Autor: Xavier Moret
martes, 15 de noviembre de 2005
Sección: Leyendas
Información publicada por: eyna
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De 'El código Da Vinci' al priorato de Sión
Rennes-le-Château es un pueblecito lleno de enigmas...
El País.Cataluña.martes,15 de noviembre de 2005
Rennes-le-Château, un pueblecito encaramado en lo alto de una colina en el sur de Francia, cuenta con dos librerías. La cosa no tendría más importancia si no fuera porque allí sólo viven 17 habitantes, lo que otorga a Rennes-le-Château el inusual récord de una librería por cada 8,5 habitantes. Y, sin embargo, me dicen, la gente del pueblo lee muy poco. ¿Cuál es entonces el secreto de Rennes-le-Château? Pues el secreto está en un abigarrado y misterioso cóctel en el que ocupa un lugar central la figura del abad Berenger Saunière, un clérigo de costumbres licenciosas que vivió allí entre 1885 y 1917 y que tuvo la fortuna de dar con un tesoro que aún hoy sigue rodeado de múltiples incógnitas. Hace ya varias décadas que el enigma del tesoro del abad atrae a curiosos y a buscadores de tesoros a Rennes-le-Château, pero el interés se ha disparado aún más desde que Dan Brown lo citara en el supersuperventas El código Da Vinci. A partir de la publicación de este libro, son muchos los peregrinos que acuden a Rennes-le-Château con la esperanza de dar con las claves del secreto del abad y, ya puestos, encontrar el fabuloso tesoro. Por si surgiera alguna duda durante sus pesquisas, las dos librerías del pueblo ofrecen a los buscadores la amplia bibliografía que se ha publicado desde la década de 1960 sobre el tema: ¡más de 300 títulos!
El libro que disparó, a principios de la década de 1980, la fiebre por el abad Saunière fue El enigma sagrado, firmado por tres periodistas de la BBC y publicado en España en 1987 por Martínez Roca. Unos años después se publicó en Francia la novela El misterio del priorato de Sión, en la que Jean-Michel Thibaux recrea la vida del abad. Los efectos colaterales de El código Da Vinci han hecho que ahora aparezca en castellano y en catalán de la mano de Roca Editorial.
"Para escribir esa novela", contaba Thibaux hace unos días en Rennes-le-Château, "me documenté a fondo e incluso estuve durmiendo durante unos días en la cama del abad. La rectoría estaba entonces en manos de un particular que me dejó vivir un mes en la casa. Enseguida me di cuenta de que el abad era un personaje extraordinario, muy novelesco. Su renta era mínima y cuando llegó a Rennes-le-Château, la iglesia estaba en un estado deplorable. El abad, sin embargo, pidió un préstamo para restaurarla y, al retirar el altar, vio que uno de los pilares visigóticos que lo sostenían estaba hueco. Allí encontró unos antiguos documentos, escritos al parecer con un código secreto, que cambiaron su vida".
A partir de aquí, la trama se complica con unas transcripciones que hacen alusión a un tesoro de los visigodos, a unos cuantos cuadros con conexiones esotéricas, al misterioso priorato de Sión y a una hipótesis descabellada que sostiene que Jesús no falleció en la cruz, sino que se casó con María Magdalena y tuvo hijos. Los familiarizados con El código Da Vinci ya saben de qué va. Si nos ceñimos a los hechos, sin embargo, lo único que está claro es que el abad Saunière empezó a nadar de pronto en la abundancia: restauró la iglesia, construyó un nuevo edificio para la rectoría y una biblioteca colgada del abismo. Saunière no perdió el tiempo, ya que mientras tanto se lió con su sirvienta, se relacionó con gente importante como Oscar Wilde y Debussy y tuvo incluso tiempo para mantener un sonado romance con la cantante de ópera Emma Calvé. A su muerte, en 1917, dejó su herencia a la sirvienta, que moriría a su vez en 1954 sin revelar el origen de la fortuna del abad.
"Si os fijáis", observaba Thibaux en la reciente visita que un grupo de periodistas hicimos a Rennes-le-Château, "junto a la entrada de la iglesia hay una estatua de un demonio. No es un demonio cualquiera: es Asmadeo, el que guardaba el templo de Salomón. El resto de la iglesia también está cargado de simbolismo que parece hacer referencia a un tesoro oculto".
Como consecuencia del misterio del abad, los buscadores de tesoros acuden cada vez más a Rennes-le-Château. Cualquier indicio les parece bueno para sus pesquisas, hasta el punto que el demonio de la iglesia ha sido robado unas cuantas veces, un pozo dinamitado y la tumba del abad saqueada, antes de que el Ayuntamiento decidiera trasladarla del cementerio al jardín de la rectoría. Según dicen por el pueblo, los nazis buscaron en la década de 1940 este tesoro que parece tener conexiones con una aventura de Indiana Jones, y el Mosad lo sigue buscando en secreto. En cualquier caso, vista la fiebre que despierta el misterioso tesoro, los que no consigan dar con él siempre pueden pasar al plan B, que consiste en comprar en las librerías de Rennes-le-Château alguno de los libros sobre el abad (un auténtico filón editorial) o algún recuerdo de su visita al pueblo, sea en forma de postal, de llavero, de cuadro, de anillo, de pendientes, de reloj, de estatuilla o de demonio convertido en pisapapeles. Todo esto, además de enigmas y misterios, puede encontrarse en Rennes-le-Château.
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http://fenix.blogia.com
Pínchese en la sección de archivos a partir de marzo del presente año.
En todos los posts que incluyan la forma "misterio jocoso" en el título, se destripa conventientemente todas las chorradas de Brown, Sauniere y demás.
Especifico los relativos al "misterio" de Rennes.
http://fenix.blogia.com/2005/031801-quinto-misterio-jocoso-la-raida-sotana-del-tio-gilito-i-.php
http://fenix.blogia.com/2005/040501-quinto-misterio-jocoso-la-raida-sotana-del-tio-gilito-ii-.php
http://fenix.blogia.com/2005/040701-quinto-misterio-jocoso-la-raida-sotana-del-tio-gilito-iii-.php
http://fenix.blogia.com/2005/040901-quinto-misterio-jocoso-la-raida-sotana-del-tio-gilito-y-iv-.php
http://fenix.blogia.com/2005/041201-sexto-misterio-jocoso-la-cantatrice-calve.php
http://fenix.blogia.com/2005/042301-octavo-misterio-jocoso-par-le-chemin-des-parchemins.php
http://fenix.blogia.com/2005/042401-noveno-misterio-jocoso-con-la-iglesia-hemos-dado-i-.php
http://fenix.blogia.com/2005/043001-noveno-misterio-jocoso-con-la-iglesia-hemos-dado-y-ii-.php
http://fenix.blogia.com/2005/050101-decimo-misterio-jocoso-et-in-babia-sunt.php
http://fenix.blogia.com/2005/050201-undecimo-misterio-jocoso-los-gatos-de-jesus.php
http://fenix.blogia.com/2005/050401-duodecimo-misterio-jocoso-traduttore-traditore.php
http://fenix.blogia.com/2005/050701-apostillas-al-nombre-de-rennes.php
Obviamente, el resultado es extensísimo... pero os aseguro que vale la pena dedicarle los ratos libres a ir desentrañando poco a poco los -supuestos- misterios y toda la pantomima construida en torno a ellos.
El abad Saunière encontró el tesoro. El tesoro era la documentación que revelaba que Jesucristo estaba liado con María Magdalena y que sencillamente ésta era otro hombre. Encontró las pruebas de la homosexualidad de Jesuscristo. Chantajeó a la Iglesia y vivió a cuerpo de rey hasta su muerte.
"El código Davinci" es un libro con gran respaldo editorial por parte de la iglesia católica porque prefiere, ante el estorbo de explicar quién era María Magdalena, que los cristianos piensen que se casó con ella. El mal del medio.
El diario EL PAIS, en las páginas locales de Madrid, publicó la semana pasada una entrevista con el autor de "Jesucristo, ese desconocido" y de otros veinte libros más sobre su figura. En titulares destaca "LOS CIMIENTOS DE LA IGLESIA CATOLICA SE REMOVERÍAN SI SE DIJESE LA VERDAD SOBRE MARÍA MAGDALENA". El autor desglosa a lo largo de la entrevista los conocimientos gnósticos de MM y de su influencia sobre Jesús, así como, su segura, masculinidad.
No debemos olvidar que los que custodiaron los tesoros del Santo Grial durante decenas de años fueron los Caballeros de la Tabla Redonda al mando de Sir Lancelot du Lac. Todos ellos reconocidos homosexuales como ya bien lo describió Cervantes en su Quijote en 1605.
Jua, jua, jua... qué bueno....
Ya metidos en harina... el jovencito San Juan apoya su cabeza en el pecho de Jesús en la última cena, el aire andrógino con el que tradicionalmente lo representa la iconografía cristiana y demás ¿y si en vez de ser una Magdalena encubierta como dice Brown, fuera sencillamente un indicio de que a Jesús le gustaban otras cosas? Je, je, je.
Si puestos a darle vuelta a "indicios" uno puede llegar a "demostrar" lo que sea.
Yo ya tuve bastante con esos carteles que aún vende algún feriante en los que se ve la cara de Jesús y pone "Se Busca" y nos lo pintan como una especie de hippie comunista.... Si es que cada uno intentamos arrimar el ascua a nuestra sardina (aunque igual en este caso toca más hablar de los panes y los peces)
Hay 5 comentarios.
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