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ÁVILA Villaviciosa
Clasificación: Castro
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Castro de Ulaca

Ulaca es un poblado de la Segunda Edad del Hierro de la provincia de Ávila, en el término de Villaviciosa. Se ubica dentro del valle Amblés, el cual describiremos antes de entrar directamente en el estudio de el lugar.

Valle Amblés

El valle Amblés, en la provincia de Ávila, es un corredor que separa el centro y el oeste de la Meseta, formado por el río Adaja. Tiene forma de triángulo y se compone del cauce del río, las laderas septentrionales de la Serrota y Las Parameras que quedan al Sur del valle, con altitudes medias que oscilan entre 1.600 y 2.200, y la vertiente meridional de la Sierra de Ávila que queda el Norte del valle, con una altitud media de 1.600 m. Las rocas dominantes en la zona son granitos. Se trata de un espacio cerealícola en campos abiertos en el fondo del valle, y encinares, prados cercados y pastizales en las sierras y sus estribaciones. Todo ello en algo más de 900 kilómetros cuadrados, la máxima apertura del valle está a escasos kilómetros de la capital abulense.

El poblamiento del Valle es de la Segunda Edad de Hierro y se caracteriza por poblados fortificados u Oppida, los más importantes son: Ulaca, con más de 70 Ha., él más grande de ellos, La Mesa de Miranda con 30 Ha. y Las Cogotas con 14,5 Ha. Hay incidios de que bajo la ciudad actual de Ávila se encuentre Obila, mencionada por Ptolomeo (2,5,7), aunque los materiales hallados hasta el momento no lleven su cronología más allá del siglo I a. C.

El Castro

A unos 3 kilómetros al suroeste de Solosancho, en Ávila, se encuentra Ulaca, un poblado fortificado de la Edad de Hierro, más conocido como El Castillo, o “Ciudad de Ulaca”. Se asoma estratégicamente al valle Amblés desde un cerro de 1500 m de altitud, en la sierra de la Paramera, ya en las primeras estribaciones septentrionales de Gredos. Le separa del macizo un barranco que se esparce hacia oriente y occidente formando las cañadas de Sotalbo y del Fresno, abiertas al valle y al río Adaja, de esta manera, el poblado queda aislado en lo alto del formidable cerro de peñascales de granito. La cumbre esta amesetada con marcado declive ascendente hacia el Oeste, hasta las inmediaciones de Villaviciosa.

Por sus características puede considerarse como un auténtico oppidum, rodeado por una gruesa muralla que recorre las más de 70 ha. que tiene como superficie. Lo que le convierte en el núcleo más grande de la zona y de los mayores conocidos en la Iberia Céltica. En su interior se encuentran las cimentaciones en piedra de casas de planta cuadrada y rectangular, y otras estructuras de compartimentación compleja.

Varios manantiales brotan en lugares próximos a la cumbre y al pie del cerro. De uno de ellos, conocido como “Fuente del Oso”, procede un toro de granito de más de dos metros de longitud, actualmente en la plaza de Solosancho. Existen referencias de una necrópolis de incineración destruida por el arado.

Sus terrenos de explotación abarcan amplias zonas improductivas, cerca de un 40% en su área de captación inmediata ( un radio de 2 Km.) , y un 25% en el área periférica (un radio de 5 Km.). De esto se desprende la posible ubicación del asentamiento por razones defensivas y estratégicas antepuestas a las necesidades productivas del oppidum. El uso de los sistemas informáticos junto a los satélites, ha evidenciado la gran visibilidad del castro, y su posición, en la boca del valle, quizá hable del control de rutas comerciales, o de fronteras naturales, ya que en días claros, se distingue hasta la sierra que separa Segovia de Madrid. El concepto de control del territorio de Ulaca se puede poner en relación con el desplazamiento estival del ganado transterminante en busca de pastos y agua, como estudios de Análisis de Explotación del Territorio o S.C.A. rebelan la marcada tendencia ganadera de los castros de la zona. Los estudios de prospección que se están llevando acabo intentan descubrir si los yacimientos de “hábitat menor” encontrados en el valle por prospección, pudieron tener el papel de abastecedores del poblado, los cuales han sido constatados a partir de la Carta Arqueológica Provincial. Por lo tanto, el poblamiento general del valle Amblés parece basarse en la dualidad económica: los oppida, en la áreas de serranía, con buenos recursos ganaderos y los pequeños asentamientos en llano, con mayores posibilidades agrícolas por los suelos del a vega del Adaja.

Se adscribe a la Segunda Edad de Hierro, a juzgar por la cerámica celtibérica a torno y pintada recogida en las prospecciones, los escasos restos de cerámica a mano y decoración peinada y el aparejo ciclópeo. Algunos testimonios hablan de una ocupación previa, tal vez más esporádica en el Bronce Pleno-Final, como algunos brazaletes pendulares de bronce y una ajorca de oro parecen señalar. Como prácticamente no hay vestigios romanos, parece verosímil creer que la ciudad fuera abandonada a su llegada. A pesar de esto, la existencia de otro poblado con las casas adosadas en la base Norte del cerro podría interpretarse como un poblado romano, quizá ya algo posterior.

Urbanismo

El castro de Ulaca fue identificado por Ballesteros en 1896. Un yacimiento que ha sido poco estudiado. Se debe tener en cuenta que la altura del mismo y la mala accesibilidad, dificultan cualquier tipo de trabajo arqueológico de excavación. En la actualidad está declarado Bien de Interés Cultural.

En Ulaca no se han hecho excavaciones extensas, pero es posible reconocer la organización de algunas plantas y calles. Dos vaguadas articulan, de Este a Oeste, la distribución de las viviendas. Se han reconocido cerca de 250 viviendas repartidas en varios sectores: al norte casas de planta cuadrada y rectangular, en la mitad sur construcciones con aparejo ciclópeo, y viviendas más modestas y dispersas por todo el poblado. El número de casas se amplia hasta 300 si se tiene en cuenta el hábitat que se extiende fuera de las murallas al NE del recinto. La existencia de estas casas permite suponer que la muralla no implicaba una situación de peligro o inestabilidad permanente, y que en los momentos de conflicto la población podría refugiarse dentro del poblado, ya que disponía de sitio suficiente. Esta misma situación se encuentra en otros oppida vettones, como en Las Cogotas o Salmantica, donde se sabe que durante la toma de Aníbal en el año 220 a.C. la ciudad tenía un arrabal.

La posibilidad de reconstruir el “paisaje urbano” de Ulaca sin excavación, es posible gracias a la buena conservación de las ruinas que afloran a la superficie, además, la aparición de la roca madre en superficie en algunos lugares, hace creíble que las estructuras que aparecen, sean, en efecto, las originales del castro, aunque no se descarta la existencia de casas enterradas.

La Muralla.

El lienzo de la muralla tiene un perímetro de más de 3000 m., rodea al asentamiento y aprovecha la roca natural allí donde es posible. Abarca un área intramuros de más de 70 ha, como se ha publicado recientemente. La muralla se adapta a la morfología del terreno, es de gran aparejo que combina tramos de lienzo con torreones. En las puertas se observa que los sillares llegan a ser casi ciclópeos. Se han documentado otros muros de vanguardia a parte del central.

La técnica constructiva empleada coloca dos paramentos de bloques grandes y caras planas vistas al exterior, mientras que en el interior se rellena de otras piedras menores. La anchura del lienzo en los tramos más estrechos es unos 2 m. Aunque no debe descartarse la posibilidad de algún otro refuerzo estructural, si se valora la mayor anchura de la muralla en el norte, el sector más estratégico.

Las puertas de la ciudad, en el Este y Oeste son las que se conservan en mejor estado, aunque hay referencias a otros accesos. La primera es una entrada en esviaje: los dos tramos de muralla adoptan una posición en paralelo, dejando espacio entre los dos para pasar. La esquina Oeste hace pensar en un torreón adosado a la muralla, además de otras estructuras que pudieron hacer de “cuerpo de guardia”. La puerta Noroeste es más difícil de interpretar, por que esta prácticamente destruida. Delimita un espacio que debió hacer la veces de recinto secundario. Aún se conservan las sendas que se relacionaban con la puertas y comunican el cerro con el pie de monte.


Las Viviendas

Es común para todas las casas zócalos de piedra de 80/100 cm de grosor y doble paramento. Apenas hay vestigios de un recrecimiento de adobe, y la gran cantidad de granito podría dar consistencia a la idea de alzados de roca hasta casi la cubierta, por comparaciones etnoarqueológicas actuales, este era el método de construcción hasta hace pocas décadas en la zona. En otras ocasiones aparecen escarbadas en la roca, hasta tener aspecto semihipogéico. En algunas, la prolongación de los muros hacia el exterior, hace pensar en la existencia de porches o zaguanes, o incluso un corral para los animales como se ha sugerido en el Raso (Candeleda, Ávila).

Las puertas de las casas están señaladas por bloques de tamaño mayor, y casi en el 70% de los casos, están orientadas hacia la salida del sol, el Este. Algunas tienen un pilar central para sostener la techumbre. No se conserva nada de las cubiertas, pero lo más lógico es que las vertientes tuvieran la dirección de las vaguadas del terreno. La superficie de las casas varía entre 50 y 250 m2. Hay casas de una estancia y otras con varios compartimentos, de tres, cuatro y hasta cinco habitaciones.

Las casas más grandes de Ulaca quedan sin adscribir a una condición. Por falta de excavaciones no se puede saber si se trata de casas, talleres o residencias de la elite, o incluso si son resultado de anexiones en el tiempo. Con el tamaño de algunas viviendas, los materiales empleados, respecto al tamaño y comparaciones con otras zonas, parece que estén reflejando diferencias sociales, como parecen evidenciarse en los otros castros del valle, como Las Cogotas, o en la necrópolis de la Osera, perteneciente al castro de Chamartín de la Sierra, La Mesa de Miranda. La variedad de plantas complejas sugiere, además, diferentes funcionalidades, aunque no se sabrá hasta que no se excaven.

Estructuras Representativas

Tres construcciones labradas en piedra destacan por su interés. Se ubican en el sector centro-occidental, algo apartadas de las concentraciones de viviendas, no muy alejadas las unas de las otras.

La primera y más importante, llamada “Santuario” o “Altar de Sacrificios”. Se trata de una estancia rectangular tallada en la roca (16 x 8 m), asociada a una peña, en la que una doble escalera conduce a una plataforma con dos concavidades que se comunican entre sí, una de ellas vertía en una tercera, la cual comunicaba a su vez con la parte inferior de la roca por medio de un canal. La sacralidad de la estructura se establece a partir de los testimonios literarios y epigráficos hallados en el santuario de Panioas, en Potugal, donde se ofrece información de los sacrificios realizados allí.

A 140 m de distancia se encuentra la estructura conocida como “la Fragua” o “Sauna”. Se trata de una construcción semihipogea de planta rectangular y 6,4 m de longitud, tiene tres habitaciones, antecámara, cámara y horno. Tradicionalmente se interpretaba como un horno metalúrgico, aunque Martín Almagro-Gorbea y Jesús Álvarez-Sanchís proponen un uso termal, relacionado con los baños iniciáticos documentados en las saunas de “pedras formosas” de la cultura castreña del NO, además de otras semejantes en la Europa atlántica, nórdica, céltica y el mundo grecorromano. Se ha documentado un recinto murado que la rodeaba de 32 x 24 m.

El conjunto de estas dos estructuras parece ser una zona religiosa, ubicada en el sector más alto del asentamiento.

Las ruinas de otro edificio, llamado “La Iglesia” o “El Torreón” más hacia el Sur. Es un edificio de gran aparejo y planta subrectangular (14 x 10 m), delimitado por un recinto amurallado (70 x 48 m) con doble paramento de grandes piedras. Podría haber servido de atalaya defensiva, ya que desde su posición, controlaba gran parte de la superficie poblada, aunque la ausencia de excavación impide una interpretación más precisa, habiéndose sugerido un uso público. En las proximidades se localizan otras construcciones ciclópeas, y a escasos metros, una gran fuente. De importancia en relación con la organización del espacio, la ubicación del poblado y el uso del agua en los ritos de tradición céltica.

Proyecto de prospección en el Valle Amblés (Ávila)

Desde el año 1994, un equipo del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, bajo la dirección de Gonzalo Ruiz Zapatero, Catedrático de Prehistoria y Jesús Álvarez Sanchís, profesor del Departamento de Prehistoria, con la colaboración del Museo e Ávila y la Junta de Castilla y León, viene realizando campañas de prospección en el castro de Ulaca (Solosancho) y su entorno, dirigidas a determinar su organización interna –con estructuras extraordinariamente conservadas que permiten desvelar la fosilización de este oppidum vettón- y el patrón de poblamiento comarcal. Los trabajos de campo de 1994 se centraron en estos aspectos:

(1) Seguimiento completo del recinto amurallado principal y de las puertas de acceso.
(2) Localización y descripción de las viviendas y otras estructuras visibles,
(3) Documentación de áreas artesanales.
(4) Recogida sistemática de los materiales arqueológicos.
(5) Análisis del contexto regional, en términos de organización del poblamiento y usos del suelo.

En 1996 se solicitó una Acción Integrada con el Reino Unido para iniciar un proyecto de investigación sobre Ulaca y el sector occidental del valle Amblés con un equipo de la Universidad de Sheffield dirigido por el Prof. John Collis. En el verano de 1997, con la subvención de la Acción Integrada, se realizó una primera campaña de reconocimiento del territorio y evaluación de sistemas de documentación de estructuras en Ulaca y se diseñó un programa de prospecciones para los próximos años.

Desde septiembre de 1998 se está llevando a cabo el programa de prospecciones de superficie gracias a las subvenciones de la Universidad de Sheffield y un proyecto de la DGYCIT. Los objetivos fundamentales que se persiguen son los siguientes:

(1) Análisis del interior del oppidum de Ulaca y prospección intensiva del entorno inmediato al sitio, valorando el Territorio de Explotación Económica en un radio de un kilómetro alrededor del asentamiento, así como de las vías de comunicación y áreas de posible control territorial.
(2) Prospección de muestreo sistemático y regular del área occidental del valle Amblés, entre Ulaca y La Mesa de Miranda, para obtener una amplia información del patrón de poblamiento comarcal.
(3) Enmarcar el proceso histórico del primer milenio a.C. dentro de una amplia secuencia temporal, desde etapas anteriores hasta nuestros días, en el convencimiento de que del poblamiento y las formas de vida de la Edad del Hierro constituyen la base fundamental del mundo romano y medieval.

La prospección del área tuvo como fruto dos descubrimientos singulares, unas Canteras de extracción de bloques de granito, y una Cueva, más bien una grieta en la base del cerro. Las zonas de cantera son dos, en los sectores Oeste y SO. Aunque son perfectamente visibles, nunca se habían mencionado. La Oeste pudo dedicarse para obtener bloques para las viviendas y la del SO, muy próxima a la muralla, parece estar más relacionada con ésta. La posibilidad de reconstruir el proceso de trabajo a través de la arqueología cognitiva in situ, convierte a este hallazgo en especial interés. La grieta fue encontrada gracias a la ayuda de un vecina de la zona, quien acompañó al equipo a la grieta que ella misma conocía. Situada en vertical con el “Altar”, debajo del oppidum, lleva a pensar de nuevo en la organización urbana del castro y del concepto mundus céltico. Su próximo estudio en relación con la zona “sacra” darán luz a su interpretación.

El muestreo utilizado localizó cerámicas, en su mayoría a torno y de formas abiertas. Entre las decoradas las pintadas al estilo celtibérico y algunos fragmentos estampillados, también se han hallado cerámicas campanienses. En el equipamiento doméstico, molinos circulares, restos metálicos de bronce y hierro y cuentas de pasta vítrea azul, algunas de ellas, oculadas.

Agradecimientos
Desde aquí quisiera agradecer la ayuda recibida de Jesús Álvarez Sanchís por haberme facilitado documentación inédita sobre las prospecciones, bibliografía que no podía conseguir, además de sus pacientes explicaciones. También agradecerle a él y a Gonzalo Ruiz Zapatero haberme dejado ser parte del proyecto. También a los alumnos de la Complutense (Alfredo, Álvaro, Carlos, Cristina, Diego, Iván y Olga).

Bibliografía

o Almagro-Gorbea, M. y Álvarez-Sanchís J. R. (1993): La “Sauna” de Ulaca: saunas y baños iniciáticos en el mundo céltico. Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra , 1: 177-253.

o Álvarez-Sanchís, J.R. (1990): Los “verracos” del Valle Amblés (Ávila): del análisis espacial a la interpretación socio económica. Trabajos de Prehistoria , 47: 201-233.

− (1993): Los castros de Ávila. En M. Almagro-Gorbea y G. Ruiz Zapatero (eds.), Los Celtas: Hispania y Europa, Actas, Madrid: 255-284.

− (1998): Verracos, vettones y espacios sociales: Arqueología del Paisaje en la Edad del Hierro. En F. Burillo (coord.) Arqueología del Paisaje. Arqueología Espacial. Teruel, vols. 19-20: 609-631.

− (1999): Los Vettones . Real Academia de la Historia, Madrid.

o Álvarez-Sanchís, J.R. y Ruiz Zapatero, G. (1997): Paisajes de la Edad de Hierro: Pastos, ganado y esculturas en el valle Amblés (Ávila). II Congreso de Arqueología Peninsular (Zamora, septiembre de 1996).

o Álvarez-Sanchís, J.R.; Ruiz Zapatero, G.; Lorrio A.; Benito, J.E. y Alonso P. (1998): Las Cogotas: anatomía de un oppidum vettón. En M. Mainé y E. Terés (coords.) Homenaje a Sonsoles Paradinas . Asociación de Amigos del Museo de Ávila. Ávila: 73-94.

o Ruiz Zapatero, G. y Álvarez-Sanchís, J.R. (1999): Ulaca la “Pompeya” vettona, Revista de Arqueología 216: 36-47.

o Ruiz Zapatero, G. y Álvarez-Sanchís, J.R. (2001) Memoria de las prospecciones Arqueológicas en Ulaca (Solosancho, Ávila) y el valle Amblés, y proyecto de trabajos futuros. Inédito.

o Almagro-Gorbea, M, Mariné, M y Álvarez-Sanchís, J.R. (Edits.) (2001): Celtas y Vettones (Catálogo de la exposición). Institución Gran Duque de Alba, Real Academia de la Historia. Ávila.

Cómo llegar y horarios

Ulaca se localiza en el pueblo de Villaviciosa perteneciente al municipio de Solosancho.

Una vez que se llega al pueblo, se ha de seguir recto, por la calle de Ulaca. Se pasa al lado de la oficina de turismo y se continúa por una pista. Apenas a 300 metros del pueblo, tras dos curvas del camino, aparece a la izquierda una verja. Es necesario dejar el coche e iniciar una ascensión de unos 20 minutos por un sendero marcado, que nos lleva hasta las puertas de entrada a Ulaca.

Comentarios de Celtiberia.net

A pesar de ser un Castro terrible (por su inmesidad), es desolador llegar arriba y no encontrar ni una sola indicación de hacia donde ir, ni explicaciones ni nada de nada. La llegada al Altar es inminente porque está cerca de la entrada, pero el resto es un enigma. Muy mal.

Más información en: http://www.avilavirtual.com/arqueologia/indice/espaniol.htm


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