Como dice el pie, aparece a la izquierda el propietario del terreno y dueño de la Dama, el médico ilicitano D. Manuel Campello Antón, hombre en muy buena posición social y económica, dueño de una buena colección de obras de arte pero al que justamente por los días del hallazgo acababa de fallar una letra de pago del Museo Arqueológico Nacional por la venta de la colección de su difunto suegro, D. Aureliano Ibarra.

En las primeras conversaciones, Campello de ningún modo quiere vender el busto a un Museo, y tampoco quiere que salga de Elche y de España. Pero el comprador en nombre del Louvre, el célebre hispanista Pierre Paris (a la derecha) le ataca por distintos ángulos, como el que en París la pieza sería mucho más visitada y famosa que en Madrid, y con ella Elche, que no debe tener un "patriotismo estrecho"... Cuando ya se va, le ofrece los 4.000 francos (el franco estaba a 7/10, eran unas 5.200 pesetas), a lo que está ya autorizado (pues una hora después de ver la primera foto de la pieza, ésta estaba ya camino de París, y su telegrama con la idea de comprarlo).

Al día siguiente, después de meditarlo con su esposa, Campello da su consentimiento, para gran disgusto del archivero municipal, Pedro Ibarra, que queda desolado. Gracias a su propia diligencia, la noticia había sido publicada el 8 de agosto, y las fotos y la noticia de la pieza habían viajado a Madrid: a la Real Academia de la Historia el 10 de agosto, y el día 11 a de la Rada, director del Museo Arqueológico Nacional, así como al gran arqueólogo y catedrático de Madrid José R. Mélida.

Extractado del relato de Pierre Paris en Bulletin Hispanique, 1907, recogido en el libro de A. Ramos Folqués La Dama de Elche, Elche, 1974, pp.
12-17.

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Me imagino que sobre todo la respuesta de Rada, el día 17, que no ofrecía comprarlo para el M.A.N., debió de terminar con sus escrúpulos de conciencia: la patria no parecía especialmente interesada en conservar a "la Dama Mora".