Autor: Olarticoechea
viernes, 03 de junio de 2005
Sección: Exposiciones temporales
Información publicada por: Olarticoechea
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El Cid, el heroe que nunca existió.
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NOTA: En este articulo se denomina reino de Galicia al reino cristiano del noroeste antiguamente conocido como Astur-Leonés, de acuerdo con las nuevas investigaciones.
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¿Quién fue el Cid campeador? Según la historia oficial era un héroe de la Reconquista que encarnaba las virtudes de Castilla, pero un análisis detallado de su periodo histórico lo convierte en un simple instrumento ideológico fabricado a posteriori.
Para ello tenemos que conocer los orígenes de Castilla como reino independiente:
En el año 1157 se va a producir un hecho de gran trascendencia para los reinos cristianos peninsulares y para la historia posterior de España, Alfonso VII rey de Galicia muere y su reino es repartido entre sus herederos. A Sancho le corresponde la parte oriental de dicho reino que incluía Castilla, el antiguo reino moro de Toledo y otros territorios, mientras que Fernando (Fernando II) hereda toda la parte occidental del reino (Galicia, León, Extremadura y Asturias).
Pues bien, es en este preciso momento histórico –y no antes- cuando Castilla de la mano de Sancho inicia su historia como reino independiente y poderoso. Al antiguo condado de Castilla (que había sido semi-independiente en tiempos de Fernán González en 930 [1]) se le suman los extensos territorios de Toledo y una importante posición estratégica en el centro de la Península . Estas condiciones le llevarían pocos años después a convertirse en el reino hegemónico de la España cristiana.
Uno de los principales problemas de esta Castilla incipiente y poderosa para imponerse
a los demás reinos cristianos era su falta de legitimidad e historia en el proceso de la Reconquista, mientras que Navarra, Aragón y Galicia llevaban siglos de existencia como entidades independientes, Castilla solo tenía unos pocos años de independencia y protagonismo.
Claro que este problema se solucionó rápidamente, ya que en fechas siempre posteriores a 1157 comenzaron a escribirse en Castilla crónicas que rompían con toda la tradición de los reinos cristianos. Estos documentos eran –y son- de una credibilidad muy dudosa pero le proporcionaron a la historia de Castilla la legitimidad necesaria de 2 formas:
1º Crearon una supuesta dinastía castellano-navarra de la que descendería Sancho y que enlazaría con los tiempos de Fernán González. De esta manera la monarquía castellana tendría “continuidad” desde 930.
2º Se inventó una figura mítica “El Cid campeador” que en realidad fue un instrumento con el que los cronistas intentaron arreglar la historia anterior a 1157 desde una visión castellanista, para ello convirtieron a Rodrigo Díaz de Vivar (antiguo noble ya fallecido) en un héroe legendario. Este mito fue creado para dos fines: justificar y dar veracidad a la dinastía castellano-navarra y atribuirle a Castilla meritos en la Reconquista en momentos decisivos para la posterior historia peninsular.
Los documentos que introdujeron en la historia peninsular estas invenciones fueron:
-Liber regnum (1196-1209)
-Crónica latina de los reyes de Castilla (1236)
-Poema de Fernán González (1250)
Decir que los reyes de Castilla son descendientes de una “dinastía castellano-navarra” no es una afirmación inocente, porque si hacemos caso a está mentira histórica, cuando la reina Sancha de Galicia (1013-1067) se casa con Fernando hijo de Sancho III de Navarra en realidad se estaría casando con un castellano y pasaría a reinar en Galicia como Fernando I de Castilla. De esta manera todos los reyes desde Fernando I a Alfonso VII serían castellanos.
Pero en la realidad nunca existió esta dinastía castellano-navarra, en las crónicas anteriores a 1157 como la crónica Silense (1115) esta genealogía está desmentida.
Además cuando Fernando se casó con Sancha , fue Sancha la reina y continuadora de la dinastía de Galicia, Fernando solo fue rey consorte, y esto se demuestra con cualquier documento de la época de los que hay cientos.
Curiosamente la historia oficial de España sigue manteniendo está versión manipulada de la historia, y usted que está leyendo estás líneas puede coger su enciclopedia buscar Fernando I y leer como es denominado rey de Castilla ¿?.
Y de rebote crear una dinastía castellano-navarra le permite a los antiguos cronistas castellanos decir que Fernando I era descendiente del conde Fernán González , ya que este también estuvo relacionado de alguna manera con Navarra.
La invención del Cid Campeador como un instrumento para justificar la dinastía castellano-navarra.
Que todos los reyes de Galicia fuesen castellanos desde Fernando I es algo insostenible a tenor de los acontecimientos históricos y es aquí donde la historiografía castellana (y luego la española) introduce la invención del Cid para crear una historia más favorable hacía sus intereses.
Así cuando la mujer de Fernando I llamada Sancha muere, sus hijos luchan por el trono; Alfonso desde Galicia – León[2] y un tal Sancho desde Castilla, la victoria corresponde a Alfonso (el futuro Alfonso VI) y esto por si solo acabaría con una dinastía castellana ininterrumpida desde Fernán González , es en este momento clave cuando aparece la figura mítica del Cid para arreglar las cosas: ni más ni menos que coge a Alfonso VI y le obliga jurar en Santa Gadea que será buen rey de los castellanos y que no tuvo culpa en el asesinato de Sancho.
Obviamente es difícil de imaginar como un noble castellano es capaz de “obligar” a hacer juramento a un monarca tan poderoso como Alfonso VI, este argumento más propio de una novela de aventuras se cae por su propio peso al comprobar como en aquellos tiempos Castilla no dejaba de ser un pequeño territorio entre Galicia y Navarra, ya que aún no se habían producido los avances en la Reconquista que alargarían el territorio castellano.
Otra mentira histórica es el asesinato del pretendiente castellano al trono (Sancho) a costa de Vellido Dolfos, la realidad es que la “gloriosa historia” de Castilla no se podía permitir una derrota ante los gallegos y se inventó la figura de Vellido como un traidor que asesina por la espalda. En contraste los castellanos aportarían la noble figura del Cid que se encargaría de hacer justicia sobre Vellido Dolfos. Sobra decir que la figura de Vellido Dolfos es inventada -como todas las hazañas del Cid- ya que no hay ninguna referencia que justifique la existencia de este personaje.
Aún así la supuesta historia de Castilla como reino poderoso desde Fernando I sigue sin ser creíble, ya que Alfonso I “el Batallador” de Aragón le arrebató por las armas a Alfonso VI o a su hija la parte oriental del reino (osea la zona de Castilla) y esto volvería a echar por tierra la idea de una dinastía continuada de reyes castellanos, ya que hubo periodos en que ni gobernaban en Castilla. Pero no hay problema la historia oficial siempre lo atribuirá a presuntos problemas dinásticos justificados desde Fernando I.
La invención del Cid Campeador como un instrumento para atribuirle a Castilla logros importantes en la Reconquista:
Como vimos Alfonso VI difícilmente pudo ser rey de Castilla, sino que lo era de una Galicia que incluía el pequeño condado castellano. Pues bien a este rey le correspondió un papel clave en la Reconquista ya que durante su mandato se conquistó la mayoría de los territorios que un siglo más tarde harían grande a Castilla, como el caso del reino de Toledo (en 1085) y también la Rioja.
Su poder era tal que el reino que le dejó a Alfonso VII (su nieto) era descrito de esta manera: “los tres imperios de la cristiandad: el bizantino, el germánico y el de Galicia” según consta en los annales Cambriae.
Y hay que aclarar que estas fuentes cuando se refieren a Galicia como reino hegemónico en la Península no lo hacen porque se conociese la zona del NO como Gallaecia según la antigua denominación romana, ya que el reino de Alfonso VII sobrepasaba con creces el noroeste y se extendía por zonas como Toledo, a lo largo de casi la mitad del territorio peninsular.
Además la lengua que hablaba Alfonso VI era el gallego como se recoge en esta crónica de la época, cuando se lamenta de la perdida de su heredero en la batalla de Uclés:
“Ay meu fillo! ay meu fillo! ¡Alegria do meu coraçon e lume dos meus ollos, solaz da mia velheze! Ay meu espello, en que me soía ver, e con que tomaba gran prazer! Ay meu herdeiro mor! Cavaleiros, u me lo leixastes? Dade-me meu fillo, condes!”.
Pues bien es evidente como el glorioso reino castellano del siglo XIII en adelante no podía tolerar como su territorio no era fruto de las gestas castellanas en la Reconquista sino de los esfuerzos de un rey gallego, esto desmontaría todos los tópicos posteriores del castellano como pueblo elegido y victorioso. Es más su extensión territorial fue fruto de herencias e intrigas al morir Alfonso VII. Pero aquí como siempre los cronistas castellanos vuelven a introducir al Cid en la historia para reconducirla.
Y es que la imagen del Cid que nos legó la historiografía española y castellana es la de un espléndido guerrero que destacó en la guerras contra los almorávides. Esta mitificación de la figura del Cid como militar excepcional tiene la intención de ocultar las victorias de Alfonso VI sobre los mismos almorávides, estas victorias rompieron el equilibrio entre fuerzas cristianas e islámicas y fueron decisivas para el triunfo posterior del cristianismo en la Península.
Además es una contradicción presentar al Cid como “un castigo” para los almorávides cuando la misma historia oficial nos dice que varias veces pacto Rodrigo Díaz de Vivar con ellos cuando estaba enfadado con Alfonso VI. Claro que siempre se explicaran diciendo: “el problema era que el Cid y Alfonso VI se enfadaron porque Alfonso estaba celoso de la valentía del Cid y entonces el noble castellano se unió a los almorávides –momentáneamente claro- pero siempre mantuvo fidelidad al rey”
En fin puro surrealismo.
Aún así no será la única contradicción que se observa en las supuestas gestas del Cid, porqué crear un mito a posteriori es problemático: si los cronistas tuvieron que hacerle ganar batallas después de muerto, también nos lo presentaron como consejero de Fernando I durante la toma de Coimbra, resultando que en esa fecha (1064) el Cid tenía como mucho 21 años y Fernando I 49. También es bastante dudoso como pudo llegar a tan alto cargo cuando en esas fechas solo podía añadir a su “curriculum” el hecho de intentar frenar la reconquista del reino cristiano de Aragón en Graus (1063) durante uno de los periodos en los que colaboro con los árabes.
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Conclusión: El reino de Castilla no es tan antiguo como dice la versión oficial de la historia y por lo tanto no tuvo importancia en muchos momentos clave de la Reconquista. Además fue el resultado de una división testamentaria de Alfonso VII (Coronado rey de Galicia en 1111) y su territorio fue reconquistado en gran medida por reyes que eran de Galicia y hablaban gallego como Alfonso VI, como consecuencia de todo esto la historia de Castilla tuvo que ser engrandecida artificialmente con supuestas dinastías y mitos inventados como el Cid campeador que son difícilmente creíbles y responden a objetivos políticos a posteriori.
Resulta curioso comprobar como todos los mitos que intenta derribar la historiografía española son del tipo “los celtas en Galicia” o el “Monte Medulio”, cuando los propios historiadores españoles tienen su casa por barrer.
C.D.F.O. E C. 2004
[1] Aunque la historia oficial diga que Fernán González dirigió un condado independiente de Castilla en 930, en realidad era semi-independiente porque era vasallo del rey de Galicia.
[2]A la muerte de Sancha (1067) su reino se dividió en: León para Alfonso, Castilla para Sancho y Galicia para Garcia, resultando que el reino de García para Galicia era testimonial ya que Garcia “no estaba capacitado” y los gallegos tomaron partido por el futuro Alfonso VI según documentos de la época.
Bibliografia:
-“El término Gallaecia a lo largo de la historia”. Olarticoechea publicado en Celtiberia.net.
-A Memoria da Nación. C.Nogueira. Ed. Xerais.
-Los datos de cualquier enciclopedia y dos dedos de frente.
(C) Olarticoechea
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Os remito un resumen del libro que al comienzo del debate coemntaba.
Un saludo
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Gonzalo Martínez Diez, insigne burgalés de Quintanar de la Sierra, entre otras importantes cosas, miembro de la Real Academia de la Historia, nos descubre al verdadero héroe medieval, fuera de las leyendas y de los cantares, con todos los lados positivos y negativos de un caballero del siglo XI, basado en documentos de la época, donaciones, compras y ventas, documentos jurídicos de reyes y sobre todo en testimonios históricos de personajes que estuvieron cerca de él, unos en lo físico y otros en el tiempo. “EL Cid Histórico” es un riguroso trabajo de investigación basado en datos y no en especulaciones o en recreaciones literarias. Así desentrañaremos a un personaje real fuera de la mitomanía de las películas, el acerbo popular o los cantares como el Mío Cid. Echaremos abajo cosas por todos conocidas como la Jura de Santa Gadea, la Afrenta de Corpes o la Victoria póstuma a lomos de Babieca.
Dejando fuera El Cantar del Mío Cid y todo el Romancero Cidiano, Martínez Diez basa esta obra básicamente en cuatro puntos:
a) Un texto anónimo compuesto entre los años 1082 y 1093, por lo tanto coetáneo del Campeador, que es el Carmen Campidoctoris.
b) La Historia Roderici, principal fuente de información, según Menéndez Pidal escrito antes de 1110, cuando aún no habían transcurrido once años de la muerte de Rodrigo y sin duda por un testigo ocular de los hechos.
c) Ibn Alqama, moro valenciano contemporáneo del Cid, (1037 - Denia 1116.)
d) Ibn Bassam, que en sus relatos sobre la península cada vez que nombraba al caballero de Vivar le dedicaba piropos como “el perro cristiano, al que Dios (Alá) maldiga”.
Con estos datos pasamos a conocer brevemente los datos fundamentales de la biografía histórica conocida de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador.
.1048 - 50 Rodrigo nace en Vivar, hijo de Diego Laínez, capitán de la fortaleza que separaba el Condado de Castilla del Reino de Navarra. Bajo el reinado de Fernando I Castilla está integrada en el Reino de león y Rodrigo se cría en Burgos , en la corte de Sancho, hijo primogénito del Rey.
.1065 Muere el Fernando I dividiendo el Reino entre sus tres hijos varones, para el mayor Sancho II es Castilla y parias de Zaragoza; para Alfonso; León, Asturias y las parias de Toledo; y para el menor, García, Galicia, Portugal y las parias de Sevilla y Badajoz.
.1067 Rodrigo participa en la Guerra de los tres Sanchos, Sancho II de Castilla, Sancho Garcés IV de Pamplona y Sancho Ramírez de Aragón. Aquí es donde se tiene noticia de la primera victoria personal de El Cid ante el caballero navarro, Jimeno Garcés.
.1068 Batalla de Llantada entre los hermanos Sancho II y Alfonso VI, vence el primero y Rodrigo es nombrado Alférez y jefe de la mesnada Real.
.1071 Sancho II invade Galicia y destierra a su hermano García a Sevilla.
.1072 Sancho y Alfonso se enfrentan de nuevo en Golpejera y con la victoria de Sancho se reunifica el Reino y Alfonso queda prisionero en Burgos y posteriormente desterrado a Toledo. Sancho pone a sitio la ciudad de Zamora, bajo el señorío de su hermana Doña Urraca. Un caballero Zamorano, Bellido Dolfos, finge desertar y da muerte a Sancho II, que es enterrado en Oña. Alfonso reclama sus derechos de sangre y ocupa el trono; Rodrigo le rinde vasallaje y pierde sus galones.
.1074 Matrimonio de El Cid con Jimena, hija del Conde de Oviedo.
.1079 Rodrigo es enviado a cobrar parias a Sevilla y por lo tanto obligado a defender a este Rey moro que estaba siendo hostigado por el rey moro de Granada que a su vez es ayudado por el Conde García Ordóñez, gobernador de la Rioja. Se forma batalla en Cabra y Rodrigo derrota y humilla a García Ordóñez, favorito de Alfonso VI, haciéndolo prisionero. De esta forma se gana un terrible enemigo dentro de la corte.
.1081 Alfonso VI marcha sobre el reino rebelde de Toledo y Rodrigo queda enfermo en Castilla. Los moros atacan y saquean Gormaz y el Cid, reuniendo un ejército sale en su persecución, asolando tierras de Toledo y haciendo siete mil prisioneros. Llegadas estas noticias a oídos de Alfonso VI no son de su agrado. García Ordóñez intriga contra Rodrigo diciendo al Rey que sin duda lo hizo para provocar sus muertes en tierras toledanas. Alfonso hace caso de las insinuaciones y destierra al Cid.
Con gran pesar, Rodrigo abandona Castilla con su mesnada y busca un rey a quien ofrecer sus servicios para poder alimentar a su gente y lo encuentra en el rey moro de Zaragoza, al-Muqtadir y posteriormente su hijo al-Mutamin. Al servicio de este rey apuntala sus posiciones desafiando a Sancho Ramírez de aragón y Navarra y el Conde Barcelona, Berenguer Ramón II.
.1082 Rodrigo y las tropas de al-Mutamin vencen en Almenar al Rey moro de Lérida y todos los Condes catalanes, haciendo prisionero a Berenguer Ramón II, por cuya liberación cobra un fuerte suma.
.1083 Alfonso VI es traicionado por los moros en Rueda (Zaragoza), el Campeador va en su auxilio, ganando el favor del Soberano, y es perdonado. Rodrigo rehúsa volver a Castilla y sigue al servicio del rey Zaragozano.
.1084 En Morella (Castellón), Rodrigo infringe una severa derrota al rey moro de Lérida y a Sancho Ramírez, haciendo numerosos prisioneros, entre ellos a muchos nobles.
.1085 Alfonso toma Toledo y muere al-Mutamin sucediéndole su hijo al-Mustain. Con las grandes victorias conseguidas, Rodrigo gana gran gloria y es conocido por los moros zaragozanos como sidi (sayyidi), con el significado de mi señor, vertido al romance castellano como “Mío Cid”.
.1086 Los almorávides de desembarcan en la península y Alfonso VI les presenta batalla en Sagrajas (Badajoz), siendo los cristianos fuertemente derrotados. Ante esta amenzaza, Alfonso pide auxilio a todos los reyes cristianos, incluso al norte de los Pirineos. A consecuencia de esto, Rodrigo regresa a Castilla poniendo su mesnada al servicio del Rey.
.1087 Como resultado de lo de Sagrajas, el reino moro de Valencia se niega a pagar las parias y Rodrigo es enviado al levante por Alfonso VI. Allí el rey de Zaragoza, aliado con Berenguer Ramón II, intenta tomar Valencia, lo que le vale la enemistad del Cid. El Conde de Barcelona, ante la llegada del castellano, levanta el cerco y Valencia queda libre.
.1088 Los almorávides desembarcan de nuevo en la península bajo el mando de Yusuf ibn Texufin. Alfonso VI reúne un gran ejército para combatirle y llama a Rodrigo para unirse a él. Yusuf ataca la fortaleza de Aledo (Valencia). Alfonso ordena a Rodrigo que le espere en Villena, para juntos dirigirse hacia Aledo. Es este un apartado oscuro de la historia de nuestro personaje, ya que al parecer el Cid llega a Villena cuando el Rey ya ha pasado por allí. Yusuf al tener noticia del gran ejército que se acerca, levanta el sitio de Aledo y en Algeciras embarca rumbo a Africa. Alfonso declara a Rodrigo traidor por no acudir a su encuentro, apresa a Doña Jimena y a sus hijos y destierra de nuevo al Cid a pesar de sus cuatro juramentos de inocencia, documentalmente recogidos.
.1089 Para mantener a su tropa, el Cid ataca y ocupa Denia. El rey de Valencia, al-Qadir compra sus servicios y Rodrigo cobra las parias de esta ciudad, defendiéndola de los intentos expansionistas del rey moro de Lérida y del Conde de Barcelona.
.1090 El rey Leridano, al-Hayib contrata los servicios del Conde de Barcelona para expulsar al Campeador de los límites de su territorio. Tras un intercambio de insultantes cartas entre el burgalés y el de Barcelona, sus huestes entran en combate en Tébar (Huesca). Rodrigo sale victorioso, apresa a Berenguer Ramón segundo y a los numerosos nobles caballeros que le acompañaban, saqueando todo su rico campamento. El Cid resultó herido al caer de su caballo, aunque no de gravedad. A cambio de grandes sumas de oro y otros bienes, los prisioneros son liberados.
Estando Rodrigo por tierras de Zaragoza se vio aquejado de una grave enfermedad (no se sabe cual). Allí recibió emisarios del Conde Berenguer ofreciéndole su amistad venidera y el cobro de algunas de sus parias al rey de Lérida, renunciando a sus ansias expansionistas hacia Valencia, Rodrigo acepta.
.1091 Yusuf ibn Texufin cruz de nuevo el estrecho y ocupa Granada. Alfonso VI manda de nuevo un ejército a enfrentarse a los almorávides y Rodrigo enterado de esto manda el suyo a encontrarse con su Rey. Yusuf teniendo noticias de los movimientos cristianos, se retira de nuevo. Alfonso desestima los intentos de reconciliación del Cid.
.1092 Los almorávides de Yusuf se hacen con el control de todo al.Andalus, llegando hasta las puertas de Toledo y de los reinos de Levante, bajo el protectorado del Campeador. El Cid firma alianzas con el rey de Zaragoza y Sancho Ramírez de Aragón y Navarra.
Alfonso VI dirige sus miradas hacia Valencia y reúne una fuerza para tomarla. Intenta implicar a Sancho Ramírez y Berenguer Ramón, pero estos renuncian en virtud de sus tratados con Rodrigo. Contrata las flotas de Génova y Pisa. Ante la tardanza de los navíos en llegar a la costa, el Rey se vuelve con su ejército a Castilla. Rodrigo enojado por estas intrigas contra él, ataca, asola y saquea la Rioja llegando hasta Haro. García Ordóñez, a la sazón gobernador Riojano y favorito del Rey, no se atreve a presentarle batalla.
Alfonso VI, viendo la dificultad de hacerse con el levante y el peligro de las incursiones de Rodrigo, decide concederle el perdón. Mejor tenerle al lado que enfrente. EL Cid acepta pero no regresa a Castilla y se queda a descansar en tierras del rey de Zaragoza, al-Mustain.
Aprovechando la larga ausencia del Campeador, musulmanes de Valencia piden ayuda a los almorávides que tras sitiar la ciudad matan al rey, Al-Qadir, y se hace con el poder el cadí Yahhaf. Rodrigo llega a Valencia y la asedia con la ayuda de los fieles de al-Qadir que habían logrado huir.
.1093 Los castellanos lanzan numerosas algaras por los alrededores de Valencia castigando a todos los que colaboraron con los almorávides y cortando todos los suministros de la ciudad. Tras largo tiempo la ciudad se rinde y Rodrigo deja marchar a los almorávides sin tomar represalias.
El rey moro de Albarracín intentó aprovechar la tensa situación de la zona y pidiendo ayuda al aragonés Sancho Ramírez y su hijo Pedro, hacerse con Valencia. Llegado esto a oídos del Cid, decide lanzar un sorpresivo y duro ataque contra Albarracín, consiguiendo un gran botín de cereal, ganado y personas. En la batalla, Rodrigo es herido gravemente de una lanzada en la garganta,de la que tardó más de tres meses en curar.
.1094 El ejército almorávide al mando del yerno de Yusuf marcha sobre Valencia. Los castellanos enterados, preparan la resistencia, destruyendo puentes e inundando campos. Esa misma noche una poderosa tormenta se desata en Almusafes sobre el campamento almorávide, devastándolo y poniendo a su ejército en retirada. Los moros de valencia que esperaban una derrota del Cid, vuelven a rebelarse y Valencia es sitiada de nuevo por los cristianos. Sometida a grandes penalidades y por largo tiempo, los hambrientos valencianos se rinden al Cid.
La noticia de la toma de Valencia irrita sobremanera a Yusuf ibn Texufin, emir almorávide, que reuniendo a todo su ejército, cuatro mil jinetes y un número muchas veces mayor de infantes, lo manda contra el magnate castellano. Rodrigo prepara sus tropas, mejor preparado y con mayor fuerza, y espera paciente a los africanos tras las murallas de Valencia. La ayuda solicitada a Alfonso VI no llegó. Los almorávides acampados en Cuarte, a siete kms de Valencia, lanzaban numerosos ataques contra la ciudad. Una noche Rodigo salió con numerosos caballeros a atacar el campamento musulmán y cuando le hicieron frente se retiró hacia las murallas siendo perseguido, momento que el grueso de los castellanos, ocultos en el bosque, aprovechó para atacar por la retaguardia y emparedar al enemigo contra los muros de Valencia, infringiéndoles una severa derrota que les hace retirarse al sur de la península. Rodrigo se declara Señor de Valencia.
Muere Sancho Ramírez, enterrado en San Juan de la Peña, le sucede su hijo Pedro I, que se apresta a firmar un tratado de mistad con el Campeador.
.1097 Los almorávides marchan de nuevo contra Valencia con una fuerza muy superior en número a la anterior. El Cid pide ayuda a Pedro I que no duda en acudir en su auxilio con numerosos caballeros aragoneses y navarros. El ejército cristiano se asienta en Bairén (cerca de Gandía) y espera el ataque musulmán por tierra y por mar. Llegados los almorávides a este punto, Rodrigo no espera a ninguna estrategia y carga frontalemente contra el enemigo, y destrozando todo lo que encuentra a su paso, deshace y pone en fuga al ejército almorávide.
Pedro I solicita y recibe la ayuda de Rodrigo para atacar el castillo de Montornés y terminar así la conquista de Huesca.
Yusuf ibn Texufin cruza el estrecho y se pone al mando de la tropa almorávide para atacar Toledo. Alfonso VI le hace frente con su ejército en Consuegra y como en Sagrajas, cae derrotado. En esta batalla muere Diego Rodríguez, hijo del Cid, que formaba parte de las tropas del Rey leonés y castellano. Pedro I acude en ayuda de Alfonso y mantienen a los musulmanes a las puertas de Toledo.
Las fuerzas del Rey Alfonso VI se enfrentan de nuevo a los almorávides, esta vez está al mando Alvar Fáñez, y son derrotadas nuevamente.
.1098 Los moros de Murviedro (Sagunto), ante la presión cristiana, solicitan ayuda a los almorávides y el Cid se apresta a sitiar la ciudad y tomarla. Los reyes de Zaragoza y Albarracín no se atreven a enfrentarse a Rodrigo, ni tampoco el Conde de Barcelona, que como cobrador de las parias de Murviedro, les debía auxilio. Los almorávides aducen que Yusuf no está en la península. Tras la conquista y pacificación de la ciudad, el Campeador regresa a Valencia.
.1099 El diez de julio muere enfermo Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador. El día 15 los Cruzados conquistan Jerusalén. Doña Jimena queda como señora de Valencia y de todas las posesiones de levante.
.1102 El emir Yusuf ibn Texufin cruza el estrecho de nuevo y al mando de sus almorávides avanza hacia Valencia. Doña Jimena pide auxilio a Alfonso VI que acude a la llamada. Tras algunas escaramuzas fuera de los muros y comprobada la fuerza extranjera, Alfonso decide dar por perdida la ciudad y abandonarla tras darla fuego. El cinco de mayo de 1102 los almorávides ocupan Valencia.
Rodrigo es sepultado en San Pedro de Cárdeña.
Las hijas del Cid fueron Cristina y María. Cristina se casó con Ramiro Sánchez, hijo de García III rey de Nájera, y un hijo de ambos, García Ramírez fue Rey de Navarra en 1134 y conocido como el Restaurador. María se casó con el hijo de Pedro I Rey de Navarra y Aragón, que murió muy pronto, volviendo a casarse con Ramón Berenguer III el Grande, conde de Barcelona, hijo de Ramón Berenguer II, Cabeza de Estopa, y sobrino de Berenguer Ramón II el Fraticida (se creyó siempre que fue el causante de la muerte de su hermano).
* EL CID HISTÓRICO. Gonzalo Martínez Díez, 1999 Editorial Planeta
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