Autor: R. Chao
martes, 27 de septiembre de 2005
Sección: Historia
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Acerca de Fernando I
Fernando I fue un príncipe navarro conde de Castilla que llegó a ser rey de León.
Sancho III, padre de Fernando
Siempre se ha dicho, y se ha aceptado por la historiografía oficial, que el primer rey de Castilla fue Fernando I, hijo del rey navarro Sancho III. Su padre había invadido el reino de León en 1034, y así se había apoderado del título de Emperador, obligando al rey leonés Vermudo III a retirarse a Galicia. Pero en menos de un año, el legítimo rey regresó a la cabeza de un nutrido ejército de gallegos, asturianos y leoneses, y el navarro tuvo que regresar rápidamente a sus teritorios originales, ya que sabemos que el leonés llegó al menos hasta Castrojeriz (Burgos). Este hecho es casi desconocido, porque en algunos libros de Historia figura que Vermudo recuperó su reino de una forma "oportunista" al morir el navarro; pero la realidad es muy otra, ya que la documentación de la Catedral de León (documentos 937 y 938) nos revela que el leonés volvía a reinar en la capital leonesa al menos ocho meses antes de que Sancho III fuera asesinado (18-X-1035), lo que demuestra una vez más que parte de la historigorafía medieval está manipulada y sesgada de forma interesada.
Al morir el rey navarro, el reino y los territorios adquiridos son repartidos entre sus hijos: a García Sánchez III le correspondió el título de rey de Navarra; a Ramiro I, el de rey de Aragón; a Gonzalo, el de rey de Sobrarbe y Ribagorza; y a Fernando, por último, el de conde de Castilla, sometido teóricamente al rey de León. Daba la casualidad de que este último personaje estaba casado con Sancha, hermana de Vermudo, circunstancia que tendrá importantes consecuencias en el futuro.
¿Dónde están las pruebas? Documentación Leonesa
Muchos historiadores, siguiendo las fantasiosas y castellanistas crónicas de Alfonso X, afirman que una de las cláusulas de esta boda consistía en que Fernando adquiriría el título de rey de Castilla, aunque esta peregrina idea ya fue criticada por el Padre Risco (1735-1801), quien señaló que "tales condiciones no fueron mecionadas por los escritores antiguos". Por si fuera poco, Ramón Menéndez Pidal se vio obligado a reconocer que "Fernando no se titula más que conde en los años 1035, 1036 y comienzos de 1037, mientras se titulan reyes sus hermanos en Aragón y Ribagorza" (El Imperio Hispánico y los Cinco Reinos) Este medievalista se basa en la documentación, y aunque encontró ejemplos del año 1037 en los que Fernando se intitula rey de Castilla, no reparó en que aparecían en colecciones documentales plagadas de falsificaciones (hecho que tuvo que admitir un historiador tan castellanista como Gonzalo Martínez Díaz). En todo caso, en ese mismo año de 1037, tras la batalla de Tamarón y la muerte violenta de Vermudo, el navarro Fernando se hará coronar rey en León, y dará comienzo a la dinastía navarra en el solio legionense.
Qué importancia tiene que Fernando se intitulara o no rey de Castilla? En primer lugar, que si lo hizo sería el primer rey de Castilla de la Historia, lo que afirmaría por primera vez una independencia real de este condado respecto a León. De ello se derivaría que Fernando "reunificó" los dos reinos, y que fue el primer rey de "Castilla y León": esta idea ha sido recogida y amplificada convenientemente por los historiadores mercenarios de la Junta, ya que responde muy bien a sus espúreos intereses. Curiosamente, no se detienen a considerar que, en todo caso, Castilla fue reino durante unos escasos meses.
¿Qué nos dice la documentación original acerca de todo esto? Pues que a Fernando Castilla le importaba un comino, y que su única preocupación fue obtener León. A las fuentes y a las pruebas me remito:
1. En la Colección Diplomática del Monasterio de Sahagún, se denomina a Fernado I como "rege in Legione", "regis Legionense" y otras variantes en un total de 142 documentos, mientras que sólo uno (el nº 542) dice que es "rex in Legione et in Castella". En sus documentos personales no se intitula más que como rey, sin enumerar territorios (esta costumbre la iniciará Alfonso VI), aunque en las confirmaciones muchas veces firma "in Legione". Por su importancia simbólica vale la pena transcribir una parte de las clásusulas finales del documento 473: "Anno feliciter VII regnum gloriosi domni nostri domno Fredenandi regis et coniux eius domna Sanctia regina/ commorantes in Castella, sedente regni solium et tronum in sedem Legionensem", que en traducción aproximada vendría a decir: "Feliz año séptimo del reinado del glorioso señor nuestro el rey don Fernando, y cónyuge suya la reina doña Sancha, permaneciendo (los dos) en Castilla, asentado el solio y el trono del reino en la sede leonesa ("de los leoneses")".
2. En la Colección Documental del Archivo de la Catedral de León se le denomina "regnante rex Fredenandus in Legione", "in sedis Legione" y otras variantes similares en 74 documentos, mientras que sólo dos le señalan como "Rex Fredenando in Legione et in Castella" (uno de los cuales, el nº 999, presenta serias dudas sobre la lectura "Castella"). Otros dos documentos le mencionan como "rege in Legione, in Kastella et in Gallecia"
3. En los escasos documentos de San Isidoro de esta época tan sólo aparece como "in ciuis legionensis". En un documento de Sancha, ésta firma como "ego Sancia, regina Legionem"(cosa que ocurre también en el documento 1131 de la Colección Documental del Archivo de la Catedral)
Algunas preguntas que dejo en el aire:
* Partiendo del supuesto de que los documentos en los que Fernando se intitula rey de Castilla sean originales y no una falsificación posterior (como parece señalar el hecho de que se arrogue un título territorial cuando dicha costumbre no se iniciará hasta Alfonso VI), ¿son suficiente unos meses para decir que el reino de Castilla se anexionó León, y que así nació el reino de Castilla y León?
* Si la respuesta fuera afirmativa: ¿por qué Fernando se tuvo que coronar rey en León? ¿No era suficiente la supuesta coronación en Castilla? ¿No es esto una prueba del reconocimiento de la superioridad del reino leonés? ¿Es que nadie se da cuenta de la aberración que supone anteponer el título de Castilla al de León (que no aparecerá en la documentación hasta Fernando III)?
* Si Castilla era tan importante para Fernando, ¿por qué no la menciona apenas en los documentos? ¿Por qué se molesta en reafirmar su legitimidad a través de su esposa (que figura como corregente en casi todos los documentos)? ¿Por qué crea en León el Panteón de los reyes y traslada allí el cadáver de su padre?
En fin, que espero que al menos quede claro que la famosa primera reunificación de "Castilla y León" es un mito, ya que ni siquiera existió una separación oficial digna de mención. Es cierto que los condes castellanos de la época actuaron con bastante independencia aprovechándose de los periodos de debilidad del reino leonés, pero también es cierto que nunca tuvieron la osadía de considerarse reyes, y que de hecho acudieron a León solicitando ayuda cuando los navarros los invadieron.
Todo ello es una muestra más de la hipertrofia a la que se ha sometido a Castilla en la historiografía medieval. Hasta Sancho III de Castilla (en puridad, Sancho II de Castilla)este territorio no se configura como un reino definido. Sería conveniente recordar que el interés de Sancho II (Sancho I) no era tanto gobernar Castilla como hacerse con la corona leonesa. Sobre Alfonso VI y Alfonso VII ya hablaremos en otra ocasión, aunque les recomendaría que leyeran la Chronica Adefonsi Imperatoris mientras tanto.
Más informacióen en: http://corazonleon.blogspot.com/
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Es interesantisimo este debate, me gustaría que continuara hasta poder decir que hemos encontrado la verdad histórica, con animo de conciliación en pro de la verdad y abstrayendonos de nuestras posiciones previas, siempre condicionadas y muchas veces excesivamente apasionadas.
Pero más interesante que todo eso es ver como todo ello sucede en un marco geográfico-político preexistente: Hispania como ente político preexistente a la atomización de los reinos cristianos y dominios musulmanes, ente que presta su legitimidad a los nuevos reinos (todos), y muy especialmente al Reino de León, como hererdero directo (a través de Asturias) del reino godo unificado de Hispania (¿Gotia?), siendo asimismo la fuente de prestigio ambicionada por todos los distintos y coetáneos reyes de españa. Incluso los musulmanes en sus concepciones de Al-Andalus tienden a reconstruir un estado o territorio unificado en toda la peninsula ibérica.
Siendo así las cosas en nuestra historia, si la despojamos de mentiras y patarñas interesadas, nos quedará la realidad básica de nuestro gran y común país, aquella Hispania (o Al Andalus) cantados con el mayor amor y sentimientos de admiración por grandes escritores tardo romanos, godos y musulmanes. Sería un baño de realidad refrescante poder exponer estas verdades históricas frente a tanto nuevo nacionalismo particularista cuyo objetivo final es destruir España o las Españas como antes se decía, para que puedan vivir las antiguas entidades españolas como entidades nuevas ajenas a este gran país cuya historia se está destruyendo cada día. En esta labor falsedades como la fundación de España por los Reyes Católicos han contribuido grandemente.
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