Realizada por: Lucumtum
Al Druida: A todos los Druidas
Formulada el sábado, 12 de marzo de 2005
Número de respuestas: 8
Categoría: Temas Históricos y Artísticos
Mitología... celtíbera
Saludos
La verdad que a lo largo de los años he encontrado gran cantidad de mitos y leyendas en la literatura clásica, especialmente la griega. Por poner algunos ejemplos, me vienen a la cabeza los nombres de Orfeo, Edipo, Heracles, Odiseo... Relatos algunos de ellos sorprendentes y apasionantes.
Pero me pregunto si han llegado historias de este tipo de origen celtíbero. ¿Cuáles son, si existen? ¿Cómo han podido llegar hasta nosotros?
Muchas gracias.
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Me temo que cero patatero, amigo Lucutum. De los galos no ha llegado casi nada y de los celtíberos menos. Para los galos, al menos tenemos algunos autores clásicos que de pasada describen a algún dios, como Lucano con Ogmios, o recogen algún mitema como el de las serpientes y el huevo en Plinio, muy poco. Para los de las islas británicas está la literatura tardía, que por tardía tiene ya sus influencias clásicas, aunque sigue teniendo un gran valor para acercarnos al mundo mitológico prerromano. Personalmente no me cabe duda de que los celtíberos y el resto de pueblos hispanos tenían un buen corpus de mitos, leyendas y sagas, pero nada conservamos que se pueda llamar mito. Sólo podemos apelar al conocimiento que del mundo religioso y de las creencias nos ofrece la arqueología, las escuetas citas de autores grecolatinos (que en ningún caso recogen mitos), la ayuda del folklore y la mitología comparada (aunque es cuestión ardua poder discriminar lo poco que queda de los mitos prerromanos, pues nuestro folklore de hoy es resultado de las superposiciones de mitos por influencia de las variadas culturas que nos han dejado su huella en los últimos dos milenios), y a todo esto echarle un poco de imaginación comedida.
Existe un trabajo realmente interesante de José María Blázquez Martínez y M.ª Paz García-Gelabert titulado Mitos Hispanicos.
Puedes encontrarlo en la red en:
http://www.cervantesvirtual.com/GeneraNovedades.html?D1=7&M1=2&A1=2005&D2=13&M2=2&A2=2005&portal=114
Por supuesto que los autores grecolatinos recogen mitos!!! Como que no?:
- Justino (Epit. Hist. Phil, XLIV,4,1): recoge el mito de Gargoris y Habis.
- Polibio (34.8.4-10) habla sobre la abundancia
de frutos del campo y del mar ("bellotas de mar").
- Un mito lusitano podría ser también el de las yeguas preñadas por el viento Favonio o Céfiro, cuya noticia recoge Plinio (NH., 4,116; 8.166;
16.93). Este mito es recordado igualmente por Virgilio (Georg., 3.277-277), por Columela (6.27), hispano de nacimiento, por Silio Itálico (3.378-383; 16.363-365)y por Justino (44.31). El hecho de que lo mencione Varrón (r.r., 8.1.19), que pasó muchos años en Hispania durante la guerras sertorianas (Sall., Hist., 2.69), y durante la guerra civil entre César y Pompeyo (BC., 7.38.2), es una garantía de que es lusitano 22. Los potros nacidos son rapidísimos,
pero mueren entre los tres y los siete años.
- Parece claro, eso si, que los mitos propios de las tribus hispanas son muy escasos. Los mitos hispánicos no gozaron de gran aceptación entre las poblaciones indígenas.
Mitos de las poblaciones nativas son los de Habis, de la cierva de Sertorio, de los carros de Mérida y Almorchón y del jinete en lucha contra el carnassier. Cabe recordar un último mito situado por los griegos en Occidente:
Trogo Pompeyo-Justino sitúa la lucha entre Zeus y los gigantes en los bosques de Tartessos.
Ya que Hartza ha citado el mito, me voy a permitir recordar lo que escribí hace poco en Celtiberia sobre ésta que en mi opinión puede ser la leyenda hispana (probablemente lusitana) más antigua, y una de las más antiguas de Europa: la de las yeguas preñadas por el Céfiro: http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1060.
Que, por cierto, sería una leyenda sólo a medias... ;-)
Posidonio, citado por Estrabón escribió ser en España creencia vulgar la de que el sol, al caer de la tarde cerca de nuestras playas oceánicas, cobraba un bulto mucho mayor (cien veces mayor, según Artemidoro), y que movía grandísimo estruendo, como si el piélago, que extinguía la hoguera del astro, silbase ó diese chillidos: Añadía Posidonio, de conformidad con Artemidoro, que el paso del día á la noche era subitáneo sin intervalo de crepúsculo vespertino; en lo cual les reprende Estrabón y tacha de embusteros. Mas no advierte el gran geógrafo que toda mentira es hija de algo, -y que el cuento, recogido por Artemidoro y Posidonio en nuestra costa oceánica, cerca del promontorio Sacro, ó cabo de San Vicente, corresponde, en su fondo real y positivo, á las regiones ecuatoriales de Sierra Leona. Basta leer el periplo de Hannón para imponerse en la verdad indubitable que importan varios de los doce hercúleos trabajos de cosecha fenicia; por ejemplo, el del jardín de las Hespérides ó islas de Cabo Verde. En la zona tórrida, donde se verifica el fenómeno, están las raíces de la leyenda Posidoniana; y si á esto allegamos que en la vascongada del Tártaro, el sol se exhibe como repugnante é insoportable á la tierra, no será difícil sospechar si por ventura se alargó hasta el golfo de Cantabria llevada por los bajeles gaditanos. Recordáis el pasaje de Avieno:
"Tartessiorum in terminos Oestrymnidum
Negotiandi mos erat, Carthaginis
Etiam colonis; et vulgus inter Herculis
Agitans columnas haec adibant aequora."
Las colunas hercúleas, entre las cuales se dilataba el sinus Oestrymnicus y se explayaban las islas Oestrymnides, no eran Ábila y Calpe; sino como lo previene Avieno, las boreales de Europa (duro perstrepunt septemtrione): la Coruña con su faro hercúleo y el Finisterre ó península extrema de Cornualles (haec dicta primo Oestrymnis). Este último vocablo consta de otros dos antiquísimos. El primero es ciertamente el céltico ymnis (isla), que me parece enlazarse con la leyenda de las bacantes Amnitas descrita por Dionisio Periegete. El segundo no carece de semejanza con el céltico ystaen, latín stannum, sanscrito kastîra.
(de un texto de Fidel Fita).
Y ya que Dingo ha nombrado a Plinio y las serpientes, pues hablaré de los "huevos de serpientes o "huevos de druida". Plinio dice que, durante el reinado de Claudio, un jefe de los galos fue condenado a muerte porque estando presente en un juicio en Roma llevaba un huevo de serpiente consigo. Plinio afirmaba que los consideran un talismám que daba la victoria en los juicios.
Plinio dice haber visto uno de estos huevos de druida, que parecía cristal y tenía más o menos el tamaño de una manzana pequeña y que era producido por la espuma del silbido de dos serpientes copulando. La espuma de sus bocas formaba una baba viscosa que se convertía en una bola al arrojarla al aire y que si la cogía el druida, podía ser utilizada para realizar conjuros.
Algunas divinidades celtas llevan huevos, como Sirona, la diosa de la fertilidad, la salud y el renacimiento. Se la representa con una serpiente enroscada en su brazo y extendiéndose para alcanzar los huevos.
Estos huevos de druida son nombrados por varios escritores como William Camden en su obra Britannia , les da el nombre de gemmae anguine, los define como pequeños amuletos de cristal, normalmente tan grandes como los anillos, pero muchos más gruesos, de color verde, aunque algunos azules y otros dibujan olas azules, rojas y blancas.
Se cree que estos huevos de serpiente o cristal de druida que vio Plinio debían ser un conglomerado de ammonites diminutos.
Y yo me pregunto, si estos huevos de cristal, no serán el origen de la famosa bola de cristal de las adivinadoras.
Conviene recordar que Lucumtum preguntaba por mitos celtíberos, no grecolatinos o si se prefiere de la Hispania romana. Si interesa aquí la lucha entre Zeus y los gigantes, o el jardín de las Hespérides, podremos continuar hablando del viaje de Teucro a Gallaecia o de las aventuras de Hercules y Pyrene, pero no es el caso. Otra cosa es que algunos de esos mitos puedan haberse superpuesto a uno indígena, pero eso también puede ocurrir con otros mitos del folklore hispano actual. El mito de Gargoris y Habis se sale del ámbito celtíbero, si bien debí mencionarlo por su interés (es, realmente, el único mito hispano prerromano que nos llega indemne desde la antiguedad, al menos yo no recuerdo otro).
La definición de mito realmente es un poco confusa, pero conviene distinguir. Concretamente lo que Lucumtum pide, o al menos así lo interpreté, son mitos en el concepto estricto: RELATOS estructurados, con connotaciones mágico-religiosas, bien alegóricos y explicativos de fenómenos naturales, bien que registran hitos importantes en el origen o fundación de la comunidad, y que tratan sobre la vida y hechos de dioses, semidioses, héroes o antepasados, y se localizan "en aquel tiempo" (como decía Eliade). Otra cosa, si bien es cierto que las solemos llamar mitos, son las simples creencias, como las que se deducen del episodio de la Sertorio con la cierva o lo de las yeguas preñadas por Céfiro. Estas creencias pueden tener su origen o explicación etiológica en un mito, pero no conforman por sí solas un mito. Citas sobre creencias de este tipo sin duda tenemos muchas, y la arqueología nos permite abarruntar otras tantas.
Sucaromartes, 15 de marzo de 2005 a las 15:58Os olvidáis del mito de la diosa de las montañas, que evolucionó posteriormente hasta la leyenda de la serrana de la Vera.
Hay 8 comentarios.
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