¿Espacio ritual prerromano en el Valle del Tormes?

Poblamiento publicado por:

María Luisa Savirón Cuartango
Ángel Luis Mayoral Castillo



El Berrueco desde el Puente del Congosto

No vamos a descubrir aquí la importancia arqueológica del cerro del Berrueco, conocida de sobra desde que el padre César Morán realizase las primeras excavaciones entre 1919 y 1922, Maluquer entre 1953 y 1956 y Fabián en 1983.
Recientemente se ha publicado un pequeño adelanto de los resultados de las campañas que viene realizando ISOTADER en colaboración con el Excmo. Ayuntamiento de El Tejado y la asociación ACAB (Asociación de amigos del cerro del Berrueco).
El trabajo EL PROYECTO ZONA ARQUEOLÓGICA DEL CERRO DE EL BERRUECO, ha sido publicado por
Oscar LÓPEZ JIMÉNEZ , Victoria MARTÍNEZ CALVO y GIPSIA, S. L
y se puede leer en: http://www.ucm.es/info/arqueoweb/numero8_1/conjunto8_1.htm



El Berrueco desde Las Casas de la Vega

No es la intención de este artículo hacer una crítica de los trabajos realizados, sobre todo porque las campañas no han finalizado y es de suponer que se publicará una memoria, que sí será objeto de estudio y análisis más detenido por nuestra parte, y esperamos que por parte de mucha más gente, y suponemos que aportará elementos de estudio interesantísimos, cuando se realice la clasificación y datación de la enorme cantidad de piezas recuperadas.

Si nos gustaría sin embargo hacer una consideración en un asunto que nos parece importante y que podría aún subsanarse, si nuestro punto de vista es acertado, con un pequeño acuerdo de colaboración entre provincias de la misma Comunidad Autónoma.
Aclararemos que en el Cerro del Berrueco inciden tres términos municipales, El Puente del Congosto y El Tejado, que pertenecen a Salamanca, y Medinilla, que pertenece a Ávila. A nuestro entender, va a ser difícil conseguir los objetivos que se proponen, un estudio integral de la zona, sin efectuar prospecciones y el mismo tipo de estudios también en el término de esta última. De hecho, si se han ampliado las excavaciones de Morán y Maluquer, es muy probable que se haya estado trabajando en Medinilla sin la aprobación expresa de su Ayuntamiento. Es de esperar que esto no se haya producido.
Por otra parte, y como muy bien dice el resumen publicado, también será muy difícil hacerse una idea completa, como se pretende, de la influencia de El Berrueco en su entorno, sin relacionarlo muy directamente con la cadena de pequeños montes entre Gilbuena y Medinilla, con poblamientos constatados, y una relación menos próxima pero indispensable en ciertas épocas con La Horcajada, Hoyorredondo y con el algo más alejado Mirón.
El Berrueco, domina no solo el camino de Santibáñez, como acceso a la Vía de la Plata, también influye sobre el Cordel Bejarano, de no menor importancia, ejerciendo un claro dominio además sobre las cuencas del Becedillas, el Tormes, y la confluencia del este último con el Corneja. El estudio del castro de Encinares se hace indispensable para conocer en que época se ejerció suficiente influencia en la zona como para controlar incluso los pasos del río.
A grandes rasgos, estamos de acuerdo con la cronología presentada, desde 12.000 a.c. a la actualidad, admitiendo las lagunas existentes entre la Dehesa y la Mariselva, que no es pequeña, y la alto medieval, que apenas se trata. Sospechamos que la Dehesa no es el único yacimiento paleolítico del entorno, pero esa es otra historia.
Ya hemos mencionado en otro foro que nuestro amigo Jesús Antonio González Calle tiene publicado un excelente trabajo en su libro “Despoblados en la Comarca de El Barco de Ávila”, en el que, aunque trata el período bajo medieval, expone interesantes teorías sobre la continuidad de poblamiento en época anterior. Aquí debemos destacar la omisión en la memoria del Proyecto Berrueco del despoblado de Las Torrecillas, que no han podido dejar de ver y que inexplicablemente no mencionan. El castillo y el puente medieval de El Puente del Congosto creemos que merecería una referencia de mayor extensión.
Sobre el asentamiento romano se habla de pasada sobre un posible desplazamiento hacia la cuenca del Tormes. En nuestra opinión, el asentamiento romano se perfila sobre todo en la cuenca del Becedillas, desde Becedas, Palacios de Becedas, San Bartolomé de Corneja, Gilbuena, Junciana, El Losar y Navamorisca. Y, sin disponer de una gran cantidad de hallazgos documentada, si coincidimos con E. Moreno Lete en suponer una población romana en ese entorno, de hecho, sospechamos que el curso del Becedillas fue alterado para proveer de riego una parte importante de esa zona. No es descartable el asentamiento romano también en el Valle del Corneja.
Y abandonando ya las consideraciones genéricas, centrémonos en el enclave motivo de este artículo. Se menciona la existencia de un recinto:
“...un espacio de uso en la meseta superior (con espacios de trabajo especializado) y, posiblemente, un lugar de uso ritual delimitado por estructuras de amurallamiento y apartado en una pequeña plataforma por encima del resto del complejo.”

Conocemos desde hace años el lugar sin que hasta el momento nos hubiéramos decidido a darlo a conocer para evitar la intrusión, ya elevada, de desaprensivos en estos parajes. Como parece ya estar la zona bajo el control de las autoridades competentes y el equipo que realiza el trabajo, que lo sitúa concretamente, nos tomamos la libertad de ofrecer este modesto documento gráfico, sin más pretensiones, para información de los lectores de Celtiberia. No ampliaremos nosotros datos concretos de su situación por si el nivel de protección del yacimiento no fuese todavía idóneo.
Es este un paraje de sobra conocido por los habitantes de El Tejado y el Puente del Congosto y de La Casilla y La Magdalena, que a menudo se olvidan, así como de los aficionados a la historia que habitamos o visitamos los contornos.
Se trata de un terreno con una pequeña inclinación sobre suelo de granito aparentemente acondicionado. Sobre él, destacan varios pilares y una formación irregular de extraño aspecto, que nosotros suponemos tallada. Se aprecian en este elemento algunas cazoletas y un rebaje sobre el contorno medio que parecen depósitos y acanaladuras probablemente para recoger algún tipo de fluido. Una observación en detalle nos permite apreciar, desde el lado que está acanalado precisamente, el parecido con una cola de pez, concretamente de ballena, sin que supongamos por esto que sea ese símbolo lo que se quería representar y que mencionamos solo a efectos de una identificación más precisa. Se observan abatidos algunos pilares más que podrían haber formado hilera hasta el elemento citado y una piedra con una pequeña cazoleta en lo que podría ser el comienzo de dicha hilera.
En uno de los pilares puede apreciarse claramente una cazoleta, bastante desgastada, y en el mismo y en otro, que es doble, unas cruces que podrían indicar el intento de cristianización de un lugar en el que, posiblemente, se celebrasen ritos hasta épocas no tan remotas. La razón de que, pese a la destrucción sistemática de este tipo de lugares, éste haya permanecido relativamente reconocible puede deberse a que se encuentra encuadrado en lo que es aún hoy un encerradero de ganado vacuno y el hecho de que al menos dos de los monolitos parecen tallados sobre la losa granítica en la que asienta.
Más arriba, se aprecian otras cazoletas en bolos graníticos y piedras caballeras, hasta la cima del cerrillo bajo el que se encuentra el lugar descrito. Aunque quizás sea mucho aventurar, nos atrevemos a imaginar una especie de camino al cerro jalonado de piedras retocadas con un sentido distinto al puramente ornamental o de defensa. Y no iremos más allá.
Algunas de las fotos que publicamos fueron tomadas en Noviembre y las últimas el pasado mes de Junio.






Subida al cerro



Los tres monolitos en hilera



Pequeña cazoleta en una piedra al comienzo de la hilera




Monolitos e hilada de piedras



Primer monolito - con cazoleta y cruz



Segundo monolito - doble con cazoleta



Tercer monolito



Conjunto completo desde otro ángulo



Detalle de cazoleta en el monolito doble



Monolitos desde otro ángulo



Fuente cercana al recinto



Otras piedras del recinto junto a los monolitos



Detalle del elemento “Cola del Pez” (I)



Elemento “Cola del Pez” desde la entrada al recinto



Cazoleta y acanaladura en la “Cola del Pez”



Detalle del elemento “Cola del Pez” (II)



Otras formaciones del entorno (I)



El Berrueco y la Sierra del Tremedal



El Berrueco desde Navamorales”



Otras formaciones del entorno (II)



Otra vista de la “Cola del Pez” (I)



Otra vista de la “Cola del Pez” (II)



Otra vista de los tres monolitos



Otra vista del primer monolito