Castro de La Mesa de Miranda

El castro vettón constituye un magnífico ejemplo de un poblado fortificado. Su recinto amurallado lo conforman tres recintos anejos comunicados por portillos y pu ertas interiores y, con el exterior, a través de una puerta monumental.

El yacimiento de la Mesa de Miranda se encuentra en la pequeña población de Chamartin de la Sierra situada a tan solo 22 Km. de Ávila , es una zona fría de canchales graníticos de tierras aptas solo para pastos por lo que sus gentes han sido siempre ganaderas. Es un emplazamiento ciertamente estratégico con agua abundante y fácilmente defendible de cualquier ataque exterior.

El castro ocupa una superficie aproximada de 30 Ha. en la zona conocida como la Mesa de Miranda. Consta de tres recintos: Castillo Bajero de forma rectangular con 1303 m. de perímetro amurallado, se le adosa por el sur el segundo recinto Castillo Cimero con forma de trapecio y 1176 m. de perímetro.

Ambos recintos están comunicados por sendas puertas flanqueadas por torres. El tercer recinto flanquea a los dos anteriores por la zona Este, por las dimensiones de este tercer recinto se cree que pudiera ser un encerradero de ganados.

En conjunto el castro se halla defendido por una muralla de 2832 m. de longitud y unos 5 m. de anchura media, construida a base de grandes bloques de piedra.

Asegurarse una buena defensa fue, pues el objetivo de las gentes del poblado que mas que ser un pueblo guerrero era un pueblo que temía el ataque de otro.

Según se deduce de las excavaciones realizadas en la zona la necrópolis data del siglo III antes de Cristo hasta entrado el siglo III, hasta entonces hubo enterramientos. La muralla hubo de construirse a finales del siglo III o principios del IV.

La leyenda popular cuenta que el castro fue descubierto hace unos años por un maestro de Chamartín. Éste, viendo lo pronto que un paisano había regresado con el carro lleno de piedras tras ir a buscarlas, le preguntó por su presteza, y el paisano le respondió que había muchas allá, en un monte. Quedó el maestro en dar fiesta esa tarde a sus alumnos una hora antes, y acompañar al vecino en su lAbor, percatándose de que aquello era un castro celtíbero. Cuando el maestro murió fue enterrado allí por propia voluntad.

Desde Ávila, se ha de llegar hasta Chamartín.
Allí, se toma la primera calle del pueblo, a la derecha, y se baja hasta el cementerio. Desde allí parte una pista en buenas condiciones hasta el Castro de la Mesa de Miranda, a unos 4 kilómetros.
El guarda suele estar de 10.00 de la mañana a 13.00 h. y de 15.00 hasta que anochece. Si él no está, la puerta puede estar cerrada.

Posiblemente el castro más bonito de todos cuantos se puedan ver. Muy bien señalizado, y las tres murallas muy bien recontruídas.
Se echa en falta una excavación de las viviendas y la reconstrucción de una de ellas.

Agradecemos profundamente a Daniel Martín la cesión de su material sobre los castros de Ávila, recogido en la web www.avilavirtual.com