Autor: Isabel González Gutiérrez
domingo, 23 de diciembre de 2001
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Silberius
Mostrado 16.996 veces.
Arqueoastronomía
Introducción
Hace un millón de años que el hombre está de pie. Un millón y medio de años que el hombre levanta los ojos hacia el cielo. Durante miles de siglos un silencio casi total. El hombre calla. De su actividad técnica, que presupone inteligencia, deja pocas huellas pero de su actividad mental no deja ninguna huella material. Bruscamente, hacia el final de la era de la piedra tallada, hace unos cincuenta mil años, el pensamiento humano se manifiesta a través de los primeros grabados en piedra, primeros esbozos de cultura y primera sepultura. Sobre las primeras piedras grabadas se reconocen grupos de estrellas y constelaciones. Sin duda la astronomía es una ciencia muy antigua. Mucho antes de saber escribir el hombre conoció las fases de la Luna y elaboró sus primeros calendarios. Cuando inventó la agricultura, la posibilidad de leer el calendario en los cielos era literalmente una cuestión de vida o muerte. El Sol y las estrellas controlaban las estaciones, los alimentos, el calor. La Luna controlaba las mareas, los ciclos de vida de muchos animales y quizás el periodo menstrual humano (la raíz de estapalabra significa Luna). Desde la prehistoria el estudio del cielo se centró en dos direcciones: la búsqueda de leyes naturales inmutables y la tentación de colocar en el inaccesible cielo seres sobrenaturales y omnipotentes. Los sucesos excepcionales, como los eclipses de Sol o de Luna, los cometas o las estrellas fugaces intrigaron al homre al igual que los rayos, los truenos, los huracanes, las grandes lluvias o los ciclones, que manifestaban para ellos la cólera celeste.
Observatorios españoles
Son muy escasos los estudios existentes sobre los conocimientos astronómicos de los antiguos pobladores de la Península Ibérica. Hay tres emplazamientos del noreste peninsular que parencen ser observatorios astronómicos, datados en la Edad de Bronce, constituidos por sendos conjuntos de agujeros escabados en la roca de forma que colocando estacas en los hoyos adecuados, pueden distinguirse diversos tipos de alienaciones astronómicas.
Las alienaciones observadas hoy en día no son exactas, como debieron serlo en la época de contrucción de los observatorios. Esta cincunstancia nos permite calcular la edad de estos observatorios, en base a la media de la diferencia existente entre las alineaciones y el punto exacto actual de aparición del Sol o la Luna. Para la Fresneda y la Pola, se ha calculado una antigüedad de 3.000 años, mientras que para Santa María de Cervelló hay que ampliarla hasta más de 5.000. Hay que destacar que el hecho de estar claramente representados los máximos puntos de salida de la Luna y los puntos solsticiales apuntan a una motivación eminentemente religiosa. Quizás se tratraba de predecir el reencuentro de la Luna y el Sol en una posición determinada, hecho que ocurre con una periodicidad, denominada ciclo metónico, cerca de 19 años. Los solsticios y los equinoccios marcarían las fiestas anuales, como ocurre en la actualidad mientras que el ciclo metónico podría determinar la celebración de fiestas extraordinarias con un ciclo más largo.
OBSERVATORIOS BRITÁNICOS
Los pueblos prehistóricos tenían gran temor a los días "nefastos" en los que podían producirse eclipses de Luna (o peor aún, de Sol), por lo que se han encontrado muchos monumentos, unos ochenta, megalíticos británicos que indicaban por donde salía la Luna en sus declinaciones extremas, para observar en el momento en el que aparece en el horizonte la Luna ( o se pone) un movimiento muy particular descubierto posteriormente por Tycho Brahe, que consiste en una pequeña oscilación de la declinación del astro. Gracias a esto y a complejos cálculos podían predecir aproximadamente estos días nefastos.
Más informacióen en: http://www.laeff.esa.es/~sma/boletin/n129/arqueo.htm
No hay imágenes relacionadas.
Comentarios
Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.
Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.
Tengo en mente simplemente una duda psicológica:
Como es que pueden construirse monumentos que exigen observaciones con una periodicidad de 19 años?
Construirlos no requeriría una tecnologia y cultura que pudiera tener memoria de los satos almacenados en al menos tres registros?
En dos generaciones, podria haberse perdido tal conocimiento?
Concluyendo:
¿Cuál es el rastro escrito, gráfico, cultural, etc, que permite señalar que con ellos se "representaba" algo como el ciclo metónico?
La pregunta inocente del psicologo es:
¿Cuáles son las huellas de las habilidades cognitivas necesarias para pensar semejantes ciclos?
Me parece curioso que en Eurasia y Africa se conciba el eclipse como el devoramiento del astro por un dragón. Coe argumenta que el mismo motivo se encuentra entre los mayas y aztecas, lo cual me parece dudoso. El monstruo devorador en América es generalmente un jaguar. (inversamente, los astros nacen de las fauces de un dragón).
Hay 2 comentarios.
1