De siempre, al visitar el Museo Arqueológico de Córdoba, se pasaba en la Sala de Epigrafía por un sector donde estaban a la vista unas anchas gradas, que se suponía desde tiempo inmemorial que pertenecían al teatro de la ciudad, en parte bajo la plaza Jerónimo Páez, al SE de la ciudad más antigua. La moderna investigación ha podido probar que formaban parte de las terrazas de bajada al complejo, iniciando en 1994 excavaciones que de momento sólo han podido tocar zonas del graderío, mientras la orchestra y la scaenae frons se hunden literalmente bajo la plaza. Lo excavado es suficiente para calcular su tamaño aproximado resultando, como no podía ser de otro modo, el mayor teatro de la Bética (http://www.arqueocordoba.com/visitas/1visitas/1visita-teatro.htm).

Algunos elementos del edificio indican su parecido estructural precisamente con el "teatro de Marcelo" en Roma, dedicado por Augusto a la memoria de su sobrino y yerno. Por otro lado, el tipo de materiales y otros detalles ornamentales lo acercan más al tipo de teatro tardorrepublicano.

Estos aspectos, uniendo la epigrafía aparecida en los contornos, generalmente sin contexto o atribuídos antes a otros edificios (como la columna con Augusto sacrum, antes al templo), fueron estudiados por A. Ventura en 1999, en artículo consultable en red: http://www.arqueocordoba.com/publ/publol.htm
Al plantearse la financiación imperial del teatro, debido a su magnitud, en su nota 36 recoge A. Ventura la posibilidad de que ésta procediera del Marcelo augusteo y su patronazgo, idea ya anticipada en el artículo de 1991 que aquí se ilustra pero en el marco de una relación de éste con la ciudad mucho más estrecha y coetánea.

El autor, sin embargo, opta por decir que Marcelo lo haría en honor de su ancestro y fundador de la ciudad. Parece, sin embargo, un gasto muy considerable, en un edificio altamente significativo para la vida urbana, además, como en casi todas las colonias romanas en relación directa con el culto imperial, y hecho por un heredero de Augusto, como para deberse sólo a un evergetismo puntual en honor de un lejano antepasado.

Por una vía o por la otra, se puede suponer la alta probabilidad de que algún día, cuando se pueda excavar la importante zona que falta, terminen apareciendo epígrafes que comprueben esta hipótesis.

Es una pena haber tenido que reducir tanto la espléndida foto original, debida al Laboratorio de Arqueología de la Univ. de Córdoba y publicada en un website norteamericano.