Autor: Aristoteles
miércoles, 21 de junio de 2006
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Aristoteles
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Un día amargo
EL DÍA MÁS AMARGO DE CELTIBERIA.NET. EL ANUNCIO DE UNA TRISTE Y EMOTIVA DESPEDIDA.
Carta de un amigo y admirador incondicional
Ayer, a las 12:24, nuestra inestimable interlocutora, Galaica, nos anunciaba con una seriedad inquietante un "Adios a todos y gracias por todo. Es una lástima.",
ante los graves comentarios y sucesos acontecidos en la sección de druidas "Las lenguas indoeuropeas en la mitad occidental de la Península".
Poco más tarde nos dejaba su emotiva despedida y que aquí os reproduzco:
"Me gustaría contar con la opinión "muy especial" de Corgo (ex-Igmoral) para que me hiciera las observaciones oportunas sobre mi último comentario. Pero...
Aínda así a miña aperta máis amable e cariñosa.
Gracias, Aristoteles por el interés y cariño que me has mostrado. Tienes razón aunque los detalles técnicos sean diferentes a los descritos por ti.
Gracias, Rosa-ae, por tu ayuda en momentos difíciles. Por tus precisas y preciosas respuestas.
Gracias, A.M. Canto, aunque no compartamos los mismos puntos de vista.
Gracias, Carr, Brigantinos, Maruos, Elpater, Diviciaco, Onnega, Matugeno, Jeremor, al cordial kazako Vázquez, mr. spok (gracias por tu respetuosa y amable afectividad en estos últimos tiempos), Amerginh, Rekhila, Kullervo, y a todos aquellos que se me quedan en el tintero pero que no olvido. Gracias a todos por compartir juntos nuestras ideas.
Gracias, Celticvm, mi profe y estimable amigo...aunque nos veremos las caras pronto.
Gracias administradores Kaerkes y Ego por defenderme en los momentos más oportunos.
Os pido también disculpas por si os he faltado en alguna ocasión.
GRACIAS A TODOS."
Apesadumbrado, desolado ante tanta incompresión, en la que se ha dejado en el más absoluto abandono y silencio a esta persona que tanto nos ha aportado, que tanto nos ha dado, he intentado, con mis palabras pobres, pero sinceras, tremendamente sinceras, que esta valiosa e increíble compañera regrese a celtiberia.net.
Y así se lo pido:
Me gustaría expresar mi tristeza y pesar por la marcha de GALAICA. Me ha conmovido intensamente tu emotiva despedida, y te doy las gracias por la directa alusión que hacia mi persona me haces. También me gustaría comunicarte desde aquí que reconsiderases tu postura de abandonar este foro (se ha tenido que abrir la versión dos tras más de 727 intervenciones en la anterior). Me gustaría que reconsiderases tu postura porque, aunque aquí nadie lo quiera reconocer, quizá por orgullo, nos has servido de mucho, nos has llevado a caminos desconocidos, a ver nuevos horizontes en este aburrido y tan poco seguido, como alguien ha dicho por ahí, 727 intervenciones, que se dicen pronto, de las lenguas indoeuropeas, de los indoeuropeos y de nuestros antepasados peninsulares.
Entiendo tu incomprensión, tu soledad amarga ante nuestros ojos espectantes a la espera de tus datos precisos, de tus palabras firmes. Entiendo también tu sentimiento de rencor hacia muchos de nosotros, de aquellos que nos hemos aprovechado de ti para acumular teorías, conocimientos que tu gratuitamente nos concedías, y que ahora muchos de nosotros los utilizamos, los esgrimimos como alarde personal.
Y porque somos miserables, Galaica, y porque somos injustos...y porque aquí, ¿cuántas veces lo has repetido?, nos abandonamos a la discusión egocéntrica, egoista, "priman los personalismos", como tu nos decías, antes de compartir en común los conocimientos que mayor o menor medida podemos ofrecer, y que tu, galaica, con bondad y desinterés nos ofrecías.
¿A quién le importas ya? Ya te hemos exprimido lo suficiente. ¿Cómo osa una vulgar y joven estudiante a refutarnos nuestras teorías, hipótesis, mi opinión? Asi somos, Galaica, desgraciadamente así somo aquí. En celtiberia.net. Te han dejado devorar porque estorbabas.
Pero quiero decirte, por último, Galaica, que en mi tendrás un amigo, y como amigo invisible que soy te ruego, ante el silencio generalizado de los que se han aprovechado de ti, de tus conocimientos, de los que ven en ti molestia y no fuente de conocimiento, te ruego y te solicito tu regreso aquí, porque aunque seamos cuatro nos bastamos para no sentirnos solos en nuestras inquietudes. Te ruego y solicito que regreses aquí a pesar de todo, de lo que aquí somos cada uno de nosotros.
Un amigo.
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UN HOMBRE DE TREINTA AÑOS PIDE LA PALABRA
Ante la Asamblea de los hombres ilustres
bajo el sol de este otoño dorado
con paso quedo y en mis ojos de tigre la justicia
sencillamente sin alharacas con lumbre apasionada
presento mi denuncia.
Vengo a hablar en nombre de los que tienen treinta años
de los que desde la cumbre de su juventud perdida
contemplan los restos del humano naufragio y el desorden del mundo
y en nombre de sus traiciones muertas yo os acuso, oídlo bien, a todos.
A vosotros: Ancianos que os dormisteis en el vals indefinido del idiota progreso
con un tufo burgués adocenado y falso y comíais chuletas bien sabrosas
mientras bajo vuestros galanteos tontos aullaba ya la boa viscosa
de la lucha terrible y el hambre por las calles en llamas:
en nombre de mi generación yo os acuso.
A vosotros: hombres de la entreguerra
que pisoteasteis impotentes la sonrisa de un niño
que quería nacer de tanta ruina ya
que olvidasteis demasiado pronto el llanto de los soldados
que baislasteis demasiado bajo las farolas borrachas de las huelgas
el charlestón y el sintrabajo
y que os regocijaba hasta el espasmo híbrido
la velocidad la prostitución la gran juerga social o totalitaria o aun parlamentaria democracia
y qué sé yo cuántas cosas más en la media cabeza del fiero agente de negocios
sin adivinar que las ciudades ofrecerían blancos tan hermosos
tan concretos para que un obús perfecto de la supertécnica
aplastara aquellas ilusas panaceas
en un charco de sangre donde iban a flotar pisoteadas
vuestras violadas vírgenes entre billetes inútiles de Banco
y que en el reloj del escaso hombre
ya no quedaba sino una media hora de vida suficiente
para fumarse un cigarrillo y yacer bayoneteado
por las inmensas llanuras entre escombros de tanques:
en nombre de mi generación yo os acuso.
A vosotros: los poderosos energúmenos los grandes señores de la culpa
los que con vuestra codicia más enorme aunque el cielo de tal hipocresía
arramblasteis con la mejor rapiña en el río revuelto
y que no fuisteis para vuestros hermanos
sino hoscos verdugos con sonrisa de lobo
y una estela de odios encendidos dejasteis
para mil años que vinieran y más:
en nombre de mi generación yo os acuso.
A vosotros: los universitarios sabios de la Luna los artistas leprosos
que fuisteis presa
por cobardes nefastos insípidos
por permitir que el espíritu fuera apresado como una zorra vil
en la trampa de los grandes capitanes de papel:
en nombre de mi generación yo os acuso.
A vosotros: los violetos los idealistas de la muerte
los que sumisteis al mundo en un fragor de horrores
creyendo crear un nuevo sol con vuestra pobre bola de sebo:
en nombre de mi generación yo os acuso.
A vosotros: los anónimos peones del salario misérrimo
que os abandonasteis en el sopor brutal
del vinazo y la patata cocida
a los que os entregasteis al fútbol y a los semanarios de crímenes
para no pensar
a los estudiantes irresponsables que gritaban heridos sin saber por qué
a los pacifistas enclenques que cerraban sus anos ante la tomadura de pelo
a los espirituales estómagos que nos hablaron tanto del infierno
a los profetas de grandes paraísos de chatarra
a las mujeres sin vergüenza que no querían parir hombres
a los indiferentes que tan sólo soñaron con sus bolsillos miserables
a los que con la flor en el ojal jugaron al ensayo
a los complejos sexuales a la pederastia
a la morfinomanía a la aventura política de porrazos y tente-tieso
perdidos putrefactos podridos de civilización de asco y de cine barato
estuvisteis malditos estaréis corrompidos por los siglos de los siglos
fuisteis rebaño propicio
cuando llegó la gran merienda de los ultimatums
lo mismo que lo seríais si tal momento llegara de nuevo
como parece ser así:
en nombre de mi generación yo os acuso.
Pero fuimos aprendiendo vuestra lección paso a paso:
cuando teníamos quince años cuajó en noches de terror y de asombro inaudito
entendiendo que ser hombre era estar dispuesto a sacar de la cama a su hermano
y asesinarlo cobardemente al borde de un camino
cuando teníamos veinte años supimos que era lícito todo
hasta destruir millones de inocentes por el hambre y el fuego
cuando teníamos veinticinco años conocimos también
que el perdón es inútil y los sueños más nobles
se pierden en el tiempo como un soplo de humo
y ahora con nuestros treinta años hemos comprendido tantas cosas...
tantas cosas que nos duele duramente aquí dentro
y que si tuviéramos que confesarlas moriríamos
de vergüenza y de rabia.
¡Ah! y de nuevo las bombas acechan nuestras pobres carnes maduritas
para sacrificarnos junto a nuestros hermanos más jóvenes
a quienes damos la mano en la tiniebla que golpea las persianas
de los que están de pie con estatura de despiertos.
Por todo yo protesto. Yo os denuncio. Yo os acuso.
Cogeré mi mochila con mi cara de cura
si me dejáis con vida
y huiré a las sagradas colinas junto al mar inmensamente nuevo
a leer a mis poetas chinos preferidos
y que el mundo tiemble por vuestros pecados y se arrase
mañana por la mañana.
1 de octubre de 1951
Miguel LAbordeta
No te conozco bien Galaica. aunque sólo tu nombre me inspira verdor, rocío, frescura, sencillez y hasta mis bajas pasiones; pero puedo atisbar cómo te sientes. Porque sé lo mezquinos que pueden llegar a ser los grupos humanos.
Yo pasé de ser un grano de arena en un grupo humano ( cuyo nombre no mencionaré), a la figura más destacable y sorpresiva del mismo durante un tiempo.
No sé si se asemeja a tu caso, pero a mí se me echaron encima cuando tuve tanto poder. Se me echaron encima igual que a Julio Cesar , a Bruto o Sertorio, pero mi tenacidad y mi amor por la verdad consiguieron que aquellos que quisieron arrastrarme con su partida se cayeran solos.
Sí, cayeron. Todos los brutos que, dormidos en sus laureles, se apostaban en la sombra, salieron a la palestra cuando vieron que aquel pequeño granito de arena se había transformado en roca , pero no pudieron conmigo y , finalmente, se tiraron solos por la borda y no pudieron arrastrarme, pues en el juicio que se me habrío salí inocente. ¡Encima fuí juzgado!, mientras que los zorros que se habían tirado por la borda fueron envueltos en un hipócrita manto de cariño para que regresasen, pero ya tenían otros planes y otro futura planeado desde hacía tiempo a pesar de llamarse leales.
Y a pesar de haber "vencido", salvando incluso al grupo humano de la destrucción a la que estaba destinado antes de que cayeran mis enemigos, muchos me dieron la espalda.
Pues aunque, en bambalinas, reconociesen que mi lAbor había sido "salvadora", de cara a la galería necesitaban un cabeza de turco que les eximiese de todo pecado.
Y aunque me "perdonaron" ( yo aún no he podido hacerlo) y me dijeron que mi Victoria no sería completa sino permanecía con ellos, decidí irme.
Decidí irme porque el gusto de la Victoria es amargo sino se tiene gente en la que creer para poder compartirla. Y también me fuí porque soy orgulloso y una vez que salí inocente del juicio al que fuí sometido, yo mismo decidí abandonar.
Pero hoy me arrepiento, porque a fín de cuentas ¿No era yo membresía de aquel grupo humano?
¿Qué importaba que aquellos que consideraba mis "leales" me hubieran dado la espalda cuando más les necesite, en el mejor de los casos, o se hubieran puesto del "bando contrario" en el peor de ellos, revolviéndose contra la mano que tanto había luchado por ellos?
¿Es que acaso ellos representaban al grupo humano más que yo? ¿Es que acaso ellos no eran de carne y hueso como yo y de igual modo prescindibles?
Sin embargo; me dejé llevar por mi pronto y me orgullo y abandoné, también lo hice para ver hasta que punto me seguirían algunos y ¡Qué gran decepción! Aquello ya no era una membresía, ni siquiera un grupo de amigos, sino un grupo de renombre en el que interesaba estar a toda costa y aún así...
Me arrepiento. No por ellos sino por mí. Porque al abandonar les dí la razón a aquellos que más me detestaban que me culpabilizaron de abandonar el barco cuando más me necesitaba, y no se daban cuenta de que el barco había sido reflotado por mí.
Resumiendo: Después de haber conseguido lo imposible ( en este caso, imagina que tu teoría fuera cierta) , que aquellos que perjudicaban al grupo humano se marchasen. De haber saneado y vitalizado todo. En definitiva; después de haber ganado la batalla, me rendí.
Quizás fuera la soledad de la Victoria... pero me rendí.
Tú, no te rindas Galaica. Hazlo por tí, no por nosotros.
No te rindas. Y que tu victoria se completa.
No he seguido demasiado atentamente el tema de las lenguas indoeuropeas porque superaba mi margen de tiempo, pero siento que ocurran situaciones así. Todos hemos tenido problemas en foros, de unos temas u otros, al final siempre existe en todos y cada uno un "comité de prohombres o sabios" a quienes no les gusta que las ideas mayoritarias o el esquema de funcionamiento sea cuestionado.
También se por experiencia que es triste tomarse un foro con toda la ilusión para luego comprobar que ni los amigos que has hecho en él son tales, ni muchas veces tu esfuerzo se ve recompensado ni tan siquiera con una palabra de ánimo, sino a lo sumo con desprecio.
Pero el error es abandonar algo que te gusta por ello. Un foro tiene la gran ventaja de que incluye muchos mundos diferentes, muchos temas distintos, y se trata simplemente de entrar a lo que te interesa y de hablar o tratar temas con quien quieres. Y punto. Desvivirse por un foro como si fuera algo tuyo es el problema, porque realmente ni es algo ni es tuyo.
No hagas las cosas porque las consideres tuyas o de tu incumbencia, sino porque creas que debes hacerlas, como decía Kant. Así no tendrás desengaños, tu recompensa estará en el haber hecho lo que sabes que debías hacer.
No abandones, Galaica, abandonar e irse es de cobardes...y si por algo se caracterizó celtiberia, desde Astapa hasta Sagunto, pasando por Amaya, Numancia o Calagurris, fue por no abandonar y resistir aún sabiendo que sólo se podía aspirar a la derrota. Pero es que para nuestros antepasados la dignidad tenía más valor que la vida, porque, al fin y al cAbo, ¿que satisfacciones proporciona una vida indigna y cobarde?.
Ánimo y a seguir
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