En Torredonjimeno (Jaén) fue hallado un tesoro visigodo de forma fortuita durante la realización de labores agrícolas en la finca Majada de Garañón, en 1926.

Los hijos del trabajador que encontró estos objetos metálicos debajo de unas piedras los utilizaban como un elemento más en sus juegos. Unos años después, los deteriorados elementos que formaban el tesoro comenzaron a aparecer en el mercado de antigüedades, formándose con ellos varios lotes diferentes. Esa es la razón de que hoy se conserven en tres museos (Museo Arqueológico Nacional, Museo de Arqueología de Cataluña y Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba).

Pronto comenzó a apreciarse la importancia artística e histórica de este conjunto, el segundo tesoro visigodo aparecido en la Península después del hallazgo a mediados del siglo XIX del tesoro de Guarrazar.

Algunos de los objetos presentan inscripciones relacionadas con las santas sevillanas Justa y Rufina, cuyo culto se extendió por buena parte de la actual Andalucía durante el siglo VII.

Reproducción expuesta en el Museo Arqueológico de Sevilla.


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