Autor: A.M.Canto
lunes, 22 de enero de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: A.M.Canto


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«LATINOAMÉRICA»: Forma y fondo de un craso error

Artículo en el que se reflexiona sobre la injusticia histórica del término "Latinoamérica”, cómo y para qué fue inventado y utilizado en el siglo XIX, hasta ser hoy el mayoritario y una especie de cuño de “progresía”. Los hispanoparlantes deberían de hacer un esfuerzo para recuperar, sin complejos, los vocablos históricamente más justos: Iberoamérica e Hispanoamérica.






En el otoño de 2001, a raíz de una extraña serie de envíos postales en Estados Unidos, la aceptación automática y generalizada entre nosotros de la palabra inglesa anthrax, para referirse a una enfermedad que está en nuestro poderoso vocabulario desde tiempo inmemorial como carbunco, demostró bien a las claras la indefensión actual de nuestros media, y de nosotros mismos, ante las importaciones del léxico inglés. Pero ésta del anthrax no pasa de ser una anécdota temporal y sin mayor trascendencia: A lo largo del tiempo hemos sido víctimas de adquisiciones terminológicas mucho más graves, por cuanto contenían cargas de profundidad ideológica o histórica contra las que en su momento no se luchó lo suficiente, acabando por prohijarlas en nuestra panoplia lingüística, incluso cuando ello suponía tirar piedras contra nuestro propio tejado.

Tal es el caso evidente del término «Latinoamérica», con su construcción equivalente de «América Latina». Algunos no podemos evitar cierta perplejidad cuando vemos u oímos llamar «intérprete latina» a una robusta negra, vestida de ropa multicolor y con un pañolón bien enrollado a la cabeza, cantando salsa y meneándose a lo afro... Puede suponerse lo que opinarían de semejante parentesco, envueltos en sus blancas togas, Catón, César, o Vespasiano, el gran latinizador de Hispania.

Visto desde la Historia, incluso sería inexacto describir a la propia España, madre carnal de aquel enorme continente, como un país «latino», y más chocante y obvio aún resultaría con las definiciones análogas, que serían «Latinoespaña» o «la España Latina». Aunque nuestra lengua, como romance que es, procede en lo esencial del latín, otros muchos elementos fundamentales de la cultura romana no se mantuvieron en nuestro país. En efecto, en la dominación y aculturación de esta habitualmente invadida península los romanos fueron relevados durante tres siglos por varios pueblos centroeuropeos, que no eran ya propiamente pueblos latinos, sobre todo los visigodos (los más flojos, al decir de Ortega y Gasset) y, durante otros ochocientos años más –casi los mismos que Roma la dominó– por diversos pueblos musulmanes: árabes de Siria, mauretanos, bereberes... A lo largo de estas sucesivas ocupaciones, exceptuado el idioma (que no obstante sufrió fuertes aportaciones), una buena parte de las señas identificadoras de la vieja latinidad de España fueron olvidadas. Para empezar, los propios conquistadores de América no tenían ni siquiera aquella religión politeísta que fuera un rasgo tan característico de latinos y de romanos.

Así que, si improcedente sería extrapolar al mundo contemporáneo la realidad de una «España latina» que empezó a dejar de existir en el año 409 d.C., no digamos nada de ese engendro conceptual que es «Latinoamérica». Los chichimecas, los toltecas o los incas nunca llegaron a hablar latín, ni a regirse por el Derecho Romano, a administrarse como una colonia latina o a sacrificar vacas blancas a Diana la Cazadora. Al igual que los negros, criminalmente trasladados desde África al otro lado del Océano, nuestros «indios» (otro vocablo insuperablemente erróneo) no llegaron a saber nada de esos romanos, de los que –de dar crédito a la definición en cuestión– son ellos descendientes y herederos. Por tanto, si ni «Latinoamérica» ni «América Latina» se corresponden con alguna verdad histórica, ¿a qué se deben esos vocablos y su enorme popularidad en el uso hablado de la propia España?

Parece claro que ambos conceptos se acuñaron en la segunda mitad del siglo XIX con el propósito deliberado de difuminar el incuestionable protagonismo de España y Portugal en la conquista y colonización de aquellos nuevos y vastos territorios, incluída una buena parte meridional de los propios Estados Unidos. Cuando se dice «Latinoamérica» se falsean las dos definiciones que la Historia Moderna acredita como las más exactas, que son «Iberoamérica» e «Hispanoamérica», basadas respectivamente en la definición griega y romana para la totalidad de la Península Ibérica y comprendiendo, por tanto, a Portugal y su gran Brasil. Hablando en términos políticos, el vocablo «Latinoamérica» menoscaba claramente el protagonismo ibérico, y lo transfiere y reparte entre otras naciones, singularmente Francia e Italia, también «latinas», pero que nada o muy poco tuvieron que ver en el descubrimiento, la conquista, el repoblamiento y la aculturación del nuevo continente.

España, fiel al bautismo del propio Colón, siempre llamó a todo aquel territorio «las Indias», y así aparecen en los títulos y orlas de los monarcas austrias y borbones, que son Hispaniarum atque Indiarum rex (reyes de las Españas y las Indias). Miguel Rojas Mix escribió un interesante ensayo (Los cien nombres de América, Barcelona, 1991) en el que se detuvo en el origen del problema: Los conceptos «raza latinoamericana» y «América Latina» se documentan por primera vez en una conferencia del interesante pero olvidado pensador chileno Francisco Bilbao, pronunciada en París en junio de 1856. En septiembre de aquel mismo año, y abandonando su habitual de «América española», se los arrogó el colombiano José Mª Torres Caicedo, quien, como miembro del Instituto de Francia y de la Legión de Honor, gozaba de una inmejorable posición para difundirlos en el vecino país. Ambas definiciones venían como anillo al dedo a la ideología del «Panlatinismo», emergente desde algunos años antes entre la intelectualidad francesa (sobre todo Chevallier, Lamennais, Quinet o Tisserand), en cuanto que «en aquel continente se debía oponer al peso de la raza anglosajona el de la raza latina». La Revue des Races Latines fue así, desde 1857, el órgano ideal para desarrollar y expandir los nuevos términos.

Su propio creador, Francisco Bilbao, abandonó desilusionado ambos vocablos cuando comprobó que, al contrario de lo que él pretendía expresar, eran usados políticamente para dar coartada ideológica a otro imperialismo y a otro colonialismo, ahora franceses. Pues a su amparo se justificó mejor la invasión de México por Napoleón III, y la instauración allí, en 1864, de un trono y un emperador, basados en que había con nuestra América «une affinité de civilisations, de moeurs, de race, d’éducation...». Se afirmaba, en resumen, que España era débil y que no estaba en condiciones de enfrentarse a los Estados Unidos de América, pero que Francia sí era capaz de crear una barrera en el Río Grande, y de ser, como dice Rojas, «la campeona del panlatinismo».

Hacia 1875 ambos conceptos estaban ya sólidamente implantados en favor de Francia y en contra de España, que de manera tan torpe había ido perdiendo todas sus antiguas colonias. Los «indoamericanos», decepcionados, acogieron rápidamente como suyo aquello de «América Latina» y «latinoamericanos», en cuanto que era otro gráfico medio de romper definitivamente las amarras con la metrópolis, una «Madre Patria» que más bien había acabado siendo una madrastra dura, poco inteligente y muy imprevisora. Más tarde aquellas definiciones fueron útiles también, tanto a Estados Unidos como a las ideologías de izquierdas, enterrando cada vez más la realidad histórica.

Hoy son multitud los españoles que, al decir «Latinoamérica», «América Latina» y «los pueblos latinos», siguen sirviendo sin saberlo a aquel panlatinismo francés del XIX y a los intereses de quienes acuñaron unos conceptos destinados a atacar y deslucir una parte tan sensible de nuestra propia Historia. Y algunos además lo hacen convencidos de que eso es más progresista; quizá esto se deba sólo a la insistencia que, con otras miras, puso el Franquismo en los usos correctos, y no a un conocimiento real de los antecedentes, sin meditar bien si en este aspecto concreto los franquistas estaban o no acertados. En este sentido, los sucesivos gobiernos democráticos y la Casa Real siempre han tenido las cosas claras; no así los medios de comunicación y la población en general.

Si somos aún tan débiles como incapaces de recuperar «Iberoamérica» e «Hispanoamérica» para nuestro léxico cotidiano, sin complejos y arropando el renovado y fraterno sentimiento de igualdad y colaboración con los países hispanos de América, que cada año se refleja en las Cumbres, si no podemos, insisto, esto significará que, con respecto a España, la Francia de Napoleón III sigue vigente y cargada de razón.

Alicia Mª Canto
Universidad Autónoma de Madrid





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Comentarios

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  1. #1 Hispano 28 de mar. 2005

    Felicidades por el excelente artículo Sra. Canto :)

    Una curiosidad: ¿la fórmula "craso error" tiene alguna relación con algún hecho de algún personaje romano que se llaMara Craso?

  2. #2 Lilit 29 de mar. 2005

    Oh Coronel Foucellas cuanto tiempo sin leerlo, mejor no digo las sensaciones tan Maravillosas que me producen sus letras ya que sería un tema más apropiado para el xpresate, pero tengo muchos defectos y uno de ellos el de ser demasiado impulsiva.
    Solamente un pequeño apunte, en la primera exposición impresionista realizada en Francia allá por el año 1874 en la cual participaban pintores con nombre Gauguin, Cezanne, Monet, Manet....la crítica del momento calificó sus pinturas como paletas, de pobres artistas de pueblo.

    Gracias por el piropazo querido Coronel.

    Un saludo.

  3. #3 Eternauta2 01 de abr. 2005

    Ojo! que si el caso es recuperar el nombre de Hispanoamérica para gloria de España (y Portugal) me parece que estamos errando el punto. Si yo fuese un aborigen Aymará, Guaraní o cualquier otro, me jodería bastante que me llamasen "hispanoamericano" (tal vez más incluso que si me llamasen latinoamericano) por las connotaciones negativas que tuvo para esas culturas el proceso de conquista y colonización.

    Los yankees no llaman angloamericanos a sus Native American People.

    América no fue descubierta, fue conquistada y colonizada. Para el principal interesado, el americano, está tan mal uno como otro término, ahora si es por gloria de España y solo por molestar a los gabachos, bueno, mejor dejarlo ahi porque no vamos a ningun lado.

    América no es latina, ni es hispana, es un continente diverso, cultural y racialmente hablando, mucho más que cualquier otro del mundo.

  4. #4 Eternauta2 03 de abr. 2005

    Sucaro: date una vuelta por Bolivia, y pregúntale a un Aymará del altiplano que casi no habla castellano que piensa de su herencia cultural y genética hispana. O a un judío de Buenos Aires (la 3ra colonia hebrea del mundo está en Argentina), o a un galés de la Patagonia, o a Fuyimori, el ex-presidente de Perú que era descendiente de japoneses.

    Simplemente mi posición es de respeto a la diversidad cultural y étnica de américa. Lo que digo es que es tan mala e imprecisa una definición como la otra. Nada más.

  5. #5 A.M.Canto 05 de abr. 2005

    Eternauta2: Si yo anduviera en el Paleolítico o en el Neolítico, desconociera hasta la rueda, y tuviera una esperanza de vida de sólo 30 o 40 años, me interesaría que me invadiera cualquiera. Ud. parece estar entre los que creen que todos los males de Iberoamérica, y en concreto la asfixia de pueblos aborígenes como los ayMara, se debe a España. Lea esto:

    «La integración [de la nación ayMara] a Bolivia ha sido denunciada por el historiador Carlos Mamani C. como una estrategia etnicida que se inicia en la revolución nacionalista boliviana de 1952, donde "fuimos integrados con la condición de despojarnos de nuestra herencia cultural, la cual debía pasar a los museos, enajenada y convertida en simple reminiscencia de un pasado muerto". Con él coinciden diferentes pensadores indígenas que recién a fines del siglo XX pudieron plantear el significado de la imposición de unas naciones sobre otras..."
    http://www.ayMara.org/index.php?subaction=showfull&id=
    1111434789&archive=&start_from=&ucat=6&

    "La conquista española del imperio de los Incas se inicia cuando 150 aventureros españoles supuestamente invitados del Inca Atawallpa lo engañan y lo toman rehén. Como la sociedad teocrática de los incas atribuía a su gobernante poderes divinos, los otros líderes del imperio tardaron a comprender la crítica situación de su monarca. Esta inconsciencia es la única causa que puede explicar razonablemente el porque no fue movilizado de manera rápida, como correspondía, el poderoso y numeroso ejército imperial en aras del rescate de Atawallpa. En ese entretiempo de varios meses, entre la captura y la muerte del Inca, estos pocos españoles fueron capaces de comprender las pugnas entre la diversidad de pueblos que estaban bajo el dominio incaico y de esa manera ganar aliados entre éstas naciones que veían a los españoles como sus liberadores del imperio. Después de matar al Inca, los españoles contando con el respaldo militar y logístico de millares de nativos, rebeldes al dominio inca, fueron practicamente invencibles en los momentos decisivos de esta guerra de la conquista."
    [...]
    "Después de la batalla de Ayacucho en 1824, que fue la última de la guerra de independencia, todos los territorios habitados por los ayMaras estaban en el seno del territorio peruano. Pero un año después, en 1825, líderes de la región del Alto Perú, motivados por intereses personales y el centralismo limeño, deciden que esta ex-audiencia se convierta en la nueva república de Bolivia. El lago Titicaca y los aymaristas fueron separados en dos partes perteneciendo cada una a diferentes países. Años más tarde estalla la guerra del Pacífico que enfrentó Chile contra Perú y Bolivia. Como las batallas decisivas de esta guerra estuvieron geográficamente enmarcadas en los antiguos territorios de los Lupaqas y Qollas se puede deducir la alta cuota de sangre ayMara derramada en esta guerra que ha carecido de cualquier sentido para el pueblo ayMara. Chile ganó esta guerra y con eso conquistó importantes territorios salitrero/cupríferos de Bolivia y Perú que mayoritariamente eran poblados por aymaristas. De esta manera intereses ajenos fueron los que los separaron a los aymaristas en los senos de tres repúblicas diferentes.[...] La independencia de España, de los países sudamericanos, en poco o nada mejoraron la condición de los aymaristas y otros nativos. Es más, algunos historiadores sostienen que su situación empeoró..."
    http://www.ayMara.org/histo.php

    Por otro lado, siento no poder compartir su extrema admiración por los usacios, sobre todo en lo de "su sistema social"; con sus 30 o 40 millones de pobres no son mi modelo.

    Aladelta: De acuerdo, y también en lo de la protección de las lenguas aborígenes.
    http://www.ayMara.org/index.php?subaction=showfull&id=
    1111702304&archive=&start_from=&ucat=2&

  6. #6 A.M.Canto 05 de abr. 2005

    Esto lo dicen también en su propia página:

    "Posiblemente el principal aporte cultural de la antigua cultura ayMara a la humanidad, sea la domesticación de la papa(patata). Cuando los españoles conquistaron al imperio Inca encontraron a la papa cultivada y consumida en todo el territorio Inca. Sin embargo, en la meseta del Titicaca, como en ningún otro lugar, encontraron mas de 200 variedades. Los antiguos ayMaras también fueron pioneros en inventar la técnica de deshidratación de la papa, con fines de almacenaje."

    "Las autoridades políticas y eclesiásticas españolas trataron, sin éxito, de destruir la religiosidad nativa ayMara. Ellos destruyeron los iconos, las chullpas, etc. Es de ingrata recordación la manera brutal en que fue impuesta la nueva religión. Pero las fuerzas de la naturaleza, los cerros, los lagos, la tierra estaban ahí incólumes alentando, aunque clandestinamente, la tradición religiosa de los ayMaras. Sin embargo, es justo señalar que hubieron muchas voces, al interior de la Iglesia Católica, que se opusieron a esta forma equivocada de "evangelización". Dentro de estos sectores moderados de la Iglesia estaban las órdenes religiosas de los jesuitas y fransiscanos que optaron por cristianizar o acomodar los antiguos Dioses ayMaras [...] Durante los primigéneos e intolerantes años de las actuales repúblicas andinas este sincretismo fue practicado de manera clandestina. Desde la segunda mitad del siglo XX este sincretismo es practicado abiertamente, contando incluso con la anuencia de la Iglesia Católica. Las Iglesias Protestantes(evangélicas) continúan intolerantes, prohibiendo incluso la práctica de la medicina ritual tradicional que ha generado una enorme discusión, pues es sabido que mucha de esta medicina tradicional tiene resultados prácticos positivos, especialmente con los renombrados Kallawayas. Un yatiri convertido/adepto de alguna iglesia protestante es prohibido de continuar a ejercer sus conocimientos curativos. Por otro lado, El ritual ayMara de la ch'alla que es el agradecimiento a lo tierra(Pachamama) coexiste pacíficamente con las fiestas patronales católicas..."
    Fuente: http://www.ayMara.org/histo.php

    En fin, que, como se dice, en este tema "hay mucho bacalao para cortar".

  7. #7 Eternauta2 05 de abr. 2005

    A.M. Canto: Ud. dice "Si yo anduviera en el Paleolítico o en el Neolítico, desconociera hasta la rueda, y tuviera una esperanza de vida de sólo 30 o 40 años, me interesaría que me invadiera cualquiera". No defendamos lo indefendible ni nos cerremos en posiciones infantiles. Los musulmanes invadieron la península y claro, como no conociamos el cero y estabamos gobernados por bárbaros...
    En 1890 en España la tasa de analfabetismo era de más del 80%, si los franceses se hubiesen enterado, nos hubieran invadido y ahora hablaríamos gabacho y diriamos Latinoamérica (en francés que no se como se dice) y no nos planteariamos estas discusiones. Hablemos en serio

    A.M. Canto: veo que Ud. se documenta muy bien, pero cuando dice "Posiblemente el principal aporte cultural de la antigua cultura ayMara a la humanidad, sea la domesticación de la papa". En 500 años, van a decir que la principal aportación de la cultura española fue la tortilla (que por cierto, se hace con patatas). No nos pongamos a valorar las culturas en función de sus aportes tecnológicos. Si es asi, la española tal vez no sea de las primeras del ranking.

    1.- No podemos plantear que una cultura sea mejor que otra. Y más avanzado no es mejor necesariamente. Para cada uno su madre es la mejor y su cultura es la suya.

    2.- Esta gente no hizo un concurso público para elegir alguien más avanzado para que los invadieran, se los invadió sin pedir permiso (ni perdón) y jamás el objetivo fue altruista ni mucho menos.

    Yo no compro lo de la leyenda negra de España en América porque los mayores estragos contra la población aborigen los cometieron los mismos Americanos una vez independientes. Pero una cosa no quita la otra. No defendamos lo indefendible.

    Finalmente, volviendo a la cuestión del nombre Iberoamérica, me gusta más que el otro. Pero no se puede argumentar su uso infravalorando a los americanos.

    Sucaro: "Tradiciones democráticas: una república presidencial, nada desconocido para nosotros": EEUU tiene más de 200 años de democracia ininterrumpida, y jamás tuvo otro sistema de gobierno. Me puedes contar algo similar en Europa continental?

  8. #8 A.M.Canto 06 de abr. 2005

    Eternauta2: Perdone que no continúe respondiéndole porque me parece que Ud. no se molesta en leer bien lo que se le contesta. No soy yo la que digo lo de la patata, lo dicen los propios ayMara en el sitio web de tipo nacionalista (poco sospechoso, por tanto) que indicaba.
    Y, lo siento, pero las culturas claro que son valorables, y bastante diferentes unas de otras a la hora de considerar su aportación al conocimiento general de la Humanidad. Y esto siempre es independiente de que a uno le guste que se puedan conservar su propia lengua, o sus viejas tradiciones como pueblo, y a que todo ello sea respetable.

    Nota.- Se queda Ud. corto con el analfabetismo en España en el siglo XIX:

    "Respecto a las tasas de analfabetismo para la España del siglo xix, tenemos, entre otras estadísticas similares, las estimaciones de Moreau (tomadas de Manuel de Puelles Benítez, en Educación e ideología en la España contemporánea, Barcelona: Labor, 1980) según las cuales en 1841 el 91 % de la población total española era analfabeta. Mientras que J. M. Desvois señala que en 1900 el analfabetismo afectaba aún al 63'79 % de la población adulta española (en La prensa en España (1900-1931), Madrid: Siglo XXI de España Editores, 1977)."
    Fuente: http://www.revistasculturales.com/articulosLeer.php?cod=267

    Pero no se haga ilusiones, en Francia la situación era bastante similar:
    http://pedagogie.ac-toulouse.fr/histgeo/monog/albi/ecole/anregec2.htm, y en a fines del XVII incluso la mayoría no hablaba el francés ortodoxo:

    "La langue française parlée par l'élite pénétrait encore à pas de tortue la langue du peuple, qui ignorait tout des règles d'ordre, de pureté, d'élégance et d'harmonie. L'analphabétisme se situait à cette époque autour de 99 % en France (comme partout en Europe). Le peuple était gardé dans l’ignorance totale: l’essentiel de l'enseignement demeurait celui de la religion, qui se faisait en patois, parfois même en latin. Les nouvelles provinces annexées au royaume furent même dispensées d'appliquer l'ordonnance de Villers-Cotterêts. Lors de ses déplacements, Louis XIV se voyait souvent harangué en picard, en flamand, en alsacien, en occitan, etc. Malgré les velléités du ministre Colbert, aucune politique d'intervention linguistique ne fut entamée."
    http://www.tlfq.ulaval.ca/axl/europe/france_politik_francais.htm

    Hubo que esperar a la Revolución Francesa para poder unificar la babel idiomática que era Francia, e imponer el francés como lengua de la nación. Lo que ahora se considera un "lingüicidio":

    "Un peu après le milieu du XIXe siècle (en 1863), on comptabilisait encore 7,5 millions de Français ignorant la «langue nationale» (sur près de 38 millions d'habitants. Selon les témoignages de l'époque, les enfants des villages de province ne retenaient guère le français appris à l'école; celui-ci «ne laisse pas plus de trace que le latin n'en laisse à la plupart des élèves sortis des collèges»".

    Pero, además de que Ud. confunde "analfabetismo" con "incultura" (lo que sería discutible), le diré que personalmente considero lamentable que España, al grito de "Vivan las cadenas", cambiara al culto e inteligente José Bonaparte por un absolutista y amigo de la Inquisición como Fernando VII. Ahí fue donde España perdió definitivamente el tren europeo del XIX. Pero, claro, eso va en gustos...

  9. #9 Irmandiño05 06 de nov. 2005

    Saludos.
    Por deferencia a mis colegas latinoamericanos, me expresaré en castellano.

    Este tema me toca por dos lados: por mi doble condición de gallego y de paraguayo adoptivo.

    Sobre el tema de latinoamérica. Siempre entendí que el tema de Latinoamérica había quedado zanjado con la declaración de la Cumbre de Guadalajara de hace unos años, en la que los gobernantes de no sé cuantos países pidieron que se les llaMara así. En definitiva se trata de una cuestión política para intentar tener o mantener influencia en la zona. Latinoamérica estaría más relacionado con Italia (cuya presencia cultural es muy inferior a la ibérica) y con la mayor presencia de Italia en Washington y lo que esto represena. Lo de la influencia maligna francesa, que se menciona antes, es una sorpresa para mí y me gustaría que me corrigiéseis si es que hay algún dato al respecto. Para mi se trata de que Italia-USA-Latinoamérica es una imagen de mayor prosperidad que España-Portugal-Iberoamérica, y por tanto más deseada. Y punto. No hay más que comparar la atención que los gobernantes de esos países prestan a las Cumbres Iberoamericanas (véase Salamanca hace poco) con las Cumbres de las Américas (véase Mar del Plata ahora mismo).

    Por lo que se refiere a los expolios, genocidios y otras atrocidades para mi la pregunta que cabe responder es qué habría pasado si en vez de ser Europa la que colonizase América hubiera sido América la que colonizase Europa. En mi opinión, no creo que hubiera habido grandes diferencias. Basta ver lo que ha pasado tras las independencias de todos los paises con el resto de población indígena que quedaba. En Europa ha sido también igual, no somos ni mejores, ni peores.

    A continuación he visto el tema de las lenguas, identidades y politiqueos al respecto, que han surgido a lo largo del debate, incluyendo a algún paisano.

  10. #10 César_Buono 11 de mar. 2006

    Hablando en términos políticos, el vocablo «Latinoamérica» menoscaba claramente el protagonismo ibérico, y lo transfiere y reparte entre otras naciones, singularmente Francia e Italia, también «latinas», pero que nada o muy poco tuvieron que ver en el descubrimiento, la conquista, el repoblamiento y la aculturación del nuevo continente.

    Tarde pero seguro, hoy descubro celtiberia y añado lo que va ut infra.
    Veo esto, que ya de entrada "descubrimiento" no corresponde, pues ¿ quien descubrió a quien ? es decir, no me parece práctico el análisis a partir de las palabras desnudas.Decir "Latinoamérica" es una costumbre, como en España se dice ordenador a lo que propiamente es una computadora.¿ Se entiende de que se trata ? Pues basta eso. Si empezamos a analizar, nos volvemos locos.
    En lo real de nuestra existencia cotidiana en Argentina, España no existe, salvo el idioma castellano. Creo que esa es la principal razón de que por lo menos acá en mi país, nadie haga ascos a la palabra latinoamérica, salvo, lo que da en llamarse "nacionalismo católico argentino", la ultraderecha.Un grupo que cabrá dentro de un restaurante. Notese que en Argentina, según estadísticas, hay casi la misma cantidad de apellidos italianos que de origen hispano.Lo que dice este nacionalismo católico específicio es política claro, no es de mi interés, pero conozco, y ellos tienen un discurso que me parece interesante resumir para los que lean celtiberia, pues creo que sacarán conclusiones útiles para sus propias ideas :los hispanos vinieron a traer la Verdad (así llaman a la religión católica)a pueblos en las tinieblas y con 10 soldados conquistaban imperios porque todos se Maravillaban de lo buenos y sabios que eran los conquistadores hispanos y los ayudaban. El indio que no se sometía era porque pertenecía a las fuerzas del demonio y por lo tanto hacerlo picadillo no estaba del todo mal.Luego, los piratas ingleses, malos ellos, que no se acostaban con ninguna india, contaban cosas muy feas de los hispanos, pero por envidia, y además como eran protestantes, eran herejes, por lo que se explicaba que no fueran tan buenos como los hispanos(por eso liquidaban a los pieles rojas, y no se mestizaban, pues como se sabe los hispanos no eran orgullosos, claro).
    Pasado el tiempo y pese a la extrema generosidad de los reyes hispanos, nuestros degenerados criollos decidieron luchar contra los "godos" (así se les decía también, como se ve, nunca nadie usó palabras adecuadas)porque los ingleses malos les susurraban cosas feas al oído.Los franceses también, que eran otros degenerados que habían cercenado la cabeza de un rey (designado por Dios, no olvidar)y que envidiaban a los hispanos.En fin, se tuvieron que volver a la península, y luego del regreso, sufrieron porque los pueblos asquerozos e interesados (vecinos europeos) les saquearon, banqueros mediante, a los hispanos todo lo que habían llevado de América (oro, plata y algunas bananas). Pasando el tiempo, un grupo de españoles enfermos deciden terminar con el rey y hacen una república, hasta que un general español (ya se llamaban España) decide dejar Africa y luego de liquidar unos cuantos enemigos, se queda cuatró décadas ordenando aquel asunto, todo ello, no solamente por España, sino para la "gloria de Dios" (como había sido el paso por América, también para la glorida de Dios).
    Yo de verdad no se que piensa Dios, pero los indios que quedan en América, cuando se les menciona España empiezan a dar saltos, se ponen rojos y dicen cosas muy feas.Pero, volvamos a la Península. Cuando fallece este señor providencial,bajito de estatura, le suceden una serie de imbéciles y un rey que en realidad mucho no vale porque es Borbon y no Austria, lo cual parece que marca para siempre.Bueno, ese es el relato de este grupo "nacionalista". Para ellos el término"latinoamérica " es algo insultante, consecuencia de la leyenda negra, de una conspiración judeo- masónica , y algo que la CIA se encarga de mantener en alto, junto con la banca judía. que va financiando y todo ello, para el dominio de nosotros, que como se ve, no tenemos nada que decir y somos medios estúpidos. Hay petróleo también en todo esto, como cuadra a los tiempos.Espero que nadie se ofenda y comprendan que me limito a describir, no a decir que estoy de acuerdo. Soy argentino de muchas generaciones, para lo que es América por supuesto, y a todo esto lo siento en el alma como un cuento de Isaac Asimov.
    Lamentablemente los humanos pagamos muy cara la verdad, y para empezar hay que atravezar selvas de idioteces, mentiras, falacias, y en fin, pantanos de dudas, océanos de equívocos y lo que se te ocurra.Por suerte hay personas que perseveran, y aunque por lo general nuestros logros son de lo más modestos, por lo menos no seguimos añadiendo basura a esa montaña.
    Es verdad que un negro no parece latino, pero tampoco hispano.
    Creo que el cuarto de hora le ha pasado a todos los imperios, Inglaterra, Francia y porque no, España. "Fue", como decimos las gentes de Buenos Aires, para lo que ya no tiene relevancia.
    Por lo tanto, esta es otra realidad, que contiene algo de lo hispano, pero también mucho más de otras realidades, y no lo parece tanto pues el idioma confunde.Esa es mi idea. Muchos españoles, y es comprensible, creo, confunden el escuchar su idioma con algo más. Lo que no hacen los ingleses por ejemplo.
    Considerar también esto, por favor : ¡¡ Cuidado !! cada país americano es distinto que el otro, sumamente diferente y eso en general, los extranjeros no lo perciben. Estoy queriendo decir que decir latinoamérica es decir algo tan confuso como hispanoamérica. No lo era hace trescientos años, pero el tiempo no pasa en vano. El tiempo, las oleadas inmigratorias y la vida misma que va modificandolo todo.
    Para nosotros una monarquía, que es tan respetable sistema como cualquiera, es un absurdo, y tenemos razón, pero para nosotros.Ya con eso solo queda descartado cualquier entendimiento más allá del turístico y comercial, entre las "ex colonias" y la "metrópoli". No me consta, pero muchos me han dicho, que mucho más lejano parece y se siente un brasileño, de Portugal.Son mundos distintos, y es lo primero que debe considerarse.¿ A quien le importa aquí que España se peleó con los ingleses hace dos siglos ? ¿ Habrá muchos que sepan que Inglaterra está al norte de España ? Nos podríamos llamar Francoamérica, y¿ a quien le importaría ?
    Nosotros somos nosotros, no los tatarabuelos de nuestros recontratatarabuelos,por favor. Es estúpido. A nadie, salvo algún grupo minoritario casi invisible (lo supongo, no se si lo hay) se le ocurre que España tenga algo que ver con nosotros, salvo claro, un pasado el que para colmo no solamente es lejano sino también fue un "los echamos de aquí pues nos expoliaban" (eso nos enseñan e n los colegios desde siempre).Lo decimos en nuestras canciones patrias, etc. España es el enemigo. Algún estúpido me ha comentado "el enemigo en realidad es USA". Pero claro, resulta que las autoridades las mandaba el rey de España. Seguramente algo de lo que ha pasado es que esos paises, Inglaterra y España se han peleado a muerte y uno ganó y el otro perdió. Pero tal como lo vemos, ganamos nosotros.No quiero terminar esto sin decir, que en general, llama la atención que casi nadie se excluye entre españoles en vituperar a USA, y se me ocurre que no son tan estúpidos los yankees, yo lo pensaría, pues no hace falta alabarlos tampoco, en mi caso, no me interesan, pero tampoco Europa si viene al caso. Lo que no me parece sano es ocuparse en denigrar a un país, que no lo veo como peor en cualquier sentido que Argentina o España, o lo que sea.¿ Habrá algo de envidia acaso ? Pero, esto, es harina de otro costal.

  11. #11 Vazquez 14 de mar. 2006

    Pues si, me doy cuenta ahora que efectivamente Minaia se refería a que será difícil corregir esa confusión, por el hecho de que son muchos más los que prefieren ese termino. Pues Minaia perdona mi impertinente pregunta.

    Sabes usted Dra. a mi los términos por lo general no me molestan, por ser precisamente producto de convenciones. Aunque terminan imponiéndose aun cuando no sean correctos. Pero digo esto y agrego que tampoco me molesta que se decida desentrañar la verdad sobre la corrección de alguno.

    Otra cosa es recurrir a argumento manidos para calificar o descalificar. Y no es nada en particular contra Minaia, pero en su intervención ella usa el siguiente argumento:

    “En cualquier caso, la suelen preferir a lo de hispano por la carga negativa asociada a la conquista y la época colonial, remachada en los libros de texto de primaria…”

    No, no ceo que la prefieran por la carga negativa que tiene el termino hispano, la USAN (no quiere decir que la PREFIEREN), porque es producto de la inercia de usar un termino que fue impuesto (sin entrar al por qué ni al cómo), como mismo usa la prensa en el ejemplo suyo: “el líder... indio Evo Morales...”.

    Acaso Evo Morales prefiere ser llamado INDIO, que NATIVO, AYMara… que se yo como prefiere Evo Morales que lo llamen a el mismo.

  12. #12 Servan 25 de abr. 2006

    El General San Martín me parece que era hijo del General Alvear y de una guaraní (no quiero decir india ya que no lo era)
    Los ayMaras estaban mucho mejor en tiempos del Inca que ahora; se fué el oro, la plata, el estaño, el caucho y se quedó el analfabetismo y la pobreza.
    De los onas, fueguinos, kahueshcar, no se puede decir nada, porque desaparecieron, y no por culpa de los españoles sino de sus descendientes puros o mezclados.

  13. Hay 12 comentarios.
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