El petroglifo conocido como El Pedrosanto  (significativo nombre) se halla en las proximidades de la alquería de La Batuequilla, en el concejo hurdano de Nuñomoral, a orillas de un sombrío arroyo afluente del río Hurdano. Se trata de un gran afloramiento rocoso en forma de lancha grabado con multitud de incisiones rectilíneas, perpendiculares y paralelas, de interpretación controvertida. Tal vez lo mejor de este petroglifo fue expoliado en épocas recientes, pues en medio de la lancha existe un hueco rectangular que parece haber sido practicado con una sierra radial.