Cádiz: tumbas fenicias de Punta de Vaca.

Se decía en un periódico de la época:

 Si en Septiembre de 1912 se descubrió un hipogeo en los terrenos próximos a la vía del ferrocarril, y que con sobrada razón ha llamado la atención de las muchas e ilustres personalidades que lo han visitado, desde muy antiguos tiempos han tenido lugar esos descubrimientos, no solo en los lugares sino en las proximidades de la Caleta y de Santi Pectri.

 Sin remontarnos a lejanas fechas, citadas en crónicas antiguas, en 1744 se encontraban algunos sepulcros. Después, haciendo ejercicios unos zapadores franceses, en 1826, hallan otros conteniendo huesos humanos, monedas gaditanas, lacrimatorios de vidrio, ceniceros de mármol, otros objetos y 17 lapidas sepultadas que formaban un hipogeo como el descubierto últimamente, perdiéndose tan valiosos hallazgos.

 En 1838 y en 1858 vuelven a encontrarse sepulturas y objetos curiosos, que desaparecen en su mayoría, hasta 1887, en que al verificarse los desmontes de la Exposición Marítima se hallan otras sepulturas y entre ellas el magnifico sarcófago antropoide que existe en el museo arqueológico, 1º de Junio de 1887.

 Como hubo necesidad de continuar los desmontes en 1891 para las tierras formar los terrenos de astilleros Vea Murguía, quedaron al descubierto otras series de sepulcros, los que desgraciadamente en su mayoría, por lamentable indiferencia, han sido destruidos. La semejanza de las tumbas con las de  Biblos y Sidón, afirma el reputado arqueólogo don Pelayo Quintero, fundándose en autorizadas opiniones, hace que no quepan dudas de que esas construcciones fueron importadas de Siria por los navegantes Fenicios que llegaron a Cádiz.

 Hoy hay esperanza de que tan valiosos descubrimientos, que justifican la antigüedad de Cádiz, podrán ser conservados de modo conveniente, pues, haciendo justicia al Sr. Quintero, en 13 de Abril de 1913 se le confía su custodia y cuidado, disponiéndose sea el conservador de las joyas y demás objetos existentes y que se descubran.

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