Autor: Jorge Lamas - La Voz de Galicia
martes, 15 de abril de 2008
Sección: Artículos generales
Información publicada por: patinho


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El Areal fue una marisma como la del Lagares

El estudio de los yacimientos arqueológicos existentes en la zona demuestra que cuando llegaron los romanos el mar estaba medio metro por encima del nivel actual y que un río formaba un estuario

Toralla estuvo unida a la costa por una lengua de arena

Cuando los primeros romanos llegaron al espacio que ocupa el Vigo actual, a finales del siglo II a.C., se encontraron un litoral costero muy diferente al que vemos en la actualidad, rellenos de ría al margen. Los investigadores actuales aprovechan la aparición de cualquier yacimiento arqueológico para profundizar en la reconstrucción de aquel paisaje.


Antonio Martínez Cortizas, profesor de Edafología de la Facultad de Biología de Santiago de Compostela, ha elegido el Areal para indagar en las variaciones del nivel del mar en época romana. «En aquel momento, el mar podía estar cerca de 50 centímetros por encima del nivel actual, aunque hay otros autores que lo elevan hasta un metro», dice el edafólogo.


Entre el siglo II y el I antes de Cristo, el espacio de casas existentes en la actualidad entre la calle Areal y Rosalía de Castro estaba ocupado por una enorme playa, que los primeros romanos utilizaban como desembarcadero de mercancías.


«La secuencia estratigráfica hallada en Inés Pérez de Ceta indica una evolución desde condiciones litorales, pasando por un medio de tipo intermareal, hacia el desarrollo de una marisma controlada fundamentalmente por procesos continentales», afirma Martínez Cortizas.


De la salina a la tumba


Esta marisma, asociada a un río que descendería desde García Barbón, comienza a consolidarse en el siglo I ya de nuestra era, momento que coincide con un importante descenso del nivel del mar. Es en esta época cuando los romanos, ya asentados en Vigo, comienzan a explotar en este espacio la producción de sal marina. De entonces data la enorme salina que ocupaba desde la calle Isaac Peral hasta Inés Pérez de Ceta, y que pronto se podrá visitar en el museo que construye la Consellería de Cultura bajo el centro de salud de Rosalía de Castro.


En la transición de los siglos II al III, el nivel del mar sigue descendiendo y las tierras procedentes de arrastres de laderas sigue consolidando los suelos. La zona se aleja de la línea de costa y las salinas dejan de ser útiles porque el mar ya no llega hasta ellas, por lo que estos terrenos son empleados como zona de enterramiento, primero con tumbas de incineración, y más tarde, cuando el suelo sigue consolidándose, se pasa a las tumbas de inhumación de cadáveres con ataúdes de tapa.


Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/vigo/2008/04/13/0003_6729819.htm


 


Y como complemento...


Toralla estuvo unida a la costa por una lengua de arena


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«Es razonable pensar que los romanos ocuparon un área que ya era una duna consolidada; ese tipo de dunas estaban separadas, como mínimo, entre 500 y 1.000 metros de la costa», explica el profesor universitario para referirse a la villa que los romanos ocuparon desde finales del siglo III hasta el siglo VI.


Con anterioridad, la desembocadura del riachuelo de O Vao conformó una marisma que fue invadida posteriormente por varios ciclos dunares, lo que unido al alejamiento de la costa consolidó un suelo de dunas. En esta época, los investigadores no descartan que una lengua de arena uniera el continente con la isla de Toralla, lo que explicaría la presencia de un asentamiento castreño.


El ataque de las dunas


Pero los habitantes de aquella villa todavía desconocían que estaban en el punto de mira de nuevas oledadas de dunas. «El período final de Mirambell (siglo VI) coincide con un avance de las dunas hacia el continente, ligado a un nuevo aumento del nivel del mar», explica Martínez Cortizas. «Controlar una duna es imposible, pero se ve que los habitantes de aquella villa intentaron realizar alguna operación para solucionarlo; aunque no podemos afirmar que abandonaran el lugar por culpa de la duna, sí sabemos que conocían el problema e intentaron afrontarlo».


El abandono de la explotación costera de Toralla coincidió con el avance de unas dunas grises, aunque la puntilla y el olvido le llegó en forma de una duna blanca, «desde entonces, las dunas han ido ocupando posiciones más interiores, y el nivel del mar no debe de estar en su máximo respecto al romano», afirma Martínez Cortizas.


Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/vigo/2008/04/13/0003_6729820.htm

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  1. #1 patinho 09 de mayo de 2008

    Restos romanos hallados en O Areal amenazan el párking subterráneo



    Un equipo de arqueólogos localizó restos de una salina, un pequeño muro y un enlosado de hace dos mil años


    Autor:


    Jorge Lamas



    Fecha de publicación:



    7/5/2008


     

    inicio al previo paso Areal, arqueológicas>

    Entre la calle Concepción Arenal y la rotonda de la paellera han aparecido restos de una salina, parte de un muro y un enlosado, todos elementos cronológicamente situados en los primeros siglos de la era actual, según informó el departamento de Patrimonio Histórico del Concello de Vigo. De momento, la empresa que dirige el arqueólogo Ángel Acuña, no ha podido valorar ni analizar los nuevos hallazgos debido a que las catas todavía no han concluido, pero vienen a confirmar la existencia de un gran yacimiento de época romana, que ha aflorado en la zona en otras intervenciones anteriores.


    El equipo arqueológico tiene previsto terminar el sondeo en esta zona dentro de un mes, momento en el que realizará la valoración de los restos hallados y remitirá un informa a Patrimonio.


    La salina localizada podría ser parte del gran campo de obtención de sal marina que se extiende a lo largo de toda la calle Rosalía de Castro, y que ha sido detectada últimamente en el solar de ampliación de la calle, junto a García Barbón, y que también afloró durante las obras de construcción del centro de salud de Rosalía de Castro. Esta salina comenzó a funcionar en el siglo I y fue abandonada una vez que se produjo una recesión de la línea de costa, durante el siglo II. La Consellería de Cultura está trabajando en la musealización de esta salina, que podrá ser vista bajo el centro de salud del Sergas, en Rosalía de Castro.


    Antecedentes


    Tampoco es nueva la aparición de elementos habitacionales en la zona, especialmente en el tramo situado entre la calle Pontevedra y Concepción Arenal. El arqueólogo Ángel Acuña ya localizó construcciones en la calle Colón, y Xurxo Constenla, más recientemente, también halló una vivienda en la esquina de las calles Pontevedra y Areal, en cuyo interior apareció una ara funeraria.


    En 1996, la arqueóloga Prieto Robles localizaba también restos de una calzada en la calle Pontevedra, que también podría estar relacionada con el enlosado ahora encontrado. Todos estos datos deberán ser certificados en la memoria de la excavación, que se realizará al término de la misma.


    No obstante, la zona más sensible, desde el punto de vista arqueológico, todavía no ha sido prospectada. Se trata de las calles Pontevedra e Inés Pérez de Ceta, donde durante los últimos años se han localizado importantes hallazgos vinculados a la presencia de la cultura romana en Vigo. Estas dos calles han sido, en los últimos años, las mejores puertas de entrada al Vigo romano. Los expertos consideran esta zona de la ciudad como el punto limítrofe entre la zona habitacional empleada por los romanos, y la zona de enterramiento. Hacia la calle Inés Pérez de Ceta se encontraría la necrópolis y hacia la calle Pontevedra las últimas viviendas del asentamiento galaico-romano.


    Cualquier aparición importante que depare la actual campaña arqueológica podría amenazar, o por lo menos retrasar, los plazos determinados por el Concello para la construcción del nuevo aparcamiento subterráneo situado en la calle Areal. La concesión de este aparcamiento subterráneo fue adjudicada a la empresa Eloymar Tranvías, junto con los aparcamientos de las calles Pintor Colmeiro y Policarpo Sanz.



    Tomado de: http://www.lavozdegalicia.es/vigo/2008/05/07/0003_6795640.htm

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