Autor: Xabrés da Teixeira
miércoles, 16 de enero de 2008
Sección: Antropología
Información publicada por: xabres
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TIEMPO DE REYES(Algo de Antropologia)
DE COMO SE CELBRABAN LOS "REIS"
UNA DE REYES. (Algo de Antropología)
Por estas fechas, desde tiempos inmemoriales, por las comarcas de As Frieras, O Bolo, y lo que ahora se llama la Alta Sanabria(me gustaría saber por qué se le llama así a los pueblos de habla gallega, pués lindando con León también es alta), había una tradición por éstas fechas de Año Nuevo y Reyes, que prácticamente está en vías de extinción, creo que hay remedos de ella en algunas aldeas, y en otras la trasladaron al verano, época en la que hay gente.
Apoyándome en el libro La Aldea Gallega, escrito como un libro de memorias, y un poco estudiando los hechos asociativos y juridico-consuetudinarios, no hay que olvidar que el autor D. Nicolás Tenorio, era Juez, que ejerció como tal en la primera década de mil novecientos, y que todo lo que relata es verídico, y se entronca muy mucho con los recuerdos que yo tengo de mi infancia y juventud, prácticamente idénticos a los hechos relatados, “mutatis mutandi” cincuenta años más tarde.
Relataré aquello que conozco, de varios pueblos, teniendo presente que habrá ligeras variaciones de unas aldeas a otras. Lo digo por si omito algo, que se pueda dar en otro lugar.
Hecha esta larga introducción , pasare a referir lo que conozco de los Ayuntamientos de Lubián, Hermisende, A Mezquita y Porto.
Una vez pasada la fecha de Año Nuevo, los mozos y los casados en el último año, comenzaban las tareas de preparación de la “Festa dos Reis”.
Lo primero que hacían era buscar una casa, adecuada para convivir esos días. Una vez apalabrada con los dueños, tomaban posesión de la misma por el tiempo que durasen “Os Reis”. La casa debería tener una amplia “Lareira” y un espacio suficiente para instalar una mesa alargada con escaños a los lados, donde cupiese el mayor número de comensales, treinta mejor que veinte, Aunque lo normal era que la comida se hiciese por turnos.
Segundo paso, contratar dos cocineras, siempre mujeres casadas y con renombrada fama de cocinar bien, a la cuales se le pagaba lo acordado de antemano.
Paso siguiente: contratar “O Gaiteiro”, acordando con él lo que iba a cobrar, cantidad que el mismo determinaba, teniendo en cuenta que podía ser requerido en cualquier momento del día o de la noche para “Inchalo fole, e facer soar a punteira e mailo ronco”. El Tambor y el Bombo, siempre era tocado por algún mozo, pués casi todos sabían hacerlo.
Tercer paso, proveer de leña suficiente la casa para que las cocineras pudieran hacer su labor y al mismo tiempo tener un sitio donde calentarse, pués en esas fechas, en la zona, la temperatura normalmente oscilaba por la noche, entre –1 y –15º y por el día no se pasaría en el mejor de los casos de siete u ocho grados. Para este menester los mozos se repartían en dos cuadrillas; una que arrancaría “torgos” y otra que cortaría leña de roble. Aquí ya comenzaba la fiesta, pués tanto para un trabajo como para el otro, ya se empezaba a probar el vino, previamente comprado y almacenado en los “Pelexos”, de mas o menos una arroba cada uno.
El trabajo de arrancar “os torgos”, era francamente duro, pues se trataba de sacar de la tierra la raíz de las urces con un “aixadón”, herramienta que ella solita debe pesar entre diez y quince kilogramos, cosa que evidentemente no esta al alcance de cualquier anatomía.
Los de la leña de roble, lo tenían más fácil pues se trataba de buscar un árbol caído durante el año, trocearlo y prepararlo para echar al fuego.
Al día siguiente iban a buscar la leña con dos carros, pero sin vacas ni bueyes, los carros una vez cargados debían ser trasladados a la casa del “Reinado”, por los propios mozos. Casi nunca había lesiones.
El día cinco de Enero, por la noche, los mozos acompañados de gaita, bombo y tambor, comenzaban en una punta del pueblo y casa por casa cantando los reyes, a los habitantes de la misma. Cuando ya iban por la mitad del pueblo era cuando, la cosa se animaba bien , pues se llevaban un par de buena botas de vino, para limpian las gargantas, y entonces todo el mundo se sentía un gran cantador y aquella algarabía de grillos era lo mejor de la noche, eso sí escuchado a prudente distancia.
Transcribo aquí un cantar recogido por Nicolás Tenorio, por la zona de Viana de O Bolo.
Entre o boi e a mula
Naceu o rei santo
Con o rigor do friu
Naceu tembrando
Que darles
O neno e a nai
Trouxeron
Onde todos comeron
Pouxeron na caldeira
A la parida
Que non tiñan outros panos
Mellore, outros regalos
Que darles
O neno e a nai
Trouxeron
Onde todos comeron.
Chourizos e morcillas,
E bons xamons
Sorbos do viño
Se non o teñen branco
Dennolo tinto;
Mais diñeiro
Que ben voo lo vende
O Taberneiro
Que darles
O neno e a nai
Trouxeron
Onde todos comeron
Metan a mao o bolso
E faltriqueiras;
Boten as colgaduras
Da chiminea:
Boten os aguinaldos
No fardelo,
E oiran que ben toca
Noso gaiteiro
Que darles
O neno e a nai
Trouxeron
Onde todos comeron.
A la mañana siguiente, la propia mañana del día seis, los mozos, acompañados por el gaitero van de casa en casa recogiendo los aguinaldos que suelen ser espléndidos, como las matanzas están aun cerca, recolectan grandes cantidades de carne de cerdo, chorizos, y demás, al mismo tiempo que algún dinero.
En algunas zonas se compraba un ternero, y con la carne del mismo y lo recolectado, la fiesta duraba mientras había comida y bebida.
Todos los día por la tarde baile e invitación a las mozas a merendar. Durante el reinado los mozos tenían prohibido acostarse, por lo menos en sus camas habituales, lo que a veces llevaba a situaciones graciosas, dependiendo del lugar donde alguno escogiera para echar la cabezada.
También el día seis por la tarde, se procedía entre los mozos a elegir un nuevo Rei, y destituir al viejo.
Una vez elegido el nuevo rei, se enjaezaba un caballo y se aparejaba un pollino. El rei viejo comenzaba en una punta del pueblos su recorrido montado en el caballo, hasta encontrarse con el rei nuevo, que venia en sentido contrario. Una vez que se encontraban simulaban una pelea, perdía el “viejo”, y cambiaban de montura, yendo el viejo ya a la ordenes del nuevo reí.
La figura de rei duraba todo el año, y era el encargado de preparar las cuestiones relacionadas con la mocedad y las fiestas. Sus decisiones eran inapelables.
En alguna ocasión la fiesta llegó a durar más de una semana. Hay que pensar que, por estas fechas los trabajos de ganadería y agricultura eran mínimos, y se terminaba de salir de la recolección del centeno, hierba, lino y demás productos, y que también se había hecho ya “a sementeira” siguiente.
Terminadas las fiestas, hubo quien estuvo durmiendo durante mas de cuarenta y ocho horas consecutivas.
¿Alguien puede negar, que en la época “castrexa”, las cosas no serian muy parecidas?
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