Autor: hartza
martes, 20 de junio de 2006
Sección: Lenguas
Información publicada por: hartza
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Algunos apuntes sobre Roma y la coexistencia de idiomas
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AcAbo de leer el artículo de jeromor "el último celtíbero" el sujeto de Tiermes es del siglo I.
Felicito a Hartza por el artículo.
Dice en una parte que existen pocas evidencias de que los romanos aprendieran lenguas vernáculas.Plutarco en sus Vidas Paralelas dice de Sertorio, hablando de sus primeras acciones bélicas contra cimbrios y teutones: " ... Sertorio se ofreció a hacer lAbores de reconocimiento entre las filas enemigas. Vistióse el traje de los celta y, aprendiendo las expresiones más comunes de aquella lengua para poder entenderse cuando la ocasión lo requieriera, se mezcló con los bárbaros. Y cuando hubo visto y OÍDO lo que le interesaba saber, volvió al lado de Mario".
Sin duda Sertorio tuvo que ser políglota. No cabe duda de que aprender en una noche los rudimentos del celta, tanto como para OIR lo que le interesaba saber, lo acredita. Su estrecho contacto con los pueblos de la península ibérica nos lo sugiere.
No creo que los romanos tuvieran especial interés en propagar su lengua, a no ser entre la aristocracia local. Esa lAbor les debía de parecer tan inutil como enseñar a hablar a un asno y, en consecuencia, no perderían el tiempo en esos menesteres.
Desde luego parece que Ovidio se deja arrastrar por el tedio y sin duda su curiosidad intelectual innata le llevó a aprender lenguas bárbaras. De no haber sido enviado al exilio no se hubiera preocupado por ello. En cuanto a San Ireneo y la monja Egeria, creo estaban impulsados por el arrebato evangélico y muy en línea con la política de la Iglesia, supongo que desde entonces, aprendían las vernáculas para extender mejor la fe cristiana. Un ejemplo de ello pudiera estar en los últimos hallazgos de Veleia-Iruña en los que, solo como conjetura, se puede decir que se trasmitía la fe en lengua vasca.
¡Jodo con el Tío Ireneo! No me lo habían presetado.
Aviso de antemano que prefiero un buen estozole o descocote, a la hoguera.
De la wiki:
Ireneo en varias partes de su obra se refiere a la oposición entre Caín y Abel.
Dios puso los ojos sobre las oblaciones de Abel, porque las ofrecía con sencillez y justicia; en cambio no miró el sacrificio de Caín, porque su corazón estaba dividido por celos y malas intenciones contra su hermano, según Dios mismo le dijo al reprenderlo por lo que ocultaba: «¿Acaso no pecas aunque ofrezcas tu sacrificio rectamente, si no compartes con justicia? Tranquilízate». (Gén 4,7 LLX: οὐκ ἐὰν ὀρθῶς προσενέγκῃς ὀρθῶς δὲ μὴ διέλῃς ἥμαρτες ἡσύχασον πρὸς σὲ ἡ ἀποστροφὴ αὐτοῦ καὶ σὺ ἄρξεις αὐτοῦ)
Caín, cuando Dios le aconsejó calmarse, pues no había compartido de modo justo con su hermano los deberes de fraternidad, sino que con envidia y maldad imaginó poder dominar sobre él, no sólo no se puso en paz, sino que añadió pecado a pecado, mostrando su intención con las obras. Llevó a cAbo lo que había planeado (Génesis 4:7-8): se impuso sobre él y lo mató.
El sacrificio de Abel es un símbolo del sacrificio de Jesús:
Dios sometió el justo al injusto, a fin de que el primero mediante su sufrimiento se manifestase como justo, en cambio el segundo mediante sus actos desenmascarase su injusticia... el Dios que los desenmascara no es culpable de ellos ni obra el mal.
No son los sacrificios los que purifican al ser humano, pues Dios no los necesita; sino la conciencia pura de quien lo ofrece es lo que santifica el sacrificio.
Aquí yo veo una lucha entre la agricultura y la caza al acecho, evolucionada a la vigilancia del territorio, en la que el santo se posiciona con la agricultura de los celtas. Amos, digo yo ...
Otra, muy buena:
Lucha contra el gnosticismo
La propagación del gnosticismo en las Galias inspiró en el obispo Ireneo el anhelo de defender el cristianismo de sus falsas interpretaciones. Estudió sus dogmas, lo que ya de por sí era una tarea muy difícil, puesto que cada uno de los gnósticos parecía sentirse inclinado a introducir nuevas versiones propias en la doctrina. Afortunadamente, San Ireneo era un investigador minucioso e infatigable en todos los campos del saber, como nos dice Tertuliano y, por consiguiente, salvó aquel escollo sin mayores tropiezos. Una vez empapado en las ideas gnósticas, escribió un tratado en cinco libros, en cuya primera parte expuso completamente las doctrinas internas de las diversas sectas para contradecirlas después con las enseñanzas de los Apóstoles y los textos de las Sagradas Escrituras.
Hay un buen ejemplo sobre el método de combate que siguió. Cuando trata sobre la creencia gnóstica de que el mundo visible fue creado, conservado y gobernado por seres angelicales y no por Dios, quien sin participación seguirá eternamente desligado del mundo, superior, indiferente, Ireneo expone la teoría, la desarrolla hasta llegar a su conclusión lógica y, por medio de una eficaz reductio ad absurdum, procede a demostrar su falsedad. Ireneo expresa la verdadera doctrina cristiana sobre la estrecha relación entre Dios y el mundo que El creó los siguientes términos: "El Padre está por encima de todo y El es la cabeza de Cristo; pero a través del Verbo se hicieron todas las cosas y El mismo es el jefe de la Iglesia, en tanto que Su Espíritu se halla en todos nosotros; es El esa agua viva que el Señor da a los que creen en El y le aman porque saben que hay un Padre por encima de todas las cosas, a través de todas las cosas y en todas las cosas."
es El esa agua viva que el Señor da a los que creen en El
No tengo ni idea de como será el Ródano, sus afluentes, sus valles, ni sus ollas (trampas), pero aquí ciertamente le está dando una importancia capital al agua. Os hago notar que Iruña Veleia está situada en la meseta interior del meandro del Zadorra, que es una tremenda olla. Que igual no...
¿Que mártires tenemos de aquellos años? ¿San Felices de Bilibio, no era discípulo de un tal san Saturnino? ¿Santa Engracia y sus 18 innumerables? ¿Como se llamaban aquellos cuyas cabezas bajaron el Ebro desde Calahorra y circunvalaron la península hasta Santander? ¿San Lamberto tenía viñas?
Cuanta duda nos manda el señor
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