Autor: servan
jueves, 06 de marzo de 2008
Sección: Lenguas
Información publicada por: Servan
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Sobre la escritura oriental
Algunas reflexiones sobre la escritura extremo oriental.
"Un ideograma no produce en la mente de un japonés una impresión similar a aquella creada en el cerebro de un occidental por una letra o una combinación de letras - símbolos silenciosos carentes de sonido. Para el japonés un ideograma es un cuadro animado, que vive, habla y gesticula.
Solo aquellos que han estado en el extremo oriente pueden comprender semejante modo de escribir, comparado a nuestros propios carcteres inanimados. Incluso los caracteres impresos de libros japoneses o chinos importados, no dan ninguna idea de la posible belleza de estos mismos caracteres modificados en inscripciones decorativas, en la escultura o en la publicidad más corriente.
Ninguna convención rígida entraba la imaginación del calígrafo o del diseñador. Cada uno se esfuerza por hacerlos más bellos, y numerosas generaciones de artistas han procurado competir desde épocas inmemoriales, de suerte que después de siglos de trabajosos y fatigosos estudios, el jeroglífico original o el ideograma han evolucionado hasta adquirir una belleza indescriptible. Ellos no representan más que un cierto número de brochazos, pero cada uno de ellos ha sido trazado con un arte secreto e inimitable de la gracia, de la proporción, que le da el aspecto de la vida.
Pero el arte del trazo no es suficiente; es el arte de su combinación que produce el encantamiento, de forma de asombrar frecuentementee a los mismos japoneses. No es sorprendente incluso considerando el aspecto extrañamente personal, animado y esotérico de los caracteres japoneses, que existan curiosas leyendas sobre la caligrafía, relatando cómo palabras escritas por píos expertos se encarnaron y descendieron de sus tabletas para conversar con los hombres."
L. Hearn.
Es difícil para nosotros comprender este sentimiento ante la escritura. Los manuscritos iluminados medioevales, especialmente los irlandeses, en que la belleza del contenido desea manifestarse en la belleza de las iluminaciones, de los dorados, en la lujuria vegetal de las letras capitales; las poesías de Jayam, cuidadosamente caligrafiadas y espolvoreadas de oro.
Pero incluso en estos casos hay una gran diferencia, y es que la letra del occidental puede buscar la belleza, pero no la manifestación personal de su propio espíritu, del desarrollo de su espíritu, la que puede aflorar como rasgo de crácter, pero no es en sí un elemento intrínsecamente valorable como lo es en la escritura oriental.
El dominio de la escritura, el conocimiento de los clásicos, es por esencia en oriente aquello que distingue al hombre superior.
Esta caligrafía entonces, más que estética, es ética. Lo que se admira en una caligrafía no es la simple belleza y perfección del trazo, sino la manifestación de una personalidad bella, resultado de afanosos estudios y ejercicios, de su adscripción a una u otra escuela caligráfica, del embellecimiento y perfección de su carácter a través del estudio de los clásicos, de sus dones particulares de gracia, fuerza, originalidad. En este sentido la escritura oriental está más cerca de la grafología que de la caligrafía.
"La vía de la caligrafía se basa en el dominio del vacío; no es sino la vía misma del Cielo. Por el Vacío se mueven el sol y la luna, se suceden las estaciones, de él proceden los Diez mil Seres. Sin embargo el Vacío no se manifiesta ni opera sin lo Lleno. El Cielo se mueve porque se apoya sobere polos fijos."
Cheng Yaotian, trad. a.Suárez, en El paseante.
Bibliografía:
L'art en Chine.
Y.Escande, Hermann, París 2001.
E
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Comentarios
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arquidioniso: Sobre caballeros chinos e ingleses. Me encantan las historias de G K Chesterton. Hay una, El club de los 12 pescadores, en que narra cómo el Padre Brown descubre un robo que iba a cometerse en ese club, encerrado en una pieza. El escucha a un hombre que en un momento camina rápido, y en otro lento, como un caballero. (Un ocioso que puede llegar al spleen). Caballeros y mozos vestían igual; si se aproximaba un caballero, el ladrón caminaba rápido, y a la inversa. Los caballeros y los mozos no fijan su atención mutuamente.
Cuando estudiaba pediatría, un día mi profesor entró como tromba a mi SALA. Por la forma de gritar de uno de los niños, se dió cuenta que estaba entrando en coma hepático.
Certero diagnóstico a distancia.
Servan...el spleen baudeleriano...extático y sinestésico.
Leo el Tao...aunque no se chino, veo que es una traducción creíble...desayuno con tus palabras y el spleen en voz de Leo Ferré.
Tostadas de miél con queso rayado y café de Oaxaca.
La mar incontenible en primavera...parsimonia SALAda que disuelve todo.
El padre Brown nos enseña a deducir e inducir...
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