Autor: A.M.Canto
lunes, 22 de enero de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: A.M.Canto


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SOBRE LA VERDADERA FECHA DE LA FUNDACIÓN DE MÉRIDA

Aunque el año pasado tuvo lugar en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida una exposición titulada “AUGUSTO, FUNDADOR DE EMERITA” (30 de marzo a mayo de 2004), que muestra la tesis más tradicional acerca de la fundación de esta importante capital hispanorromana, la realidad es que existen al menos 20 argumentos para pensar más bien que Emerita ya existía bastantes o muchos años antes de que Augusto asentara allí dos veces a nuevos veteranos, y le diera el rango colonial junto con la capitalidad de la nueva provincia de Lusitania. En este artículo se relacionan asépticamente esos 20 argumentos que a mi juicio ponen en cuestión la fundación ex novo de Emerita por Augusto en el 25 a.C., en atención a que son muchos los aficionados que quizá no los conocen, y podrán así sacar sus propias conclusiones.





Aviso.- Con fecha 2-12-2005 he añadido casi todas las imágenes restantes y sus llamadas en el texto, pero algún duende impide que, aunque están bien numeradas, se alineen en su debido orden así que se deben leer desde ambos extremos: la imagen 1 aparece la primera, seguida de las 8-17, descolocadas entre sí, mientras que desde abajo se encontrarán de la 2 a la 7. Lamento las molestias para el lector. Ya solicité el mismo día 2 a los administradores ayuda para arreglar pronto este inconveniente, si es posible.

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Aunque el año pasado tuvo lugar en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida una exposición titulada “AUGUSTO, FUNDADOR DE EMERITA” (30 de marzo a mayo de 2004), que muestra la vigencia de la tesis más tradicional acerca de la fundación de esta importante capital hispanorromana, la realidad es que existen al menos 20 argumentos (*) para pensar más bien que Emerita ya existía bastantes o muchos años antes de que Augusto asentara allí dos veces a nuevos veteranos y le diera el rango colonial, junto con la capitalidad de la nueva provincia de Lusitania. En este artículo se relacionan asépticamente esos 20 argumentos que a mi juicio ponen en cuestión la fundación ex novo de Emerita por Augusto, en atención a que son muchos los aficionados que quizá no los conocen, y podrán así sacar sus propias conclusiones.

La evidencia sobre la inexacta traducción que se venía haciendo del fundamental texto sobre Mérida de Dión Casio (infra, nº 3) la deduje en 1986 gracias al préstamo, por mi buen amigo Michael Blech, del DAIM, de un libro recién aparecido de Michel Casevitz sobre el vocabulario griego usual en los textos sobre colonización. Lo que en él leí me incitó a revisar bajo la nueva perspectiva la traducción de tan celebérrimo texto, que para todos los autores "clavaba" la fundación en el 25 a.C., y a buscar otros indicios que apoyaran la preexistencia de Mérida, y eso fue lo que hice desde 1986, aunque sabía lo difícil que es en España ir contra corriente en un asunto indiscutido, uno de los muchos axiomas en vigor. Y claro que los había, bastantes hechos anómalos y sin explicar. La mayoría (11) los expuse en 1987 (publ. en 1990), y otros en otras publicaciones posteriores (véase al final una sucinta relación). Luego he añadido otros
nueve más, hasta 20. Aquí los enumero todos, en forma lógicamente breve, y divididos en dos grupos: argumentos histórico-epigráficos y numismáticos, y argumentos de orden arqueológico, explicados lo más claramente posible y ordenados según el peso que les atribuyo, excepto los núms. 19 y 20, que considero de carácter fundamental y cierran las reflexiones.

A) ARGUMENTOS HISTÓRICO-EPIGRÁFICOS Y NUMISMÁTICOS

1) EL LUGAR ESTRATÉGICO DE MÉRIDA. Si no un vado propiamente, Mérida está sobre un paso del Guadiana estratégico desde tiempo inmemorial, con una gran isla central que facilita el paso del ancho río (figs. 1 y 2) y permite incluso la celebración en ella de mercados, sin duda eco de una práctica muy antigua. De hecho, Mérida controla el eje de una ruta peninsular S-N prerromana tan vieja como la de Sevilla y Ayamonte hacia Salamanca y León. Añádanse a ello la extraordinaria fertilidad del lugar y las facilidades para el ganado. Es un lugar, pues, que debió de ser habitado y transitado comercialmente en diversas épocas anteriores a Roma. Aunque autores como J.J. Enríquez desde la Prehistoria han asegurado rotundamente que el lugar estuvo habitado en todas las épocas excepto en la romana anterior a Augusto (lo que por definición ya resulta extraño), lo más probable es que el hábitat vetón correspondiente no haya sido aún localizado. En 1995 (1997) sugerí que puede estar en torno a un posible santuario federal vetón, bajo la elevada zona de El Calvario (fig. 2), al O. y cerca de la confluencia de los ríos Ana y Barraeca (véase aquí mismo el articulo http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1124), que casualmente es la zona menos excavada, estudiada y puesta en valor de toda la ciudad. Pero no cabe descartar que, como en Zaragoza, los niveles preaugusteos pudieran hallarse también en las inmediaciones (1).

2) LA ACTIVIDAD MUNICIPALIZADORA DE JULIO CÉSAR EN EL ENTORNO DE MÉRIDA.Quizá ya desde su 'praetura' en la Ulterior (61-60 a.C.), pero con seguridad tras las guerras civiles (45-44 a.C.), Julio César crea campamentos o refunda diversas ciudades en un amplio radio en torno a Mérida (fig. 3). Así, todos los municipios de la Beturia Céltica que en su honor llevan el epíteto de “Julios”: Seria (Jerez de los Caballeros, BA), Segida (Burguillos del Cerro, BA), Nertobriga (Fregenal de la Sierra, BA), Ugultunia (Medina de las Torres y sus otros núcleos, BA) y Lacimurga (Encinasola, H). Además, al N, al S y al O están al menos las ciudades de Ebora Liberalitas Iulia (Évora), Pax Iulia (Beja), Norba Caesarina (c. Cáceres) y Praesidium Iulium Scallabis (Santarém), siendo claramente estos dos últimos de origen campamental, por no recordar que también Olisipo (Lisboa) se llamó “Felicitas Iulia”. Ante tal cantidad de ciudades “Julias” al sur, al norte y al oeste de Mérida, ¿es razonable pensar que César, él mismo un gran estratega, ignorara y olvidara dejar con hábitat y control precisamente el lugar y paso quizá más privilegiados de todos los citados?

3) EL FUNDAMENTAL TEXTO DE DIÓN CASIO. Se trata de LIII, 25, 8. Aquí dice Dión Casio (senador que escribe en griego a comienzos del siglo III d.C.) que, hacia el año 25 a.C., «...acabada esta guerra (la Cántabra), Augusto licenció a los más veteranos de sus soldados, y les permitió ‘ktísai’ una ciudad en Lusitania y llamarla Augusta Emerita...». Desde siempre y por todo el mundo, y especialmente desde el [a veces] perjudicial Adolf Schulten en sus Fontes Hispaniae Antiquae (t. V, 1940, p. 328), se ha traducido este verbo griego, ‘ktísai’, como “fundar ex novo”. Sin embargo, a partir de la citada monografía de Michel Casevitz (prestigioso catedrático de Griego de Lyon, ahora de París) de 1985 sobre el vocabulario de la colonización griega, en la que me apoyé en 1987 (1989-1990), no se puede ya ignorar que ‘ktísai’ había significado eso en los tiempos clásicos de la colonización griega, esto es, en los siglos IX al V a.C. Pero las lenguas evolucionan y, con el paso de los siglos, el mismo verbo pasó a significar “construir, edificar”, esto es, una ampliación urbana, una reedificación, una remodelación significativa en una ciudad que perfectamente puede preexistir; de la misma manera que el ‘ktístes’ ya no sería más el “héroe fundador”, sino “el benefactor, el gran evergeta” (hay diversos ejemplos que Casevitz aporta sobre este hecho, referidos a emperadores y ricos prohombres). Así que, como escribí en su momento, aplicando esa novedad al texto que tratamos, había que dejar de ver a Augusto como “el fundador exnovo de Mérida”. Y que es así en el mismo autor se prueba cuando el propio Dión Casio, al hablar algo más adelante (LIV, 23, 7) de las colonias fundadas por Augusto en la Península, en el año 16-15 a.C., dice que “como en Galia, ‘fundó’ muchas ciudades”. Pero aquí no usa ‘ktísai’, sino el término ‘apoikítso’, verbo que sí está unido al significado romano de “colonia, colonizar”, y que no usó más atrás para Mérida. Como conclusión de esta novedad filológica, el texto de Dión Casio, escrito setecientos años después de que los griegos dejaran de fundar colonias ‘ex novo', debe traducirse y encuadrarse en esta nueva óptica. Para decirlo en otros términos, científicamente resulta obligado aceptar esta variación, y proceder con lo demás en consecuencia.

4) ¿MONEDAS DE UNA COLONIA, SIN COLONIA? En efecto, como es bien sabido, todas las amonedaciones iniciales de la ciudad, denarios y quinarios de plata (que son de época, pues mencionan al legado Carisio) llevan como leyenda de la ciudad sólo “EMERITA”, y algunos de sus reversos pueden considerarse aún moneda militar. En las series que presentan la muralla, almenada y geminada, se escribe la misma simple leyenda (figs. 4-5). En cambio, las series en bronce con reversos “arado y yunta” (fig. 6), que sí son las expresivas de la deducción de una colonia, llevan el letrero AVG(usta) • EMER(ita) pero son todas posteriores, de hacia 2 a.C., mientras que la decisiva palabra “COL(ONIA)”, no se acuña hasta esa misma época. Se reconocerá que, si es verdad que era una colonia nueva y de Augusto, y pensada para ser capital de la Lusitania, resulta muy extraño que ambos grandes honores no se hagan constar de ninguna manera en sus propias monedas hasta casi un cuarto de siglo después.

5) EL OTRO NOMBRE OFICIAL DE LA CIUDAD: “C • I • A • E •”. Aunque el nombre oficial en el Alto Imperio es “Colonia Augusta Emerita”, hay trece testimonios epigráficos, oficiales y privados, en los que aparece con una “I” en segunda posición, de "Iulia" (que, como es bien sabido, era el ‘nomen’ o apellido de César y caracteriza a sus fundaciones), y se leerían “C(olonia) I(ulia) A(ugusta) E(merita)”; así aparece en los sellos de al menos tres tuberías de plomo de la ciudad (fig. 7), en tres tegulae (figs. 8 y 9), en la dedicación de una palma al Genio de la Colonia (fig. 10), y en al menos seis sellos sobre sigillatas hispánicas (fig. 11), aparecidas en Mérida y en Bezares, uno de alfares de Tricio, en La Rioja, donde quizá se fabricaron todas por encargo (cf. estudios de Étienne, Bost y Le Roux, aunque no ponen estos testimonios en relación con César).

Es evidente que estas pruebas de que Mérida tuvo el epíteto Iulia establecen un claro paralelismo con todas las ciudades y la actividad cesariana en la zona a las que me he referido ya en el argumento 2º y fig. 3, y resultará reforzada por el testimonio de relevantes historiadores árabes (vid infra, argumento nº 19).

6) LAS LEGIONES FUNDADORAS DE MÉRIDA: LEGIONES DE CÉSAR. Las legiones “fundadoras”, la V Alaudae (“de la Alondra”) y la X Gemina, son cuerpos militares que las fuentes citan siempre en relación con Julio César, no con Augusto. De hecho, en el orden de batalla para Munda (Bell. Hisp. 30) César tuvo a su izquierda a la legión V (que él mismo reclutó a sus expensas en la Galia Transalpina, hacia 55 a.C.) y a su derecha a la X (posiblemente formada, según J.M. Roldán, con efectivos traídos por César a Hispania). Además, las monedas donde ambas aparecen recordadas (según A. Beltrán), en todo caso poco representativas dentro del conjunto monetal emeritense, tampoco son del año 25, sino del 2 a.C. Otro retraso bien extraño si eran sus veteranos la causa y los protagonistas de la supuesta “fundación ex novo”. Por otro lado, se dice que estas legiones participaron en las guerras cántabras; pero es un argumento circular, puesto que la afirmación descansa a su vez en las monedas militares de Carisio (vid. supra nº 4), que no las mencionan.

7) UNA TRIBU ELECTORAL ANÓMALA EN AUGUSTO: LA “PAPIRIA”. Como se sabe, las ciudades romanas se atribuían a una ‘tribus’ o “distrito electoral”, a la cual pertenecían sus ciudadanos y en la que votaban. Sabemos que en las fundaciones hispanas de Augusto éste siempre usó la tribu “Galeria”. Sin embargo, Mérida estuvo adscrita a la “Papiria”, que es una tribu muy rara en Hispania (sólo ella y Astigi, en la Bética). Hay que recordar entonces que al menos la colonia romana de Narbo Martius (Narbona), y Casandra en Macedonia, obra ambas de César, pertenecieron también a la Papiria (y véase su relación con el argumento que sigue). El mismo argumento vale para Caesarea Augusta (Zaragoza), que tampoco fue inscrita en la tribu Galeria, sino en la también inusual ‘Aniensis’.

8) EPITAFIOS DE VETERANOS EMERITENSES ANTERIORES AL 25 A.C., Y DE OTRAS LEGIONES. Resulta curioso, y nadie sabe explicar (excepto el viejo Ritterling), por qué tenemos inscripciones funerarias de tres legionarios radicados en Mérida, e inscritos en su tribu Papiria... años antes del 25 a.C.; ya que son veteranos de legiones que salieron de Hispania antes del 31 a.C., exactamente de la XX y la XXX, únicas de guarnición fija en la Ulterior antes de Actium. Así ocurre, por ejemplo, con el epitafio del italiano C. Axonius (CIL II 22*), enterrado en Elvas (a unos 65 km de Mérida), legionario de la legión XX y perteneciente a la tribu “Papiria” cuando su ciudad natal en Italia (Firmum Picenum) era de la “Velina”, lo que demuestra claramente que el cambio de tribu se debe a su cambio de domicilio, y que una “Emerita” ya inscrita en tal tribu existía antes de su supuesta “fundación” (véanse las monedas de Carisio con ese único letrero, nº 4 y fig. 2).

9) EL CURIOSO TESTIMONIO DE SAN ISIDORO DE SEVILLA. Este famoso obispo hispalense del siglo VI-VII d.C., autor de una completa y prolija obra sobre “Etimologías”, basada en Plinio el Viejo y en otros diversos autores antiguos, cuando habla de la fundación de ciudades cita continuamente las palabras ‘conditor, condidit para referirse a los “fundadores” de las mismas. Sin embargo, cuando lo hace con Mérida y Augusto utiliza ‘aedificare’, así: “Emeritam Caesar Augustus AEDIFICAVIT... dans ei nomen ab eo quod ibi milites veteranos constituisset” (César Augusto edificó Mérida, dándole su propio nombre, por haber asentado allí soldados veteranos”) (Etym. XV, 1, 69). Según san Isidoro, pues, Augusto no habría fundado Mérida, sino que la habría “edificado”, esto es “dado forma de gran ciudad”, en el momento de asentar allí colonos militares. Y esto encaja bastante bien con el sentido del verbo ‘ktítsai’ de Dión Casio, al que antes me referí (vid. el argumento nº 3).

10) LOS “VETERANI PATERNI” DE LOS AGRIMENSORES. Es aplicable también según creo al caso de Mérida esta frase de Sículo Flaco, uno de los autores gromáticos más importantes (ed. Thulin, 126), al definir el ‘aes miscellum’: «Praeterea dicitur et ‘aes miscellum’. Ita evenit ut qui a divo Iulio deducti erant, temporibus Augusti militiam repetissent, consumptisque bellis victores terras suas repetierunt; in locum tamen defunctorum alii agros acceperunt» («Existe también otro tipo de asignación (de tierras): la mixta. Así ocurrió con veteranos que habían sido deducidos en época de César y que en época de Augusto fueron nuevamente reenganchados; al regresar vencedores a sus tierras, las centurias de los difuntos se repartieron a otros”). Éstos son los que Rudorff llama ‘veterani paterni’ (epíteto que, por cierto, puede servir para explicar el de otras ciudades que lo llevan , como Barcino). Se recordará que, para luchar en el 19 a.C. contra los residuos de rebeldía cántabra, Agripa tuvo que recurrir a soldados “ya viejos y extenuados por las continuas guerras”, y parece raro que se hable así de soldados que habían sido licenciados y asentados sólo 6 años atrás. Pudo usar, pues, veteranos que habían peleado ya bajo César.

11) EL SINOICISMO INDÍGENA EN MÉRIDA. Aunque no se ha solido destacar, sabemos por un interesante párrafo de Estrabón (III, 2, 15, véase abajo texto y traducción) que Mérida fue en realidad una ciudad de tipo sinoicístico, esto es, en la que convivían ciudadanos romanos e indígenas, y ése no es el tipo de hábitat propio para una fundación de soldados veteranos de tipo estrictamente militar. Pero es que, además, los vocablos griegos utilizados por Estrabón para definir a Mérida, como he tenido ocasión de señalar detalladamente (en Gerión 2001), son ‘pólis’, el equivalente de ‘municipium’, y katoikía>, asentamiento de veteranos, pero no ‘apoikía’, que es el que significaría "una colonia ex-novo’. Y recordemos que Estrabón escribe en Roma en época de Augusto-Tiberio.

[El texto de Estrabón III, 2, 15: Aí te nun sunoikisménai póleis, h te én tois Keltikois Paxaugoústa kaì h én tois Tourdoúlois Augoústa ‘Emérita kaì h perí toùs Keltíbhras Kaisaraugoústa kaì ‘állai éniai katoikíai thn metabolhn ton lejzeison politeion ‘emfanítsousi. Kaì dh ton ‘Ibhron òsoi taútes eisì ths idéas, stolatoi légontai. (No he encontrado una letra griega que trasponer aquí, de forma que debo dejarlo así, y con la acentuación incompleta, h por eta, etc., aunque espero que se entienda).

Mi traducción (en Gerión 2001): “Por otro lado, las ciudades (preexistentes) que acaban de ser repobladas de forma mixta, como Paxaugusta entre los Célticos, Augusta Emerita entre los Túrdulos, Caesaraugusta en la vecindad de los Celtíberos y otros asentamientos de veteranos, demuestran claramente el progreso de los (indígenas) elegidos para vivir como ciudadanos. Los hispanos que proceden de este origen son llamados estolados” (stolátoi)...”]

12) EL TEXTO DE HIGINO EL AGRIMENSOR: UNA DEDUCTIO MILITAR SOBRE UN VETUS OPPIDUM
Este agrimensor es bien conocido en la bibliografía emeritense a causa de su referencia a la extensión de las parcelas de Mérida (cap. 135), contenida en su obra Constitutio [limitum] ("Sobre el establecimiento de límites"). Pues bien: en su cap. 142 se refiere a la actividad colonizadora del emperador Augusto en estos términos: Aeque divus Augustus, adsignata orbis terrarum pace, exercitus qui aut sub Antonio aut Lepido militaverant pariter et suarum legionum milites colonos fecit, alios in Italia, ALIOS IN PROVINCIIS. Quibusdam deletis hostium civitatibus novas urbes constituit, QUOSDAM IN VETERIBUS OPPIDIS DEDUXIT ET COLONOS NOMINAVIT, esto es: "El propio Divino Augusto, después de haber 'distribuído' la paz a todo el orbe, estableció como colonos a los ejércitos que habían combatido bajo Antonio o bajo Lépido, tratándolos igual que a sus propias legiones, a unos en Italia, A OTROS EN LAS PROVINCIAS. Para unos [los de Italia], habiendo sido destruídas las ciudades enemigas, hizo nuevas urbes; a los otros [en provincias] LOS ASENTÓ EN CIUDADES ANTIGUAS (ya existentes) Y LOS LLAMÓ COLONOS (es decir, que elevó esos vetera oppida al rango de colonia)".

Higino tiene delante sin duda el “dossier” de las colonias augusteas provinciales. Sabemos además que conoce también el de Mérida, por otras referencias que hace. Y aquí nos está describiendo para los asentamientos provinciales de Augusto el mecanismo que aquí justamente defendemos para Mérida: una ciudad ya existente (vetus oppidum), que recibe contingentes de población veterana y es ascendida entonces al estatuto colonial.

Como puede verse, Higino no contempla en provincias el caso de la creación de "nuevas colonias", por lo que este texto puede aplicarse a otras ciudades hispanas cuya fundación se viene considerando también 'ex novo', como es el de Caesarea Augusta (Zaragoza).

B) ARGUMENTOS DESDE LA PERSPECTIVA ARQUEOLÓGICA.

13) ELEMENTOS PRE-AUGUSTEOS EN LA ARQUITECTURA Y LA ESCULTURA EMERITENSES. Fue ésta una aguda observación debida a Henner von Hessberg (por entonces en Heidelberg y ahora catedrático de Arqueología en la Universidad de Colonia), cuando participamos en octubre de 1987 en el luego célebre coloquio del DAI-Madrid “Stadtbild und Ideologie”, en torno a dos conceptos que lanzó Paul Zanker y que a partir de entonces tuvieron en España una inusitada aceptación y uso, que aún perduran: los de la “monumentalización” y la “marmorización” de Hispania. Pues bien: Hessberg recalcó (para sorpresa de algunos), a partir del estudio de elementos arquitectónicos y de capiteles emeritenses de caliza, que en Mérida «se apreciaban formas y técnicas pre-augusteas o al menos previas a la “marmorización” de Mérida», y que «los capiteles del llamado ‘templo de Diana’ tenían un cierto sabor tardorrepublicano».

Paralelamente, W. Trillmich, experto en escultura y hasta hace poco director del Instituto Arqueológico Alemán en Berlín, creó la definición de «primera generación del retrato emeritense» para aquellos retratos (bien conocidos de muchos, me imagino) realizados en caliza y estucados, los llamados por él “arrabiati”, esto es, muy serios y realistas, llenos de arrugas y ceños y nada idealizados, que no encajan bien en la iconografía augustea pero sí en la tardorrepublicana (figs. 12, 13 y 14). En el mismo Coloquio (que se publicó en 1990), el arquitecto Michael Pfanner añadió que podía observarse en la Península Ibérica una «gran ola de monumentalización entre los años 50 y 25 a.C.». Todas ellas, como puede verse, afirmaciones por entonces muy nuevas y que, desde distintos campos, encajaban con la “Mérida cesariana” que en la misma ocasión (octubre de 1987) yo estaba sugiriendo.

14) UN ANFITEATRO APOYADO EN UNA MURALLA. Esta observación formaría parte de otro curioso tema, antiguo en la bibliografía: el de la “Mérida pequeña” y la “Mérida grande desde siempre”, suscitado desde que el gran arqueólogo I.A. Richmond, en 1930, observó dos fases claras en la construcción de la Mérida romana. Lo que ahora nos interesa son otros dos hechos: que en plena arena del anfiteatro (8 a.C.) se encontró hace años un enterramiento romano, y que parte del muro oriental del edificio lo constituye la propia muralla de la ciudad, ambos hechos por completo inusuales en una ciudad planificada al detalle (véanse los argumentos núms. 14 y 15).

15) LA ASIMETRÍA DE LOS FOROS. Si se pretende que Augusta Emerita fue concebida y planificada por Augusto de una vez, como colonia y como capital provincial de la Lusitania, resulta extraño que los llamados “foro colonial” y “foro provincial” mantengan entre sí una cierta desviación o asimetría, como si su planeamiento no fuera coetáneo. Lo mismo cabe decir de la excentricidad del teatro con respecto al foro (hecho que observó el prestigioso experto francés Pierre Gros, también en el coloquio de Madrid ya citado).

16) LA DESVIACIÓN DEL PUENTE. Se repite que Mérida se fundó en función de su justamente famoso puente, y que él fue “el eje vertebrador de su urbanismo”. En este caso fue Pedro Mateos (hoy director del Consorcio de Mérida) el que observó en 1994 y 1995 que el puente en realidad no se alinea con el decumano máximo de la ciudad, como hubiera debido esperarse si todo el planeamiento fuera coetáneo.

17) EXCAVACIONES RECIENTES EN EL FORO DE LA CALLE HOLGUÍN. Hace tres o cuatro años tuve noticia fidedigna de que en las excavaciones que se practicaban en el impresionante conjunto de la calle Holguín, en el conocido desde el siglo XVIII como “foro provincial” (así le llamaba ya Manuel de Villena Moziño, autor de excavaciones y dibujos de Mérida por orden de Carlos IV, entre 1792 y 1794), habían aparecido niveles inferiores con estructuras domésticas. Aunque no conozco los datos de la excavación, si el foro provincial se planificó, como sería lógico, en la supuesta época fundacional augustea, pues a ella acompañaría la capitalidad, este enorme edificio, sea pórtico o templo, se hubiera levantado los niveles estériles que se defienden; sin embargo, la existencia de casas anteriores, que serían amortizadas para la nueva ordenación forense, indica que éstas tendrían que ser pre-augusteas.

18) MÉRIDA, UNA CAPITAL PROVINCIAL EN UN EXTREMO DE LA PROVINCIA. Resulta también raro que, creada al menos sobre el papel la provincia de Lusitania en el 27 a.C. (según el mismo Dión Casio), desgajada de la Ulterior, sólo dos años después el propio Augusto decida fundar su capital en una posición excéntrica de la misma. Esto sugiere más bien que la ciudad ya estaba fundada, pues parecería más lógico, si se va a crear una nueva capital para una nueva provincia, ponerla en un lugar más céntrico con respecto a ésta, lo que no es aquí el caso (2).

C) EL TESTIMONIO ÁRABE Y LA DATACIÓN DEL PROPIO AUGUSTO

19) LAS DECISIVAS FUENTES ÁRABES. Desde 1987 vengo trabajando y defendiendo la extraordinaria utilidad de las fuentes árabes para la España romana. En ese año, en el repetidamente citado Coloquio “Stadtbild und Ideologie...” (1987, publ. 1990), luego en Gerión 1989 y finalmente de forma completa para Mérida, en un coloquio del Museo a comienzos de 1999 (2001b), apelé a un autor tan importante como Ahmad al-Razí (cordobés, 889-995 d.C.), cuya obra histórica fue traducida al castellano y al portugués como “Crónica del moro Rasís”. Entre otras referencias, en su cap. LXVI aporta un párrafo que considero fundamental: «E Atavia (esto es, Octavio) mando adobar (terminar) todas las cosas que Julio Çesar auia començado en España, e acabo a Çaragoça, que es muy noble çibdat, e a Merida, semejante de Seuilla, e a Cordoua de Beja...». Aunque en aquel momento ya algún conocido investigador alemán trató esta fuente con desprecio, ello es un craso error. Es una fuente histórica fiable, más próxima en el tiempo que nosotros a la Antigüedad y que, sin decir lo mismo, viene a coincidir más o menos con san Isidoro (supra nº 9).

Por otro lado, en 1999, como dije, y a modo de ejemplo de la futura monografía, reuní los textos de 21 autores medievales árabes sobre Mérida, con novedades muy interesantes, históricas y arqueológicas, para la ‘Emerita’ romana (como un desconocido arco en el centro de la ciudad (fig. 17). Pero entre estas novedades destacaré ahora sólo un texto fundamental (que reproducen 6 de dichos autores) que describe una tabla de bronce “en escuro latín”, y una hermosa inscripción de mármol que el gobernador Abd Allah ben Ta’laba, el constructor de la celebérrima Alcazaba emeritense (835 d.C.), mandó arrancar de donde estaba, “sobre la mejor puerta de la çibdat”, esto es, la del río (detalle que explica bien sus propias tres inscripciones fundacionales, que insertó igualmente en las puertas de la Alcazaba).

El texto que las dos inscripciones romanas contenían permite confirmar, y así lo hice, que en efecto Mérida tuvo el epíteto de “Iulia”, y que su muralla fue construída por tramos de 8,35 m “a cargo de los ciudadanos”, lo que sugiere sin duda un estatuto municipal (‘municipium’ = de ’moenia capere’) y no colonial, ya que lo que diferencia a una colonia de un municipio, entre otras cosas, es “la común participación en las cargas públicas, empezando por la construcción de las murallas” (A. d’Ors, EJER, 1953, 140).

Es decir, que las fuentes árabes vienen a redondear y explicar las otras 18 “anomalías” anteriormente detalladas. Y todo ello , estimado en conjunto, permite sugerir, al menos como hipótesis verosímil, que Mérida no sólo existió antes de Augusto, probablemente como como un ‘praesidium’ militar (incluso anterior a César), sino que bajo César Mérida pudo ser en efecto una verdadera ciudad, posiblemente un ‘municipium civium Romanorum’ con el nombre de ‘Municipium Iulium Emerita’. Nada tan extraño, en fin de cuentas, si pensamos que fundó otra Praesidium en la Ulterior (Scallabis), y que la otra gran ciudad de Lusitania, la actual Lisboa, se llamaba igualmente ‘Municipium Iulium Olisipo’...

Es conocida la ‘pietas’ filial de Augusto, por la cual procuró terminar todo lo que César, debido a su temprano asesinato, había dejado comenzado. Así que, al decidir entre Olisipo y Emerita que ésta sería la capital de la nueva Lusitania, asumió los gastos de su elevación a colonia, siendo él el deductor de dos asignaciones de veteranos de las guerras cántabras, una posiblemente hacia 25-21 a.C. y otra segunda en el 16-15 a.C. (pero véase ahora el argumento nº 20), representado en este caso por su yerno Agripa como ‘adsignator’ y evergeta (Agripa regala al menos el teatro, en ese año: es el mismo papel que para Caesarea Augusta debió de jugar Germánico, y para Corduba Marcelo, el sobrino y llorado heredero de Augusto). Pero el estatuto colonial de Mérida no pudo llegar antes del 2 a.C., si nos fiamos de las monedas. Pudo haber otras asignaciones de veteranos (incluso anteriores, del 30 a.C., véase infra el nº 20), y la historia arquitectónica es otro problema sin dilucidar. Pero no se trata aquí de ello, sino de demostrar cuántas razones existen, y de bastante peso si se toman como conjunto, para pensar que, en realidad, Augusto no fue el primer “fundador” de Emerita.

Pero, en cuanto a la cronología, conviene tener en cuenta aún un último testimonio: el de Augusto:

20) LO QUE AUGUSTO DEJÓ ESCRITO SOBRE SUS COLONIAS... Y MUNICIPIOS. Vamos a terminar esta serie en progreso de argumentos con uno de cierta contundencia intrínseca: las fechas de la actividad asentadora de veteranos de Augusto de la pluma de su propio protagonista.

En efecto, Augusto, en su testamento político o Res Gestae (un documento fundamental pero que, curiosamente, rara vez se suele tener en cuenta cuando se debate el tema de la fundación de sus colonias), "discrepa" de Dión Casio (fuente preferida sobre él, también curiosamente) al fechar en los años 30 y 14 a.C. aquéllos en los que fundó colonias o libró fuertes cantidades para adquirir lotes de tierra a los municipios, con destino a los veteranos (cap. 16.1: ...Pecuniam pro agris quos in consulatu meo quarto (30 a.C.) et postea consulibus M. Crasso et Cn. Lentulo Augure (14 a.C.) adsignavi militibus solvi municipis... pro praedis Italicis... et pro agris provincialibus...); mientras que para los años 7, 6, 4, 3 y 2 a.C. recuerda el cambio a la recompensa en dinero, y sólo en relación a los municipia (cap. 16.2: ...militibus quos emeriteis stipendis in sua municipia deduxi, praemia numerato persolvi...).

Si unimos estos datos a su frase posterior colonias militum in... utraque Hispania (o sea: en las dos Hispanias)... deduxi (cap. 28), todo tomado al pie de la letra me parece que indica que las colonias augusteas hispanas fueron deducidas principalmente en la fase del año 30 a.C., tras la campaña de Actium, y cuando en Hispania sólo había dos provincias. Punto en el que se debe recordar también la afirmación de Higino (De limit., p. 177 Lachmann): exercitus qui aut sub Antonio aut sub Lepido militaverant, pariter et suarum legionum milites colonos fecit alios in Italia alios in provinciis (véase supra el argumento nº 12).

Esta actividad colonizadora de Augusto, que para Hispania se conoce muy mal, coincide asimismo con el reparto inmediato de un congiarium en el año siguiente, 29 a.C., según las mismas Res Gestae 15.3: et colonis militum meorum consul quintum... triumphale congiarium.

Por tanto, habría que tener muy en cuenta lo que el propio Augusto afirma, y valorar casos hispanos en los que aparecen soldados que pudieron haber militado sub Antonio aut sub Lepido, como los conocidos (pero generalmente rechazados como falsos o anómalos) epígrafes de tres soldados de la legión XX y tribu Papiria (CIL II, 22*, 662 y 719) asentados en el entorno de Mérida en una fecha evidentemente anterior a la «oficial» del 25 a.C. (3)

********

CONCLUSIÓN Como conclusión necesaria, parece que quienes quieran seguir defendiendo que Mérida se fundó sobre un lugar vacío, y que Augusto fue su primer y único “fundador” en el año 25 a.C., como en esta exposición, y en prácticamente todos los manuales, artículos y, consecuentemente, textos en red, leemos, aun conociendo esta larga serie de argumentos contrarios (por estar casi todos ellos publicados, y varios expuestos in situ) puede hacerlo, pero no saltando sobre todos estos obstáculos como si no existieran; se debería, desde el punto de vista metodológico, aludir a ellos, darles la debida explicación, uno a uno, o bien demostrar claramente su invalidez. Comenzando, obviamente, por la traducción de Dión Casio, ahora demostrada como errónea, y que es el texto principal.


********

(*) El artículo se subió el 2-11-2005. El argumento nº 12 fue añadido el 4-11-2005, y el nº 20, también nuevo, lo ha sido hoy 12-11-2005. Como puede observarse, da lugar a algunas pequeñas matizaciones cronológicas que perfilaré mejor en breve. - Con fecha 2-12-2005 se añaden todas las imágenes restantes y sus llamadas en el texto, con el problema de ordenación avisado al principio. - Con fecha 2-1-2006 se complementa el argumento nº 11.

(1) En este sentido, es muy significativo el ejemplo de Caesarea Augusta, la actual Zaragoza, de la que también (con la solitaria excepción de don Antonio Beltrán) se negaron siempre sus niveles anteriores a Augusto, hasta que éstos han acabado apareciendo, en parte fuera del recinto romano definido por las murallas, y más hacia la confluencia del Ebro y el Huerva, remontándose al menos a los finales del siglo II y comienzos del I a.C.

(2) El caso de Tarraco no es asimilable, pues la ciudad existía desde mucho tiempo atrás, en su versión romana al menos desde 218 a.C., bajo los dos hermanos Escipiones, durante la SGP, y fue desde siempre la capital de la misma provincia, la Hispania Citerior.

(3) Párrafos tomados literalmente del artículo citado infra, en Gerión 2001.

******

BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA PARA ESTAS HIPÓTESIS:

- Canto, Alicia Mª (1987/1990): «Las tres fundaciones de Augusta Emerita», Stadtbild und Ideologie. Die Monumentalisierung hispanischen Städten zwischen Republik und Kaiserzeit (Coloquio del DAI-Madrid, octubre de 1987), Bayerische Akademie der Wiss. Phil.-Historische Klasse, Abhandlung 103, Munich, 1990, 289-297.

- Ead. (1989): «Colonia Iulia Augusta Emerita: Consideraciones en torno a su fundación y territorio», Gerión 7, 1989, 149-205. Novedad: ahora consultable y descargable en Red, en: http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/02130181/articulos/GERI8989120149A.PDF, aunque salió con muchas erratas y los mapas sin pasar a limpio, pero se pueden ver aquí en Celtiberia.

- Ead. (1997): «El mausoleo del Dintel de los Ríos de Mérida, Revve Anabaraecus y el culto de la confluencia» (en colaboración con F. Palma y A. Bejarano), Madrider Mitteilungen 38, 1997, 247-294.

- Ead. (2001a): «Sinoicismo y stolati en Emerita, Caesaraugusta y Pax: Una relectura de Estrabón III, 2, 15», Gerión 19, 2001, 423-474. (Cf. http://www.ucm.es/info/antigua/g2001.htm).
Novedad: ahora es consultable y descargable en Red, en: http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/02130181/articulos/GERI0101110425A.PDF

- Ead. (2001b): «Fuentes árabes para la Mérida romana», La islamización de la Extremadura romana (Jornadas del Museo Nacional de Arte Romano, Mérida, 30-31 de enero de 1999), Cuadernos Emeritenses nº 17, edd. F. Valdés y A. Jiménez, Mérida, 2001, 11-86.

© Alicia M. Canto, Universidad Autónoma de Madrid

Fuente original del texto, modificado y ampliado:
http://sagitta.ci.uc.pt/mhonarchive/archport/msg01022.html
Anuncio de la citada exposición en el MNAR: http://www.hoy.es/pg040327/prensa/noticias/Merida/200403/27/HOY-LOC-004.html
Desde el punto de vista tradicional: http://www.simulacraromae.org/emerita/index.htm
http://www.simulacraromae.org/emerita/historia.htm



Comentarios

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  1. #1 jugimo 02 de nov. 2005

    Las razones son incuestionables, enhorabuena Alicia, se nota tu estilo claro, conciso y convincente. ¿Cuanto tiempo tenemos que esperar para que en Mérida y en la UEX dejen de afirmar que la Colonia fue una fundación augústea?
    ¿Estamos en Cáceres con un caso similar a la luz de los últimos hallazgos? Gracias por tu trabajo y tu tiempo.

  2. #2 jarc 02 de nov. 2005

    Información eliminada por el Administrador Ego

  3. #3 jugimo 02 de nov. 2005

    Lo que yo "creo que sobraba" son esos juicios de valor personales que espetas a los contertulios de esta web, lo único que demuestran es tu falta de tacto y de educación ante personas que te estan enseñando lo que saben de forma altruista y desinteresada. Es indignante.
    ¿Aporta algo nuevo en esta nueva versión? Te lo lees y después opina.

  4. #4 A.M.Canto 02 de nov. 2005

    Jugimo: Gracias por tu opinión. No sé lo que se necesita, pero en España está probado que lo más eficaz suele ser que lo diga algún extranjero, preferentemente alemán o inglés. Pero como esto aquí no va a pasar, pues entonces habrá que esperar a algún hallazgo espectacular, momento en que se puede pasar a la fase de "como es bien sabido, pues ya lo decía Moreno de Vargas en el siglo XVII...". Curiosamente, esto sería casi cierto, porque para los eruditos antiguos estaba fuera de duda que la Vía de la Plata era una "vía consular", o sea, del tiempo de la República. Que es además lo más lógico. Aunque quizá alguien crea que las expediciones romanas hacia el NO desde el siglo II a.C. y, por supuesto, la del propio César, se abrieron camino a machetazo limpio por alguna jungla... Y, sí, ya he leído lo último de las excavaciones en Cáceres, está muy bien y puede resolver definitivamente la cuestión.

  5. #5 jarc 02 de nov. 2005

    jugimo:
    Opino que esa descalificación, que ella ciertamente espeta en ese artículo, sobraba.
    Si tú consideras que esto es un juicio de valor que demuestra mi falta de tacto y de educación, ¿qué le voy a hacer?
    Yo también estoy aquí de forma altruísta.
    Y ¿sí tú crees que sólo pueden aportar los doctores de ciertas especialidades? ... ¿qué le voy a hacer?

    Lo que no consigo entender bien es qué te parece indignante.
    ¿Que considere que, en ese interesante artículo, sobre esa descalificación es indignante?
    ¿Te parece más indignante que esa descalificación a un compañero?
    Algo falla.

    El que la autora del artículo sea doctora no me va a impedir que exprese mi opinión, esto es una web.
    Y si no estás de acuerdo ¿qué le voy a hacer?

    Saludos



  6. #6 ainé 02 de nov. 2005

    Jarc
    ¿A que viene mencionar calificaciones o descalificaciones del pasado? No seas buscabullas, tarde o temprano encontrarás la ignorancia (te aburrirás horrores y tendrás que buscarte otro lar para montar el numerito).


    PD: no te molestes en responderme...será perder el tiempo (tómalo como un humilde consejo)

  7. #7 A.M.Canto 02 de nov. 2005

    Jarc: Con la envergadura del problema que se plantea, y el chorro de documentos expuestos, me parece un poco simple, perdone que se lo diga, decir que "para expresar mis hipótesis preciso de la descalificación a otros". Pero es que, en cuanto a la "probada liberalidad científica" de José Mª Álvarez Martínez y los demás conservadores del Museo de Mérida, me parece algo que está fuera de duda, y hay que ser muy retorcido (no digo que Ud. lo sea, supongo que lo ha oído por ahí) para tomarlo como una "descalificación", asombrada me quedo.
    Pondré la frase completa para que la valoren los demás, si quieren: "Tras meditarlo, y sopesada también la amistad que me une hace muchos años con el director y los conservadores del Museo de Mérida, pero también su probada liberalidad científica, al final he decidido que sí, que el interés de la precisión histórica será capaz de disculpar en este caso una intervención crítica, en atención a las muchas personas que, leyendo la noticia o la exposición misma, saquen la errónea conclusión de que es algo cierto y probado que Augusto fue el fundador de una Mérida ‘ex novo’ en el año 25 a.C., como tradicionalmente se ha venido repitiendo..." (en http://sagitta.ci.uc.pt/mhonarchive/archport/msg01022.html). No veo la "descalificación" por ningún lado, es exactamente al revés. Claro que, si se leen así las cosas...
    Para mí, el que es "científicamente liberal" es el que es capaz de admitir y valorar las propuestas científicas de otros colegas, aunque sean distintas o discrepantes de las suyas propias, y hasta de admitir el error cuando se le prueba. Y los colegas del MNAR a los que me refería el año pasado (en un contexto que un año después aquí no tenía ya sentido) tienen esa virtud, o así lo he pensado siempre, y espero que no hayan cambiado.
    Tampoco sé a qué "debida réplica" se refiere Ud. Y conviene aclarar que lo que expongo aquí arriba no son "mis teorías", sino argumentos y documentos contantes y sonantes, contrarios a una fundación 'ex novo' augustea, y que no se pueden descalificar tan fácilmente. Y lo que no me parece de interés general para el foro es derivarlo a temas personales, que por mi parte he evitado cuidadosamente.

  8. #8 jarc 02 de nov. 2005

    En lo que se refiere al contenido del artículo, a mí me pareció muy interesante.
    Los argumentos me parecieron, además de novedosos, muy sólidos y numerosos.
    Este lo he leído por encima y me sonaba a lo mismo.
    También he leido el artículo que, según algunos, le "pone los puntos sobre las ies".
    Lo curioso es que la contraréplica tampoco establece como fecha de fundación el 25 a. C (fecha indiscutible y unámine en todas las web oficiales); esó sí la considera posterior.

    Un saludo

  9. #9 A.M.Canto 02 de nov. 2005

    Bueno, pues ya me dirá cuál es, y le diré si es verdad que "me pone los puntos sobre las íes". Eso tiene gracia. ¿Acaso el autor que sea consigue demostrar que Michel Casevitz no sabe una patata de griego? ¿O quizá que los once testimonios con C.I.A.E. son falsos? ¿Habrá, quien sea, encontrado monedas de Mérida del 25 a.C. que pongan ya "Colonia", pinten arados o citen a las legiones, y yo no me he enterado? ¿Es que el sector O del anfiteatro ya no está embutido en la muralla? Ah, será entonces que lo que demuestra es que el Rasís miente sobre la terminación por Augusto de las ciudades empezadas por César, o en que ben Ta’laba en realidad no mandó arrancar nada de la muralla... Porque, si no va de algo de eso, no sé de qué "íes" ni de qué "puntos" me habla.

  10. #10 jarc 02 de nov. 2005

    Estoy de a cuerdo con lo de los temas personales.
    Una pregunta ¿no tenéis nada que decir sobre la intervención de jugimo?

    M.A. Canto:
    Me alegra mucho que sea así.

    Ciertamente, alguien ha interpretado lo de "liberalidad científica" como negativo y hasta parecía tener sentido.

    Sin duda ninguna, no tenía razón de ser.

    Saludos

  11. #11 A.M.Canto 03 de nov. 2005

    Y ese detalle de que el (para mí) anónimo autor considere la fundación de Mérida "posterior al 25 a.C." tiene difícil defensa. Porque no sé si "el innominado" habrá caído en la cuenta, pero sería imposible justamente por contrariar a Dión Casio. Ya que sabemos con seguridad, por el mismo LIII, 26, 1, que en el 25 a.C. hubo en Mérida al menos una deducción de veteranos de las guerras cántabras. Y ésta debió de ser decretada antes de los famosos juegos para la tropa, celebrados "a la conclusión de la guerra", dice Dión, que organizaron nada menos que Tiberio y el después infortunado Marcelo, ambos oficiales y ediles. En ese momento Marcelo era el heredero in pectore de Augusto (por eso lo imagino como el "Markellos" del paralelo ktísma de Córdoba).

  12. #12 jarc 03 de nov. 2005

    Mañana me traigo el texto al que me refiero, aunque lo más probable es que ya lo conozca.

    Lo que recuerdo es que sólo rebatía algunos de sus argumentos y que concluía en una fundación no sé si por el 17-15 aC.



    .

  13. #13 jarc 03 de nov. 2005

    Lo del inmominado no es ningún misterio. Simplemente no recuerdo el nombre, ni el título.

  14. #14 A.M.Canto 03 de nov. 2005

    Jarc (Ayer, a las 23:53): Lo siento, se cruzan los mensajes.
    Pues interpretar un elogio como un insulto, "manda h....", que diría Trillo, y "así se escribe la Historia", que dice el refrán.
    Pero lo peor es que, si hay gente que no sabe entender lo que es "la liberalidad científica", ¿qué esperanza nos dejan de comprender los argumentos mismos? Ay, Señor, que así "vamos daos"... Saludos también.

  15. #15 A.M.Canto 03 de nov. 2005

    No, si no le llamo "el innominado" porque sea un misterio, sino porque no sé su nombre, ya me lo dirá.

  16. #16 jarc 03 de nov. 2005

    ainé: ¡de buen rollito!

  17. #17 ventero 03 de nov. 2005

    A.M. Canto, enhorabuena por el artículo y gracias por ofrecérnoslo con generosidad, pero no contribuya lo más mínimo a convertir en patio de vecindad un hilo de discusión entre amantes de la historia (que lo hagan otros y usted siga adelante).

    jarc: no comprendo su reacción inicial ante este artículo; estoy seguro de que tiene cosas muy interesantes que contarnos.

  18. #18 A.M.Canto 03 de nov. 2005

    Ventero: Gracias, y seguiré su consejo, pero me pareció necesario aclarar que no descalifiqué a nadie, y menos a un colega y amigo y, si no ponía el texto exacto y su buena intención (aunque la creo manifiesta), hubiera podido quedar la duda, por aquello de que "el que calla, otorga". Además, el episodio ha servido para ilustrar lo que a mi juicio constituye una parte del problema.
    A partir de aquí, esperemos que los comentarios se dediquen al debate de los puntos, o del todo, y no a si gusta más o menos el dedo que los señala.

  19. #19 jugimo 03 de nov. 2005

    De lo que no tenemos ninguna duda es del elevado grado de romanización que había alcanzado ya la población autóctona de los alrededores de Mérida bastante antes de la época de Augusto, al menos desde el 104 a. C. ("deditio de Alcántara") cuando las legiones romanas se establecen de forma definitiva en la frontera del Tajo.
    Todos los estudios numismáticos realizados aportan, para los distintos castros y "oppidas" excavados, una gran dispersión y variedad de monedas republicanas acuñadas tanto en Roma (denarios) como en las distitas ciudades de la Bética (Ases): Gades,Córduba, Malaca, Castulo, Obulco... Curiosamente, todas estas monedas llegan justo hasta la época de Julio César, siendo, por tanto, las monedas de éste las más modernas.
    Podríamos interpretar los anteriores hallazgos por el hecho de que hasta la época de César todos estos recintos amurallados, vettones y lusitanos, estaban habitados y poco después se despueblan, siendo sus habitantes desplazados a las ciudades de nuevo trazado romano, situadas por lo general en terrenos más llanos y con mayores posibilidades agrícolas (Vegas del Guadiana, Tierra de Barros...) así como comerciales, por encontrarse todos unidos por modernas calzadas.
    Por otro lado, se observa también que los principales centros mineros romanos, próximos a Mérida, Metelinum y Norba, tienen así mismo una numismática republicana del siglo II-I a.C. pero sin embargo, ésta no se detiene con Julio César, sino que alcanza los distintos emperadores del altoimperio. Es el caso de las minas romanas de plomo de Plasenzuela, que debieron empezar a explotarse a mediados del siglo I a.C. y perduran durante todo el alto imperio, coincidiendo tal vez con la necesidad de este metal para las conduciones de agua de las nuevas ciudades cercanas.

  20. #20 jarc 03 de nov. 2005

    Ya tengo el referido texto que "oficialmente" pone "los puntos sobre las ies" (descripción que ni es mía, ni la comparto) a los argumentos de A. M. Canto.

    "Las elites sociales de Augusta Emerita" de José Carlos Saquete (Cuadernos Emeritenses, 13)
    "II.3 Emerita: ¿una fundación cesariana"
    "A. Canto, en un porofundo y sugestivo estudio ..."
    y termina con:
    "En mi opinión, no hay argumentos suficientemente convincentes para pensar que Emerita fuese una fundación cesariana en origen ..."

    Sólo pretendo referenciar el texto y preguntar qué opinan de él.

    Saludos.

  21. #21 A.M.Canto 04 de nov. 2005

    Ah, gracias. Se refería Ud. entonces al capítulo de J.C. Saquete. Bueno, pues mire, sólo le diré que

    1) de los 11 argumentos que di en principio a favor de una preexistencia de Emerita, él referencia (pp. 24-25) sólo 9; y

    2) que de esos 9, sólo contesta formalmente (no entro ahora en su validez) a 4, los que arriba enumeré como 10, 7, 9 y 5, de los que habla por este orden, más el 6, del que trata aparte, en su cap. II.4, pero sin citarme para nada, incluso cuando trata del mucho retraso en aparecer los símbolos legionarios en las monedas (p. 45 y n. 122).

    Así que Saquete de entrada dejó, en efecto, sin explicar argumentos y documentos importantes, entre ellos los de los historiadores árabes, que en definitiva son fuentes históricas y no se deben despreciar. Por estas razones, y porque los argumentos, después de 1997, han seguido aumentando, llegando ahora mismo a 19 (acabo de añadir, sobre la marcha, el nº 12) no creo que se pueda entender (¡y “oficialmente” además!) que ésta sea una réplica en toda regla, ni menos una “puesta de puntos sobre las íes”. Eso es lo que honestamente opino, y conste que aprecio al autor, y que el libro que tiene sus méritos, como ya escribí en alguna otra parte.

    Todo eso sin tener en cuenta que los argumentos después siguieron creciendo, yendo ahora por 19, puesto que acabo de añadir el que ahora es nº 12, un texto donde Higino describe el modo de Augusto de asentar a los veteranos en las provincias.

  22. #22 A.M.Canto 04 de nov. 2005

    Voy con prisas, porque quería ver si me daba tiempo de añadir alguna ilustración más, así que añadí un inciso en el 4º párrafo para poder ahorrar el espacio del 5º, y luego he olvidado borrar éste. Siento la repetición, pues.

  23. #23 jarc 04 de nov. 2005

    A.M. Canto:
    Muy agradecido. Salgo de viaje ya mismo y no puedo añadir más.
    Al leerlo tuve esa sensación: que no todas las "ies" tenían puntos.
    Creo que usted entiende bien lo que quiero decir con "oficialmente".

    Saludos

  24. #24 jugimo 05 de nov. 2005

    En términos taurinos, maestra, nos ha dado Ud.una buena lección de como hay que "parar, templar, cargar y mandar"...Santa Eulalia, la bien hablada, le ayude en sus investigaciones emeritenses... y que no tarden mucho en ser reconocidas por todos.

    ¿Sería posible reconstruir, resumidamente, los tiempos inmediatamente anteriores a Augusto en la primitiva Mérida y su territorio?
    Muchas gracias.

  25. #25 A.M.Canto 05 de nov. 2005

    Gracias, Jugimo, estaba entretenida colgando unas imágenes y ahora me tengo que ir, queda pendiente. Dicen que, en Historia, se precisan unos 20 años para que una hipótesis demasiado rompedora se conozca en general y se acepte, así que, según eso, me faltarían aún unos 3 o 4 años; aunque en mi caso pueden ser más, si no se me quiere entender ni lo que es "la liberalidad científica"... ;-)

  26. #26 A.M.Canto 06 de nov. 2005

    Jugimo: Es difícil de saber, porque no se ha investigado mucho con la idea de que hubiera hábitat anteriores al 25 a.C., y los estudios publicados desde la Pre/Protohistoria, sobre todo de J.J. Enríquez, insisten en que aquí no había nada en los siglos inmediatos a Augusto (lo que, a priori, ya resulta algo extraño, dado lo privilegiado de la topografía aquí). Pero es posible que esa falta de hábitat se justificara por dos factores: 1) que la zona tuviera cierto carácter sagrado, debido a la existencia de un culto indígena en la confluencia de los ríos Ana y Barraeca (véase por extenso en Madrider Mitteilungen 1997), donde se reunieran los vetones, de un modo similar al del altar de los galos en Lugdunum/Lyon; y 2) que existiera ya el mercado periódico en la isla central del Guadiana. Ambas realidades creo que explicarían que los romanos no urbanizaran más, o antes, el lugar.

    Aparte de ello, y a juzgar por el contenido de las dos inscripciones inéditas que podemos conocer a través de los autores árabes, posiblemente en el sitio de Mérida o sus inmediatos alredores existió, no sabemos si incluso antes de César, un establecimiento militar, cuyo objetivo era controlar o vigilar la zona y el paso del río. De hecho, otro resultado de los autores árabes fue darnos a conocer el arrabal, llamado Stella, que había al otro lado del río (el mismo esquema que el de Córdoba). Esto va dando lugar a una ciudad menor, que es fundada o convertida por César en municipium, comenzándose la construcción de una muralla a costa de los ciudadanos. La calzada S-N existiría también, obviamente, y la zona en general sería de carácter agrícola.

    En mi opinión, compartida en Mérida con dos colegas de ahí ya desde 1995, la muy poco estudiada zona de El Calvario, el punto alto al NE de la ciudad, donde se ubicaba este culto y por donde entra recta la calzada desde Cáceres, fue reaprovechada por los romanos para redireccionar ese culto indígena hacia el emperador. Por eso pensé (y comenté en su día a ambos) que lo que siempre se ha creído que era el castellum aquae del acueducto de Los Milagros debía de ser mejor un ninfeo dentro de ese esquema de culto imperial. Sobre esto preparo un trabajo, porque tiene más implicaciones insospechadas. Lo cierto es que aquella comunicación de ideas sirvió al menos para que todo aquello se limpiara, estudiara y planimetrara, cosas que estaban sin hacer y eran convenientes.

  27. #27 jugimo 06 de nov. 2005

    El nacimiento de Cáceres y de Medellín como enclaves propiamente romanos tuvieron lugar con motivo de las guerras civiles entre Sertorio y Q. Cecilio Metelo, con la instalación por éste último de sendos campamentos militares en 79 a.C.con fines de control del territorio, sobre dos cerros estratégicos desde donde se controlan los vados del Guadiana y del Tajo respectivamente. De Cecilio Metelo heredan los topónimos de Castra Caecilia y Castra Metellina o Metellinum, pero es Julio César quien concederá a estos campamentos los estatutos coloniales y llevará a efecto una "deductio". Así fué también en todo el sur peninsular, donde la política seguida por César consistía en atraerse partidarios a su causa. ¿Porqué no admitir que en Mérida, geográficamente tan próxima, ocurrió otro tanto de lo mismo, cuando los territorios de las tres Colonias se encontraban colindantes y debieron, por ello, sufrir los mismos acontecimientos históricos?

  28. #28 jugimo 06 de nov. 2005

    Los bloques graníticos de esa primitiva puerta romana de Emerita (ver fotos) bien pudieron ser extraidos de esta cantera emeritense,
    http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=759

    descubierta por mí el año pasado y donde todavía se conservan algunos ejemplares abandonados.

  29. #29 A.M.Canto 07 de nov. 2005

    Pues sí.
    Conviene aclarar que no se trataría de una puerta de la ciudad, sino de un arco urbano interior, semejante al "de Trajano" en cuanto a función.

  30. #30 jugimo 08 de nov. 2005

    Me gustaría apuntar algún dato, no por todos conocido, relacionado con la antigüedad de los caminos romanos y la fundación de Colonias en territorio lusitano.
    Parece ser, y los estudios arqueológicos y numismáticos lo corroboran, que durante las guerras civiles entre Sertorio y Metelo, la línea de penetración romana hacia el norte de la actual Extremadura fué desde Córduba, vía Metelinum (Vado del Guadiana), Tamusia (Villasviejas del Tamuja), Castra Caecilia (Cáceres), Turmulus (Alconetar-Vado del Tajo), Puerto de los Castaños (Cáceres Viejo II) y El Berrocalillo (Plasencia).
    En todos estos lugares hay abundantes vestigios campamentales que demuestran bien claramente la presencia de soldados romanos que controlan los pasos estratégicos de esa vía de comunicación realizada posiblemente por ellos mismos.
    Sin embargo, vemos como a mediados del siglo I a.C. con la presencia de Julio César, el eje de las comunicaciones hacia el norte se desplaza ligeramente hacia occidente: Hispalis, Emerita, Castra Caecilia-Norba, Turmulus, Puerto de los Castaños y El Berrocalillo, creándose la infraestructura de la llamada "Vía de la Plata".

  31. #31 jarc 08 de nov. 2005

    Ego:
    Sé que tu tarea censora no debe ser fácil.
    Imagino que los autores de los textos amputados pocas veces estarán de acuerdo con la censura que apliques.
    En mi comentario a M.A. Canto, no había insulto alguno.
    Aprecié que en el artículo por ella colgado y muy parecido a uno que yo ya conocía, faltaba una parte entendida por algunos como descalificante para un compañero y lo hice notar.

    Es posible que esto haya dado pie a la autora, ciertamente con temple y maestría, para poderlo aclarar.

    Mis preguntas para tí son dos:
    ¿Decidiste tú solíto que mi observación era digna presa de tus tijeras o alguien con acidez estomacal te comió la oreja?
    ¿Fuiste ecuánime al ignorar los insultos que me propinó jugimo o es que tus baremos varían según de quién se trate?

    M.A. Canto:
    Reitero mi agracedimiento por sus respuestas.
    Agradezco su talante ante mi afirmación basada en una interpretación.
    La interpretación me vino dada y yo la dí por buena.
    No estoy de acuerdo en que para hacer esa interpretación haya que ser necesariamente "mal intencionado".
    A veces, el emisor (en este caso usted) puede ser que no haya escogido la mejor frase del mundo para expresarse (ni mucho menos digo que yo sí lo haga).
    Me explico; usted dice:
    "Tras meditarlo, y sopesada también la amistad que me une hace muchos años con el director ..., pero también su probada liberalidad científica"
    El "pero" indica adversidad.
    Y, la "liberalidad científica" puede entenderse como algo adverso, pues el científico debe ser conservador (a sí nos lo han enseñado). No me parece tan extraño que algunos hayamos interpretado que no era un piropo.
    Su respuesta lo aclaró perfectamente.
    A la persona que me lo trasmitió ya le he indicado su correcto significado.
    Lo que no sé si queda más clara es mi molestia inicial, contenida en la intervención censurada.

    Creo que esto no pasa de la mera anécdota y que no merece una línea más.

    Lo importante son, sin duda, los argumentos sobre la fecha de la fundación. Me hubiera gustado debatirlos.

    En relación a la dificultad de cambiar las ideas asentadas, le recuerdo que, ante la novedosa idea de que los pantanos de Mérida pudieran no ser romanos, usted "jugaba el papel" de la tradición.

    jugimo:
    Te voy a dar una clase totalmente gratis (tu también me las das):
    Los monosílabos no se acentúan (salvo acentuación diacrítica): muchísimas veces escribes "fué" y, se debe escribir: fue.
    Sólo pretendo darte una "curita de humildad". Aunque tengo dudas de sí serás buen alumno.

    En los meses que llevo por aquí, te aprecio muy ácido con algunos y muy dulzón con otros ("Las razones son incuestionables, enhorabuena Alicia ...") ¿Incuestionables?

    No confío mucho en que Ego se decida a contestarme, por si acaso, me despido.

    Un saludo.

  32. #32 A.M.Canto 08 de nov. 2005

    Jarc: No hay de qué, y no hay de qué. Luego dice Ud. esto: "Tras meditarlo, y sopesada también la amistad que me une hace muchos años con el director ..., pero también su probada liberalidad científica"... El "pero" indica adversidad... Y, la "liberalidad científica" puede entenderse como algo adverso, pues el científico debe ser conservador (así nos lo han enseñado). No me parece tan extraño que algunos hayamos interpretado que no era un piropo."

    Pues, perdone, pero sí que lo veo extrañísimo. Con destino sobre todo a su amigo, ese "pero" ahí significa lo que voy a explayar de una santa vez, para que se vea que nunca se pudo haber entendido mal: "Por un lado, me planteo que quizá no sería procedente que justamente yo hiciera una crítica en público hacia esta exposición, pues la organiza una institución que dirige un amigo y que lo es hace muchos años... PERO, por otro, me consta que él (mi amigo), es científicamente liberal, y que va a entender perfectamente que tal crítica no tendría nada personal, sino que sería en interés de la ciencia. Y esto es lo que me decide a hacerla..." Vamos, que creo que el párrafo sólo se podía entender de esa forma, y que hay que retorcerlo mucho para buscarle un sentido malo. Aunque, como Ud. dice, no vale la pena darle más vueltas.

    Por otro lado, eso de que los arqueólogos tienen que ser "conservadores", o que sería "adverso" el que fueran "liberales", me ha hecho mucha gracia. A mí, gracias a Dios, nunca me enseñaron que tenía que ser "conservadora", ni en ciencia ni en nada. Aunque, de haber seguido el consejo,¡menudo carrerón que habría hecho!

  33. #33 A.M.Canto 08 de nov. 2005

    Ah, dichosas cursivas. Y, por cierto, debata Ud. lo que quiera sobre los argumentos en torno a la fundación de Mérida. ¡Que de eso debería de ir el foro! Salu2

  34. #34 jugimo 08 de nov. 2005

    Como aquí cada cual elige a sus maestros, y no al revés, me gustaría Profesora que nos explicara que misión le trajo a Julio César por Lusitania , en una etapa en la que se supone que la provincia estaba ya pacificada, ¿o tal vez no ?. ¿Hasta donde pudo llegar el dictador en su deambular por estas tierras ?
    Muchas gracias por su amabilidad.

  35. #35 Onnega 08 de nov. 2005

    Hay aquí otra opinión sobre la idea de AM Canto, es un artículo de Marques de Faria de 1998
    http://www.ipa.min-cultura.pt/pubs/RPA/v1n1/folder/161-168_augusta_emerita.pdf
    no me parece que zanje la cuestión punto por punto, como pretende.
    No recuerdo donde leí que el topónimo Mérida es prerromano, y se aprovechó para romanizarlo fácilmente como Emerita de Fulano. Algo suena a por ejemplo umeritana, y cosas así. Lamento no recordar la fuente, pero esto probaría que existía antes.

  36. #36 A.M.Canto 10 de nov. 2005

    Estimada Onnega: Me alegro que haya recordado este artículo del colega portugués y buen amigo A. Marques de Faria que, como se ve, de entrada encontró 9 argumentos de los 11 que di en su momento, y que ahora suben ya a 19.

    Algo que agradecí mucho que Faria aclarara entonces fue (su p. 162) que en realidad Rainer Wiegels no había sido el primero en hacer la propuesta del praesidium cesariano en Mérida, como habían asegurado hacía poco tres autores extremeños, cuya veracidad Faria (que es un investigador minucioso y además nos conoce bien) se molestó en comprobar en Wiegels, produciéndole y manifestando la natural perplejidad, pues no encontró nada de ello en el artículo y página que ellos citaban.

    Pero, yendo al contenido de sus propias críticas, Faria, como puede verse en la misma página 162, descartó sin más el valor como fuentes históricas de Sículo Flaco y los gromáticos en general, de San Isidoro de Sevilla, y de un historiador árabe tan cualificado como al-Rasís (una especie de Tácito para los árabes). Todos ellos le parecen fuentes directamente “poco veraces”, o los desautoriza por haber vivido siete o diez siglos después de los hechos; lo cual no me parece aceptable, máxime porque, entre otras cosas ¿qué valor tendría entonces lo que nosotros decimos, veinte siglos más tarde?

    Contra mi “quinto” argumento (p. 163), descalifica la evaluación del verbo griego concreto que usa Dión Casio en el famoso párafo, ktísai como “edificar” y no “fundar ex novo”. Pero, ojo, haciendo caso omiso, y sin citarlos siquiera, del autor y la obra en los que yo me había apoyado, Michel Casevitz, que, en cuanto al vocabulario griego de colonización, es un experto del que no se puede prescindir, simplemente no: hay que citarlo, y detenerse a demostrar lo contrario, lo que aquí no se hizo.

    En 6º lugar, se confundió al entender que yo defendía el nombre CIAE desde César, siendo éste un fallo de principiante, por lo cual Faria se disculpó en un posterior artículo (pues también es muy caballeroso y sabe reconocer los errores). Y, en cuanto a leer CI(vitatis) en el epígrafe al Genio de la colonia, aunque a él le pareciera “lo más plausible”, me remito a lo arriba dicho bajo el nº 5 y la fig. 5: ya hemos visto que jurídicamente es imposible que una colonia romana sea al mismo tiempo una civitas indígena. No derriba tampoco el hecho probado de que el nombre de la colonia debía existir en las monedas desde el principio y, al opinar que sólo lo recibió al ser nombrada capital, en 16-13 a.C., deja sin explicar qué era entonces Mérida desde el 25, ni cómo sería eso si, según el mismo Dión Casio, la Lusitania fue creada en el 27 a.C. (aunque esto no se materializara hasta después, idea de Alföldy que comparto y asigno a la “tercera fundación” de Mérida). Se detiene más en las monedas (p. 165), pero basándose en el caso de Caesarea Augusta, ciudad que tampoco pudo crearse ex novo, como ya comenté, así que para mí no valdrían.

    El octavo argumento, que Mérida habría tenido antes otra forma jurídica, para mí encontró la prueba en los textos árabes citados aquí bajo el nº 19: los epígrafes romanos según los cuales tuvo el nombre Iulia y una muralla construída por sectores a costa de los ciudadanos.

    En cuanto a la novena, aunque lo dice así, no era yo la que quería llevar atrás algunos de los capiteles del templo de Diana, sino que usé un argumento a otro propósito de otro experto en ello como H. von Hessberg, el cual, ni sus argumentos, tampoco son citados por Faria en ningún momento para rebatirle. De los retratos de aire republicano tampoco dice nada.

    En la pág. 166 discute que hubiera una segunda deductio de Mérida con el argumento de que Agripa, que sería (según propuse y R. Étienne apoyó) su deductor, “no estaba en España”. Pero, por un lado, no sabemos todo sobre los movimientos de Agripa entre 19 y 12 a.C., cuando muere, pero en todo caso no es imprescindible la presencia física del deductor. Es muy sabido también que Augusto, por ejemplo, no dirigió en persona más que dos de las muchas guerras que oficialmente “dirigió”. Por esta causa, para que coincida con una estancia real, Faria pone una instalación de veteranos por Agripa en Mérida entre 19 y 18 a.C., fecha que sí que no tenemos probada de ninguna forma: la única fecha real que nos relaciona a Agripa y Mérida, el regalo del teatro, es del 16 a.C. Y, si defendemos esto, nos quedamos sin Dión Casio, que la da en el 25 a.C. Así que tenía Ud. razón.

    A pesar de todo, el artículo de Marques de Faria lo valoré mucho en su día, y lo sigo valorando, porque tuvo el coraje de debatir de frente unas propuestas científicas, en vez de limitarse, como otros, a descalificar el conjunto, o a hacer como si no existieran las 11 (ahora 19), "anomalías". Y conste que no estoy pensando en nadie en particular, cada uno sabrá si es su caso. Mi impresión personal es que tantas anomalías son difíciles de contrarrestar sin que haga aguas el conocido axioma, o sin incurrir en otras contradicciones. Y soy la primera en decir que una golondrina no hace verano. Pero cuando son más de la cuenta, por lo menos se debería admitir que tenemos un problema.

  37. #37 A.M.Canto 10 de nov. 2005

    Jugimo: Gracias a ti. En abril de 2003 se celebró en Córdoba un simposio de tema "JULIO CÉSAR Y CORDUBA: TIEMPO Y
    ESPACIO EN LA CAMPAÑA DE MUNDA (49-45 A.C.)" y, dentro de él, se produjo la ponencia de J. Mª Álvarez Martínez, como bien sabes Director del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, de título justamente "César en Lusitania". Como las Actas están ya publicadas, hace unos meses, creo que te sería interesante localizarlas y ver el estado de la cuestión que ahí haga él, o las novedades que dé. A mí ahora mismo me es imposible. Lo cierto es que alrededor de Mérida hay una cantidad importante de colonias y municipios de sobrenombre "Iulia". Saludos.

  38. #38 jugimo 10 de nov. 2005

    Gracias Alicia, no conocía esa publicación, trataré de encontrarla pues me interesa mucho correlacionar las informaciones de las fuentes con los datos de campo que poseo. Por cierto, muy cerca de Mérida, en el picacho más alto de una montaña, hay un castelum republicano que pudo ser testigo de la estancia de César en esta ciudad. La arqueología espacial de los alrededores de la Colonia podría ayudar bastante a la solución del problema.

  39. #39 MARCOVITO 10 de nov. 2005

    Me alegro mucho, que los últimos comentarios al artículo se hayan reconducido a los planteamientos científicos, que creo que son los que a la mayoria de los que estamos en esta web nos interesan. Profesora Canto, he notado por sus explicaciones, sinceras, que eso era lo que quería decir y no más, dejémosnos de tantas susceptibilidades y centrémonos en lo que nos entretiene, que ya vendrán otros profesionales u otros foros en los que se le busca punta al lápiz, se lo digo yo que además de colaborar académicante soy Abogado y estoy todo el día buscándole tres pies al gato. Ennhorabuena por el artículo.

  40. #40 obeid 10 de nov. 2005

    Jugimo:
    Tengo esas actas y te fotocopio, si quieres, las páginas que necesitas.

  41. #41 jugimo 10 de nov. 2005

    O.K. Obeid, espero esas páginas como agua en sequía (de conocimientos), muchas gracias ¡ por estar al quite¡

  42. #42 jeromor 10 de nov. 2005

    Obeid:
    Echale un vistazo a http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2233, a ver que te parece.

  43. #43 jugimo 10 de nov. 2005



    Moneda de Julio César , reverso con la Hispania y la Galia sometidas.
    (Imagen insertada en plan de pruebas, no ocupa lugar por proceder de otra web)

  44. #44 Ikesancom 10 de nov. 2005

    Dra. Canto:
    He leído con atención la nueva formulación de su tesis que ya conocía por otros artículos.
    Me gustaría indicarle que, en la reciente musealización del Arco de Trajano, se indica en los paneles didácticos una cronología de época de Tiberio para el mismo, y por tanto para el conjunto del llamado Foro Provincial. Por ello, las estructuras aparecidas bajo él están fechadas "ante quem", pudiendo ser perfectamente de época de Augusto.
    Respecto a este proyecto existe una página web que no sé si estará actualizada: http://www.foroprovincial.iam.csic.es/
    Igualmente, me ha parecido muy interesante la reconstrucción del supuesto arco que sitúa en la calle Mirabeles. El problema ha sido tratar de localizar esta calle en el plano callejero de la Mérida actual. ¿Es posible que haya cambiado de nombre?
    Días pasados ya le comenté mi excepticismo a que aparecieran evidencias de la mérida prerromana, aunque la posibilidad de la existencia de un mercado sin asentamiento estable es bastante sugerente.
    Muchas gracias.

  45. #45 A.M.Canto 11 de nov. 2005

    Ikesancom: Gracias por su atención al artículo y, sí, creo que la idea del mercado puede dar juego para dar cuenta de esa etapa aún no documentada; y, para mí al menos, añadiéndole la actividad religiosa.
    En cuanto a lo del Arco que veo va a dejar de ser "de Trajano", no conozco aún la publicación científica con los materiales que justifiquen esa fecha; sí conozco una excavación de hace años, tras la cual se dijo que bajo el arco no pasaba calle alguna, idea que supongo se habrá rectificado a la vista de la excavación y dibujos del arco debidos a Villena Moziño a partir de 1791.

    Bajo el foro provincial, a priori, no debería haber aparecido nada, ya que, si la Lusitania se crea en el 27 a.C. y Mérida en el 25 a.C., ya se sabría que la ciudad iba a ser la capital de la nueva provincia, y por tanto que debería llevar su correspondiente foro provincial, que se habría planificado junto con la ciudad. Sin embargo, he oído que bajo ese foro apareció una zona residencial urbana, que se había amortizado para construírlo. ¿No resulta un poco extraño, sólo desde la lógica y habida cuenta del poco tiempo que separa a Augusto de Tiberio?

    La calle Mirabeles ya no existe, pero estaba más o menos en el centro de la ciudad, por el cruce de Santa Lucía. Saludos.

  46. #46 A.M.Canto 11 de nov. 2005

    He añadido una foto de la tégula con CIAE, me falta alguno de los varios retratos "de sabor tardorrepublicano", alguno incluso en caliza, aparecidos todos ellos, si la memoria no me falla, en la necrópolis oriental, y otra sobre la curiosa simbiosis del anfiteatro y la muralla.

  47. #47 A.M.Canto 12 de nov. 2005

    Sólo para avisar de que he añadido hoy otro argumento, el nº 20, que considero de bastante interés: el testimonio del propio Augusto, según el cual asentó a sus veteranos tanto en colonias como en municipios. Pero, además, los años en los que lo hizo, según él mismo, fueron el 30 y el 14 a.C. A partir de esta fecha, en vez de tierras prefirió la recompensa dineraria. Augusto parece una fuente bastante "fiable", pero el esquema al uso para sus fundaciones hispanas no parece que haya tenido muy en cuenta sus palabras. El artículo, como se ve, está en progresión, me disculpo por si se observara algún desajuste, que ya se corregirá, y agradezco el interés que está suscitando.

  48. #48 Piñolo 13 de nov. 2005

    a mi no me cabe duda de la validez de los argumentos expuestos por la doctora Canto.Siempre me pareció evidente que la ciudad de Mérida se edificó sobre un asentamiento anterior.Lo que no sé es si las construcciones de dicho lugar estarían construidas en piedra,puede que lo hiciesen en madera.Quizá los primeros habitantes se dedicaban a cruzar comerciantes de uno al otro lado del río.Serían un puente humano.Estando Mérida en el eje comercial Norte Sur Sevilla-Gijón (la campa Torres),conocido como ruta o vía de la Plata,y teniendo en cuenta que hay constancia del uso continuado del camino siglos antes de la invasión romana,con el comercio establecido entre el Guadalquivir y el Norte Cantábrico,es más que probable que la ciudad ya fuera bien conocida de los fenicios.Aunque quizá como una simple aldea.
    Debemos desterrar la idea de que en La península Ibérica no había nada antes de los romanos.Tenemos vestigios suficientes de actividad industrial,comercial,agrónoma,artística,etc.,de los íberos,y tenemos su grafía,pero no tenemos su vocalización,no sabemos qué significan esos signos.Lástima de piedra Rosetta que hiciera hablar a Iberia.

  49. #49 ofion_serpiente 19 de nov. 2005

    Doctora, hace algunos años, estuve en Mérida, entre otras cosas, observadno la ciudad y conciendo la existenica de una isla central en un tramo vadeable me pareció lógico que la ciudad existiera como enclave anterior al poblamiento romano. En cualqueir caso, mi `pregunta es bien sencilla. En el moment en que estuve, estaban haciédnose excavaciones en el recinto de la alcazaba árabe, creo recordar, y en ella se había depositado numerosas esculturas atropomorfas en piedra negra (las fotos ya n se ni donde las tengo) no eran evidentemente romanas, desconozco si serían coetaneas o anteriores a la creación de la colonia romana. ¿conoce algo de eso? (bueno supongo que si conoce, evidentemente?

  50. #50 ofion_serpiente 20 de nov. 2005

    Dra Cantó, he encontrado la foto, sólo una, la verdad es que debe hacer ya casi doce años que estuve en Mérida y entonces no existían esos maravillosos artilugios conocidos como cámaras digitales. La mía era bastante cutre. En cualquier caso, como no se si las veerá en el lugar en las coloqué y me parece que ya se algo más de esto de Celtiberia, veré si puedo situarlas aquí si me autoriza vd

    Por cierto, Si suponemos la posibilidad de la existencia de poblamiento anterior en Mérida ¿cuál sería su nombre?.

    Otra coas, en una de las fotos que tengo aparece un mosaico romano que dicce "Baritto Coloniae Bonis". El mosaico lo constituyen varios pescaditos en círculo y dos jarrones laterales con svástica

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