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A CORUñA Mañón
28 de jul. 2007
Clasificación: Dolmen
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Un camino prehistórico: Camiño dos Arrieiros
Este itinerario del camiño dos arrieiros continúa en NECRÓPOLIS DE PENA BRANCA.
Una pequeñísima parte de este trabajo ya había sido esbozada en el poblamiento sobre Forno dos Mouros cuando adelantamos que existió un camino prehistórico jalonado de túmulos que discurría por lo alto de la divisoria llamada Serra da Faladora (A Coruña) uniendo As Pontes de García Rodríguez y el puerto de Bares.
En este otro vamos a presentar con detalle un tramo de su recorrido perteneciente al ayuntamiento de Mañón. Se sitúa en la Serra da Faladora bordeando los túmulos 32 (Forno dos Mouros) a 40 de la clasificación tumular de Maciñeira, que es la que venimos empleando. El tramo en cuestión es particularmente interesante por conservar todavía todos los túmulos descritos por el autor, y por incluir, además del megalito estudiado, la necrópolis de Pena Faladora, el redescubierto menhir de Pena Faladora y el Cristo da Faladora, posible ortostato reutilizado chantado sobre un túmulo.
El texto de referencia es la obra de don Federico Maciñeira y Pardo de Lama, Bares. Puerto hispánico de la primitiva navegación occidental, ed. de F. Bouza Brey, Santiago de Compostela, CSIC e Instituto P. Sarmiento, 1947.
Inexplicablemente, la teoría del autor que sostenía la datación prehistórica del llamado Camiño dos Arrieiros se ha obviado constantemente y la cronología medieval es la propuesta para esta vía de comunicación. Sin embargo Otero Vilariño (1) nos lo recuerda de nuevo en su estupendo proyecto de recuperación de otro tramo del mismo: "es conveniente llamar la atención sobre la coincidencia existente entre el emplazamiento de determinadas necrópolis tumulares, y el paso de vías naturales de tránsito y aún caminos tradicionales. El Camiño dos Arrieiros, jalonado de diversas necrópolis a lo largo de las sierras de Faladora y Coriscada, es un ejemplo pertinente al respecto". Más adelante, en el apartado subtitulado “Caminos ¿megalíticos?”, continúa así: "Aunque no se puede afirmar con certeza que en efecto estemos ante un camino prehistórico, de adscripción al menos neolítica, sí constatamos algunas circunstancias singulares: en efecto, el camino zigzaguea entre las diferentes necrópolis tumulares de la sierra, incluso manteniendo una estrecha relación entre tránsito y emplazamiento tumular. Tanto es así, que las principales ramificaciones que desde el Camiño dos Arrieiros descienden a los valles y la costa de Ortigueira, están casi sin excepción jalonadas por la presencia de necrópolis tumulares". Repitiendo los mismos argumentos de Maciñeira.
El tramo de camino puede seguirse sin dificultad ya que con la excepción del menhir todos los hitos señalados son visibles entre sí y el recorrido no llega a los dos kilómetros: Forno dos Mouros-Cristo da Faladora-Menhir de Pena Faladora-Necrópolis de Pena Faladora-Túmulo 40.
Muy cerca de los túmulos 32 y 33 descritos en Forno dos Mouros se encuentra el túmulo 34 sobre el que está chantado un cruceiro monolítico de pizarra que alcanza unos 2 m de altura. Se conoce como Cristo da Faladora o Cruz de Alvar González y "parece simbolizar de manera harto expresiva en aquellas desoladas alturas, el triunfo del cristianismo sobre los primitivos cultos paganos. ¡Hasta sería probable que la gran pizarra de que fue recortado procediese de la cubierta de alguno de los cercanos dólmenes!" (pág. 55 de la obra citada de Maciñeira). Es el único cruceiro gallego sobre túmulo megalítico.
Cristo da Faladora. Al fondo y junto al segundo aerogenerador de la izquierda se sitúa la torreta del repetidor de TV y otras instalaciones anejas a la necrópolis de Pena Faladora.
La acusada intervisibilidad entre los hitos de la ruta se pone de manifiesto en la siguiente imagen capturada con Google Earth:
Referencias: desde el desvío a Rediz (km 15.5 de la AC-101) nos acercamos a los dos túmulos que describimos en Forno dos Mouros. Siguiendo por la AC-101 hasta el km 16.5 nos detenemos ante una caseta de piedra tras la cual sale un camino de tierra que en unos 100 m nos lleva al túmulo del Cristo da Faladora (también podríamos aprovechar otro camino que, partiendo de frente desde la caseta, nos conduciría al Forno dos Mouros). Al norte se sitúa la necrópolis de Pena Faladora. Al este de todos estos túmulos y siguiendo la dorsal transcurría el camino prehistórico.
Desde el Cristo da Faladora se puede intentar llegar a la necrópolis siguiente a pie por el antiguo camino siempre y cuando vayamos provistos de calzado de montaña (el terreno está muy encharcado aún en verano). Otra opción más cómoda es continuar por la AC-101 hasta el Alto da Faladora, aproximadamente en el km 18, y estacionar el coche junto a las instalaciones del repetidor.
Necrópolis de Pena Faladora
Los cinco túmulos que la componen (números 35 a 39 de Maciñeira) estaban precedidos por el sur por un menhir de 3.88 m de longitud que podría haber servido como hito del camino visible desde el Cristo da Faladora. El monolito fue descrito por Barros Sivelo como menhir de demarcación, ya que por esta dorsal corre también el límite parroquial Ortigueira-Mañón. Maciñeira no logró identificarlo en su visita, posiblemente por estar tumbado y cubierto de vegetación, y creyó que Barros se refería a “una gruesa laja de cuarzo clavada de punta al lado S. del túmulo 40, sobresaliendo 0.75 m del suelo” un poco más adelante de la necrópolis. Es evidente que no, y que el menhir de Barros es éste que reproducimos a continuación con unas dimensiones muy superiores:
No resulta fácil identificar los túmulos con la numeración de Maciñeira, de ahí que los haya renumerado en la siguiente vista para poder describir la agrupación tumular.
-Precediéndola por el sur y junto al túmulo 1 se sitúa el menhir.
-El túmulo 3, uno de los más pequeños, es con bastante seguridad el que fue registrado en 1927 por unos vecinos de Grañas do Sor que informaron a don Federico de que en su interior aparecieron “unas lositas cuadradas de unos 20 centímetros de largo, con algunos agujeros cónicos practicados en su campo” (Maciñeira, pág. 61). Por lo que parece el informante describe el hallazgo de unos ídolos-placa de pizarra que desafortunadamente no se conservan y que serían un caso excepcional en el megalitismo gallego. El túmulo es el único con una bonita coraza de losetas de pizarra y ocupa, además, el centro de la necrópolis.
-Barros Sivelo en su libro Antigüedades de Galicia refiere para este conjunto la existencia de cáMaras megalíticas cuyas cubiertas estaban formadas por “planchas colosales de mesa de 4 y 5 metros cuadrados” (Maciñeira, pág. 51). Ya no se conserva ninguna, pero esas dimensiones podrían corresponder a la tampa de la cáMara del gran túmulo número 4, dañado irreversiblemente por el área perimetral del edificio anejo del repetidor.
-En el interior del número 5 a pesar de la cubierta vegetal hemos podido identificar la losa de cabecera de una cáMara que bien podría ser la cáMara pentagonal del túmulo número 37 de Maciñeira.
Unos metros más adelante del conjunto se sitúa el túmulo 40 que cierra el tramo del itinerario prehistórico que hemos presentado brevemente.
Como consideraciones finales hay que tener en cuenta la observación de Maciñeira de que el trazado del camino desde la mámoa 20 a la 48 va siempre al este de los túmulos (pág. 47). Resulta muy difícil, como señala Otero Vilariño para otro de los tramos, saber exactamente por dónde transcurría, por lo que la ruta que ofrecemos no deja de ser una aproximación. Otro dato a tener en cuenta es el ancho del camino: no se busque un paso para carro, sino un sendero estrecho, de herradura, que permita el paso a pie o a caballo. Finalmente, podemos aventurar la posibilidad de que algunos de los marcos de cuarzo blanco, como el que describía Maciñeira junto al túmulo 40, que todavía se ven en línea entre la Pena Faladora y el Cristo da Faladora señalen el primitivo camino, lo mismo que en A Mourela una doble hilera de piedras de cuarzo clavadas en el suelo señalaba según le comentaron los vecinos a Maciñeira “un primitivo camino a Betanzos” (2).
--No deja de ser interesante la leyenda asociada a Pena Faladora y la explicación del topónimo. Estos aspectos se pueden ampliar en ¿Serra da Faladoira o da Faladora?
--Sobre este tema de los caminos prehistóricos y su relación con los túmulos megalíticos y con los petroglifos (sobre esquisto, y muy sencillos: cazoletas unidas por canales) hay un estudio de Filgueiras Rey y Rodríguez Fernández de otra vía natural de la Galicia centro-oriental: Túmulos y petroglifos. La construcción de un espacio funerario. Aproximación a sus implicaciones simbólicas. Estudio en la Galicia Centro-Oriental: Samos y Sarria, Espacio, Tiempo y Forma, Serie I (Prehist. y Arqueol.), t. 7, 1994, págs. 211-253.
--Un completo estudio sobre la vinculación de los túmulos con la geografía del tránsito (túmulos en cordales, en cruces de vías, en vados) es Monumentos, nudos en el pañuelo. Megalitos, nudos en el espacio: análisis del emplazamiento de los monumentos tumulares gallegos, de Felipe Criado Boado y Jacobo Vaquero Lastres, Espacio, Tiempo y Forma, Serie I (Prehist. y Arqueolo.), t. 6, 1993, págs. 205-248.
Artículos relacionados: Medoñas de la Serra do Galiñeiro, Aranga (A Coruña).
(1) Carlos Otero Vilariño, Una ruta cultural en Ortegal: O camino dos Arrieiros, TAPA: Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio, nº 30, 2003, pg. 1-65. Disponible en http://www-gtarpa.usc.es/descarga/CapaTapa/Tapa/TAPA30.pdf
(2) Federico Maciñeira y Pardo de Lama, "Notable grupo de círculos líticos y túmulos dolménicos de la cuenca superior del Eume", Arquivos do Seminario de Estudos Galegos, 1929, pág. 5-38.
El poblamiento fue geoposicionado por Onnega.
Comentarios
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Brandan, me alegro de que le haya gustado el artículo del TAPA 30. La parte de los petroglifos en pizarra y su vinculación con los espacios funerarios es muy buena. La nota 26 ¿se ha fijado en ella?, nos informa de que las cazoletas con canales en pizarra van a ser siempre de origen artificial, ya que este material no se erosiona así naturalmente sino exfoliándose, con lo que la artificialidad de este tipo de diseños podría extrapolarse sin mucho problema al granito que los presentase (digo yo, no sé).
Otro aspecto que quería haber destacado es el de la pg. 224 del mismo TAPA: ubicación de los túmulos junto a los afloramientos de esquisto. Es una constante también aquí, las zonas de túmulos están en los crestones, y en algún caso creo que hasta se usó el propio afloramiento para apoyar la cáMara: tendría que comprobar éste de la Pena Moura de más o menos el km 14 AC-101 (no viene en Maciñeira), el efecto podría ser así
Me parece un dolmen con su túmulo, apoyando la cabecera en el afloramiento de atrás. Pero ya digo que tendría que comprobarlo porque nunca vi nada por el estilo y ese día no tenía el día.
es el ORTEGAL 219
Y en diversas partes del libro de Maciñeira (y en Cuevillas) se mencionan: cuchillos de sílex, prismas de cristal de roca, cerámica campaniforme, hachas pulimentadas (excepto una sin pulir), puntas de flecha triangular de base cóncava. Lo que destaca Maciñeira es que no aparecen conchas o caracoles marinos (pg. 141).
Una última cosa sobre la pizarra que observé en mi última visita: los túmulos cubiertos de pizarra brillan muchísimo con el sol, casi parecen espejos. ¿Se buscaría ese efecto?
Y en cuanto a su última pregunta (la anterior la dejo para los expertos): sí serían así, pero en pequeñito, aunque los autores dan algunas medidas que exceden mucho el concepto que tenía yo de cazoleta (sobre unos 5 cm).
Básicamente viene a ser así. Si entramos en un terreno -que supongo cerrado- pastado por caballos y vacas, encontraremos que hacen siempre el mismo camino entre el lugar donde pernoctan y el suministro de agua. También formarán caminos menores para el aprovechamiento de los pastos y matorrales; sin embargo, estos caminos cambiarán a medida que los pastos se vayan agotando, o que las condiciones climáticas aconsejen buscar abrigo, a sol o a sombra.
Creo que no podemos pues -salvo en el caso del agua, que siempres es constante- apoyarnos en la situación actual para deducir la pretérita sobre este particular.
En terrenos como los tremedales -de los que muy bien advierte- el camino es el mismo para todos: el más seco.
No obstante, hay que tener en cuenta que en los tiempos que nos ocupan, los animales pastaban libremente mayores distancias; los depredadores (incluidos nuestros cazadores - recolectores) jugaban también un papel importante en el control y acoso en sus desplazamientos, si es que se producían. Y no tenemos suficiente información -al menos yo no la tengo- para deducir si se producían entonces migraciones de grandes mamíferos, ni las distancias que recorrían, ni los territorios que frecuentaban. Estamos muy lejos de conocer estas situaciones en los seres humanos, y eso que éstos dejaban vestigios.
Es, creo yo, cuando el hombre abandona esta actividad nómada, cuando se empiezan a configurar caminos que le permiten, no a acceder a los lugares de asentamiento de las grandes manadas, sino a comunicarse lo más directamente posible con sus congéneres, establecidos en otros núcleos territoriales.
Nacido el comercio o el intercambio entre grupos, ya podemos pensar en que se habilitasen y mantuviesen caminos estables. Se me argumentará -quizás- que la trastermancia, primero, y la trashumancia después, contribuyeron a la formación de grandes itinerarios: es posible. Sin embargo, previamente debieron nacer la oferta y la demanda de los productos que esta actividad proporciona; es decir, debió desarrollarse esta actividad cuando ya se habían asentado los grupos humanos que podían producirlos y los que podían consumirlos.
En cuanto a los recintos de habitación: es difícil encontrar señales de poblamiento anteriores al Bronce. Incluso de esta época, pocos yacimientos se hubiesen datado de no haber aparecido éste. Nos entendemos mucho mejor con el metal que con la piedra; a pesar de que algunas nos "hablan".
Quizá entre bloques o canchales graníticos -si los hay por allí- pudiese aparecer alguna pista. Me interesaría mucho saber si áparecen piletas y si podrían formar algún tipo de esquema; algo parecido a la que ponía en mi imagen.
Hola Pérola, pues no sería nada extraño encontrar un ortostato o una de las losas de cobertura por ahí tiradas, pero a esta pieza en concreto la veo demasiado larga (3.88 m) y estrecha como para que sea parte de la cáMara de un dolmen. Pero no sé, lo mismo hay casos así. Pongo otra vista, que no creo que aclare mucho más:
No es tan ancho como parece, es igual por un lado que por otro, la perspectiva es la responsable del efecto.
Cromlech, lo cierto es que sí hay dólmenes muy cerca, al túmulo 5 de mi numeración le vi el extremo de un ortostato en la cabecera, pero era más ancho, más o menos como estos del próximo Forno dos Mouros
Muchas gracias por las fotos que pones de menhires tumbados, son parecidísimas a la mía. Pero es que como yo no había visto nunca ninguno... lo primero que pensé fue que era un afloramiento de pizarra (bastante extraño, eso sí, por lo regular de la forma tan recta). Luego descarté esa posibilidad porque quité tojos y brezo por una punta para ver si era una pieza exenta o si continuaba bajo tierra, y era exenta, claro.
Hay menhires asociados a necrópolis, ahora no recuerdo donde lo leí.
Gracias por tu respuesta. Un saludo.
He incluido en la bibliografía un enlace aMonumentos, nudos en el pañuelo. Megalitos, nudos en el espacio: análisis del emplazamiento de los monumentos tumulares gallegos , de Felipe Criado Boado y Jacobo Vaquero Lastres, Espacio, Tiempo y Forma, Serie I (Prehist. y Arqueolo.), t. 6, 1993, págs. 205-248
artículo que trata sobre la relación de los túmulos con la geografía de las vías de comunicación (cordales, cruces de vías, vados).
Trata además, de pasada, un tema que me interesa que es la construcción de megalitos aprovechando los afloramientos de las zonas más elevadas de los cordales o dorsales, como el que clasifiqué de "paradolmen" en Pena Moura, que tengo pendiente de revisar:
dicen: "ejemplos de monumentos megalíticos en los que la cáMara ha sido construida utilizando y aprovechando una afloración de roca del sustrato. Algunos ejemplos aportados por Maciñeira y pertenecientes a Serra Faladoira permiten documentar que, si bien este fenómeno no es general, tampoco es excepcional o accidental".
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