Autor: J.J.Guijarro
miércoles, 26 de enero de 2005
Sección: Roma y Grecia en Celtiberia
Información publicada por: J.J.Guijarro
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Miaccum: en busca de la mansio perdida
Los trabajos arqueológicos desarrollados por el Servivio de Arqueologia de Collado Mediano en el yacimiento de El Beneficio-Miaccum desde el pasado año han permitido localizar, tras un exhaustivo estudio arqueológico e histórico, la 'desaparecida' mansio de Miaccum.
Aquí ofrecemos a la comunidad un extracto de un trabajo científico más amplio que está a punto de salir a la calle.
INTRODUCCIÓN
No debían saber los Anticuarios de la Real Academia de la Historia que, desde 1917, entre las pilas de cartas, documentos y papeles del Gabinete de Antigüedades se encontraba la solución a los desvelos de muchos investigadores de la época y de muchos otros que tomarían su relevo en el ardiente estudio de la Vía romana 24 o de La Fuenfría.
En esa carta, con un sobre modesto dirigido al Padre Isla desde la modesta Parroquia de San Ildefonso de Collado Mediano, el párroco de ésta, D. Ricardo Fernández García, daba oportuna y exacta cuenta de los espectaculares hallazgos realizados en las cercanías del pueblo.
Mucho dudamos que D. Antonio Blázquez y Delgado-Aguilera supiese nunca de la existencia de esta carta. Su espíritu sagaz y el cariño y dedicación con que trató siempre a la Vía de la Fuenfría, pero sobre todo sus desvelos por situar de forma correcta las mansio de Miaccum y Titulciam, le habrían llevado a asociar de forma inmediata los hallazgos de Collado Mediano con esta importante vía. Así habría sido dado por zanjado, sin apenas comenzar, el problema secular que hoy nos ocupa y que también nos ha robado horas preciosas.
Queda para el anecdotario si algún tipo de enfrentamiento personal o enconamiento profesional llevó a José Ramón Mélida, entonces Anticuario Perpetuo de la Institución, a no ofrecer la información a Blázquez. Tal vez simplemente ni siquiera él mismo abriese una carta dirigida a un desconocido...cuando no a un difunto.
El Padre Isla de nuestra carta no puede ser otro que D. José Francisco Isla, fallecido en 1781. De ser así, difícilmente podría haber atendido a la modesta llamada de atención del Padre Fernández. No obstante, en la docta Institución, como en otras, la falta de personal, la desidia o el exceso de celo ha dificultado de forma notable el desarrollo correcto de los acontecimientos. Sirva tal vez este hecho como justificación.
No debe pasarse por alto tampoco que es precisamente durante la concurrencia de Mélida como Anticuario Perpetuo cuando el Gabinete de Antigüedades inicia una llamativa y acusada fase de disminución de su actividad (Almagro Gorbea, 1999).
El caso es que, este documento escueto pero sin desperdicio alguno, quedó relegado al olvido hasta que la reorganización del Gabinete sacó a la luz el Catálogo e Índices de la Comisión de Antigüedades de Madrid (Maier, 1998).
En el catálogo ésta era una carta más, pero para nosotros suponía un acicate especial pues desde 1997 dirigíamos el Proyecto de Investigación sobre poblamiento Neolítico y Megalitismo en la Comunidad de Madrid teniendo a nuestro cargo la prospección, entre otros términos municipales de la Sierra, del municipio de Collado Mediano. Es más, en ese mismo año habíamos sondeado, a la búsqueda de túmulos prehistóricos y por encargo expreso de la Dirección General de Patrimonio Histórico como Asistencia Técnica, un extraño amontonamiento de tierra, tejas, piedras y ladrillos en el paraje de El Beneficio, en ese mismo municipio.
El yacimiento resultó ser de cronología más reciente que lo encomendado en nuestra carta de encargo motivo por el cual se levantó un acta e informe preliminar del sondeo y se dictaminó lo que entonces se esperaba, que su cronología era histórica y no prehistórica.
Desde que tuvimos la oportunidad de leer la misiva del párroco de San Ildefonso jamás pudimos olvidar lo explícito de lo señalado. Por ello, movida la acción por la curiosidad y el buen hacer profesional, en la III Campaña del mencionado Proyecto regresamos varias veces al municipio con la intención de localizar el enclave señalado...siempre sin fortuna.
Pero la vida da muchas vueltas, y en arqueología más –eso lo saben bien quienes están leyendo estas líneas- y hete ahí que en el año 2002 gracias a la arqueóloga Cristina Ruiz y a algunos artículos que habíamos escrito sobre la zona según avanzaban nuestras excavaciones en el cercano dolmen de Entretérminos y las investigaciones de nuestra Tesis (Jiménez Guijarro, 1998;2000), llegamos de nuevo a Collado Mediano. Gracias a esta arqueóloga y al empeño de Juan Carlos Bustos, Alcalde de la corporación, conseguimos sacar adelante un Proyecto de Investigación y un Inem que en 2003 trabajaba, con ocho personas a pleno rendimiento en el municipio.
Ese fue el momento de los paseos, del tiempo para pensar...y de los quebraderos de cabeza. Así regresó la carta del párroco, como una leve brisa de invierno que acaricia fría la cara del arqueólogo avezado –que es el que está en el campo...y no el del despacho por mucho que alguno de mis maestros me lo hiciese creer durante años-. Así regresó la carta y las palabras de Don Ricardo tomaron voz, y allí, ante nosotros, por donde pasamos cien veces, donde yo mismo excavé años atrás, asomaban desafiantes las canteras someras del pórfido...y los ladrillos, y los muros y la argamasa...y las tejas...
La insistencia de algunos vecinos de Collado Mediano y el interés de la corporación municipal nos condujo, como un torbellino a un descubrimiento escalofriante. Allí estaba todo, removido, olvidado, con casi cien años a la espalda y una Guerra que borra memorias cuando no las aniquila. Ante nosotros las ruinas, tímido asomo de muro, se convirtieron en la vetusta Pompeya.
Claro, que la gente del pueblo, la que de verdad conoce los recovecos de la Historia –muchas veces porque forman parte cotidiana de ella- siempre tiene algo más de información de lo que parece. Sobre todo más información de la que de forma alegre pero inquisitiva les solicitamos los arqueólogos.
Quizás por ello aquellas personas tenían algo más de información...y en ella, con rigor científico y bisturí certero, basaba su empeño –que era mucho- en que centrásemos nuestras pesquisas en El Beneficio. Allí era conocido que habían excavado, cuando menos, un maestro de escuela allá por los 40 o 50 y D. Rufino Ortega, el penúltimo sacerdote titular de la Iglesia de San Ildefonso que con gran ahínco y desvelo, acompañado de una caterva de chavales, se había empeñado en arrojar algo de luz acerca de tan misteriosas ruinas. Intención puso mucha, pero debían de ser –como siempre- malos tiempos para la arqueología y nadie le hizo caso. Tal vez por aquellos felices años 70-80 la creencia de algunos arqueólogos de que un aficionado era un peligro había calado tan hondo que derivó en un incomprensible ostracismo hacia quienes más datos tienen siempre y con más desprendimiento y generosidad los comparten.
Perdió la Historia la segunda oportunidad para resolver el acertijo y El Beneficio, junto a Collado Mediano volvió a quedar arrinconado por la historia –así, con minúscula, que la de verdad, la de la H, no conoce de bajezas ni ostracismos- y vetado su acceso a la investigación arqueológica.
Con el permiso de excavación en la mano y un nuevo Inem de cinco arqueólogos en el bolsillo, hincamos el pico en la cima misma del montículo. Y digo pico porque la piqueta rebotaba sobre la tierra compactada que había dejado en herencia un circuito de motocross ilegal que pasaba literalmente por encima de los restos arqueológicos.
Tres días bastaron para que se empezasen a dejar ver los muros trabados con mortero de cal, las tejas curvas, los ladrillos de hypocaustum, los bipedales...y algo más tarde las sigillatas y las cerámicas de cocina. Nuestro júbilo era total. Un poco más y allí estaban también los restos humanos a los que se refería la carta de Don Ricardo, y un sin fin de muros que delimitaban, día a día estancias, accesos, derrumbes, hornos...
Por entonces el Ayuntamiento había establecido las pautas básicas de trabajo y tomado tan en serio las recomendaciones de su recién estrenado y flamante Servicio de Arqueología que procedió al cierre de la zona. La restricción del paso hizo un bien inmediato que pocos han sabido ver: ya no hay motos...y eso es una victoria, porque algunos aficionados al campo motorizado –que se disfruta de otra forma- no comprenden que la libertad de uno acaba justamente donde empieza la de los demás. Gran acierto celebrado con pocas alharacas pero que yo quiero reconocer públicamente desde aquí. Luego se cerró el recinto destinado a la excavación para permitir una mayor protección y el desarrollo cómodo de los trabajos hasta hoy y esperemos que mañana también.
NUEVOS HALLAZGOS EN TORNO A LA VIA 24
Estudiado con detenimiento, el Itinerario de Antonino, aún cuando no deba ser considerado una especie de Biblia oficial de la caminería romana –¡ay, si supiésemos de veras con cuántas páginas originales se escribió ese otro magno libro!- no merece el ultraje de tacharlo de incompleto o poco cuidadoso tan sólo porque lo que dice no se acomoda con nuestras expectativas.
Así, Saavedra, uno de los máximos especialistas en caminería romana de fines del siglo XIX, había señalado entre Segovia y Miaccum la clara omisión de una mansio que él creía haber localizado en el Ventorrillo del Duende, a tres kilómetros de Guadarrama (Saavedra,1862). Aún no se había establecido como seguro el tránsito a través de la Fuenfría y ya, para que los cálculos encajasen, se había supuesto la falla del Itinerario.
Con estas noticias y conocimientos D. Antonio Blázquez se dispuso, desde 1906, a buscar el paso serrano que conectase, siguiendo el Itinerario, ambas mesetas. Fruto de estos desvelos fue el hallazgo por parte del avisado ingeniero de montes, D. Alberto Martínez, de un miliario en las proximidades del Puente de la Venta [de Santa Catalina] de Cercedilla.
Gracias a este célebre y bien conocido hallazgo quedó demostrada la existencia de un trazado viario que desde Segovia, a través del Puerto de la Fuenfría, bajaba hacia las tierras de la Meseta Sur pasando por Miaccum.
Blázquez, como muchos otros investigadores, tomó en su primera publicación por válida la conjetura de Saavedra acerca de la carencia de una mansio y situó Miaccum en las proximidades de Madrid, a orillas del Arroyo Meaques (Blázquez, 1911). Erró el sabio en la situación de Albucella en Villalba como bien rectificó con posterioridad (Blázquez, 1912) y pensamos, como han señalado numerosos investigadores, entre los que queremos destacar a G. Arias, también erró en la situación de Miaccum.
Lamentablemente la transcripción del miliario que publicó Blázquez no era muy completa debido a la extrema dificultad para leer el campo epigráfico. Un trabajo exhaustivo de Ruiz Trapero, de Santiago y Olmos (2001) ha venido a arrojar algo de luz al respecto. La lectura que ellos dan, basada en la de Stylow (1994) y con la que tras revisar la pieza estoy de acuerdo, es la siguiente:
[-]CO +
[-]DECIO LG AVG PR P
[-]+ P XVII
Se advierte la discrepancia entre las lecturas de Blázquez y estos últimos autores en la tercera línea, donde el primero de ellos leía C [-] VII, interpretándolo como el VII Consulado de Vespasiano.
No es mucho, pero es suficiente para trazar una hipotética adscripción a una restitución de piedras miliarias y tal vez mejora de parte del trazado por parte del gobernador de la Hispania Citerior, C. Messius, Q.L. Decius Valerianus –luego emperador Decio Trajano-. El miliario estaría dedicado a Maximinus Augustus y a Maximus Cesar y podría datar de los primeros meses del 238 d.C.
Sabemos de la existencia de otro fragmento de miliario, más reciente, tal vez del siglo IV, recuperado junto al anterior (Ruíz Trapero et alii, 2001:223). Por tanto es de suponer que un camino construido en el siglo I o II d.C., cuyos miliarios fueron restituidos en el siglo III d.C. estaba en funcionamiento aún en el siglo IV d.C. bajo dominio romano.
No es este momento para tratar con detenimiento la implicación de este tipo de miliarios y su relación con el proceso de romanización de la sierra madrileña. Será algo sobre lo que incidiremos en próximos trabajos.
Pero sabemos también algo más trascendente: desde el Puente donde se recuperó la miliaria de Cercedilla hasta una de las dos mansio señaladas por el Itinerario –Segovia o Miaccum- había XVII millas.
Blázquez señaló al respecto que no podíamos fiarnos de que la lectura de millas, en caso de serlo, fuese correcta, ya que podía hacer referencia, como en otras ocasiones, a las millas medidas desde dos o hasta tres mansio anteriores. En el caso de Cercedilla esto me parece absurdo, pues si hay un verdadero lugar, como veremos en un momento, donde son necesarias este tipo de indicaciones, es en un puerto de montaña. La disyuntiva reside en si uno asciende o no el puerto y dónde dirigirse a pernoctar.
Es en cierto modo lógico pensar que esta mansio se tratase de Segovia. Para llegar a esta conclusión nos basamos en varios datos. En primer lugar sería lógico que al inicio del ascenso del puerto se señalase la distancia hasta la siguiente posada, que sería Segovia, al otro lado de la Sierra. No debemos olvidar que el tránsito de este tipo de vías no debía ser un viaje de placer y que atravesar tierras poco pobladas y quizás mal defendidas podría resultar harto arriesgado. Ni qué decir tiene lo que debía suponer hacer ese trayecto en pleno invierno cuando a uno aún se le ponen los vellos erizados al pensar en atravesar Navacerrada tras unos días de nieve.
Por otra parte, si tenemos en cuenta que la distancia entre Segovia y Miaccum, según el Itinerario es de XXIV millas, quiere decir que desde ese miliario hasta la otra mansio debía haber VII millas. A la vista de este dato inequívoco es imposible que el miliario se refiera a Miaccum. Sin embargo si es a Segovia a quien se refiere, las millas –empleando la milla de 1480 metros o la de 1666 metros- se ajustan bien al recorrido real. Si pensásemos que desde el miliario hasta Miaccum había XVII millas –algo que a algún municipio podría interesarle-, sería obligatorio que desde él hasta Segovia hubiese VII... y eso no ocurre ni siquiera trazando el camino en línea recta.
Por ello, desde el puente del miliario hasta Miaccum debe haber VII millas, esto es, 10’36 kilómetros tomando la milla de 1480 metros o un máximo de 11’66 kilómetros tomando la de 1666 metros. Así, la situación de Miaccum no puede superar esta extensión máxima en línea recta. Curiosamente El Beneficio queda perfectamente comprendido en esa misma distancia, mientras que otra de las pretendidas candidatas a situar esta mansio, allá por las tierras de Collado Villalba, en las proximidades del Arroyo del Guatel (Arias,1987), y en cuyas cercanías se recuperaron algunas aras votivas (Ruíz Trapero, 2001), queda fuera del límite máximo de distancia tomada en línea recta –que ya es de por sí irreal-.
Gonzalo Arias (1987) ya situó hace años, en una de sus interpretaciones al camino de la Vía 24 y al Itinerario, Miaccum en El Beneficio. Aunque también lo hizo en El Cerro de El Castillo, donde damos fe cierta de la inexistencia de restos arqueológicos. Sí los encontramos nosotros hace años en cambio en El Jaralón (Jiménez Guijarro, 2000), consistentes en restos de cerámica y sílex correspondientes al Calcolítico-Edad del Bronce y posiblemente a la I Edad del Hierro a juzgar por la tipología de algún elemento de molienda descubierto en fechas recientes.
De El Beneficio se sabía lo que Arias recogió en los años 70. De estos datos, sin más evidencia, se colegía la existencia de un emplazamiento posiblemente romano sin más. Seguramente el peso de los descubrimientos realizados en las inmediaciones del Arroyo Guatel, incluidas las evidencias romanas, hicieron que la balanza se inclinase a favor de la creencia de que, de haber una mansio, debería estar allí. Nosotros mismos lo hemos pensado varias veces y tan sólo hemos llegado a la conclusión de que hubiese cierta relación entre la ‘posada’ de El Beneficio y un asentamiento mayor en las proximidades del Guatel. Pero aún está por determinar la verdadera entidad de los restos villalbinos.
Antes, y quizás fuese este dato el que condujo a Arias a Collado Mediano en sus andanzas provechosas, Blázquez y Sánchez Albornoz (1920:10) ya habían señalado la existencia entre los términos de Guadarrama y Collado Mediano (...)por donde va la cañada de ganados, a unos 500 metros de la actual carretera, existe el llamado pajar de La Puerta Latina. Dato interesante sobre el que casi nada hemos podido averiguar.
Hoy el panorama ha cambiado bastante. Desde que se iniciaron las excavaciones arqueológicas en El Beneficio-Miaccum en Julio de 2004 el creciente número de restos recuperados, la clara concentración de los mismos en un tramo temporal muy determinado y la existencia de tres fases de construcción sucesivas –cronológicamnete similares a los pretendidos tres momentos de construcción y reparación del camino de La Fuenfría- nos han llevado a la conclusión de que El Beneficio-Miaccum no puede ser más que la evidencia de esa mansio perdida y hoy felizmente hallada.
El edificio hallado presenta una estructuración peculiar en torno a unos baños modestos a los que se anexan áreas de servicio y un tramo de vial empedrado que le da acceso. No estamos ante una villa o lo que arquitectónicamente se esperaría que lo fuese. Más bien, todo lo descubierto hasta la fecha parece señalar hacia una edificación muy concreta y funcionalmente estructurada para la prestación de un servicio determinado.
La problemática principal del estudio de los trazados viarios romanos en la Península Ibérica, y en especial en zonas que como nuestra Sierra Norte no parece prolija en yacimientos –o tal vez en hallazgos- reside en el hecho de que, durante casi un siglo, cualquier tímida aportación hacía variar , de forma indefectible, el trazado de las vías.
Desde la famosa creación de Titulcia –la ficticia y moderna, que no la de origen romano- y el establecimiento de la igualdad entre el Arroyo Meaques y Miaccum por esa curiosa validez –un tanto problemática no obstante- de la asimilación fonética, se han sentado verdades como catedrales que, hoy por hoy no se sostienen. Razón tenía el afamado Albert Einstein cuando señalaba que en este mundo nuestro es más fácil desintegrar el átomo que un prejuicio. En Arqueología a veces desmontar lo que se ha tenido por cierto, por falaz e imaginario que esto fuese, supone una crítica acérrima.
Hoy, al fin de nuestro primer acercamiento a la temática viaria, y sin negar el enorme valor que el trabajo de muchos otros que nos han precedido supone, podemos señalar que, como diría Don Santiago Ramón y Cajal, no hay más religión que la de los hechos. Y hechos, lo que se dice hechos hay pocos fehacientes que sustenten el andamio de lo construido en torno al trazado viario de la Sierra de Madrid.
Tenemos la evidencia de un posible miliario localizado por Blazquez y Sánchez Albornoz (1920:11) en el camino de Torrelodones a Galapagar, en las proximidades del Puente de La Alcanzorla. Es no obstante piedra anepígrafa y dada a la confusión si tenemos en cuenta la presencia de algunas piedras similares en los trazados carreteros de época de Felipe II. Tampoco tenemos más evidencias que las dadas por estos investigadores para pronunciarnos a favor o en contra de la atribución. Para nuestro estudio no resulta muy relevante al carecer de epígrafe pero sí resulta factible que el camino descendiese hacia las tierras llanas de Las Rozas por este lugar.
Sabemos algo más. Miaccum no debió ser más que una posada de cierta importancia, eso sí, dada su ubicación en el acceso al paso de sierra. En cambio a Titulciam, la mansio siguiente en la Via 24 según el Itineraio, debe suponérsele una importancia mayor puesto que debió ser un nudo de comunicaciones que enlazaba los trayectos de las vías 24, 25, 26 y 29.
Hay que preguntarse de nuevo si es realmente necesario que cada mansio fuese en realidad algo más que una posada en el camino y si realmente es necesario que surgiese en torno a ella –en proximidad inmediata- una gran población. La respuesta es clara a la luz de las evidencias.
Pero tenemos algunos datos más de cierta relevancia. En primer lugar que parece existir una clara relación entre el trazado del viario romano y la existencia de un camino previo de origen indígena. No es gran descubrimiento este sobre el que ya han dado su opinión numerosos investigadores, pero sí permite suponer la existencia, en las inmediaciones de algunos de los principales puntos de parada en el trayecto, de restos de poblaciones indígenas. No en vano el comercio y en ocasiones la defensa también les incumbía a ellos. En algunos sectores del Sur de la Comunidad de Madrid este dato no es significativo, pero en el sector serrano, que tenemos la certeza acusó una población menor y quizás más tardía, sí presenta visos de ser un dato relevante.
Pero aún tenemos más. Mediante la técnica de localización que hemos empleado en nuestra investigación, hemos decidido seguir la regla de las distancias máximas de radio. Según esta y basándonos en los datos del Itinerario, hemos trazado una serie de círculos y arcos de círculo desde los puntos seguros y otros, provisionales, desde los lugares posibles de localización (Fig.1).
En esta regla, aún cuando no pueda aplicarse de forma tajante a todos y cada uno de los casos, hemos detectado que suele cumplirse el hecho de que la localización de las mansio no excede el arco máximo de radio. Como es de esperar, al contrario, las mansio suelen situarse dentro de este radio máximo, entre 2 y 5 kilómetros –a veces más, variando de la orografía- al interior del límite.
Este hecho, que creemos puede entenderse como una suerte de norma de límites, nos ha servido de apoyo a la hora de establecer la situación de algunos puntos del trazado y sobre todo para la confección de un mapa, creemos que más aproximado a la realidad, del sistema básico de viarios romanos principales. No entraremos de momento en los ramales secundarios, vías transversales, etc. puesto que es un tema que excede lo planteado en esta primera aproximación y sobre el que ya se está preparando un concienzudo estudio.
EVIDENCIAS MATERIALES
Respecto a los datos, como se ha señalado, tenemos que en El Benefico-Miaccum hemos empezado a desenterrar los restos de un edificio singular con un sistema termal modesto, un área de cocina y servicios, y lo que es más importante, una vía empedrada de servicio que daba acceso a las instalaciones.
Las evidencias constructivas, como señalamos antes, evidencian de momento tres fases constructivas. La primera, datada en el siglo I-II d.C. y por completo desmantelada, una segunda, que muestra ciertas variaciones en planta respecto a la fase anterior, datada entre los siglos II y IV d.C. –y que debe considerarse la fase más activa o importante a juzgar por los restos hallados y la entidad de las construcciones-, y una última fase, muy tímida, que reacondiciona espacios y estancias de la fase anterior y parece centrada en un área de servicios –tal vez un sector metalúrgico- asociada a un sector muy concreto del recinto. Esta fase se data en el siglo IV-V d.C.
No deja de ser curioso también que estas fases, como ya quedó dicho se asocien de forma directa a las diferentes fases de construcción, uso y reparación del camino romano. No en vano la mansio era por lo general un establecimiento público regido por un oficial mansionarius, con lo cual sería de esperar que en las diferentes reparaciones se efectuase también algún tipo de intervención en este tipo de establecimientos.
Resulta curioso que en el caso de El Beneficio-Miaccum las dos primeras fases constructivas han deparado evidencias de una destrucción que dio paso a la renovación de las instalaciones. Quizás esta persistencia en el establecimiento –aún dada la aparente inseguridad- se debiese más que nada al hecho deque no podía o debía ser trasladada la edificación a otro lugar. Este hecho corrobora nuestra tesis de que estemos ante una verdadera mansio cuya ubicación exacta cumplía un papel de cierta magnitud.
EL ‘NUEVO’ TRAZADO DEL ITINERARIO
Sobre el Itinerario, y de forma más concreta sobre su paso a la cartografía, han corrido ríos de tinta y sin duda seguirán corriendo aún. La arqueología, como base documental de la construcción secuencial y cultural asociada a la Historia es una ciencia que demuestra así su imperfección. Pero visto desde un aspecto positivo, esta misma falibilidad es la que permite el avance científico.
Por ello, basándonos en lo ya escrito y sin recurrir a un nuevo planteamiento minucioso y exhaustivo de cada uno de los tramos a los que se han dedicado con ahínco otros colegas, nos permitimos presentar las conclusiones fundamentales a las que nos conducen los estudios que, en torno a Collado Mediano y al yacimiento de El Beneficio-Miaccum, estamos llevando a cAbo.
Hemos visto cómo hubo, años atrás, algunas aproximaciones acerca de la importancia que Collado Mediano pudo tener en la Antigüedad Romana. Para A. Blázquez y Sánchez Albornoz el paso de la Vía 24 por las tierras del municipio, coincidiendo en gran medida con lo que siglos después sería la cañada de merinas y el Camino Viejo de Segovia, era cosa cierta.
Más acertado fue el planteamieto de G. Arias quien llegó a señalar, por vez primera, la posibilidad de que Miaccum fuese El Beneficio. Sus trabajos fueron los que nos hicieron reflexionar en profundidad acerca de esta cuestión.
Sin duda si estos investigadores hubieran conocido la carta del párroco de San Ildefonso o hubiesen tenido la oportunidad de llevar a cAbo las pertinentes excavaciones arqueológicas hubiesen llegado a la misma conclusión que nosotros.
Visto que no hay demasiados problemas para hacer coincidir las distancias que unían Segovia-Miaccum y sobre todo las que iban desde Miaccum hasta el miliario de Cercedilla, podemos señalar que la Vía 24 ascendería la falda Norte de la Sierra de Guadarrama hasta el Puerto de la Fuenfría. De allí descendía la ladera Norte, paralela al Arroyo de la Venta, lugar en cuyas proximidades -a 700 metros del Puente de la Venta de Santa Catalina- apareció la referida piedra miliaria (Blázquez, 1911).
Hasta aquí las evidencias del camino no dejan lugar a dudas. Si tenemos en cuenta los datos que sobre la presencia de tres posibles piedras miliarias situadas en las tierras de Guadarrama recogieron Blázquez y Sánchez Albornoz (1920:10) el camino podría pasar por las proximidades del Egido de Guadarrama y cercano a la linde con las tierras de Alpedrete.
Aquí empiezan –y continúan- las posiciones encontradas. Unos hacen coincidir la Vía 24 con una pretendida Vía de La Machota (Arias, 1987:380), bajando el camino desde Cercedilla directo por Los Molinos y Guadarrama hacia El Escorial. Impensable según nuestra opinión para una vía principal.
Para Blázquez y Sánchez Albornoz el camino, desde el miliario de la Venta de Santa Catalina, bajaría siguiendo el cordel de ganados, quizás por la denominada Puerta Latina (Ibidem, 1920:10), cercana a la Venta de ‘La Serranilla’ o de los Pajares de San Juan (Espinosa Montalvo, 1996:198) en tierras de Collado Mediano. Desde aquí descendería por el cordel ganadero limitando los términos de Alpedrete y Guadarrama. Está claro que el camino no iría en dirección Oeste, pasando por Los Molinos y Guadarrama.
Nosotros consideramos que el itinerario, desde el miliario de Santa Catalina descendería paralelo al Río de La Venta, pero por su margen izquierda –según su curso natural de descenso- por el camino viejo hasta las proximidades de la Ermita de Santa María y hasta el interfluvio de este Arroyo con el Río Puentes.
No tiene sentido que el camino romano cruce el Río de la Venta por el puente de Santa Catalina o de la Venta para tener que volver a cruzarlo una milla aguas abajo. Además, el pretendido paso del camino por Los Molinos y Guadarrama es ilógico puesto que en ese trazado es obligado que la vía atraviese no sólo el mencionado río, sino todos y cada uno de los arroyos que desde La Peñota descienden para desaguar en el Guadarrama.
Proponemos que el trazado siguiese, tras cruzar el Río Puentes paralelo al Cerro de la Peña del Sol, por el Collado de la Peña del Guijo y en la ladera de Jarahonda, paralelo siempre al Arroyo de La Ventilla hasta los Pajares de San Juan. Este es el camino que seguía el cordel ganadero tal y como señala J. Espinosa (1996:199) y el que conducía al Puerto de la Fuenfría hasta el Siglo XVI.
De aquí partiría un camino de dos millas de longitud que llevaría hasta la mansio de Miaccum, lugar de parada tras el descenso del Puerto de la Fuenfría.
Desde aquí la vía continuaría, tal y como la describieron Blázquez y Sánchez Albornoz (1920), por el cordel de ganados, siguiendo en parte el trazado del Camino Real y siempre paralela al Arroyo de Los Linos por Fuente Vallejo y Los Labajos.
El camino seguiría hacia Galapagar atendiendo a los importantes hallazgos epigráficos y romanos localizados en torno al kilómetro 40 de la vía férrea (Ruíz Trapero, 2001), los restos de calzada empedrada recuperados en el seguimiento arqueológico de las obras de Casrrama (J.M. Rojas, com. per.) en las proximidades de Galapagar, las evidencias romanas de esta localidad, y sobre todo el posible miliario localizado por Blázquez y Sánchez Albornoz en la carretera de Torrelodones a Galapagar, en el paso sobre el Guadarrama y al que antes se hizo alusión.
Una vez superado el Guadarrama a la altura de Torrelodones el camino descendería paralelo a la margen izquierda de este río. Según nuestros cálculos la siguiente mansio se encontraría situada en el interior de un triángulo hipotético con vértices en las proximidades de Torrelodones al Norte, Fuencarral-Alcobendas (proximidades del Arroyo de la Vega) al Este y Ventorro del Cano-Arroyo de Los Meaques al Sur.
Este límite máximo viene indicado (Fig.1) merced a la regla de los radios máximos por la distancia que el Itinerario establece (Tabla 1) entre Toletum-Titulciam, Miaccum-Titulciam y Complutum-Titulciam. Por el trazado y la orografía consideramos que la mansio de Titulciam podría haber estado ubicada en las proximidades del paraje denominado Casa Quemada, situada entre Las Rozas y Pozuelo. No obstante esta no es más que una ubicación aproximada y en cierto modo arbitraria.
Lo cierto es que la localización de la mansio de Miaccum nos permite no sólo ubicar de forma muy aproximada Titulciam, sino que a su vez parece corroborar la ubicación de la mansio de Vico Cuminario –perteneciente a la Vía 29- en las inmediaciones del Caserío de Milla, al Sur de Quijorna. Este hecho revalida la hipótesis de que el camino de la Vía 29, como era lógico pensar, viniese desde Extremadura por las tierras abulenses, en un trayecto similar –cuando no coincidente- con las actuales carreteras CL-501 –por Santa María del Tiétar como acertadamente señaló G. Arias (1987), M-501 por Chapinería y al Sur de Quijorna y Brunete por el Caserío de Milla (ubicación de Vico Cuminario) y por Boadilla del Monte hasta Casa Quemada o el Ventorro del Cano (ubicación de Titulciam).
Además el perfil definitivo de los caminos queda menos sinuoso y zigzagueante que lo que se pensaba hasta la fecha. Los pasos de ríos y arroyos se minimizan –como es lógico en una obra en cierto modo concebida de modo previo y planificada- y se acierta a entender cómo el camino romano, al menos en el sector serrano parece seguir un itinerario anterior que pasaba al pie de numerosos castros y asentammientos de grupos indígenas.
REFERENCIAS MILES DE PASOS
Miliario Santa Catalina-Miaccum 7
Miliario Santa Catalina- Segovia 17
Segovia-Miaccum 24
Miaccum-Titulciam 24
Titulciam- Vico Cuminario 18
Tabla 1- Distancias validadas para la ubicación de las mansio.
CONCLUSIONES
En lo esencial el descubrimiento de la mansio de Miaccum en el yacimiento de El Beneficio no viene a suponer más que una confirmación de cuatro extremos:
A- El Itinerario, aún cuando deba ser considerado con cautela, no presenta en el trazado que nos interesa un error tan grave como es el de la omisión de una mansio. Por ello, a la luz de los datos no es necesario añadir milla alguna al mismo.
B- El trazado fundamental de la Vía 24 discurre por un camino que, a juzgar por los asentamientos indígenas ya estaba en funcionamiento en época prerromana.
C- No es necesario recurrir a empalmes ni a nuevos trazados viarios de dudosa veracidad que demuestren que el camino va por donde uno quiere hacerlo ir.
D-Las mansio no siempre se corresponden con ciudades ni dieron lugar a grandes asentamientos a su alrededor. Visto de otro modo, un lugar prolijo en hallazgos tal vez no sea el emplazamiento ideal de una mansio intermedia. Tal vez sí de una coincidente con un cruce de caminos.
El plano que hemos elAborado es el esqueleto principal del trazado viario que señala el Itinerario. Por supuesto no debe pensarse que estos eran todos los caminos que el Imperio estableció y empleó en nuestro solar. Es más que probable, y las evidencias así vuelven a demostrarlo, que existiese una red de caminos secundarios asociados a las posadas que facilitasen el tránsito a lo largo y ancho del territorio.
Así, merced a las evidencias arqueológicas puede suponerse una derivación en dirección Este-Oeste que enlazase Miaccum con Arriaca a través de Colmenar y Talamanca. Gracias a este camino, con evidencias materiales a su paso por El Boalo, Manzanares y Colmenar el viajero se evitaría la obligación de descender la ‘rampa de Galapagar’ para ascender de nuevo a la búsqueda del camino de Caesaraugusta.
Debemos ser cautos no obstante ante la multiplicidad de caminos. Sin duda muchos de ellos debieron estar en funcionamiento en época romana pero supeditados en un principio –siglos I-II d.C.- a los trazados principales.
Solucionado uno de los problemas principales del trazado viario romano original en la Sierra de Madrid, es hora de ponerse manos a la obra con la búsqueda de las vías secundarias y con ambas evidencias tratar de superar esta etapa de erráticas búsquedas, para destinar el tiempo al estudio concienzudo de la incidencia de la romanización en el área serrana madrileña, la importancia del comercio, los establecimientos militares, el crecimiento de grandes asentamientos y el por qué de sus emplazamientos, etc.
Los trabajos iniciados en Collado Mediano arrojan datos de interés, pero sobre todo están abriendo al equipo encargado de su estudio interesantes vías de interpretación para algunos de estos interrogantes. Es necesaria, no obstante, la publicación de trabajos de otros equipos y otras áreas para poder llegar, en un futuro próximo, al establecimiento de teorías globales tan necesarias hoy en día.
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Ah, por cierto. el año pasado se publicó por fin el miliario depositado en el calAbozo de Galapagar, que encontró Guillermo Kurtz hace más de 20 años y aparecido en el propio casco de la villa, que demuestra que la vía pasaba por el centro de ella. Sería muy interesante que subieras las imágenes de las que hablas en el artículo, para hacernos una idea de los trazados que propones.
Salud a la comunidad.
Estimados davinchy y Jeromor...
Dificil contestar. En primer lugar, siento la tardanza...como en todo -incluidas las investigaciones que durante los últimos 12 años llevo realizando- me gusta meditar y evitar el verbo fácil y caliente que con su vaho empeña a menudo el entendimiento.
Gracias por vuestros comentarios útiles en su mayor parte. Vamos por tramos, como las calzadas (y prefiero los tramos cortos, como los de las Vias romanas del interior de la Península.
Muchos novios sí...pero como se dice en el artículo parafraseando a Don Santiago Ramón y Cajal... "religión de los hechos". Y hasta ahora, en arqueología ésta es la de las excavaciones. Con muchos meses de trabajo a la espalda y muchos miles de fragmentos estudiados nos hemos lanzado -sin apresuramiento en contra de lo que crees ver- a la palestra.
Respecto al hallazgo inesperado...¡hombre, no del todo, te lo puedo asegurar!, pero eso es harina de otro costal...
Respecto a las fuentes, si lo deseas puedo enviarte la lista bibliográfica total de las consultadas -algo más que internet...porque el saber, por desgracia sigue estando casi exclusivamente en las bibliotecas-.
Gracias por las referencias al Miliario. Las usamos y aunque no estemos de acuerdo al cien por cien con G. Arias, compartimos varias hipótesis...otras no tanto. Respecto a las bibliotecas a las que puedo acudir...prefiero no contestar (puedes imaginar por qué. Me parece inesperado y extemporáneo el comentario.
Sobre Carlos Caballero, gran especialista con quien tengo la gran fortuna de contar con su amistad...han sido varias las conversaciones en las que he podido deleitarme con su extenso conocimiento de la caminería y del mundo romano. Que no estemos de acuerdo en todo no quita que le tenga un respeto enorme. Me vuelve a parecer fuera de lugar el tema de la bibliografía, máxime cuando no sabes realmente la formación del autor o las fuentes consultadas por el mismo en su investigación. También llevo más de diez años trabajando en la Sierra...como especialista, no como diletante aficionado.
Respeto mucho tu postura y de sobra es conocido el fantástico trabajo que realizaste junto a I.Moreno sobre la Fuenfría. Pero es una obra más, como esta. Ni lo que planteo es dogma, ni lo que plantean otros debe serlo. (Creo yo). Así es el juego del avance de la investigación ¿no?
Respecto al Benefico...Ojo, no es roma todo lo que brilla. Hay más Historia que la de la Antigüedad y podría remitirte a cientos de obras acerca del tema de los Beneficios... Prefiero dejar paso en breve a otro druida que seguramente podrá ofreceros algo interesante al respecto. Cuidado con el uso alegre de las 'reducciones' linguísticas.
Lo de los problemas del Itinerario y sus distancias me permite remitrite a una nueva y atenta relectura del artículo... ¿Tiene que haber siempre un problema cuando no encajan las cosas como queremos?. Esa es una postura especulativa y mecanicista. Por cierto ¿cortas?...en relación a qué. ¿a las 17 millas que separan en la Via 1 Legio VII y Alamonte, o las 22 de Apte Iulia y Cavellione?...¿o tal vez las 9 que separan Orripo de Hispali en la Via 7?...¿o será por las varias decenas de casos mas que podría enumerarte?. Prefiero recomendarte una relectura detenida de todo el Itinerario...no solo de una parte. Es gratificante y de mucho interés. De otro modo nuestro diálogo solo conseguirá confundir.
En contra de lo que señalas, ese tipo de 'cortas distancias' son la tónica general del Itinerario...y te aseguro que en un mundo sin vehículos a motor tiene su explicación sencilla.
El artículo de Beltrán Ortega es muy bueno. Hace una gran síntesis de la arqeología de la Sierra y pone al día muchas cosas de interés. Siento que su nombre no haya aparecido en el texto que remití porque considero su trabajo una notable lAbor de búsqueda bibliográfica (consultando incluso algunos artículos en inglés que tuve la ocurrencia de escribir hace años).
Entro en lo más gracioso para terminar y no aburrir mucho. También para posicionarme y dar paso a otros colegas.
Se te olvidan grandes especialistas como Roldán Hervás -que sí lo es, te lo aseguro en vías romanas- o D. Fernández-Galiano, que tampoco se queda manco.
Para la temática latina...no creo que sea este el momento de entrar en ello, pero de forma breve te doy unas pistas generales:
Consulta por favor y con urgencia las transcripciones del Itinerario y las conjeturas al mismo. Allí veras MIaccum escrito como parece se que era...no como queremos que sea.
Consulta también los diversos trabajos de D. Fernández-Galiano donde señala MIaccum...por ejemplo en el librito de Carranque, donde trata el tema que nos ocupa.
Lo de Miacum, Meiacum.... es divertido si es una broma claro. Hay varias posibilidades. ¿Has pensado en la derivación árabe y su relación con 'lo quemado'?. Es interesante ¿verdad?. También hay algo escrito en la página oficial del Ayuntamiento de Madrid por el tema de Meaques.
Con lo del 'topónimo' de Collado Mediano quiero ser algo más explícito. No es un topónimo...es el nombre de una localidad y hay, etimológicamente ciertas diferencias.
¿Has pensado tomar el diccionario de latín -en las bibliotecas hay muchos, pero todos los que hemos estudiado Filosofía y Letras solemos tener uno en casa- y buscar la más plausible transcripción directa de Collado Mediano?.
¿Te va bien Collatus Meatus?. Madre mía... ¿Será verdad que Collado no deriva, como es en realidad, de Collis?. Claro, Collado no está en un alto. PEro, regresemos a Collatus Meatus (siento no poder poner las indicaciones lainas correctas, lo digo por si acaso los latinistas de afición-
Collatus es el participio de pasado del verbo confero, que significa llevar (de todas partes a algú lugar), reunir, dirigirse a, refugiarse en, etc, etc.
Meatus es el genitivo de meatus, que significa acción de pasar de un lugara otro o sendillamente camino, pasaje, paso...
¿NO es suficiente?. Hay que revisar con cautela las afirmaciones extrañas que uno hace. me hubiese encantado encontar cualquiera de las derivaciones que haces tan alegremente en el diccionario....no tienen desperdicio, de veras...pero tratemos de ser serios y no confundir a la audiencia.
Me he reido un poco (con cariño, te lo juro) porque esa derivación me ha recordado a los juegosque hacía de niño con mi abuelo tratando de igualar mis apellidos con los de famosos linajes... Claro que al final, afinando fonética o sonoramente...casi descendíamos del Cid.
Respecto, y para acabar, a la frontera entre los pueblos celtas dle interior... vamos primero a establecer dónde estaban y luego hablamos con calma ¿no?. También hay bibliografía al respecto para leer...te recomiendo, por ejemplo, sin ser el más preciso pero sí precioso en fuentes el de J. Álvarez Sanchís sobre los Vettones publicado por la Real Academia de la Historia.
Sin acritud y con agradecimiento te devuelvo el saludo y espero tener la oportunidad de charlar de forma más distendida...
Salud a tirios y troyanos, perdón a druidas y romanos.
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Motivo: Undefined
Para Abo:
Que yo sepa no hay ninguna más.
Muy interesante todo. Lo del cerro de la Sabañina es significativo. Perdona, aún no he colgado imágenes...y tengo pendiente colgar al menos la del plano general del trazado. Respecto a lo de Tarianus me parece muy interesante. Tenemos cortes vertivales frontales y laterales de la vía y amplia documentación gráfica. En cuanto a lo de la tipología....quizás fui demasiado rotundo -aquñi si me perdió la pasión-. Cuando lo escribí tenía en la mente el tramo empedrado que sondeamos en Los Barrizales y claro...la diferencia es neta.
En el caso de El Beneficio , de forma esquemática,la calzada presenta una capa lateral de grandes piedras no muy regularizadas, pero de un tamaño considerable, colocadas en vertical. Éstas descansan sobre una capa inferior de lanchones de piedra colocados en horizontal. El relleno intermedio, entre los dos márgenes de calzada consiste en las típicas 'bolas' de granito y pórfido de tamaño medio y en general muy redondeadas en sus aristas. En uno de los sectores sondeados, donde aflora el batolito granítico de la roca caja, se advierten roderas.
De todos modos tomo en cuenta el ofrecimiento de Traianus y en cuanto me libere de un poco de trabajo me pongo en contacto contigo, visitamos el lugar y charlamos.
Respecto a lo de la milla exacta por Abos caminos es uno de los datos que llamó nuestra atención porque pensamos...¡ya es casualidad!. ¿verdad?.
Por cierto, ¿qué me dices del topónimo de la Viña de la Montalba?. Viña es topónimo asaz común entre los yacimientos romanos...y Mont-alba...
Gracias por los datos y los comentarios...
Saludos a la comunidad y al druida.
Jeromor, ancho de via 4 metros de bordillo a bordillo. Las dimensiones de los cantos internos varían pero la edia ronda los 15-25 cm. Como te digo la característica general es que están por completo rodados. En los sectores sondeados -aún quedan más de 200 metros por limpiar- no se ha localizado capa de rodadura.
Para Abo...gracias a tí...has abieto un nuevo debate en torno a las versones del Itinerario.
Para J.J.Guijarro:
Si crees que molesto en vuestro debate lo dices y me paso otro lugar.
Sigo vuestras palabras con interés. Ya se sabe: "despues de la tempestad viene la calma", como no podría ser de otra forma.
Con vuestro permiso quisiera intervenir, muy brevemente, en relación a la mansión Miacum y deciros mi humilde opinión al respecto; lAbor sólo de gabinete que nada fija si no va acompañado de los trabajos de campo como los de "El Señorio" que dices. Sólo una hipotetica traza y sus distancias, y algo de toponimia que, evidentemente, no son los suficientes.
En Galicia se utiliza mucho (o se utilizaba) la palabra MEA, bien al comienzo o bien al final de otra palabra; indicando siempre "lo que está en el medio de". Los paisanos lo mismo te dicen MEA como MIA.
Os pongo un par de ejemplo muy claros:
VILAMEA: La Villa (lugar, pueblo) que se encuentra en medio de otros dos más importantes.
AREAMEA: La playa existente entre otras dos. En este caso más largas. (Este ejemplo corresponde a la playa de Viiño, entre las largas playas de Donón y Nerga; que se encuentra entre El Promontorium-asi aún conocido hoy- y otra punta que no recuerdo ahora el nombre.
Otros, PORTAMEA, etc, etc.
Este MEA, entiendo, viene de un lat. MEDIANUM que significa: LO QUE ESTÁ EN EL MEDIO.
¿Tiene este MEA algo que ver con el nombre de la mansión de MIACUM? yo creo que sí. Antes decirte que, creo, tenga razón Jeromor; el nombre debe ser MIACUM con una C, además de Parthey et Pinder, de tal manera lo recogen tambien Wesselingio y Zurita.
La mansión de Miacum se encuentra a 24 M.P. tanto de la anterior SEGOVIA como de la siguiente TITULCIAM, es decir se encuentra "exáctamente en medio de las dos"; lo mismo que los casos gallegos que os indico. Para mi, corríjeme Jeromor, Collado MEDIANO es lo mismo que MIACUM. No es más que una opinión.
Respecto a la ubicación de TITULCIA y con las distancias en la mano debería corresponderse a LAS ROZAS o proximidades, donde se cumplen la 24 millas que exige el Itinerario. La siguiente mansión, creo que no ofrece duda alguna, de COMPLUTUM en Alcalá de Henares, donde se ajustan muy bien las 30 millas que dice el Itinerario; se acercaría (desde Las Rozas) por las proximidades de la N-VI, entraría en Madrid por el norte de La Ciudad Universitaria, seguiría (abajo o arriba) por General Perón, Concha Espino, Ramón y Cajal para enlazar con los viejos caminos hoy N-II (E-90) a Complutum, pasando por Torrejón de Ardoz. Evidentemente, nada serio sino se patea la zona y se acompañan de otros datos, arqueologicos y demás. Sin ánimos de discusión.
Disculpar esta intromisión y continuar con el debate que está muy interesante e instructivo.
Saludos a ambos.
Saludos Comunidad... da gusto lo animado que está el debate. Para mi el enriquecimiento es total...y el nivel alto.
Con la tardanza y los días de modorra y recapacitación...Abo, por favor, ¿por quçe vas a molestar?. Te prometo que 'casi nunca' muerdo :) :). Agradezco además tus reflexiones que son interesantes. La participación sucesiva de Onnega, que también se agradece, me va a hacer pensar un poco...pero vamos por partes, que se amontona el trabajo.
Abo, acerca del trazado de la via tras Miaccum (insisto en mi C doble, auqnue como vereis no creo que sea tan importante) y en especial sobre la posible localización de Titulciam, te aconsejo que mires la parte final del artículo. Lo que señala Jeromor respecto al miliario de Galapagar y los interesantes datos que Gonzalo Arias ofreció respecto a la ausencia de restos de calzada en la Carretera de la Coruña (ambos trazados, N-VI y A-6) parecen obligar a desechar que el trazado romano fuese, al menos en su parte alta por aquí.
En cuanto a los de la doble C, de veras, creo que es un dato poco interesante o cuando menos anecdótico. Está muy bien lo que señalan Parthey y Pinder en su edición y que tan bien nos recuerda Jeromor...pero tampoco se puede olvidar que al menos en el caso del manuscrito L, derivado del Manuscrito de Viena, Vindobonensis 181, estamos ante una de las más antiguas fechas de recopilación, en torno al siglo VIII, mientras que en otros muchos casos (Manuscritos de París, Florencia, o de Viena -Vindobonensis 12825- estamos ante copias de los siglos IX-XV. Esto puede ser interesante para desdramatizar el debate. Además, según la stemma o arbol genealógico de Cuntz que también utiliza Arias, el manuscrito L, sería uno de los elementos más fiables.
Algo similar pasa con el tema de las millas. Una vez más hay un dato de interés y es que este mismo manuscrito L señala que la distancia entre Segovia y Miaccum es de XXIIII millas.
Tampoco es muy productivo seguir discutiendo en este extremo, ya señalé, y quiero recalcarlo de nuevo, que algo de vital importancia es contar con datos que permitan manejar una u otra hipótesis.
Los datos no se adquieren sin trabajos de campo que permitan obtener evidencias que fechen, etc, etc. No quiero incidir de nuevo en las tres fases de construcción, en la ubicación del lugar excavado...pero sí detenerme, para zanjar el asunto, en que sin datos -que es lo que ocurre en la práctica totalidad del trazado que nos ocupa- tan sólo tenemos un 50% de posibilidades de que Miaccum estuviese en Collado Mediano o en Becerril, o el Las Rozas, o donde a uno se le antojo ponerlo. Pero con los datos obtenidos tras seis meses de excavaciones y lo que aún queda por obtener, tenemos a nuestro favor algo más del 75% -tirando bajo- de opciones para acertar. Cuando nuevas excavaciones y datos en otro lugar nos permitan acrecentar y ahondar en este discurso...lo haremos. De momento la evidencia es la evid es, a mi juicio, potente.
Respecto a la etimología de Collado. No quiero extenderme. Por supuesto no estoy de acuerdo, pero tampoco ahondaré ahora en este extremo. Es algo que en breve quedará zanjado y tal vez nos de algún regocijo. Ahora bien Jeromor, cuidado. No volvamos sobre la cuestión vaccea y carpetana. La Cabeza Mediana jamás separó los reinos ni los territorios de Segovia y de Toledo. Es simplemente imposible por una cuestión histórica y otra física. Empiezo por la última:
La Cabeza Mediana...que en verdad no es más que la punta del promontorio de la serrania del Castillo, presenta una orientación Norte Sur, perpendicular a la Sierra de Guadarrama, con lo que en caso de separar esos reinos, Toledo o Segovia, si no ambos, debían estar en otros lugares...y eso me parece rizar el rizo. Además, jamás podría servir una serraneta abierta por doquierer (paso de Villalba a Moral y de Collado a Becerril) y de poco desarrollo como límite más que visual. Además, este límite no presenta evidencias de yacimiento arqueológico alguno, eso te lo aseguro.
En cuanto a las razones históricas...no puedes olvidar que esta parte de la Sierra pertenecía al Real de Manzanares que rendía sus tributos finalmente en el partido judicial de Colmenar Viejo y antes en los de Guadalajara, a quien pertenecían los territorios a través del Duque del Infantado. Nunca perteneció este sector a Segovia y mucho menos a Toledo. Este no es dato baladí.
Pero hay más. Curiosamente uno de los pocos terminus augustales que se conservan en la Comunidad de Madrid procede de Colmenar Viejo. Es sabido que esto se interpreta como la división de sos términos que no se indican pero que muchos investigadores consideran que fuesen Mantua (al Oeste) y Complutum (al ESte). Esto señalaría la frontera entre los Conventos Caesaraugustano y Carthaginense. ¿No es lógico pensar que la administración romana, como tantas veces hizo, mantuviese los límites indígenas de cara a la tributación y el manejo de un sector del IMperio algo complejo de dominar?.
Pero hay más, mira, lo de la Puerta Latina, ya te dije que es dato sin contrastar y que no ofrece veracidad alguna. Lo hemos buscado con fruición y sin resltado...pero si estaba donde todo el mundo -hasta nosotros- cree que debía estar, esto es en los límites actuales entre Guadarrama y Collado Mediano, la mencionada Cabeza Mediana y este no pueden se el mismo límite o frontera que señalas. Entre ambos hay una distancia significativa y además la vía y la cabeza mediana corren paralaleas y a su vez perpendiculares a la Sierra. Esa, la Sierra de Guadarrama sí que era una frontera. Lo fue desde la Prehistoria y las evidencias son notables a este respecto...
Perdón, olvidé el final...
Onnega, muchas gracias por el link...Respecto a lo de la numeración te digo lo mismo que Abo, no tengo ni idea, pero ten en cuenta los datos de Abo acerca de Saavedra y su nmeración.
Respecto a la situación de Miaccum en las Rozas y mucho menos en el Meaques madrileño, tan sólo una dato: Miaccum es una de las mansiones que menos problemas presentan para su situación teniendo en cuenta el Itinerario y las evidencias arqueológicas, sobre todo miliarios y excavaciones. Pero además, como ya dije, Miaccum es una mansio de las importantes -en cuanto a su ubicación exacta, no a lo notable de sus restos- porque señala el punto de descanso antes o después de un paso de Sierra. Además uno de los más peliagudos del trazado. No puede buscarse la mansio muy alejada del piedemonte, porque de otro modo no tendría sentido alguno. No olvidemos eso.
Abo, estoy dándole vueltas al tema del MEA de los topónimos gallegos y espero tener algo claro y cuerdo que decir en breve. Es muy interesante. De momento creo que MEA podría venir de MEDIUM (no de Medianum, que no existe como tal) que como dices señala lo que está en el medio (medius, media, medium) e incluso mediano...No dejan de ser interesantes los elemetnos de comparación que planteas...
No quiero adelantar temas linguísticos porque se está rabajando en ello...pero no olvideis que en castellano el meato (procedente del latin meatus) ha quedado fosilizado en témrinos anatómicos como el meato auditivo y siepre referente a conductos u orificios. Además, como en Collado lo de que meatus derivase en meado no hizo mucha gracia pues un linguista nos señala que recomendemos consultar la etimología de mear y meado, que procede del latín vulgar meiare y jamás derivaría de meatus.
Ojo al dato. Yo tal vez sea cabezón, pero ¿por qué tanta reticencia a aceptar que el MEDIANO de la localidad proceda de lo que de veras la caracteriza que es el paso de un MEATUS o camino?. HAy cosas que a veces, como decía Einstein y señalé en el artículo cuesta desintegrar más que un átomo.
Lo dicho saludos y muchas gracias por vuestra participación y perdonadme por la pesadilla de textos.
Abo, disculpa. Llevas razón y metí la pata. A veces los pensamientos también se me agolpan y los traspies es dificil arreglarlos una vez enviado el comentario. Respecto a medianus, que como sabiamente señalas aparece recogido en algunos diccionarios, tan sólo me presenta algunas dudas respecto a su origen latino clásico. Sin duda no se trata de una palabra de origen clásico, pues solo aparece recogida en los repertorios desde la obra De Architectura de Vitruvio (s. I BC), suficiente tal vez para el tema que nos ocupa. Es curioso porque no es una palabra común ni habitualmente usada en textos latinos. Tal vez eso indique una denominación del lugar no relacionada ni con el camino, ni con un origen romano, ni con nada de lo que planteamos...o también que la derivación sea otra, bien sea esta mi torpe pretensión de meatus o cualquier otra.
Sí, Abo, también me llamó la atención la referencia de Arias al Collado Meaca, pero de veras creo que estamos ante una cuestión meramente filológica (cuando no follonónica :) :) ) que al menos a mí me queda muy lejos el poder dilucidar. Abundo en lo que tú has señalado y de veras, creo que es un tema complejo y en parte tan sólo accesorio.
Perdona de veras por mi rotunda aseveración. A veces el bosque me impide ver los árboles y me doy un porrazo con el primer pino. Lo dicho, buen fin de semana.
Abo, perdona, sin ánimo de inmiscuirme. Cuidado con el topónimo de Pajar de Puerta Latina porque es un topónimo que se dio a conocer en la obra de Blázquez y Sánchez Albornoz y de la que no hemos obtenido evidencia alguna en el estudio del archivo municipal de Collado Mediano, ni en los informes de vias pecuarias ni en las entrevistas a lugareños.
No dudo de su existencia, pero no hay evidencia cierta.
Tan sólo señalarte lo que estos autores citan: que el topónimo pudiese coincidir con un resto o inscripción de origen romano localizado en el acceso de alguna finca del lugar. Lo de Pajar procede sin duda del topónimo de Pajares de San Juan. Estos hacen referencia a unas fincas ubicadas en las proximidades de la Venta de La Serranilla, junto a la que se considera la zona de paso de la Via 24.
Lo dicho, perdón por la intromisión. Saludos.
Bien, zappeando por la web he encontrado una referencia que le da a uno ánimos...aunque sean solo a medias...
La página abre con un extracto de la noticia ofrecida por Telemadrid
Foto: Ruina de una posada romana del siglo I, en Collado Mediano. Las excavaciones arqueológicas han puesto de manifiesto que el edificio estaba estructurado en tres fases de construcción.
Por Gema Silván, Telemadrid, 29 de enero de 2005
El yacimiento encontrado en Collado Medianao se trata de un miaccum, un establecimiento asociado a una vía romana que unía la ciudad de Mérida con Zaragoza. Los expertos sabían desde hace tiempo de la existencia de este yacimiento, pero no conocían el lugar concreto donde podía estar. Después de varios meses de excavación han hallado el único establecimiento de este tipo descubierto en la Comunidad de Madrid. En su estructura se aprecian las estancias propias de las posadas: los baños termales, las habitaciones y la cocina con su horno y su fragua. También se han descubierto vasijas de cerámica barnizadas y policromadas. Los arqueólogos pretenden encontrar aún más restos, por lo que las lAbores de excavación continúan. El Gobierno regional colAborará con el Ayuntamiento de Collado Mediano en el estudio de estos hallazgos, su musealización e incorporación dentro del itinerario de yacimiento arqueológicos visitables de la Comunidad.
(Algo les explicaría sin duda mal) :) :) :)...O es que nuestra disciplina es algo así como el Oráculo de Delfos...
Sigue la contestación de ánimo, inmediata de una gran especialista:
Alicia Mª Canto:
Se confirma otra vez que los periodistas se enteran de la mitad. Por otro lado, de momento no hay pruebas de que estos restos en concreto sean de una "posada", como tampoco que se trate de Miaccum, aunque haya indicios que apunten a ello. Pero hay que animar al Ayuntamiento a que siga apoyando los trabajos. Saludos.
2005.02.02 11:43
y la url de la página...porque resulta interesante
http://blogia.com/terraeantiqvae/index.php?idarticulo=200502013
Y uno piensa... ¿qué le habré contado a los periodistas?...o peor aún, se preocupa uno porque existe la posibilidad de que lo que para nosotros está tan claro...para quienes pagan nuestras investigaciones y deben ser el contenedor de nuestras pesquisas...no está claro en absoluto.
Y uno se preocupa...
Bien, zappeando por la web he encontrado una referencia que le da a uno ánimos...aunque sean solo a medias...
La página abre con un extracto de la noticia ofrecida por Telemadrid
Foto: Ruina de una posada romana del siglo I, en Collado Mediano. Las excavaciones arqueológicas han puesto de manifiesto que el edificio estaba estructurado en tres fases de construcción.
Por Gema Silván, Telemadrid, 29 de enero de 2005
El yacimiento encontrado en Collado Medianao se trata de un miaccum, un establecimiento asociado a una vía romana que unía la ciudad de Mérida con Zaragoza. Los expertos sabían desde hace tiempo de la existencia de este yacimiento, pero no conocían el lugar concreto donde podía estar. Después de varios meses de excavación han hallado el único establecimiento de este tipo descubierto en la Comunidad de Madrid. En su estructura se aprecian las estancias propias de las posadas: los baños termales, las habitaciones y la cocina con su horno y su fragua. También se han descubierto vasijas de cerámica barnizadas y policromadas. Los arqueólogos pretenden encontrar aún más restos, por lo que las lAbores de excavación continúan. El Gobierno regional colAborará con el Ayuntamiento de Collado Mediano en el estudio de estos hallazgos, su musealización e incorporación dentro del itinerario de yacimiento arqueológicos visitables de la Comunidad.
(Algo les explicaría sin duda mal) :) :) :)...O es que nuestra disciplina es algo así como el Oráculo de Delfos...
Sigue la contestación de ánimo, inmediata de una gran especialista:
Alicia Mª Canto:
Se confirma otra vez que los periodistas se enteran de la mitad. Por otro lado, de momento no hay pruebas de que estos restos en concreto sean de una "posada", como tampoco que se trate de Miaccum, aunque haya indicios que apunten a ello. Pero hay que animar al Ayuntamiento a que siga apoyando los trabajos. Saludos.
2005.02.02 11:43
y la url de la página...porque resulta interesante
http://blogia.com/terraeantiqvae/index.php?idarticulo=200502013
Y uno piensa... ¿qué le habré contado a los periodistas?...o peor aún, se preocupa uno porque existe la posibilidad de que lo que para nosotros está tan claro...para quienes pagan nuestras investigaciones y deben ser el contenedor de nuestras pesquisas...no está claro en absoluto.
Y uno se preocupa...
Abo, en el libro de Extremadura son de la 285 a la 302, Itinerario de Antonio [sic] Pío por España según Ambrosio de Morales, tom., X, edición de 1792: De Italia in Spanian yDe Hispania in Aquitania. Bueno, en resumen, vienen todas las vías en que aparece algún sitio de Hispania. Si quires te escaneo alguna y te la mando, pero me tienes que decir el nombre de la ruta (ej. Iter ab Emerita Caesaraugustam) porque el número de la vía, no sé por qué, no coincide con el que se le da normalmente. A doble página son 10 escaneos.
Abo, estoy segura de que al reducirlas a 42 ks no vas a poder leer nada. Si quieres déjame aquí tu correo o entra un momento en el chat y dímelo all.
Espero un rato.
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