La última vez que fui al Museo Arqueológico Nacional, al presentarme frente a la Dama de Elche, sentí que algo no funcionaba. Contemplarla a la misma altura de sus ojos me resultó extraño.
Ella tiene los párpados medio cerrados, así que flexioné mucho las rodillas, y entonces es cuando sentí que esa era la verdadera perspectiva desde la que debía observarse.

Entonces es cuando se revela una figura majestuosa, y su mirada adquiere una fuerza inmensa. Tan grande, que parece que está juzgando al que la contempla.

Por eso propongo que se eleve la altura de su pedestal. Para que podamos contemplar a la Dama de Elche con toda la grandeza que merece, y desde la perspectiva para que la intuyo que fue elAborada (quizá para ser contemplada de rodillas).

He buscado en internet si había algo al respecto, y lo único que he hallado es un pequeño artículo donde se dice que el arqueólogo Antonio García y Bellido dijo en 1943: "La mirada de la Dama de Elche no se dirige al espectador, ni se pierde en la lejanía, sino que parece abstraída en la contemplación de un objeto cercano. A ello contribuye la posición de los párpados superiores que caen algo pesados sobre los ojos imprimiéndole esa mirada ligeramente baja, con expresión meditativa y absorta".

A lo peor es que a nadie se le ocurrió mirar a la dama desde esta perspectiva inferior, para darse cuenta de que no tiene una mirada abstraída, sino todo lo contrario.

Pues aquí queda mi opinión.