Autor: Teodoro Fondón Ramos
martes, 08 de marzo de 2016
Sección: Protohistoria
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El Bronce Final I: El Problema del Tesoro de Villena

Como se puede leer en mi anterior artículo sobre esta primera etapa del bronce final (en las bibliografías y estudios científicos, representado como Bronce Final I) este período debió representar una etapa convulsa en la protohistoria que tal vez guiara o llevara a la población a concentrarse en poblados mucho más grandes, tal vez buscando esa protección. Un elemento que también nos habla a los arqueólogos de un tiempo convulso es el hallazgo de los llamados tesorillos, algunas veces simples monedas escondidas dentro de vasijas a la espera que su dueño volviera a recogerlo, y otras veces inmensos hallazgos de riquezas como es el llamado Tesoro de Villena, hallado cerca de uno de estos enormes poblados, el de Cabezo Redondo.

Durante
la noche del 1 de Diciembre de 1963 se localizó el denominado “tesoro” de
Villena en el cauce de la Rambla del
Panadero (Alicante)
. El tesoro suscita dos importantes cuestiones: una
cronológica, sobre cuando se realizó, y otra explicativa, respecto a cómo se
pudo concentrar esta riqueza. La composición del ocultamiento de Villena es de 11 cuencos, 2 botellas, 28 brazaletes
y 13 fragmentos de revestimientos de oro,
más de 3 botellas de plata y un posible brazalete de hierro, subdivisibles
en tres lotes homogéneos, vajilla, brazaletes y cetro o enmangue de espadas.



 



Manejando
datos de inicios del siglo XIX, se constata que en el río Sil (Galicia),
mediante el bateo de arenas auríferas se obtenían entre 12 y 14 gramos por
persona durante cada verano. Ello implicaría que los 9,112 gramos de oro del
tesoro de Villena hubieran exigido el trabajo de entre 650 y 700 personas a lo
largo de un mínimo de tres meses, o entre 130 y 152 personas a lo largo de 5
años durante dicho mínimo de tres meses en la estación del verano, lo que pone
en evidencia la magnitud de la inversión de trabajo que hubo de realizar para
poder acumular dicha cantidad de oro.



 



En
comparación con el Bronce Inicial y Medio, el oro argárico en conjunto no suma
más de unos 400 gramos, entre los cuales sólo dos brazaletes de Fuente de Álamo (Cuevas de Almanzora,
Almería)
acaparan el 78% de dicho peso. Si valoramos este conjunto por su
peso, los 60 objetos del depósito de
Villena totalizan 9,112 gramos de oro, una cantidad sólo comparable a los algo
más de 15 kilos de oro en las tumbas de fosa de Micenas en las que se hallaron
28 vasijas de oro y 42 vasijas de plata, de los cuales, unos 13 kilos y 22
vasos de oro corresponden a las sepulturas III, IV y V del círculo A. Teniendo
en cuenta estos datos, es importante señalar que en Villena nos encontramos con el segundo conjunto de vajilla áurea más
importante de Europa durante el Bronce Final
, tanto en función del número
de vasijas como del peso del conjunto en oro.



 



La
cronología entre ambos conjuntos no resulta muy distante. En Micenas, las
sepulturas del círculo B se fechan entre muy a final del Heládico Medio III y
el Heládico Final I. Y las del círculo A, entre un pleno Heládico Final I e
inicios del Heládico Final IIA (1625-1500 a.C.) que correspondería a nuestro
Bronce Final IA e inicios del Bronce Final IIB.



 



En
relación con el poblado de Cabezo
Redondo (Villena, Alicante)
, cabe destacar que la única datación disponible
para este período procede del Departamento XV (1599-1530 a.C.). Y es durante el
Bronce Final I, finales del Bronce Final IA, Bronce Final IB o inicios del
Bronce Final IC (1575-1375 a.C.), donde creemos que debe encuadrarse cronológicamente
el tesoro de Villena.



 



La
cuenca baja del río Segura, a la que se accedía desde el corredor del Vinalopó,
era una de las áreas más solicitadas para el pastoreo, porque presentaba zonas
pantanosas y de colmatación aluvial muy apetecidas por el ganado vacuno y
caballar. Áreas, además, habitualmente poco válidas para la agricultura. Estos
rebaños en trashumancia proceden históricamente de Albarracín (Teruel) y
Cuenca. Todavía a mediados de los años 70 del siglo XX llegaban ganados de la
Serranía de Cuenca, permaneciendo en Villena entre octubre y abril, momento en
que regresaban a los pastos de verano de la serranía. Los rebaños que
continuaban hacia el Bajo Segura mantenían similar temporalidad y, antes de las
primeras nevadas en las serranías del interior, a comienzos de octubre,
empezaban a descender hacia la costa, donde permanecían hasta marzo, cuando
volvían a regresar a las sierras en busca de pastos de verano, lo que implica
periodos de seis meses en cada una de las dos grandes áreas de pastoreo.



 



La
ruta, denominada de Los Serranos, procedente bien de Chinchilla o bien de la
Jorquera, atravesaba Almansa, Villena, Salinas (donde se abastecían de sal para
el ganado, que previamente se obtenía en la laguna de Villena hasta que fue desecada en 1803), Petrel, Novelda,
Aspe, Crevillente y, finalmente, acababa en Orihuela.



La
laguna de Villena cubría 1500
hectáreas hasta 1803. Se formó del estancamiento de agua salada procedente de
corrientes subterráneas y manantiales superficiales. En las áreas triásicas del
Prebético, el Keuper, impermeable, detiene en la parte occidental de la llanura
la circulación del agua subterránea, pero al existir depósitos salinos en el
Keuper, se convierten las aguas en salobres y han facilitado la explotación de
algunos manantiales muy salinos para la extracción de sal.



 



Si
interpretamos el tesoro de Villena como representativo de la presencia de un poder político regional, quizás de tipo
estatal, adquiere otra imagen el Bronce Final I del sureste de la Península
Ibérica. En el Poblado de Cabezo Redondo,
donde se aprecia una evidente planificación del espacio urbano con calles y
manzanas de casas, nos encontramos con un líder
político
que utilizaba empuñaduras de espadas o un posible cetro de oro,
ámbar y hierro, disponía de vajilla de oro y plata para comer y beber, y cuya
mujer o mujeres, hijas u otros familiares, pudieron lucir brazaletes de oro en
sus brazos como símbolo de distinción
social
.  



 



Bibliografía  



 



GRACIA
ALONSO, F. “De Iberia a Hispania”, Madrid, 2008, pp. 45-47.


Más informacióen en: http://www.historiayarqueologia.com/profiles/blogs/el-bronce-final-i-el-problema-del-tesoro-de-villena


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