Autor: A.M.Canto
lunes, 22 de enero de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: A.M.Canto
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Sobre la supuesta “Silla de Felipe II” en El Escorial (Madrid)
Avance de una investigación en la que se propone analizar este bello, famoso, turístico y frecuentado monumento como un antiguo lugar sagrado, posiblemente dedicado al "Marte" de los vetones. Su forma escalonada y abarquillada lo asemeja a muchos otros altares del mismo tipo en zonas de estirpe céltica, y otros indicios de diversos tipos confluyen en tal identificación. Para poder verlo así es necesario hacerlo a través de los ojos y la mentalidad de los antiguos. El artículo tiene una segunda parte de denuncia y petición de ayuda.
Resumen.- Avance de una investigación en la que se propone analizar este bello, famoso, turístico y frecuentado monumento como un antiguo lugar sagrado, posiblemente dedicado al "Marte" de los vetones. Su forma escalonada y abarquillada lo asemeja a muchos otros altares del mismo tipo en zonas de estirpe céltica, y otros indicios de diversos tipos confluyen en tal identificación. Para poder verlo así es necesario hacerlo a través de los ojos y la mentalidad de los antiguos. El artículo tiene una segunda parte de denuncia y petición de ayuda.
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Seguro que muchos estuvimos ya de pequeños en la "Silla de Felipe II" –uno de los más bellos y pintorescos lugares que conozco– y que a todos, después de ver el monasterio, nos contaron la historia de que en aquellos grandes y bravos cantos de granito “Felipe II se había hecho construir un mirador con un trono” para cuando, incluso ya gotoso, quería vigilar la marcha de las largas obras (de 1563 a 1584) de su enorme complejo de San Lorenzo de El Escorial, cerca y al noroeste de Madrid (fig. 1).
Las vistas desde este lado sur del quizá más grande panteón que nadie en el mundo haya erigido a la memoria de su padre (ya que sin duda éste fue, no el único, pero sí el principal motor del monarca para construirlo) son lejanas pero bellas, recortándose su mole algo vagamente sobre los hoy áridos fondos de los altos picos serranos de San Juan de Malagón y de Abantos (1.758 m de altitud) (fig. 2). Pero la “Silla” (fig. 3) probablemente precedió en unos veinte siglos al notable monarca que falleció allí mismo, en El Escorial, el 13 de septiembre de 1598. Y no parece, desde luego, que fuera precisamente “una silla”.
Hace varios años, en una de mis muchas visitas al lugar, sentada en ella me di cuenta por primera vez de que la vista desde allí hasta el monasterio era auténticamente remota, y de que aquello de que el rey pudiera desde tan lejos “vigilar el trabajo de los obreros sin ser visto por éstos”, como algún autor añejo escribió, era simplemente imposible. Además, la perspectiva del edificio resulta en exceso oblicua y rasante (fig. 4), de forma que no permitiría apreciar en él posibles problemas de planta o efectos, lumínicos ni de otro tipo.
A partir de esta suspicacia interna, retomé dos detalles que, éstos sí, desde siempre me habían chocado: Por un lado, el pequeño tamaño y la extraña disposición de los supuestos asientos (fig. 5, abajo), ya que un rey de dominios inabarcables podría ciertamente haberse hecho labrar un espacio, si no más cómodo, al menos algo más ancho, dada la amplitud de la ropa usual en la época, y de la que sabemos que él mismo vestía (fig. 6); y, por otro, el número de oquedades intencionadas que, por aquí y por allá, se podían observar. Dando por buenas estas incoherencias, me planteé ya una investigación más a fondo, que me exigió una costosa navegación bibliotecaria entre la ingente literatura acerca del monasterio y su construcción, desde los documentos más antiguos (cédulas e instrucciones del propio Felipe II, relatos de Jean de l´Hermite, Fray Josef de Sigüenza o Rubens), a los análisis más recientes de Prieto Granda, Bustamante, Sánchez Meco o Cano de Gardoqui.
Estas búsquedas y lecturas me permitieron comprobar que, en efecto, no se podía encontrar una sola referencia de época acerca de la famosa “Silla”: El rey venía aquí a la finca de “La Herrería” (el nombre del predio en cuyo interior se alza el imponente monolito) a cazar o a pasear. Pero cuando quería observar el avance de las obras subía siempre a Abantos o a San Juan, lo que resulta lo más lógico, ya que ambas alturas están mucho más cercanas y casi a pico sobre el edificio, como se puede en efecto observar por el punto de vista elegido para casi todas las láminas antiguas que existen de él (fig. 7).
Simultáneamente, una larga rebusca de láminas, dibujos y fotos antiguas me permitió encontrar algunas que permitían apreciar el aspecto tan viejísimo y desgastado que, antes y después de 1903, presentaban las dobles escalerillas, y toda la plataforma en general. En efecto, los sucesivos acondicionamientos del lugar, y los muchos retalles, retoques, rellenos y emplastos en el granito, han ido enmascarando con el tiempo el entonces muy vetusto aspecto del conjunto, que comenzó a recordarme con fuerza los muchos santuarios rupestres con altares escalonados y oquedades que distintos pueblos prerromanos de estirpe céltica tallaron en muchos lugares de la mitad norte peninsular para rendir culto y ofrecer holocaustos a sus dioses.
La búsqueda de paralelos no me fue difícil, porque acababa de dedicar unos años (1987-1997) al estudio de otros aspectos del mundo céltico, y tenía recientes las visitas y lecturas de lugares con este tipo de altares, como la antigua Ulaca (Solosancho) (fig. 8), El Raso (Candeleda, también en Ávila) o Panóias (Vila Real, Portugal, reestudiado hace pocos años por mi maestro en Heidelberg, Géza Alföldy) (fig. 9). El complejo de Panóias, orientado al N-NE como en El Escorial y que tiene el mayor de sus altares con la misma curiosa forma abarquillada que tiene éste (fig. 5) (como también los de Novás, Portela o Vilar de Perdices), lo creo de particular interés porque conserva varias inscRIPciones romanas del siglo III d.C. que explican el rito sacrificial correcto que se debia practicar en cada una de las diversas oquedades: inmolación de la víctima, desangración de la misma, incineración de las entrañas, quema de otros miembros, mezcla de líquidos, lavados lustrales, etc.
Cuando pasé a considerar ya el conjunto como un locus sacer o lugar sagrado antiguo, posiblemente del pueblo vetón en su zona de contacto con los pueblos carpetanos, otros indicios presentes en la zona –y de lo más sugestivos si tratamos de alinearnos con la mentalidad antigua– creo que vienen a reforzar mi hipótesis: su carácter fronterizo (a través del paso de Las Machotas y del Puerto de la Cruz Verde), su altura y orientación tan adecuadas, su posición dentro de un impresionante circo granítico natural, más la inmediatez en el lugar de una “piedra caballera” que presenta unas inquietantes formas, se mire de frente o de lado.
Esta enorme piedra que, cuando uno se fija bien, es la que en realidad preside la explanada central desde su milagroso y milenario equilibrio, no pasa de ser para nosotros, que vivimos inmersos en una cultura plena de conocimientos científicos, más que una curiosidad geológica. De hecho, no he encontrado una sola referencia a ella en otro sentido en las distintas descRIPciones publicadas sobre el lugar. Pero si intentamos verla a través de la mirada de los antiguos, habremos de reconocer que ellos podían ver en ella una doble señal sagrada de la divinidad que habitaba en aquella cima rocosa, ya que de frente muestra toda la fiereza de una divinidad guerrera (fig. 10), y de lado recuerda claramente el perfil de una rapaz grande, sea buitre, águila u otra semejante (fig. 11), aves mensajeras, representantes y mediadoras de los antiguos dioses, que de verdad anidaban todavía (según diversas fuentes del XVI al XVIII) en los altos riscos justamente llamados de "Abantos" (*), los cuales, como aún podemos comprobar, se hallarían directamente enfrente del altar (cf. flechas en la fig. 2). En todo caso, los más escépticos deben saber que he podido encontrar diversos y muy convenientes paralelos para ambas imágenes y usos, algunos en zonas dolménicas del norte de Europa.
A estos indicios, ya bastante elocuentes de por sí, hay que añadir todavía la abundancia natural en todo el entorno de los robles (los árboles más sagrados para los célticos), la frecuente caída de rayos sobre esta elevación (debida, como hoy sabemos, a las mineralizaciones férricas de esta altura), la posibilidad de ritos adivinatorios gracias justamente a las rapaces vecinas, el rodear la zona un bosque espeso de caza mayor –que tenía osos y jabalíes y ya era citado, hacia 1345, en el Libro de la Montería de Alfonso XI–, la presencia de setas alucinógenas y, por supuesto, una extraordinaria abundancia de aguas cristalinas (aún hoy quedan por allí las fuentes de la Prosperidad, de la Ermita, del Seminario, de las Arenitas, de los Capones...).
Pude, por último, reconocer, no muy lejos de “la Silla”, los restos de otro posible altar, que da la sensación de ser más viejo y que pudo ser el antecesor del que hoy podemos contemplar. Quizá fuera la pérdida de la memoria de su significado o de su uso durante la época romana, lo que salvara a “la Silla” de su destrucción intencionada por los primeros cristianos, pues aquel tipo de prácticas estaba proscrito –bajo amenaza de grandes penas– en los cánones de los concilios toledanos XII y XVI, a fines del siglo VII d.C.
No deja de ser notable que haya en el mismo término de El Escorial otros afloramientos graníticos con escaleras y/o iguales “sillas”abarquilladas, como el llamado “Mirador del Rey”, o el “Canto de Castejón”, donde los príncipes solían aprender a disparar, de varios de los cuales queda el recuerdo epigráfico, allí mismo grabado. Entre estos peculiares "cantos" hay relaciones visuales y de orientación bastante evidentes.
La suma de tantos indicios parece que permite sostener la hipótesis de que la que hace tanto tiempo conocemos como “Silla de Felipe II” fue en realidad un santuario vetón de sacrificios. Intentando saber más o menos a qué divinidad podía estar dedicado, al margen de lo que la pura intuición me podía sugerir, recordé la relativa vecindad del hallazgo, hacia 1861, de un ara romana consagrada a Mars Magnus, “el Gran Marte”, el dios de la guerra. Cuando se tiene presente el terrorífico aspecto frontal de la piedra caballera ya citada, no parece arriesgado suponer entonces que en estas alturas se rendía culto al Marte vetón.
Todo ello, y el carácter tan popular del monumento, me decidió a presentar un avance de los resultados, a comienzos de abril de 1999, de forma más pública de lo habitual (**). El eco en la prensa fue grande y de agradecer (aunque en varias de las transcRIPciones periodísticas me costó trabajo reconocer mis propias palabras e ideas). Ahora está en marcha el más pesado trabajo de la presentación científica, que debe de ir –e irá– sólidamente apoyada. Debería seguirse también alguna actuación, de la Comunidad de Madrid, del Patrimonio Nacional o del Ayuntamiento de San Lorenzo, para una mejor protección y explicación del lugar. Quizá alguna futura prospección o excavación en el entorno pueda probar alguno de los aspectos propuestos, aunque lo considero por lo menos difícil.
Entre 1500 y 2000 años podemos envejecer ahora la sólida fama de El Escorial como lugar consagrado a una divinidad. Lo que ya nunca sabremos es si cuando Felipe II decidió poner este Real Sitio bajo la advocación del primer mártir hispano –San Lorenzo–, por haber ganado en su festividad la famosa batalla naval de San Quintín, el 10 de agosto de 1557, o cuando eligió el día de San Jorge, casualmente guerrero y matador de dragones, para poner la primera piedra del Monasterio, el 23 de abril de 1563, sabría o no que, muchos siglos antes, otro dios de la guerra ya había recibido allí mismo unas muy distintas ofrendas y oraciones... En todo caso, confío en no haber contribuido a la destrucción de un mito, sino acaso sólo a su renovación.
* * * * * *
Sería un crimen por mi parte desaprovechar esta ocasión, y la estupenda plataforma que supone Celtiberia.net, desde mi –y nuestra– obligación de defender el Patrimonio, para denunciar el tRIPle y grave peligro que, en estos mismos momentos en que sois tan amables de leer esto, están corriendo los entornos de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial, a causa de decisiones políticas y urbanísticas que no parecen detenerse incluso ante uno de los hitos históricos más importantes de nuestro país, ante el territorio que enmarca uno de los más famosos conjuntos históricos y paisajísticos del planeta, aquello que ningún turista que viaja a Madrid deja de visitar, pero que nosotros mismos no protegemos como debiéramos.
En 1984, en efecto, la UNESCO declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad tanto “el Monasterio” como “el Sitio” (http://whc.unesco.org/pg.cfm?cid=31&id_site=318). En el expediente de esta decisión consta expresamente esto que copio:
Estamos hablando de la llamada "Octava Maravilla del Mundo". Pues bien, allí, bien cerca de ella, están pasando ahora mismo estas cosas:
1) Por un lado hemos de recordar el extraño incendio que hubo hace no mucho (verano de 1999) en el propio monte de Abantos. En efecto, la ladera está ya amenazada por el hormigón, gracias a una legislación permisiva que ningún Gobierno nacional parece querer cambiar. Si tras uno de estos incendios se prohibiera construir en 50 años, permitiendo al monte recuperarse, se acabarían buena parte de ellos en sitios tan “sospechosos” como éste. Pero, mientras esto no se legisle, debe prohibirse aunque sea localmente (véase una foto de las construcciones escalando el monte en http://www.sanlorenzoescorial.com/alrededores/abantos.htm).
2) Está a punto de salir a subasta pública nada menos que la finca de “La Granjilla”, que formó una parte importante del Real Sitio (está hacia el E. del monasterio) y fue a parar en un determinado momento, hace mucho, a manos privadas. Por su pertenencia original a La Cerca de Felipe II, el Estado debería personarse en la subasta y pujar por ella, impidiendo que sea comprada por particulares que vayan a construir en ella algún complejo hotelero o algo peor. Hay que decir que esta finca tiene verdaderas maravillas en su interior, un enorme estanque con una isla en él, otro "canto" similar a los aquí descritos y diversos restos arqueológicos (detalle éste que no he podido comprobar por no estar permitido el acceso).
3) Y, por si no fuera suficiente la superpoblación que ya soportan la Sierra Oeste de Madrid, todos sus pueblos y ambos Escoriales, el de Abajo quiere urbanizar la hermosa zona de Campillo-Monasterio, entre El Escorial y Villalba, embuchando, embutiendo allí (y los vocablos en este caso no pueden ser más exactos) nada menos que 7.000 (he dicho siete mil) nuevas viviendas. Puede imaginarse el efecto que esto causará, no ya de presión sobre Villalba mismo (que cualquier día terminará explotando), sino cómo romperá por completo la vista de la Sierra de Guadarrama (es el único sitio desde donde aún se puede tener una visual completa de la Sierra), y la parte aún virgen de lo que la UNESCO declaró que se debía proteger. Y no estará de más recordar que “Monesterio” perteneció a Rodrigo Manrique, conde de Paredes y padre del poeta Jorge Manrique, siendo luego Real Sitio de Isabel la Católica, y que no muy detrás en abolengo histórico se queda la finca “Campillo”, que fue a su vez Real Sitio de Enrique IV de Trastámara, Rey de Castilla. En ambos lugares, por supuesto, existen también bastantes restos arqueológicos.
Hay un grupo, utópico y por ello honesto, que quiere atajar estos desmanes especulativos, liderado de forma esforzada y eficaz por D. Andrés Magaña (***). También otras asociaciones ciudadanas de El Escorial están en la lucha, escritores, profesores, profesionales de todo tipo, y la Asociación DP-PHISNA (Defensa y Promoción del Patrimonio Histórico y Natural), que preside el periodista D. Ricardo Fanjul. Pero, como comprobaréis por la prensa, no se nos deja oír mucho sus voces de protesta. A ver si desde aquí podemos echarles una mano. Os agradecería por ello que visitárais los sitios web donde se explican de forma muy detallada los destrozos que se pretende evitar, y las leyes que estas decisiones políticas vulneran, que parecen demasiado torpes para ser simples errores.
www.patrimonio-mundial.com/ escorial/iberica2000-camelotescorial.pdf
http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=2282
Y, si os convence lo que en ellas se expone, que apoyéis por favor con vuestra acción y vuestras quejas y firmas las peticiones a los poderes públicos para evitar la devastación definitiva de El Escorial y todo su entorno. Porque está claro que no hay fiscal ni tribunal que actúe en esto de oficio, como debería esperarse de daño tan grande al patrimonio, no ya nuestro, sino de toda la Humanidad.
En definitiva, no vamos a ser menos que el propio Felipe II, con cuyas frases al Consejo de Castilla quisiera terminar este artículo. Ellas están grabadas en una tabla de bronce que Patrimonio Nacional sujetó al granito de su “ex Silla” (fig. 12), a demasiada altura como para que nadie la pueda leer bien, pero que son estupendas, a la vez que las veo tristemente premonitorias de nuestros tiempos:
"Una cosa deseo ver acabada de tratar, y es lo que toca a la conservación de los montes y aumento de ellos, que es mucho menester y creo que andan muy al cabo*. Temo que los que viniesen después de nosotros han de tener mucha queja de que se los dejemos consumidos y plegue a Dios que no lo veamos en nuestros días" (Felipe II, en 1582)
*Muy agotados. En efecto, para la construcción del propio monasterio se habían hecho muchas talas. Pero el rey es consciente del delito que cometería contra las generaciones futuras dejando los montes pelados, y ordena su reforestación inmediata. Una conciencia ecológica bien ajena a buena parte de nuestros actuales políticos...
© Alicia M. Canto 1999-2005
Universidad Autónoma de Madrid
(*) DRAE: Abanto. 2. m. Ave rapaz semejante al buitre, pero más pequeña, con la cabeza y cuello cubiertos de pluma, y el color blanquecino. Es muy tímida y perezosa, se alimenta de sustancias animales descompuestas, vive ordinariamente en el África septentrional y pasa en verano a Europa. 3. m. Cualquier otra ave de la familia de los buitres.
(**) Un avance de esta investigación se presentó por primera vez como conferencia dentro del ciclo “Instituto Arqueológico Alemán-Universidad Autónoma de Madrid”, en abril de 1999. Fue publicada en forma de artículo en el diario ABC, y en la revista “Cantoblanco de la UAM (en versión on-line: www.uam.es/informacion/ gprensa/cantoblanco/cantoblanco7.pdf , mayo de 1999), junto a diversas notas de prensa en distintos medios. Recientemente, en el marco de las I Jornadas para la Defensa del Patrimonio de la Comarca Noroeste de Madrid (Torrelodones, 13 de mayo de 2005), lo presenté, comentando otros conjuntos similares del mismo término escurialense, con una breve alusión a la “Piedra Escrita” de Cenicientos (Madrid), otro lugar sagrado de tipo fronterizo, aunque en este caso romano.
Está en fase de terminación el artículo científico extenso, que D.m. será publicado en la revista Complutum, agradeciendo la gentil invitación para ello que en su día me hizo el excelente colega y amigo Martín Almagro Gorbea.
(***) Andrés Magaña - Proyecto Camelot Escorial
escorial_sostenible@hotmail.com
Parque Real BL5-504, 28280 El Escorial, Madrid
Telf. 918902149.
Otros sitios web de interés
-Lista de monumentos españoles que son Patrimonio de la Humanidad:
http://www.patrimonio-mundial.com/escorial/descRIPcion.htm
-Magníficas fotos del valle desde Abantos:
http://sapiens.ya.com/jrcuadra/sendas/avantos/index.htm
-Láminas antiguas (muy interesante la que presenta una vista oblicua durante las obras): http://www.upv.es/claraboya/report/enzo.htm
-Espléndidas fotos, incluída una ampliación del escudo de armas de Felipe II:
-http://www.fuenterrebollo.com/Sala-Reyes/escorial.html
Para las teorías sobre el “salomonismo” del monasterio, pero incluyendo también una gran cantidad de documentación y fotografías de casi todos los demás temas:
-http://sapiens.ya.com/jrcuadra/index.htm
-http://sapiens.ya.com/jrcuadra/jr-0.htm
Una buena galería de fotos:
-http://www.sanlorenzoescorial.com/galerias/galegraf03.htm
- http://asociacionalana.org/ (asociación de vecinos; con documentación sobre los problemas de patrimonio y urbanísticos)
Editada la monografía más completa sobre el Real Monasterio de El Escorial que revela detalles nunca antes reproducidos
MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS)
El Grupo FMR-ARTE'E' presentó hoy el libro 'El Real Monasterio de El Escorial', una obra de la que únicamente se editarán 1.000 ejemplares numerados y que presenta una nueva visión del conjunto arquitectónico más representativo del Renacimiento Herreriano revelando aspectos y detalles nunca antes reproducidos.
Coordinado por el Profesor Louis Godart, asesor cultural del Presidente de la República de Italia, y coeditado con Patrimonio Nacional, es el segundo volumen, tras 'Il Quirinale', de la colección Grandes Palacios de la Historia.
Se trata de la monografía más completa realizada sobre el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial. El catedrático emérito de Historia del Arte Antonio Bonet Correa realiza un recorrido histórico desde su concepción hasta nuestros días; un paseo por todas las salas y demás espacios del conjunto palaciego. Rescata, además, algunos testimonios de ilustres viajeros - elogios, reproches, celebraciones y leyendas negras-, que han pasado por El Escorial a lo largo de la historia [...]
(sigue la noticia de Europa Press, en: http://www.europapress.es/europa2003/noticia.aspx?cod=
20050607183152&tabID=1&ch=71)
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P.D.. Este artículo se "subió" originalmente el 27/05/2005. Hoy 09/06/2005 se le han hecho algunos retoques de redacción y añadido el url de la Asoc. Alana y la noticia de la reciente monografía sobre el Monasterio.
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Gracias, Uruburrus. Sí, lo de la piedra caballera cuesta trabajo desde nuestra mentalidad.
Pero hay que tratar de ponerse en la de los antiguos, y para ellos esta piedra sin duda tenía algo de divino. Para los antiguos la caída de un rayo, la forma de volar o comer las aves, la manera de caer un prisionero cuando era sacrificado, todo eran mensajes y signos de los dioses, y tenían expertos en interpretarlos.
Pero no ya los vetones, sino los propios romanos, mucho más cultos en teoría, tenían sus augures y sus arúspices expertos en el tema. A quién de nosotros hoy se nos ocurriría, al destRIPar un pollo, pensar que su corazón o su hígado nos puede predecir algo sobre nuestro futuro... Y, sin embargo, para estos pueblos sí.
Por eso muchos indicios que están a la vista hoy pasan desapercibidos, incluso para prospectores expertos. De todos modos, como digo en el artículo, hay paralelos bastante convincentes.
Muchas gracias por la referencia hacia nuestras páginas ASOCIACIONALANA.ORG, y aprovechar para plantear una duda: Al realizar las fotografías desde un montículo de una finca cerca de Los Arroyos y leer sobre la silla famosa nos preguntamos si tambien se puede tratar de algun tipo de monumento, pues tiene una inscRIPción en una piedra y escaleras labradas en las piedras. La galería fotográfica y una vista panorámica obtenida desde este monticulo están en nuestras páginas. Sería interesantísimo para nosotros conocer su opinión o que podriamos hacer para resolver esta duda. Muchas gracias.
http://photos1.blogger.com/img/91/5909/640/Imagen%20069.jpg
http://photos1.blogger.com/img/91/5909/640/Imagen%20094.jpg
http://fotosvistaslosarroyos.blogspot.com/
http://asociacionalana.org/Paseando%20Los%20Arroyos.exe
Medraina: Me alegro de que le gustara, gracias, y espero que disfruten de su próxima visita allí.
Jeromor, siempre tan atento, ha dado el link de un artículo de J.J. Guijarro que me refuta (dice el autor) y que yo no conocía (de ser así, lo habría citado arriba), de dic. 2004, en el que dice que va a impugnar una hipótesis mía que (según él), sólo salió en la prensa local, pág. 96: "...Al mismo tiempo nuestra explicación deriva en la necesidad de contrastar y refutar la hipótesis publicada en la prensa local por la Dra. Canto y que venía a señalar al Canto Gordo [o sea, la "Silla"] como un altar vetton, esto es como una peña sacra. Como veremos en breve si la existencia de dos “sillas” de Felipe II se nos antoja improbable, la presencia de dos Peñas Sacras tan próximas es arqueológicamente inverosímil... A nivel morfológico y formal, el Canto Gordo (Silla de Felipe II) no presenta la morfo-tipología propia y genuina de estas construcciones... Por otra parte la orientación de la zona superior del Canto Gordo que se corresponde con el naciente solar y sin ningún referente topográfico en el horizonte resulta, en comparación con el resto de las construcciones localizadas interpretadas como Peñas Sacras, algo discordante. Del mismo modo la ausencia de cazoletas y canales de “desagüe” es total, siendo este un hecho de importancia en lo referente a su adscRIPción como “peña sacra”..."
En estas frases se sugieren cosas inciertas (nunca he dicho que hubiera dos "sillas de Felipe II", más bien que ni siquiera una), faltan varias cosas, más argumentos, y, para empezar, las obligadas citas. Lo cierto es que, aunque M. Almagro me pidió en su día, para publicarlo en Complutum, el artículo científico del que había hecho sólo un avance, por falta de tiempo para redactarlo nunca he llegado a publicarlo. Pero, incluso así, echo en falta que el Sr. Guijarro omita el articulillo que publiqué en 1999 (cinco años antes) en la revista Cantoblanco de la UAM, arriba citado (www.uam.es/informacion/ gprensa/cantoblanco/cantoblanco7.pdf , mayo de 1999, pág. 9), que es una revista univesitaria y no "prensa local" (El País o el ABC tampoco, en éste reproduje el artículo en la sección 'Tribuna abierta' de 16-6-1999) y donde dije lo más esencial (la base de este artículo de Celtiberia), citando incluso, porque los visité, el muy conocido Canto de Castrejón y otros por allí, en compañía de la por entonces alcaldesa de El Escorial, Dª Concepción Núñez, que me sirvió de gentil guía en visitas de 1993 y 1994. Creo recordar incluso que el artículo de Cantoblanco 7 lo envié en su día al Sr. Guijarro, cuando me llamó por teléfono, tiempo después, para decirme que estaba haciendo una prospección para la CAM y le había interesado mucho lo que yo había propuesto.
Pero, en fin, dejando aparte estos fallos de método profesional (por desgracia tan frecuentes en España), el Sr. Guijarro afirma algunas cosas porque no cita o no conoce todos los datos de mi investigación original (esto por culpa mía, evidentemente), ni otro altar cercano a la "Silla", mucho más antiguo y destrozado, que no he publicitado nunca para protegerlo y veo que él no ha localizado, ni ha rebatido todos los argumentos que di, aunque fuera sumariamente, en favor de la actual "Silla" como altar indígena.
En todo caso, lo que más interesa ahora es lograr la protección de estos lugares, que están en peligro real por la sobreexplotación urbanística que padecemos en estas zonas serranas desde hace años, según las denuncias de diversas asociaciones y colectivos ante la Comunidad de Madrid, que por un lado dice proteger el patrimonio y por otro a veces permite su desprotección o incluso su destrozo. Saludos.
Dª Alicia, comparto con usted la opinión de que este tipo de, digamos, aras, con una escalinata labrada en una gran roca, y con cubetas y canales, bien en la misma roca, bien en un lugar próximo, tienen un origen prerromano, a tenor de la inscRIPción de Panoias. En lo único que discrepo es en restringir su área al territorio vettón. También existen en Sierra Morena, por lo que es posible la tesis de Almagro-Gorbea de que se trate de manifestaciones culturales de pueblos del tronco indoeuropeo peninsulares, anteriores quizá a la expansión de los "celtas" clásicos.
Comenté que creía recordar alguna semejanza con los santuarios etruscos. Copio de José María Blázquez de "La religión Etrusca", en "Historia de las religiones de la Europa Antigua": 'En todos los santuarios había un altar sobre el que se ofrecía el sacrificio. Los altares eran de distinto tipo, de fuego, en los que se quemaba la víctima, o también aquellos en los que se la degollaba, recogiéndose la sangre a través de un conducto hecho en la piedra. Los primeros altares estaban consagrados a los dioses celestes y los segundos a los infernales y a los ctónicos. Generalmente los primeros eran de forma rectangular y los segundos circulares'. Parece concordar conla inscRIPción CIL, II, 2395e, hallada en Panoias, donde hay otro gran altar pétreo similar: “A los dioses y diosas de este recinto sacro. Las víctimas que se sacrifican se matan en este lugar. Las víctimas se queman en las cavidades cuadradas enfrente. La sangre se vierte aquí al lado sobre las pequeñas cavidades". Las inscRIPciones fueron G. C. Calpurnius Rufinus, uir clarissimus, a numerosas divinidades, entre ellas Serapis, cuyo culto mistérico acaso se acoplara, mediante un proceso de interpretatio, con la concepción de las divinidades indígenas adoradas en este sitio, denominadas Lapiteae. Esta similitud entre los altares etruscos y los peninsulares, más que depender de una difusión, digamos, podría derivar de un substrato antiguo religioso común en ambos territorios: parece un tanto forzado suponer que los etruscos trasladaron este tipo de altar a la Meseta.
Creo que la inscRIPción de Calpurnius es bastante explícita sobre la función del lugar. ¿Qué otra cosa puede ser? Funcionalmente una escalera de piedra de poca alzada no es práctica; cuesta mucho menos trabajo y tiempo hacerla de postes de madera.
Coincido con la profesora Alicia Canto, aunque los periodistas a veces "maltraten" la información que se les da.
Bueno, me parece de lo mas fascinante su articulo en Celtiberia "Sobre la supuesta silla de Felipe II en El Escorial (Madrid).
Comparando con otros altares de sacrificios de vetones,como el de Ulaca que he visitado repetidamente,por varios motivos..Este tipo de descubrimientos, sin duda no son muy frecuentes en su campo. Esto debe levantar ampollas.
Lo unico que no estoy seguro es de la adscRIPcion de vetones a "celtas",ya que no hay ninguna prueba arqueologica ,ni epigrafica que atestigúe la presencia de los "celtas" en Iberia (como bien me confirmó Ocestvivere,hace 2 dias en uno de los foros).
En fin,no hago la pelota,ni falta que hace,pero que lea la gente el articulo
Bueno, me parece de lo mas fascinante su articulo en Celtiberia "Sobre la supuesta silla de Felipe II en El Escorial (Madrid).
Comparando con otros altares de sacrificios de vetones,como el de Ulaca que he visitado repetidamente,por varios motivos..Este tipo de descubrimientos, sin duda no son muy frecuentes en su campo. Esto debe levantar ampollas.
Lo unico que no estoy seguro es de la adscRIPcion de vetones a "celtas",ya que no hay ninguna prueba arqueologica ,ni epigrafica que atestigúe la presencia de los "celtas" en Iberia (como bien me confirmó Ocestvivere,hace 2 dias en uno de los foros).
En fin,no hago la pelota,ni falta que hace,pero que lea la gente el articulo
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