Cuando nací no sabía que era...poco a poco me di cuenta de que existía algo muy vago llamado "lo mexicano", o "lo nuestro" o como quieran decirle. Aprendi a hablar, leer y escribir una forma de castellano mejicanizado que me enseñó mi abuela materna. Por las tardes nos sentabamos en al batiente del corredor de la casa, en el pórtico, y ahi había un ladrillo con la marca del fabricante de baldosas...decía: mosaicos Hércules, Guad. Jal. , con el dedo, y de la mano de mi abuela recorría las letras y descubrí que eso era leer.
Asi me enteré de muchas cosas, entre las primeras estuvo la vida de Velazquez, el de las meninas. En el jardín de niños me regalaron ese libro. Del corredor a la cocina descubrí los sabores mexicanos, y los modos de hablar de mis tias, los modos de comer de mi familia, y mil modos más de ser algo que todavía no se sabe que es: ser mexicano.
Con mi abuelo paterno sucedían otras cosas: llegaba de repente y les decía a mis padres: -Vamos a ir a los Altos, me llevo al güero.- O sea yo. Lo emocionante del paseo era que entre caballos, armas y tierras muy amplias, la tarde y el día siguiente se convertían en un sueño extraño de realidades belicosas, himnos marianos, pláticas con ancianos y buenas comidas alteñas.
El regreso era lo mejor: en un autobus desvencijado miraba a los pasajeros de todo tipo, corte y calaña. Unos malencarados, otros dormidos y otras muy bellas. En mi infancia, las mujeres tuvieron un gran efecto. Desde la sabiduría de mi abuela que me enseño a leer y cantaba en occitano, la energía de mi madre y la sensualidad y belleza de todas las demás que me rodeaban y rodean hasta la fecha. (Lo celebro agradecido.)
Creo que ser mejicano de tiempo completo debe ser algo muy enfadoso, algo asi como ser "necionalista" profesional que a la primera provocación saca las banderas y entona los himnos.
Lo mismo puede pasar con lo que sea. Al final es aburrido. Mis tíos, andaluces, muy majos y toreros eran tolerables y graciosos por un rato, pero después de cinco horas de oles y muletazos, la cosa se ponía pesada. Lo mismo con un señor cubano que iba de visita y que se creia una especie de gracioso de tiempo completo, que daba en cara con dos o tres chistes, que a la cuarta se quedaban sin chiste.
Creo que los estereotipos de lo mejicano, lo español, lo gringo o lo afganistano, son lo que echan a perder las cosas. Al final de cuentas todo es igual. Y no se es más de esto o de a aquello por andar desfaciendo entuertos todo el día.
La pregunta pertinente sería entonces: ¿Donde, como y que es eso de ser como se es?...¡Que define una nacionalidad, una raza, una pertenencia, un modo de pensar, sentir y hacer?
Muchas Romas, muchos romanos...muchas Españas muchos españoles, muchos Méxicos, muchos mexicanos.
Conservar la esencia de algo significa reconocer el órigen. En realidad somos un masacote de pluralidades. Una ensalada, si se me permite la referencia culinaria...un poco de esto y aquello y tal de aquí y tal de alla y le meneamos para este y ese lado y miren : aqui esta el ser gallego, o mejicano, o alteño, o madrileño, o español, o tapatío. (Los tapatíos somos los nacidos en Guadalajara, México y eso es furibundamente diferente a ser mexicano o chilango)
Por ejemplo, el estereotipo de lo "mejicano", que se difunde en todas partes no es uno solo...algunos lo imaginan como un tipo que está dormido, recargado en un cactus y agazapado bajo su gran sombrero. Otros lo imaginan como alguien con enormes bigotes y enfurecido, blandiendo una pistola, otros como un charro muy bragado en su caballo, cantando canciones rancheras.
Con los españoles sucede lo mismo, o a mi me sucedió, cuando visité por primera vez a la Madre Patria ...lo andaluz me encanta y cuando descubrí Galicia quedé sorprendido por la impresionante calidad de la gente, y sus bosques maravillosos y su industria y su cocina, no vi nada que me indicara que la fama que se les atribuye, sea cierta. Y me falta descubrir toda España y todo México.
En cualquier parte pasa lo mismo, y termina uno por convencerse de que lo más importante es reconocer las semejanzas en lo diferente y las diferencias en lo semejante.
Antes de que los medios de comunicación existieran, no teníamos ninguna imágen clara de nada...y hoy estamos peor... cualquier revista o sitio del ciberespacio nos informa y desinforma de todo o casi todo. Y asi se forman los prejuicios. Un ejemplo histórico, son las historias sobre la esclavitud a la que se sometieron a miles de personas buenas y nobles en Africa.
Los estereotipos sobre las personas de piél oscura se difundieron con facilidad por medio de grabados...la imprenta hizo su parte en la fabricación de los prejuicios. Hasta el mismo Mozart en la ópera de "La Flauta Mágica" los toma como sinónimo de feo o espantoso.
En Méjico, los gachupines no tenían tan buena fama entre algunas personas. Se les veía con desconfianza, como si fueran el vivo ejemplo del abuso prejuicioso, promovido en parte por las leyendas populares, los chismes y los chistes, y por la leyenda negra que nadie sabe de ella, pero que la mayoría se la cree a pie juntillas, gracias a la anticuada verborrea oficial y jacobina. Pero por fortuna, esto comienza a cambiar.
Los árabes siempre serán negociantes; los gringos, turistas y tontos; los chinos, misteriosos; los chilangos, tramposos; los cubanos bailarines tropicales; los suizos extraños y precisos (¿Que se puede esperar de un pueblo que se dedica a fabricar navajas, relojes y quesos y guardan el dinero de todo el mundo?)...los hindues, desarrapados; los franceses buenos amantes; los italianos, gritones y en el "dolce far niente"; los brasileños baile y baile sambas eternas; los argentinos...sin palabras; los suecos, medio locos por el frio; los rusos bailando la balalaika y con vodka en el cerebro; los mejicanos, enchilados y perezosos; y al fin: los humanos...incomprensibles.
Uno escoge la máscara para presentarse, el único problema es que las máscaras son animales resentidos, ambiciosos y hambrientos, a los que hay que darles de comer.
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Creo, Arquidioniso, que es bueno hacer como el topo de Kafka y alejarse un poco de uno mismo. Por ej. recuerdo que Rivano, filósofo marxista, ateo, fué una vez embajador en China. Dijo que la diferencia fundamental entre los chinos y nosotros, radica en que somos cristianos y ellos confucianistas. Son miles de años, están -casi- en el ADN.
En un período de mi vida en que -lamentablemente- viví en Norte-norteamérica, estaba de turno en un Hospital, sin mucho que hacer, y un colega gringo me invitó a un partido de pool. Al poco rato me dijo 'That's dirty pool'. El pool de los gringos -no sé cómo será en México- consiste en avisar qué bola se embucha, no hay suerte -en Chile se dice rajazo- tampoco se puede hacer 'pillo', dejar intencionalmente mal colocado al adversario. Eso es dirty.
Toda la gracia del juego para nosotros es el rajazo y el pillo, sin ellos carece de todo interés. Porque todo chileno vive pensando en el rajazo que alguna vez le tocará, la Lotería -en Chile Polla, lo que hace gracia a los españoles- , el puesto en el Gobierno, el buen negocio, etc. y así mismo vivimos haciendo pillo a nuestros compatriotas. Mal hecho. Pero tú me comprendes que no se puede degustar una cazuela sin sal.
Tengo la duda de dónde viene la palabra gúero. En Chile es un huevo sin yema.
Voy a hacerme un café en olla, a ver cómo resulta.
DRAE:
huero1, ra.
(Del dialect. gorar, empollar, incubar).
1. adj. Vano, vacío y sin sustancia.
huevo huero:
1. m. El que, por no estar fecundado por el macho, no produce cría, aunque se echa a la hembra clueca.
huero2, ra.
1. adj. Méx. güero
güero2, ra.
(Voz indígena).
1. adj. Méx. Dicho de una persona: Que tiene los cabellos rubios. U. t. c. s.
Servan, te comprendo...el ingenio de los que nacimos en América es diferente del de los que simplemente obedecen reglas...en el pool o en cualquier otra cosa estamos en la esperanza mágica de las intervenciones misteriosas, ya sea celestiales o terrenales...desde el Milagro que nos hace la Virgencita, o el favor que viene del compadre, o la trampilla ingeniosa para no formarse en la cola y llegar al trámite lo más pronto y seguro...el misterio de misterios se presenta cuando logramos cruzar el puente entre "el ya merito y el ya ni modo"...expresiones mejicanas que significan ya casi y ya ni caso.
Lo de güero se usa para designar a las personas de cabellos rubios, tez blanca o de ojos claros. En los Altos de Jalisco existen genes que seguramente vienen desde la época de la Conquista...españoles de diversas procedencias, principalmente catalanes, andaluces, gallegos y castellanos, además de franceses y austriacos que por razones misteriosas se quedaron en la región.
El café de olla (segun la receta mejicana) se hace con canela y piloncillo o azucar morena. El agua hervida recibe el café y se deja unos momentos, el azucar se le agrega segun el gusto. La canela es poca y va al principio. Si se le agrega leche y tequila se le llama "pajarete"...es muy usado en los establos y se toma muy temprano, casi al levantarse.
Sí, Arquidioniso, nosotros esperamos todo de la Virgen, del partido, del Gobierno, del rajazo, de la revolución, de la contrarrevolución, por último del papá, los gringos con su educación protestante esperan todo de su esfuerzo. Vamos a tener que modernizarnos.
Gracias Jeromor. De qué palabra indígena vendrá ese gúero. No tengo cremillas.
En Arauco hay una zona de araucanos rubios, al parecer descendientes de mujeres que llegaron en buques naufragados. Los araucanos valorizaban mucho estas mujeres, botín de guerra, y lo inverso también ocurría, según he escuchado.
En mi casa hubo un mozo araucano que se sacó la Polla -Lotería. Desapareció un mes y volvió, feliz, sin un peso. Había cumplido el sueño de su vida, tener una mujer rubia y un reloj de oro.
Los huevos hueros resultan de los amores de una gallina con un basilisco.
Me encuentro infinitamente fiel a los principios de los mayores. Mi hijo me llama viejo, aunque mi padre no sé si me lo hubiese tolerado, a mí me gusta porque al menos me llama, me defi¡ne. Soy el viejo.
Creo que está ocurriendo algo: La sociedad nos está robando nuestros hijos, están ocupando el lugar de los abuelos; están cambiando el estado de las cosas, ya no eres ni madre ni padre de tus hijos, es mejor ser el viejo.
Están tontos de futuro, el presente ya pasó, el pasado nunca ocurrió.
Como vamos a ser nación, si no somos familia.
(DGLA)
güeru,a,o-
significados:1- húmedo. En tiempo de niebla en montaña.
2- Rubio, a. A veces se dice de las vacas pardas.
3- Clueca. La gallina que está empollando.
4- Huevo sin fecundar.
5- Vacío, a. A cualquier cosa que debiera estar llena.
(DGLA)
charru, a, o- poco elegante o de mal gusto. vestido llamativamente.
gachopin, ina, ino- agachado, encogido para no ser visto.
Del roto chileno. Rotos somos todos los chilenos, pero también significa 'plebeyo'.
Hay rotos caballeros y hay caballeros rotos. Así le pusieron en Perú a los soldados de Almagro, tanto porque regresaron de Chile rotosos, como por una voz quechua, rutu. A los muchachos en el Imperio Inca se les cortaba el pelo, se les 'trasquilaba' en una ceremonia. Eran los rutus. Y los almagristas fueron por lana y volvieron trasquilados. Humor español.
En México, los "rotos" son calificativos populares de un amplio rango de valor semántico. Se les llama "rotos" a los que en la ciudad de México se arreglan y visten con cuidado, aunque sea una vez en su vida...de desarrapado a roto...y también se les llama "rotitos" a los que están en una contínua lucha económica, desde la pobreza cotidiana y sus presiones. Son palabras de un caló exclusivamente urbano, chilango o capitalino, reservadas a una clase social más bien baja e inculta. En el resto del país, lo roto es lo que se rompió. Es un término en desuso.
El charro es quién realiza faenas campiranas para arriar y manejar ganado vacuno y caballar. Hay que recordar que en los tiempos de la colonia existían unas ordenanzas que limitaban el uso del caballo a los españoles y criollos. Por ello, el charro se ve limitado en su dimensión geográfica a las tierras centrales o del bajio mejicano en las que se instalaron las haciendas, en su mayoría propiedad de los jesuitas y que después de su expulsión, fueron vendidas a los terratenientes menores.
La charrería es una forma de vida muy organizada,que se extiende a algunos estados del país. Exige la tenencia de, al menos , dos caballos y la tierra suficiente, lo que la convierte en exclusiva de una clase social de posición elevada. Es simbólica de lo "mejicano".
En cuestion de maneras y modos, la "caballerosidad" es más una forma europeizada de la cortesía criolla o mestiza. En el mundo indígena mejicano se manifiesta por medio del respeto llamado "tzin"(en nahuatl), para denominar a las personas mayores o de gran dignidad, como abuelos, señoras, sabios, sacerdotes y niños pequeños. Es más una dignidad que se alcanza por las acciones, que un membrete social. En otras etnias existen diversas palabras con el mismo significado.
Alevin...recetas sabrosas, laboriosas y prometedoras. Gracias
Saludos a todos
El traje de huaso chileno debe ser andaluz, excepto la manta.
Me gusta mucho la montura mexicana, supongo que vendrá de algún tipo español.
Al campesino chileno se supone le agrade la cueca, la verdad es que prefiere los corridos mexicanos.
Queridos amigos Servan y Alevin
En esto de las monturas y trajes hay un mundo entero por descubrir, y si le añadimos la musica tradicional, los corridos por ejemplo, se convierte en una constelación de dimensiones mayores. Los temas los abundaré en un artículo.
Las monturas se adaptan a las faenas, y todas las partes que la componen responden a las funciones específicas de las labores: arriar, perseguir, atajar, lazar, derribar, arriendar, etc.
Las condiciones del suelo en el campo mexicano también influyen en la disposicion específica de los estribos y el herrrado de los caballos.
Y el traje aunque muestra el origen salmantino, se adapta en el corte y la hechura para que se ajuste a la función. El traje de charro es un bello ejemplo de armonía entre función y forma, que responde a las necesidades utilitarias de las faenas del campo y a las expresiones sociales de una clase determinada en la sociedad mexicana.
Los trajes son desde el más sencillo y cotidiano llmadode faena hasta el que se usa sólo en las ocasiones muy señaladas. Las telas, colores, botonaduras y accesorios son especiales y distintos en cada caso y están reglamentados por las disposiciones de la Federación Nacional de Charros, organismo de máxima autoridad en estas cuestiones.
Ahora con la urbanización acelerada de algunas regiones en México, las áreas de campo y hacienda quedan restringidas a unos cuantos que conservan las tradiciones de trabajo rural. Sin embargo, la charrería se convierte en el "deporte" nacional, en su expresión urbana. Que aunque no ejecuta las mismas faenas que en el campo, resalta las maniobras ecuestres para lograrlas: doma, cala y monta del caballo; floreo de reata o lazo y su uso para atajar al ganado en dos formas: mangana y pial, es decir: lazo a las manos del animal y lazo a las patas. Tambien está la coleada o derribo de la res tomandola por la cola, y jalandola a toda carrera para hacerla caer. Viene después el cambio de montura al galope, de yegua arrendada a yegua bruta y sin montura. A esta faena se le conoce como "paso de la muerte".
En fin hay mucho que decir de estos temas tan queridos para mi y que nos relacionan con el resto de America y con España.
Saludos cordiales
Uma...como siempre has dado una certera lanzada al centro del corazón.
Gracias por esta referencia valiosisima.
Más de uno quedará encantado al saber del Charro Julian Sánchez. Mi familia es de un pueblo llamado San Julian, en los Altos de Jalisco...todos charros desde el adelantado de Cortés, Juan Zermeño, que se aventuró a la crianza de caballos donde ahora se alza el caserío.
La charrería me toca en la sangre y en el alma y aunque sea un pirata echado a perder, recuerdo mis tiempos de faenas y de aquella yegua que tanto me enseñó. Se llamaba La Colorada...canela, careta y estrella, tresalba de buena alzada y mejor rienda. Habilísima para atajar y pararse en las lazadas. Obediente a las espuelas, solo a su retintin, sin picarla ni rajarla. La rienda a su medida y presta a la voz bien dada. Murió desbarrancada y la lloré.
Gracias Uma
Que yo sepa, el único virrey de la Nueva España originario de las "cercanías" del Laredo montañés fue el primer conde de Revillagigedo, aunque realmente había nacido en Reinosa. Y fue durante su etapa cuando los nombres montañeses o santanderinos se emplearon en territorio mexicano, especialmente en la zona de Tamaulipas, entonces denominada Nuevo Santander (incluyendo la Reynosa de Tamaulipas o de san Antonio). Pero su nombre era Juan Francisco Güemes y Horcasitas, nada que ver con gachupín. Su hijo y posterior virrey también, Juan Vicente Güemes y Pacheco de Padilla, había nacido en La Habana.
http://personales.mundivia.es/flipi/Cuadernos/Cuaderno_4/Conde_de_revillagigedo.htm
Cachopín es un apellido laredano que aparece en el capítulo XIII del Quijote ("Aunque el mío es de los Cachopines de Laredo, respondió el caminante, no le osaré yo poner con el del Toboso de la Mancha puesto que, para decir verdad, semejante apellido hasta ahora no ha llegado a mis oídos. Como ese no habrá llegado, replicó Don Quijote."), en la previa Diana de Montemayor (“Yo os prometo, a fe de hijo dalgo, porque lo soy, que mi padre es de los Cachopines de Laredo…”.) , pero que también se cita bajo la forma de guachapín, como en el poema de Andrés Rey de Artieda, dramaturgo valenciano del s. XVI, quien señala en una de sus octavas dedicadas a Don Antonio de Cardona, a cuyo linaje vinculó la descendencia de Colón: "No se gastó mejor papel ni tinta / Ni mejor se deslinda este misterio / que a donde el Lusitano un paje pinta / que sus hechos platica con Valerio (...) / hasta mostrarle al ojo y con el dedo / que es de los Guachapines de LAREDO."
La primera cita de algún miembro concreto de la familia Cachopín aparece enlasBienandanzas e Fortunas (1471-1476), de Lope García de Salazar (quien, al citar los linajes de Laredo, refiere "E deste linaje de Villota, sucedió Ruy González de Cachopín") y en la Historia General de Vizcaya, de Iturriza, p. 26, donde se menciona al Doctor García Fernández de Cachopín, natural de Laredo y autor de un libro de historia titulado las Grandezas de Vizcaya de 1386 (realmente del s. XVI), donde refiere que el origen de la palabra Bizcaíno derivaría de una frase de Cesar Augusto a los rebeldes cántabros que sería Biz-Caynes, es decir, dos veces peor que Caín. En documentos oficiales, consta en la A.G.S. Cámara de Castilla, Memoriales. Leg. 118, doc. 108, una referencia en 1517 a "el bachiller Rodrigo Cachopín, regidor de la villa de Laredo", y en el mismo archivo Leg. 155, doc. 51,otra referencia, de 1522, a "los hijos y herederos del bachiller Cachopín y sus consortes," y a "Juan Cachopín, vecino de la villa de Laredo," (Leg. 155, doc. 96), quien en 1534 es citado como escribano (Leg. 221, doc. 66),
Sin embargo, el apellido cachupín aparece mencionado como más antiguo que cachopín en las referidas crónicas oficiales, donde se citan ambos apellidos en Laredo a comienzos del s. XVI. De hecho, la primera cita de Ruy González Cachupín, obispo de Burgos, está datada el 14 de diciembre de 1487 (A.G.S. Cámara de Castilla. Pueblos. Leg. 10, doc. 31). Y la segunda cita es de 7 de agosto de 1494, referida aPedro Ruiz Cachupín, procurador general del concejo de la villa de Laredo, figurando el mencionado Ruy González Cachupín como testigo (A.G.S. Cámara de Castilla. Pueblos. Leg. 10, doc. 34). El 12 de agosto de 1494 aparece de nuevo citado un Martín Ruiz Cachupín, demostrando que el apellido resultaba habitual de la villa de Laredo. El 14, 19, 20 y 25 de febrero de 1495, y 4 de abril de 1496 se menciona a el escribano de la villa de Laredo Ruy González Cachupín, quien por lógica ha de ser diferente del obispo de Burgos ( A.G.S. Cámara de Castilla. Pueblos. Leg. 10, doc. 75, y Leg. 20, doc. 555, 569 y 576).
En 1504, los archivos de los Reyes Católicos muestran que los Cachupín, o más exactamente, el linaje Villota-Cachupín, es una de las dos familias más importantes de Laredo:
Por su parte, en México, el texto de Juan de Cárdenas, de 1591, emplea la palabra “cachupín”, mostrando que esa era la forma original del nombre :
“Para dar muestra y testimonio cierto de que todos los nacidos en Indias sean a una mano de agudo, tracendido y delicado ingenio, quiero que comparemos a uno de los de acá con otro rezín venido de España. Y sea ésta la manera, que el nacido en las Indias no sea criado en alguna d'estas grandes y famosas ciudades de las Indias, sino en una pobre y bárbara aldea de indios, sólo en compañía de quatro labradores; y sea, assimesmo, el cachupín o rezín venido de España criado en aldea. Y, júntense éstos, que tengan plática y conversación el uno con el otro: oyremos al español nacido en las Indias hablar tan pulido, cortesano y curioso y con tantos preámbulos, delicadeza y estilo retórico no enseñado ni artificial, sino natural, que parece ha sido criado toda su vida en corte y en compañía de gente muy hablada y discreta; al contrario, verán al chapetón, como no se aya criado entre gente ciudadana, que no ay palo con corteza que más bronco y torpe sea. Pues ver el modo de proceder en todo del uno tan differente del otro, uno tan torpe y otro tan bivo, que no ay hombre, por ignorante que sea, que luego no eche de ver quál sea cachupín y quál nacido en Indias”.
Por tanto, resulta más que probable que la referencia cachupín/gachupín mexicana provenga del apellido de la familia laredana Cachupín, aunque la forma en que el mismo arribó a México no pueda determinarse con exactitud.
Desgraciadamente, la palabra gachupín también tuvo un uso ciertamente lamentable, como el protagonizado por el cura Jose María Morelos durante su guerra de independencia: ”¡Abrid los ojos, americanos, que la victoria está por nuestra! Ya hemos matado más de la mitad de los gachupines que había en el reino. Pocos nos falta que matar, pero en guerra justa; no matamos criaturas inocentes, sino gachupines de inaudita malicia”.
Menos mal que Arquidionisio piensa de otra manera. Espero que sean más los arquidionisios que los morelos en el México actual...por mi parte, cuando estuvé allá me sentí como en casa.
Teshub...bienvenido siempre. Gracias por la abundante documentación que aportas.
Por fortuna, la idea de antihispanidad ya es vieja por aca, aunque siempre hay algunos ,que con rabias artificiales claman "justicia y venganza". Ganapanes acomodaticios e idiotas útiles a las oscuras maniobras jacobinas que no acaban de extinguirse.
Antes lucían camisas rojas proletarias, hoy lucen camisas verdes ecologistas...y de vez en cuando se disfrazan de penacho, arco y flechas para hacer el ridículo el dia 12 de Octubre...el resto del año son simples zombies al servicio del amo imperial del consumo.
Sigamos contruyendo puentes y reconociendonos como hermanos.
Incluido el cura Morelos y Pavón que cayó en la jugada que le tendió la masonería de entonces. Guerrillero de poca fortuna y mucha memoria, intentó, solo eso, lograr la unidad américana aun antes de Bolivar. Pero esas épocas de mártires y heroes son solo historias que habría que aclarar. Hay más que no se dice , que lo que se "sabe".
No se le quitan sus méritos, pero tiene su lado oscuro. Aunque tenga nombre de calle.
Alevin...Lo bueno de las palabras es que vuelan alto y bajo y al hacerlo transforman sus significados....aunque suena no tan bien como un elogio, el bendito exponente proteico, que le decimos en semiótica, ha hecho de las suyas y "gachupin" no es más un calificativo despectivo. A los españoles en México, se les quiere y se les abren las puertas, como a todos los que han llegado a trabajar y a dar sus buenas cosas. La palabreja revolotea por ahi, pero sin mayor cosa.
Como curiosidad, cabe señalar que en esa casa de los Vélez Cachupín de Laredo estuvo hospedado Simón Bolívar, por gentileza de Modesta Vélez Cachupín, "la Cachupina". No deja de resultar irónico que quien luego abanderó el odio a los gachupines/chapetones estuviera alojado en la casa de la familia de quien supuestamente deriva la palabra. Seguro que ese detalle le encantaría conocerlo a Hugo Chávez y su revolución bolivariana.
Es decir, toda la actividad de la familia cachopín o cachupín en el s. XVI se centraba en el comercio laredano con los Países Bajos y Francia, sin relación con América -lo que por otra parte era lógico teniendo Sevilla el monopolio del comercio de las Indias-.
Laredanos en América en el s. XVI hubo, los Alvarado, pero no eran cachupines ni vivieron en México (Hernando de Alvarado formó parte de la expedición de Pizarro al Perú, y García de Escalante Alvarado fue cronista de la expedición de Villalobos a Filipinas). El único laredano que sí tuvo cargos en México en el s. XVI fue Rodrigo de Vivero y Velasco (1556-1636), gobernador de Nueva Vizcaya hacia 1590, luego de Filipinas en 1604 (primer español que estableció relaciones diplomáticas con Japón en 1610, escribiendo una interesante "Relación que hace don Rodrigo de Vivero y Velasco, que se halló en diferentes cuadernos y papeles sueltos, de lo que le sucedió volviendo de Gobernador y Capitán General de las Filipinas, y arribada que tuvo en el Japón..."), y a su retorno a México nombrado conde de Orizaba, Maestre de Campo y general de tropas de Nueva España hasta su muerte en 1636. Rodrigo fue sobrino del segundo virrey de Nueva España, Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón, palentino de Carrión de los Condes. Pero no era de la familia cachupín.
De todas formas, en 1620, había miembros de la familia Cachupín, los Ruiz-Cachupín, en villas de Burgos (Cigüenza, Bocos, Villanueva de Ladrero), y probablemente en otras provincias...de modo que el nombre puede haber llegado a México sin proceder directamente de un laredano.
Por cierto, esta es la casa-torre histórica de los Vélez Cachupín de Laredo, con doble escudo, que se derribó en 1908 para poder ampliar la vía que sería la carretera general
Frater Pedrarias de Almesto....cuidemos lo poco que nos queda de ese mundo...
Salud...!
Supongo que ya lo conocen. Hay un libro muy interesante publicado por el Colegio de México: Del gachupín al criollo:o de cómo los españoles de México dejaron de serlo. La autora es Solange Alberro, y si no lo han leído es altamente recomendable que lo hagan. Particularmente me gustó del libro que refleja no sólo la brutal transformación de la población indígena, que fue, evidentemente la que padeció los mayores traumas, sino también la transformación del gachupín al entrar en contacto con esa nueva realidad. Algunos capítulos me tocaban de cerca...como la experiencia de los primeros españoles con las tortillas. Varios siglos después yo cmpartía la misma opinión que aquellos españoles: las tortillas calientes podían tolerarse...frías NUNCA.Me hizo reir la añoranza del pan que yo sentía..Claro está,como sabrá cualquiera que haya podido estar en México el tiempo suficiente como para comparar, no es lo mismo una tortilla MASECA fría que una tortilla de esas que te preparan a mano en los mercados. Sobre aspectos culinarios también me tocó de cerca un libro, en este casouna novela, Quién como Dios de Eladia González,Planeta 1998, en la que se narra la historia de una familia de san Miguel de Allende, y donde para desgracia de la matriarca una de sus hijas casa con un gachupín, al que poco a poco tratan de "introducir" en la cocina mexicana. Me sentí especialmente identificada con el desagrado hacia el cilantro que mostraba el español. Ahí tomé conciencia de que casi cada aspecto de nuestraforma de ser y comportarnos es cultural.
De cualquier manera, a parte de lo anecdótico de las comidas, el libro de Solange Alberro es muy interesante por otros aspectos, particularmente me llamó la atención como el futuro criollo, el hijo de los gachupines, crece educado por sus nanas indígenas y ahí es donde se da la transformacion real...al final parace que todo se mama,¿verdad?
No sé cómo le iría a usted, Arquidioniso, cuando llegó de visita a la Madre Patria. Es posible que le surgieran ciertas contradicciones y con ellas deba vivir toda la vida. Yo, que hice el camino contrario al suyo, puedo decirle que así ha sido conmigo. El problema, ya nunca estás del todo cómodo ni acá ni allá. En cierta medida te vas a pasar la vida justificando ésto o aquello. A mí me resulta particulramente molesto que 5 años después de estar residiendo en México, sin tener ninguna relación con españoles, y absolutamente vinculada laboral y emocionalmente a este país, determinadas personas que no saben ya cómo rebatir algún argumento me espeten: es que los mexicanos somos así, tú no puedes entenderlo. Y que cuando estoy en España me ocurra exactamente igual: es que tú ya no
Me contaban una anécdota de hace mucho, mucho tiempo. En un restaurante parisino cenaba un boliviano, saca ají (chile) y le pone a la comida. Un francés ve esto y se acerca, le pide cortesmente probar ese extraño aderezo; lo hace y con la cara como tomate, tomándose la garganta, gritaba ¡Sauvage! ¡Sauvage!
VINO TINTO
La cazuela de gallina
la longaniza y el chancho
conmigo, en palacio o rancho,
son joyas de la cocina.
VINO BLANCO
Elegante, el camarón
y la suprema langosta
me buscan, de costa a costa,
por ser vino de salón.
Andrés Sabella, poeta antofagastino. En una ocasión observó un grupo de descendientes de croatas en un restorán, se les acercó y les preguntó qué significaba asopiram en croata. Hubo grandes discusiones, al final les dijo: es mariposa, al revés.
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