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martes, 29 de enero de 2008
Sección: Lenguas
Información publicada por: lapurdi
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ETIMOLOGIAS Y ONOMATOPEYAS

La Real Academia Española, o mejor decir, de la lengua castellana, nos hace una descripción de las palabras que contienen la grafia "ch" con una explicación sobre su etimologia: son onomatopeyas, la mayoria, y las otras, creo, etimologias más que dudosas.

El sonido

Hay un tipo de palabras castellanas, pero también de otras lenguas romances, que contienen el sonido , escrito en otras lenguas con la grafía “x” (catalán, vasco o gallego), “c” (italiano) y también y ciertas veces como “s”, “j” o “y”. Precisamente muchas de estas palabras con origen en el latín las encontramos con una “i”, con función consonántica o de semiconsonante y semivocal, dando palabras que luego suelen adoptar mayoritariamente la forma de “j” o “y” (“juventud”, “yo”, etc.).


No obstante la forma de escribirse, parece del todo posible que esta “i” inicial consonante o semiconsonante, o la “c” unida a “e” e “i” (“ci”, “ce”), diera sonidos como . Este sonido lo podemos captar no tan solo por su sonido palatal, un tanto oclusivo, a veces sonoro como en la “j” francesa, y a veces sordo como en la “ch” castellana, pero siempre palatal, como si empujáramos la lengua contra el paladar , sino que también se puede captar por su significado que nos previene de la existencia de este sonido, y que el significado de este sonido esta muy en consonancia con su forma de pronunciarse dentro de la boca. Precisamente por enganchar o depositarse la lengua al paladar es que da este significado concreto: el de estar un cosa depositada, echada, una cosa sobre el suelo, o sobre otra, etc.


Etimologías de las palabras con sonido <ch>


Muchas de las palabras que contienen este sonido la Real Academia Española, es decir, de la lengua española, o aun mejor, castellana, no ha encontrado su origen en el latín, sino que les atribuye un significado onomatopéyico, es decir, basado en el lugar (“Topo”, lugar en griego), En eso debo decir que de onomatopeya nada de nada. Ningún lugar, como veremos a continuación, produce ese sonido, pero si que es más que claro que estas palabras tienen que ver con lugares y cosas que se depositan, en consonancia con el significado básico del sonido fonema . Las onomatopeyas son aquellas palabras que imitan los sonidos naturales, exteriores de la naturaleza. Conozco pocas onomatopeyas y aun así creo que todas ellas están contaminadas de significados que no responden al sonido que realmente se escucha. Por poner dos de los ejemplos más claros podían ser: el “tic-tac” del reloj, o el “quiquiriqui” del gallo, como onomatopeyas más aceptables.


La prueba del algodón


De 30 palabras escogidas al azar que contienen este sonido , y además con la misma grafía “ch”, el castellano y la RAE (Real Academia Española) considera que 9 de ellas son onomatopeyas: “chafar”, “chapa”, “chapoteo”, “chaparrón”, “chapurrear”, “chascar”, “charco”, “churro” y “chupar”. Nada menos que el 30 %. Otras 5 son de origen italiano: “charla”, “chanza”, “chaleco”, “chicha” y “salchicha”. Otras 5 de origen francés: “rechazar”, “tacha”, “charcutería”, “chal” y “chaqueta”, 5 que supone un 16 %. De origen latino, aunque dudosas para mi, se detectan 7: “echar”, “chapuzas”, “chancleta”, “chato”, “chico”, “chisme” y “chichón”, un 23 % del total. Por último 4 palabras más con orígenes diversos: “muchacho”, desconocido, “cheque”, del inglés “check”, ‘comprobar’, “chaval” del gitano “chavó”, ‘muchacho’ y “chaparro”, del vasco “txaparro”, ‘mata de encina’, lo que supone un 13 % del total. Todos son datos de la RAE, pero veamos la fiabilidad de esas etimologías.


Del latín


Algunas etimologias no se aguantan como la de “chicho”, del latín “ciccum”, palabra que dificilmente se encuentra en diccionarios de latín, y que significaba 'cosa de pequeño valor'. No seria fácil relacionarla con el vasco “txiki”, 'pequeño', o con un idioma prelatino que diera palabras tan básicas en léxico catalán como “xic”, 'trozo, pizca'.


Otra es el “chisme” que se hace derivar del latín “cimex”, 'chinche'. Se supone que los chismes pueden llegar a picar tanto como un chinche, pero no encuentro otra relación entre un insecto y una forma de hablar, que quizás se relacionaria más con otras palabras como “chistar”, “cuchichear”, etc.


Chato” se hace derivar de “plattus”, 'aplanado', que es perfecto en cuanto al significado, pero, ¿y su fonética? Para llegar a “chato” desde “plattus” haria falta una evolución del tipo: plattus > lattus > llattus > jattus > chatus. Una evolución fonètico no imposible, pero que yo creo que seria más fácil entender “chato” si atendemos al significado basico de , 'depósito', 'cosa tumbada', y relacionarla con palabras vascas como “xafla”, 'redoncha', 'lámina', o “xabal”, 'anchito' o “xapata”, 'zapatilla', o simplemente con otras palabras que la RAE llama onomatopeyas, como “chapa”, en donde queda más que clara su significación de algo que se superpone al suelo, que es más que nada plano, achatado, ancho.


Otra palabra extraña para mi es “chichón”, de un antecedente latino “abscessero”, 'tumor', que no se encuentra en ningún diccionario normal, pero que no dudo que pudiera existir en latín y que ha dado nuestro “abceso”. Pero de aquí a relacionarlo con “chichón” no le veo la relación, sobretodo fonética. Creo que si podemos relacionar la palabra con otras como “chicha”, o “salchicha”, que según nos dice el diccionario de la RAE son de origen italiano (luego las veremos). Yo no dudaria en relacionarla con otras palabras, además de las dichas, como “chicho” o l vasco “txitxi”, 'carnosidad', ya que el bicho o parte carnosa suele encontrarse en el interior de una cáscara, o de una cosa como en el caso del gusano, o del embutido dentro de la tripa, etc.


También “chapuzar” tiene un origen latino dudoso. Se trata de “subputeare”, 'submergirse en un pozo'. Es bastante difícil demostrar, primero, porque este verbo no lo encontramos en un diccionario de latín, y, segundo, porque “chapuzar” es algo más que submergirse en un pozo, y se relaciona con otra palabra catalana como “cabussar-se” oy “cabussereta”, 'voltereta', y en las cuales la primera raiz contenida, “cab-”, responde al extremo del cuerpo, la cabeza, “chap” quizás por influencia del francés, más la raiz “-us”, seguramente derivada del verbo vasco “utzi”, 'dejar, abandonar', aunque ha dado adjetivos con el sentido de 'sin', como en “gam-uza”, 'sin punta', o “emb-ozo”, 'sin boca', etc. Por lo tanto, “chapuzar” responderia al hecho de esconder la cabeza en el agua, o esconder la misma al lado del pecho en el momento de dar la voltereta.


Otro verbo con origen latino es “echar”, forma vulgar del más culto “yacer”, todos derivados de verbos como “iacere”, “iacio”, 'lanzar, tirar', o de “iactare”, con parecido significado. La “i” inicial del latín se corresponderia al sonido o al sonido de la “j” no castellana, como el francés o el catalán. La “ch” de “echar” no se puede atribuir a la “c” de “iaceo”, ya que la “ch” equivale a la “i” que daria también “y”. La “e-” inicial de “echar” que podriamos pensar como resultado de la evolución de “ia-” no es tal, ya que estas dieron “cha-”, y la “e” seria un prefijo añadido posteriormente con el significado de 'afuera', como en otros verbos “e-levar”, o “e-volucionar”.


Para acabar con este grupo del 24 % de origen supuestamente latino, tenemos la palabra “chancleta”, que es evidentemente un diminutivo de “chancla”, aunque no sé la razón porque se hace derivar de “chanca”, que aunque parecido no es la misma palabra. Además, si tomamos “chanca” como origen de la palabra “chancleta”, la RAE dice que proviene de un vocablo latino tardio “zanca”, y que siguiendo la RAE dice que pudiera proceder de una palabra persa “zanga”, 'pierna'. No sé que necesidad tiene la RAE de ir tan lejos para conseguir un concepto como el de 'pierna', cuando el mismo vasco tiene la palabra “hanka”, 'pie, piernaa', o con el mismo castellano “anca”, 'cadera, grupa, parte trasera del animal cuadrúpedo', ya quel parecido con “chanca” es total. También en algunas lenguas germánicas encontramos “hanka” para expresar 'pierna'. Y también sin movernos del castellano más dialectal andaluz tenemos la palabra “chanca”, que significa 'triturar', y “zanco”, 'zapato con suela de madera'. En todas esta palabras, incluso careciendo del sonido , tienen que ver con el pie y con la pierna, y especialmente “chancar” tiene que ver con el hecho de apretar con fuerza una cosa entre dos superficies planas, tal como sucede cuando se pisa con un zapato una cosa sobre el suelo. Precisamente “chanca” enlazaria con la raiz “chap”, que como más tarde ser verá, dió lugar a zapato, puesto que este es basicamente una suela ancha, que se pone bajo el pie para protegerlo en el momento de pisar el suelo. Sin a “chan” añadimos la raiz “cla”, relacionada con la contracción de la raiz “cal”, de la cual derivar palabras como “cal-zar”, con el significado de algo por donde entrar, tal y como pasa con las aberturas de los calzados y otras ropas que se “calzan”, y que también da lugar a palabras con el sentido de cosas que se hunde, que se introducen como, por ejemplo, “in-gle” o “te-cla”, veremos como la palabra “chancla” es de patrimonio ibérico y enlaza con raices antiguas como son “chan” o “cal”.


De origen italiano y francés


Respecto al grupo de las palabras italianas o francesas, cinco de cada origen, que representan un 16 % cada grupo, me gustaria hacer algunas consideraciones. Para empezar con las palabras “chicha” y “salchicha”, ambas derivadas de “ciccia”, 'carne' en italiano, creo que, como he citado antes con “chichón”, habria que relacionarlas con la raiz “xix” o “chich”, que se refiere a todo aquello que se deposita en el interior de algo, tal y como sucede con el embutido y la carne, que es la parte carnosa que se saca de un animal sacrificado, o la parte carnosa de un molúsco, también llamado “chicho”. Por lo tanto no creo que su origen fuera exclusivamente italiano.


También la RAE propone como de origen italiano la palabra “chaleco”,del italiano “giuleco”, proviniente de un anterior turco “yelek”. Esta prenda, como las otras que veremos de origen francés, “chal” y “chaqueta”, han de entenderse como piezas de ropa que se superponen, que se depositan encima de las personas que las llevan.


Otras palabras de origen italiano son “charlar” y “chanza”, que creo tienen más paralelos en otros idiomas y en otras expresiones más coloquiales, como la castellana “cháchara”, o la catalan “xarrar”, que nos acercan al sentido etimológico básico de la raiz “cha” con su sentido de depositar, echar, lanzar, y en este caso, palabras. En el caso que nos ocupa, “charlar” representa una expresión de las muchas que nos da ese fondo lingüístico común europeo, diferente del latín, y en el cual “cha” representa el hecho de: 'hablar continuamente, echando palabras y depositandolas como si de cosas se trataran'.


Continuando con las de origen frances encontramos dos prendas de vestir: el “chal”, que parece ser una palabra que llegó a Francia proviniente de Persia, donde el nombre de “chale” denomina una prenda de ropa similar al chal. La otra prenda que se superpone encima del cuerpo es la “chaqueta” del francés “jaquete”. Estas, junto al “chal” italiano, creo que provienen de un mismo origen en el cual la característica principal de la prenda radica en ser prendas que se echan, que se colocan encima de los hombros, con la particularidad de la “chaqueta”, en la cual podemos extraer la raiz “ak” con el sentido de extraer hacia afuera, ya que como el saco tiene esa funcionalidad de poderse poner y a la vez sacar.


Otra palabra de etimologia francesa, segun la RAE, es “rechazar”, que se hace derivar del francés “chasser”, 'cazar', y que creo que se ajusta mejor a la raiz “cha”, que no se corresponde con el sentido de 'cazar' sino de 'tumbar', 'echar', y en caso de “rechazar”, 'volver a echar', en el sentido de derribar la acometida o el empuje se que hace contra la persona que se defiene y rechazar el embite.


También “charcuteria” pudiera relacionarse con el despiece, corte, y embutido de la carne, a fin de elaborarla de forma más fácil de conservar o con otro aspecto del normal. Esto se relacionaria con las otras palabras citadas: “chicha”, “chicho”, “salchichón”, etc.


Para acabar con el grupo de ascendencia francesa tenemos la palabra “tacha” que se relaciona con “mancha” (otra vez el sonido ) ya que se superponen a una superficie, o se refiere, también, a la cabeza ancha de un clavo, también llamado “tachuela”.


Por lo tanto en este segundo grupo de palabras franco-italianas, representan el 33 % del total escogido, y vemos en el explicaciones o origenes muy lejanos cuando la explicación se puede hacer por comparación con palabras y significados en torno a la raiz “cha”, que abarca desde prendas de ropa (chaleco, chal, chaqueta) a formas de hablar (charlar, chanza, chachara, ...) a formas de presentar y cortar la carne (salchicha, chicha, charcuteria,...).

Pasando al tercer grupo de palabras, las mal llamadas onomatopeyas por la RAE, vemos que son 9, nada menos que un 30 % de las 30 del total. Deberiamos preguntarnos como es posible que tantas palabras, y todas con el sonido-fonema , sean de origen onomatopéyico. Aunque en el vasco se da que este sonido es utilizado como fórmula para expresar dimutivo de otra, este caso no se da nunca o casi nunca en el castellano. Más bien hemos de ver en este sonido un significado concreto que no responde a un sonido existente en la naturaleza, aunque puede que en ciertos casos se dé algo parecido. Este sonido responde al hecho de poner la lengua en el paladar, con cierta presión, y con ello se establece una figura con todo aquello que rodea al hombre y que se pueda representar por una cosa superpuesta a otra, de forma que una se aplasta sobre otra. El hecho de superponer, de echar, de depositar, de ejercer cierta presión plana sobre otra cosa, esta prefigurada en el sonido que produce la lengua sobre el paladar, es decir, el fonema “ch”. También se da el caso que el hecho de superponer el pie o otras cosas planas sobre la superficie del agua produzca un sonido que pueda recordar, aunque sea minimamente, al sonido de la lengua sobre el paladar. Por ello, de todas las palabras, quizás “chapoteo” pueda ser onomatopéyica, sinembargo otras parecidas como “chapa”, de la misma familia, no producen ningún sonido pero si se relaciona con el hecho de cosa aplanada que se superpone a otra. De la misma maner pasa con el verbo “chafar”, en el que dos superficies que entran en contacto producen un aplastamiento de otras cosas menores y más frágiles que se encuentren entre medio.


También el “chaparrón” se refiere a las nubes anchas, aplanadas, que suelen descargar violenta y rápidamente su contenido en lluvia. Igualmente pasa con otras palabras como “chaparro”, que la RAE atribuye al vasco “txaparro”, en origen 'mata baja de encina' y que es utilizada para cualquier cosa especialmente ancha, plana y baja. Tampoco me cabe duda que el gitano “chavó”, 'muchacho' tenga que ver con “chaval” y “chaparro”, así como todas las otras palabras de esta serie, que como hemos visto se refieren a algo que esta depositado, echado, tumbado, con forma baja y aplanada, y con diferentes aplicaciones como podemos ver. Es también muy probable que de “chapa” o “chaba” surgiera “chapata” tal y como hoy dia aun se le da a la barra de pan, de origen italiano, especialmente aplanada o aplastada. También de esta raiz surge “zapata” o “sabata” , es decir, la suela o chapa que se coloca en la base del pie para su protección. Seguramente la “-ta” final responde a un participio pasado (-da, -ta, -do, o -to), que da lugar en muestro idioma a adjetivos y que deberiamos leer en base a la forma verbal vasca “da”, 'el es o està'.


Continuando con la siere de supuestas onomatopeyas encontramos la palabra “charco”, donde más que en ninguna otra palabra queda clara la significación de “cha” como aquello que se tira, que se deposita sobre el suelo, en este caso agua de lluvia sobre la tierra, más o menos arcillosa que no la absorve.


Respecto al agua o a las materias líquida o plàsticas, encontramos que cuando son aplastadas y sometidas a presión, escapan por los lados partes de estos líquidos o matérias plásticas, produciendose lo que conocemos como “chorros” y “churros”, es decir, corrientes que surgen del deposito”cha”. Cuando en este depósito la fuerza es ejercida desde arriba, como absorción, tenemos las palabras “chupar”, en castellano, y “churrupar”, en catalán. Ambas se relacionan con “churro” a la cual se añade la raiz “op/up” con el sentido de separar hacia uno, en este caso, hacia el que chupa o absorve.


Ya para finalizar con este grupo tenemos la palabra “chapurrear” que, a mi manera de ver, mezcla la raiz “cha” que venimos estudianto con la raiz vasca, pero no solamente vasca, “apur”, 'trocito, resto, miga', de la cual se obtienen palabras castellanas como “purria”, “podrir”, “porro”, “porra”, etc.


Etimologias diversas


Del apartado de varios, tenemos 4 palabras, de las cuales 2 ya hemos tratado al hablar de “chaval”, 'muchacho', con su supuesto origen caló “chavó”, y de “chaparro”, con su relación con el vasco “txaparro”. Pero tenemos dos palabras más: “muchacho”, de un anterior “mocho”, del cual “muchacho” seria un diminutivo de concomitancias vascas o gallegas (Jose-chu, Mon-cho, etc.). Según la RAE “mocho” seria una palabra de origen desconocido. Creo que en este caso habria que avanzar la etimologia y decir que “mocho” puede relacionarse con otra palabra que también significa 'muchacho': “mozo”, es decir, el chicho o joven que esta en edad núbil pero aun soltero. Vease el parecido entre “mozo” y “mocho”. Creo que “mocho” o “mozo” responden al adjetivo vasco “motz”, 'cortado', del cual se obtienen palabras como el mismo “mocho” de fregar, o el verbo “desmochar”, para la acción de cortar o despuntar ramas. También se dice que las mozas o los mozos de antaño, especialmente en la provincia de Vitoria, solian ir con el cabello cortado, como diferenciación, especialmente en las mujeres, de estar solteros. En cambio las casadas, además del pelo largo, lo llevaban cubierto. Otro nombre que enlazaria con “mocho” y “muchacho” seria el vasco “mutil”, 'muchacho', que a su vez se relacionan con palabras con idéntico significado como “mudo”, “mutilar”, etc.


Ya por último la palabra “cheque”, de origen inglés segun la RAE. Este nombre y a la vez verbo indica 'comprovación' que es el sinónimo de “chequear”. Pero yo creo que, aunque pudiera ser una palabra original en inglés, no está del todo ausente de nuestro léxico o léxicos ibéricos, como son el “txiki” vasco, 'pequeño', o el “chic”, catalán, 'trocito que se extrae', ya que el “cheque”, al igual que su homónimo “cheque” referido a los botones que se unen por presión, y que se abran extraiendo uno de otro, tiene su principal significado en algo pequeño que se extrae del otra cosa, de la matriz, y que sirve como muestra del conjunto, y de aquí su accepción de 'comprovar'.


Este pequeñito grupo de 4 palabras representa un 14 % del total. En conjunto las 30 palabras tienen unos origenes no tan claros como tratan de exponer la RAE, sino que muchas de las onomatopeyas no son tales, y muchas de las etimologias propuestas (francesas, italianas, latinas, etc.) no quedan claras sus explicaciones como etimos de las palabras propuestas. Al contrario, las palabras primitivas de las que podria derivar son compuestos de la raiz primitiva “cha” o del fonema , que seguramente influyo en todos los idiomas, presentes y pasados, para dar su sello característico y su significación inconfundible.


Respecto al fonema puede venir expresado con diferentes grafias y, por efecto de evoluciones fonéticas diversas, pronunciarse hoy dia un tanto diferente de como debia ser en un principio. Así en el idioma vasco, donde encontramos muchas palabras con este sonido (“xafla”, 'lámina', “xera”, 'caricia', “xerca”, 'rebanada'), también encontramos muchas otras que actualmente no se pronuncian con este fonema , sino que se ha sustituido por influencia castellana por el sonido , y por tanto muchas palabras que en principio debian pronunciarse como hoy lo hacen con la castellana, como en “jarleku”, 'asiento', “jarrera”, 'postura', “jan”, 'comer', o “jaurtiki”, 'lanzar, arrojar'.


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Comentarios

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  1. #1 Llug 29 de ene. 2008

    Interesante, Lapurdi.  De todas formas planum>chano en ast. occidental (chao en gallego), no podría chato provenir de otro romance ibérico, al igual que chepa (del aragonés) o cacho (del gallego)? 


    Redondeando la jugada, Arturo Fernández (chatín) es del barrio de El Llano ;-D

  2. #2 Kullervo 29 de ene. 2008

    Pues claro, amigo Llug..

    chato, ta.

    (Del b. lat. plattus, aplanado, y este del gr. πλατύς, con infl. gall. port.).

    Esta acepción es la propuesta por la RAE. El cambio PL-> CH es típico del portugués. ¿O no recuerdas que en las GALP de Portugal se puede leer "Sem Chumbo" (sin plomo) en los surtidores?

  3. #3 Llug 29 de ene. 2008

    jejeje sí, de hecho, ese chombo lo ando buscando yo por Asturias, porque teóricamente es la evolución que habría seguido también en el occidente, pero no se lo escuché a nadie todavía :-(


    Lo que estoy es perdiendo reflejos, porque también consulté el DRAE, pero la vista me llevó a chalana y me impidió ver lo de infl.


    Salud

  4. #4 lapurdi 29 de ene. 2008

    Precisamente cuando habla de "chato" y pongo en duda lo de
    "plattus", digo que la evolución fonética, especialmente en el
    gallego-portugués, no es nada extraña, pero, me pregunto, si existe
    plano y aplanado, porque hubo de evolucionar por otro lado a chato?. Ja
    se que el gallego "cha", como en terra cha, es llano o llana, pero esto
    no existe en castellano, ni tan solo en catalan (pla). Por tanto, por
    qué no pudiera ser la evolución otra, desde un fondo prelatino, hacia
    gran cantidad de palabras que contienen ese fonema.

    También en castellano existe "achatar", "chanflan", un vaso "chato", y
    no creo que todos sean evoluciones de "plattus". Siempre cabe la duda
    de su origen y de sus vias para llegar a una lengua.

  5. #5 Llug 29 de ene. 2008

    mmm no me hagas mucho caso, pero creo que plano en castellano es cultismo, la palabra patrimonial es llano. 


    Salu2

  6. Hay 5 comentarios.
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