Esta arqueta de plata contiene las reliquias de Santa Eulalia traidas desde Mérida por el rey Silo, según cuenta el obispo Pelayo de Oviedo en el siglo XII.

Es una pieza de plata del siglo XI, salida de talleres mozárabes en Andulucía.

Las imágenes representadas en los lados son repeticiones de la misma escena: tres individuos con atuendos árabes, uno sentado sosteniendo una copa en la mano derecha y una flor en la izquierda y los otros dos personajes de pie, en actitud servil.

La tapa tiene una inscripción arábiga concediendo buena suerte al propietario de la caja.

Las asas son serpientes entrelazadas.

Siempre según el Obispo Pelayo, el rey Silo guardó las reliquias en Santianes de Pravia, hasta que Alfonso II las trasladó a la nueva capital.