Autor: exegesisdelclavo
lunes, 20 de febrero de 2006
Sección: De los pueblos de Celtiberia
Información publicada por: exegesisdelclavo
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VIAJE al País de las Montañas
Emblemático viaje a la luz de una verdad.
VIAJE AL PAÍS DE LAS MONTAÑAS
Yo, la exégesis del clavo, un simple ciudadano de a pie, una rata más en la ratonera de la gran ciudad, llena de tejemanejes absurdos y desproporcionados… tengo una doble vida.
Una identidad secreta que me convierte en aquel guerrero viajero y en aquel espiritual pensador celtíbero, recordando y pensando, guardando la memoria de nuestros antepasados y tratando de devolverles a la vida en sus mejores aspectos para recuperar algo de libertad, cultura y sentido común más allá de las llamas ardientes de la codicia y la vanidad.
Y partí. Partí con un avatar de la diosa Minerva al encuentro de Kaerkes, el gran hombre del bosque druídico, aquel bosque y esta, nuestra celtberia, lugares en los cuales nos pusimos ese nombre para indicar paciencia y sapiencia como druidas en Galia aunque quizá con otro significado.
Kaerkes recogióme a mí y a mi compañera en su carro y partimos lenta y tranquilamente, una noche acogedora, por en medio de las llanuras y los valles, hasta El País de las Montañas. Uno de los últimos reductos que no está rendido al invasor, y por otro lado, único lugar con ley, religión y cultura propias, un país en sí mismo, con madreñas rojas y curiosos ritos, rodeado de un paisaje singular y tremendo.
Fue increíble… cuando viajábamos por tierras prostituidas y conocidas por todos, charlábamos y no prestábamos atención. De repente, una bruma imposible nos hizo abrigo y no vimos nada. Pedruscos caían del cielo, y el carro rebalaba, no veíamos nada más que la bruma. Algo pasó en nuestra cabeza, nos sentimos más frescos, alegres y profundos… La bruma se dispersó, dando paso a una visión pasmosa… un sitio que no podía ser, pero que era. Su defensa era la bruma, nadie sabe ni sabrá jamás donde está. Avalon se le queda corto… allí sólo se entra con el corazón humilde, la cabeza pura y el consentimiento de los habitantes… la naturaleza hace el resto y la bruma mágica evita la muralla y la destrucción.
Cuando de madrugada llegamos, los habitantes del país nos saludaron acogieron. Kaerkes, que formaba parte del País de las Montañas ya hacía tiempo, nos presentó y comenzamos a charlar y compartir información humana importante y/u ociosa, y nos dimos después un paseo hasta bastante más allá del País, en una noche resplandeciente y mágica, magnífica y natural, cubierta con su edredón blanco y gordo, mullido, que nos hacía sentir en una cama enorme, y nosotros saltábamos alegremente sobre ella, y veíamos sin luz, y pensábamos sin darle vueltas a la cabeza… y sentíamos placer.
Nevaba, y más que mucho, bastante y constantemente. El paseo fue largo pero ligero. Volvimos para dormir y descansar del camino.
Llegó el alba y aquí se nos presentó este país, y su gran trasfondo, y con la luz del día, débil y azulada, nuestros ojos sufrían el resplandor de la eterna nieve que envolvía todo, pero nos dispusimos a conocer el País de las Montañas, como era menester.
Un café y muchas charlas tan interesantes y vetadas que jamás pondré aquí nos llevaron a conocer las famosísimas “mil madreñas rojas” que conformaban una anciana y vieja tradición en aquel País. Conocimos sus manjares, sus pastoreos trashumantes, sus ganaderías violentas, sus huertos internacionales (Kaerkes resultó ser un gran diplomático que conecta este País de ensueño con el resto de Países de ensueño del resto del planeta), sus proyectos de desarrollo para nuevas plantaciones o nuevos comercios sostenibles.
¿Cómo funciona en realidad este País? Preguntamos. Y nos lo mostraron.
Para empezar, la economía viene de cada uno, con sus relaciones internacionales y también usan plantas de "efecto aperturista" (ver foto arriba) para no tener que necesitar economía a mansalva. La ley afecta a la casa de cada uno, y cada uno cumple y hace cumplir su ley desde el respeto y la paz.
El avatar de Minerva, resolvió formar parte del cuerpo artístico del País, aprendiendo lAbores olvidadas que son las más productivas... y comunicando su espíritu con los árboles, que allí son hermanos.
Cuando esto falla, sobre todo refiriéndonos a un posible invasor externo, aparece el cuerpo de “guerreros de la montaña” o “Muyjardines”. Éstos guerreros aparecen de repente, y llevan espada de antenas, de hierro forjado, y como se ve, camuflaje urbano y de nieve, ocultan su identidad (como todo en este país por autodefensa lógica y contra jujaneos externos) y están armados hasta los dientes además de no conocer la piedad una vez que les han encomendado defender el País. También están un poco locos… nadie sabe muy bien por qué. Me alisté gustosamente y me recibieron con vino, comidas charlas, cerveza, retratos e insomnio.
Existe también, siguiendo con la ancestral jerarquía del País de las Montañas, una especie de orden sacerdotal-asesina llamada “Venerables de Aquellas Cumbres” o más informalmente los “HastalosHuevos”. Llevan Sagum y Kaerkes resultó ser uno de ellos.
Fumaban en largas pipas de madera, distintos tabacos, y no se les veía el rostro tampoco, como todo aquí.
Hicimos ritos consistentes en bailes con espada, guerras de nieve, y adoramos a un extraño dios que nos reconfortaba y que venía de lejos, y del frío.
Y, en fin, el tiempo se agotó... caímos en el letargo pero el País de las Montañas casi me deja allí parasiempre... cayó y sigue cayendo una nevada tranquilizadora de 80 cm. que todo lo salva y lo sanea. Jugamso con ella, hablamos hasta el confín de los tiempos, y en realidad, ahí fuera en el abismo, todo seguía a ritmo frenético aunque no había pasado más que un par de días.
Salimos de la bruma y lloramos, pero miramos al frente y decidimos volver... a seguir nuestra doble vida allí, nuestro otro yo que allí permanece... en un País mágico.
Y las cosas han cambiado, jamás volverán a ser igual. Y quién sabe, quién puede encontrar otro País del mismo mundo que este... o si son todos el mismo.
Desde luego, si no lo queremos ver... jamás lo veremos.
PD: Ya iré poniendo fotos, y supongo que Kaerkes también. Y más cosas. Por ahora, disfrutadlo.
Habitantes del País de las Montañas, os cedo mi espada, aquí teneis un amigo parasiempre.
Salud.
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