados, cuyo túmulo fue destruido por otra Diputación, esta vez la de Pontevedra, al construir una carretera que, literalmente, no lleva a ninguna parte).
El Brujo Redivivo07 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
Arenas (y los demás, claro):
Tiene usted un vídeo, animado por un locutor impagable, de la Mámoa do Rei (conocida en literatura arqueológica como "Chan de Castiñeiras 1") ya restaurada, en
http://www.dalealplay.com/informaciondecontenido.php?con=17730
Es malo, pero se hace uno una idea del estado actual del monumento.
El Brujo Redivivo07 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
Lino, no seguí el caso más que lo que se comentó en algún medio, no recuerdo ya si en la prensa o por aquí. Con lo que me quedé es con que el Servicio de Obras de la Diputación (bien conocido hace años por dejar para el arrastre todo cuanto puente tradicional o antiguo caía en sus manos) se cargó alguna mámoa al ampliar una carretera. La última noticia que recuerdo es que la Xunta (Patrimonio) estaba en un tris de meterle un multazo, pero no sé en qué quedó la cosa. Ni siquiera sé bien si es así como lo digo.
¿Y qué voy a opinar? Que estamos como siempre, y que una multa, si la meten, no va a arreglar demasiado aunque puede ayudar. Lo cierto es que esas grandes corporaciones (diputaciones, ayuntamientos de ciudades, la propia Xunta) son unas maquinarias monstruosas en las que los grandes departamentos actúan con casi total independencia y nula comunicación entre ellos. El Servicio de Obras presenta un proyecto al pleno, interesante en sí mismo, y se aprueba sin que nadie revise las repercusiones sobre otros aspectos como el Patrimonio Arqueológico en nuestro caso. A mí me parece que lo normal es que hubiese en cada gran administración un servicio de Patrimonio Histórico, con diferentes especialistas, que se dedicase fundamentalmente a asesorar e inspeccionar si las intervenciones del propio organismo cumplen la legislación sectorial o inciden en algún elemento digno de ser protegido; al tiempo podrían asesorar en materia de patrimonio a los ayuntamientos más o menos pequeños que carecen de técnicos de nivel superior. Pero que si quiere usted arroz, doña Catalina. La diputación de Coruña lo tuvo a huevo, pues no hace tanto estuvieron contratados por ella unos cuantos equipos de diferentes especialistas (arqueólogos, arquitectos, aparejadores, historiadores, historiadores del arte y seguro que me olvido de alguno), y hasta hace muy poco siguieron dos arqueólogos que ya no están.
Lo cierto es que lo del Patrimonio Histórico sigue importándole un rábano a casi todo el mundo. Y cuando hay algún pequeño cambio de mentalidad, es para contemplarlo como fuente de ingresos a costa del turista. Nunca como resto histórico, ni para el goce propio de los habitantes del país. Eso no cuenta.
En el caso de Dombate, una de las cosas curiosas y fastidiadas es que los sucesivos presidentes de la Diputación (salvo Torres Colomer, que no sé lo que pensaba al respecto) tenían y tienen interés auténtico en que Dombate salga adelante. Me atrevo a afirmarlo de los otros tres: Romay Becaría, Lendoiro y Fernández Moreda. Y no me refiero a declaraciones, sino a ese acto, más prosaico pero definidor de eso que se llama "voluntad política": la habilitación de pelas en la partida presupuestaria correspondiente. De modo que, en este caso, no vale lo de echar la culpa al desinterés de los políticos. Lo que no acabo de entender es por qué no sale.
En cuanto a lo otro, anímese a poner algo, que intentaré seguirle.
El Brujo Redivivo08 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
Oiga, pues qué suerte.
El Brujo Redivivo08 de feb. 2007El Brujo Redivivo10 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Cualquiera que estudie con un poco de rigor la Torre de Hércules sabe sobradamente que no está establecida con firmeza la cronología inicial del monumento. Si bien es cierto que en guías y demás publicaciones acostumbradas a beber en fuentes inciertas, y siempre sin citar, suele aparecer la mención a Trajano, la investigación dista mucho de aceptarlo como hecho establecido.. Más bien al contrario. Sin ir más lejos, en este mismo portal se pueden encontrar comentarios al respecto, firmados, entre otros, por mí.
La atribución a Augusto, que el autor pretende originalidad suya, tampoco es nueva. Salvo error de mi memoria, Rodríguez Colmenero o Fernández Nieto ya han escrito sobre esa idea. Yo mismo también.
Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto.
El autor llega tarde. Llega tarde y, para colmo, llega mal: no sólo su proceso de construcción del conocimiento es inválido, sino que, por variar, se basa en datos dudosos cuando no en puras y simples mentiras.
Por ejemplo, lo que se refiere al quinario de Publio Carisio. Bajo las fotografías pone el autor que es una "moneda aparecida en la Torre de Hércules" y más arriba dice que fue encontrada "durante el transcurso de la excavación realizada en el siglo XX".
Ambas cosas son falsas, y lo grave es que no sólo lo sabe el autor, sino que la falsedad resulta patente al leer el texto que incluye: "... habían sido localizados en 1947 por Luis Monteagudo, en los cortes realizados con motivo de unas obras en la llanada inmediata a la Torre de Hércules por su lado sur".
Nada de excavación, nada de "en la Torre". Unas obras en las proximidades.
Aunque no sea grave para el fondo de la cuestión, no deja de ser sintomático de su forma de hacer que señale, en la cita, que los restos a los que se refiere estaban en el Castillo de San Antón, cuando el texto deja perfectamente claro que no estaban allí, sino en el Archivo del Reino de Galicia. Una muestra más de la incapacidad del autor de tocar un tema sin tergiversarlo. Fíjese, Sr. autor, en lo que dice el texto, y lea ahora con más atención:
"Con todo, las cerámicas del Museo no completaban la panoplia de lo
encontrado por Monteagudo, de hacer caso a las informaciones publicadas
en su momento por la prensa. Faltaban fragmentos de tégulas
e ímbrices (lombrices decía el diario local) y, sobre todo, fragmentos
de sigillata y campaniense.
Dimos con las piezas que faltaban de forma casual, gracias al director
de entonces del Archivo del Reino de Galicia, Pedro López. En
unas cajas con objetos que Monteagudo había entregado al Archivo
junto con su fondo documental familiar, se enconraron las piezas buscadas,
así como otras de diversa procedencia.
Así pudimos contemplar los fragmentos de terra sigillata, entre los
cuales figuraban modelos nada frecuentes en Galicia,..." [etc]
Es decir, el quinario de Carisio no apareció en la Torre de Hércules, no apareció en el transcurso de una excavación, y no fue encontrado entre los materiales del Museo Arqueológico. Hay que reconocer al autor el mérito de no haber dado ni una cuando en el texto que manejó todo está perfectamente claro. Salvo, claro está, que a pesar de haber entendido el texto haya decidido manipularlo para que se ajustase mejor a sus pretensiones. "No dejes que la realidad te estropee una teoría" es una máxima bien conocida que inspira el actuar de todo buen deturpador.
Dice el autor que "La aparición de monedas en los yacimientos arqueológicos es una de las evidencias que se utiliza para su datación". Dejando a un lado la mala utilización del término "evidencia", por desgracia cada vez más frecuente en la mala literatura arqueológica, es cierto lo que dice. Las monedas, como cualquier otro resto material, pueden ser elementos que ayuden a establecer la cronología de algún acontecimiento. Pero para que puedan serlo se requieren muchas condiciones, entre las cuales tal vez sea la fundamental la existencia de un contexto claro. Ese contexto, en el caso que se comenta, no existe, por lo que su valor como prueba cronológica queda reducido a cero, a la nada. De modo que la frase "... la aparición de esta moneda de plata de Augusto en la zona sur de la Torre y cercana al ara dedicada por el arquitecto lusitano director de los trabajos permite dar crédito a la tesis defendida por Florián de Campo" se desvanece.
Claro que, además, tampoco es cierto que la moneda se hubiese encontraro "en la zona sur de la Torre", sino fuera de la Torre hacia el sur; ni que estuviese "cercana al ara dedicada por el arquitecto", salvo contemplando la escena desde una perspectiva lejana.
Pero es que, para colmo, la moneda aparece en los materiales de Monteagudo con un fragmento de cerámica iberopúnica que, a decir de Shubart (quien de esas cosas sabe un rato), debe ser fechada en el siglo III aC. Si la moneda es prueba de la construcción de la Torre en el I aC, como afirma el autor, la cerámica debe tomarse a su vez prueba de que fue construída en el III aC; y como ambas están igualmente "cercanas" a la inscripción del arquitecto, hemos de deducir, siguiendo su peculiar hermenéutica, que el arquitecto era un púnico de la comarca gaditana.
Y todo ello sin considerar que las monedas perviven, tanto en su uso como en su tesaurización en el caso de ser de metales nobles. El quinario de Carisio está rodado, muy rodado, tanto que su lectura es difícil y sólo se consigue con una iluminación muy rasante y matizada. Lo sé muy bien porque no fue nada inmediato hacer las fotos con las que se ilustra el "artículo".
Pero hay más, aunque parezca imposible. Fiel a la vocación de tergiversador, el autor nos dice más adelante que "... Este arquitecto lusitano no fecha su trabajo, sin embargo la aparición en la zona próxima de la moneda de Augusto ya reseñada, permite imaginar que el ara y la moneda forman conjunto de una común "cápsula del tiempo" que depositada en la cimentación del edificio permitiría recordar a quienes participaron en su construcción."
La moneda aparecida casualmente, fuera y bien fuera del edificio de la Torre y bien alejada de la inscripción de Sevio Lupo, aparece por arte de birlibirloque "en la cimentación del edificio". Pues no. Ni cimentación, ni edificio, ni cápsula del tiempo, ni nada de nada. Tan sólo invento y tergiversación, como siempre.
Podría seguir, pero es aburrido andar corrigiendo errores de quien no quiere aprender. Aunque sea un deber social enfrentarse a los desmanes de los pseudocientíficos, siempre dispuestos a retorcer la verdad para acomodarla a sus intereses. Espurios, por más señas.
Antes de cerrar de puro aburrimiento, sólo un comentario más a lo que parece indicar el próximo advenimiento de nuevas barbaridades:
1) La intensa labor constructora de Publio Carisio, quien por lo visto contrató una legión de arquitectos para llenar el mundo con acueductos y no sé cuántas zarandajas más. Todo inventado.
2) El cambio de nombre de Carisio por Carisino. A saber qué horrores nos está anunciando esta nueva e inusitada acrobacia.
Y ya está. Qué aburrido, joder. Qué aburrido.
Todo lo cual, aclaro, nada tiene que ver con que la Torre sea de Trajano, de Augusto o incluso de Julio César.
Está claro que la falsa ciencia, cuando no la pura pseudociencia, dan para mucho.
El Brujo Redivivo11 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
No tenga problema, que quien localizó -no sin trabajo- la moneda en cuestión en lugar tan exótico como el Archivo del Reino de Galicia, que es el mismo que dio los pasos pertinentes para identificarla de forma segura (unos cuantos años antes que usted, por cierto, y sin la ayuda de Google), que la fotografió, que la dio a conocer en conferencias y publicaciones (en papel y en la red) y que la expuso en la vitrina del Museo en la que se encuentra a vista de todos, no tiene la menor intención de proceder a ningún tipo de caprichoso "expurgo" que más bien suena a censura. La moneda, a pesar de su falta de contexto preciso, aunque no es prueba como usted pretende, sí es indicio. Y aunque no lo fuera, existe y debe ser mostrada para que todo interesado la conozca y la emplee como guste. Incluso aunque, como en su caso, la emplee mal: para esos casos está la libertad de crítica y de debate, correlato intrínseco de la libertad de expresión.
Cuando uno se enfrenta a un libro o un artículo, suele ser buena cosa leer con atención el texto en vez de quedarse sólo en contemplar los "santos". Si usted, después de darle al Google para informarse de quién era el hijo de Tito, hubiese vuelto al texto y lo hubiera leído, tal vez se hubiese enterado de las circunstancias deposicionales de la moneda en la que cree haber encontrado la piedra filosofal. Lea ahora con más atención, a ver si pilla:
"Si bien la media se sitúa en torno a los 50 cm de potencia [en los sondeos practicados en la llanada que se extiende al S de la Torre], como se aventuraba en el proyecto de intervención sometido en su día a aprobación, las dos potencias mayores, en torno al metro, las presentan las catas B y F, en las que se presumía una mayor sedimentación a la luz de la topografía disponible, al situarse en una zona deprimida que recorre el centro de la llanada en dirección Sur. Esta depresión cruza también la construcción
militar en cuyos cimientos Monteagudo había encontrado materiales romanos, interpretados por dicho autor como venidos por arrastre de una zona más alta; el hecho de que el único resto romano aparecido en la actual intervención proceda de la cata B refuerza los argumentos de dicho autor, haciendo suponer que los restos romanos hayan estado en su origen en los alrededores inmediatamente próximos a la Torre, quizá en su zona Este."
Es decir, ya Monteagudo había interpretado que los restos encontrados por él no estaban en posición primaria, sino que venían del arrastre, y su interpretación se ve reforzada por los resultados de los sondeos. Pero es que, además,
"La mayor parte de las catas puso de manifiesto la utilización de la roca madre como cantera. Este hecho resulta coherente con los datos obtenidos de la investigación documental llevada a cabo al compás de la preparación de la exposición "Ciudad y Torre. Roma y la Ilustración en La Coruña", con posterioridad por lo tanto a la intervención arqueológica. Nos referimos al aprovechamiento de los alrededores de la Torre como cantera por parte de particulares, documentada cuando menos desde 1729 (Copia de la carta que la ciudad de La Coruña remitió al Conde de Ytre en la que se le pide conceda libertad de arrancar piedra sin que esto vaya a perjudicar la construcción de fortificaciones, en Libro de Actas de Acuerdos Municipales, Acta del 2 de Agosto de 1729. Archivo Municipal de La Coruña, 1.2. Pleno. C-38.), y la misma utilización como cantera durante las obras de reedificación llevadas a cabo entre 1788 y 1791. Las rocas de las inmediaciones de la Torre sirvieron para la extracción de mampostería con destino a dichas obras, en cantidad que supera los 1.500 carros, "arrancada en el monte por los operarios de la obra", "de la falda del monte de la Torre", o "de las inmediaciones", según consta en el Cuaderno copiador de las relaciones mensuales de la obra ejecutada en la de reparación de la Torre de Hércules desde su principio hasta su conclusión (ms., Biblioteca del Real Consulado de La Coruña)."
Es decir, esos estratos de aluvión depositados en la llanada a lo largo de los siglos, fueron removidos y modificados por intensas labores de cantería; lo que ya estaba fuera de su lugar original vuelve a ser cambiado de lugar, tanto en superficie como en altura. Pero es que, además,
"Todo el material, con excepción del fragmento de tégula, aparece revuelto entre distintas capas de echadizo, lo que parece evidenciar un relleno del terreno, posterior a la reedificación de la Torre, quizá como preparación para su utilización agropecuaria."
Es decir, después de toda la llegada de materiales de aluvión, después de que éstos fueron revueltos por la cantera, se rellena ésta con tierra traída de vaya usted a saber dónde; y esa tierra contiene materiales de épocas muy distintas que aparecen, desordenados y mezclados, en las catas practicadas.
Volviendo a la moneda (y a los restantes materiales encontrados por Monteagudo, que son tanto o más interesantes que ella), desconocemos las circunstancias de su posición estratigráfica antes de ser removida por las obras. Si hubiese estado, por ejemplo, en una tierra compacta rellenando una irregularidad del terreno, podríamos aventurar que permanecía en el mismo lugar en que fue depositada por el arrastre de aguas (un arrastre que situaría hipotéticamente su origen en la zona E de la Torre, es decir, en la contraria a la inscripción con la que está usted empeñado en vincularla); pero no lo sabemos. Así, no podemos afirmar que no haya venido con las tierras, originalmente en otro lugar, vertidas durante la actividad de extracción de piedras, o con las tierras de relleno posteriores.
Por eso de la moneda no podemos deducir todo eso que a usted le gustaría, aunque la tentación sea fuerte. ¿De verdad piensa que es usted el primero en saber que Carisio era el legado de Augusto, y que la presencia de la moneda apunta a la posibilidad de que la Torre hubiera sido edificada, o cuando menos iniciada, durante su imperio? En fin, allá usted con sus megalomanías.
Por seguir la costumbre, se equivoca, y ya le he dicho antes que otros más sabios y con más conocimiento de causa, más sensatez y más mollera, han hablado y hablan de un origen augústeo de la Torre y de su posible interpretación como una de las Aras Sestianas.
¡Qué hermoso hubiera sido encontrar en los sondeos algo, un resto constructivo, un suelo original, unas ruinas de edículo, algo que documentase una presencia augústea (nunca supe bien si es "augústea" o "augustea", de ambas formas lo he visto escrito) estable en la llanada de la Torre, que contextualizase la moneda y la campaniense! Pero no, nada de nada. Tan sólo un subsuelo granítico objeto de mil puñeterías a lo largo de los siglos. Pues tampoco pasa nada: el gozo al pozo, y a seguir trabajando.
A seguir trabajando. No me refiero al trabajo de excavación, que es complicado de hacer por su necesidad de financiación, concurrencia de especialistas, obligatoriedad de permisos, etcétera. Hay muchas cosas que se pueden hacer sin necesidad de permiso alguno. Por ejemplo, un estudio arquitectónico de detalle de los aparejos, los módulos de los perpiaños de los cimientos y de los vanos del edificio, de los grandes sillares moldurados que conservan los negativos de grapas, de la cornisa que se exhibe en la cripta en el mismo lugar en que fue encontrada sin modificación alguna, del mortero empleado en los cimientos y en el edificio, etcétera. Un estudio arquitectónico de verdad, no esotérico. Para estimular los jugos gástricos puedo apuntar que otros sabios (en este caso una sabia, catedrática en Cataluña por más señas) ya apuntó hace años, empleando su ojo de buena cubera, la opinión de que algunos de esos rasgos estaban hablando de Augusto. Pero no llega con eso. Lo siguiente es trabajar, trabajar, trabajar y, si hay suerte, demostrar.
¡Pues hágalo usted!, me dirán algunos, no sin razón. El problema es que para hacerlo hay que tener tiempo y ánimo; desde hace unos años me falta sistemáticamente lo primero, y lo segundo se va y se viene alternativamente, como con la luna. Pero ahí está para quien disponga de tiempo y se anime a hacerlo, y no se requieren especiales permisos, ni costosos análisis, ni kafkianas deambulaciones eternas por pasillos y despachos para obtener una bendición burocrática.
Pero mire, ya puestos, lanzo el reto a don Giannini, a don Brigantinus y a quien se apunte, por si pican. Si se animan, damos un vistazo al asunto un fin de semana o así y después lo contamos por aquí para colectiva discusión. Todo es válido en el objetivo de zamparse un buen pulpo en O Fiuza, también próximo a la Torre hacia el sur y asimismo sin relación alguna con la inscripción de Sevio Lupo, o para tomarse unas garimbas en la Cervecería por antonomasia, más alejada de la Torre pero emplazada en el camino hacia O Corgo del río de Monelos, donde los habitantes de la Torre romana ponían el lino a secar, de modo que también vale.
Volvamos a los materiales de Monteagudo. En el momento en que los recogió nada seguro había sobre la Torre más que la Torre misma, el dato epigráfico de la inscripción de Sevio Lupo, la referencia de Orosio al altissimam pharum y los documentos medievales que hablaban de la pinnam ab antiquis hominibus fabricatam (cito de memoria, no lo tomen como textual). Los restantes documentos eran ya interpretaciones, que dicen más de las manías de cada época que de la Torre misma; así, y también de memoria y con riesgo de error, en el siglo XII se suponía que el autor era Julio César, en la Edad Moderna se le calzaba a Augusto, y en el XVIII a Trajano (por no meter en danza a Hércules, Breoganes y demás); parece un asunto de modas intelectuales más que otra cosa, aunque esas modas se razonasen como hizo Cornide.
Los materiales de Monteagudo, de antigüedad nada supuesta, son los primeros documentos de índole arqueológica mueble asociados, si no a la Torre misma, sí al cabo o península en la que la Torre se asienta. Son indicios de que una intervención arqueológica podría resultar científicamente rentable, y sugieren presencia humana en dicha península desde momentos muy tempranos, tan tempranos como el III aC (siempre que la identificación de Schubart sea correcta), continuados en el I aC (moneda y campaniense) y en el I-II dC (sigillatas hispánicas).
Todo ello resultaba coherente con lo que se iba sabiendo, poco a poco, del solar de la ciudad y de las aguas de la bahía. En estas últimas habían sido dragados materiales de las mismas épocas, como una boca de ánfora púnica Mañá A, de en torno al III a.C., y restos del II-I aC como son un plato campaniense y buenos fragmentos de ánforas Dressel 1 (todo ello identificado en su momento por Naveiro, cuyo buen hacer me parece más que fiable). Campanienses y Dressel 1 aparecían también en diferentes puntos de la ciudad.
Nada de ello prueba, pero todo ello indica y sugiere. Son, por lo tanto, restos importantes, básicos a la hora de proponer hipótesis de trabajo. De trabajo, es decir, hipótesis que ayuden a diseñar el trabajo posterior que permitirá, con suerte, rebatirlas o hacerlas más fuertes si salen airosas.
Los restos de Monteagudo no prueban, como usted pretende, que la Torre haya sido edificada por Publio Carisio. Pero sí que pueden señalar que desde momentos muy tempranos hubo presencia humana (y de materiales mediterráneos) en la península de la Torre. En nuestro caso, sabemos además que alguien perdió una moneda y rompió un plato o una taza a finales del I aC. Ciertamente es posible y coherente, dado que no se conoce asentamiento alguno en las inmediaciones, que esa presencia tuviera que ver con la valoración y el uso de la citada península en el marco de la navegación marítima. Una valoración y un uso que llevaron, en algún momento, a la construcción de un faro: ahí está. Pero aun dando por bueno que la península se usase a tales efectos desde cuando menos Augusto si no César o antes, no sabemos cuándo se construyó el faro. Ni siquiera sabemos si se construyó de una vez o por etapas, o si primero fue pequeño y más tarde se hizo más grande.
Contra lo que usted piensa, a mí me gustaría que se probase que el faro es de Augusto, o al menos que su construcción comienza con Augusto. Pero entiendo que hasta ahora no se ha probado (aunque, como le he ido diciendo, la idea no es original ni nueva y puede que cada vez más indicios apunten hacia ahí). Queda todavía mucho por hacer hasta llegar a una conclusión que pueda darse como cierta.
En otro lugar de alguno de estos foros comenté lo incierto de la atribución de la Torre a Trajano (y de hecho los estudiosos del emperador no ponen la Torre en la lista de sus obras, o eso creo; corríjaseme si estoy errado). En otro, creo que respondiendo a Giannini, conté la mala suerte que cayó sobre una muestra enviada a los laboratorios de C14 y que, a mi entender, podía ser preciosa para establecer con cierta precisión (con las limitaciones propias de la técnica empleada, por supuesto) el momento de inicio de las construcciones en la Torre.
Pues bien, debo agradecerle haberme hecho volver de nuevo a la Torre. Ayer por la noche, al volver de una cena tardía y copiosa con unos amigos, me puse a escribir una larga respuesta de la que ésta no es más que una especie de duplicado. Al llegar a estos comentarios sobre datación, cedí a la tentación de volver a abrir, una vez más, mis viejos archivos con los resultados de las fechas de C14, la relación de unidades estratigráficas, los listados de materiales asociados a cada una de ellas, la enorme matriz Harris, etc. Eran, más o menos, las tres de la madrugada.
Ahí me puse de nuevo a torturar el coco a ver si sonaba la imposible flauta. Y tal vez sonó, no lo sé. Lo cierto es que me di cuenta de algo evidente pero que hasta ahora se me había escapado. Hasta ayer me había obsesionado la fecha, incongruente, resultado de esa pequeña lámina de carbón que podría fechar el inicio de la construcción de la Torre. Y no le había prestado mayor atención a otra fecha, asimismo incongruente, de un estrato bien datado por sus materiales. Ayer se me iluminó la bombilla y me di cuenta de que sólo había dos fechas incongruentes en la larga relación de muestras analizadas; tan sólo dos de un total de 32. Además, esas dos muestras formaban parte de un paquete de tres (el resultado de la tercera es coherente con su contexto) que se analizaron en un momento distinto a las restantes. El asunto es que si se invierten los resultados, es decir, si aplicamos cada resultado a la otra muestra, todo encaja. Error en esas muestras lo hay seguro. ¿Es posible que el error venga de algo tan tonto como una equivocación al pasar a limpio un listado, cruzando dos líneas? Desde luego, puede ser, y no sería nada infrecuente. Ayer mismo me encontré con un error similar en un listado que me pasó el comisario de una exposición: un cruce de números en los de inventario de las piezas. Pero hay un abismo enorme entre que algo pueda ser y que algo sea.
Mañana me pondré en contacto con el laboratorio para que revisen los listados originales suyos, para que revisen incluso las muestras originales, para ver si se dio este error. Si es así, el bingo es de categoría. Si no, pues tampoco pasa nada: el gozo al pozo, y a seguir trabajando. Ya les contaré.
Cuando terminé de mirar todo eso y de escribírselo a ustedes, eran las siete de la mañana. Le di al botón para que entrase, con el resultado que ya otros padecieron antes: la conexión estaba cerrada y se perdió todo lo escrito.
Para acabar con el tema de la moneda, resumo lo que ya le dije en anterior mensaje: ni apareció en la Torre, ni mucho menos en sus cimientos, ni nada indica que esté relacionada con la inscripción de Sevio Lupo, ni existe ninguna “cápsula del tiempo” que encierre ambos elementos. Entiendo que sí podemos afirmar que esa moneda fue perdida en algún momento de finales del I aC en una amplia zona que abarca la llanada que se extiende al sur de la Torre, incluyendo al monumento mismo; pero no hay nada que nos permita ir más allá. Ni que nos diga si en el momento de perderla la Torre ya estaba construída, estaba en construcción, o todavía tenía que esperar un tiempo antes de que fuese comenzada. No lo sabemos.
Así es, y así lo cuento. Y como es, la moneda y los restantes objetos se exponen y seguirán expuestos en la vitrina del museo, en la medida en que puedo afirmarlo, que es menos de lo que muchos pueden creer pero más que lo que a algunos les gustaría que fuese. Porque tanta manipulación y tergiversación hay en inventar datos, como en retorcerlos de forma ilícita para hacerlos decir lo que no dicen, o como en ocultar los que, por una u otra razón, nos resultan molestos o inconvenientes. Y porque todos los ciudadanos tienen derecho a saber la verdad, incluso la verdad de que el pasado no es fácil de aprehender, de que hay objetos que, por mejor identificados y por más que sea conocida su antigüedad (y éstos lo están y su antigüedad no tiene nada de supuesta, siempre, por supuesto, mientras no se demuestre lo contrario, que seguridades absolutas sólo las hay en las matemáticas y en la religión, y esto no va ni de unas ni de otra) no nos hablan con la claridad que desearíamos sino que su resupesta es ambigua cual de oráculo, y de que lo que importa es el desarrollo honesto de un proceso que intenta, con rigurosidad y sin concesiones, llegar hasta donde se pueda.
Aunque el resultado final sea haber aumentado las dudas y las frustraciones de no poder llegar a donde se quería. Que, a fin de cuentas, o importante é ter saúde e os pés quentes.
Y además no sé por qué les largo todo este rollo, cuando todos sabemos que el faro romano estaba en Curtis del Obispo.
Y Dios en la de todos.
PS: Aunque le cueste entenderlo, aunque poquito, algo conocemos. Por ejemplo, conocíamos lo de Mérida y lo de la Carisa (un campamento de fortuna, no estable, por cierto). Pero no me refería a eso, sino a esa imparable actividad febrilmente constructora de Carisio, la que le llevó a enviar una legión de arquitectos para que, cual misioneros, llenasen el mundo de “torres, puentes y acueductos” además de erigir “infinidad de monumentos conmemorativos” o algo parecido (las comillas no significan aquí cita textual). Y todo ello en el poco tiempo que el buen (es un decir) hombre actuó como legado. ¿Ha sacado todo eso de algún lugar diferente a su imaginación?
PS(2): Pues claro que los objetos bien contextualizados pueden datar muchas cosas. Doy por supuesto el buen hacer de Jorge Camino, por lo que si él dice que la moneda de Carisio de la Carisa data el yacimiento, así debe ser salvo prueba en contrario. Pero no es el caso, como ya hemos visto, de la moneda de la Torre. Otras hay, bien contextualizadas, que sí datan acontecimientos concretos de la vida de la Torre. Pero ésa, no.
Y que sea con salud. Mejorando lo presente y salva sea la parte, por supuesto.
El Brujo Redivivo11 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Sobre "cova" y su significado:
Essa cova em que estás, com palmos medida,
é a conta menor que tiraste em vida.
É de bom tamanho, nem largo nem fundo,
é a parte que te cabe deste latifúndio.
Não é cova grande, é cova medida,
é a terra que querias ver dividida.
É uma cova grande para teu pouco defunto,
mas estarás mais ancho que estavas no mundo.
É uma cova grande para teu defunto parco,
porém mais que no mundo te sentirás largo.
É uma cova grande para tua carne pouca,
mas a terra dada não se abre a boca.
(João Cabral de Melo Neto, "Funeral dum lavrador", fragmento de "Morte e Vida Severina")
El Brujo Redivivo13 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Pues el rumor acaba de llegar a casa y está en ella de puritito milagro, que trabajo le costó convencer al médico de urgencias de que no lo dejase ingresado en el Modelo (no "la" Modelo, que eso es otra cosa).
Tal como sospechaba, estoy pasando un cólico nefrítico desde ayer por la noche. Esta tarde, al levantarme de una siesta de ésas de desmayo, ya me fui a urgencias porque la cosa no iba precisamente bien. Allí me metieron un chutazo de cuarto litro o así de buscapina (bueno, el cuarto litro era el del suero del gotero en el que inyectaron la buscapina). Mientras me chutaban hicieron los consiguientes análisis de sangre y orina. Cómo avanzan esas cosas, redios; en menos de una hora estaban los resultados. Éstos señalaron que tenía una brutal pielonefritis aguda, con lo que me metieron otros dos chutes, uno tras otro, de un antibiótico ad hoc. Finalmente, al ver que todavía razonaba algo, me dejaron marchar para casa, haciéndome prometer que no mataría a viejecitas por el camino.
Si anda todavía por ahí, Giannini, mándeme una dirección de correo a elpater@gmail.com, hagalfavor. Si no, dejo el recado para mañana.
En otro orden de cosas, lo que más gracia me hace de todas las barbaridades (por exceso) que algunos andan diciendo, es lo de mis archivos particulares. Deberían cambiar de oráculo o de ouija, porque siguen sin dar una. Vaya panda fenómenos, con perdón, mejorando lo presente, salva sea la parte.
El Brujo Redivivo13 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Si no me equivoco, Giannini, la tesis en cuestión puede consultarla en la Biblioteca Auxiliar del Museo Arqueológico coruñés. Se lo verificaré cuando esté en condiciones, que ahora no estoy.
No me había fijado en esa frase "reconstrucciones poco afortunadas de faros como las hechas de la Torre de Hércules". O mejor, había pasado por encima, en una lectura rápida, dando por hecho que se refería a las reconstrucciones hipotéticas como las de Hutter o Hague. Si es como pensé, nada digo, porque muy afortunadas no son (sobre todo la de Hutter). Si se refiere a la obra de Giannini (el otro), la frase es una burrada de campeonato. La obra de Giannini no sólo es modélica para su tiempo, sino que presenta rasgos esenciales que no van a ser comunes hasta muy avanzado el siglo XX. El chavalote era un fenómeno. Alfredo Vigo sospecha y argumenta (y argumenta bien) que, además, tras él estaba la figura de Josep Cornide, que tampoco era un mindundi precisamente.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
De la cita, cuya referencia bibliográfica resulta prácticamente inutilizable al no cumplir los cánones al uso, me llama la atención, lógicamente, la frase "Des fouilles pratiquées au pied du phare ont fourni de la ceramique sigillée des 1er et 2 siècles; il y eut donc, à proximité du phare, un habitat romain au Haut-Empire, lié probablement à l´antretien du phare ".
No sé si con esas "fouilles" se refiere a la recolección de materiales de 1945 o a la excavación de 1992-94. Sea como sea, la deducción no parece demasiado correcta, o, cuando menos, nadie ha sido capaz de descubrir tal habitat hasta hoy.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
¿De qué fecha?
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
De momento, Giannini, es suficiente para conocer la rigurosidad de quien la puso.
(vamos, que ni idea de la fecha ni de la referencia bibliográfica; es lo que ocurre cuando no se sabe citar)
En otro orden de cosas: para mí que de lo que se encargó Sevio Lupo fue del traslado, piedra a piedra, del Palacio Episcopal del Obispo de Curtis de la península de la Torre a Cidadela, a fin de hacer sitio al faro.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Giannini, no se lo pregunte, que no lo sabe.
Oiga, la otra, ¿siempre es así de grosera, o se reserva para celtiberia.net?
De todas formas, no debería dejarlo tan claro.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: Dolmen de Dombate, el túmulo de la discordia
¿Derrota de Arenas, Cossue? ¿Es que ha venido usted a pelearse?
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Parturient montes, nascetur ridiculus mus.
Al final era "el Tranoy" por antonomasia. Buen libro, aunque se le noten los más de 25 años que lleva encima. Intente leerlo y entenderlo. No le vendrá mal.
Salvo que haya una edición posterior, de bolsillo o así, tiene un solo volumen.
En una cosa sí acierta: las pielonefritis son dolorosas, sobre todo si se extienden a los órganos vecinos. Aunque no creo que mi aparato génitourinario sea asunto de su incumbencia, puedo afirmar que la mezcla de Voltaren intramuscular y Buscapina intravenosa es efectiva al respecto.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
La nota de El Ideal Gallego, Giannini, si no me falla la memoria, está transcrita (al menos en sus partes sustanciales) en alguna parte de Ciudad y Torre.
Para lo del C14 todavía habrá que esperar unos días. Si algo sale, no tenga problema que informaré.
En el Museo está (o debería estar, hace bastante que no lo consulto) el Tranoy. De pública consulta, por supuesto.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
La nota de El Ideal Gallego, Giannini, si no me falla la memoria, está transcrita (al menos en sus partes sustanciales) en algún lugar de Ciudad y Torre.
Para lo del C14 todavía habrá que esperar unos días. Si algo sale, no tenga problema que informaré.
En el Museo está (o debería estar, hace bastante que no lo consulto) el Tranoy. De pública consulta, por supuesto.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Qué pesadez.
El Tranoy fue editado en un único tomo o volumen. Otra cosa es que sus fotocopias las hayan encuaderndo en dos paquetes para hacer manejables las más de 600 páginas (con más de 1,5 Kg) del libro.
Y claro que puede poner "livre II". Como la Ilíada, o Estrabón. Se refiere a partes de la obra, no a tomos.
Por mí no hay problema en que persista usted en su error. Es, por otra parte, lo que suele hacer. Pero debería tener presente que eso deja patente que no tiene usted ni idea de lo que habla.
C'est tout.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Pues sí que es verdad que el gallinero se alborota, Giannini. Problemas de exceso de soberbia, supongo.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
No son 1.500, sino seiscientas y pico.
Cada "livre" o "parte" consta de varios capítulos, como es normal.
El Tranoy tiene un solo volumen o tomo.
Me alegro de defraudarla. Así queda patente que somos diferentes y quedo bien al margen de sus barbaridades.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Pero no estaría mal que, cuando tenga acceso al Tranoy de verdad, el de imprenta, no a fotocopias, y compruebe que se trata de un solo volumen, después lo dijese por aquí reconociendo su metedura de pata.
Aunque ya sabemos que no lo hará.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Que disfrute de la cena y de la compañía, don Abo.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Esta temporada tocaba un buen Barrantes rojo y espeso, pero me temo que voy a tener que acompañar los lacones con agua mineral. Sic transit gloria mundi!
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
1.700 para ser exactos (o eso clavan para los gastos de envío).
En un solo volumen. Un solo tomo. Uno.
El Brujo Redivivo14 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Puede aprender a citar en varios lugares. Le sugiero ¿Cómo se hace una tesis?, de Umberto Eco, que es divertido.
Pero de forma más fácil puede encontrar normas para citar en algunas revistas académicas.
Hay otras, pero la norma UNE 50-104-94 puede encontrarla aquí: http://www.uc3m.es/biblioteca/GUIA/citasbibliograficas.html
El Brujo Redivivo15 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Lucusaugusti, lo suyo es realmente tremendo.
Me refiero a su probada incapacidad de tocar una cita sin tergiversarla. Pero hombre, fíjese un poco, por amor de Dios. Que no llega con tener muchas ganas; ni siquiera llegaría (si fuese el caso) con tener mucha mollera, sino que hay que trabajar, al menos un poco, fíjándose en lo que se hace.
Primero fue la falsedad de que la moneda de Carisio había aparecido en los cimientos de la Torre, cuando usted mismo cita un texto que describe con precisión su hallazgo, resultando que no tiene nada que ver con eso.
Y ahora cita un comentario de este Brujo Redivivo que suscribe aplicándolo a las Aras Sestianas sin que tampoco tenga que ver con el asunto:
SU COMENTARIO:
"Otros colocaron aras y torres en Coruña y Campa Torres.
El Brujo Redivivo
10/02/2007 15:59:59
La atribución a Augusto, que el autor pretende originalidad suya, tampoco es nueva. Salvo error de mi memoria, Rodríguez Colmenero o Fernández Nieto ya han escrito sobre esa idea. Yo mismo también.Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto."
MI COMENTARIO SOBRE LAS ARAS SESTIANAS:
"Para variar, tampoco es nueva la idea de que la Torre puede ser una de las aras de Augusto. Hay más autores, pero el que ahora recuerdo con más nitidez es Fernández Nieto."
Ni Rodríguez Colmenero ni yo. Sólo Fernández Nieto. Y lo tiene un poco más arriba en esta misma página. El párrafo anterior, el que usted cita, hace referencia a Augusto, no a las Aras Sestianas. No es difícil entenderlo, de verdad.
En las otras locuras suyas (e inventos) ya no entro. Allá usted y quien le haga caso.
El Brujo Redivivo15 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Vaya, resulta que sí había metido el párrafo de las aras y no lo había visto. Y no lo había visto porque, por variar, lo había tergiversado, convirtiendo un punto y aparte en un punto y seguido, y haciendo un sólo párrafo cuando en el original había dos y bien separados.
Es triste esa incapacidad de tocar una cita sin tergiversarla.
De todas formas, capón también para mí por no haber leído completa su cita deturpada.
Borre, en consecuencia, lo dicho al respecto. El resto déjelo íntegro.
El Brujo Redivivo15 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Dudar es bueno, pero no lo es tanto hacerlo con las cosas resueltas si no se tienen medios o capacidad para proponer una solución mejor.
La inscripción dice AEMINIENSIS.
Y si alguien lee otra cosa y lo prueba, estupendo. Si no, puro ruido.
El Brujo Redivivo15 de feb. 2007Biblioteca: La Torre de Hércules. El emperador, su legado y el arquitecto que la construyeron
Lucusaugusti, ya sabíamos de sus malas artes. Ahora lo confirma. Créame que no era necesario demostrar de forma tan explícita que, además de no ser usted más que un tergiversador (iba a poner un "mal investigador", pero eso sería un insulto para los investigadores, malos o buenos), es, además, una persona despreciable.
Reciba usted, por lo tanto, mi merecido desprecio.
Hay 781 comentarios.
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