Autor:
viernes, 04 de enero de 2008
Sección: De los pueblos de Celtiberia
Información publicada por: DelaCarpetania
Mostrado 91.642 veces.


Ir a los comentarios

El teatro romano de Sagunto deberá volver a su estado original

El teatro romano, de la ciudad de Sagunto, volverá a su estado original antes de las obras de reconstrucción.

La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha confirmado el plazo de dieciocho meses para que se ejecuten las obras de reversión del Teatro Romano de Sagunto dictadas en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) de abril de 2003.


Escribe aquí el segundo bloque de texto de tu artículo


No hay imágenes relacionadas.

Comentarios

Tijera Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.


  1. #1 A.M.Canto 05 de ene. 2008

    Bueno, y tal como dije anoche (# 17), vamos
    con Mérida y con circunstancias y documentos menos divulgados. Llama la atención
    el que en la Wikipedia
    (donde se suele resumir información procedente de manuales y obras
    generalísticas más o menos especializadas) se diga que "Sin lugar a dudas, el
    teatro mejor conservado de la Península es el de Mérida"
    (http://es.wikipedia.org/wiki/Romanizaci%C3%B3n_de_Hispania). No es cierto, refiriéndonos sobre todo a su scaenae frons, que es aquella imagen con cuya restauración tenemos más familiarizado el ojo.

    Tras las primeras excavaciones oficiales en el teatro del marqués
    de Valdeflores
    , entre diciembre de 1752 y mayo de 1753, y las segundas, en
    el periodo 1791-1794, por encargo y con financiación de Carlos IV y hechas
    por D. Manuel de Villena Moziño, del que conservamos algunas bellas láminas (http://www.tiemposmodernos.org/novedad.htm), el
    teatro quedó en buena parte visible, pero fue poco a poco enterrándose de
    nuevo. Tras un pequeño intento en 1888 (por P. Mª Plano), la excavación "definitiva" fue comenzada en septiembre de 1910
    por José Ramón Mélida Alinari, por entonces director del Museo de Reproducciones
    Artísticas y conservador del M.A.N., luego catedrático de arqueología de la Universidad Central (1911) y director del M.A.N. (1916), y duraron hasta 1916. En dicha fecha éste era el estado en el que apareció la
    escena del teatro:

    Mérida teatro la scaena en 1916 copyr.univsev

    © foto UnivSev reg. nº 006244


    En palabras de 1929 de Maximiliano Macías, colaborador y testigo de los
    trabajos: "Cuando se descubrió todo ello, sólo quedaba en pie el
    basamento
    de tan espléndida fachada, y encima de él alguna que otra basa de
    columna y restos de su revestido de mármol... Mide de altura este muro del
    basamento 2,50 m..."

    En los años 1920 el arquitecto sevillano Antonio Gómez Millán hizo una primera restauración de la scaenae frons, muy moderada y usando bastante de
    anastilosis, que terminó nada menos que don Félix Hernández. Éste es el punto que a mi juicio hoy podríamos haber considerado suficiente:

    Mérida teatro tras restauraciones años 20 copyr.univsev

    © foto UnivSev reg.nº 6244

    Sin embargo, a partir de 1964 continuó la restauración, rozando ya la reconstrucción, a cargo de D. José Menéndez Pidal, llegándose a este su estado actual:

    Mérida teatro estado actual_copyr.trekearth

    © foto TrekEarth

    Y de noche éste:

    Mérida teatro nocturna copyr rev. quo

    © foto revista Quo

    Como bien puede compararse y comprenderse, con los criterios y normativas de la Ley de Patrimonio de 1985, la reconstrucción de 1964, desde los apenas 2,50
    m del basamento que quedaban, hubiera sido imposible. Y es ésa
    la causa por la que no se ha hecho ya así en teatros romanos restaurados con posterioridad
    a dicha ley, como Zaragoza (1997)
    o Cartagena (2005), y por la que hay que -y es justo- demoler lo hecho en Sagunto. Para el que no lo sepa (el de siempre: #6, #16...), la irrectroactividad de las leyes obliga a dar por consolidado todo lo que fue hecho antes de que la de 1985 entrara en vigor. Y, al mismo tiempo, a no repetirlo.



  2. #2 Baebio 05 de ene. 2008

    Al hilo de la cuestión, aquí el enlace de una tesis Radar de subsuelo.Evaluación para aplicaciones en arqueología y en patrimonio histórico-artístico de Dª María de la Vega Pérez Gracia donde aparece el estudio con georradar del Teatro Romano de Sagunto:


    http://www.tdx.cesca.es/TESIS_UPC/AVAILABLE/TDX-1031101-082820/


    En el capítulo 12 (con fotos y grabados):


    http://www.tesisenxarxa.net/TESIS_UPC/AVAILABLE/TDX-1031101-082820//21capitulo12.pdf


    y las conclusiones en el capítulo 18:


    http://www.tesisenxarxa.net/TESIS_UPC/AVAILABLE/TDX-1031101-082820//27capitulo18.pdf


    Saludos.

  3. #3 jeromor 13 de ene. 2008

    Mensaje de Juan Blanco en Terrae Antiqvae


    “En la página Historia UNED (no oficial) hay un hilo sobre el teatro de Sagunto donde encuentro este mensaje, no sé si el autor estará aquí en Terrae...


     


           Juan Blanco


     


    -----------------------------------


     


    http://uned-historia.metropoliglobal.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=9938


     


     


    Hola compis!!!

    Cuando estaba en primero de carrera (corría el año 2001), asistí a un curso de "Patrimonio al Debate" y mi investigación final consistió en la polémicas restauraciones del Teatro de Sagunto. Os pego mi trabajo, xq recoge bastante información sobre el tema y puede conseguir de q nos hagamos una idea de en q consistió la "restauración" de Grassi y Portaceli.


     

    "LAS POLEMICAS RESTAURACIONES EN EL MUNDO ANTIGUO.

    EL TEATRO ROMANO DE SAGUNTO


    Aunque últimamente hayamos visto proliferar las intervenciones en nuestros monumentos de forma rápida, no han ido con la misma velocidad, los estudios sobre nuestro patrimonio y lo que este nos puede transmitir, o lo que es mejor, enseñar. Es por esto mismo, que hablamos de intervenciones y no de restauraciones, ya que sería impropio utilizar este último término, para designar a actuaciones que se caracterizan por su falta de documentación y rigor. De todas formas, no todas las intervenciones se realizan mal, sino que todo depende del interés que despierte el monumento que se va a someter a restauración. En este caso, el monumento a investigar es el Teatro Romano de Sagunto, el cual se encuentra entre los primeros a los que el Estado dio tal calificativo. Tras la destrucción ejecutada por el hombre en la baja antigüedad, convirtiéndose en un esqueleto al ser saqueado de toda ornamentación y de los sillares que conformaban sus partes más nobles, la majestuosidad y potencia de su estructura se han mantenido expresando la sabiduría y conocimientos técnicos de sus constructores y ha sido causa de admiración y curiosidad, por todos los que han sentido y sienten la atracción por el pasado y sus variantes.


    Existen arqueólogos que tienen diferentes conceptos sobre la restauración y rehabilitación de los monumentos, pudiéndose englobar en tres grupos:

    - Arqueólogos no intervencionistas: esta postura deja en manos de los arquitectos la libertad para hacer lo que quieran. Este extremismo llevaría a la gloria (o lo contrario) a un arquitecto y a la empresa que lo dirige, manteniéndose el arqueólogo, relegado a un plano secundario.

    - Arqueólogos que sólo permiten unas "restituciones mínimas": aunque este concepto es muy débil, y sino sólo hay que ver el teatro romano de Sagunto o monumentos comparables a este. Este sentido ha conseguido convertir en un caos, monumentos y tipologías arquitectónicas.

    - Arqueólogos clásicos: promueven la restauración profunda de los monumentos, y se preocupan por como deberían ser las relaciones entre arqueólogos y arquitectos, aunque estos últimos están mejor situados que los primeros.

    La problemática relación de los dos profesionales antes nombrados se ha sacado a la luz tras las opiniones sobre la rehabilitación del Teatro de Sagunto, monumento al que va dirigido este trabajo. En estos últimos años, algunos arquitectos han criticado la situación penosa a la que se ven sometidos los arqueólogos, haciendo de esta forma una crítica indirecta hacia sus compañeros arquitectos Grassi y Portaceli, que llevaron a cabo la rehabilitación ejercida sobre el monumento mencionado. A pesar de estas críticas, los arquitectos han englobado el trabajo que debería ser ejercido por los arqueólogos, los cuales son los que conocen sobre los temas de Patrimonio y arqueología, ya que un arquitecto intervendría guiándose solamente por la estética.

    Las leyes españolas, que rigen el desarrollo científico de la investigación arqueológica y la materia de patrimonio histórico, viven en una constante renovación. Por ejemplo, la ley de 1985 sustituye el término de ruina-monumento, por el de bien de interés cultural. Este término hace que el concepto que se tiene de un arqueólogo no sea el de experto en ruinas, y se le juzgue por sus estudios y su documentación. En la actualidad, el turismo cultural crece, por lo que se demanda espacios históricos, es ahora cuando los arqueólogos deben aprovechar para demostrar que sus investigaciones son estudios con base y argumento.

    Una sentencia del Tribunal Supremo de Valencia, acaba da avivar la polémica en lo referido a la rehabilitación llevada a cabo en el Teatro Romano de Sagunto. Esta sentencia ha declarado ilegal, dicha intervención, basándose en el artículo 39.2 de la ley de Patrimonio Histórico Español, que contiene una redacción del artículo 19 de la antigua ley del Tesoro Artístico que prohibía toda reconstrucción en los monumentos. La redacción matiza esta ley, utilizando términos ambiguos que dan pie a confusión. Ante la poca claridad que esta ley transmite, los jueces han aplicado una interpretación general, a pesar de que a estos no se les debería permitir juzgar casos en los que entre en juego la restauración arqueológica. Las redacciones de la ley tampoco resolverán el problema, ya que los intentos de precisión, sólo serán los desencadenantes de más dificultades. Para mejorar una ley, esta debe ser discutida y elaborada por las personas implicadas en el cuidado y la conservación de nuestro Patrimonio Cultural, siendo esta fruto del sentido común y de lo lícito y correcto, sino será imposible que exista una ley que garantice una adecuada restauración de los monumentos. Todo esto se corresponde con los criterios de restauración, basados en una situación cultural concreta.

    Un ejemplo en los errores cometidos en la intervención al Teatro de Sagunto: la cávea tiene un boquete debido a que la "restitución mínima" de las gradas ha desajustado su ritmo compositivo, de modo que en la parte superior irrumpe la bóveda de un pasillo subterráneo de distribución, al no haberse calculado que las losas que recubrían los asientos iban sumando altura a las gradas.

    Los extremos de la cávea se han consolidado como si fueran parodoi, elemento que no tiene lugar en un teatro latino, aunque para conseguir ese plano vertical se recurriera a volar con un cartucho de dinamita una parte de la estructura romana.
    También el escenario se había ensanchado, sellando las substrucciones del frente escénico y del proscenio, con un piso de cemento sobre el que se elevan los restos de dos valvas.

    Pueden elaborarse trabajos orientados a subsanar esos errores. No podemos tener un planteamiento rígido en cuanto a la restauración. Por eso, esas intervenciones mínimas, a veces irreversibles, son tan peligrosas como una restauración de mayores ambiciones, siendo por este motivo, por lo que el informe arqueológico es decisivo para optar por uno o por otro grado de intervención. Para conocer la articulación constructiva, la arqueología clásica dispone de un método basado en el estudio directo del monumento. Se han realizado la planta y las secciones arqueológicas del Teatro de Sagunto en la documentación aportada por Emilia Hernández en 1986 y esas conclusiones sí que han sido utilizadas en la rehabilitación planteada por el proyecto, de modo que el recubrimiento de las gradas, la anchura y distribución de los praecinctiones, el lugar en que se elevan los baltei, la correspondencia y servicio de cada uno de los vomitorios y la consiguiente altura del edificio escénico por los que se decide el proyecto de los arquitectos G. Grassi y M. Portaceli, incorpora el resultado de un análisis arqueológico. Por una vez el equipo arqueológico no se ha limitado a hacer un simple seguimiento de la obra, sino que ha ido por delante, frente a cuyas propuestas se ha manifestado disconforme.

    La contemplación de las formas romanas desprovistas de decoración, produce una impresión de proyecto inacabado y eso puede achacarse al proyecto del Teatro de Sagunto: un cuerpo arquitectónico de ladrillo depositado sobre la cimentación pétrea romana, limpio y claro, que cobija en su interior capiteles, inscripciones y mosaicos procedentes de la ciudad de Sagunto. Hay quien opina que la memoria del lugar no justifica una restauración. La intervención de G. Grassi y M. Portaceli partía de unos criterios que pueden tomarse como defendibles, pero que analizados no soportan una crítica rigurosa. G. Grassi atribuye a anteriores intervenciones objetivos y criterios que parecen infundados y subjetivos, al definir el estado del monumento como una ruina artificial. En base a ello, se establecían las justificaciones de su actuación. Pero esto no podía resultar excusa para el tipo de intervención realizada, que se desentiende de la originalidad del propio monumento para plantear una idea propia sobre el mismo que acaba implantándose por encima de toda otra consideración. No puede afirmarse que el proyecto se haya basado en un conocimiento científico del edificio, ni que haya sido respetuoso con éste. Ni se hizo la adecuada investigación previa a la fase del proyecto, ni los resultados obtenidos de los hallazgos o estudios posteriores han provocado las modificaciones que hubieran sido de rigor, lo que lleva a suponer que tales datos no importaban a los autores del proyecto.

    Como ejemplo: la reconstrucción del muro de cierre de postscaenium. En sus orígenes seguramente fue ejecutado en dos fases y presentaba exteriormente una estructura de machones de refuerzo de opus quadratum, cuyos grandes sillares habían sido arrancados ya de antiguo, pero de los que quedaban las huellas, con relleno de sillarejos de opus vittatum. Respecto al remontaje de algunos elementos de los órdenes que decoraron el frons scaena parece un intento serio de mostrar lo que pudo ser la ornamentación del teatro. Las columnas se han dispuesto con una proporción rechoncha, lo que las priva de la elegancia y de la armonía que caracteriza a los órdenes clásicos. Parece que la escena tuvo triple orden, lo que el montaje realizado se encarga de contradecir. La reconstrucción del edificio escénico es errónea en la altura, pues queda achaparrado al no haber alcanzado la altura que debió tener originalmente. Las superficies que se presentan, ni siquiera una cuarta parte son restos originales romanos.

    A este efecto contribuye en gran medida la reconstrucción del graderío realizado en un material, distinto del original tanto en color como en textura, pues frente al color gris azulado de los sillares opus quadratum de caliza local se ha utilizado un aplacado de piedra blanca de tipo travertino, de Teruel. A esto le unimos la arbitraria decisión de interrumpir la scalae en los corredores o balteus.

    ¿Hasta qué punto se justifica una intervención de esta envergadura en un monumento histórico?
    Existen dos tipos de justificaciones:

    a) En primer lugar se apela que históricamente ha habido intervenciones de cada época en los edificios, llegando alguna a tener tanta o mayor calidad que la obra original. La existencia de una mayor conciencia histórica y de un respeto hacia el legado del pasado, en este caso arquitectónico. Nuestra época se caracteriza por haber plasmado este sentir en legislaciones protectoras de este legado. En este caso nos enfrentamos con la esencia misma del concepto de conservación de un patrimonio. Argumentar que igual que se hizo en esas épocas se puede hacer hoy, es un contrasentido histórico, y será en su concepción y actitud, arquitectura de otra época, no arquitectura actual. En cualquier caso debe respetar la esencia y la naturaleza del monumento, no sobreponerse a él, ni menos ocultarlo o enmascararlo detrás de la obra actual. Y respetar su esencia puede en muchos casos querer decir respetar su estado de ruina. Conviene aquí preguntarse hasta que punto es necesario que todos los monumentos vuelvan a recuperar un uso. Hay muchos que merecen quedar como meros símbolos. Y si hace falta un teatro, hay muchos lugares en que poder edificarlo.

    b) Otro de los argumentos es la supuesta restauración del espacio original. La recuperación del espacio primigenio original, choca con la conservación de la materia auténtica del monumento. Lo que no tiene sentido es una restauración cree un espacio nuevo o transforme el original. En un monumento llegado a nosotros en estado de ruina, su espacio ruinoso no será el "auténtico" original, pero puede llegar a cobrar significación propia como ruina, y por tanto nueva autenticidad.

    El atractivo y la veneración que para nuestra sociedad encierran muchos monumentos, no cabe duda que en muchos casos se desvanecería tras actuaciones de reconstrucción como la aquí realizada. La idea de recuperar el espacio original no puede tomarse como válida en todos los casos y cuando hay serias dificultades para conocer su auténtica forma, y más cuando exige realizar un volumen de obra que rivaliza con las partes originales conservadas, resulta dudosa su validez como criterio de actuación. Es comprensible que una parte de la sociedad haya entendido que la obra ha supuesto una agresión contra el monumento. Y que hayan intentado detener esa agresión por todos los medios, incluidos los legales.

    En la actualidad, quince meses después de que el Tribunal Superior de Justicia confirmara la sentencia dictada en 1993 a favor de la reversibilidad del Teatro Romano de Sagunto, la Generalitat ha anunciado las zonas en que se realizarán los trabajos que devolverán al recinto al estado en que se encontraba en 1988. Todas las obras de nueva construcción en parte del escenario, los laterales y las gradas serán derribadas hasta dejar el teatro tal y como estaba antes de la polémica intervención de los arquitectos Grassi y Portaceli.

    El derribo podría costar unos seis millones de euros y, no comenzará hasta septiembre. Todos los informes sobre la reversibilidad de las obras en la zona de la gradería son favorables tras la realización de diversas catas sobre la zona. En cuanto a la zona del escenario, la reversibilidad será posible hasta cuotas de 1/20, ya que este a partir de este nivel cuando hay peligro de tocar la piedra original. Habrá partes del escenario en las que será posible intervenir en mayor profundidad debido a que la obra de mármol no está nivelada. Es imposible devolver los restos arqueológicos hallados y sacados del teatro cuando se hicieron las obras. Estos restos pasarán a exponerse en uno de los museos de la localidad, en la denominada casa del Mestre Penya.

    El proyecto definitivo de restauración será elaborado por una comisión multidisciplinar, en la que tendrán cabida desde arquitectos a delineantes, pasando por historiadores. Los miembros de esta comisión debatirán exclusivamente cuestiones técnicas. La sentencia prohibe la nueva construcción y sólo indica la demolición de la obra nueva y la adecuación del recinto para que éste tenga finalidad funcional y pueda ser utilizado por el público. Se harán las reformas pertinentes para evitar las filtraciones de agua que han perjudicado durante estos años la piedra original de la gradería."

    Espero q os haya gustado mi trabajo, si véis algún fallo me lo decís.

    Las fuentes q utilicé fueron:

    - El Teatro Romano de Sagunto: Génesis y Construcción.
    LARA ORTEGA, Salvador
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 147
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 150
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 153

    Para finalizar, voy a citar algo q escribí en la opinión personal de este trabajo y q no os he adjuntado (xq son opiniones personales sin importancia... y tampoco soy un experto en arqueología
    ). Lo escribí hace 6 años, pero para mi sigue teniendo la misma validez:

    "El patrimonio es nuestro pasado, el cual nos ayuda a afrontar el futuro sin sensación de desarraigo, ni cultural, ni social. Si acabamos con este patrimonio o lo convertimos en una obra actual, perdiendo así su identidad, no habrá pasado al que recurrir para fijar nuestro presente, ni tampoco para sentir nostalgia por él y enorgullecernos de lo que un día fuimos."


     


     

  4. #4 A.M.Canto 13 de ene. 2008

    Más documentación. El que sigue es un trabajo de curso reportado por J. Blanco en la Lista de terraeantiqvae. Procede un hilo de foros de la UNED sobre el mismo tema del teatro, y lo firma "gericault", de Tenerife, aquí. Lo voy a transcribir con ambas venias (espero), porque contiene detalles y precisiones poco comentadas en prensa sobre algunos errores muy concretos, que me permitiré resaltar, entre otros:

    «Cuando
    estaba en primero de carrera (corría el año 2001), asistí a un curso de
    "Patrimonio al Debate" y mi investigación final consistió en la
    polémicas restauraciones del Teatro de Sagunto. Os pego mi trabajo, xq recoge
    bastante información sobre el tema y puede conseguir de q nos hagamos una idea
    de en q consistió la "restauración" de Grassi y Portaceli.



    "LAS POLEMICAS RESTAURACIONES EN EL MUNDO ANTIGUO. EL
    TEATRO ROMANO DE SAGUNTO


    Aunque últimamente hayamos visto proliferar las intervenciones en nuestros
    monumentos de forma rápida, no han ido con la misma velocidad, los estudios
    sobre nuestro patrimonio y lo que este nos puede transmitir, o lo que es mejor,
    enseñar. Es por esto mismo que hablamos de intervenciones y no de restauraciones, ya que sería
    impropio utilizar este último término, para designar a actuaciones que se
    caracterizan por su falta de documentación y rigor. De todas formas, no
    todas las intervenciones se realizan mal, sino que todo depende del interés que
    despierte el monumento que se va a someter a restauración. En este caso, el
    monumento a investigar es el Teatro Romano de Sagunto, el cual se encuentra
    entre los primeros a los que el Estado dio tal calificativo. Tras la
    destrucción ejecutada por el hombre en la baja antigüedad, convirtiéndose en un
    esqueleto al ser saqueado de toda ornamentación y de los sillares que
    conformaban sus partes más nobles, la majestuosidad y potencia de su estructura
    se han mantenido expresando la sabiduría y conocimientos técnicos de sus
    constructores y ha sido causa de admiración y curiosidad, por todos los que han
    sentido y sienten la atracción por el pasado y sus variantes.


    Existen arqueólogos que
    tienen diferentes conceptos sobre la restauración y rehabilitación de los
    monumentos, pudiéndose englobar en tres grupos:


    - Arqueólogos no intervencionistas: esta postura deja en manos de los
    arquitectos la libertad para hacer lo que quieran. Este extremismo llevaría a
    la gloria (o lo contrario) a un arquitecto y a la empresa que lo dirige,
    manteniéndose el arqueólogo relegado a un plano secundario.


    - Arqueólogos que sólo permiten unas "restituciones mínimas": aunque
    este concepto es muy débil, y si no sólo hay que ver el teatro romano de
    Sagunto o monumentos comparables a este. Este sentido ha conseguido convertir
    en un caos, monumentos y tipologías arquitectónicas.


    - Arqueólogos clásicos: promueven la restauración profunda de los monumentos, y
    se preocupan por como deberían ser las relaciones entre arqueólogos y
    arquitectos, aunque estos últimos están mejor situados que los primeros.


    La problemática relación de los dos profesionales antes nombrados
    se ha sacado
    a la luz tras las opiniones sobre la rehabilitación del Teatro de Sagunto,
    monumento al que va dirigido este trabajo. En estos últimos años, algunos arquitectos han criticado
    la situación penosa a la que se ven sometidos los arqueólogos, haciendo de esta
    forma una crítica indirecta hacia sus compañeros arquitectos Grassi y Portaceli
    ,
    que llevaron a cabo la rehabilitación ejercida sobre el monumento mencionado. A
    pesar de estas críticas, los
    arquitectos han englobado el trabajo que debería ser ejercido por los
    arqueólogos
    , los cuales son los que conocen sobre los temas de Patrimonio y
    arqueología, ya que un arquitecto intervendría guiándose solamente por la
    estética.


    Las leyes españolas, que rigen el desarrollo científico de la investigación
    arqueológica y la materia de patrimonio histórico, viven en una constante
    renovación. Por ejemplo,
    la ley de 1985 sustituye el término de ruina-monumento, por el de bien de
    interés cultural. Este
    término hace que el concepto que se tiene de un arqueólogo no sea el de experto
    en ruinas, y se le juzgue por sus estudios y su documentación
    . En la
    actualidad, el turismo cultural crece, por lo que se demanda espacios
    históricos, es ahora cuando los arqueólogos deben aprovechar para demostrar que
    sus investigaciones son estudios con base y argumento.


    Una sentencia del Tribunal Supremo de Valencia, acaba de avivar la polémica en
    lo referido a la rehabilitación llevada a cabo en el Teatro Romano de Sagunto.
    Esta sentencia ha declarado ilegal dicha intervención, basándose en el artículo 39.2 de la ley de
    Patrimonio Histórico Español, que contiene una redacción del artículo 19 de la
    antigua Ley del Tesoro Artístico que prohibía toda reconstrucción en los
    monumentos.
    La redacción matiza esta ley, utilizando términos ambiguos
    que dan pie a confusión. Ante la poca claridad que esta ley transmite, los
    jueces han aplicado una interpretación general, a pesar de que a éstos no se
    les debería permitir juzgar casos en los que entre en juego la restauración
    arqueológica. Las redacciones de la ley tampoco resolverán el problema, ya que
    los intentos de precisión sólo serán los desencadenantes de más dificultades.
    Para mejorar una ley, esta debe ser discutida y elaborada por las personas
    implicadas en el cuidado y la conservación de nuestro Patrimonio Cultural,
    siendo esta fruto del sentido común y de lo lícito y correcto, si no será
    imposible que exista una ley que garantice una adecuada restauración de los
    monumentos. Todo esto se corresponde con los criterios de restauración, basados
    en una situación cultural concreta.


    Un ejemplo en los errores
    cometidos en la intervención
    al Teatro de Sagunto: la cávea tiene un boquete
    debido a que la "restitución mínima" de las gradas ha desajustado su
    ritmo compositivo, de modo que en la parte superior irrumpe la bóveda de un
    pasillo subterráneo de distribución, al no haberse calculado que las losas que
    recubrían los asientos iban sumando altura a las gradas.


    Los extremos de la cávea
    se han consolidado como si fueran parodoi, elemento que no tiene lugar en un
    teatro latino, aunque para conseguir ese plano vertical se recurriera a volar
    con un cartucho de dinamita una parte de la estructura romana.


    También el escenario se había ensanchado, sellando las substrucciones del
    frente escénico y del proscenio, con un piso de cemento sobre el que se elevan
    los restos de dos valvas.


    Pueden elaborarse trabajos orientados a subsanar esos errores. No podemos tener
    un planteamiento rígido en cuanto a la restauración. Por eso, esas
    intervenciones mínimas, a veces irreversibles, son tan peligrosas como una
    restauración de mayores ambiciones, siendo por este motivo, por lo que el
    informe arqueológico es decisivo para optar por uno o por otro grado de
    intervención
    . Para conocer la articulación constructiva, la arqueología clásica
    dispone de un método basado en el estudio directo del monumento. Se han realizado la planta y las
    secciones arqueológicas del Teatro de Sagunto en la documentación aportada por
    Emilia Hernández en 1986 y esas conclusiones sí que han sido utilizadas en la
    rehabilitación planteada por el proyecto, de modo que el recubrimiento
    de las gradas, la anchura y distribución de los praecinctiones, el lugar en que
    se elevan los baltei, la correspondencia y servicio de cada uno de los
    vomitorios y la consiguiente altura del edificio escénico por los que se decide
    el proyecto de los arquitectos G. Grassi y M. Portaceli, incorpora el resultado
    de un análisis arqueológico.
    Por
    una vez el equipo arqueológico no se ha limitado a hacer un simple seguimiento
    de la obra, sino que ha ido por delante, frente a cuyas propuestas se ha
    manifestado disconforme.


    La contemplación de las formas romanas desprovistas de decoración, produce una
    impresión de proyecto
    inacabado
    y eso puede achacarse al proyecto del Teatro de Sagunto: un cuerpo arquitectónico de
    ladrillo depositado sobre la cimentación pétrea romana, limpio y claro, que
    cobija en su interior capiteles, inscripciones y mosaicos procedentes de la
    ciudad de Sagunto
    .
    Hay quien opina que la memoria del lugar no justifica
    una restauración. La
    intervención de G. Grassi y M. Portaceli partía de unos criterios que pueden
    tomarse como defendibles, pero que analizados no soportan una crítica rigurosa.
    G. Grassi atribuye a anteriores intervenciones objetivos y criterios que
    parecen infundados y subjetivos, al definir el estado del monumento como una ruina artificial. En base a
    ello, se establecían las justificaciones de su actuación. Pero esto no
    podía resultar excusa para el tipo de intervención realizada, que se desentiende de la
    originalidad del propio monumento para plantear una idea propia sobre el mismo
    que acaba implantándose por encima de toda otra consideración.
    No puede
    afirmarse que el proyecto se haya basado en un conocimiento científico del
    edificio, ni que haya sido respetuoso con éste.
    Ni se hizo la adecuada
    investigación previa a la fase del proyecto, ni los resultados obtenidos de los
    hallazgos o estudios posteriores han provocado las modificaciones que hubieran
    sido de rigor, lo que lleva a suponer que tales datos no
    importaban a los autores del proyecto.


    Como ejemplo: la
    reconstrucción del muro de cierre de postscaenium. En sus orígenes
    seguramente fue ejecutado en dos fases y presentaba exteriormente una
    estructura de machones de refuerzo de opus quadratum, cuyos grandes sillares
    habían sido arrancados ya de antiguo, pero de los que quedaban las huellas, con
    relleno de sillarejos de opus vittatum
    . Respecto al remontaje de algunos elementos
    de los órdenes que decoraron el frons scaenae, parece un intento serio de
    mostrar lo que pudo ser la ornamentación del teatro. Las columnas se han dispuesto con una proporción
    rechoncha, lo que las priva de la elegancia y de la armonía que caracteriza a
    los órdenes clásicos. Parece que la escena tuvo triple orden, lo que el montaje
    realizado se encarga de contradecir. La reconstrucción del edificio escénico es
    errónea en la altura, pues queda achaparrado al no haber alcanzado la altura
    que debió tener originalmente. Las superficies que se presentan, ni siquiera
    una cuarta parte son restos originales romanos.


    A este efecto contribuye en gran medida la reconstrucción del graderío
    realizado en un material, distinto
    del original tanto en color como en textura
    , pues frente al color gris azulado
    de los sillares opus quadratum de caliza local se ha utilizado un aplacado de
    piedra blanca de tipo travertino, de Teruel. A esto le unimos la
    arbitraria decisión de interrumpir las scalae en los corredores o balteus.


    ¿Hasta qué punto se justifica una intervención de esta envergadura en un
    monumento histórico? Existen dos tipos de justificaciones:


    a) En primer lugar se apela a que históricamente ha habido intervenciones de
    cada época en los edificios, llegando alguna a tener tanta o mayor calidad que
    la obra original. La existencia de una mayor conciencia histórica y de un
    respeto hacia el legado del pasado, en este caso arquitectónico. Nuestra época se caracteriza por
    haber plasmado este sentir en legislaciones protectoras de este legado.
    En este caso nos enfrentamos con la esencia misma del concepto de conservación
    de un patrimonio.
    Argumentar que igual que se hizo en esas épocas se puede
    hacer hoy, es un contrasentido histórico, y será en su concepción y actitud,
    arquitectura de otra época, no arquitectura actual. En cualquier caso debe respetar la esencia y la
    naturaleza del monumento, no sobreponerse a él, ni menos ocultarlo o
    enmascararlo detrás de la obra actual.
    Y respetar su esencia puede en
    muchos casos querer decir respetar su estado de ruina. Conviene aquí preguntarse hasta que punto es
    necesario que todos los monumentos vuelvan a recuperar un uso. Hay muchos que
    merecen quedar como meros símbolos. Y si hace falta un teatro, hay
    muchos lugares en que poder edificarlo.


    b) Otro de los argumentos es la supuesta restauración del espacio original. La
    recuperación del espacio primigenio original, choca con la conservación de la
    materia auténtica del monumento. Lo que no tiene sentido es una restauración cree un espacio nuevo o
    transforme el original. En un monumento llegado a nosotros en estado de
    ruina
    , su espacio ruinoso no será el "auténtico" original, pero puede
    llegar a cobrar significación propia como ruina, y por tanto nueva
    autenticidad.


    El atractivo y la veneración que para nuestra sociedad encierran muchos
    monumentos, no cabe duda que en muchos casos se desvanecería tras actuaciones
    de reconstrucción como la aquí realizada. La idea de recuperar el espacio original no puede tomarse
    como válida en todos los casos y cuando hay serias dificultades para conocer su
    auténtica forma, y más cuando exige realizar un volumen de obra que rivaliza
    con las partes originales conservadas, resulta dudosa su validez como criterio
    de actuación.
    Es comprensible que una parte de la sociedad haya
    entendido que la obra ha supuesto una agresión contra el monumento. Y que hayan
    intentado detener esa agresión por todos los medios, incluidos los legales.


    En la actualidad, quince meses después de que el Tribunal Superior de Justicia
    confirmara la sentencia dictada en 1993 a favor de la reversibilidad del Teatro
    Romano de Sagunto, la
    Generalitat ha anunciado las zonas en que se realizarán los
    trabajos que devolverán al recinto al estado en que se encontraba en 1988.
    Todas las obras de nueva construcción en parte del escenario, los laterales y
    las gradas serán derribadas hasta dejar el teatro tal y como estaba antes de la
    polémica intervención de los arquitectos Grassi y Portaceli.


    El derribo podría costar unos seis millones de euros y, no comenzará hasta
    septiembre. Todos los
    informes sobre la reversibilidad de las obras en la zona de la gradería son
    favorables tras la realización de diversas catas sobre la zona. En cuanto a la
    zona del escenario, la reversibilidad será posible hasta cuotas de 1/20, ya que
    este a partir de este nivel cuando hay peligro de tocar la piedra original.
    Habrá partes del escenario en las que será posible intervenir en mayor
    profundidad debido a que la obra de mármol no está nivelada. Es imposible devolver los restos
    arqueológicos hallados y sacados del teatro cuando se hicieron las obras.
    Estos restos pasarán a exponerse en uno de los museos de la localidad, en la
    denominada casa del Mestre Penya.


    El proyecto definitivo de restauración será elaborado por una comisión
    multidisciplinar, en la que tendrán cabida desde arquitectos a delineantes,
    pasando por historiadores. Los miembros de esta comisión debatirán
    exclusivamente cuestiones técnicas. La sentencia prohibe la nueva construcción
    y sólo indica la demolición de la obra nueva y la adecuación del recinto para
    que éste tenga finalidad funcional y pueda ser utilizado por el público.
    Se
    harán las reformas pertinentes para evitar las filtraciones de agua que han
    perjudicado durante estos años la piedra original de la gradería."


    Espero q os haya gustado mi trabajo, si véis algún fallo me lo decís.


    Las fuentes q utilicé fueron:


    - El Teatro Romano de Sagunto: Génesis y Construcción. LARA ORTEGA, Salvador
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 147
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 150
    - Revista de ARQUEOLOGÍA, nº 153


    Para finalizar, voy a citar algo q escribí en la opinión personal de este
    trabajo y q no os he adjuntado (xq son opiniones personales sin importancia...
    y tampoco soy un experto en arqueología). Lo escribí hace 6
    años, pero para mi sigue teniendo la misma validez:


    "El patrimonio es nuestro pasado, el cual nos ayuda a afrontar el futuro
    sin sensación de desarraigo, ni cultural, ni social. Si acabamos con este
    patrimonio o lo convertimos en una obra actual, perdiendo así su identidad, no
    habrá pasado al que recurrir para fijar nuestro presente, ni tampoco para
    sentir nostalgia por él y enorgullecernos de lo que un día fuimos."»

  5. #5 lucusaugusti 13 de ene. 2008

    Gracias enki paterna por sus palabras.


    Este último texto que carece de autoría, creo que en ningún caso justifica la demolición del actual teatro de Sagunto. Un profesional de la arqueología opina que la obra pudo haber sido ejecutada de otra manera y para ello lo justifica con hipótesis en el aire de como el edificio pudo ser en original. Un arqueólogo o historiador realiza una crítica a un obra. Respetable opinión y que aporta más argumentos para conocer.


    Pero la obra de Portaceli y Grassi no destruye el edificio antiguo, que lo resalta eliminando los falsos añadidos miméticos con una falsa ruina y que convertia al edificio en un teatro "a la griega."


    El edificio tiene un interés que sobrepasa al valor de ruina, como Abamia sobrepasa al valor de ruina.


    En la historia los edificios se han reconstruido una y otra vez, es señal de cultura y de pulso cierto. En Sagunto podemos leer lo antiguo integrado en un uso original. No esta de mas reproducir este texto:


    “Y aquellos jueces condenaron a Adriano. Por atreverse a construir de nuevo el Panteón.” Había levantado a los dioses la más espléndida arquitectura jamás construida por los hombres. Y además, había utilizado materiales nuevos...........Y sus descendientes en Córdoba se asombraros al ver una catedral, hecha con nuevos materiales, levantada sobre el petrificado bosque de palmeras Omeya. Los jueces, imbuidos de sopladas ortodoxias, condenaros a Hernán Ruiz por atreverse a maridar la Mezquita con su fantástica Catedral.................Y sus descendientes en Granada, se quedaron pasmados al contemplar un palacio renacentista, hecho con nuevos materiales, alzándose sobre la llorada Alambra. Los jueces, investidos de ínfulas nacionalistas, condenaron a Pedro Machuca por atreverse a implantar el increíble palacio de Carlos V sobre el paraíso nazarí de La Alambra................
    Alberto Campo Baeza, arquitecto: “Jueces inicuos e ignorantes: a propósito del Teatro Romano de Sagunto”


    Al resto de Europa esta polémica les produce estupor: los españoles a garrotazos por algo que desconocen.

  6. #6 A.M.Canto 13 de ene. 2008

    Pasaré ahora a todos los interesados en la documentación real de este debate una contribución histórica curiosa, casi
    "prehistórica", porque es de 1987: El dictamen de los arqueólogos a los que en
    su día se encargó el 

    "INFORME SOBRE LA REINTEGRACIÓN Y REHABILITACIÓN DEL TEATRO ROMANO DE SAGUNTO" 

    Ponentes: 
    Emilio Jiménez Julián 
    Enrique A. Llobregat Conesa 
    Rafael Ramos Fernández 
    Ple: 21 de diciembre de 1987 

    Parece ser el único informe sobre el teatro digitalizado en el website de
    Documents del Consell Valencià de Cultura: http://cvc.gva.es/archivos/5.pdf. Al
    comienzo van unas páginas historiográficas bastante completas, y sobre el pésimo estado por
    aquellas fechas del monumento. Señalan la gran culpabilidad del ayuntamiento en ello, por
    sus permisos para celebrar en el teatro cualquier tipo de acto, y la mala
    vigilancia nocturna, donde ya enlazo con: 

    "IV.- En esta situación, lamentable y dramática para la conservación del teatro
    romano de Sagunto, surge, propiciada por la Dirección General del Patrimonio de
    la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana la propuesta de una
    actuación eficaz sobre el conjunto monumental, que se encargó a dos arquitectos
    especialistas en este campo, Giorgio Grassi y Manuel Portaceli. Las opciones
    podrían ser enfocadas desde múltiples puntos de vista, Y CABRÍA QUIEN
    PRETENDIESE UNA RECONSTRUCCIÓN DEL MONUMENTO, LO QUE VA CONTRA LA LEY. LA
    RECONSTRUCCIÓN ADEMÁS ES IMPOSIBLE PORQUE AUNQUE NOS SON CONOCIDOS NUMEROSOS DE
    LOS ELEMENTOS QUE FORMARON PARTE DE LA DECORACIÓN DE LA ESCENA, NO HAY NINGÚN
    DOCUMENTO QUE DÉ IDEA DE COMO ESTABAN DISPUESTOS Y DISTRIBUIDOS. NO SE PUEDE,
    COPIANDO DE ACÁ Y ALLÁ, INVENTAR DE LA NADA UNA FACHADA ESCÉNICA QUE EQUIVALGA A
    LA QUE EXISTIÓ EN SU DÍA
    .

    Toda esta obra nueva va realizada con encofrados o con ladrillo, ambas técnicas
    son de tradición romana, pero no se busca con ello la mímesis sino la distinción
    entre la obra nueva y la obra antigua en todo momento. A nuestro juicio la
    solución es completamente satisfactoria y obvia todos los problemas que han sido
    expuestos a lo largo de este informe. 

    Desde ese punto de vista nada mejor que se
    lleve a cabo el proyecto Grassi-Portaceli, en lo posible con la máxima celeridad
    a fin de salir al paso de los peligros de deterioro cada vez más crecientes y
    alarmantes.
    [...] 

    CONCLUSIONES: 

    1ª.- El Teatro Romano de Sagunto, Monumento Histórico Artístico desde 1896 se ve
    sometido a un continuo y acelerado deterioro, debido a las destrucciones
    voluntarias de que fue objeto en el pasado siglo y en la actualidad al uso
    abusivo y descuidado que se ha hecho de él para toda suerte de actividades
    incompatibles con su conservación, actividades que han deteriorado no sólo lo
    que quedaba de antiguo sino incluso los trabajos de consolidación y restauración
    más recientes. 

    2ª.- NO SE PUEDE RECONSTRUIR AQUELLO QUE NO SE HAYA AMPLIAMENTE DOCUMENTADO.
    ADEMÁS QUE LA LEGISLACIÓN ESPAÑOLA EN ESTA MATERIA SIEMPRE HA EXIGIDO QUE SE
    EVITARÁ LA RECONSTRUCCIÓN SIN LA DOCUMENTACIÓN NECESARIA –QUE NO EXISTE EN ESTE
    CASO CONCRETO– CUALQUIER INTENTO EN ESE SENTIDO SE CONVERTIRÍA EN UN PASTICHE,
    CONTRA LA ARQUEOLOGÍA, LA HISTORIA Y EL ARTE.
     

    3ª.- Se ha de buscar por tanto una fórmula cual es la reintegración arqueológica
    propuesta por los autores del proyecto, Sres. G. Grassi y M. Portaceli, que es
    la que ofrece más garantías de conservación de lo antiguo y de adecuada
    utilización de las partes de nueva fábrica que habrán de ser construidas para
    volver a dar al edificio sus volúmenes completos y una posibilidad de uso que no
    sea destructor del monumento como acontecía hasta ahora. 

    4ª.- Por todo lo expuesto creemos que es deseable y urgente que se lleve a cabo
    la ejecución del proyecto presentado."

    Hemos de ubicarnos en el momento histórico-político de este informe. Y, leyendo
    atentamente los dos sectores que he destacado, me da la impresión de que no opinaron sobre
    lo que se iba a hacer realmente, sino lo que parecía que se iba a hacer, y que más
    bien ya se temían lo que podía pasar: hubo reconstrucción sin contar con elementos originales ni datos para hacerla, y el teatro acabó siendo "UN PASTICHE,
    CONTRA LA ARQUEOLOGÍA, LA HISTORIA Y EL ARTE."
    Proféticos.

  7. #7 atapuerca 19 de ene. 2008

    Martes, 8 de enero de 2008 . Levante EL MERCANTIL VALENCIANO
    REDACCIÓN
    El presidente de los arqueólogos confía en que el auto finiquite un debate polémico
    A. G., Valencia El presidente de la sección (arqueología del Colegio (Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras de Valencia Castelló, Norberto Rodríguez, afirmó ayer que la reciente resolución d Tribunal Supremo ponga fin a un debate «que tanto tiempo ha abarcado».
    En declaraciones a Levante te- EMV, precisó que su postura como responsable de la sección no puede ser otra que de acatar la sentencia, en especial al tratarse de un asunto «controvertido» y sobre el que existen «opiniones encontradas incluso dentro del ámbito de, Propios expertos». Además, argumentó, que la propia sentencia (se fundamenta en informes técnicos elaborados por especialistas en la materia. No obstante, Rodríguez reclamó que en futuras ocasiones se tenga en
    Cuenta el criterio de la sección de arqueología del colegio profesional.


    Estoy de acuerdo con el presidente de los arqueólogos de Valencia y Castellón Sr. Norberto Rodríguez, se tenian por lo menos, tener en cuenta el criterio de la sección de arquelogia de Valencia y Castellón , pero lo que hicierón en el Teatro de Sagunto  fue su propio criterio y cometierón una Aberración y un crimen comparadas con otras reformas como la de el Teatro Romano de Merida. un saludo de Atapuerca

  8. #8 lucusaugusti 24 de ene. 2008

    Estas son las conclusiones originales de los arqueólogos, sin manipular, sin resaltar, sin modificar las tipología a mayúsculas.....:


    INFORME SOBRE LA REINTEGRACIÓN Y REHABILITACIÓN DEL TEATRO ROMANO DE SAGUNTO Ponentes: Emilio Jiménez Julián Enrique A. Llobregat Conesa Rafael Ramos Fernández Ple: 21 de diciembre de 1987


    Conclusiones: 1ª.- El Teatro Romano de Sagunto, Monumento Histórico Artístico desde 1896 se ve sometido a un continuo y acelerado deterioro, debido a las destrucciones voluntarias de que fue objeto en el pasado siglo y en la actualidad al uso abusivo y descuidado que se ha hecho de él para toda suerte de actividades incompatibles con su conservación, actividades que han deteriorado no sólo lo que quedaba de antiguo sino incluso los trabajos de consolidación y restauración más recientes.


    2ª.- No se puede reconstruir aquello que no se haya ampliamente documentado. Además que la legislación española en esta materia siempre ha exigido que se evitará la reconstrucción, sin la documentación necesaria –que no existe en este caso concreto– cualquier intento en ese sentido se convertiría en un pastiche, contra la arqueología, la historia y el arte.


    3ª.- Se ha de buscar por tanto una fórmula cual es la reintegración arqueológica propuesta por los autores del proyecto, Sres. G. Grassi y M. Portaceli, que es la que ofrece más garantías de conservación de lo antiguo y de adecuada utilización de las partes de nueva fábrica que habrán de ser construidas para volver a dar al edificio sus volúmenes completos y una posibilidad de uso que no sea destructor del monumento como acontecía hasta ahora.


    4ª.- Por todo lo expuesto creemos que es deseable y urgente que se lleve a cabo la ejecución del proyecto presentado.


    https://correo.uam.es/cgi-bin/webmail/pop.cgi?BACKGROUND=http%3a%2f%2fcvc%2egva%2ees%2farchivos%2f5%2epdf


     


    Recibe el proyecto todas las bendiciones para ser ejecutado

  9. #9 patinho 14 de abr. 2008

    La comisión interdisciplinar sobre el Teatro Romano de Sagunt celebra mañana su primera reunión para estudiar informes


    La comisión interdisciplinar encargada de analizar los informes sobre la reversibilidad del Teatro Romano de Sagunt (Valencia) para pronunciarse sobre las posibilidades de actuación mantendrá mañana martes, 15 de abril, su primera reunión, en la que está previsto abordar los estudios y documentos recabados hasta el momento.



    Este grupo de trabajo está constituido por la consellera de Cultura, Trini Miró, la directora general de Patrimonio Cultural Valenciano, Paz Olmos, y el alcalde de Sagunt, Alfredo Castelló, 'como representante del pueblo saguntino'.




    Completan la lista de expertos el presidente del Consell Valencià de Cultura (CVC), Santiago Grisolía; el decano del Colegio de Arquitectos de la Comunitat Valenciana, Juan Castillo; la directora del Museo Arqueológico de Sagunt, Emilia Hernández, en calidad de especialista en arqueología; el técnico de Arquitectura de la Dirección General de Patrimonio Ricardo Sicluna; la especialista del departamento jurídico de la Generalitat Isabel Villalonga, y la jefa de área de la Dirección General de Patrimonio, Carmen Iborra, que actuará además como secretaria de la comisión.




    La misión de este organismo será analizar todos los informes 'propios y ajenos que se han ido recabando durante estos meses' sobre la reversibilidad del Teatro Romano de Sagunt para pronunciarse sobre 'las posibilidades de actuación' que se derivan de la sentencia del Tribunal Supremo que decreta la reversión de las obras en el monumento.







    En el primer encuentro fijado para mañana los miembros abordarán los informes que se han elaborado hasta el momento aunque se continúa recabando estudios por lo que se prevé que la comisión mantenga diversas reuniones.







    La consellera Trini Miró enmarcó --durante el anuncio de la creación de este comité hecho en las Corts Valencianes-- la decisión de crear esta comisión en la voluntad de 'escuchar a todas las voces sobre este complejo proceso' para posteriormente poder actuar. La consellera defendió la 'necesidad de lograr un amplio consenso en cualquier actuación' y remarcó el 'firme propósito' de la Generalitat de 'llegar al fin de este camino con el mayor respaldo social y cultural posible'.







    Asimismo, remarcó que su departamento se encuentra dentro del plazo fijado por los tribunales de 18 meses para ejecutar la sentencia, al tiempo que subrayó que en la Conselleria de Cultura 'estamos trabajando desde el primer día para recabar todos los informes necesarios que nos expliquen al detalle qué conllevaría dar cumplimiento a la sentencia'.




    'PROCESO Y RESULTADO'







    Por ello, entre otras iniciativas, se han encargado informes a las áreas de Arquitectura y arqueología de la Conselleria para que detallen 'el proceso y el resultado de aplicar la sentencia en sus propios términos'.




    La sección cuarta de la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Supremo confirmó el pasado la decisión del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) sobre la forma de ejecutar la reversibilidad de las obras del Teatro Romano de Sagunt (Valencia), establecida en un período de 18 meses.




    De esta manera, la sala desestimaba el recurso de casación interpuesto por el Ayuntamiento de Sagunt frente al auto del TSJCV que desestimaba su recurso de súplica en el que pedía que la ejecución garantizara el continuado uso cultural del teatro, y estimaba en parte el interpuesto por la Generalitat, fijando como plazo de realización de las obras un periodo de 18 meses.





    Tomado de: http://actualidad.terra.es/cultura/articulo/teatro_romano_sagunt_2397807.htm

  10. #10 Agram 04 de jun. 2008

    Hola, buenas tardes, soy nueva en este bloc. Leí hace unas semanas todas las intervenciones y la mayoría me han parecido muy interesantes. Soy estudiante de arqueología y precisamente estoy haciendo un trabajo sobre el Teatro Romano de Sagunto. Necesito la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana de 1993. No soy valenciana y no puedo desplazarme al TSJCV. ¿Alguién me la puede facilitar? Si alguien la tiene y quiere pasármela y no puede ponerla en el bloc puedo darle mi correo electrónico.


    Muchas gracias a todos y todas 

  11. Hay 10 comentarios.
    1

Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.

Volver arriba