En El Bosque (Cádiz) se ha construído, en una plaza, una fuente circular decorada con piezas arqueológicas restauradas procedentes del patrimonio histórico-cultural de la localidad: una rueda vertical y tres piedras (dos muelas y un rulo cónico) de algunos de los cinco molinos hidráulicos que en el pasado aquí funcionaron.

La rueda vertical (o vitrubiana) recibía directamente el empuje del agua en los álabes, paletas de madera situadas entre las dos coronas y perpendiculares a ellas. Apoyaba su eje sobre la chumacera, pieza robusta que en El Bosque se ha reconstruído con ladrillos.

El molino que usaba rueda vertical se llamaba aceña y en ella el rodezno era el elemento de madera en cuyos orificios engranaba la antruesga (o entruesga), elemento de madera con dientes movido por la rueda; así, la velocidad de la rueda y la de la piedra no tienen por qué ser iguales.

El molino de menor tamaño que la aceña tenían una rueda horizontal (no vertical) llamada, asimismo, rodezno, y ahí es donde recibía directamente el empuje del agua.La transmisión del movimiento es a través de un eje directo que comunica el rodezno con la piedra. Este procedimiento no requiere ningún engranaje de transmisión y la velocidad de giro de la muela es idéntica a la del rodezno

Las muelas son las piedras circulares, con forma exactamente de cilindro, y se empleaban en los molinos harineros de dos en dos; la superior es móvil, y se llama volandera o corredera, mientras que la inferior, o solera, está fija. Los rulos cónicos giraban también sobre una muela solera y se empleaban en los molinos aceiteros.