Este lupanar que tratamos del Vico Lupanare, era el mejor burdel y mejor organizado de los numerosos que había en Pompeya, fue el único que se construyó con la finalidad específica de ser "una casa de putas", los restantes solamente disponían de una habitación (¿guardar cola?) e incluso la mayoría de las veces en una habitación de los altos de una tienda.  Este disponía de bajo y piso, retrete y cinco "camaretas" por andar; las camas eran de fábrica y disponían de colchón (¡lógicamente!). El bajo tenía entrada y salida a ambos vicolos (el edificio hacia esquina).  En cada pasillo de ambos pisos y encima de los dinteles de las puertas de entrada a las "cella fornicatorium" existen unas pinturas que le indican al "visitante" los distintos "favores o trabajos" que realiza la "lupa" de cada cubiculo.  Este que pongo se corresponde a la "postura invertida" de los participantes, en cosa más natural, siendo "ella" la dominante y encima del caballero que le dejará, como pago, entre  2 y 8 ases ( como comparación: una copa de vino costaba 1 as; ¿?).  Las ganancias, dado que estas meretrices carecían de personalidad jurídica, iban a parar al amo que administraba el burdel.  Casi siempre presidía estos burdeles el amigo Priapo que con su falo descomunal, en estado "priapítico", animaba más el cotarro; en una de sus habitaciones , en el enlucido fresco, quedó grabada la huella de una moneda del año 72 dC.

Algunas cosas poco cambiaron, los burdeles existieron, existen y existirán.  Como esos de carretera.  Roma, a parte del Derecho Romano, dejó otras muchas cosas.