Autor: Arquidioniso
miércoles, 06 de febrero de 2008
Sección: Artículos generales
Información publicada por: arquidioniso
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Santo llamando a Blue Demon...responde Blue...
De como en México inventamos santos y creemos en ellos. Para Laura
La hagiografía mexicana es pobre...no tenemos muchos santos mexicanos, canonizados en serio. San Felipe de Jesús y San Juan Diego son muy pocos para competir con las nutridas listas españolas, italianas o francesas.
Pero eso no nos quita el sueño, ya que tenemos la fortuna de contar con el único Santo que si existe a pesar de que no existe. El Santo Enmascarado de Plata y su audaz pareja (?) Blue Demon.
Entre los dos nos han librado de las amenzas internacionales de científicos desquiciados, a los que siempre les secuestran una hija enamoradiza, pero casta y pura, a la que el Santo protege con delectación paternal.
San Juan Diego es multidimensional, existe en una, dos, tres y cuatro dimensiones en todos los materiales habidos y por haber. Se le encuentra al mas puro estilo Brad Pitt o con rasgos aztecas, pequeño, mediano y grande. De pilas o de corriente. De pie o prosternado ante lo desconocido. El inmarscesible Juan Diego es la última novedad del santoral, que a rebatinga intenta justificarse con la historia y las historietas.
El Santo Niño de Atocha es una invención afortunada de los misioneros y evangelizadores del siglo XVI...en realidad es la transformación del Xochipilli o niño de las flores y las manos de navaja. Ese me cae bien por que representa el espíritu libre de los que se nombran a sí mismos. Los frailes lo encontraron demoniaco y amenazante por que el peyote, el ollolliuhqui, el huipantli, el toloache y el teonanacatl son sus flores preferidas. Danza poseido de la furia divina al ritmo de teponaztles y chirimias. Es el niño divino que mora en el Tlalocan, la casa del principe de las flores.
Pero el Santo es el Santo, y su capa esplende la constelación de sus victorias sudorosas frente a las conspiraciones de marcianos peligrosos y mujeres vampiro, a las que domina y seduce con su arsenal de llaves de la lucha libre: Quebradoras, Tapatías, Patadas voladoras, Filomenas insoportables, Topes y lanzamientos dignos de un coliseo romano. Los rudos, sus eternos enemigos son legión...tenemos en la memoria al Nazi, que salía con una gabardina negra de piel haciendo el saludo fascista, a la Momia, al Espectro, y como dejar fuera a Octagón y a Octagoncito, al Muñeco Satánico y al Vampiro Azteca. Esa pleyade de sacerdotes de la maroma y la emoción son nada comparados con la gesta heroíca del Santo y Blue Demon.
La historia contemporánea de México, no puede refugiarse indemne en sus torres de marfíl y no tomar en cuenta al Santo y a Blue Demon. Los esmirriados y atildados acádemicos de salón, hacen gestos despavoridos al encontrarse con lo popular como forma de conciencia viva, e intentan neutralizar el sudor conceptual con libros de lujo sobre lo exótico que resulta asistir a la lucha libre, como la penultima forma de lo chic.
No saben de la que se pierden al ignorar que, en la dimension desconocida para ellos, de lo popular existen las claves de lo mexicano. Y el Santo es una de esas pistas para comprendernos.
Ilusión de chiquillos, diversión de grandes y suspiro de señoras, el Santo despliega sus artes salvadoras de la humanidad, con sede en la filmografía de sus hazañas.
Las momias de Guanajuato, las mujeres vampiro, los marcianos asesinos o las lesbianas cósmicas nada pudieron frente al resplandor de su capa y la incognita de su máscara. La identidada oculta del Santo logró lo que ningun partido politico ha logrado: la conciencia del anonimato para ejercer la impunidad heróica frente a las adversidades de lo cotidiano.
En el plano conceptual, me imagino a un esmirriado Barthes dominado por el Santo y boqueando sobre la lona, al intentar explicar su teoría del grado cero del lenguaje, a una fanaticada aullante y sudorosa. Veo a Blue Demon aplicando una serie de patadas voladoras existentes, contra Sartre y sus existencialismos. Y no puedo dejar de recordar y ver por enesima vez a las semidiosas semidesnudas y semiaterradas que son semisalvadas por el Santo en total castidad y galanura.
Los santos y santones tambien tienen forma humana y el epítome de curanderos y saurinos es el inolvidable Niño Fidencio que ejercio su bondad ante las masas despavoridas, en la primera mitad del siglo XX. El NIño Fidencio arrastró multitudes a el valle del consuelo y fue refugio de afligidos. Curaba con saliva, pomadas, tierra, bofetadas y conjuros, pero lo que no tiene parangón en la historia de la sanación milagrosa es la "impactoterapia" ,en la que el atribulado paciente era lanzado en caida libre, desde dos o tres metros de altura, para estrellarse en el suelo, aliviado por el susto de la caida.
De su ejemplo se desprendieron innumerables sobadores y curanderos que fueron el azote de las rancherías y la delicia de las señoritas mayores y menores, que curadas y sonrientes esperaban ansiosas el regreso de esos hombres divinos, que les contaban cuentos y les daban masajes eficientes para aliviar cualquier muina.
El Santo Enmascarado de Plata siempre se mantuvo en los bordes de la lujuria disfrazada de ternura y desinteres por el debil y el menesteroso. Las innumerables damas en peligro que el y Blue Demon salvaron son testimonio de sus votos de pureza cual caballero andante
Robusto y agil nos dejo una quijotesca parafernalia de apartos zumbantes y llenos de focos que eran la delicia de mis tardes de cine, los domingos cuando asistía al Cinema Eden a admirar las hazañas y las perversiones de los enemigos de la humanidad.
En sus películas , los efectos especiales sí son especiales y los detalles menores de la tecnología, como ver los hilos que sostenían a los murcielagos de hule que nos espantaban, eran simples defectos que no menoscababan nuestro afecto por los efectos. Entrañable subdesarrollo y sabroso empirismo.
Los historiadores no se ocupan de estas cosas y las dejan en manos de una crónica rumbosa y efímera que siembra los frutos del inconsciente colectivo. Estoy seguro de que a Jung le hubiera encantado subirse al ring con el Santo y Blue Demon para enfrentar a los teóricos de las explicaciones inútiles.
Santo llamando a Blue Demon...conteste...
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O sease, para amenizar la lectura y contemplar el sAbor del Santo-Demon, ved el mambo No. 5 de Don Dámaso Pérez Prado, (que en el desorden de Dioniso goce).
Disponible en YouTube. Quince años de indulgencias plenarias a los bienaventurados que lo bailen y lo tomen a modo de mantra mañanero.
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