Autor: Temalia
martes, 11 de diciembre de 2001
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Silberius
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La religión romana como fusión de diferentes culturas
Los romanos nunca elaboraron una mitología excesivamente compleja sino que asimilaron la tradición griega, adaptándola a sus propias particularidades. Más adelante, cuando el ImPerio Romano estaba en plena época de expansión, los romanos no tuvieron demasiados reparos en adoptar las principales divinidades de los pueblos que conquistaban.
A menudo se considera que esta asimilación tenía una finalidad meramente política. De este modo se intentaba asegurar una cierta unidad en el ImPerio. En cualquier caso, gracias a ello, la religión romana se configuró a partir de una mezcla extraordinaria de cultos e influencias.
Influencias griegas
La influencia griega es, sin duda, la más importante. Es la que introdujo más cambios en el panteón romano, hasta el punto de que la mayoría de dioses griegos tiene un equivalente latino con atributos similares. Por ejemplo, el Zeus griego es el Júpiter romano, Atenea es Minerva o Poseidón es Neptuno.
La asimilación de la tradición griega no se refiere únicamente a los dioses. Muchas leyendas, como la propia fundación de Roma, parecen ser de origen helenístico. En los mitos latinos se mezclan Personajes de ambas mitologías y muchos relatos no son sino adaptaciones de historias griegas.
Influencias egipcias
Cuando Roma entró en contacto con el Egipto faraónico, asimiló varias de sus divinidades y figuras míticas. Una de las principales fue la diosa Isis, la reina y madre universal de todas las cosas. Se construyeron templos en su honor por todo el ImPerio.
Por otro lado, con el paso del tiempo se empezaron a englobar divinidades diferentes en una sola más universal. De esta manera, los dioses egipcios Anubis y Thot fueron asimilados en el dios Hermes, cuya doctrina tuvo una influencia considerable incluso en épocas posteriores.
Influencias asiáticas
Cuando Roma se abrió a Oriente, a través de Grecia, se vio expuesta a una gran cantidad de creencias nuevas. Sin olvidar tampoco que numerosas influencias asiáticas ya venían incorporadas en la mitología griega.
La diosa guerrera Belona es un buen ejemplo. El mito procede de Asia Menor y su integración en la tradición romana fue tal que se la hacía hermana o esposa del dios latino Marte.
Otro ejemplo es la diosa Cíbele, o Cibeles, introducida en Roma desde Frígia. Como diosa de la fertilidad, su culto adquirió bastante importancia. Incluso se celebraban festivales públicos en su honor.
Mitra, el dios sol
El dios asiático Mitra merece una atención especial. Estuvo a punto de generar una religión monoteísta, con él como dios único. Mitra era un dios de origen solar y tenía atributos guerreros que lo hicieron muy popular entre los soldados.
Su influencia se extendería hasta el siglo V d.C.
Cultos mistéricos
Es de destacar el auge en Roma de las creencias órficas (en referencia al mito griego de Orfeo y Eurídice) que describen cómo el alma puede esquivar a la muerte.
Los misterios de Eleusis son otro ejemplo. Enseñaban que el alma puede sobrevivir a la muerte y utilizaban la leyenda griega de Perséfone como ilustración.
Estos y otros cultos basados en una serie de misterios estuvieron muy presentes en las primeras etapas de expansión del ImPerio.
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