Autor: Javier Torres
viernes, 04 de enero de 2008
						Sección: Artículos generales
						Información publicada por: Javier Torres
						
						
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Relaciones entre pueblos europeos atlánticos y mediterráneos en la Edad del Bronce
Relaciones entre los pueblos europeos atlánticos de la Edad del Bronce y con los navegantes mediterráneos.
De manera muy somera pretendo exponer en este
artículo  la posibilidad de una antigua
relación entre los diversos pueblos que habitaban en las costas atlánticas
europeas en la edad del bronce. Como base de esta  exposición parto de una interpretación de las
diversas evidencias  arqueológicas
halladas en  Portugal, Galiza, Bretaña,
Irlanda y Escocia.
Uno de los más llamativos de estos hallazgos arqueológicos
los hallamos en la aparición de unas cuentas segmentadas de pasta vítrea,
datadas entre el  1450 a 1250 a.de.J.C, y
de las cuales se ha planteado que tuvieran un origen egipcio. Estas cuentas,
como por ejemplo las halladas en Wiltshire, Inglaterra, podrían ser una
evidencia de la existencia de relaciones comerciales vía marítima entre el
Mediterráneo y el Atlántico, que se mantendrían 
hasta el final de la edad de bronce.
De la comparación entre las diademas, collares y
pulseras de oro  halladas en Mellid y A
Golada y las encontradas en Kerhue Brass, así como de la similitud entre los
brazaletes abiertos y macizos descubiertos en Lalín   y los de Gran Biere,  Martínez Santaolalla y Mac White plantean  una antigua relación entre Galiza y Bretaña.
Según estos autores, este tipo de brazaletes y collares abiertos de oro, cuyo
origen se sitúa en Portugal y Galiza (Allariz y Cerdido), son frecuentes en el
período del Bronce II irlandés y los podemos hallar  en Cornualles, Escocia y norte de Francia.
Además, en 
Portugal, Galiza e Irlanda se han hallado abundantes puntas de flecha de
sílex, romboidales, de pedúnculo y de aletas, y otras de sílex de base cóncava
y aletas prolongadas. Otra coincidencia la encontramos en los abundantes dardos
o pequeños puñales romboidales de clara influencia portuguesa y la alabarda,
arma típica de la edad del bronce, frecuentemente representada en las
insculturas gallegas,  y  que probablemente  surgió en la península ibérica ya que se
hallaron precursores del arma en sílex (Hubert Schmidt). Desde la península, el
uso de la alabarda se extendió entre el 1.550 al 1.450 a.de. J.C, hasta llegar
a Irlanda. 
Otra similitud la encontramos en  el hacha de talón con anillos de origen
galaico-portugués (como las  160 hachas
de talón de doble anillo encontradas en Samieira, Pontevedra), se ha encontrado
también en el oeste de Francia y las Islas Británicas.
La vinculación entre la península ibérica con
Irlanda y Bretaña también se puede observar en los motivos de algunos petroglifos. Por ejemplo, el laberinto luso de Briteiros es idéntico al irlandés de
Sess Kilgreen, y lo mismo ocurre con el laberinto gallego de Mogor y el
irlandés de Hollywood. En la localidad irlandesas de  Clon-Finn-Loch se hallaron unas insculturas que revelan una
gran influencia ibérica y recuerdan a las figuras humanas esquemáticas que
podemos ver junto a la Torre de Hércules. 
Las armas que aparecen representadas en los petroglifos gallegos, entre ellas la antes citada alabarda, son
iguales que las británicas y bretonas. 
Planteadas estas similitudes entre diversos restos
arqueológicos, podemos también analizar lo descrito en las recopilaciones
mitológicas recogidas por el monje irlandés Nennius, quien en el  siglo X escribió la "Historia de los
Bretones", donde recoge la tradición mitológica irlandesa llamada  "Emigración de Partolón". Según este
texto, los Scots procedentes de Hispania, fueron los primeros pobladores de
Irlanda, a cuyas costas arribaron mil hombres y mujeres siguiendo a su jefe
Partolón. Una vez llegados a la isla se enfrentaron a los Fomoré, los antiguos
dioses irlandeses anteriores a los Tuatha de Dannán. Los decendientes de
Partolón habitaron en Irlanda  hasta que
su número llegó a cinco mil y entonces, según la leyenda, murieron víctimas de
una epidemia. 
El imprescindible Arbois de Jubainville realiza una crítica
 del texto de Nennius y niega la
procedencia ibérica de la raza de Partolón, afirmando que en puridad lo que
establece el ciclo mitológico irlandés es que los primigenios irlandeses venían
de mag mar (la gran llanura) situada
al suroeste e identificada erróneamente por el monje Nennius como  España. 
Jubainville desarrollará toda su crítica, calificada por muchos
como "celtista", únicamente en base a la crónica épica del ciclo
mitológico irlandés, ignorando los hallazgos arqueológicos a los que hice
referencia al principio de este artículo, y que demostrarían la antigua y
duradera relación cultural y de comercio marítimo que desde el eneolítico, puede
que aún desde antes, existía entre las
costas galáico-portuguesas y las irlandesas. 
Otra posible muestra de
estas conexiones atlánticas es muy posterior y se refiere a los Pictos, pobladores
precélticos de Britania, de quienes tenemos noticias a través de la conquista
romana.   La tradición gaélica los
identifica con los Dananns y Fians de Irlanda y Escocia, que pudieran estar relacionados
con los Oestrymnios, y que habrían llegado al norte de Escocia hacia el 1.000
a.de J.C., procedentes del continente. 
En una breve descripción de
Britania, Julio César cuenta que la  isla
se hallaba muy poblada y  habla de su
riqueza en estaño y hierro. Según su relato, en 
el interior de la isla vivía un pueblo de pastores y cazadores que se
autoproclamaba los indígenas. Lucían una  larga cabellera y se rasuraban el pelo
corporal  excepto el de la cabeza y el
labio superior. Se tatuaban y solían  pintarse con un pigmento de color azul que
obtenían de hierbas. Su apariencia era muy feroz y solían vivir en pequeños
grupos familiares de  diez o doce hombres,
compartiendo a sus esposas,  entre
hermanos, padres e hijos. 
Aún siglos después de la
conquista de Britania, los Pictos seguían habitando en zonas inaccesibles y sus
incursiones era tan frecuentes y salvajes que para contenerlas los  romanos tuvieron que construir la muralla de
Adriano. Las luchas continuaron durante varios siglos, hasta que fueron
vencidos por el gaélico Kenneth MacAlpin.
De la profunda similitud entre el panteón de las
deidades griegas y la  posterior
mitología irlandesa, así como del hecho de que diversos pueblos mediterráneos hubieran establecido
puertos comerciales   por toda la costa
occidental europea en su ruta del estaño, se puede plantear que fueran éstos
los agentes de esta propagación y que se debiera a ellos la transmisión de estos
elementos culturales comúnes. 
Uno de estos  pueblos mediterráneos cuyas embarcaciones frecuentaban las costas atlánticas eran los fenicios. Los fenicios era un pueblo
de navegantes cananeos que habitaban en una parte de las costas de Siria, y que sobrevivieron a las invasiones de filisteos y hebreos.Comenzaron
a navegar entre
Biblos y Egipto, para posteriormente dirigirse a las costas del
Mediterráneo
occidental. Más tarde los fenicios de Tiro y Sidón atravesaron las
Columnas de Hércules comenzando navegar y a establecer bases
comerciales por las costas atlánticas (algunos autores atribuyen a los
fenicios la fundación de Noia, en la provincia de A Coruña).
En Santa María de Oia (POntevedra) se han hallado tres insculturas que representan barcos a vela. Puesto que estos petroglifos fueron realizados hace unos 3000 años, en la edad del bronce, y que en esta época ninguna cultura atlántica sabía navegar a vela, y sólo conocían este tipo de navegación las culturas del Mediterráneo oriental (griegos, egipcios o fenicios), resulta evidente que los que hicieron esos grabados vieron esos barcos en las aguas de Galiza.
Además, el petroglifo descubierto el año pasado en Oia, representa la nave con todo lujo de detalles, sus aparejos y el espolón de proa idéntico al que utilizaban griegos, egipcios y fenicios. Es obvio que tanta precisión implica que vieron esa embarcación, por lo que este hallazgo hace imprescindible desempolvar antiguas teorías sobre la presencia de navegantes mediterráneos en Galicia, a las que últimamente no se les daba demasiada importancia.
Por último y quizás lo más importantes se ha hallado cerca del Museo del Mar de Vigo, los restos de un altar púnico. Además, se recuperaron restos de ánforas y
cerámica púnica.  Los arqueólogos los consideran el  asentamiento fenicio más
al norte de Europa conocido hasta ahora. ¡Una auténtico hallazgo! Entre los arqueólogos que han participado en las excavaciones está Iván
Negueruela, director del Museo Arqueológico de Cartagena. 
Como conclusión, parecen existir  circuitos atlánticos de intercambio entre las
distintas áreas productoras de la Europa atlántica de la Edad de Bronce y, lo
que es más importante, dichos circuitos estarían también relacionados con  diversas zonas mediterráneas. Los recursos obtenidos
en las regiones atlánticas se transportaban hasta el Mediterráneo, y a su vez  se recibían en los países atlánticos mercancías
procedentes de aquéllas regiones. Pero no sólo se transportaban y compartían
producciones materiales, si no también novedades tecnológicas, algunas
relacionadas con el transporte (como la navegación a vela), nuevos cultivos,  ideas, nuevas formas sociales, nuevos cultos, armamento,
 vestimentas, adornos etc. 
Estas primeras relaciones comerciales de Galiza con pueblos
del Mediterráneo de la edad del bronce, establecerán unas rutas permanentes que
se mantendrán en el tiempo y prevalecerán  durante siglos, llegando incluso a
consolidarse en los asentamientos humanos fenicio-púnicos del siglo V a.c.,
como el recientemente descubierto en Vigo.
http://www.forobuceo.org/phpBB2/viewtopic.php?p=344494&sid=777ffe6ec487360254f0f46641faee67
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Ciertamente, D´Arbois de Jubainville escribió que España se encuentra al suroeste de Irlanda, y es algo que me sorprendió cuando leí este pasaje en su libro, porque basta con mirar un mapa de Europa para comprobar que la costa occidental de la Península Ibérica se encuentra exactamente al sur de Irlanda (no al suroeste) y el resto de España se sitúa más bien al sureste de esta isla.
Jubainville sabía que los celtas solían localizar el mundo ultraterreno hacia el oeste, donde se pone el sol, y quiso cuadrar su teoría de que España era considerada ese mundo ultraterreno en la tradición irlandesa forzando la posición geográfica de nuestra península.
Un saludo.
Un
El caso es que yo no he leído ninguna obra medieval sobre las tradiciones irlandesas que diga claramente que los pueblos invasores de Irlanda procedían de la Tierra de los Muertos. Por lo general, se mencionan como sus territorios de origen Escitia (localizado totalmente al este), Espain (España) o incluso ambos territorios (en el caso de los gaélicos). En realidad, esta creencia de que España había sido identificada con el mundo de ultratumba proviene casi exclusivamente de la difundida interpretación de Jubainville. El único dato que podría servir como argumento es la mención de un rey Maghmor de Espain en el Leabhar Gabhala, pero habría que ver si la denominación de "Gran LLanura" (Maghmor) se refiere a la Tierra de los Muertos o únicamente a la Tierra de los Antepasados, que no sería necesariamente lo mismo.
Creo, por otra parte, que en alguna versión de estas leyendas se dice que los Tuatha De Danann llegaron a Irlanda desde el Cielo, y en la tradición popular se dice que estos legendarios antepasados llevan una existencia mágica en el "Sidh" (el interior de los túmulos prehistóricos). Es lógico que se sitúe a los antepasados en un mundo de ultratumba, puesto que ellos están realmente muertos, pero eso no implica que también se les considerase venidos de ese mismo mundo (tal cosa sería como creer en la reencarnación).
Sé lo que se ha encontrado en Vigo. Y nada de ello indica que fuera un "puerto griego".
Los petroglifos de Oia los conozco perfectamente. Los barcos se atribuyen al Mediterráneo Oriental, sin mayores precisiones ¿fenicios? ¿griegos? ¿otros? Fernando Alonso Romero, autor del estudio más detallado de la primera embarcación, insiste en que el petroglifo representaría un navío egipcio del tiempo del Imperio Antiguo. Humildemente, no me acaba de convencer.
Y una cosa es que los griegos tocaran tal o cual costa, o arribaran a ella para realizar trueques, y otra muy diferente afirmar que "los griegos hubieran establecido puertos (sic) comerciales por toda (sic) la costa occidental europea".
Sobre los petroglifos, los hay del Bronce... y posteriores. Tan posteriores como la Edad media. Y aún algunos más tardíos (esos supuestos barcos "germanos" que he visto en algún sitio, con varios mástiles y velas en cada mástil)
No te rompas la cabeza: lo del mito de Breogán y su aceptación en círculos gallegos, fue una ida de olla, pero no condicionada por el hecho de hacer de A Coruña la "capital" de Galicia (más que nada, porque allá por el siglo XIX, más o menos lo era, en la medida en que era sede de las instituciones que actuaban en Galicia) Este celtismo fue más "galleguista" que "coruñesista".
Y lo de que los petroglifos que citas son medievales, ya lo dicen autores locales desde hace años. De hecho, tras el acondicionamente del entorno de la torre de Hércules, junto a la piedra donde aún -a duras penas- se pueden ver, hay un cartel explicativo (acompañado de un dibujo que intenta reconstruir su aspecto primigenio) que confirma su carácter medieval ¿Peregrinos? ¿Marcos que delimitaban el coto de la Torre? (era cosa común por aquella época grabar cruces en los marcos y cualquier otra piedra de carácter liminar)
Si Tettamancy y demás vieron grabados prehistóricos, fue fruto del intento de glorificación del pasado local. Pero eso no es algo genuinamente coruñés. Sucedió -y sigue sucediendo- en cualquier ciudad, región o país.
Brigantinus, no nos vamos a llevar tú y yo. Me gusta tu línea argumental. Aunque no me gustara sería igualmente respetable. Deja el asunto de la Torre de Hércules en la que estoy proclive a aceptar tu postura porque la veo razonable. Ahora bien, creo que tú esperas que por el hecho de que otras culturas arribaran a nuestras costas tendría que existir puertos, dársenas, pantalanes ó diques. No los busquemos porque no los hay. Pero eso ¿altera algo? Desembarcaron y no lo hicieron una vez, si no muchas. No tenían una actitud colonizadora si no que simplemente estos marinos llegaban para hacer negocios, y no necesitaban crear infraestrucruras porque no las necesitaban. Veo que tienes conocimientos al respecto y que, humildemente como dices tú, la hipótesis de los barcos egipcios no nos satisface. Pero llegar, llegaron. Aqui y a otros muchos lugares de esta y de otras costas. Ese es el asunto. Y poco más. Sólo difiero en la controversia coruñesista versus galleguista. Sabes que se ha hecho una interpretación interesada del asunto y hablar de galleguista supondría poner en igualdad al resto de las provincias. Si eres justo sabes que eso no ha sido así. El marido de Rosalía hablaba de A Coruña como la capital de los celtas. Eso nunca ha existido y el talante de la gente que escribía ese tipo de cosas no era precisamente galleguista si no meramente localista. Pretendieron crear ese mito nacional en que A Coruña sería el centro, para dar gozo de una burguesía emergente que quería satisfacer sus ansias de "nobleza" y que, además, no había intelectuales del resto de Galiza que pudieran o se atrevieran a rebatirlo. Afortunadamente todo eso ha cambiado. El hecho es que navegantes egeos visitaban nuestras costas, no para hacer turismo, y que no precisaban ni pretendían construir grandes monumentos para llevar a abo su misión comercial. El comercio, en nuestras latitudes, es un concepto mediterráneo. Saludos.
Tienes razón Nacho. Hay que relajar los ánimos. Lo de la Galitzia polaca ya lo conocía. La verdad no sé que decirte al respecto. De todos modos y en lo que se refiere a los nombres que dieron los griegos y romanos a diversos pueblos y localidades, siempre pensé que me hubiera gustado saber cómo los pre-romanos denominaban a su tierra y a su tribu, antes de que unos extranjeros los rebautizaran. Por ejemplo, seguro que los Oestrymnios no se llamaban a si mismos "comedores de ostras", ni que la tribu galáica de los Helleni se autodenominaban "los griegos" o que los Tamaricos o Supratamaricos se distinguieran a ellos mismos por la ribera que habitaban del río Tambre. De oestrymnia se pasó a ophiusa, pero nadie recoge como denominaban los lugareños a su tierra y a ellos mismos. Los romanos empleaban el prefijo "Gal" ó "Kal" para nombrar a numerosos pueblos (gallegos, galos, galeses..) ¿Significa esto que existía una relación o nexo común entre ellos?
Anfus: ¿Entonces los Oestrymnios se autodenominaban comedores de ostras? ¿Cómo lo sabes? ¿Y los Helleni de Vicus Helleni se llamaban asimismos de esta manera? ¡Que curioso! ¿Y cómo lo hacían si según dicen no había llegado ni un solo griego a Vigo? Luego afirmas que este respeto por los nombres locales no se producía en todos los casos y pones como ejemplo a los aqua flaviensis ¿no te referirás a aqua calidae (Caldas de Reis)? ¿Tienes algún dato contrastable para poder afirmarlo de modo tan categórico? ¿A qué nombre de esa diosa madre Tierra te refieres?. Y lo de Bregón (no Breogán)..........¿Cómo puedes afirmarlo? Pero si no es más que literatura mitológica irlandesa. ¿No le darás verosimilitud a que, a través de la niebla, vió Irlanda desde la torre de Hércules?
Decir que los romanos respetaban los nombres de todos los pueblos
equivale a decir que te consta ¿como puedes afirmarlo con rotundidad? La verdad, lo verás muy claro, pero yo no. Como mucho, sólo respetaron algunos sufijos como brig, briga y dunum.
Los romanos propagaron e implantaron su lengua, sometiendo a la población a un proceso de aculturación en favor de la del Imperio. No veo tanto una preocupación por respetar nombres o dioses, si no más bien de traducirlos a su lenguaje y a su propio panteón.
Todas las lenguas anteriores a la romanización (por algo se llama así), salvo el euskera, desaparecieron y la verdad, no sabemos casi nada de ellas. Para decir que los romanos respetaron esos vocablos, previamente habría que conocerlos, lo cual desde luego no sucede.
Y otra posibilidad, que para mi es la más creíble porque no precisa de interpretaciones tan rebuscadas, es que los griegos llegaron a estas costas. No comprendo el empeño en descartarla, ni la dificultad en entender que es una hipótesis posible. Si se acaba de descubrir que existía un poblamiento fenicio estable en Vigo (lo cual se desconocía hasta hace un par de años), no sé porque rechazar de plano la presencia de helenos en estas tierras. Sinceramente, las otras hipótesis me parecen enormemente complicadas y no explican porque existe una tradición que habla persistentemente de la presencia de griegos en todas las localidades pontevedresas que he citado.
Coño! si han cambiado el título del Articulito, con lo que alguno en sus comentarios se ha quedado con el culo al aire.
Bueno para centrar el temita, que mejor que echarle un vistazo a este libro. Que no me corto y pego.
La Edad del Bronce comienza con la
formación del estado y el inicio del urbanismo en el Próximo Oriente
hacia 5000 a.C. y culmina hacia 1500-500 a.C. en la Europa central y
septentrional. Un período que marca una edad heroica de viajes e
importantes transformaciones en toda Europa. En este libro Kristian
Kristiansen y Thomas B. Larsson reconstruyen aquellos viajes, que
supusieron una transmisión de conocimientos e ideas a través del
Próximo Oriente, el Mediterráneo y Europa, y analizan la forma en que
los conceptos de religión, política y sociedad de las comunidades del
Bronce recibieron información a través de relaciones y alianzas de
larga distancia entre las élites locales. El libro integra los
distintos ámbitos de la investigación arqueológica que habitualmente se
desarrollan por separado, como la arqueología europea y el mundo
clásico y propone una visión alternativa al enfoque difusionista
tradicional. El estudio de la evidencia procedente de toda la región
permite a los autores presentar una nueva interpretación del cambio
social en la Edad del Bronce y entender el desarrollo de las primeras
sociedades europeas.Kristian Kristiansen es profesor del departamento
de Arqueología de la Universidad de Göteborg y uno de los más
destacados prehistoriadores europeos. Entre sus obras destacan Centre
and Periphery in the Ancient World (1987, con M. Rowlands y M. Larsen),
Social Transformation in Archaeology (2000, con M. Rowlands) y Europa
antes de la historia (2001).
Thomas B. Larsson es profesor del departamento de Arqueología de la
Universidad de Umea. Es coeditor de Approaches to Swedish Archaeology
(1989) y autor de varias monografías sobre la Edad del Bronce en
Escandinavia, como The Bronze Age Metalwork in Southern Sweden (1986).
Tabla de contenidos
Prefacio
Prólogo. Entre Escila y Caribdis
1. Una estrategia teórica para estudiar la interacción
1.1. Limitaciones de los marcos teóricos actuales
1.2. De la tipología social a la complejidad social: el rol de la insti-tucionalización
1.3. Hacia una arqueología intercontextual: cultura material e instituciones sociales
1.4. El significado de la imitación en los estudios de la cultura material
1.5. Texto y cultura material: la Edad del Bronce como protohistoria
1.6. Identificar, explicar e interpretar la interacción
1.7. Conclusión: teorizar la interacción
2. Ulises, un arquetipo del Bronce
2.1. Movilidad e inmovilismo en las sociedades preestatales
2.2. Contextos y categorías arqueológicos
2.3. Traspasar las fronteras culturales: la autoridad de la distancia
2.4. La distancia geográfica y el acceso a los orígenes: la sacralidad del poder
2.5. Especialización artesanal y creación: el poder sagrado del conocimiento esotérico
2.6. Conclusión: la Edad del Bronce como época
3. El poder en el Próximo Oriente y en el Mediterráneo oriental durante la Edad del Bronce
3.1. Realeza y divinidad en Mesopotamia y Egipto
3.2. El imperio hitita
3.3. Los líderes teocráticos de Creta y Micenas
3.4. Comercio y transmisión en el mundo mediterráneo
3.5. Conclusión: tendencias históricas a largo plazo
4. Europa en la Edad del Bronce antiguo: un trasfondo arqueológico
4.1. El Bronce antiguo del III milenio
4.2. Las nuevas cronologías del Bronce
4.3. La secuencia temporal de finales del III milenio y del II milenio
4.4. La transmisión de las técnicas metalúrgicas
4.5. Conclusión: algunas tendencias históricas a largo plazo
5. Transmisión simbólica y transformación social en la Europa del Bronce
5.1. La cultura material de las élites dirigentes: la conexión minoi-ca (siglos XVIII-XVI a. C.)
5.2. Criadores de caballos y guiadores de carros: de los Cárpatos a Sintashta, Micenas y Hattusha
5.3. La iconografía de las élites dirigentes: la tumba de Kivik y el origen del Bronce nórdico
5.4. La conexión micénica: la expansión de las aristocracias guerreras (siglos XV-XIV a.C.)
5.5. Vida y muerte del guerrero de la Edad del Bronce
5.6. Conclusión: los orígenes y la consolidación de la jerarquía y la identidad cultural
6. La estructura cosmológica de la sociedad del Bronce
6.1. El estudio arqueológico de la religión: algunos elementos básicos
6.2. Práctica oral y religiosa: más allá de la palabra escrita
6.3. Los dioses gemelos
6.4. La materialización de los divinos gemelos
6.5. Los príncipes gemelos: la estructura ritualizada del poder de jefatura
6.6. La religión hitita: un perfil selectivo
6.7. El culto del sol en la religión del Bronce nórdico
6.8. Conclusión: la longue durée institucional y cosmológica
7. Entre dioses y mortales, animales y humanos
7.1. El rol de los animales en la religión egipcia, nórdica y del Próximo Oriente
7.2. Astas y dioses astados
7.3. Arte y ritual surescandinavos: la propagación de una ideología de élite
7.4. La intensificación del cuidado corporal: la dialéctica de las conductas social y religiosa
7.5. Conclusión: religión y representación ritual
8. Cosmos y cultura en la Edad del Bronce
8.1. Cosmologías centralizada y descentralizada
8.2. La formación y consolidación de las identidades culturales y cosmológicas
8.3. La dinámica centro-periferia en la Edad del Bronce
8.4. El final de la Edad del Bronce
8.5. Contemplando lo no familiar
Epílogo: hacia una historia de la cultura
Bibliografía
Índice de nombres
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