Este buscador realiza búsquedas sobre el texto íntegro de los Artículos, Poblamientos, Imágenes y Archivo de conocimientos, así como sobre los comentarios a los Artículos y Poblamientos.
Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés. Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.
Respecto al Lauburu vasco, su origen se remonta a las teorías vasco-cantabristas que estuvieron tan de moda entre varios historiadores vascongados entre los siglos XVI y XVIII. Según estas teorías, los antiguos cántabros, el pueblo que "tan ferozmente había resistido al imperialismo romano", eran en realidad los ancestros de los modernos vascos.
En un intento de sustentar estas peregrinas teorías, los vasco-cantabristas no dudaron en falsear toda clase de datos históricos, llegándose a inventar un supuesto himno de batalla cántabro en vascuence, "el Canto de Lelo".
Aunque la puntilla definitiva para el vascocantabrismo fue la obra de Enrique Flórez "La Cantabria. Disertación sobre el sitio y extensión que en los tiempos de los romanos tuvo la región de los cántabros", publicada en el año 1768, estas ideas quedaron fuertemente arraigadas en Vizcaya y Gipúzcoa, siendo herederas de las mismas el movimiento fuerista del siglo XIX.
Al ser estas "teorias" completamente rebatidas por los estudios históricos, se paso a difundirse en el campo literario en novelas pseudo-históricas y leyendas completamente ficticias como "La Leyenda de Aitor" de Joseph Agustin Chaho, "Amaya, o los vascos en el siglo VIII" de Francisco Navarro Villoslada o "Leyendas vasco-cántabras" de Vicente Arana. La intención de este movimiento literario era exaltar el orgullo vascongado e intentar servir de respaldo ideológico al movimiento fuerista, tratando de legitimizarlo desde el punto de vista histórico, inventado de esta forma una tradición inexistente mas acorde con sus postulados.
Por supuesto, el vasco-cantabrismo aportó su propia versión del lábaro. Como en vascuence lau significa "cuatro" y buru "cabeza", se buscó un símbolo que reuniese estas carácterísticas, en este caso uno de los muchos motivos astrales de origen prerromano indoeuropeo que se han conservado en todo el norte de España hasta nuestros días como un motivo ornamental mas. Resulta significativo que pese a que muchos investigadores de la cultura vasca destaquen el origen ancestral y milenario de este símbolo, al mismo tiempo reconozcan que no se encuentran ejemplos anteriores al siglo XVI en Euskadi.
Aun ha riesgo de equivocarme me da la sensación de que este relato como muchos de la época clásica y de la edad media en la civilización occidental deben interpretarse tambien desde el punto de vista literario y no tanto por la veracidad de sus afirmaciones o descripciones, sobre todo si tenemos en cuanta la forma de narrar de las culturas del lejano oriente, y muy significativamente del hecho de que este fragmento correspondería a un autor de una cultura totalmente ajena al mundo que está intentando interpretar y que por lo tanto puede ser subjetiva y sesgada, ya que por aquella época no puede suponerse una descripción metodológica o científica, lo mismo que no cabría suponer lo mismo de las obras homéricas o textos de viajes en la antiguedad clásica.
Biblioteca: LA SVASTICA O LAUBURU (II)
Respecto al Lauburu vasco, su origen se remonta a las teorías vasco-cantabristas que estuvieron tan de moda entre varios historiadores vascongados entre los siglos XVI y XVIII. Según estas teorías, los antiguos cántabros, el pueblo que "tan ferozmente había resistido al imperialismo romano", eran en realidad los ancestros de los modernos vascos.
En un intento de sustentar estas peregrinas teorías, los vasco-cantabristas no dudaron en falsear toda clase de datos históricos, llegándose a inventar un supuesto himno de batalla cántabro en vascuence, "el Canto de Lelo".
Aunque la puntilla definitiva para el vascocantabrismo fue la obra de Enrique Flórez "La Cantabria. Disertación sobre el sitio y extensión que en los tiempos de los romanos tuvo la región de los cántabros", publicada en el año 1768, estas ideas quedaron fuertemente arraigadas en Vizcaya y Gipúzcoa, siendo herederas de las mismas el movimiento fuerista del siglo XIX.
Al ser estas "teorias" completamente rebatidas por los estudios históricos, se paso a difundirse en el campo literario en novelas pseudo-históricas y leyendas completamente ficticias como "La Leyenda de Aitor" de Joseph Agustin Chaho, "Amaya, o los vascos en el siglo VIII" de Francisco Navarro Villoslada o "Leyendas vasco-cántabras" de Vicente Arana. La intención de este movimiento literario era exaltar el orgullo vascongado e intentar servir de respaldo ideológico al movimiento fuerista, tratando de legitimizarlo desde el punto de vista histórico, inventado de esta forma una tradición inexistente mas acorde con sus postulados.
Por supuesto, el vasco-cantabrismo aportó su propia versión del lábaro. Como en vascuence lau significa "cuatro" y buru "cabeza", se buscó un símbolo que reuniese estas carácterísticas, en este caso uno de los muchos motivos astrales de origen prerromano indoeuropeo que se han conservado en todo el norte de España hasta nuestros días como un motivo ornamental mas. Resulta significativo que pese a que muchos investigadores de la cultura vasca destaquen el origen ancestral y milenario de este símbolo, al mismo tiempo reconozcan que no se encuentran ejemplos anteriores al siglo XVI en Euskadi.
http://es.geocities.com/orgenomescos/articulos/labarolauburu.htm
Biblioteca: El reino de Da Qin: ideas chinas sobre el imperio romano
Aun ha riesgo de equivocarme me da la sensación de que este relato como muchos de la época clásica y de la edad media en la civilización occidental deben interpretarse tambien desde el punto de vista literario y no tanto por la veracidad de sus afirmaciones o descripciones, sobre todo si tenemos en cuanta la forma de narrar de las culturas del lejano oriente, y muy significativamente del hecho de que este fragmento correspondería a un autor de una cultura totalmente ajena al mundo que está intentando interpretar y que por lo tanto puede ser subjetiva y sesgada, ya que por aquella época no puede suponerse una descripción metodológica o científica, lo mismo que no cabría suponer lo mismo de las obras homéricas o textos de viajes en la antiguedad clásica.
Hay 2 comentarios.
1