Autor: paco
jueves, 21 de octubre de 2004
Sección: De los pueblos de Celtiberia
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Aproximacion a la fortificaciones griegas
Un breve resumen sobre las fortificaciones griegas de época helenistica
El intentar resumir, siquiera exponer, el tema que nos ocupa, las fortificaciones griegas, en un espacio tan limitado como es éste, es, si no imposible, por lo menos arriesgado, o temerario. Así que hemos de comenzar subrayando el carácter esquemático de esta breve síntesis. Sólo se pretende que sea una vía válida de aproximación a las fortificaciones y a todo tipo de construcciones nacidas en Grecia de algo, tan íntimamente ligado a la humanidad, por desgracia, como es la guerra.
PANORAMA HASTA EL SIGLO IV a.C.
Si en algún lugar tenemos que centrar la mirada para buscar el origen de la fortificación griega es en Micenas. Tal y como dice J.P. Adam, las primeras fortificaciones de dimensiones importantes se darían en Asia Menor, siendo herederas directas de las micénicas , aunque, como señala el mismo autor, no hay que olvidar la presencia e influencia en Asia Menor del imperio hitita .
No obstante , centrémonos en el mundo micénico, que producirá toda una serie de fortificaciones importantes; la propia Micenas , Tirinto , Gla , Midea , Argos , Asiné , etc. Por las limitaciones a que nos obliga el espacio nos centraremos aquí en dos; Micenas y Tirinto que, por más conocidas, pueden resultar más representativas.
Micenas posee una muralla contruida en aparejo ciclópeo, con tres fases constructivas , conservada en su mayor parte, y de una anchura entre tres y ocho metros. Su trazado se adapta a la forma del relieve natural, no posee torres ni ningún otro tipo de refuerzo defensivo, salvo el bastión sur que flanquea la famosa Puerta de los Leones. La razón de la existencia de este bastión reside en un error táctico , ya que la situación de la puerta a la derecha del atacante permite su aproximación a ella protegiéndose completamente con el escudo que lleva a su izquierda , el bastión , de unos quince metros de largo, crea un corredor que permite hostigar al atacante por ambos flancos, solucionando así este problema. Las puertas serán el punto más débil de las murallas y, por tanto, el más protegido como podremos ver . Siguiendo con Micenas, si la puerta de los leones no "busca" la derecha del atacante, tampoco lo hace la puerta Norte, pero ésta no necesitó de ningún tipo de construcción adicional de defensa ya que sus pequeñas dimensiones y su difícil acceso la hacen fácilmente defendible.
Paradójicamente esta cuidad constituye un caso atípico, hasta cierto punto, por su simplicidad dentro del conjunto de las fortificaciones micénicas, que quizás tengan una de sus mejores expresiones en Tirinto. De menores dimensiones que la anterior, resulta prácticamente inexpugnable con sus muros de aparejo ciclópeo , de una anchura media que ronda los siete metros y medio. Presenta ya elementos defensivos como bastiones y poternas. El acceso se hace por una larga y empinada rampa, al Este, que deja, durante el dificultoso ascenso, el flanco derecho del atacante desprotegido. Hay dos zonas bien diferenciadas; el palacio, por un lado, al Sur, aislado por una muralla interior , y un amplio espacio abierto al Norte. Interpretado tradicionalmente como un espacio destinado a albergar a la población de los alrededores en caso de peligro , excavaciones arqueológicas pusieron de manifiesto la existencia de estructuras de habitación fechables hacia el siglo XIII a.C. . Habría que resaltar por último, que los lienzos en su parte Norte tienden a ser curvos, cualidad que Lawrence cree definitoria de los sistemas defensivos micénicos.
Dejemos ya a un lado esta etapa, que debería ser objeto de un estudio más detallado, y entremos en una etapa de la historia griega que ofrece numerosas dificultades, los llamados Siglos Oscuros.
Un ejemplo de sistema defensivo fechable entorno a los siglos IX-VIII a.C. sería del de la "vieja Esmirna" . Resumiendo, podemos decir que se trata de un sistema defensivo con muros curvos , en aparejo poligonal, de casi cinco metros de anchura en la base, y jalonado con cinco bastiones rectangulares, dos de ellos flanqueando la puerta principal, que da al puerto
Ante los escasos registros arqueológicos, en comparación con otras etapas, se había considerado la posibilidad de que las ciudades en esta época de la historia de Grecia ya no se amurallasen. Sobre este respecto comenta Adam "Mais de ces remparts, il est vrai relativement peu nombreuses, il ne reste que d´imperceptibles traces, car construits parfois en matériaux médiocres ou périssables, (blocage de pierre ou brique crue ) rendus caducs par l´extension des villes ou simplement abattus pur vétusté, ils demeurent bien difficilles à retrouver ". Otra de las explicaciones de este vacío reside en el concepto mismo de la guerra "al estilo antiguo" , el concepto homérico de la guerra, prácticamente caballeresco , " (las batallas)... se déroulant à l´écart des obstacles naturels et des fortifications capables d´assurer la sécurité en cas de revers ou de prolonger indûment la résistance: par conséquent des batailles rangées qui, à la façon d´un agôn, expriment la volonté des dieux et fixent le destin des hommes" , es esta la idea que expresa Mardonio a Jerjes pero pronto aprendieron a desembarazarse de estos prejuicios , eso sí unos antes que otros; conocido es el caso del general espartiata Agésilas quien, preguntado por los muros de Esparta, respondió señalando a su tropa .
Llegados a este punto daremos un salto temporal y nos situaremos en el siglo V a.C. Es en esta centuria cuando Atenas comienza a reforzar sus murallas y Temístocles comienza la fortificación del Pireo, que Cimón y Pericles unirán a Atenas con los "Largos Muros" . Pese a esto todavía se sigue manteniendo la vieja tradición constructiva con algunas innovaciones técnicas como el aumento del número de torres -que ahora serán generalmente semicirculares -y las puertas pasan de tener un acceso paralelo a la muralla (como hemos visto en Micenas y Tirinto) a tenerlo perpendicular a ella, creando un pasillo que facilita enormemente la defensa .
Pero será en el siglo IV a.C. cuando se desarrolle totalmente el arte de defender una ciudad. Si seguimos a Garlan , el primer asedio histórico en Grecia fue el de Pericles frente a Samos, en el 440 a.C., mientras que el asedio de Rodas por Demetrio Poliorcetes el 305-304 marcaría el apogeo de la poliorcética griega, con un completo desarrollo de todo tipo de recursos y artificios.
LAS FORTIFICACIONES A PARTIR DEL SIGLO IV a.C. DESCRIPCION DE SUS ELEMENTOS MAS IMPORTANTES.
Entrando en el análisis de las fortificaciones, comencemos por la base de la muralla, la fundación, que debía realizarse en piedra preferentemente, por diversos motivos; por un lado porque así garantiza plenamente la estabilidad y firmeza de la muralla y, por otro, se evitaba un peligro que Filón de Bizancio subraya, el que se minasen las murallas siguiendo un proceso muy sencillo: se cavaba un túnel bajo los diferentes sistemas defensivos (fosos, campos frigios , etcétera) hasta llegar justo bajo la muralla, apuntalándola con vigas de madera que, posteriormente, se prendían fuego. Al ceder, se derrumbaba la muralla, abriéndose una brecha .
Las primeras hiladas suelen sobresalir algo de la superficie general del lienzo, para dar una mayor estabilidad y resistencia a la muralla o torre frente al impacto de los golpes de arietes o de proyectiles .
Es en los muros donde se haría necesaria una reflexión sobre los tipos de paramento empleados , pero sobre todo sobre una nueva técnica de construcción, el llamado emplecton , sistema consistente en dos paramentos paralelos de piedra tallada que se rellenan con arcilla y cantos diversos sin ningún tipo de orden ni disposición especial . Este sistema posee numerosas ventajas frente al paramento tradicional compacto; en primer lugar es un sistema mucho más barato y rápido que el anterior, lo que permitió en gran medida el espectacular desarrollo de la arquitectura militar en el siglo IV que ya hemos mencionado, y además posee unas espléndidas cualidades tácticas al tener la capacidad de absorber la casi totalidad de impactos que pueda recibir la muralla.
Pero quizás otro elemento que revolucionó de un modo similar la construcción militar griega fue el empleo sistemático del adobe. Pese a ser un material en el que nunca se piensa al hablar de fortificaciones, el adobe será uno de los elementos constructivos más usados para este fin, por numerosos motivos y en diversas épocas . Uno de los motivos de esta aceptación del adobe en Grecia radicaría en el mismo clima: un clima mediterráneo, seco y que permite una larga conservación del adobe, que se degrada rápidamente con la humedad . Otra de las causas de esta aceptación fue su fácil y rápido manejo; un desperfecto en una muralla de adobe es mucho más fácil, barato y rápido de reparar . El adobe resulta también, como antes hemos dicho, un material muy barato , lo que explica en buena medida su uso generalizado; la misma arcilla extraída de la construcción del foso era destinada a la fabricación de adobes , que no requería mano de obra especializada . Una última razón, quizás más importante que todas las demás, es su calidad plástica; el adobe absorbe cualquier tipo de impacto , golpes que hubiesen causado fracturas o, por lo menos, desajustes en murallas de piedra, eran reducidos a leves deformaciones, fácilmente reparables, en murallas de adobe.
Los lienzos de adobe debían tener -al menos teóricamente- una base sólida de piedra para garantizar su estabilidad y perduración. Pese a lo que pueda parecer, la tipología del adobe comprende módulos distintos y muy definidos . Vitrubio distingue tres principalmente: lidio, pentadoron y tetradoron, siendo el pentadoron, el más grande, el que se empleaba para obras públicas y, por tanto, para murallas. Roland Martin habla de otro módulo más, el aqueménida . Pese a esta sistematización de módulos se dieron irregularidades con el paso del tiempo, al evolucionar hacia el helenismo, el módulo se fue reduciendo .
Tenemos adobe en todas los siglos , aunque nos interesan especialmente las construcciones en adobe posteriores al siglo VI a.C., como Eleusis , con paramentos en adobe del mismo s. VI a.C. levantados en tiempos de Pisístrato , las murallas de Tebas , las de Platea , ambas del siglo V a.C., el muro de Temístocles en Atenas , la muralla de Mantinea del IV a.C., Gela , del III a.C., y así un larguísimo etcétera. El adobe se seguirá utilizando también, como hemos visto, en el s. IV a.C. cuando parecen generalizarse las murallas de piedra , siguiendo posiblemente criterios de propaganda .
Analizando todavía la muralla, quedan por citar, cuando menos, elementos como las aberturas a nivel de suelo, para hostigar al enemigo desde un nuevo ángulo de tiro , además del superior, perteneciente al camino de ronda. Las barbacanas , para la salida de aguas, debían ser de reducidas dimensiones y poco visibles, Además se creaba un leve talud a los pies de la muralla para eliminar el ángulo muerto que se creaba entre su base y el suelo.
La muralla se coronaba con aberturas para el tiro de varios tipos, que se pueden sintetizar en descubiertas en su parte superior , o cerradas, es decir: hechas en un muro continuo que sirve para proteger el camino de ronda . En algunos casos estos huecos pueden contar con un parapeto a la izquierda del defensor para resguardarlo de tiros oblicuos . Cuando no se juzgaba suficiente esta protección se recurría a cubrir completamente el camino de ronda, como está atestiguado en Atenas , donde los vanos de tiro se pueden cerrar con contraventanas de madera . Restos de estas protecciones aún se pueden observar en numerosos restos de sistemas defensivos, como por ejemplo en las torres de Mesenia .
Los caminos de ronda recorrían la parte superior de la muralla, como ya hemos visto, y debían ser los suficientemente anchos como para permitir el tráfico fluido de las tropas defensoras . Esta necesidad de movimiento interior de contingentes, por una parte, y la búsqueda del aumento de la densidad de tiro , por otra, motivó la creación de un segundo camino de ronda, a un nivel inferior que el primero pero con posibilidad de tiro al exterior. Uno de los ejemplos más reveladores de este doble camino de ronda lo tenemos en Sidé . No hay que confundir el doble camino de ronda con la muralla de doble trazado que describe Filón de Bizancio , consistente en un primer camino de ronda tras el cual se encuentra otro lienzo de muralla con aberturas de tiro al exterior.
Un elemento especialmente importante serán las torres, sobre ellas se centran a menudo los discursos de los tratados de poliorcética por lo cual su tipología será muy variada y numerosas sus diversas formas. Las torres cuadradas serán las más utilizadas , sobre todo por la facilidad de construcción y ni siquiera la generalización de las torres redondas las hará desaparecer. Esta sustitución se produjo principamente por la debilidad de los ángulos rectos de las torres frente a la artillería , y por el campo de visibilidad deficiente que producía . Junto a las torres circulares aparecieron también las poligonales, una solución intermedia muy recomendable por su facilidad de construcción y, por tanto, muy utilizada . Ya hemos hablado de cuándo y porqué las torres macizas pasan a ser huecas, aumentando la capacidad de tiro y defensa. En las torres se situaba tradicionalmente la artillería de largo alcance , la más pesada .
Pese a no estar asociadas directamente con ningún sistema de murallas, hay que hablar tambián de las torres de vigía o phryktoria . En relación visual unas con otras, creaban redes de comunicación para alertar al núcleo urbano más próximo en caso de ataque, por ello se suelen encontrar lindando con las fronteras territoriales. Habitualmente tenían planta cuadrada y paredes en talud. Estaban construidas de tal forma que podían soportar ataques muy intensos.
Por su peso específico en la defensa, las torres se situaban en los puntos débiles de la fortificación, y uno de ellos era la puerta principal. Esta asociación y la necesidad de protección de estos accesos darán lugar a una serie de esquemas a veces muy complicados, como las puertas de tenaza , de tenaza curva , de corredor o las llamadas de patio . En cualquier caso la concentración de estos elementos en las puertas las hacía prácticamente inexpugnables y pocos son los casos en que una muralla se rebasó por este punto .
Una labor similar de comunicación con el exterior, la realiza la poterna. A diferencia de su hermana mayor, ésta es de reducidas dimensiones, generalmente sólo permite el paso hombre a hombre y resulta, por tanto, fácilmente defendible. Su principal función radica en la posibilidad de permitir una salida por sorpresa contra el enemigo para así atacar al sitiador próximo a la muralla desde su flanco derecho , o incluso intentar la destrucción de las máquinas de asedio . Es por esto que en las fortificaciones donde las poternas poseen una función táctica , éstas tienen una misma orientación , basada en la búsqueda del flanco desprotegido del sitiador, como en Mantinea . Normalmente las poternas se encuentran asociadas a torres , modificando muchas de las veces el trazado de las murallas.
En la mayoría de los casos las murallas se adaptan al medio físico, aprovechando las ventajas que ofrece la naturaleza , pero en topografías más relajadas se hace necesaria una estrategia, apareciendo desde los muros curvos , propios para terrenos de colinas suaves, al lienzo continuo o epalxis , que impedía al sitiador observar los movimientos de tropas de los defensores . Las murallas de cremallera se caracterizan por tener un trazado regularmente quebrado, que busca nuevos ángulos de tiro para alcanzar a los atacantes más próximos a la muralla , siempre por el flanco desprotegido del enemigo, el derecho . Estas rupturas del lienzo de la muralla suelen aparecer asociadas a torres y poternas, como es el caso de Mileto. La misma función cumplen los salientes de muralla, que aparecen tardíamente en la arquitectura militar, en el siglo III a.C.
Para completar de algún modo esta rápida ojeada al tema que nos ocupa, hay que resaltar un elemento que ya ha aparecido con anterioridad; las defensas exteriores: fosos y campos fortificados. Los fosos serán utilizados masivamente a partir del siglo IV a.C., cumpliendo la misión de impedir la proximidad a la muralla de máquinas de guerra para el asalto como arietes o torres móviles, o el acercamiento a la muralla por parte de los atacantes . Además de esta función puede desempeñar otras como la de aprovisionar de agua a la plaza sitiada, además de servir también este agua de elemento defensivo . Una de las formas de salvar este obstáculo era llenarlo de tierra, problema que Filón de Bizancio recomienda subsanar con la construcción de túneles que comuniquen con el foso, a fin de ir retirando esta tierra de relleno vertida por los atacantes hacia el interior de la plaza, sistema constatado, por ejemplo, en Siracusa . Pero los fosos, pese a su anchura, que en algunos casos llegaba a la veintena de metros, no podían evitar el alcance de la artillería , que rondaba los dos estadios (alrededor de trescientos metros). Este problema se intentaba resolver con los campos fortificados ; que no son sino una sucesión de fosos y defensas varias, detinada a alejar lo más posible al enemigo en general y su artillería en concreto. Estos campos son de muy variada tipología, desde los campos frigios, de los que ya hemos hablado, a campos con pozos camuflados en cuyo fondo se colocaban estacas apuntadas.
Para terminar, subrayemos, una vez más, la enorme dificultad que entraña el realizar una breve síntesis referida a un tema de estas dimensiones. Sólo se ha pretendido pues señalar una guía de estudio, de aproximación, a un fenómeno tan sugestivo como la arquitectura militar griega.
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