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Hola, he usado muchas veces esta página y suelo encontrar en ella datos de interés y debates curiosos. Por eso he acabado registrándome. Más aún tras ver lo que comentais sobre la novela El último soldurio de la que soy autor. Ya conocía la historia del cerdito, pero a mi modo de ver, y como señalan variso especialistas, esto confirma aún más si cabe la existencia de ese Corocotta del que nos habla Dión Casio, el cual califica a este personaje como "bandolero hispano muy poderoso". Por otra parte, yo he escrito una novela histórica, no unaobra histórica. Esto quiere decir que la recreación de los seres humanos que en ella aparecen es ficticia, como no podía ser de otro modo, pero que tanto los hechos históricos como la organización social o costumbres de la época y de los pueblos que se mencionan se ajusta a las fuentes clásicas, ya sea Estrabón, Floro o cualquier otro. El libro no sólo fue presentado el pasado 22 de febrero por el académico de la Historia José María Blázquez (cuya autoridad sobre la materia es incuestionable), sino que también tuvo su apoyo más entusiasta, hasta el punto de decir (a mí me asombró la osadía, he de reconocer) que todo cuanto aparecía en esas páginas "era verdad". Yo no llego a tanto, pero sí puedo asegurar que cuatro años de investigación seria y rigurosa avalan este libro. Mi propósito no es tanto mostrame como un erudito o satisfacer a los cerebros más exigentes 8que, si es preciso, también podría hacerlo), sino divulgar una época de nuestra Historia que hasta ahora ha pasado desapercibida. Y la mejor forma que he encontrado es la de escribir una novela llena de aventuras y pasiones que pueda atrapar a toda clase de público. Espero que no se considere un pecado de lesa majestad. Gracias por vuestra atención y enhorabuena por la web.
Según todas las traducciones que he visto, Dion no dice EN Hispania, sino que lo llama hispano directamente. Y discutir que José María Blazquez, autor de decenas de libros sobre la España Antigua no sea una autoridad, pues en fin, yo también me alegro.
Por último, hay quien sostiene la raíz celta del nombre Corocotta, que significaría Coro (jefe) y Cotta (veterano). Sinceramente, no creo que sea así, pero me vino muy bien para el libro.
Que los romanos llamaban bandoleros a todos cuantos se resistían a sus conquistas es incuestionable. Pero si el personaje hubiera sido de tan poca monta y las guerras cántabras apenas una anécdota, ¿a qué se debe que Augusto tuviera que utilizar una flota para derrotarlos, además de ls 7 legiones que tenía bajo su mando? ¿Y por qué se rebajó a dar una recompensa tan alta -con 400.000 sestercios se podía ingresar en la orden ecuestre romana- por alguien que no tenía importancia? ¿Y qué vinculación pueden tener las guerras cántabras -en las que se insertan todos estos comentarios y testimonios- con un presunto ladrón africano? ¿No sería más lógico pensar que en caso de que fuera africano escogería otras zonas más ricas y próximas a él que el Norte de la Península Ibérica? Evidentemente, es imposible tener una certeza absoluta de todo cuanto ocurrió, pero tampoco creo que se pueda desechar a la ligera la posibilidad de que Corocotta fuera un guerrero cántabro.
Hola, de nuevo. Estimada Alicia M. Canto, aprecio tanto tus opiniones sobre Corocotta que me encantaría hacerte llegar la novela para que, después de leerla, me digas dónde me equivoco radicalmente o dónde debo afinar más. Lo digo sin ninguna ironía, sino con toda la humildad del mundo. Estoy convencido de mi novela (por expresarlo de algún modo), pero para mí será un placer conocer tu punto de vista y estoy convencido de que, además, me será de mucha ayuda. Si te parece bien, te dejo mi dirección de correo electrónico (que cualquier otro usuario puede utilizar si es que desea preguntarme algo). Es la siguiente:
fjlorenzo@yahoo.es
Un saludo.
Por cierto, y dicho sea de paso, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me gustaría saber por qué se pretende dotar de relevante categoiría histórica a una obra simpática pero irrelevante, de autor desconocido (cuyas motivaciones desconocemos) y que fue escrita a mediados del siglo IV. Más allá de Dión Casio. Por tanto, pregunto. ¿No pudo ser un modo de desprestigiar a un personaje que simbolizaba la rebeldía? ¿Fue tal vez una coincidencia?
Un supuesto: si dentro de 2.000 años, con nuestra civilización extinguida y con escasos vestigios, alguien encontrara en diversas zonas del Mediterráneo la palabra burro, ¿ no podría extrañarse de que los italianos usasen el término para untar el pan y los españoles para señalar a una caballería? Y por otro lado, y esto es de sentido común, si Augusto como emperador sólo fue en una ocasión a Hispania (y nunca a Africa), y esto fue con motivo de las guerras cántabras, ¿en qué otro momento sino en ése puedo encontrarse con un personaje como Corocotta? Por último, la distinción entre "en" y "de" -sobre la frase de Dión Casio- me valdría si el autor escribiera desde el lugar donde se escriben los hechos. Por ejemplo, yo como español hoy podría decir: "Conocí a una persona EN Francia..." ¿Hay que suponer por eso que esa persona no es francesa? En fin. Nunca he negado que mi obra sea ficción (es en ese apartado donde se encuentra entre los libros más vendidos tras apenas dos semanas en las librerías -¡loados sean los dioses!-), pero a la vez defiendo el trabajo riguroso de tres años que me ha servido para conformar al personaje y las circunstancias que, según todas las fuentes, le rodeaban. Si esto no sirve para divulgar -hacer llegar al vulgo- la Historia, entonces pido mil disculpas. Tal vez, aunque yo no lo crea, es que he errado el camino. Saludos
Por cierto, y dicho sea de paso, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me gustaría saber por qué se pretende dotar de relevante categoiría histórica a una obra simpática pero irrelevante, de autor desconocido (cuyas motivaciones desconocemos) y que fue escrita a mediados del siglo IV. Más allá de Dión Casio. Por tanto, pregunto. ¿No pudo ser un modo de desprestigiar a un personaje que simbolizaba la rebeldía? ¿Fue tal vez una coincidencia?
Un supuesto: si dentro de 2.000 años, con nuestra civilización extinguida y con escasos vestigios, alguien encontrara en diversas zonas del Mediterráneo la palabra burro, ¿ no podría extrañarse de que los italianos usasen el término para untar el pan y los españoles para señalar a una caballería? Y por otro lado, y esto es de sentido común, si Augusto como emperador sólo fue en una ocasión a Hispania (y nunca a Africa), y esto fue con motivo de las guerras cántabras, ¿en qué otro momento sino en ése puedo encontrarse con un personaje como Corocotta? Por último, la distinción entre "en" y "de" -sobre la frase de Dión Casio- me valdría si el autor escribiera desde el lugar donde se escriben los hechos. Por ejemplo, yo como español hoy podría decir: "Conocí a una persona EN Francia..." ¿Hay que suponer por eso que esa persona no es francesa? En fin. Nunca he negado que mi obra sea ficción (es en ese apartado donde se encuentra entre los libros más vendidos tras apenas dos semanas en las librerías -¡loados sean los dioses!-), pero a la vez defiendo el trabajo riguroso de tres años que me ha servido para conformar al personaje y las circunstancias que, según todas las fuentes, le rodeaban. Si esto no sirve para divulgar -hacer llegar al vulgo- la Historia, entonces pido mil disculpas. Tal vez, aunque yo no lo crea, es que he errado el camino. Saludos
Desde luego que no, Hrodrik. No se menciona este asunto en la novela, porque el protagonista, sencillamente, nada puede saber de esto. En todo caso, por si interesa, se tiene constancia de varios régulos vascones a los que Pompeyo concedió la ciudadanía -hacia el 70 a.C aproximadamente- por ayudarle en su lucha contra Sertorio. Sobre dar nombre a la capital de los vascones (Pompaelo-Pamplona) poco hay que decir, pues habla por sí solo. Se comenta asimismo un posible ritual de antropofagia del que hablan varios autores (sobre los cántabros y el canibalismo existe una única cita en Juvenal). Este ritual podría haberse mantenido hasta la Edad Media y aun más allá. De hecho, creo que no estaría mal recoger cuantas fuentes halla sobre el particular. Por otra parte, como bien sabéis, y si hacemos caso a Estrabón, no había muchas diferencias entre unos pueblos y otros en esa zona del norte peninsular y el respeto, no exento de fricciones y odios, debía ser mutuo.
Aun a riesgo de parecer pesado, una puntualización. Sabemos que nueve personas de la ciudad vascona de Segia recibieron la ciudadanía romana de Pompeyo Strabo, padre de Pompeyo Magno, el año 90 a.C., en recompensa por su ayuda en la toma de Ausculum (en el Piceno) durante la guerra de Italia, llamada también guerra Mársica.
No consta, por tanto, que Pompeyo ofreciera la ciudadanía a ningún régulo vascón, aunque no habría que descartarlo. Lo que sí ocurrió es que los vascones ocuparon toda la ribera norte del Ebro en detrimento de los celtíberos. Calahorra, por ejemplo, se convirtió en ciudad vascona.
Para todos los interesados, mi novela El último soldurio ya va por su tercera edición. Por cierto, Alicia M. Canto, tengo que admitir que se me ha acabado la paciencia con usted. En primer lugar, porque me gustaría saber cuántos libros ha escrito usted y cuánto éxito han tenido, aun en el caso de que no obligue a sus alumnos a comprárselos. Por otra parte, su petulancia y presunción son ya insoportables. Me parece justo que pueda poner en solfa al personaje y a mi libro, pero para hacerlo utiliza una condescendencia repugnante, pues no sólo habla de un libro que ni siquiera ha leido, sino que además parece que la única verdad es la suya (cosa absolutamente indemostrable dadas las escasas fuentes de las que disponemos), y que cualquiera que no sostenga sus teorías -tan discutibles como las del resto- es poco menos que un iletrado. Y si no lo es, caso de una autoridad como José María Blázquez (quien apoya rotundamente las tesis de mi libro y me parece más fiable que usted, a quien sólo conozco de este foro), resulta que eso es, según usted, porque "con la edad está más bonachón" y cosas por el estilo. Son descalificaciones que no vienen a cuento, creo yo, y que podrían volverse en su contra (vgr. ¿Si está tan enganchada a este foro no será porque hay otros en la vida real donde se lo impiden? ¿Acaso tiene usted problemas con la menopausia?). Por otra parte, insistir en la importancia de un texto cómico escrito más de cuatro siglos después por no se sabe quién no me parece muy serio que digamos. ¿No podría ser -como he leído a otros especialistas- que este texto se utilizara para ridiculizar a quienes aún mantenían vestigios de su cultura prerromana y que para ello se parodió el nombre del último caudillo o guerrero que luchó contra los romanos? Yo nunca he pontificado sobre el personaje -admito que pudiera ser tal como usted dice-, pero usted no me puede demostrar tampoco rotundamente que las cosas no fueran como yo las cuento. ¡Ah! Y sí, resulta que he estado firmando libros -bastantes, desde luego- y que aún tengo que firmar muchos más, dado el interés suscitado por una obra que, al margen de Corocotta, es un retrato de la España prerromana. De verdad que tanto engreimiento por su parte me abruma. Como lo cortés no quita lo valiente, el libro acabaré enviándoselo, porque ya le di mi palabra y porque no estaría de más que pudiera opinar sobre él y sobre el duro trabajo de documentación que surge de cada una de sus páginas para opinar con algo más de información. ¿Criticar de oídas, que es lo que usted ha hecho todos estos meses, es científico y académico? No me haga reír, señora. Un cordial saludo.
Sobre el presunto canibalismo de los vascones, lo único que he hecho es preguntar si alguien conocía más fuentes sobre el particular. Nunca lo di por hecho. Vease, por ejemplo, los que aparecen en una página web sobre la Historia de Navarra de j.olle. Basta con teclear Historia de Navarra en Google para encontrarla.
Más puntualizaciones sobre el libro. Está editado por Planeta -¿qué prestigiosa editorial habrá publicado las brillantísimas y sesudísimas obras de la doctora Canto?- y que ahora mismo puede encontrarse entre los más vendidos en internet -vease en Terra, por ejemplo-, donde ocupa el 5º puesto y que hasta la semana pasada estaba en la lista de El Corte Inglés, donde tal vez regrese -cruzo los dedos, para qué nos vamos a engañar- después de mis ansiadas visitas a las ferias del libro de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León, además, claro está, de la de Madrid. Sólo puedo decir que estoy muy orgulloso de mi libro y del trabajo y empeño que he puesto en él. Un saludo a todos.
Jamás he puesto en discusión los conocimientos de la doctora Canto. Jamás tampoco he pretendido que mi novela fuera un libro de texto. Y hasta aquí he soportado humilde y pacientemente el tono condescendiente, y, sí, lamento decirlo, la implícita arrogancia de sus comentarios. Sólo hay que leer lo escrito hasta ahora y cuál ha sido mi actitud en todo momento. La novela no pretende engañar a nadie y se basa, entre otras, en las fuentes clásicas, las cuales están lógicamente expuestas a muchas interpretaciones. Brigantinus, en el libro Roma contra cántabros y astures, Eutimio Martino comenta todo lo referente al Minius. No es que me lo crea a pies juntillas -al igual que no me creo a pies juntillas la versión de Corocotta como un caudillo cántabro-, pero me molesta enormemente que los inestigadores "serios" denigren cualquier obra de ficción por el mero hecho de serlo o porque, según ellos (pero tal vez no otros) no se ajustan punto por punto a la interpretación que ellos (pero, insisto, tal vez no otros) le dan. Si acaso, pido disculpas a la doctora Canto por el tono de mi anterior nota, pero yo he intentado hacer un trabajo digno y concienzudo y si lees cosas como "no hace falta leer el libro para saber que adolece de algunas bases a-históricas" o, lo último y que me puso negro, que no entraba en la web porque "debía estar firmando libros", pues es posible que te cabrees. La verdad, yo me sentí indignado. A lo mejor es que acababa de levantarme y no estaba de humor, pero en todo caso sigo diciendo que para poder criticar un libro -y más si pretende estar basado sobre hechos históricos- lo primero que hay que hacer es leérselo. Y ahora varias preguntas.
- ¿Es posible que Corocotta fuera cántabro o hay que desecharlo por completo, al 100%?
- ¿Es posible que en las Res Gestae aparezca el nombre de Corocotta dos capítulos más tarde sólo porque el autor no quería repetir dos veces el mismo episodio y le pareció mejor incluirlo en la parte dedicada a mostrar la magnanimidad y grandeza de Augusto?
- ¿Es posible que Augusto pudiera vivir esa anécdota con Corocotta "en" Iberia en algún otro momento histórico que no fueran las guerras cántabras?
Al reves, ¿es posible que lo que comenta Dión ocurriera durante las guerras cántabras, o también hay que desecharlo al 100%?
¿Es posible considerar la suma de 200.000 sestercios como ínfima cuando era la mitad de lo que se le exigía a un ciudadano para pertenecer al ordo equester?
¿Es posible la raíz céltica del nombre Corocotta o, en su defecto, que su fonética y grafía coincida más o menos con otras de otros lugares, como el norte de Africa?
¿Es posible considerar la autoentrega de Corocotta como un acto de valentía, tal vez un gesto con el que detener el exterminio que estaba padeciendo su pueblo o tiene que ser inevitablemente un cobarde?
Y por último, ¿es posible decir yo tengo la razón y toda la razón y cualquier otra hipótesis sobre lo ocurrido hace 2.000 años que no coincida con la mía no es válida?
Yo jamás me he atrevido ni me atreveré a tanto.
Saludos a todos.
Ya sé que no aparece en las Res Gestae, pero las Res Gestae nos indican en qué momento estuvo Augusto en Hispania y con motivo de qué. Lamento que no disponga de tiempo para contestar clara y llanamente a mis incómodas preguntas.
Es cierto, no conozco el griego clásico y ya es la segunda vez, o la tercera no recuerdo bien, que comenta que usted sí lo sabe mientras que yo debo acudir a traducciones ajenas. Espero no haber cometido un error fatal si resulta que esas traducciones coinciden en diversos autores. Esto no quita para que usted tal vez tenga razón en esta caso y también para pedirle que no minusvalore el trabajo ajeno sin ni siquiera haberlo leído. Comprenda usted que si, ya para empezar, se lee sobre tu libro que es "un tópico nacionalista sin base histórica alguna", uno pueda sentirse ofendido en estas circunstancias. Ahora, que a lo mejor no es así y debería alegrarme por sus irónicos comentarios posteriores. En este caso, mis más humildes disculpas. Su libro, pese a todo, está en camino.
Gracias por las aclaraciones y las citas que yo nunca le he discutido. No tanto por insistir en lo que a todas luces es un error mío al intercambiar a Dión por las Res Gestae de Augusto. Llevamos hablando de esto bastante tiempo como para que se entienda que el error, a estas alturas, surge de las prisas, pero lo señalo aunque sea obvio. Por otra parte, la nota sobre los 2500.000 sestercios se la agradezco especialmente pues yo, humildemente, no sabía a qué atribuir la diferencia que había entre unas fuentes y otras. Y sí, Augusto estuvo más veces en España, pero en ninguna de ellas tuvo un conflicto armado al que enfrentarse. ¿O sí? Y disculpe mi insistencia, pero ¿hay que limitarse a la teoría del bandolero cobarde? ¿Tal teoría es absolutamente indiscutible? ¿Pudiera haber otras hipótesis válidas? Para no atosigar, me basta con que me conteste, si lo desea, con monosílabos. Gracias.
Jajajajaja, veo que sí, que el Paraíso ya lo tiene cerca. Y de verdad que no le he discutido las notas, pero sí las interpretaciones, pues no creo que nadie pueda saber al 100%, con plena exactitud, cuanto ocurrió hace 2.000 años. Y ahí está el meollo. En cuanto a la cifra de 250.000 sestercios no sabría decirle ahora mismo con exactitud dónde las encontré, pues fue en más de una ocasión. Todos los libros que tengo en mi casa hablan de los 200.000, pero creo haber encontrado la cifra de 250.000 en una traducción de Dión Casio al inglés que está en Internet y, si no me equivoco, también en Ronald Syme, a quien tuve que leer en la BN. Seguiré buscando y en cuanto encuentre de nuevo el dato se lo haré saber. Estuve en la duda de poner los 250.000 pero eran mayoría quienes hablaban de la otra cifra, así que elegí ésta. Y no daré un vuelco a la novela, pues sigo sin descartar la posibilidad de que nuestro Corocotta fuera un guerrero cántabro al tiempo que dudo de que Augusto ofreciera esa enorme cantidad de dinero (la paga de un legionario era de alrededor de 900 sestercios en época de Julio César y de unos 1.200 con Augusto) por un simple "pillo con desparpajo". Y de verdad que valoro sus amplios conocimientos, pero comprenda también mi resquemor por algunas de sus expresiones, algunas de las cuales desacreditaban la totalidad de la novela antes de haberla leido (o eso interpreté yo, pese a lo cual actué con usted -como siempre debería ser- con absoluta cortesía). En todo caso, sepa que lamento haberme levantado esa mañana con tan mal café. Me sentó como un tiro eso del "estará firmando libros". En fin, nadie es perfecto.
El artículo es curioso en líneas generales, pero el párrafo (...a una cierta castellanización del territorio gallego impuesta desde fuera , el período que abarca los siglos XIII-XV fue de cierta independencia en Galicia, merced al poder que acumulaban los nobles. Con el nuevo estado de los Reyes Católicos este poder autóctono fue eliminado por las armas, siendo este un hecho trascendental en la historia posterior de Galicia, pues se quedaría sin una clase dirigente llamada a tener gran influencia en el desarrollo gallego, y que de alguna manera tenía que ser la precursora de la burguesía de tiempos bastante más posteriores. Esto fue la famosa “doma y castración”) es, sencillamente, lamentable. No sé lo que opinaría Alfonso X sobre el particular. O mejor, sí sé lo que opinaría este Hispaniarum Rex.
Hola de nuevo. No me queda más remedio que insistir porque tengo muchas preguntas que aún están sin respuesta. Veamos.
- ¿Por qué se vislumbra que Corocotta pudo no existir?
- En caso de que hubiera existido, ¿por qué Corocotta no pudo ser cántabro?
- ¿Dónde está escrito que Corocotta o los vascones -como también se especula- fueran descendientes directos de tribus bereberes llegadas a la Península durante las Guerras Púnicas?
- ¿Por qué se le da más importancia a un texto humorístico 400 años posterior a los hechos que a la posibilidad de que hubiera un caudillo indígena -cántabro o no- que se enfrentó a los romanos en aquellas tierras?
- ¿Tan inverosímil resulta esta hipótesis?
- ¿Por qué el testamento del famoso cerdito no pudo ser una maniobra propagandística para ridiculizar a quienes aún se resistían a ser romanizados?
- ¿Por qué Schulten no pudo tener razón en este asunto?
- ¿Por qué tantísimos expertos -no sólo cántabros- sostienen esta teoría cantabrista, lo que no les impide criticar otros apartados?
- ¿Por qué Augusto ofreció una cantidad exorbitante de dinero por un simple forajido? Y si son 250.000 y no 200.000 más a mi favor.
- ¿Por qué la coincidencia fonética -que no gráfica- entre el animal -la hiena- y el personaje no puede ser una casualidad?
- ¿Por qué hay que descartar que Dion Casio se refiriera a Corocotta dos libros más allá de las guerras cántabras sólo porque no quiso repetir el mismo episodio en dos lugares diferentes?
- ¿Por qué a una novela que, pese a ser también ficción, intenta reflejar con honestidad y rigor una época se le niega el adjetivo de "histórica"?
Y por último:
- ¿Por qué los españoles nos tocamos tanto las narices unos a otros?
Un saludo a todos. Si alguien quiere contactar conmigo, aunque sólo sea para ponerme a parir, aquí tiene mi email:
fjlorenzo@yahoo.es
Yo también me alegro de volver. Al fin y al cabo me parece la mejor página que he encontrado de debate sobre el mundo antiguo. Por cierto, Alicia, espero que el "hojeo" del libro le aporte suficientes datos como para criticarlo en buena ley. No es necesario que sea en este foro, por supuesto. Insisto con las preguntas pq tal como las planteo creo que siguen sin ser respondidas. El médico me dijo que no era Tauro, que era Cáncer. Ah, y de nada. Un placer.
Por cierto, que para quien le interese el asunto, ha salido una crítica de un historiador en el National Geographic Historia sobre la novela. Y no le he pagado, ¿eh?
No me ofende, ni mucho menos, el término folletinesco. A pesar del matiz peyorativo que ha adoptado con los años, este género ha dado magníficas novelas. Ojalá en el periódico me hubieran permitido publicarla por entregas, en la línea de Galdós o Balzac, por poner sólo dos ejemplos. Por otra parte, sigue aturdiéndome la rotundidad de doña Alicia -con la cual no tengo nada que ver y que no creo que pertenezca a ninguna "capilla" ni tenga especial interés en atacarme-. Ya me gustaría tener esa seguridad y aplomo con los escasos datos de los que todos disponemos. Por último, insisto en que no es mi propósito crear un mito nacionalista ni mucho menos, sino recrear un personaje histórico -con las licencias implícitas que ello acarrea- y retratar una época que nunca había sido novelada en nuestro país. Espero no tener que pedir perdón por ello. Saludos a todos.
P.D. Doña Alicia, espero ansioso que termine de "hojear" el libro para que me ponga los puntos sobre las íes y, si se diera el caso, reconozca la honestidad de mi empresa.
Hola, aquí estoy de nuevo después de una temporada sin querer asomarme. Y cuando lo he hecho, me he visto sorprendido por la intensidad del debate. En fin, creo que debo decir un par de cosas. Una es que nadie tiene, o debería tener, la certeza de que su hipótesis es correcta al 100%. Por supuesto, me incluyo el primero. Por tanto, el debate se produce entre dos opiniones que no poseen la verdad absoluta. No descarto -nadie podría hacerlo por completo- que la sra. Canto tenga razón. Es posible y ahí están sus argumentos, que aunque no comparta, respeto y creo muy dignos de consideración. Pero también pienso que nadie puede afirmar con rotundidad divina que al menos algo de lo que dice Schulten, Asterio o un servidor no tiene parte de verdad. Al menos, algo. Creo que coincidiremos todos en que estos asuntos, tan lejanos en el tiempo y tan escasamente documentados, nos impiden ser dueños de la verdad o del error absolutos.
Me gustaría comentar también que pido mil excusas por intentar acercarme a toda clase de público utilizando una infantil comparación con el personaje de cómic galo. Lamento que mi intento por divulgar una época y una hipótesis sobre un personaje histórico resulte tan imperdonable.
Añadiré también que cualquiera que llegue a las últimas páginas del libro comprobará hasta qué punto no era mi pretensión convertir a Corocotta en un heroe. De hecho -y aunque destripe el libro, me da igual-, planteo la hipótesis de que Corocotta, tras recibir la recompensa, se pusiera al servicio de Augusto.
Por último, comentar que El último soldurio es una novela de aventuras "con trasfondo histórico", como dijo alguien. No es otra su pretensión "académica", aunque cualquiera que lo lea podrá darse cuenta de hasta qué punto he procurado ser respetuoso y fiel a las fuentes clásicas. Eso no impide, por supuesto, que, como ha ocurrido aquí, alguien critique mis interpretaciones (que extraigo asimismo de las que mantienen algunos historiadores de prestigio). Es lógico y hasta bueno que así suceda.
Por último, doña Alicia, me tiene usted en ascuas. ¿Por fin ha podido "hojear" el libro que la envié? Muchas gracias a todos y espero que la paz se restaure entre personas inteligentes que, aunque discrepen, han mostrado sobradamente sus conocimientos.
Reproduciré de nuevo lo ya escrito en mi primer mensaje en este foro, por si alguien todavía no se ha dado cuenta:
"Yo he escrito una novela histórica, no una obra histórica. Esto quiere decir que la recreación de los seres humanos que en ella aparecen es ficticia, como no podía ser de otro modo, pero que tanto los hechos históricos como la organización social o costumbres de la época y de los pueblos que se mencionan se ajustan a las fuentes clásicas, ya sea Estrabón, Floro o cualquier otro. El libro no sólo fue presentado el pasado 22 de febrero por el académico de la Historia José María Blázquez (cuya autoridad sobre la materia es incuestionable), sino que también tuvo su apoyo más entusiasta, hasta el punto de decir (a mí me asombró la osadía, he de reconocer) que todo cuanto aparecía en esas páginas "era verdad". Yo no llego a tanto, pero sí puedo asegurar que cuatro años de investigación seria y rigurosa avalan este libro. Mi propósito no es tanto mostrame como un erudito o satisfacer a los cerebros más exigentes 8que, si es preciso, también podría hacerlo), sino divulgar una época de nuestra Historia que hasta ahora ha pasado desapercibida. Y la mejor forma que he encontrado es la de escribir una novela llena de aventuras y pasiones que pueda atrapar a toda clase de público. Espero que no se considere un pecado de lesa majestad".
Además, siempre he mencionado en cuantas entrevistas me han hecho que aunque yo crea que mis hipótesis sean las más razonables, no por fuerza tuvieron que ser así en realidad, especialmente en lo que se refiere a la epilepsia del personaje -hilo argumental que me sirvió para unirlo más intimamente con Julio César. La verdad es que ya no sé qué más puedo hacer para complacer a tanto eximio.
Por cierto, acaba de salir la séptima edición. Y hace ya un año que salió a la luz. Mil gracias a todos cuantos han leído y apoyado el libro.
Ah, de nuevo ese familiar tufillo de superioridad, enmascarado por esa cordial felicitación que sinceramente le agradezco. Por desgracia, lo que acabo de reproducir en el mensaje anterior es mi primer mensaje en este foro y precede a nuestra discusión, por lo que no creo que pueda decirse que haya cambiado de opinión ni haya dejado de "embalarme", ya que sigo diciendo lo mismo y pensando que mis hipótesis -que, insisto, no me he sacado de la manga, sino de las opiniones y estudios de otros historiadores de prestigio- pueden ser (pueden ser, recalco) tan válidas como puedan serlo las suyas, lo que tampoco descarto absolutamente. De hecho, algo de esto menciono en mi próximo libro, para que vea que no me niego en redondo a darle la razón. Ni usted ni yo anduvimos hace 2.000 años por esos lares ni junto a esos cronistas como para saber con certeza cuál de las dos es la más exacta. Quién sabe si se perdió algún texto o testimonio clarificador por el camino. En cuanto al profesor Blázquez -que dijo lo que dijo sin que nadie le pagara o presionara-, sigue pareciéndome que no estaría muy conforme con asertos suyos, como ese que reza: "mi antiguo maestro en la Complutense y buen amigo José Mª Blázquez, que lo ha hecho, pues, de buenísima fe, pero es obvio que sin haber profundizado en el asunto" (¡¡¡!!!). Por no mencionar otros que fueron los que en su día me sacaron de mis casillas. Como ya le dije en la dedicatoria del ejemplar que le envié, hay muchas formas de defender la Historia y cuando nos remontamos tanto tiempo atrás y con tan escasas fuentes me parece bastante atrevido pretender que uno tiene la razón absoluta. Yo desde luego nunca lo he hecho. Al fin y al cabo, sólo soy un novelista que crea basándose en las opiniones y escritos de otros.
Saludos.
P.D. Disculpe que no esté muy ducho en citas clásicas como para contestarle en los mismos términos. Y sigo visitando frecuentemente este excelente foro, pero ya me cuesta participar. Seguro que lo comprende.
Da igual Me lo creo. La cuestión es la siguiente. Sus argumentos para no poner en duda sino negar categóricamente que el tal Corocotta fuera cántabro son, si no he entendido mal:
1.- El cambio de una preposición (el "en" por el "de")
2.- Que Dion Casio lo cite dos volúmenes más allá del dedicado a las guerras cántabras.
3.- Un texto humorístico -no sabemos hasta qué punto satírico o propagandístico- que se escribió más de 300 años después.
4.- La existencia -reseñada también en época posterior- de un animal africano, que pudiera ser una clase de hiena, que se denomina krokota (varía según las fuentes)
5.- Su impresión, qué digo, su absoluto convencimiento de que alguien que va a recoger la recompensa que ofrecen por su cabeza y que es capaz de llvar su petición hasta el mismísimo emperador en persona, es poco más que un rufián.
¿Me dejo algo? Creo que no. Si me equivoco, por favor, corríjame. Bien, la verdad es que después de un año de discusiones, si esto es todo lo que hay para rebatir la teoría plausible de que Corocotta fue un caudillo cántabro, o al menos vinculado con las guerras cántabras, pues me imagino que quienes defiendan esta teoría estarán temblando. Por ejemplo:
Joaquín González Echegaray. Los cántabros. Ed. Estudio, 1997. Pag 146.
"Sólo la pintoresca y desconcertante anécdota del caudillo cántabro Corocotta..."
Eduardo Peralta Labrador. Los cántabros antes de Roma. Editado por la Real Academia de la Historia, 2000. Pag 266.
"Posiblemente corresponda a este momento (invierno del 25-24 a.C.) el episodio de Corocotta, caudillo indígena que se había destacado en la guerra y por cuya entrega...."
Quiero decirle que tiene usted mucho talento y conocimientos, pero sigo sin entender ese empeño tan furibundo por decir que las cosas sólo pudieron ser de una manera; justo la que usted cuenta. Cualquier otro argumento no es válido o se pasa por encima de él como si no existiera. Yo lo único que sé es que me he atenido a lo que han dicho señores tan prestigiosos y entusiastas con las guerras cántabras como los que he citado arriba. Tal vez, si en alguna ocasión hubiera encontrado algún libro en el que, siquiera por asomo, se hubiera sustentado la teoría que usted defiende pues quizás hubiera cambiado en algo el argumento. Sin embargo, después de tres años no encontré nada reseñable en este sentido. No descarto que buscara fatal y me dejara a alguien de calibre en el tintero, pero creo sinceramente que no.
En cualquier caso, estaría encantado de disfrutar con esa extensa bibliografía que seguro que usted me enviará para que pueda cotejar mis fuentes y aliviar en algo mi, ya sabe, osada ignorancia.
Pues si no mencionó la de Dion Casio, entonces tal vez es que la materia de la que se trataba era otra. Yo qué sé, con todos los respetos, cuáles fueron sus motivos para no incluir ese texto. Lo que sí sé es que la cita que menciono -que es de él, no me lo podrá negar- da por sentado que Corocotta era cántabro -que es lo que sostienen la inmensa mayoría de los historiadores y cuanto libro ha llegado a mis manos-. En cambio, su teoría, Sra. Canto, sobre la no cantabricidad o "indigeneidad" de Corocotta no la veo por ningún lado ni respaldada por ningún otro historiador. Tal vez puedo haberme saltado a alguien y equivocarme pero me extraña. Más claro, agua.
Saludos
Lo único que digo es que si no encuentro la hipótesis que usted defiende, porque no hay ningún autor anterior o incluso posterior que la respalde, difícilmente puedo plasmarla en el papel. Yo escribí el libro antes de ver lo que usted comentó, así que poco podía hacer al respecto. Por otro lado, ahora, como tampoco puedo contradecirlo absolutamente, insisto en que su teoría queda apuntada brevemente (espero que con su permiso) en mi próximo libro. En cuanto a que no se incluye el nombre de Corocotta en ese estudio concreto de las fuentes, eso no significa necesariamente que se descarte por completo su cantabricidad y hasta su presunto perfil epopéyico, sino simplemente que se puede poner en duda, lo cual me parece muy lógico puesto que ninguna fuente afirma que fuera cántabro o de cualquier otro lugar. De todos modos, no estaría mal que en otro estudio los expertos se mojaran definitivamente (si tal palabra es posible en Historia) sobre este asunto, aunque mucho me temo que todos seguiremos viviendo entre conjeturas e interpretaciones.
Saludos
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Hola, he usado muchas veces esta página y suelo encontrar en ella datos de interés y debates curiosos. Por eso he acabado registrándome. Más aún tras ver lo que comentais sobre la novela El último soldurio de la que soy autor. Ya conocía la historia del cerdito, pero a mi modo de ver, y como señalan variso especialistas, esto confirma aún más si cabe la existencia de ese Corocotta del que nos habla Dión Casio, el cual califica a este personaje como "bandolero hispano muy poderoso". Por otra parte, yo he escrito una novela histórica, no unaobra histórica. Esto quiere decir que la recreación de los seres humanos que en ella aparecen es ficticia, como no podía ser de otro modo, pero que tanto los hechos históricos como la organización social o costumbres de la época y de los pueblos que se mencionan se ajusta a las fuentes clásicas, ya sea Estrabón, Floro o cualquier otro. El libro no sólo fue presentado el pasado 22 de febrero por el académico de la Historia José María Blázquez (cuya autoridad sobre la materia es incuestionable), sino que también tuvo su apoyo más entusiasta, hasta el punto de decir (a mí me asombró la osadía, he de reconocer) que todo cuanto aparecía en esas páginas "era verdad". Yo no llego a tanto, pero sí puedo asegurar que cuatro años de investigación seria y rigurosa avalan este libro. Mi propósito no es tanto mostrame como un erudito o satisfacer a los cerebros más exigentes 8que, si es preciso, también podría hacerlo), sino divulgar una época de nuestra Historia que hasta ahora ha pasado desapercibida. Y la mejor forma que he encontrado es la de escribir una novela llena de aventuras y pasiones que pueda atrapar a toda clase de público. Espero que no se considere un pecado de lesa majestad. Gracias por vuestra atención y enhorabuena por la web.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Según todas las traducciones que he visto, Dion no dice EN Hispania, sino que lo llama hispano directamente. Y discutir que José María Blazquez, autor de decenas de libros sobre la España Antigua no sea una autoridad, pues en fin, yo también me alegro.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Por último, hay quien sostiene la raíz celta del nombre Corocotta, que significaría Coro (jefe) y Cotta (veterano). Sinceramente, no creo que sea así, pero me vino muy bien para el libro.
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Que los romanos llamaban bandoleros a todos cuantos se resistían a sus conquistas es incuestionable. Pero si el personaje hubiera sido de tan poca monta y las guerras cántabras apenas una anécdota, ¿a qué se debe que Augusto tuviera que utilizar una flota para derrotarlos, además de ls 7 legiones que tenía bajo su mando? ¿Y por qué se rebajó a dar una recompensa tan alta -con 400.000 sestercios se podía ingresar en la orden ecuestre romana- por alguien que no tenía importancia? ¿Y qué vinculación pueden tener las guerras cántabras -en las que se insertan todos estos comentarios y testimonios- con un presunto ladrón africano? ¿No sería más lógico pensar que en caso de que fuera africano escogería otras zonas más ricas y próximas a él que el Norte de la Península Ibérica? Evidentemente, es imposible tener una certeza absoluta de todo cuanto ocurrió, pero tampoco creo que se pueda desechar a la ligera la posibilidad de que Corocotta fuera un guerrero cántabro.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Hola, de nuevo. Estimada Alicia M. Canto, aprecio tanto tus opiniones sobre Corocotta que me encantaría hacerte llegar la novela para que, después de leerla, me digas dónde me equivoco radicalmente o dónde debo afinar más. Lo digo sin ninguna ironía, sino con toda la humildad del mundo. Estoy convencido de mi novela (por expresarlo de algún modo), pero para mí será un placer conocer tu punto de vista y estoy convencido de que, además, me será de mucha ayuda. Si te parece bien, te dejo mi dirección de correo electrónico (que cualquier otro usuario puede utilizar si es que desea preguntarme algo). Es la siguiente:
fjlorenzo@yahoo.es
Un saludo.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Por cierto, y dicho sea de paso, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me gustaría saber por qué se pretende dotar de relevante categoiría histórica a una obra simpática pero irrelevante, de autor desconocido (cuyas motivaciones desconocemos) y que fue escrita a mediados del siglo IV. Más allá de Dión Casio. Por tanto, pregunto. ¿No pudo ser un modo de desprestigiar a un personaje que simbolizaba la rebeldía? ¿Fue tal vez una coincidencia?
Un supuesto: si dentro de 2.000 años, con nuestra civilización extinguida y con escasos vestigios, alguien encontrara en diversas zonas del Mediterráneo la palabra burro, ¿ no podría extrañarse de que los italianos usasen el término para untar el pan y los españoles para señalar a una caballería? Y por otro lado, y esto es de sentido común, si Augusto como emperador sólo fue en una ocasión a Hispania (y nunca a Africa), y esto fue con motivo de las guerras cántabras, ¿en qué otro momento sino en ése puedo encontrarse con un personaje como Corocotta? Por último, la distinción entre "en" y "de" -sobre la frase de Dión Casio- me valdría si el autor escribiera desde el lugar donde se escriben los hechos. Por ejemplo, yo como español hoy podría decir: "Conocí a una persona EN Francia..." ¿Hay que suponer por eso que esa persona no es francesa? En fin. Nunca he negado que mi obra sea ficción (es en ese apartado donde se encuentra entre los libros más vendidos tras apenas dos semanas en las librerías -¡loados sean los dioses!-), pero a la vez defiendo el trabajo riguroso de tres años que me ha servido para conformar al personaje y las circunstancias que, según todas las fuentes, le rodeaban. Si esto no sirve para divulgar -hacer llegar al vulgo- la Historia, entonces pido mil disculpas. Tal vez, aunque yo no lo crea, es que he errado el camino. Saludos
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Por cierto, y dicho sea de paso, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me gustaría saber por qué se pretende dotar de relevante categoiría histórica a una obra simpática pero irrelevante, de autor desconocido (cuyas motivaciones desconocemos) y que fue escrita a mediados del siglo IV. Más allá de Dión Casio. Por tanto, pregunto. ¿No pudo ser un modo de desprestigiar a un personaje que simbolizaba la rebeldía? ¿Fue tal vez una coincidencia?
Un supuesto: si dentro de 2.000 años, con nuestra civilización extinguida y con escasos vestigios, alguien encontrara en diversas zonas del Mediterráneo la palabra burro, ¿ no podría extrañarse de que los italianos usasen el término para untar el pan y los españoles para señalar a una caballería? Y por otro lado, y esto es de sentido común, si Augusto como emperador sólo fue en una ocasión a Hispania (y nunca a Africa), y esto fue con motivo de las guerras cántabras, ¿en qué otro momento sino en ése puedo encontrarse con un personaje como Corocotta? Por último, la distinción entre "en" y "de" -sobre la frase de Dión Casio- me valdría si el autor escribiera desde el lugar donde se escriben los hechos. Por ejemplo, yo como español hoy podría decir: "Conocí a una persona EN Francia..." ¿Hay que suponer por eso que esa persona no es francesa? En fin. Nunca he negado que mi obra sea ficción (es en ese apartado donde se encuentra entre los libros más vendidos tras apenas dos semanas en las librerías -¡loados sean los dioses!-), pero a la vez defiendo el trabajo riguroso de tres años que me ha servido para conformar al personaje y las circunstancias que, según todas las fuentes, le rodeaban. Si esto no sirve para divulgar -hacer llegar al vulgo- la Historia, entonces pido mil disculpas. Tal vez, aunque yo no lo crea, es que he errado el camino. Saludos
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Desde luego que no, Hrodrik. No se menciona este asunto en la novela, porque el protagonista, sencillamente, nada puede saber de esto. En todo caso, por si interesa, se tiene constancia de varios régulos vascones a los que Pompeyo concedió la ciudadanía -hacia el 70 a.C aproximadamente- por ayudarle en su lucha contra Sertorio. Sobre dar nombre a la capital de los vascones (Pompaelo-Pamplona) poco hay que decir, pues habla por sí solo. Se comenta asimismo un posible ritual de antropofagia del que hablan varios autores (sobre los cántabros y el canibalismo existe una única cita en Juvenal). Este ritual podría haberse mantenido hasta la Edad Media y aun más allá. De hecho, creo que no estaría mal recoger cuantas fuentes halla sobre el particular. Por otra parte, como bien sabéis, y si hacemos caso a Estrabón, no había muchas diferencias entre unos pueblos y otros en esa zona del norte peninsular y el respeto, no exento de fricciones y odios, debía ser mutuo.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Por concretar algo más, una de las citas sobre el canibalismo de los vascones corresponde a Cayo Crispo Salustio en su Historia Romana.
Saludos
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Aun a riesgo de parecer pesado, una puntualización. Sabemos que nueve personas de la ciudad vascona de Segia recibieron la ciudadanía romana de Pompeyo Strabo, padre de Pompeyo Magno, el año 90 a.C., en recompensa por su ayuda en la toma de Ausculum (en el Piceno) durante la guerra de Italia, llamada también guerra Mársica.
No consta, por tanto, que Pompeyo ofreciera la ciudadanía a ningún régulo vascón, aunque no habría que descartarlo. Lo que sí ocurrió es que los vascones ocuparon toda la ribera norte del Ebro en detrimento de los celtíberos. Calahorra, por ejemplo, se convirtió en ciudad vascona.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Para todos los interesados, mi novela El último soldurio ya va por su tercera edición. Por cierto, Alicia M. Canto, tengo que admitir que se me ha acabado la paciencia con usted. En primer lugar, porque me gustaría saber cuántos libros ha escrito usted y cuánto éxito han tenido, aun en el caso de que no obligue a sus alumnos a comprárselos. Por otra parte, su petulancia y presunción son ya insoportables. Me parece justo que pueda poner en solfa al personaje y a mi libro, pero para hacerlo utiliza una condescendencia repugnante, pues no sólo habla de un libro que ni siquiera ha leido, sino que además parece que la única verdad es la suya (cosa absolutamente indemostrable dadas las escasas fuentes de las que disponemos), y que cualquiera que no sostenga sus teorías -tan discutibles como las del resto- es poco menos que un iletrado. Y si no lo es, caso de una autoridad como José María Blázquez (quien apoya rotundamente las tesis de mi libro y me parece más fiable que usted, a quien sólo conozco de este foro), resulta que eso es, según usted, porque "con la edad está más bonachón" y cosas por el estilo. Son descalificaciones que no vienen a cuento, creo yo, y que podrían volverse en su contra (vgr. ¿Si está tan enganchada a este foro no será porque hay otros en la vida real donde se lo impiden? ¿Acaso tiene usted problemas con la menopausia?). Por otra parte, insistir en la importancia de un texto cómico escrito más de cuatro siglos después por no se sabe quién no me parece muy serio que digamos. ¿No podría ser -como he leído a otros especialistas- que este texto se utilizara para ridiculizar a quienes aún mantenían vestigios de su cultura prerromana y que para ello se parodió el nombre del último caudillo o guerrero que luchó contra los romanos? Yo nunca he pontificado sobre el personaje -admito que pudiera ser tal como usted dice-, pero usted no me puede demostrar tampoco rotundamente que las cosas no fueran como yo las cuento. ¡Ah! Y sí, resulta que he estado firmando libros -bastantes, desde luego- y que aún tengo que firmar muchos más, dado el interés suscitado por una obra que, al margen de Corocotta, es un retrato de la España prerromana. De verdad que tanto engreimiento por su parte me abruma. Como lo cortés no quita lo valiente, el libro acabaré enviándoselo, porque ya le di mi palabra y porque no estaría de más que pudiera opinar sobre él y sobre el duro trabajo de documentación que surge de cada una de sus páginas para opinar con algo más de información. ¿Criticar de oídas, que es lo que usted ha hecho todos estos meses, es científico y académico? No me haga reír, señora. Un cordial saludo.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Sobre el presunto canibalismo de los vascones, lo único que he hecho es preguntar si alguien conocía más fuentes sobre el particular. Nunca lo di por hecho. Vease, por ejemplo, los que aparecen en una página web sobre la Historia de Navarra de j.olle. Basta con teclear Historia de Navarra en Google para encontrarla.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Más puntualizaciones sobre el libro. Está editado por Planeta -¿qué prestigiosa editorial habrá publicado las brillantísimas y sesudísimas obras de la doctora Canto?- y que ahora mismo puede encontrarse entre los más vendidos en internet -vease en Terra, por ejemplo-, donde ocupa el 5º puesto y que hasta la semana pasada estaba en la lista de El Corte Inglés, donde tal vez regrese -cruzo los dedos, para qué nos vamos a engañar- después de mis ansiadas visitas a las ferias del libro de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León, además, claro está, de la de Madrid. Sólo puedo decir que estoy muy orgulloso de mi libro y del trabajo y empeño que he puesto en él. Un saludo a todos.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Jamás he puesto en discusión los conocimientos de la doctora Canto. Jamás tampoco he pretendido que mi novela fuera un libro de texto. Y hasta aquí he soportado humilde y pacientemente el tono condescendiente, y, sí, lamento decirlo, la implícita arrogancia de sus comentarios. Sólo hay que leer lo escrito hasta ahora y cuál ha sido mi actitud en todo momento. La novela no pretende engañar a nadie y se basa, entre otras, en las fuentes clásicas, las cuales están lógicamente expuestas a muchas interpretaciones. Brigantinus, en el libro Roma contra cántabros y astures, Eutimio Martino comenta todo lo referente al Minius. No es que me lo crea a pies juntillas -al igual que no me creo a pies juntillas la versión de Corocotta como un caudillo cántabro-, pero me molesta enormemente que los inestigadores "serios" denigren cualquier obra de ficción por el mero hecho de serlo o porque, según ellos (pero tal vez no otros) no se ajustan punto por punto a la interpretación que ellos (pero, insisto, tal vez no otros) le dan. Si acaso, pido disculpas a la doctora Canto por el tono de mi anterior nota, pero yo he intentado hacer un trabajo digno y concienzudo y si lees cosas como "no hace falta leer el libro para saber que adolece de algunas bases a-históricas" o, lo último y que me puso negro, que no entraba en la web porque "debía estar firmando libros", pues es posible que te cabrees. La verdad, yo me sentí indignado. A lo mejor es que acababa de levantarme y no estaba de humor, pero en todo caso sigo diciendo que para poder criticar un libro -y más si pretende estar basado sobre hechos históricos- lo primero que hay que hacer es leérselo. Y ahora varias preguntas.
- ¿Es posible que Corocotta fuera cántabro o hay que desecharlo por completo, al 100%?
- ¿Es posible que en las Res Gestae aparezca el nombre de Corocotta dos capítulos más tarde sólo porque el autor no quería repetir dos veces el mismo episodio y le pareció mejor incluirlo en la parte dedicada a mostrar la magnanimidad y grandeza de Augusto?
- ¿Es posible que Augusto pudiera vivir esa anécdota con Corocotta "en" Iberia en algún otro momento histórico que no fueran las guerras cántabras?
Al reves, ¿es posible que lo que comenta Dión ocurriera durante las guerras cántabras, o también hay que desecharlo al 100%?
¿Es posible considerar la suma de 200.000 sestercios como ínfima cuando era la mitad de lo que se le exigía a un ciudadano para pertenecer al ordo equester?
¿Es posible la raíz céltica del nombre Corocotta o, en su defecto, que su fonética y grafía coincida más o menos con otras de otros lugares, como el norte de Africa?
¿Es posible considerar la autoentrega de Corocotta como un acto de valentía, tal vez un gesto con el que detener el exterminio que estaba padeciendo su pueblo o tiene que ser inevitablemente un cobarde?
Y por último, ¿es posible decir yo tengo la razón y toda la razón y cualquier otra hipótesis sobre lo ocurrido hace 2.000 años que no coincida con la mía no es válida?
Yo jamás me he atrevido ni me atreveré a tanto.
Saludos a todos.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Por cierto, que si yo no encontrara esta web interesante y con gente preparada e inquieta no creo que me hubiera atrevido a desvelar mi identidad.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Ya sé que no aparece en las Res Gestae, pero las Res Gestae nos indican en qué momento estuvo Augusto en Hispania y con motivo de qué. Lamento que no disponga de tiempo para contestar clara y llanamente a mis incómodas preguntas.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Es cierto, no conozco el griego clásico y ya es la segunda vez, o la tercera no recuerdo bien, que comenta que usted sí lo sabe mientras que yo debo acudir a traducciones ajenas. Espero no haber cometido un error fatal si resulta que esas traducciones coinciden en diversos autores. Esto no quita para que usted tal vez tenga razón en esta caso y también para pedirle que no minusvalore el trabajo ajeno sin ni siquiera haberlo leído. Comprenda usted que si, ya para empezar, se lee sobre tu libro que es "un tópico nacionalista sin base histórica alguna", uno pueda sentirse ofendido en estas circunstancias. Ahora, que a lo mejor no es así y debería alegrarme por sus irónicos comentarios posteriores. En este caso, mis más humildes disculpas. Su libro, pese a todo, está en camino.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Gracias por las aclaraciones y las citas que yo nunca le he discutido. No tanto por insistir en lo que a todas luces es un error mío al intercambiar a Dión por las Res Gestae de Augusto. Llevamos hablando de esto bastante tiempo como para que se entienda que el error, a estas alturas, surge de las prisas, pero lo señalo aunque sea obvio. Por otra parte, la nota sobre los 2500.000 sestercios se la agradezco especialmente pues yo, humildemente, no sabía a qué atribuir la diferencia que había entre unas fuentes y otras. Y sí, Augusto estuvo más veces en España, pero en ninguna de ellas tuvo un conflicto armado al que enfrentarse. ¿O sí? Y disculpe mi insistencia, pero ¿hay que limitarse a la teoría del bandolero cobarde? ¿Tal teoría es absolutamente indiscutible? ¿Pudiera haber otras hipótesis válidas? Para no atosigar, me basta con que me conteste, si lo desea, con monosílabos. Gracias.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Jajajajaja, veo que sí, que el Paraíso ya lo tiene cerca. Y de verdad que no le he discutido las notas, pero sí las interpretaciones, pues no creo que nadie pueda saber al 100%, con plena exactitud, cuanto ocurrió hace 2.000 años. Y ahí está el meollo. En cuanto a la cifra de 250.000 sestercios no sabría decirle ahora mismo con exactitud dónde las encontré, pues fue en más de una ocasión. Todos los libros que tengo en mi casa hablan de los 200.000, pero creo haber encontrado la cifra de 250.000 en una traducción de Dión Casio al inglés que está en Internet y, si no me equivoco, también en Ronald Syme, a quien tuve que leer en la BN. Seguiré buscando y en cuanto encuentre de nuevo el dato se lo haré saber. Estuve en la duda de poner los 250.000 pero eran mayoría quienes hablaban de la otra cifra, así que elegí ésta. Y no daré un vuelco a la novela, pues sigo sin descartar la posibilidad de que nuestro Corocotta fuera un guerrero cántabro al tiempo que dudo de que Augusto ofreciera esa enorme cantidad de dinero (la paga de un legionario era de alrededor de 900 sestercios en época de Julio César y de unos 1.200 con Augusto) por un simple "pillo con desparpajo". Y de verdad que valoro sus amplios conocimientos, pero comprenda también mi resquemor por algunas de sus expresiones, algunas de las cuales desacreditaban la totalidad de la novela antes de haberla leido (o eso interpreté yo, pese a lo cual actué con usted -como siempre debería ser- con absoluta cortesía). En todo caso, sepa que lamento haberme levantado esa mañana con tan mal café. Me sentó como un tiro eso del "estará firmando libros". En fin, nadie es perfecto.
Biblioteca: Los inicios de la Reconquista. Derribando el mito.
El artículo es curioso en líneas generales, pero el párrafo (...a una cierta castellanización del territorio gallego impuesta desde fuera , el período que abarca los siglos XIII-XV fue de cierta independencia en Galicia, merced al poder que acumulaban los nobles. Con el nuevo estado de los Reyes Católicos este poder autóctono fue eliminado por las armas, siendo este un hecho trascendental en la historia posterior de Galicia, pues se quedaría sin una clase dirigente llamada a tener gran influencia en el desarrollo gallego, y que de alguna manera tenía que ser la precursora de la burguesía de tiempos bastante más posteriores. Esto fue la famosa “doma y castración”) es, sencillamente, lamentable. No sé lo que opinaría Alfonso X sobre el particular. O mejor, sí sé lo que opinaría este Hispaniarum Rex.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Hola de nuevo. No me queda más remedio que insistir porque tengo muchas preguntas que aún están sin respuesta. Veamos.
- ¿Por qué se vislumbra que Corocotta pudo no existir?
- En caso de que hubiera existido, ¿por qué Corocotta no pudo ser cántabro?
- ¿Dónde está escrito que Corocotta o los vascones -como también se especula- fueran descendientes directos de tribus bereberes llegadas a la Península durante las Guerras Púnicas?
- ¿Por qué se le da más importancia a un texto humorístico 400 años posterior a los hechos que a la posibilidad de que hubiera un caudillo indígena -cántabro o no- que se enfrentó a los romanos en aquellas tierras?
- ¿Tan inverosímil resulta esta hipótesis?
- ¿Por qué el testamento del famoso cerdito no pudo ser una maniobra propagandística para ridiculizar a quienes aún se resistían a ser romanizados?
- ¿Por qué Schulten no pudo tener razón en este asunto?
- ¿Por qué tantísimos expertos -no sólo cántabros- sostienen esta teoría cantabrista, lo que no les impide criticar otros apartados?
- ¿Por qué Augusto ofreció una cantidad exorbitante de dinero por un simple forajido? Y si son 250.000 y no 200.000 más a mi favor.
- ¿Por qué la coincidencia fonética -que no gráfica- entre el animal -la hiena- y el personaje no puede ser una casualidad?
- ¿Por qué hay que descartar que Dion Casio se refiriera a Corocotta dos libros más allá de las guerras cántabras sólo porque no quiso repetir el mismo episodio en dos lugares diferentes?
- ¿Por qué a una novela que, pese a ser también ficción, intenta reflejar con honestidad y rigor una época se le niega el adjetivo de "histórica"?
Y por último:
- ¿Por qué los españoles nos tocamos tanto las narices unos a otros?
Un saludo a todos. Si alguien quiere contactar conmigo, aunque sólo sea para ponerme a parir, aquí tiene mi email:
fjlorenzo@yahoo.es
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Yo también me alegro de volver. Al fin y al cabo me parece la mejor página que he encontrado de debate sobre el mundo antiguo. Por cierto, Alicia, espero que el "hojeo" del libro le aporte suficientes datos como para criticarlo en buena ley. No es necesario que sea en este foro, por supuesto. Insisto con las preguntas pq tal como las planteo creo que siguen sin ser respondidas. El médico me dijo que no era Tauro, que era Cáncer. Ah, y de nada. Un placer.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Gracias, Saelio. Se puede trabajar por la Historia de muchas maneras. Cada uno con su estilo y desde su puesto. Un saludo
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Por cierto, que para quien le interese el asunto, ha salido una crítica de un historiador en el National Geographic Historia sobre la novela. Y no le he pagado, ¿eh?
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
No me ofende, ni mucho menos, el término folletinesco. A pesar del matiz peyorativo que ha adoptado con los años, este género ha dado magníficas novelas. Ojalá en el periódico me hubieran permitido publicarla por entregas, en la línea de Galdós o Balzac, por poner sólo dos ejemplos. Por otra parte, sigue aturdiéndome la rotundidad de doña Alicia -con la cual no tengo nada que ver y que no creo que pertenezca a ninguna "capilla" ni tenga especial interés en atacarme-. Ya me gustaría tener esa seguridad y aplomo con los escasos datos de los que todos disponemos. Por último, insisto en que no es mi propósito crear un mito nacionalista ni mucho menos, sino recrear un personaje histórico -con las licencias implícitas que ello acarrea- y retratar una época que nunca había sido novelada en nuestro país. Espero no tener que pedir perdón por ello. Saludos a todos.
P.D. Doña Alicia, espero ansioso que termine de "hojear" el libro para que me ponga los puntos sobre las íes y, si se diera el caso, reconozca la honestidad de mi empresa.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Hola, aquí estoy de nuevo después de una temporada sin querer asomarme. Y cuando lo he hecho, me he visto sorprendido por la intensidad del debate. En fin, creo que debo decir un par de cosas. Una es que nadie tiene, o debería tener, la certeza de que su hipótesis es correcta al 100%. Por supuesto, me incluyo el primero. Por tanto, el debate se produce entre dos opiniones que no poseen la verdad absoluta. No descarto -nadie podría hacerlo por completo- que la sra. Canto tenga razón. Es posible y ahí están sus argumentos, que aunque no comparta, respeto y creo muy dignos de consideración. Pero también pienso que nadie puede afirmar con rotundidad divina que al menos algo de lo que dice Schulten, Asterio o un servidor no tiene parte de verdad. Al menos, algo. Creo que coincidiremos todos en que estos asuntos, tan lejanos en el tiempo y tan escasamente documentados, nos impiden ser dueños de la verdad o del error absolutos.
Me gustaría comentar también que pido mil excusas por intentar acercarme a toda clase de público utilizando una infantil comparación con el personaje de cómic galo. Lamento que mi intento por divulgar una época y una hipótesis sobre un personaje histórico resulte tan imperdonable.
Añadiré también que cualquiera que llegue a las últimas páginas del libro comprobará hasta qué punto no era mi pretensión convertir a Corocotta en un heroe. De hecho -y aunque destripe el libro, me da igual-, planteo la hipótesis de que Corocotta, tras recibir la recompensa, se pusiera al servicio de Augusto.
Por último, comentar que El último soldurio es una novela de aventuras "con trasfondo histórico", como dijo alguien. No es otra su pretensión "académica", aunque cualquiera que lo lea podrá darse cuenta de hasta qué punto he procurado ser respetuoso y fiel a las fuentes clásicas. Eso no impide, por supuesto, que, como ha ocurrido aquí, alguien critique mis interpretaciones (que extraigo asimismo de las que mantienen algunos historiadores de prestigio). Es lógico y hasta bueno que así suceda.
Por último, doña Alicia, me tiene usted en ascuas. ¿Por fin ha podido "hojear" el libro que la envié? Muchas gracias a todos y espero que la paz se restaure entre personas inteligentes que, aunque discrepen, han mostrado sobradamente sus conocimientos.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Uy, qué laísmo tan atroz. Disculpas
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Y además en consonancia con lo que opinan la inmensa mayoría de historiadores y especialistas en la materia. Muy clarividente.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Reproduciré de nuevo lo ya escrito en mi primer mensaje en este foro, por si alguien todavía no se ha dado cuenta:
"Yo he escrito una novela histórica, no una obra histórica. Esto quiere decir que la recreación de los seres humanos que en ella aparecen es ficticia, como no podía ser de otro modo, pero que tanto los hechos históricos como la organización social o costumbres de la época y de los pueblos que se mencionan se ajustan a las fuentes clásicas, ya sea Estrabón, Floro o cualquier otro. El libro no sólo fue presentado el pasado 22 de febrero por el académico de la Historia José María Blázquez (cuya autoridad sobre la materia es incuestionable), sino que también tuvo su apoyo más entusiasta, hasta el punto de decir (a mí me asombró la osadía, he de reconocer) que todo cuanto aparecía en esas páginas "era verdad". Yo no llego a tanto, pero sí puedo asegurar que cuatro años de investigación seria y rigurosa avalan este libro. Mi propósito no es tanto mostrame como un erudito o satisfacer a los cerebros más exigentes 8que, si es preciso, también podría hacerlo), sino divulgar una época de nuestra Historia que hasta ahora ha pasado desapercibida. Y la mejor forma que he encontrado es la de escribir una novela llena de aventuras y pasiones que pueda atrapar a toda clase de público. Espero que no se considere un pecado de lesa majestad".
Además, siempre he mencionado en cuantas entrevistas me han hecho que aunque yo crea que mis hipótesis sean las más razonables, no por fuerza tuvieron que ser así en realidad, especialmente en lo que se refiere a la epilepsia del personaje -hilo argumental que me sirvió para unirlo más intimamente con Julio César. La verdad es que ya no sé qué más puedo hacer para complacer a tanto eximio.
Por cierto, acaba de salir la séptima edición. Y hace ya un año que salió a la luz. Mil gracias a todos cuantos han leído y apoyado el libro.
Saludos
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Ah, de nuevo ese familiar tufillo de superioridad, enmascarado por esa cordial felicitación que sinceramente le agradezco. Por desgracia, lo que acabo de reproducir en el mensaje anterior es mi primer mensaje en este foro y precede a nuestra discusión, por lo que no creo que pueda decirse que haya cambiado de opinión ni haya dejado de "embalarme", ya que sigo diciendo lo mismo y pensando que mis hipótesis -que, insisto, no me he sacado de la manga, sino de las opiniones y estudios de otros historiadores de prestigio- pueden ser (pueden ser, recalco) tan válidas como puedan serlo las suyas, lo que tampoco descarto absolutamente. De hecho, algo de esto menciono en mi próximo libro, para que vea que no me niego en redondo a darle la razón. Ni usted ni yo anduvimos hace 2.000 años por esos lares ni junto a esos cronistas como para saber con certeza cuál de las dos es la más exacta. Quién sabe si se perdió algún texto o testimonio clarificador por el camino. En cuanto al profesor Blázquez -que dijo lo que dijo sin que nadie le pagara o presionara-, sigue pareciéndome que no estaría muy conforme con asertos suyos, como ese que reza: "mi antiguo maestro en la Complutense y buen amigo José Mª Blázquez, que lo ha hecho, pues, de buenísima fe, pero es obvio que sin haber profundizado en el asunto" (¡¡¡!!!). Por no mencionar otros que fueron los que en su día me sacaron de mis casillas. Como ya le dije en la dedicatoria del ejemplar que le envié, hay muchas formas de defender la Historia y cuando nos remontamos tanto tiempo atrás y con tan escasas fuentes me parece bastante atrevido pretender que uno tiene la razón absoluta. Yo desde luego nunca lo he hecho. Al fin y al cabo, sólo soy un novelista que crea basándose en las opiniones y escritos de otros.
Saludos.
P.D. Disculpe que no esté muy ducho en citas clásicas como para contestarle en los mismos términos. Y sigo visitando frecuentemente este excelente foro, pero ya me cuesta participar. Seguro que lo comprende.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Es que si no esto se hace muy aburriido, hombre. Un poco de polémica no viene mal de vez en cuando.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Da igual Me lo creo. La cuestión es la siguiente. Sus argumentos para no poner en duda sino negar categóricamente que el tal Corocotta fuera cántabro son, si no he entendido mal:
1.- El cambio de una preposición (el "en" por el "de")
2.- Que Dion Casio lo cite dos volúmenes más allá del dedicado a las guerras cántabras.
3.- Un texto humorístico -no sabemos hasta qué punto satírico o propagandístico- que se escribió más de 300 años después.
4.- La existencia -reseñada también en época posterior- de un animal africano, que pudiera ser una clase de hiena, que se denomina krokota (varía según las fuentes)
5.- Su impresión, qué digo, su absoluto convencimiento de que alguien que va a recoger la recompensa que ofrecen por su cabeza y que es capaz de llvar su petición hasta el mismísimo emperador en persona, es poco más que un rufián.
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
¿Me dejo algo? Creo que no. Si me equivoco, por favor, corríjame. Bien, la verdad es que después de un año de discusiones, si esto es todo lo que hay para rebatir la teoría plausible de que Corocotta fue un caudillo cántabro, o al menos vinculado con las guerras cántabras, pues me imagino que quienes defiendan esta teoría estarán temblando. Por ejemplo:
Joaquín González Echegaray. Los cántabros. Ed. Estudio, 1997. Pag 146.
"Sólo la pintoresca y desconcertante anécdota del caudillo cántabro Corocotta..."
Eduardo Peralta Labrador. Los cántabros antes de Roma. Editado por la Real Academia de la Historia, 2000. Pag 266.
"Posiblemente corresponda a este momento (invierno del 25-24 a.C.) el episodio de Corocotta, caudillo indígena que se había destacado en la guerra y por cuya entrega...."
Quiero decirle que tiene usted mucho talento y conocimientos, pero sigo sin entender ese empeño tan furibundo por decir que las cosas sólo pudieron ser de una manera; justo la que usted cuenta. Cualquier otro argumento no es válido o se pasa por encima de él como si no existiera. Yo lo único que sé es que me he atenido a lo que han dicho señores tan prestigiosos y entusiastas con las guerras cántabras como los que he citado arriba. Tal vez, si en alguna ocasión hubiera encontrado algún libro en el que, siquiera por asomo, se hubiera sustentado la teoría que usted defiende pues quizás hubiera cambiado en algo el argumento. Sin embargo, después de tres años no encontré nada reseñable en este sentido. No descarto que buscara fatal y me dejara a alguien de calibre en el tintero, pero creo sinceramente que no.
En cualquier caso, estaría encantado de disfrutar con esa extensa bibliografía que seguro que usted me enviará para que pueda cotejar mis fuentes y aliviar en algo mi, ya sabe, osada ignorancia.
Saludos
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Pues si no mencionó la de Dion Casio, entonces tal vez es que la materia de la que se trataba era otra. Yo qué sé, con todos los respetos, cuáles fueron sus motivos para no incluir ese texto. Lo que sí sé es que la cita que menciono -que es de él, no me lo podrá negar- da por sentado que Corocotta era cántabro -que es lo que sostienen la inmensa mayoría de los historiadores y cuanto libro ha llegado a mis manos-. En cambio, su teoría, Sra. Canto, sobre la no cantabricidad o "indigeneidad" de Corocotta no la veo por ningún lado ni respaldada por ningún otro historiador. Tal vez puedo haberme saltado a alguien y equivocarme pero me extraña. Más claro, agua.
Saludos
Biblioteca: El testamento del cerdito Corocotta
Lo único que digo es que si no encuentro la hipótesis que usted defiende, porque no hay ningún autor anterior o incluso posterior que la respalde, difícilmente puedo plasmarla en el papel. Yo escribí el libro antes de ver lo que usted comentó, así que poco podía hacer al respecto. Por otro lado, ahora, como tampoco puedo contradecirlo absolutamente, insisto en que su teoría queda apuntada brevemente (espero que con su permiso) en mi próximo libro. En cuanto a que no se incluye el nombre de Corocotta en ese estudio concreto de las fuentes, eso no significa necesariamente que se descarte por completo su cantabricidad y hasta su presunto perfil epopéyico, sino simplemente que se puede poner en duda, lo cual me parece muy lógico puesto que ninguna fuente afirma que fuera cántabro o de cualquier otro lugar. De todos modos, no estaría mal que en otro estudio los expertos se mojaran definitivamente (si tal palabra es posible en Historia) sobre este asunto, aunque mucho me temo que todos seguiremos viviendo entre conjeturas e interpretaciones.
Saludos
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