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CáCERES Varias localidades
15 de nov. 2005
Clasificación: Otros
Información mantenida por: jugimo
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MOLINOS DE AGUA EXTREMEÑOS
Con este Poblamiento queremos hacer una pequeña aportación para que se conozcan un poco mejor estas industrias tradicionales extremeñas, actualmente abandonadas, destruidas y expoliadas.
El molino hidráulico harinero surge por primera vez en época romana en sus dos variedades: de rueda horizontal y de rueda vertical.Sin embargo, no fue hasta la Edad Moderna cuando el molino de agua alcanzó su máxima expansión, mantenida hasta mediados del siglo XX, cuando el desarrollo tecnológico le robó protagonismo.
Los molinos de agua cuya disposición de la rueda o "rodezno", sobre la que actúa la fuerza hidráulica de los ríos, es la horizontal, fueron los más habituales en Extremadura. Sus ruinas son los testigos mudos de un pasado agrícola que tuvo una floreciente industria harinera.
El Diccionario Geográfico de Pascual Madoz (1845) menciona la existencia de estos molinos en 148 poblaciones con un total de 788 ejemplares. Así, al referirse a las cercanías de la ciudad de Cáceres, afirma que «hay también algunas lagunas o charcas destinadas al movimiento de máquinas y para abrevadero de los ganados. Son las principales las denominadas: Charca de Topete, en la dehesa de Espaderos, a distancia de legua y media; la de la Generala, en la dehesa Zafra, a dos leguas y media; la de la Aceituna, en la Sierra de San Pedro, a cinco leguas; la de Palomares, en la misma Sierra, a seis; la de Los Barruecos, en la Zafrilla, a dos leguas; la de Lancho, en el mismo baldío, a dos y media; y la de Aguas Vivas en la ciudad de Cáceres, que se halla destruida».
Se trata normalmente de edificios de una sola planta, de muros gruesos y muy resistentes, realizados con cal y canto, ante el riesgo de posibles avenidas fluviales,y de bóvedas de ladrillos con la típica "forma de pez" en el centro.
Los elementos son todos de madera, excepto las muelas o piedras y el rodezno metálico.
Cuando los ríos son de caudal permanente toman el agua de una derivación lateral del cauce, pero si en verano los ríos o arroyos reducen su caudal se realiza un azud o "pesquera" desde donde sale un canal hasta el cubo. En otros casos,cuando los arroyos se secan totalmente en verano, el grueso muro de una presa embalsará agua suficiente para moler todo el año.
Cómo llegar y horarios
Algunas poblaciones con molinos en la provincia de Cáceres:
Cáceres capital, Malpartida de Cáceres, Arroyo de la Luz, Navas del Madroño, Brozas, Villa del Rey, Alcántara. Arroyomolinos de Montánchez, Alcuéscar, Trujillo, etc. Los cauces fluviales de las comarcas de Las Hurdes, La Vera y Las Villuercas.
Algunas poblaciones con molinos en la provincia de Badajoz:
Mérida, Medellin, Llerena, Fuente de Cantos, Olivenza, Zafra, Jerez de los Caballeros, etc.
La concentración de molinos harineros del río Ortiga entre La Haba y Quintana de la Serena. Otros muchos ejemplares localizados en los principales afluentes del Guadiana, como el Gévora, el Lácara, el Aljucén, el Ruecas, etc.
El poblamiento fue geoposicionado por jugimo.
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Ha salido la palabra “aceña” y no sé si todo el mundo la conoce; conviene aclarar que es el nombre del molino que tiene rueda vertical, de los dos que se expusieron al cominezo.
Hace una semana, pusieron en televisión un reportaje sobre la recuperación de los molinos medievales que están llevando a cabo en Inglaterra pero no para el turismo sino para producir harina, que se vende, como producto ecológico, a buen precio. Además, un molinero exponía la ventaja de que con muela de piedra el trigo no pierde vitaminas, que sí desaparecen cuando el molino es metálico. ¿Veremos en España este resurgir?
Aunque se han usado hasta hace poco, los molinos son testigos materiales del devenir humano desde hace muchos siglos. Al contemplarlos nos igualamos a nuestros antepasados ya lejanos. Por eso veo que es un tema muy apropiado para Celtiberia.net.
Aparte de harina y aceite, como se ha dicho ya, los molinos de agua tenían otras producciones:pimentón, chocolate, papel, batido de lanas y movimiento de martillo.
En la obtención de harina, la cifra de 788 que da Madoz debió ser aún mayor ya que, en algunas de las ocasiones en las que se cita simplemente la existencia de molinos harineros en algunos pueblos no precisa la cantidad.
Como puede ser ilusorio que muchos celtíberos aporten de primera mano datos estadísticos de las distintas zonas extremeñas, entonces, con permiso, voy a añadir aquí una información complementaria, extraída del trabajo que realizó García Rueda para la revista “Alcántara en 2002.
Madoz menciona en cuatro ocasiones algunas presas molineras típicas de Extremadura. Aparte de las ya citadas por jugimo en la inicial descRIPción del “poblamiento”, en Trujillo señala que «la charca de Runel, tiene cuatro molinos; la charca de Matarratas tiene dos molinos; la Albuera surte a tres molinos». Por su parte en la provincia de Badajoz, en el término municipal de Zalamea el río Ortiga da movimiento a 10 molinos harineros y en Feria están «la charca o Albuhera y la Parra; en los puntos llamados la Madre y el Aventadero hay varios molinos». Anteriores a 1800 y de las que no se hace eco Madoz son: Arce de Abajo, Arce de Arriba, Arroyo de la Luz, Casillas I, García, Vegas Altas, Casabaya y Castellar (las ocho con 1 molino); Casillas II y Molino de Cabra (las dos con 2 molinos) y el Estanque de Guadalupe (con 4 molinos). Al menos uno de los molinos forma parte del cuerpo de la presa. Siempre se construyeron con simple mampostería y el agua accedía a ellos a través de compuertas abiertas en los muros de las presas; en estos casos no hacía falta construir un canal para conducir las aguas.
La climatología extremeña no favorece la existencia de corrientes permanentes de agua, por lo que algunos molinos eran de parada durante una temporada, la de verano. No se deben confundir estos molinos de parada con aquellos que Madoz indica que tienen una serie de paradas; En éstos, el término “parada” equivale a rueda para moler.
En las aceñas la colocación de la rueda sobre la que actúa la energía de las aguas de los ríos es vertical a su cauce, la cual a través de un sistema de engranajes imprimía el movimiento sobre el eje de las piedras de moler. Solían constar de dos plantas: en la inferior se ubicaba la maquinaria y en la superior la sala del molino. Aunque no fueron muy abundantes en Extremadura sí hubo una cantidad considerable repartidas entre dieciséis núcleos de población, todos ellos de la provincia de Cáceres. El Diccionario de Madoz hace referencias a ellas del siguiente modo: Acehuche (4); Berrocalejo de Abajo (5); Cañaveral (2); Ceclavín (5); Cedillo (1); Coria (2 en el Alagón); Garrovillas de Alcónetar (6); Hinojal (2); Peraleda de la Mata (3); Portaje: (1); Riolobos (1); Romangordo (1); Santiago de Carbajo (3); Serradilla (5); Talaván (1); Torrejoncillo (2 en Ribera de Fesnedosa). Se situaban en pueblos por cuyos términos cruzan los ríos más caudalosos de la provincia, Tajo y Alagón, excepto la aceña de Torrejoncillo, movida por la ribera de Fresneda. La razón principal de esta ubicación es el consumo de mucha agua en su funcionamiento, lo cual además explica que las aceñas son más escasas que los molinos.
En lo que respecta a la producción de aceite, Madoz da los siguientes nombres a los artefactos utilizados en Extremadura: molinos, lagares, prensas, vigas y, en una sola ocasión, máquina. Sorprende que no mencione estos ingenios ni una sola vez el nombre con el que son más conocidos, almazaras. Aunque molino y lagar son dos construcciones diferentes en el Diccionario de Madoz parece que se utilizan como términos sinónimos. Y la viga es un tipo de prensa. De los 162 núcleos de población que tenía la provincia de Badajoz en aquella época el Diccionario de Madoz recoge noticias de que en 47 de ellos había al menos uno de estos artefactos. En la alta Extremadura, de sus 226 poblaciones estuvieron presentes al menos en 114.
De los molinos hidráulicos de aceite, Madoz menciona su existencia en 22 poblaciones extremeñas con un total de 57 ejemplares. Sin embargo esta cifra debió ser aún mayor ya que, en algunas de las ocasiones en las que se cita simplemente la existencia de lagares en algunos pueblos no precisa la cantidad. Las poblaciones que indica Madoz, con el número de molinos de aceite, son: Abadía (2 con dos vigas); Aceituna (3 con una viga); Alcántara (1); Aldeanueva de la Vera (3); Aldeanueva del Camino (2); Almoharín (5); Cadalso (6 lagares); Calzadilla de Coria (3); Casas del Castañar (3); Coria (4); Garganta la Olla (2); Marchagaz (1 con viga); Mohedas (3); Piornal (2); Portezuelo (1); Santa Cruz de Paniagua (2); Santibáñez el Bajo (1); Santos de Maimona (4 lagares); Serradilla (1); El Torno (2 lagares); Trevejo (varios lagares) y Villa del Campo (6).
Están construidos de piedra granítica y su esquema hidráulico es similar al de los molinos harineros de rodezno.
En cuanto a las prensas, el prensado de la pasta de aceituna, para obtener orujo, ha estado íntimamente ligado a la molienda para aceite. Cuando menciona los sistemas de prensado, Madoz lo hace, en la mayoría de las ocasiones de manera general; pueden ser de viga o hidráulicas.
Las prensas de vigas, a su vez, pueden ser de dos tipos: de viga y de quintal. La primera variedad data del siglo I a. de C. y está basada en una palanca de segundo género que se mueve con un husillo de madera enroscado en la misma viga. Por su parte la segunda fue desarrollada a finales del siglo XIX, por lo que dificilmente las referidas por Madoz pueden ser las de este tipo.
De las prensas hidráulicas, ideadas en 1796, Madoz solamente menciona una, al referirse a Plasencia.
Los molinos de pimiento tenían la función de elaborar una de las especias más típicas extremeñas, el pimentón. En algunos pueblos «los molinos de harina sirven también para moler el pimiento». En 1860 había los siguientes movidos por agua: Aldeanueva del Camino (9); Aldeanueva de la Vera (3); Aliseda (6); Collado (2,); Jaraíz de la Vera (10); Jarandilla (9); Losar (7); Robledillo de la Vera (1) y Villanueva de la Vera (7).
Madoz menciona molinos de chocolate en: Alburquerque (1); Cáceres(5) y Coria (1). En 1860 había en: Cáceres (1); Garrovillas (1); Logrosán (2); Hervás (5); Plasencia (3); San Martín de Trevejo (2); Trevejo (1); Trujillo (1) y Zarza la Mayor (1).
Los batanes se utilizaron para desengrasar y comprimir los paños de lana. El trabajo de los batanes requiere un gran esfuerzo físico, lo que hizo que se acudiera a la energía hidráulica para hacerlos mover. Una rueda con un eje y unas levas levantaban y dejaban caer unos mazos para golpear las pilas de paños.
Madoz da noticias de la presencia de un total de 39 batanes en toda Extremadura, en 19 núcleos de población, citando: Berrocalejo de Abajo: (1); Cáceres: (2); Casas de Millán: (1); Coria (3); Don Benito: (1); Garrovillas de Alcónetar: (3 en el Tajo y 2 en el arroyo Morisco); Guadalupe: (1); Hervás (5); Hinojal: (1); Jaraíz de la Vera: (1); Portaje: (1); Riolobos: (1); Romangordo: (1); Torrejoncillo: (3); Torremocha: (1); Valdehuncar: (1); Valencia de Alcántara (2). y Villa del Campo: (2). En 1860 bajaron a 23 batanes en 18 poblaciones.
Los martinetes fueron unos ingenios análogos a los batanes; empujaban un pesado martillo sobre un yunque. El único ejemplar perteneció al Monasterio de Guadalupe y trabajaba el cobre.
En Trujillanos, el conde de Campomanes en el año 1773 mandó alzar un molino de papel movido por energía hidráulica.
Todos estos datos se refieren a molinos movidos por agua. He dejado a un lado los movidos por viento, animales o brazo humano.
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