Fecha: 17 de abr. 2008
Sección: Calzadas, Caminos y Puentes
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LA BELLA OTERO
Carolina Otero, la "Bella Otero", cargada de joyas, en la foto que envió a sus familiares gallegos en 1959, claro que retrospectiva.
Curiosa mujer, nació y murió en la pobreza más paupérrima. Natural de Ponte Valga (Pontevedra). De nombre Agustina Carolina Otero Iglesias, nació el 19 de Diciembre de 1868, hija de Carmen Otero Iglesias, apodada "A Cordeirana", y de padre incógnito, según reza su partida de bautismo, efectuada en la iglesia de San Miguel.
Con diez años, el 6 de Agosto de 1879 es brutalmente violada en el monte de A Tarroeira por un zapatero remendón, de mal apodo "O Canainas". La chiquilla sufre tan intensa hemorragia que ha de ser internada en el hospital de Compostela, y el incidente deriva en proceso por estupro. Sirve comom criada en Santiago. En esta ciudad se une a un grupo de "titiriteiros" portugueses con los que pasa años de aprendizaje para acabar en París ya que alguién encontró "atractivos" para el éxito. Recorre Francia, Portugal, Nueva York.... Bailarina del cabaret "Folies-Bergère", en Paris. Amante de la nobleza de la época, Nicolas II, Alberto de Mónaco, Leopoldo II de Bélgica, Alberto Eduardo príncipe de Gales, etc etc etc. Promociona el Casino de Montecarlo que le repercutió enormes beneficios. Toda su fortuna se la jugó en la ruleta. Elevada estatura, rostro alargado, cabello negrísimo y rizado, ojos enormes, oscuros, remarcados por unas cejas firmes, de enérgico trazo, de nariz cumplida, boca carnosa y sensual, mentón como anhelante, busto exultante y generoso, firmísimo aunque no muy alto, lo que parece alargar su cuello renacentista...cintura de avispa...volumen modelado primorosamente hasta los glúteos, y unas piernas tan perfectas que llegaron a asegurarse en muchos miles de dólares......No se si gitana o rasgos agitanados. Despues de cincuenta mil peripecias, muere ya anciana en un 12 de Abril de 1965 a los 96 años, momentos finales donde no le quedaba más que 609 francos, para subsistir tres o cuatro días más. Fue enterrada en una sencilla tumba en el cementerio del Esla, en Niza, Francia; sin epitafio alguno, simplemente: C. Otero. Que la tierra le sea suave para toda la eternidad.
Decía...no se quien: "Lo que han de comer los gusanos que lo miren, toquen y disfruten los cristianos".
© Foto y parte del texto: ISBN: 84-87657-67-2
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