Autor: Temalia
martes, 11 de diciembre de 2001
Sección: Artículos básicos para iniciarse
Información publicada por: Silberius
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Los Druidas y la Naturaleza
El mundo celta es, en general, poco conocido en comparación con otras civilizaciones de la antigüedad como son Grecia y Roma. Al pensar en los antiguos celtas, suele pensarse en un mundo salvaje, repleto de guerreros a caballo, damas de rubios cabellos y, sobre todo, en los siempre misteriosos druidas.
La sociedad celta era, efectivamente, de carácter guerrero. Se rendía especial culto al aspecto físico y la ceremonia de 'vestirse para una batalla' era muy importante. Los nobles se educaban en las leyendas de héroes míticos y aspiraban a imitar sus gestas.
En las diferentes tribus existía una jerarquía social que se respetaba sin excepción y según la cual se llevaban a cabo todas las acciones. Los druidas ocupaban un lugar destacado en esta jerarquía, como líderes espirituales y lazo de unión entre los distintos clanes.
La orden druida
La definición más inmediata de un druida es la de sacerdote celta. Ahora bien, los druidas no eran solamente sacerdotes, en el sentido que hoy se le atribuye a la palabra, sino que ejercían las más altas funciones legales y educativas.
Los druidas estaban por encima de los jefes de las tribus y podían moverse con libertad por todo el territorio. Aconsejaban a reyes y nobles, dirimían disputas y se encargaban de conservar las tradiciones.
La educación de los druidas constaba de una dura instrucción de veinte años, después de los cuales un pupilo podía ser aceptado en la orden. A partir de ese momento sería respetado por la sociedad en calidad de líder religioso y moral.
La naturaleza
Para los antiguos celtas, la naturaleza era un mundo misterioso donde reinaban fuerzas sobrenaturales que no entendían y que no podían controlar. Por eso, la mayor parte de los acontecimientos mágicos (animales parlantes o apariciones divinas) de las leyendas suceden fuera de las aldeas y fortalezas.
Los druidas se entregaron a menudo a la tarea de comprender los misterios de la naturaleza. Uno de los campos en los que alcanzaron un gran dominio fue en astronomía. Prueba de ello es que la mayoría de los rituales sagrados de la época estaban relacionados con acontecimientos astronómicos, como el solsticio de invierno o de verano.
Stonehenge
Una de las primeras imágenes que acuden a la mente al pensar en los druidas es el célebre monumento de Stonehenge.
La polémica alrededor del verdadero origen del misterioso círculo de piedra aún está abierta. Sin embargo, la opinión popular siempre lo ha tenido más claro: nadie más que los druidas podrían haber sido los responsables.
Stonehenge podría ser, efectivamente, un antiguo templo druida que habría servido para iniciar a los pupilos en los ritos de su religión. En épocas posteriores, los druidas abandonaron este tipo de construcciones megalíticas artificiales y volvieron a los santuarios naturales que les eran propios.
La inmortalidad
Los druidas defendían la inmortalidad y creían en la reencarnación. Esta filosofía está presente en los mitos celtas, donde a menudo los objetos de los héroes conservan sus poderes tras la desaparición de sus poseedores o los amantes logran que su amor traspase a la muerte.
Respecto a la reencarnación, cabe destacar que los druidas estaban tan seguros de ella que permitían que las deudas que un ciudadano había contraído en una vida fueran pagadas en la siguiente.
Más informacióen en: http://www.temalia.com/contenidos/articulo.jhtml?idCanal=
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