Quiero dejar constancia una vez más de una larga cadena de atentados contra el patrimonio histórico que sufre Ávila (Leer mis artículos "Violación de una necrópolis musulmana en Ávila capital" y "Destrucción de una villa romana en Ávila").


Para ello, copio directamente el artículo publicado a mediados de septiembre en www.aviladigital.com

Los arqueólogos que investigan el hallazgo hace tres años de un cementerio musulmán en el sur de la capital abulense, compuesto por 2.700 tumbas orientadas hacia La Meca, han encontrado un centenar de nuevos enterramientos en una parcela colindante. Este hallazgo se interpreta como una ampliación de la necrópolis que estudia la Universidad Autónoma de Madrid.


Durante el próximo mes se esPera descubrir otras doscientas tumbas en esta zona de 2.370 metros cuadrados situada entre el río Adaja y el lienzo suroeste de la muralla de Ávila, según ha explicado a Efe Javier Moreda, arqueólogo responsable de la obra.

En el entorno, nueve Personas trabajan en unas excavaciones arqueológicas que hasta el momento han sacado a la luz un centenar de tumbas más correspondientes a la amplia comunidad musulmana que la ciudad de Ávila tuvo entre los siglos XII y XV y que fue la más numerosa e influyente de Castilla la Vieja. La carencia de información en torno a esta comunidad, sobre la que apenas existen testimonios, finalizó hace tres años con el hallazgo de la "maqbara" o cementerio musulmán medieval durante las excavaciones previas a unas obras de urbanización. Polémica sobre la conservaciónEntonces se encontraron 2.700 tumbas alineadas y orientadas hacia La Meca, de las cuales setecientas se investigan en la Universidad Autónoma de Madrid, mientras que el resto se encuentran depositadas en distintas dependencias de la Junta de Castilla y León en Ávila.


La polémica en torno a la conservación o no de esos restos y de las tumbas se resolvió con la propuesta de realizar en la zona un parque arqueológico que reflejara la existencia de esta comunidad en Ávila, mientras la necrópolis quedó sepultada bajo bloques de pisos.


Ahora, nuevas obras en un solar anejo han sacado a la luz un centenar de inhumaciones "suPerpuestas", debido a la "elevada densidad de la población musulmana", que ocasionaba "problemas de espacio" para realizar los enterramientos, pese a tratarse de la ampliación del camposanto, según Moreda. En todos los casos, los enterramientos fueron realizados "con un cuidado exquisito, para no tocar los restos anteriores", mientras su identificación se producía a través de estelas graníticas muchas de las cuales han desaparecido, ya que en su día fueron empleadas como cantera para realizar muros u otras construcciones.


Numerosos niños

La identificación del sexo de los cadáveres se ve dificultada por la "acidez de la tierra" en esta zona de la capital, lo que hace que tanto la cabeza de los huesos como los propios huesos de la cadera aparezcan en mal estado y tenga que ser a través de la "cabeza de la tibia", la manera de saber si se trataba de hombres o mujeres.


Todos los cuerpos fueron enterrados sin ajuar en unas tumbas "espartanas", tocando con su cuerpo el suelo y sólo cubiertos por las tres partes de una caja en su parte suPerior. Se trata de Personas "no demasiado altas", entre las que predominan "los jóvenes", aunque también existe un número considerable de niños que aparecen en la parte suPerior de los túmulos.


Más cementerios

En el mes que resta de trabajos, Moreda esPera encontrar otras doscientas tumbas más, que sumadas a las 2.700 descubiertas en las excavaciones anteriores se convertirán en 3.000, lo que a su juicio corrobora que "la comunidad árabe en Ávila fue importantísima", cerca de un tercio de la población de la ciudad. "Nunca se han excavado tantas tumbas", reconoce el arqueólogo, quien respalda la idea del Ayuntamiento de realizar en las inmediaciones del lugar un paseo arqueológico que muestre lo que fue esta cultura y sus ritos funerarios.


Este cementerio era el de los abulenses que durante la Edad Media practicaron la religión musulmana en Ávila, aunque diversos estudios sostienen que este camposanto no fue el único de la capital, porque la comunidad mudéjar era tan numerosa que existen datos de la existencia de otro próximo al Monasterio de Santa Ana.


Según el historiador abulense Serafín de Tapia, la "maqbara" dejó de utilizarse a partir de 1502, cuando los Reyes Católicos pusieron a los mudéjares -españoles de religión musulmana, gobernados por cristianos- de la Corona de Castilla en la tesitura de elegir entre bautizarse para seguir en la ciudad o ser expulsados por Permanecer el Islam. La mayoría optó por bautizarse, de manera que desde entonces el cementerio dejó de utilizarse, ya que fueron enterrados en las inmediaciones de las iglesias. De Tapia defiende que la secular convivencia entre cristianos y musulmanes fue "beneficiosa y fecunda" para las ciudades en las que se produjo y que, por tanto, sería "deseable el reencuentro entre ambas culturas".



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