Autor: Atzavara
lunes, 12 de mayo de 2008
Sección: Artículos generales
Información publicada por: atzavara
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La verdadera Diosa
Consideraciones sobre la importancia de la abeja, su contexto mitológico y su impacto en la existencia humana
Cuando los hombres describieron el Paraíso o la edad dorada, la miel siempre estuvo presente,
ya fuera en abundantes ríos de leche y miel, o deslizándose desde los árboles. Se representaba
así, una luna de miel con el sabor primitivo y genuino de una humanidad infantil.
La miel fue un preciado alimento para los dioses, seres que tendrían toda la pinta de
imaginarios u opacos recuerdos de una era que no tuvo tiempo para describirse mejor. Parece
ser, que en el momento en el cual las sociedades iban conociendo la escritura, la Edad de Oro
se esfumaba y aparecía la mitología al tiempo que se escribían los relatos de los hombres que
consumían la miel como la leche de una madre a la que idealizaron en abundancia, hasta el
punto de convertirla en una Diosa.
Dicen los mitos que el propio Zeus fue amantado por una cabra de nombre Amaltea, por lo
que se colige que ese animal mitológico fue como una tierna madre. En otro mito paralelo, la
nodriza que alimentó a Zeus con leche de cabra y miel fue Melisa, hija de Meliseo, rey de
Creta, el primero en introducir la costumbre del sacrificio a los dioses y las procesiones
religiosas.
De los mitos más antiguos se extrae la conclusión de que en los primeros albores de la
civilización se tuvo como modelo de sociedad a la colmena, de tal forma, que la idea del
matriarcado parece surgir de la sincera relación que mantuvieron las primeras sociedades que
practicaron una incipiente apicultura. Rea, la madre de Zeus, hacía sonar un tambor para
impedir que las abejas enjambrasen en lugares que no le convenía. Como el uso de las
bramaderas en los Misterios. Esos instrumentos
ataban a una cuerda y se hacían girar para producir un potente zumbido, imitando así el
zumbido del enjambre.
Los hombres de la llamada raza de oro eran súbditos de Cronos, vivían sin preocupaciones ni
trabajo, comían bellotas, frutos silvestres y miel que destilaban los árboles, bebían leche de
oveja y cabra, nunca envejecían, bailaban y reían mucho. Su estilo era similar al de los
llamados recolectores, dando fe de su relación con el entorno, ésta raza de oro asemejaría a
una especie de vegetarianos que al parecer no domesticaban sino que convivían con cierta
asociación con animales que consideraban nodrizas como la referida cabra Amaltea. Muchos
dioses y héroes fueron cuidados y alimentados por animales desde Zeus hasta el caso extremo
de Rómulo y Remo, pasando por Habis.
Pero la Edad de Oro ya era un recuerdo confuso cuando Hesíodo pasó a describir las cinco
edades del hombre. Luego vino la Edad de Plata, la de comedores de pan, y la introducción,
por tanto, de la Diosa de la Cebada. Apareció el cultivo del cereal. Se cambió el modelo de
sociedad que representa la colmena por el de un hormiguero, otro insecto social que en vez de
flores prefiere el cereal.
La miel era el alimento apropiado para las divinidades, el cereal en cambio, era el regalo de
una diosa que a su vez quiso destruir a la humanidad. Eso es lo que tiene la mitología, que te
presenta a Deméter entregando una espiga en una mano y en la otra un capullo de
adormidera. De ese modo, los dioses entraron en un sueño profundo y dejaron como semilla,
la estirpe que no cesa de imaginar el mundo como un Paraíso al que convertir en un infierno.
Aún así, según Euctronio, le corresponde a Deméter ser la maestra que enseñó a las abejas a
anidar en el hueco de los árboles.
Pero, es Virgilio quien presenta a Deméter en intrínseca relación con las abejas. Melisa, una de
sus devotas, murió despedazada por la confrontación que tuvo con unas mujeres exaltadas,
furiosas por su negativa a compartir los secretos del Misterio. El enfado de Deméter fue similar
al que ya tuvo cuando a Perséfone, enviando contra las asesinas y su vecindad una peste
asoladora. Del cuerpo de Melisa surgió un enjambre de abejas, y desde entonces que el
término Melisa se designó a todas las sacerdotisas del culto de Deméter
Robert Graves menciona que la apicultura llegó a Atenas a través de la civilización minoica,
donde los apicultores profesionales tenían como divisa comercial una abeja, cuyas
representaciones ornamentales nos muestran una extraordinaria belleza artística. La palabra
griega para el polen almacenado es “cerinthos”, y señala que es cretense. Otras palabras
relacionadas tendrían ese mismo origen, como “cerión”, panal de miel; “cerinos”, de cera. Y
enlaza con Cer, cuyo nombre llegó a significar, “suerte, hado” (multiplicado en Ceres,
“rencores, plagas o males invisibles”). De ese modo, según Robert Graves, Cer, Car o Q’re pudo
haber sido una diosa Abeja cretense, una diosa terrible de la Muerte en vida. Además, las
Kéres
un homónimo de la
Aristeo fue famoso por introducir la apicultura en Arcadia, no es de extrañar que su madre se
llamara Cirene. El episodio que más sorprende de Aristeo es la obtención de nuevos enjambres
a partir de reses muertas siguiendo un consejo de Proteo. De sus esqueletos se adivina una
extraña apicultura. Cuando se dice que en la edad de oro la miel caía de los árboles, podemos
entender que los panales estaban sujetos en las ramas o en troncos huecos. El que un nuevo
enjambre nazca de unas reses muertas en el caso de Aristeo, o en un león en el caso de las
abejas de Sansón, y se posen en el primer árbol, me da por sospechar de artificiosas colmenas
caracterizadas, adoptando signos que la identificarían con la realeza, al ser los animales
mencionados simbólicos reyezuelos. No deja de ser curioso que la imagen del dios Apis sea la
de un Toro, aunque desprovista en la religión egipcia de toda relación con la apicultura, por lo
que lo cito por su homonimia con Apis, abeja. Los apicultores podían demostrar su religiosidad
fabricando colmenas figuradas de diversos motivos. Cabe mencionar, como ejemplo más
moderno, un San Ambrosio patrono de los apicultores en forma de canasto colmenar.
La abeja (Apis mellifica) forma colonias muy organizadas con diversificación morfológica y
funcional que da origen a una comunidad especialmente unida entre sí. Así pues, las abejas no
se comportan como seres individuales sino que la colonia apícola forma una unidad biológica:
un organismo o sistema biológico uniforme.
La colonia habita en una colmena o panal, donde conviven una reina, cientos de zánganos y
miles de abejas obreras, ejecutando cada individuo un trabajo definido respondiendo así a una
necesidad biológicamente motivada para asegurar la existencia de ese peculiar organismo, que
bien se puede representar o idealizar con la figura de la Reina, la Madre.
La diosa Artemisa se representaba en Éfeso con los atributos de una gran madre con sus
numerosos pechos, llamando la atención la cantidad de abejas en su vestimenta. En Anatolia
se encuentra una posible Diosa-Abeja cuya descendiente fuera Diana, la reina de las amazonas.
Puede que Éfeso sea la antigua ciudad litoral del reino hitita de Arzawa. Dicha ciudad es
mencionada en las tablillas cuneiformes con el nombre de Aspasas, datada ya en el II milenio
a.C. En la palabra Aspasas se encuentra el vocablo «apis», que ya sabemos que significa abeja.
Se deduce que Éfeso recogería una tradición mucho más antigua, de cuando ese lugar era el
centro del culto a la diosa abeja. Las monedas de Éfeso del siglo VI se acuñaban con abejas
como símbolo tradicional de la ciudad.
Con estos datos, se desprende la subsistencia de una prehistórica diosa abeja, que, pasando el
tiempo, se identificaría con una divinidad femenina alada de la fertilidad, probable germen de
la Artemisa anatpiica.
Pero, hay que ser muy cautos, los expertos dicen carecer de pruebas suficientes para afirmar la
existencia de un culto a la diosa Artemisa-abeja, ni siquiera en Éfeso.
Aunque siempre queda el mito poético. Que los antiguos mencionaran que Artemisa o Diana
se apasionaba con el tiro al arco, no es de extrañar, aparte de su simbolismo lunar, la llamaron
virgen, y de sus pechos rezumaba miel y de sus flechas veneno.
El mismo Orión que fue blanco de las flechas de Diana, tuvo como padre, según un extraño
mito, a Hirieo, apicultor de oficio. De Viejo, fue visitado por Zeus y Hermes y le preguntaron
qué era lo que más deseaba. Hirieo, ya muy mayor e impotente contestó que lo que más
deseaba era un hijo. Y los dioses hicieron que sacrificase un toro, orinase en su piel y lo
enterrase en la tumba de su esposa. Después de nueve meses le nació un hijo al que llamó
Urión, “el que orina” como si derivase de ourein “orinar” en vez de ouros, la forma homérica
de oros “montaña”. Un encantamiento africano primitivo consistía en orinar en una piel de
toro para así invocar la lluvia, Y ahora, apuntaremos a la Piel de Toro para ver si encontramos
algún mito relacionado con la apicultura.
La península ibérica, para algunos rapsodas clásicos, era un lugar tenebroso donde residían
arcanos dioses, e incluso la puerta del Hades bajo llaves míticas, con la posibilidad, siempre
mitológica, de que fuera el escenario de la lucha con los Titanes.
Justino nos habla de un rey mítico llamado Gárgoris que gobernaba sobre un pueblo bastante
primitivo, pero con un divino nombre como es el de los curetes. Los curetes son seres místicos,
confundidos con los coribantes, o identificados con los cabiros, los dáctilos del Ida y los
telquines. En la tradición hay muchos nombres de curetes, pero los más reconocidos son,
Labrando, Meliseo y Pírrico. A Meliseo ya lo mencionamos, su significado es “hombre de miel”.
Gárgoris tuvo un hijo de una relación incestuosa al que abandonó a su suerte. Los animales
salvajes no le hicieron ningún daño, al contrario, algunos de ellos lo amantaron, teniendo
como nodriza a una cierva de tiernas urbes. Ese hijo se llamó Habis, y sugiere la abeja por su
homofonía con Apis. El zángano de su padre Gárgoris fue famoso por ser el primero que
inventó el uso de la miel (Justino XLIV,3 , 1,ss) o mejor, de la colmena doméstica.
“
península ibérica que sobrevivieron a la última glaciación, y a la llegada en diversas épocas de
al menos tres oleadas de colonización desde el norte de África", precisa el biólogo Fernando
Cánovas que junto a un grupo de científicos de la Universidad de Murcia ha reconstruido, a
través de un mapa genético, la historia evolutiva de la abeja doméstica (Apis mellifera
iberiensis) en la Península Ibérica, que se remonta a un millón de años
La apicultura primitiva se advierte en la costumbre que tenían los curetes de empolvarse con
yeso. Los curetes protegieron al niño Zeus cuando se salvó de ser engullido por su padre
Cronos. Lo mantuvieron suspendido de un árbol, como un panal, para que Cronos no lo
encontrase ni en la tierra ni en el cielo ni el mar. Cuando lloraba, los curetes golpeaban las
armas en sus escudos para que nadie oyese el llanto del niño. Pero, resulta, que los curetes
son anteriores a la Edad de Bronce, y no conocieron ni escudos clásicos, ni espadas y ni
siquiera falcatas. A lo mucho, sus escudos eran protectores a la manera de profilácticos, o
escudos genitales como los que se observan en las pinturas rupestres de la península. Para
más indicación, visitar el conjunto de las pinturas del abrigo de Cogull, Lleida. O echar un
vistazo al guerrero del Barranco de la Valltorta.
El cuchillo de Gebel el-Arak (3400-2940) muestra en una de sus caras un antiguo combate
contra unos personajes que llevaban puestos fundas para el pene. Esa escena se interpreta
como un conflicto entre egipcios e invasores orientales. Dada la gran antigüedad del cuchillo,
la representación de hombres armados de profilácticos, explicaría una costumbre bastante
extendida desde Iberia hasta Nueva Guinea, donde aún se mantiene debido a su primitivismo.
En los mitos, los curetes eran los compañeros armados del rey sagrado, y el chocar de sus
armas tenía por finalidad ahuyentar a los demonios durante las ceremonias rituales. Los
antiguos griegos interpretaban sus nombre como “jóvenes que se han afeitado el cabello”,
probablemente significaba devotos de Car o Ker. Un arma que gustaba blandir era como un
“sonajero” o bramadera, extraña honda que hacían girar produciendo un ruido parecido al del
viento fuerte. Instrumentos parecidos utilizaban los San del sur de África para imitar el sonido
de los enjambres de abejas (ese ritual se usaba también para invocar la lluvia). Hay una
anécdota bastante demostrativa que relata el padre Barandiaran: “Había iniciado los trabajos
de prospección en un dolmen, en el País Vasco; Ante el ruido y trasiego de gente, las abejas del
lugar se intranquilizaron y comenzaron a atacar a los trabajadores que salieron corriendo.
Una mujer de un caserío cercano, al ver lo que ocurría les tranquilizó y, acto seguido, cogió dos
piedras, empezó a entrechocarlas y habló a las abejas en euskera. Para asombro de todos, las
abejas se calmaron”.
Los curetes como dijimos, se embadurnaban con yeso, quizás, el más antiguo uniforme
apicultor que hoy en día sigue siendo blanco con preferencia para cegar o tranquilizar a las
abejas, ya que ellas se excitan con colores vivos. Robert Graves dice que los Titanes, “señores”,
podían ser Titanoi, “hombres de yeso blanco”.
La pintura rupestre más conocida relacionada con la obtención manual de miel se encuentra
en la Cova de la Aranya de Bicorp. Tiene una antigüedad mínima de 7.000 años. Aquí se
encuentran también los testimonios más antiguos que prueban la antigüedad de la cestería. La
escena que aparece representa a dos hombres (o mujeres), que trepan por una simple cuerda
o soga hacia un agujero para recoger la miel. Uno de ellos porta en la mano derecha un cesto,
como se ve en el dibujo.
En la actualidad, los recolectores de miel silvestre como los hotentotes, destruyen los nidos
después de haber matado a las abejas, sabiendo que los nuevos enjambres mantienen la
preferencia por aquellos lugares donde anteriormente se construyeron panales. Las abejas
africanas buscan los árboles llamados miombos, y los hotentotes se ayudan de pájaros guías
(Indicator indicator) que les indican dónde se encuentran los panales.
La abeja africana es una raza muy agresiva que en la actualidad está causando problemas en
América. Después de algunas mutaciones, la característica de la agresividad se exacerbó. En el
estado de Sao Paulo, Brasil, nadie puede acercarse a 100 metros de un panal de estas abejas
emigradas, pues sale el enjambre todo junto y cae sobre el animal o persona que se atreve a
molestarlas en su trabajo. En un año murieron 80 personas a causa de su picadura y no se sabe
cuántos animales morirían también.
Pero, en la vieja Europa, la abeja se domesticó desde tiempos inmemorables, incluso se puede
argumentar que las primeras formas de ganadería tuvieran que ver con las abejas. Durante el
periodo comprendido entre los 8000 y los 4000 años antes de Cristo se fue gestando la
apicultura en las civilizaciones mediterráneas. Con su propagación, el recolector de miel
silvestre dejó de ser un depredador de panales a proporcionar a las abejas un habitáculo para
que pudieran anidar y construir los panales en su interior. Despertó la curiosidad y la
admiración, llegando a ser objeto de culto, ejemplo de una república ideal, incluso el modelo
que sirvió a Licurgo para fomentar la idea de que el destino de la comunidad es más
importante que el del individuo.
De manera similar, la Edad de Oro pereció por culpa de la subordinación tribal a la
representante de la diosa abeja, o a la idea religiosa que se hizo de ella. De ser una madre que
ofrecía su pecho de miel, pasó a convertirse en una viuda negra debido a una malsana
curiosidad, una vez, que se prescindió de su preciado alimento y se destinó el tiempo a imitar a
un insecto que acepta el sacrificio de su amante. Dando origen a la barbarie que supone
sacrificar a un hombre por cuestiones religiosas, en aquellos tiempos, rituales de fertilidad que
admitían la sangre del donante de una forma que se deduce en los mitos y en las más arcaicas
costumbres matriarcales. Incluso en la Creta tan civilizada se hallaron vestigios del sacrificio de
un varón, sorprendidos los sacrificadores por la intervención de un terremoto.
La abeja reina danza en círculos en su ritual de apareamiento esperando a que algún zángano
le inocule su herencia genética. En el traspaso, el pobre macho pierde sus genitales debido a
una debilidad ventral muriendo por tal efecto.
La constancia de los sacrificios humanos es abrumadora en el transcurso de la historia. La
víctima o fharmakós expiaba los pecados de la sociedad, y además, enviaba un mensaje a las
divinidades. Tales prácticas desaparecían a medida que el patriarcado se iba imponiendo
trasformando las religiones orgiásticas.
El dios que más empeño puso para acabar con estas prácticas fue Zeus. Él mismo se libró del
sacrificio del que su padre Cronos
hizo lo mismo con su padre Urano. Aparte de todas las interpretaciones que pueda tener la
imagen de la castración de un Titán (como la obtención de muérdago que señala Robert
Graves) resulta curiosa que otra de las acepciones de “castrar” sea el hecho de retirar de las
colmenas panales con miel, procurando dejar los suficientes para que las abejas se mantengan
y elaboren nueva miel.
Culpar a la abeja de los sacrificios humanos cometidos por emular su apareamiento no fue
precisamente la actitud de los filósofos, al contrario, elogiaron sus virtudes.
La miel, dijimos, era el alimento de los dioses que pasó a ser el mejor alimento de la
humanidad.
Las propiedades curativas de la miel fueron descritas por Hipócrates quien estaba convencido
de que prolongaba la vida. Galeno describió detalladamente la aplicación del veneno de
abejas como analgésico y su utilidad como desinfectante de heridas. También estaba
convencido de que el consumo regular de miel alargaba la vida. No hubo casi ninguna
enfermedad en la que no se usaran productos apícolas, ya fuera en forma de tinturas o de
infusiones.
Pero, lo que me acucia es averiguar si un hombre podría alimentarse durante largas
temporadas exclusivamente de miel, como parece apuntar la actitud de los que vivieron en la
Edad de Oro.
El atomista Demócrito había acusado a Anaxágoras de haber plagiado a autores más antiguos,
no obstante su rivalidad contra Anaxágoras, quiso imitar paradigmáticamente el suicidio por
inanición que su acusado protagonizó.
Náucratis:
“Cuenta una historia que Demócrito de Abdera decidió, debido a su vejez, abandonar esta
vida, y prescindió del alimento cotidiano. Pero cuando se acercaban los días de las
Tesmoforias, las mujeres de su casa le suplicaron que no muriera durante la festividad, para
poder ellas celebrarla. Accedió, y mandó que le sirviesen un cuenco lleno de miel. El hombre
sobrevivió los días necesarios, consumiendo únicamente la ración de miel, y pasados esos días
se le suprimió la miel y murió. Pero a Demócrito siempre le gustó la miel, y a uno que le
preguntó cómo se podría llevar una vida saludable, le respondió que "Regando el interior con
miel y el exterior con aceite”
La misma respuesta dio el senador Paulus Romelius, en ocasión de celebrar el centenario de su nacimiento. Julio César le preguntó de qué medios se había valido para conservar tan sano y vigoroso aspecto, a pesar de su avanzada edad. La contestación fue: "Interius, mellis; extrinsecus, oleum" (Interiormente, miel; exteriormente, aceite). Mucho se ha hablado de la importancia de la miel, Plinio el Viejo la describía como “un sudor del cielo o una suerte de saliva de las estrellas”. Y de saliva va el asunto, ya que la miel es el beso entre un alado polinizador y una estrellita como es la flor que las representa, de manera que la abeja se orienta gracias a una brújula que hay en su interior. De otro de los productos de la abeja, su relación con la magia o la religión se observa en el momento en que encendemos una vela hecha de cera virgen. En la religión cristiana, hasta la reforma de la liturgia por los Papas Pío V y Sixto V, la abeja era parte de la liturgia y su supuesta virginidad era un símbolo de la Virgen María. Hasta tiene su sitio en el Corán, adornando un sura completo. La abeja se consideró diosa en una época remota, sus seguidores fabricaron templos de modelos diversos, domesticaron al insecto dándole el aspecto que más conviniera a través de la historia de la apicultura. De esa olvidada época queda el recuerdo confuso, e incluso la superstición, como bien describen los informes de Blankenhain respecto a las colmenas figuradas y canastos colmenares hechizados en la Sajonia Baja.: “El ojo abierto mantenía vigilancia sobre la colmena y ayudaba a repeler el "mal de ojo", al que se le atribuía la inexplicable muerte de abejas. ... Rituales de defensa contra magia negra, como el "mal de ojo" son conocidos por todo el mundo y datan de antaño. König describe exhaustivamente el significado de ciertas representaciones de ojos y espejos como medio de defensa contra el "mal de ojo". Los esfuerzos por proteger las colmenas contra el efecto de poderes malignos mediante especiales dibujos en ellas son conocidos extensamente. La exposición de antiguas viviendas de abejas procedentes de la isla de Creta durante el Congreso Apimondis realizado en Atenas en 1979 fue completada con un cráneo de un macho cabrío. ... De igual manera, el rostro de miedo en el frontón, la talla en madera en las antiguas casas, en iglesias, como medida universal ante el "mal de ojo" o contra magia negra... En este contexto de las máscaras de miedo como medio de protección caben también los canastos hechizados de los apicultores paganos…La mayoría de los canastos hechizados lleva un rostro, una mueca. El aspecto de las muecas se obtiene a través de rostros con ojos muy abiertos, con miradas amenazadoras o aterradas, abstracción de las facciones y pintura, pero no a través de una exagerada deformación de los rostros, como se conoce en la tradición del carnaval en la región del Tirol y en el sur de Alemania..." La devoción a la primigenia diosa estaba íntimamente ligada a la evolución de un tipo de apicultura ecológica, ligada a su vez, al compromiso por mantener una vida y un entorno saludable en perpetua simbiosis con la Madre Naturaleza, de la cual, la abeja es su más perfecta sacerdotisa. De la involución de esa creencia dan fe los hechos transcurridos bajo el mandato de la Edad de Hierro. Paulatinamente, se ha sustituido a la diosa por una Virgen que sufre viendo sufrir a su hijo. Sumidos en un descuido, que incluso Virgilio apostó por un rey de la colmena debido a un absurdo olvido. Dicen que La primera descripción de la abeja reina como hembra y productora de huevos, fue publicada en España en 1586 por Luis Méndez de Torres. Sin embargo, la abeja ya era adorada como Madre varios milenios antes de Cristo. Como anécdota, Débora, en hebreo,
demuestra el carácter de matriarca que atribuían los antiguos hebreos a la abeja. Débora
también era conocida como LLeufo, en su significado “Devoradora de Hombres”, incluida su
paridad con el carácter de Judit, pronta a sacrificar a su amante, por lo cual, lo de devoradora
de hombres se engarza con la práctica del matriarcado más salvaje. Una época, como dijimos,
que siguió a la Edad de Oro, olvidada por su barbarie, inhibida en el inconsciente colectivo por
el debido respeto al dios que expulsó al hombre del Paraíso.
En definitiva, una sociedad que viese con buenos ojos la importancia de la abeja, antepondría
los pastos y los páramos por un largo porcentaje de jardines florales. La primera calzada
romana se denominó Vía Apia por el número de colmenas que había en sus veredas. Un
apicultor decente no permitiría que la diosa abeja muriese por inanición, ni dejaría de
fomentar un verdadero Paraíso promoviendo la flor para así adornar a su verdadera Diosa.
1
con ocre rojo.
2
Este método ha sido eficaz para trazar en detalle las variaciones de ADN que ha vivido este himenóptero
desde el Pleistoceno.
3
etimológicamente Cronos se refiera a “astado” que no deja de ser una cornamenta, o una corona.
Como Titán que fue, su día asignado era el sábado, que era el séptimo día, y averiguaría que el alma de
Saturno, o su raíz principal mantiene el número siete.
Más tarde, hubo una confusión y lo confundieron con el Tiempo (Chronos), aunque no es de extrañar, ya
que fue el Señor del Séptimo Día, y por consiguiente estaba coronado al haberlo asociado al planeta
Saturno que, en aquellos tiempos, era el séptimo objeto del sistema solar visible a simple vista, y aún
mantiene su cabeza coronada con los anillos que caracterizan a este peculiar dios. Además, no deja de
ser el Señor de los Anillos.
4
ígnea. Fue desterrado de Atenas a pesar de la ayuda de Pericles, y habiéndose marchado a Lampsaco, se
quitó la vida, dejándose morir de hambre. Salió por sí mismo de la existencia a los setenta años, porque
había sido encarcelado por los atenienses, al apartarse de la opinión corriente sobre Dios."
5
Clásica Gredos, 1998; pp. 194-195.
Bibliografía: -Apiterapia, dr. Paulina Potschinkova -Los mitos griegos. Robert Graves. Artículos encontrados en la red: - El suicidio por inanición entre algunos filósofos griegos: una epojé kairótica Prof. Rubén Soto Rivera. Colegio Universitario de Humacao. Universidad de Puerto Rico. -Algunas anotaciones sobre la abeja y la miel en el mundo antiguo. P. Fernández Uriel. -Arte popular apícola.
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"Los apicultores podían demostrar su religiosidad fabricando colmenas figuradas de diversos motivos. Cabe mencionar, como ejemplo más
moderno, un San Ambrosio patrono de los apicultores en forma de canasto colmenar."
Aqui abajo, la imagen del san Ambrosio colmenar:
Aqui, la de la Cova de la Aranya de Bicorp:
Esta es la del guerrero del Barranc de Valltorta
La de Cogull
Nota: HTML editado por Silberius
La Artemisa de Éfeso, con sus muchos pechos y abejas en
su manto
En la Necrópolis de
Krissolakkos de Maílla se halló esta
famosa joya de oro
Debora en hebreo abeja, las letras hebreas no salen, se ve que las deboró
Orión debe venir del i.e. wr, guardián, y no de oro, montaña, ni del semítico or, brillante.
Ourein también puede significar la emisión de esperma, de modo que los dioses fecundaron el cuero de toro.
La forma ur se observa en Arturo, el guardián de la Osa (Artofilactes) y en Kinosura, el perro del guardián, sin descartar una procedencia semita ur=guardián como en Nin ur ta, Nimrud, Nemrod.
En Egipto Wr el grande, que se observa en Tueris (helenizado) la Hipopótamo o Cerda equivalente a nuestra Osa.
yo también me he planteado a menudo que era algo de tipo más simbólico que real,lo de las abejas naciendo del cadaver de un toro.
Interesante hipótesis. Habría que ver si las abejas tienen algún papel en los ceremoniales egipcios de la piel de toro. El rey se trasforma al morir en Orión, o esta alma real en esa alma generativa, donde le recibe el Toro.
Un plano inclinado es hecho para tí hacia el mundo inferior, hacia el lugar donde se encuentra Orión (Sahu-Horo)
El Toro del cielo toma tu brazo
(Pyr 1716 s.) Frankfort, La royauté et les dieux, Payot.
Esto muestra las verdaderas relaciones de Orión y el Toro, que no deben confundirse con las de Orión (Horo) y el Buey rojo.(Set)
Hay un interesante art. en google, Bee (mtythology) donde dice que Merope, hija o mujer de Oenopion, violada por Orión, significa en cretense ''comedora de abejas'', lo que podría aludir a la Osa. Hyreo, padre de Orión, significa en cretense colmena o enjambre. También se cita el renacimiento de Aristeo en una piel de toro (¿o vaca?)
Uma,
No conocía tu blog, Lo de las bramadreas lo insinúa Robert Graves en Los mitos Griegos, y varias veces:
2.2 del 1er tomo: "Rea tocaba el tambor de latón para impedir que las abejas enjambrasen en el lugar que no correpondía y para evitar las malas influencias, como las bramaderas utilizadas en los Misterios. Como Protógeno Faetonte (el brillador primogénito) Fanes es el Sol, del que los órficos hacían su símbolo de la iluminación...(más arriba dice: Fanes, revelador, es una abeja celestial que zumba fuertemente, hijo de la Gran Diosa )
En castilla se utilizaba una bramadera para espantar a los lobos, ese dato no te lo puedo contrastar, pero sé que es verdad.
Los datos que tú manejas vienen de una fuente de la que yo también bebo, y he ido recopilando datos durante bastante tiempo. El dato del biólogo Fernando Cánovas lo saqué de una página de la que no no recuerdo su sitio, de allí mismo encontré la anecdota del padre Barandian, Entonces no tenía intención de escribir en Celtiberia. Quizás no mencionar la página es el pecado que he cometido.
Casaualidades hay bastantes, y mágicas. Hace más de 20 de años, un grupo de amigos hicimos una asociación y le pusimos de nombre Dharma. Prácticabamos artes marciales, tai-chi. yoga etc...y pasando los años se le dió un nuevo aspecto, yo me desvinculé pero antes, ayudé a ponerle nombre al nuevo centro que se formó. Se llamó "Unitat del Moviment i Alé". "UMA", un nombre bonito y mágico, como tú Uma.
Serván
"Ourein también puede significar la emisión de esperma, de modo que los dioses fecundaron el cuero de toro".Robert
Graves disponía de un fino humor, mencionar a Orión en este artículo me
sirvió para relacionarlo con la Piel de Toro de la que Orión nace por
emisión, según el mito paralelo que señala Robert Graves.
De ese modo, y heredando el fino humor del hijo adoptivo de Deià, saco a relucir la peninsula ibérica, La piel de Toro.
Interesanteel dato que apuntas: "Hyreo, padre de Orión, significa en cretense colmena o enjambre.
También se cita el renacimiento de Aristeo en una piel de toro (¿o
vaca?)"
La
Madre de Aristeo es Cirene, relacionada con la ciudad de Cirene en
libia. Parece ser que fue fundada por gente de la isla de Tera,
Santorín. Santorín viene de santa Irene, mártir de los tiempos de
Diocleciano, su nombre pagano era Danae. La primera Danae fue hija de
acrisio y madre de Perseo. Cuando su padre la encerró en una Torre,
Zeus la preñó convirtiéndose en una "Lluvia dorada"="Ourein"
Serván, la mitología es así ,fina como la lluvia y dorada como la miel de romero.
Uma. He estado mirando tu artículo sobre el abellón. De repente, interviene Adoni, y zas! dice algo bastante interesante:
"La palabra hebrea para designar la abeja [débora], coincide con otra, [déber]: peste, plaga y también espina, aguijón.
De tal manera que en ocasiones, Oseas 13,4 ó Salmo 91,3, se puede leer "peste" y también "espina".
Incluso, el hebreo "dbr" [déber] peste, puede traducirse en ocasiones por el arameo "mwt" [mota], muerte. "
En mi artículo, se sonsaca una idea similar, basándose en el antiguo griego:
"La palabra griega para el polen almacenado es “cerinthos”, y señala que es cretense. Otras palabras
relacionadas tendrían ese mismo origen, como “cerión”, panal de miel; “cerinos”, de cera. Y enlaza con Cer, cuyo nombre llegó a significar, “suerte, hado” (multiplicado en Ceres,
“rencores, plagas o males invisibles”). De ese modo, según Robert Graves, Cer, Car o Q’re pudo haber sido una diosa Abeja cretense, una diosa terrible de la Muerte en vida. Además, las Kéres eran genios de la muerte, divinidades funestas, Parcas o Furias. Pero
ker: "corazón", era un homónimo de la kér, "muerte"
Deborah es además la ''palabra'', la palabra de Dios.
Como comenté antes, la abeja es también masculina entre los desana (descrito por Reichel Dolmatoff, cosa que le interesó a L Strauss), puede decirse que la abeja es femenina por la miel (virginal) y masculina por el aguijón, lo que la acerca al moscardón, típicamente masculino, ya que pica y deja una tumefacción (por ello su bordoneo, imitado por el trompe, es altamente erótico, así como el polvo de mosca española o cantárida).
El cuero debe ser más de vaca que de toro, la piel de Hat Hor, el cielo estrellado, donde muere y renace el sol cada día.
Tanto la abeja como la vaca celeste tienen un sentido de resurrección.
Por ello debe haberse usado la miel y la cera en el embalsamamiento, que las abejas realizan cuando entra una rata en la colmena.
Gracias Llug por tu intervención.
La bramadera, que puede ser un pedazo de tabla
con un agujero y una cuerda atada, se agita con fuerza y aprovechando
la fuerza centrífuga, produce un ruido semejante al bramido del
viento,
de ahí su nombre, de “bramar”: dicho
especialmente del viento o del mar violentamente agitado, según RAE.
La bramadera es un instrumento que utilizan los
pastores para llamar y guiar el ganado. Mencioné en el artículo que quizás la
primera forma de ganadería se relacionaba con la abeja, la incipiente apicultura.
Las abejas se comunican entre ellas por medio de movimientos
estrictamente determinados, las llamadas danzas. Con ese lenguaje se
trasmiten
la información. A su vez, emiten sonidos con sus alas, que aunque no
sea audible para las que están más lejos, se detectan por sus
oscilaciones.
De niño, en vez de bramaderas, utilizábamos una
caña. Es difícil cazar un murciélago a escobazos, pero con una caña es bastante
fácil. La caña se agita violentamente de un lado a otro, procurando que haga un
ruido similar al viento airado. Se crea un zumbido constante y el murciélago se
desorienta y va al encuentro de la caña.
En Brasil, se introdujo la abeja africana (Apis
mellifera escutellata) creando serios problemas por su tremenda agresividad. Se
acababa de este modo con los enjambres que osaban acercarse a centros urbanos:
con un ventilador, las abejas enfurecidas se estrellaban contra las aspas, y
perecían enjambres enteros.
AH! Otra curiosidad relativa a las bramaderas y
al sonido que produciría una bramadera de incipiente apicultora. Es una curiosa
semejanza. Existe un ejercicio de pranayama que se llama Brhamari (bhramari?).
He aquí la descripción que de él se hace:
"Inspirar rápidamente, produciendo el sonido del
vuelo de una abeja, y expirar a continuación con lentitud (después de efectuar kumbhaka),
produciendo el sonido del vuelo de una abeja; con la práctica de este
ejercicio, los grandes yoguis experimentan una felicidad indescriptible en sus
corazones (Hathayogapradipika, 2.68)."
Parece ser que la creencia (bastante errónea) en la boogénesis para recuperar los colmenares se ha mantenido hasta tiempos modernos; así que se basará en alguna observación de enjambres acomodados en esqueletos o restos de reses muertas; o bien de algunas abejas carnívoras como decís (o moscones, y otros insectos, confundidos con las abejas, aunque es poco probable, porque si no hacían miel...) , o bien porque aprovechan la humedad (el agua es muy necesaria también para las abejas).
Por otra parte creo que la necesidad de miel como (casi) único edulcorante posible, el aprendizaje de la apicultura con la admirada observación de la colmena, etc., el comercio de miel, las abejitas de oro, y las sacerdotisas melisas, no implican la divinización de la abeja madre (Virgilio creía que la reina era un rey).
El temor al veneno de la abeja podría estar en el fondo relacionado con la muerte de Eurídice (picada por una sierpe), ocasionada involuntariamente por el colmenero Aristeo, y el rescate fallido del músico Orfeo. Racionalizado al estilo de Evémero: una abeja de uno que tenía colmenas, picó a una vecina recién casada, que sufrió un choque anafiláctico y murió, pese a los cuidados y las súplicas a los dioses de su marido.
Alfaiome, En el artículo se dice:
"Pero, hay que ser muy cautos, los expertos dicen carecer de pruebas suficientes para afirmar la existencia de un culto a la diosa Artemisa-abeja, ni siquiera en Éfeso."
Observando los mitos más antiguos siempre sale un enjambre de abejas, la mitologia no deja de ser un cuento de gente que ya sabe escribir, es decir, se escriben las tradiciones orales por gente ya muy cultivada, y olvidadiza, como el virgilio que pinta a la reina como un rey, y a Eneas navegando hasta Roma. Cuentos.
La colmena ejemplariza bastante bien el matriarcado, observandola atentamente, y creo que los hombres de la edad de piedra eran buenos observadores, eso implicaba su supervivencia. Eso nadie lo puede negar. Ni siquiera Virgilio, ni los mitos que son detritos de comedores de pan y bebedores de vino.
Salud.
La necesidad de la miel como edulcorante o como potencial alimento?
En una sociedad civilizada(?) la miel puede ser un lujo edulcorante... pero para un recolector es una fuente digna de alimento.
Nos iremos a América para ver si se diviniza o se relaciona divinidades con la Abeja Maya
salvados de la terrible e implacable sed de destrucción, se destaca el
Tro-Cortesiano.
aspectos mitológicos y calendáricos sino también de muchos aspectos y cosas de la vida diaria, con escenas de
la vida religiosa y civil de aquel pueblo tales como agricultura, plantas y sus usos, pagas de langosta, música,
caza, ceramica, ceremonias. Este códice tiene una sección claramente dedicada a la Meliponicultura,
correspondiente a las últimas páginas, de la 103 a la 112, es decir le 10 de sus 112 páginas estan dedicadas a las
abejas, la miel y deidades relacionadas con ella, y se cuentan fácilmente cerca de medio centenar de imágenes
de abejas. La gran profusion de imágenes de abejas, deidades y símbolos relacionados con la ella, con la miel y
los nidos o colmenas hacen suponer que en este códice se encuentra un verdadero tratado de meliponicultura
maya." leer más...
Sobre a fotografía de arriba:
Canasto hechizado, probablemente del siglo XIX. Propiedad de la Apicultura Holtermann/Brockel
Esta figura de aproximadamente 2,6 metros de altura y con un peso de
una tonelada y media en un tronco de roble fue tallada delante de la
Ópera de Nuremberg durante el invierno y primavera del año 2003 y
gracias a una grúa fue colocada en el monte Drachenfels. En la época de
Semana Santa de ese mismo año un enjambre de abejas de procedencia
desconocida en la búsqueda de nueva vivienda encontró el orificio de
entrada y entró a la figura colmenar. Desde ese entonces miles de
visitantes ha tenido la oportunidad de conocer la vida de una comunidad
de abejas a través de un vidrio colocado en la parte posterior -
independientemente de la estación de año.
Pondré la imagen abajo
"En realidad, yo quería deponer una comunidad de abejas de crianza
propia en esta colmena, pero un enjambre silvestre fue más rápido y
“ocupó“ la figura. El enjambre paseó cómodamente por la calle del
Drachenfels cerro arriba, dio una vuelta de honor a una pradera con
árboles frutales y entró definitivamente a la colmena." leer más
Aqui abajo dos demonios
El pequeño Adolf
Y ésta es la que más me gusta
Hola Atzavara:
Por si puede servir para algo, hay alguna explicación sobre los nombres
mitològicos, desde un punto de vista eitmològico y lingüístico:
Ceres, del cual pueden derivarse tanto la cera, producto de la abeja, y
el cereal, creo que tiene que ver con una raiz "cer/ser", con el
sentido de ''cerrar'', ''cercar'', es decir envolver, limitar, de forma que
la cera venia a ser las paredes que limitan la colmena y las celdas, a
la vez que también los cereales son granos, semillas, envueltas por las
espigas. De aquí que el primer "ceral" fuera los granos de polen que
las abejas guardan en las celdas, y que luego fuera transferido al
nombre genérico de los cereales.
Sobre las diosas madres que decir si su nombre ya lo dice todo:
Di-ana, la diosa hembra, De-meter, la diosa madre, etc.
Sobre "apis", el nombre de la abeja habria que relacionarla con el
prefijo "ab-", con el sentido de extraer hacia afuera: ab-solver,
ab-dicar, ab-stracto, etc. Quizás le fuera aplicado ese nombre por su
capacidad para libar el néctar de las flores. Ese néctar que despues,
con una crianza en las bodegas de los panales, se convierte en miel. Si
ap-is tuviera como segunda raiz "-is", aunque bien pudiera ser un
simple morfema, podria tener que ver con "is", de salir, fluir, quizás
porque de la boca de la abeja sale la miel, la cera, y por su aguijón
el veneno, productos todos de alto valor biológico.
El dios Cronos, con su referencia a Corona, puede tener que ver, al
igual que los "curetes", a aquello que envuelve, que rodea, ya que
"cronos", el tiempo, nos envuelve y es imposible salirse de él. Como
cronos tenemos palabras de la raiz "cor", como "coro", ya que los
kuretes eran jóvenes que actuaban en coro, y que bailaban en coro y de
aquí la "coreografia", o arte del baila en ruedo, en coro. Que decir
sino de la corte, de la corteza, del cuero, de la coraza, o incluso del
corral.
Así podriamos ir repasando nombre a nombre i ir encontrando tantas
similitudes entre los nombres antiguos, sean de personas o dioses, y
las cosas más cotidianas de nuestro léxico.
Todo salvo error o omisión, ya que de humanos es errar.
Kronos, como Kerunos, puede tener relación con corona, cuerno, en un sentido fálico, pero no Chronos.
En hebreo cuerno es qeren y tengo la duda si el nombre de Kronos es más semítico que i.e.
de todas ,no sé si la apicultura sería la primera forma de domesticación de animales;
en el artículo que citas,muy interesante de Fernandez Curiel,se dice lo siguiente.
“…No debió ser practicada en el Oriente Próxinno, o, al menos, carecemos
de pruebas que lo confirmen. Sólo raras veces los textos babilónicos
aluden a la miel (LAL: sumerio, DÍSPÜ: acadio-babilónico) y cuando hacen
referencia a la misma, suelen referirse más bien, a miel fabricada
con jarabe de dátiles, de hecho la documentación indica que la apicultura
no se introdujo en el Oriente Fértil hasta una época muy avanzada (Sonden,
W. Von, 1987; 114) ....”
al meno en orientepróximo parece que fué así;claro,a lo mejor en Asia menor y los balcanes etc fué de otra manera.
Alfaiome,en el mismo artículo de Fernandez Curiel se habla también de la relación de la abeja con la Artemisia de Efeso, diosa de la naturaleza y los animales;y de la posibilidad de que en algún momento hubiera una diosa abeja. no puedo opinar sobre esto,pues tampoco he leído los libros de MGimbutas;
pero lo que si parece por es que diosa o no,si tuvo un papel importante en la vida religiosa,como se deprende de su inclusión en cultos etc.
en el artículo que hice sobre el abellón," cito un ejemplo que pone Alonso Romero una costumbre en la zona de los balcanes que puede venir desde la antiguedad.
P.D
No puedo evitarlo ,pero la máscara del "pequeño adolf"me revuelve el estómago y no sé con qué eintención fué hecha.y la de Sigfrido con la sangre símbolo de vida,en determinado contexto,también.
Dice L-Strauss que en América hay unas 700 especies de abeja -debe ser habían, pues muchas se habrán extinguido, como la mapuche- y que considerando las que producen grandes cantidades de miel, son casi todas melipónidas, que no pican pero sí molestan algo
-de estas abejas he probado una miel oscura y muy agradable- según L-S comen también sustancias de origen animal; Bates dice que consumen savia y cacuca de aves; según Schwartz néctar, polen, carroña, orina y excrementos, que su miel es oscura, que es afrodisíaca, pudiendo ser embriagantes e incluso tóxicas, como la de avispa sissuira,quizá por alimentarse de flores venenosas. Que hay panales fabricados yotros de troncos huecos y aún de hoyos en la tierra. Que la miel de las avispas produce una excitación de carácter alegre
Uma, La relación de las abejas con las reses sacrificadas, es más bien el uso de su simbolismo. Es bien probable que la colmena fuera figurada. En #30 se ve una colmena que bien podría servir de modelo, si esa figura llevase cuernos, a los ojos de un cristiano sería un demonio, pero para un apicultor pagano tendría otro significado.
En otro mito, Jasón y los argonautas, la res sacrificada es enterrada dejando que sobresalga los cuernos, las abejas naceran de esos cuernos.
Los cuernos son símbolo de la realeza, al menos en épocas antíquisimas. Es la corona del animal, y se relaciona, claro, con la luna.
Hay antecedentes, en el mediterraneo:
"La exposición de antiguas viviendas de abejas procedentes de la isla de Creta durante el Congreso
Apimondis realizado en Atenas en 1979 fue completada con un cráneo de un macho cabrío."
No es necesario seguir con la "Biogenesis" a partir de restos de animales, poco probable, siendo verdad que la especie de abeja que conocemos difiere poco de hace un millón de años.
En
cuanto a la apicultura, para muchos historiadores se remonta al año 2.400 a.C.
en el antiguo Egipto, mientras arqueólogos italianos localizaron colmenas de
barro en la isla de Creta con una edad aproximada de 3.400 años antes de
Cristo.
De
cualquier forma hasta donde se tienen registros, la miel ya era utilizada desde
el 5.000 a.C. por los Sumerios.
Lapurdi, gracias por compartir tus observaciones.
Del mismo modo que la edad media y la época de las reconquistas suponen un hito historico, con personajes idealizados como Jaume I, Ausias March, etc... Las antiguas civilizaciones provenían de una época que ellos gustaron lalmar Edad de Oro. Sus dioses nacieron, y fueron idealizados una vez murieron. Eran sus antepasados, y estos vivieron en la edad de piedra. Al referirse a ellos dicen que se alimentaban preferentemente de miel.
La pintura de la cueva de la aranya de Bicorp lo atestigua, para nosotros, esos personajes no son dioses, sino unos primitivos. Pero no hay duda de que fueron idealizados.
Puede que la apicultura que realizaron no tenga nada que ver con la clásica. De hecho, la moderna apicultura sólo tiene un siglo.
De ser un depredador de panales (sin embargo, persona con un gran conocimiento de las abejas) a tenerlas de aliadas va un pequeño paso. Por mi parte, no creo que fuera tan dificil. Ahora sí, hay que tener pruebas, sino es así, es dificil admitirlo.
También me parece que la relación de las abejas con las carcasas debe ser de orden mítico, muerte y resurrección, y no real, ya que las abejas son muy escrupulosas en la higiene y no aceptan suciedades ni aguas que no sean límpidas.
Esto dice Fernando Calatayud en Historia de la
Apicultura:
“De todas formas, la actividad recolectora todavía
persiste en la actualidad en algunas sociedades primitivas. Los cazadores de
miel del Himalaya que recogen enormes panales de miel y cría de la raza de
abejas silvestres Apis laboriosa, la abeja de miel más grande que se conoce
(las obreras de esta raza son más o menos como los zánganos de la abeja nuestra);
o los cazadores de Borneo y Sumatra que recogen la miel de las abejas silvestres
como hace 12.000 años. Pero también en la Comunidad Valenciana, se ha practicado
la recolección hasta hace bien poco.
Según
relató Hernández Pacheco, durante la documentación oficial de las pinturas de
la
Cueva de la
Araña en 1.920, pudo ver cómo gente de la zona subía por las paredes
rocosas de
los barrancos de Bicorp para coger los panales de los enjambres silvestres.”
Quizás,
hasta el otro dia, mi abuelo era un recolector, pero siempre creímos que era un
apicultor.
De estas famosas pinturas, se puede deducir también, que los apicultores recogen el panal para darles un nuevo hogar, que seguramente es lo que haría mi abuelo.
“Donde debió tener mucha importancia también fue en Asia Menor. Allí, en el siglo VII a.C:, un gobernador, Asmas-res-hu-ussur, en el Éufrates Medio, se jacta de haber introducido la cría de abejas ([6])”
“En un principio los egipcios recolectaban la miel y la cera silvestre, que
iban a buscar a lugares lejanos. Este debió ser un oficio muy antiguo,
que gozaba de la protección real: los cazadores de miel, junto con los
recolectores de resina de teberinto eran protegidos por los arqueros del
faraón cuando marchaban en busca de estos productos a los «Uadis»,
lejos del valle del Nilo”
sobre la relación toro abeja esta cita interesante de Alonso Romero en el artículo sobre el abellón.
Es interesante que ,al cabo de tanto tiempo perviva esa relación.
dos fotos chulas
Creo que puede venir a cuento esta
cita de una crónica medieval. Según entiendo, guarda curiosas similitudes con
el mito de las abejas (en este caso avispas) saliendo de un cadáver, si bien en
esta ocasión se trata del santo cuerpo
de Sant Narçis de Girona.
“…En esti año (1297) fue otra
vegada presa Alvarrazin por el dito rey don Jaime (Jaime II de Aragón). Et fue la del Coll de Panizares con el rey
de Francia cuando fueron los franceses sobre Girona et fueron vencidos, et alli
demostro Dios su grant milagro por amor de Sant Narçis de Girona que salieron vispas de su santo vaso do yaze el
su santo cuerpo et matavan a los cavallos et fueron vencidos todos et murio
su rey.”
Crónicas de los Jueces de Teruel (1176-1532)
Fernando López Rajadel. I.E.T., Teruel, 1994.
Saludos.
Más información en esta página:
http://www.pedresdegirona.com/Castella/separata_sant_narcis_1_es.htm
Otras crónicas, como las aquí
recogidas, las llaman moscas, si bien las descripciones no se corresponden y sí,
más, a abejorros. También existen xilografías antiguas (supongo que del siglo
XVII), que representan los insectos. Tal vez alguien sepa subir esas imágenes.
Entresaco algunos fragmentos de esas crónicas del “milagro de Sant Narçis”:
“Bernat Desclot explica así la
derrota de las huestes francesas (Crónica, CLX, "De la pestilencia
que las moscas que Dios envió sobre los franceses"): [...] y nuestro
Señor por otra parte, quien en todas las ocasiones ayuda a los humildes y
castiga a los orgullosos, envió encima de aquella hueste pestilencias, y
enfermedades, y hambre y toda clase de malas venturas. Pues primero les envió
pestilencias de moscas que había tantas que ni en todo el mundo se habían
vistos tantas juntas; y eran moscas tan grandes como una bellota, y entraban por las narces de los caballos y seguían por los sesos, que
no valían mantas, ni cobertores de cuero, ni ningún ingenio que hiciesen, que
se lo pudiese impedir; y entradas que eran por uno de los lugares que se han
dicho antes, no había caballo tan fuerte ni tan poderoso, que inmediatamente no
cayese al suelo muerto y frío, así que murieron en aquella hueste, por aquellas
moscas, cuatro mil caballos de precio y veinte mil de los otros, dado que ni la
plaga que Dios envió en Egipto al rey Faraón no pudo ser mayor que ésta. Y
luego Dios envió sobre las gentes de aquella hueste diversas enfermedades y
mortaldades, así que un tercio de aquellas gentes tan grandes, y especialmente
de los condes y de los barones, morían de diversas enfermedades que Dios les
daba, que no había remedio, tantos morían todos los días. [...] y murió el rey
de Francia y los otros fueron desbaratados y disueltos, según explicaré.”
“Enric Mirambell
comenta que, pocos años después, el autor de los Gesta Comitum
Barcinonensium, escribía: Atacando la iglesia de San Félix destruyeron
el cuerpo de San Narciso, que era tenido en gran reverencia por los habitantes
de esta tierra; y muchas otras relíquias de santos fueron desmenuzadas y
esparcidas con gran irreverencia; a causa de estos hechos ocurrieron mas tarde
infamantes calamidades. Según el autor, éstas injúrias encontrarían el
castigo en la multitud de moscas que describe que eran en parte negras,
en parte verdes y en ciertas partes de sus cuerpos mostraban un color rojo.
Eran tan venenosas que no podían tocar ningún caballo o jumento que no quedase
muerto en el acto; porqué la mayor parte de los caballos del ejército morían
víctimas de esta plaga, así como infinidad de bestias de abasto. Eran tantos
los cadáveres de animales y hombres que el aire quedó infectado de mal olor y
de putrefacción; por causa de una tal infección muchos nobles franceses, condes
y barones, otros caballeros y una infinidad de hombres de infanteria causaron
baja en el ejército por muerte súbita [...] Esta misma pestilencia afectó
también al rey francés.
Esta defensa del patrón
de la ciudad se repetiría siglos más tarde, con la salida de unas moscas
extrañas del sepulcro del santo. El llamado "milagro de las moscas"
tiene un transfondo histórico, aún cuando no fue comó lo presentan algunos
cronistas cronológicamente alejados de los hechos, ni como la tradición popular
ha querido que fuese.”
Gracias Uma por el fantástico video.
El cazador de enjambres
se vale del engaño. Tanto químicamente, por las feromonas, o por el
color vistoso, se pueden atrapar enjambres. Y tocarlos, ya que cuando
un enjambre busca donde anidar suelen llevar la casa a cuesta. Es
decir, llevan parte de miel y de cera de su panal o colmena de origen,
y no suelen picar pues eso significa su muerte y el aporte que llevan
es necesario para montar la nueva colonia.
Ahora, el ataque a la
orquidia responde a una maniobra química, y ellas son muy sensibles a
las feromonas, de hecho, la reina se comunica con el resto por esa
maravilla química.
Respecto a la antiguedda de la apicultura de colmena fija:
"mientras
arqueólogos italianos localizaron colmenas de
barro en la isla de Creta con una edad aproximada de 3.400 años antes
de
Cristo." Los cretenses y su talasocracia son suficientes para inundar
el mediterraneo de leyendas y misterios. Ellos son los padres
espirituales de Grecia.
Lo
que significa que el término "incipiente apicultura" es mucho más
esquivo a la hora de datarlo, es un paso entre el depredador de panales
al interesado en que el enjambre anide a dónde más interese.
Cadwaladr. Curiosa la historia de Sant Narcís.
No hay que descartar la posibilidad de que un enjambre anide, o se pare
en un esqueleto. Si buscara la cavidad, como suelen hacer, la craneal
es la indicada. El de un animal más grande como la res sería viable,
aunque prefieren las alturas.
Me contó una historia mi abuelo de hace muchos años:
En la casa de campo tenian un fanal decorativo hecho de calabaza
vinatera, bastante grande y con forma de cabeza, con sus ojos y boca
sonriente. Se le implantaba una vela y servía de farol en la
marquesina. En un momento dado, un enjambre invadió el fanal, y obturó
los ojos, dejando parte de la boca como entrada.
Mi abuelo transportaba el extraño panal hasta el sitio más conveniente,
dependiendo de la calidad melífera de las flores, es decir, era una
miel de continuidad o monofloral.
Cuando recolectaba la miel, estropeaba la comena (la sacrificaba), pero
siempre tenía una dispuesta para que la colonia no pereciera, y no
perece si se respeta a la reina y a sus crias, y se les da un nuevo
hogar.
A mi abuelo le hizo gracia lo de la calabaza, y siempre tenía un
arsenal preparado, ya que las cultivaba procurando que adoptasen las
formas que más le conviniera.
Además, si había algún enjambre rebelde que no se estaba quieto, le
cortaba las alas a la reina para que se quedase en el sitio designado.
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