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CáDIZ Cádiz
28 de ago. 2006
Clasificación: Ciudad antigua
Información mantenida por: ventero
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LA GADIR FENICIA
LA GADIR FENICIA
La ciudad más antigua de Europa Occidental merece un poblamiento en Celtiberia.net.
Esa ciudad es Cádiz; más de 3000 años la contemplan (es más antigua que Roma, ¿qué se le va a hacer?), pero hay muchas etapas o versiones de la misma ciudad, precisamente por su antigüedad.
Vamos a dedicarnos a la fase más antigua, la fenicia, cuando se llamaba Gadir (que equivale a "fortaleza"). No es el momento de entrar en ciertas polémicas, por lo que vamos a dejar a un lado la respetable teoría de que la primera Cádiz fenicia estaba en el Castillo de Doña Blanca, defendida por Ruiz Mata. Quien quiera conocer sus razones que lea el artículo publicado en “Complutum” el año 1999.
Ahora bien, ¿qué se puede ver en Cádiz que permanezca tal cual desde la época fenicia? Pues muy poco, o nada, si buscamos algo material sobre el paisaje urbano, algunas estructuras arquitectónicas sobre el suelo o al menos algún resto de columna, algún sillar... La intensa urbanización superpuesta de la ciudad ha ido borrando los restos o recuerdos de otras épocas, y de la primera (la fenicia) no queda nada.
Algunos recordarán que en sus viejos libros de texto venía, junto a la foto del sarcófago antropomorfo, la de las tumbas fenicias de la necrópolis donde se encontró, allí en Punta de Vaca;
bueno, pues hoy no sólo no se ven en los libros sino que tampoco en el lugar, porque fueron asoladas para construir los edificios de la Zona Franca, y así con todo lo demás.
No vamos a hablar aquí de la Gadir fenicia que puede verse en las fuentes literarias. Vamos a elaborar un itinerario ideal recurriendo a las piezas arqueológicas, a los objetos materiales que conservamos de la época fenicia de Cádiz. La gran mayoría se encuentra en el Museo de Cádiz, aparte de algo que se conserva en el de San Fernando y de alguna pieza que hay en el Museo Lázaro Galdiano.
Contemplándolas podemos ver por donde se extendía la Gadir fenicia, a tenor del lugar donde se encontró cada una, y, uniendo todos los puntos, saldrá una ruta; ella será el contenido que quiere enseñar este poblamiento, al cual titulamos “La Gadir fenicia”. No entra en él Castillo de Doña Blanca, porque ya ha sido objeto de otro poblamiento en Celtiberia.net y porque tiene entidad propia. Sí entran las piezas encontradas en San Fernando y en los alrededores de Santi Petri porque todo ello forma un conjunto de islas que se designaban colectivamente las Gadeiras, como constituyentes de una sola unidad colonial.
En la disposición y el tamaño de las islas que entonces integraban el territorio gaditano no había error en los autores antiguos. Más adelante podremos incorporar nuevos datos a este poblamiento, porque pueden salir a la luz. Aparte, no hay precisamente mucha abundancia de materiales arqueológicos de la Gadir fenicia; lo que sabíamos hasta ahora se debía más a los textos escritos. No es de extrañar que ante la falta de datos arqueológicos, las hipótesis sobre la ubicación de la Gadir arcaica hayan sido de lo más controvertidas.
Las prospecciones geoarqueológicas dirigidas por Arteaga hace poco permitieron replantear la cuestión del polémico asunto de la topografía de las islas gaditanas. Las prospecciones permitían hablar ya de un archipiélago compuesto por dos islas, y no por tres como se había contemplado hasta entonces. Así, podemos observar que si la Isla de San Fernando quedaba siempre sin nombre en los testimonios escritos, obedecía, sin más, al hecho de que estaba unida ya desde época fenicia a la isla mayor, formando parte de ella y englobándose dentro de sus diferentes denominaciones (Continusa, Tarteso, Gadir).
Ya en el momento de la instauración del hábitat fenicio, el canal Bahía-Caleta, o de Ponce, se encontraba cegado por una lengua de tierra que comunicaba la isla menor con la mayor, dando como resultado la configuración de dos ensenadas, una exterior y otra interior, ideales para su utilización como estructuras portuarias.
Los recientes hallazgos hechos en el casco antiguo gaditano nos indican que la primera ocupación fenicia se encontraba en la zona más elevada de la isla menor, y próxima al puerto interior, en donde nos indicara ya Plinio. De esta manera, coinciden ambos tipos de testimonios para poder afirmar sin más dilaciones que el oppidum arcaico de Gadir se encontraba en Cádiz.
Encontramos, desde los primeros momentos de la ocupación fenicia, el diseño espacial de lo que correspondería a un oppidum principal, destinado a ser el núcleo central organizador y canalizador de la talasocracia fenicia en el extremo occidente. El patrón de asentamiento –la isla menor como núcleo urbano, la parte central de la mayor como recinto funerario y la parte extrema como khora productiva– va a mantenerse prácticamente hasta el final de la Antigüedad.
Respecto a la fundación de una nueva ciudad romana junto a la vieja indígena, "la Gemella o Dídime", Estrabón nos dice que no fue precisamente muy grande, pero "debió verse agraciada con este intervencionismo edilicio en la parte donde era más factible: en la zona norte de la gran isla gaditana, por debajo de las instalaciones portuarias donde desde mucho tiempo antes ya se habían instalado los fenicios". Era un puerto seguro, creado por la fusión entre esta isla y la otra más pequeña, situada delante; entre ambas discurría el Canal de Ponce. Era una importante factoría naval, hacia la que llegaban las maderas de las tierras circundantes para construir todo tipo de buques, y la ciudad vivía de huertas, viñas, del ganado y de la sal, "lo que daba origen a un comercio con poblaciones del interior".
Con este planteamiento urbanístico, vamos ahora con mucha ayuda del google a repasar, por orden cronológico, la principales piezas fenicias que nos ha dado la arqueología gaditana. De cada una importa el lugar donde fue hallada y la época en que se data. Al margen se relacionan las fotografías, muchas (con su ficha) de la página del Museo de Cádiz; viéndolas podremos aproximarnos a la imagen que tuvo la Gadir fenicia.
JARRO ASKOIDE SARDOEn la calle Cánovas del Castillo apareció un jarro askoide sardo, en cerámica hecha a mano y decorada con punzón. Su altura es de 16 cm. Se data en época fenicia arcaica (siglos IX-VIII a.C.).
Este jarro es una pieza única en la Península Ibérica. Su origen hay que buscarlo en la cultura nurághica de la isla de Cerdeña, concretamente en el periodo de la Edad del Hierro I. Su presencia en Cádiz se explica por el comercio fenicio, dados los importantes asentamientos coloniales en la costa surocciodental de dicha isla (Tharros, Sulcis, Bithia y Nora) y sus importantes relaciones con los indígenas. Este jarro, asociado a otros materiales arqueológicos, viene a confirmar plenamente la existencia de un asentamiento fenicio en Cádiz, donde hasta ahora escaseaban los testimonios materiales de una ocupación colonial como lugar de hábitat, en contraste con la abundancia de elementos funerarios.
La fecha del jarro y los materiales que lo acompañaban indican que los fenicios se asentaron en la misma Cádiz en los momentos finales del siglo IX a.C., algo antes que en otros lugares de la costa andaluza, bien conocidos por la arqueología (Castillo de Doña Blanca y Morro de Mezquitilla).
ÁNFORA FENICIA ARCAICAEl Ánfora fenicia arcaica fue localizada en la excavación de un solar en la calle Cánovas del Castillo.
Este tipo de ánforas, que los arqueólogos conocen como R-1, entre otras denominaciones, fueron las más extendidas entre los fenicios del Extremo Occidente desde el siglo VIII al VI a.C. Su característico cuerpo ovoide de gran capacidad, su fondo parabólico apto para superficies irregulares y sus asas pequeñas pero fuertes, son las razones de su éxito.
Su amplia distribución en toda Andalucía, Extremadura, la costa del Levante peninsular hasta Cataluña y el norte de África son testigos de la intensidad que tuvo el comercio fenicio en estas zonas, siendo la bahía gaditana uno de sus núcleos principales.
ESCULTURA DE HÉRCULES-MELKARTEn Chiclana (Cádiz), cerca de Sancti Petri, apareció, junto a otras cuatro, una escultura de Hércules-Melkart, en bronce a la cera perdida, con una altura de 36 cm y fechada en época fenicia arcaica (siglos VIII-VII a.C.).
Los cinco bronces fenicios aparecidos en los alrededores del antiguo templo de Melqart-Hércules y conservados en el Museo de Cádiz constituyen un conjunto único en el mundo fenicio.
Las fuentes clásicas de época romana coinciden en señalar el extraño carácter del culto practicado en este santuario gaditano, lleno de elementos netamente fenicios. Uno de ellos era la ausencia de imagen propia del dios, cuyos atributos se personificaban en la iconografía de otras divinidades de tipo egipcio (Osiris) y sirio (Reshef).
En esta pieza vemos a Melqart como un trasunto de Osiris con los cánones del arte faraónico, con faldellín (nemes) y la corona propia de este dios (atef). Melqart adquiere así un carácter funerario, similar al Osiris egipcio, como divinidad que muere y resucita.
A decir del historiador romano Justino, la fama del templo gaditano se debía en buena parte a que conservaba las cenizas del cuerpo mortal de "Hércules".
CAPITEL PROTOEÓLICOCerca del Castillo de San Sebastián apareció un capitel de volutas, en piedra caliza tallada y pulimentada. La altura es 28 cm y el diámetro de la base, 18,5 cm. Está datado en época fenicia arcaica (siglo VII a.C.).
Este capitel es testimonio de la existencia en el extremo más noroccidental de la antigua isla de Cádiz de un importante edificio fundado en época fenicia. Plinio el Viejo señala que en esta parte de la ciudad de Gades existían dos templos: uno dedicado a la Venus Marina y otro a Cronos. Mientras que los hallazgos submarinos del entorno de la Punta del Nao y Castillo de Santa Catalina se han vinculado a la primera divinidad, este magnífico capitel señala la presencia en la Punta del Sur y Castillo de San Sebastián del templo de Cronos. Este dios no era más que la versión romanizada de Baal que, junto con Melqart y Astarté, forman la tríada oficial de Tiro y, seguramente, de Gadir.
La fotografía que sigue presenta el Castillo de San Sebastián visto precisamente desde el Castillo de Santa Catalina, dejando entre ambos la playa de la Caleta.
Este tipo de capiteles, llamados también "protojónicos" o "protoeólicos", fueron bastante corrientes en Siria-Palestina en las construcciones patrocinadas por las diversas casas reales, como vemos en lugares como el primer templo de Jerusalén, Samaría y Megiddo.
Resulta muy significativo que en una de las más conocidas representaciones de Tiro, concretamente un relieve del palacio asirio de Jorsabad (siglo VII a.C.), la gran metrópoli fenicia aparezca coronada por un edificio monumental, seguramente el templo de Melqart, cuya puerta está flanqueada por dos columnas con este tipo de capitales. ¿Indica este capitel del Castillo de San Sebastián la presencia en Gadir de construcciones sacras promovidas directamente por los reyes de Tiro? Al igual que en los capiteles del relieve de Jorsabad, la pieza gaditana carece de función arquitectónica. Es un capitel meramente decorativo, ya que su ábaco abombado impide la colocación sobre el mismo de un dintel.
ESTATUA FENICIA DE GUERREROEn la Plaza de Asdrúbal apareció una estatua fenicia de guerrero en arenisca tallada, con modelado de los detalles en estuco. La altura es de 58 cm. Se data en época fenicia arcaica (siglo VII a.C.).
Representa a una figura masculina vestida con faldellín y bonete cónico en la cabeza. El rostro, pese al desgaste, permite distinguir las facciones y una característica barba puntiaguda, lo que da a la pieza un marcado aspecto oriental. La actitud del personaje es la de alancear a otra figura, hoy perdida, con la que formaría grupo. No sabemos si se trataba de un animal o de un guerrero. El conjunto se apoya en un plinto muy tosco.
La pieza nos remite a algunas escenas de los marfiles fenicios de Carmona (Sevilla), pero su importancia histórica va mucho más allá, ya que este hallazgo es la primera muestra importante de escultura fenicia en piedra en la Península Ibérica. Todo indica que formaba parte de la decoración de algún edificio importante de la Cádiz fenicia, aunque nada podemos decir al respecto, salvo que esta estructura se encontraba abandonada en época romana, pues la pieza se encontró rota en el fondo de un pozo de los muchos que existen en la isla gaditana.
Nada sabemos sobre la identidad del personaje, pero la actitud parece reflejar una escena de lucha, posiblemente mítica. ¿Estamos ante uno de los trabajos de Melqart-Heracles en un momento arcaico de expansión de la leyenda?
ANILLO DE CASA DEL OBISPOEn el yacimiento de de Casa
del Obispo (entre ambas catedrales), se encontró el año 1997 un anillo fenicio dentro de una tumba. Está datado en el siglo VII a.C. y fue realizado en oro puro por un joyero zurdo.
Pese a la austeridad del aro de oro con dos delfines grabados (uno de los símbolo más emblemáticos de la antigua Gadir), el anillo se encuentra muy desgastado por el tiempo; también el uso provocó que sufriese muchas transformaciones y arreglos. Fue usado por tres generaciones a lo largo de un siglo.
El granulado etrusco, formado por pequeñas bolitas que unidas crean flores de loto, es de inspiración oriental, lo que hace pensar que la pieza fue realizada por orfebres de otros países
Sigue siendo un misterio para los expertos quién pudo ser el dueño de la joya de oro. Pudo ser un rey o un sumo sacerdote; no se sabe, pero debió de ser alguien muy importante porque las distintas civilizaciones fueron respetando su tumba y fueron construyendo santuarios en el entorno. El dueño posiblemente actuó como mecenas del joyero, ya que este encargo era muy costoso y quizá tardaron en concluirlo uno o dos años. En aquella época importaba más la ostentación que la propia estética.
La tumba fue saqueada en los años 60 y del ajuar sólo se salvaron unos cuantos hilos de oro de los ropajes además del anillo.
ESTELA FENICIAEn la necrópolis fenicia de Puerta de Tierra apareció esta estela fechada en el siglo VII a.C.
Construída en piedra ostionera, tiene forma prismática de sección cuadrada y se remata con una pirámide. En su frontal presenta un campo rebajado, con un hueco que debió servir para alojar las cenizas del cadáver y con una decoración en forma de ídolo-botella.
GRAN THYMIATERIONEn la Punta del Nao apareció el Gran Thymiaterion, en terracota hueca, con decoración hecha a molde y retocada a mano. Su altura es de 65 cm. La datación pertenece a época fenicia arcaica (siglos VII-VI a.C.)
Esta magnífico "thymiaterion" o quemaperfumes es una pieza única en el Occidente fenicio. Su aparición , junto con una gran cantidad de hallazgos de tipo votivo, lo relacionan con el templo que, según Plinio el Viejo, se encontraba en este promontorio para el culto de la Venus Marina.
Claramente estamos ante una romanización de la fenicia Astarté, que forma junto a Melqart y Baal la tríada oficial venerada en Tiro y, con toda probabilidad, también en Gadir. Astarté simboliza el principio femenino, la fecundidad, y sus símbolos son el planeta Venus y la Luna; de ahí su importancia como divinidad asociada a la navegación astronómica. Este carácter procreador, náutico, astral de la diosa lo encontramos representado en el "thymiaterion" de Cádiz: flores de loto, embarcaciones, lunas y/o soles nacientes (no olvidemos que Venus sólo se ve durante el alba o el crepúsculo). Este rico esquema compositivo aparece sostenido por tres sirvientes de aspecto egiptizante, uno en cada esquina de la pieza.
No son las únicas piezas halladas relacionadas con la religión en Gadir. Las terracotas halladas en la calle Juan Ramón Jiménez, con agrietamientos y fallos de cocción, indican que nos encontramos ante un vertedero de un taller de terracotas de carácter ritual de los siglos V-IV a.C.
PENDIENTE FENICIO DE PLATAEste pendiente fenicio se encontró en la necrópolis de Puerta de Tierra. Está datado en el siglo VI a.C.
CABEZA MASCULINA DE ESTILO ORIENTALEn la Punta del Nao, se encontró esta cabeza masculina de estilo oriental, en terracota hueca hecha a molde y con retoques a mano. Su altura es de 17,5 cm. Está fechada entre los siglos VI y V a.C.
Este hallazgo submarino se vincula al templo gaditano de la Venus Marina-Astarté, situado, según los textos clásicos, en la Punta del Nao. La costumbre de arrojar abundantes ofrendas al mar en esta zona, seguramente desde cortejos náuticos, refleja una vez más el carácter de protectora de la navegación que tenía esta diosa.
La cabeza está trabajada con gran detalle, especialmente el cabello rizado, que pudiera ser una peluca postiza. La barba enfundada le proporciona un claro aire egiptizante y los ojos almendrados corresponden a los cánones artísticos habituales en el Próximo Oriente asiático.
Estamos ante una representación de un personaje fenicio, que también es conocido en lugares como Cerdeña. Con este vivo aspecto aparecen los comerciantes cananeos en las pinturas de las tumbas egipcias del Imperio Nuevo, apreciándose en ellas el llamativo colorido de la indumentaria de estas gentes de Siria-Palestina. No obstante, aunque esta pieza gaditana es bastante posterior a las referidas representaciones, no parece que la atención por el aspecto personal hubiese disminuido entre fenicios y cartagineses respecto a sus antepasados del II milenio.
Los romanos, enemigos mortales de los cartagineses, los calificaban de "afeminados" debido al tiempo que pasaban realizándose complicados peinados y, sobre todo, arreglándose la barba. Sabemos que en Cartago existieron barberos sagrados que se ocupaban de acicalar los cadáveres para el "último viaje".
DIOSAS EN TERRACOTAEstas terracotas se encontró en la Caleta y está datada en el siglo V a.C.
La fotografía de la segunda es del celtíbero jugimo.
SARCÓFAGO ANTROPOIDE FEMENINOEn la calle Ruiz de Alda, apareció este sarcófago antropoide femenino, de mármol blanco, con una longitud de 2,14 m., una anchura de 0,86 m. y una altura de 0,42 m.
Está fechado en al año 470 a.C. Se trata de un sarcófago compuesto por dos piezas, caja y tapa, ahuecadas interiormente con forma de silueta humana. Sobre la tapadera están labrados en relieve los rasgos de una mujer: pies, brazos, senos, cuello, rostro y peinado. La mano derecha está extendida y la izquierda sostiene un alabastrón con tapadera. Por su técnica y estilo corresponde a la serie de sarcófagos antropoides sidonios.
En su interior se encontró un ajuar funerario formado por dos pares de pestañas de bronce, cinco amuletos colgantes en forma de ureus, un escarabeo y cuatro clavos de bronce.
SARCÓFAGO ANTROPOIDE MASCULINOEn Cádiz se encontró el sarcófago antropoide masculino con motivo de las obras de Punta de Vaca para hacer la Zona Franca.
La pieza, de mármol blanco tallado y pulido, estuvo originalmente policromada. Su longitud es de 219 cm.; la anchura, de 81 cm. y la altura, de 84,5 cm. Está datada hacia 400 a.C.
El descubrimiento de esta magnífica pieza dio lugar, en su momento, a la creación del Museo Arqueológico de Cádiz.
Representa a un personaje masculino maduro, con cabello y barba bien arreglados, que sostiene en su mano izquierda una granada y en la derecha una corona de flores pintada, muy perdida. El personaje va cubierto por una túnica bajo la cual aparecen los pies desnudos. El trabajo de la piedra indica la labor de un artista griego o fenicio muy helenizado, buen conocedor de las técnicas de los grandes maestros del arte clásico del siglo V a.C.
En 1980 apareció en Cádiz el sarcófago femenino, pero no abundan los sarcófagos antropoides de este tipo. Se conocen otros en Sicilia y en la ciudad libanesa de Sidón. En el British Museum de Londres se conserva uno de calidad notablemente inferior a los de Cádiz.
La mayoría de los investigadores piensan que las piezas gaditanas son importaciones del Mediterráneo Oriental o del sur de Italia, que confirman el destacado papel de Gadir en el mundo fenicio. No obstante, también se ha defendido la presencia de un taller local. Las personas que se enterraban en este tipo de sarcófagos pertenecían a la clase dirigente, pese a que los ajuares que poseían fueran muy escasos. El propio contenedor del cuerpo era por sí solo un elemento de prestigio al alcance de muy pocos.
COLLAR DE LA NECRÓPOLIS FENICIAEn la Playa de los Números se encontró este collar en la tumba D de la necrópolis fenicia. Está elaborado con oro y cornalina. Su longitud es de 26,8 cm. Está fechado en los siglos V-IV a.C.
El collar se compone de doce cuentas de oro y veinte de cornalina que se alternan. Tienen diversas formas: esféricas, cilíndricas y de huso. En el centro cuelga un medallón con una roseta de doce pétalos inscrita en dos círculos concéntricos de oro esmaltado. También cuelgan otros dos colgantes de oro, uno con forma de ánfora y el otro con forma de cabeza de carnero.
ANILLOS GIRATORIOS FENICIOS (DE JASPE Y DE TURMALINA)En Cádiz se encontraron dos anillos giratorios fenicios, uno de jaspe y otro de turmalina. Están datados en el siglo IV a.C. y se consideran obras de un taller local.
El de jaspe mide 28 mm y está tallado en cobre, oro y jaspe, con entalle de cabeza masculina de perfil.
El de turmalina mide 34 mm y está tallado en cobre, oro y turmalina de sección prismática.
Pertenecen a la Colección Lázaro Galdiano, con el número 652 y 64, respectivamente, del Inventario de la Sección Joyas / Arqueología.
PENDIENTE FENICIO DE OROEn Cádiz se encontró un pendiente fenicio, producido en un taller local. Está fabricado en oro. Las dimensiones son de 10 a 20 mm de diámetro. Su datación es ss. IV-III a.C.
Pertenece a la Colección Lázaro Galdiano, con el número 617 del inventario de la Sección Joyas / Arqueología.
Damos por ahora fin a este breve repaso arqueológico de la Gadir fenicia pero lo iremos aumentando en la medida de lo posible y de las aportaciones de los celtíberos.
ventero
Cómo llegar y horarios
Preguntando por la Tacita de Plata, a cualquier hora. Este poblamiento se puede relaccionar con este otro: "Castillo de Doña Blanca"
El poblamiento fue geoposicionado por ventero.
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Otra cosa sobre el jarrito en cuestión (pieza 1): No es único en la P. Ibérica, había entre los restos de la cerámica del Carambolo un fragmento de otro posible, decorado igualmente con círculos concéntricos, que identificó M. Torres en 2004, cf. M. Torres Ortiz, "Un fragmento de vaso askoide nurágico del fondo de cabaña del Carambolo", en Complutum 15, 2004, 45-50, véase su post scriptum: "Con posterioridad a ser entregado este artículo ha aparecido otro jarro askoide en la Península Ibérica, concretamente en Cádiz, en un contexto arqueológico de la segunda mitad del siglo VIII A.C., que fue presentado en el Congreso Internacional de Protohistoria del Mediterráneo Occidental (5-7- de mayo de 2003) por I. Córdoba Alonso y D. Ruiz Mata, con lo que la pieza del Carambolo ya no es un unicum en la Península Ibérica." (http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/11316993/articulos/CMPL0404110045A.PDF).
A Manuel le contesto. Hay un poblamiento abierto sobre Castillo de Doña Blanca. Está en la siguiente dirección
http://celtiberia.net/verlugar.asp?id=601&cadena=ventero
Allí podemos tratar el asunto de lo que opina Ruiz Mata, si te parece. Lo digo por poder profundizar más sin distraer la atención de la temática de este foro específico de Cádiz; vamos, es sólo una opinión. Puede que incluso él, el principal interesado en defender su tesis, pueda saltar a la arena celtibérica a debatir con nosotros; pienso que lo hará con más facilidad en un foro dedicado al yacimiento al que él le ha dedicado tantos años.
Sí voy a dar mi opinión sobre la conexión Guadalete-Guadalquivir. Para ello me limitaré a repetir lo que le dije a Habis en el debate sobre el tema “Manipulación histórica sobre Tartessos”.
Copio literalmente:
“Del canal (recuerda: "la canal" en los mapas del siglo XVIII) de Guadabajaque... he encontrado un mapa en donde figura su trazado completo. Aunque ahora no lleva agua, sigue existiendo. No se trata de un estero sino de una formación geológica.
Por si tiene a bien relacionarla con este foro para una mayor ilustración de lo que más arriba se decía sobre la conexión Guadalquivir-Guadalete, he colgado en "Imágenes" el mapa para que los celtíberos se hagan mejor una idea del lugar sobre el que se dice que sí o que no contenía un enlace Guadalquivir-Guadalete; podrán así considerar si es posible o imposible que esa canal fuera el segundo brazo que decía Estrabón (el otro, sin duda corresponde a la actual desembocadura por Sanlúcar).
El mapa de la canal de Guadabajaque está en la siguiente dirección
http://celtiberia.net/verimg.asp?id=2218
Me parece oportuno decir al respecto que el historiador trebujenero Cabral Chamorro, fallecido prematuramente, me explicó alguna vez que su abuelo le contaba que, de pequeño, iba de Trebujena a Jerez en barca cuando el invierno resultaba especialmente lluvioso. No hace falta pensar mucho para suponer que ese recorrido del abuelo en barca seguía la línea de Guadabajaque. Ya sé que se me puede decir que una barca de pesca fluvial no tiene el calado de un barco, pero advirtamos primero que los barcos fenicios no tenían gran calado y segundo que sería muy fácil disponer de embarcaciones específicas (y apropiadas) para navegar entre Hasta y el Guadalete y, al llegar a éste, coger en el Portal (puerto) otro navío más apropiado para la mar.
Estoy dispuesto a invitar a quien se anime para recorrer a pie la canal, desde el Portal hasta las Mesas (en itinerario situado al oeste de la ciudad actual de Jerez de la Frontera), con GPS y así medir la altura en distintos puntos con vistas a estudiar la posibilidad de que alguna vez fue curso de agua capaz de soportar barcos fenicios”.
A esto sólo tuve como respuesta una parrafada un tanto inconexa y no concluyente. Pero además me di cuenta de que estábamos hablando de cosas distintas cuando él remató su argumentación con lo siguiente:
“hay un cierto "tapon" de materiales terciarios (es decir, de más de 4 millones de años) que impide que todo ese entorno del Guadalete sea navegable”.
Entonces caí en la cuenta de que estaba hablando de otra conexión Guadalete-Guadalquivir, situada bastante al este de Jerez de la Frontera y que efectivamente se interrumpió con lo que por aquí se llama el “tapón de Caulina”. Ahí, creo, estaba el error de Habis, pero, lo reconozco, no me entretuve ya en responderle para hacérselo ver. Valga ahora esta respuesta a Manuel por la que entonces no le di.
saludo ventero
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