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Siempre me ha parecido muy curioso el elemento del peine de oro y su pervivencia en la cultura tradicional. Por ejemplo, en el romancero y en la lírica popular. Aunque creo que hay bastantes casos más, citaré dos ejemplos que recuerdo en este momento: uno pertenece al "romance de la infantina encantada" que cuenta cómo un caballero que estaba cazando encuentra en un roble a una hermosa y misteriosa muchacha que se le ofrece en matrimonio a cambio de liberarla de un hechizo (vio cosa de maravilla:/ en la más alta rama /viera estar una infantina, / cabellos de su cabeza/ con peine de oro partía); el otro ejemplo es otro breve romance más entrelazado con elementos de la lírica popular. Se sitúa en la mágica mañana de San Juan y presenta la soledad de una muchacha enamorada que mientras lava y peina sus cabellos pregunta por su amor perdido (Yo me levantara, madre,/ mañanica de Sant Juan,/ vide estar una doncella/ ribericas de la mar; / [...] / dice la niña un cantar: /-¿Dó los mis amores, dó los, / donde los iré a buscar? / Mar abajo, mar arriba, / dciendo iba un cantar; / peine de oro en las sus manos / por sus cabellos peinar).
La acumulación de elementos simbólicos (el árbol, el agua, el mar) o claramente relacionados con un sustrato mítico o religioso precristiano (la mañana de San Juan, los "encantamientos") demuestran que el peine de oro no es un elemento meramente suntuario u ornamental, sino que se entronca con creencias más antiguas seguramente relacionadas con lo femenino. No recuerdo quién decía que era el atributo de la Diosa Madre de las culturas preindoeuropeas, y en este sentido, parece que encaja a la perfección con Mari y las lamias
Biblioteca: LAS LAMIAS
Siempre me ha parecido muy curioso el elemento del peine de oro y su pervivencia en la cultura tradicional. Por ejemplo, en el romancero y en la lírica popular. Aunque creo que hay bastantes casos más, citaré dos ejemplos que recuerdo en este momento: uno pertenece al "romance de la infantina encantada" que cuenta cómo un caballero que estaba cazando encuentra en un roble a una hermosa y misteriosa muchacha que se le ofrece en matrimonio a cambio de liberarla de un hechizo (vio cosa de maravilla:/ en la más alta rama /viera estar una infantina, / cabellos de su cabeza/ con peine de oro partía); el otro ejemplo es otro breve romance más entrelazado con elementos de la lírica popular. Se sitúa en la mágica mañana de San Juan y presenta la soledad de una muchacha enamorada que mientras lava y peina sus cabellos pregunta por su amor perdido (Yo me levantara, madre,/ mañanica de Sant Juan,/ vide estar una doncella/ ribericas de la mar; / [...] / dice la niña un cantar: /-¿Dó los mis amores, dó los, / donde los iré a buscar? / Mar abajo, mar arriba, / dciendo iba un cantar; / peine de oro en las sus manos / por sus cabellos peinar).
La acumulación de elementos simbólicos (el árbol, el agua, el mar) o claramente relacionados con un sustrato mítico o religioso precristiano (la mañana de San Juan, los "encantamientos") demuestran que el peine de oro no es un elemento meramente suntuario u ornamental, sino que se entronca con creencias más antiguas seguramente relacionadas con lo femenino. No recuerdo quién decía que era el atributo de la Diosa Madre de las culturas preindoeuropeas, y en este sentido, parece que encaja a la perfección con Mari y las lamias
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