Realizada por: flavio
Al Druida: TUBAL
Formulada el sábado, 30 de diciembre de 1899
Número de respuestas: 3
Categoría: Temas Bibliográficos y Literarios
sobre tubal
hace unos dias q he oido x 1ª vez algo sobre la leyenda d Tubal , d q fue el primero en poblar España o algo asi.
como t has puesto este nik supongo q sabras algo d el o d algun sitio donde pueda informarme mejor
gracias
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Flavio de Tubal puedes encontrar referencia en la obra de Florian de Ocampo -Antiguedades de las ciudades de españa 1575 editado por Librería París-Valencia. En el podrás sorprenderte, pues a pesar de ser cronista real no son tomadas en cuenta sus primeras indicaciones sobre el origen de España.
Mas informacion sobre Tubal:
La leyenda de Hiram, el arquitecto sagrado
Tal como expone el Gran Maestre masónico Robert Ambelain en su
obra El secreto masónico, la leyenda de Hiram constituye el alma de la
francmasonería desde el siglo XVIII.
Y esta leyenda de orden es resumida de esta forma en la citada obra,
un libro apasionante que da a conocer la parte más oculta de la
masonería y una serie de revelaciones históricas que han causado
sensación.
"Salomón, hijo de David, recibe de Dios la misión de construir el
templo siguiendo las instrucciones del profeta Natán, al que el Señor
ha dado en sueños las indicaciones necesarias. Hiram, rey de Tiro,
amigo de su padre, le aporta ayuda en materiales y, sobre todo, en
obreros. Le envía por ejemplo a Hiram el Fundidor. Un día, este último se dispone a efectuar el
vaciado del mar de fundición de bronce para el Templo en presencia de Salomón y de Balkis,
reina de Saba, a la que Salomón quiere seducir, a fin de casarse con ella. El pueblo de Israel
asistirá al vaciado.
Benoni, ayudante y fiel discípulo del maestro de obras, ha sorprendido a la caída de la noche a
tres obreros, Fanor el sirio, albañil, Anru el fenicio, carpintero, y Metusael el judío, minero,
saboteando el molde del futuro mar de bronce. Benoni advierte a Salomón de la traición de los
tres cómplices, pero el rey, celoso de la admiración que Balkis siente ya por Hiram el Fundidor,
deja que prosigan los preparativos.
Al ponerse el sol, Hiram da la orden de proceder al vaciado. Y el gigantesco molde en que debe
fundirse el mar de bronce y que ha sido manipulado se agrieta. El metal en fusión surge
bruscamente y salpica a la horrorizada multitud. Benoni, desesperado por no haber advertido
personalmente a Hiram, se arroja entre la ardiente lava.
Poco después, solo, abandonado de todos, Hiram sueña ante su obra destruida. De pronto, de la
fundición que brilla enrojecida en las tinieblas de la noche se alza una sombra luminosa. El
fantasma avanza hacia Hiram, que lo contempla con estupor. Su busto gigantesco está revestido
por una dalmática sin mangas; aros de hierro adornan sus brazos desnudos; su cabeza
bronceada, enmarcada por una barba cuadrada, trenzada y rizada en varias filas, va cubierta por
una mitra de corladura (plata dorada); sostiene en la mano un martillo de herrero. Sus ojos,
grandes y brillantes, se posan con dulzura en Hiram y, con una voz que parece arrancada a las
entrañas del bronce, le dice:
- Reanima tu alma, levántate, hijo mío. Ven, sígueme. He visto los males que abruman a mi raza
y me he compadecido de ella...
- Espíritu, ¿quién eres?
- La sombra de todos tus padres, el antepasado de aquellos que trabajan y que sufren. ¡Ven!
Cuando mi mano se deslice sobre tu frente, respirarás en la llama. No temas nada. Nunca te has
mostrado débil...
- ¿Donde estoy? ¿Cuál es tu nombre? ¿Adonde me llevas? -pregunta Hiram.
- Al centro de la Tierra, en el alma del mundo habitado. Allí se alza el palacio subterráneo de
Enoc, nuestro padre, al que Egipto llama Hermes y que Arabia honra con el nombre de Edris...
- ¡Potencias inmortales! -exclama Hiram-. ¿Entonces es verdad? ¿Tú eres...?
- Tu antepasado, hombre, artista..., tu amo y tu patrono. Yo fui Tubal Caín.
Llevándole como en un sueño a las profundidades de la Tierra, Tubal Caín instruye a Hiram en
lo esencial de la tradición de los cainitas, los herreros, dueños del fuego.
En el seno de la Tierra, Tubal Caín muestra a Hiram la larga serie de sus padres: Enoc, que
enseñó a los hombres a construir edificios, a unirse en sociedad, a tallar la piedra; Hirad, que
supo antaño aprisionar las fuentes y conducir las aguas fecundas; Maviel, que enseñó el arte de
trabajar el cedro y todas las maderas; Matusael, que imaginó los caracteres de la escritura;
Jabel, que levantó la primera tienda y enseñó a los hombres a coser la piel de los camellos;
Juabl, el primero en tender las cuerdas del cinnor y del arpa, extrayendo de ellos sones
armoniosos... Y por último, el propio Tubal caín, que enseñó a los hombres las artes de la paz y
de la guerra, la ciencia de reducir los metales, de martillear el bronce, de encender las forjas y
soplar los hornillos.
Y transmitió a Hiram la tradición luciferina.
Al comienzo de los tiempos, dos dioses se reparten el universo. Uno, Adonai, es el amo de la
Materia y del elemento Tierra, el otro, Iblis, es el amo del Espíritu y del elemento Fuego.
Adonai crea al Primer Hombre del barro que le está sometido y lo anima. Movido a compasión por
el bruto e incomprensivo que Adonai quiere convertir en su esclavo y su juguete, Iblis y los
Elohim (los dioses secundarios) despiertan su espíritu, el dan la inteligencia y la comprensión.
Mientras Lilith, la hermana de Iblis, se convertía en la amante oculta de Adán, el Primer
Hombre, y le enseñaba el arte del pensamiento, Iblis seducía a Eva, surgida del Primer Hombre,
la fecundaba y, junto con el germen de Caín, deslizaba en su seno una chispa divina. En efecto,
según las tradiciones talmúdicas, Caín nació de los amores de Eva e Iblis o Samael (veneno
supremo). Abel nacerá de la unión de Eva y Adán.
Más tarde, Adán no sentirá más que desprecio y odio por Caín, que no es su verdadero hijo.
Aclinia, hermana de Caín, que la ama, será entregada como esposa a Abel. Y a pesar de ello,
Caín dedica su inteligencia inventiva, que le viene de los Elohim, a mejorar las condiciones de
vida de su familia, expulsada del Edén y errante por la tierra. Pero un día, cansado de ver la
ingratitud y la injusticia responder a sus esfuerzos, se rebelará y matará a su hermano Abel.
Para justificarse, Caín responde personalmente a Hiram. Insiste sobre lo doloroso de su suerte.
Sólo él trabajaba la tierra, arando, sembrando, recolectando, efectuando todas las labores
penosas, mientras que Abel, cómodamente echado bajo los árboles, vigilaba sin esfuerzo los
rebaños. Cuando les tocaba ofrecer los sacrificios prescritos a Adonai, amo exterior de la esfera
terrestre, Caín elegía una ofrenda incruenta: frutos, haces de trigo. Abel, por el contrario, ofrecía
en holocausto a los primogénitos de sus rebaños. Y, presagio funesto, el humo del sacrificio de
Abel subía recto y orgulloso en el espacio, mientras que el del fuego de Caín caía hacia el suelo,
mostrando el rechazo de Adonai.
Caín explica entonces a Hiram que, en el curso de las edades, los hijos nacidos de él, hijos de los
Elohim, trabajarán sin cesar por mejorar la suerte de los hombres, y que Adonai, lleno de celos,
tras intentar aniquilar a la raza humana mediante el Diluvio, verá fracasar su plan gracias a Noé,
advertido en sueños por los Hijos del Fuego sobre la inminente catástrofe.
Al devolver a Hiram a los límites del mundo tangible, Tubal Caín le revela que Balkis pertenece
también al linaje de Caín y que es la esposa que le está destinada desde toda la eternidad.
Después, antes de la partida de la reina de Saba, Hiram y Balkis se unirán en secreto, a pesar de
la celosa vigilancia de salomón. Hiram, descendiente de las Inteligencias del Fuego, y Balkis,
descendiente de las Inteligencias del Aire, no podrán sin embargo permanecer unidos. Hiram
será asesinado por tres Compañeros, deseosos de conocer indebidamente la contraseña de los
Maestros, con objeto de percibir el mismo SALArio que ellos. El crimen tendrá lugar dentro del
Templo de Jerusalén en construcción, desierto en ese momento. Y Balkis, al regresar al país de
Saba, sin haber sido nunca la esposa de Salomón, se cruzará, sin verlos, con los tres asesinos,
que se llevan el cadáver de Hiram para enterrarlo en secreto.
Sólo se estremecerá en su seno el niño que va a nacer de sus amores fugitivos con el Maestro
Obrero, ese niño que será más adelante el primero de los hijos de la viuda.
Tal es la leyenda de Hiram, que no hará su aparición en el seno de la francmasonería
especulativa hasta alrededor de 1723. La francmasonería especulativa de los siglos anteriores la
ignoraba. Hasta ese momento, Hiram no gozaba de mayor importancia en los relatos iniciáticos
que Nemrod, Noé, Abraham o Moisés.
La cosa se comprende fácilmente, ya que en la Biblia Hiram queda reducido a su papel de
fundidor, sin que se le presente en ningún momento como el arquitecto del Templo de
Jerusalén. Si se quiere precisar la verdadera identidad de ese arquitecto, hay que atenerse al
relato bíblico, según el cual fue el mismo Dios quien comunicó los planos a David, por mediación
del profeta Natán, durante una visión o un sueño.
Como se ve, la leyenda de Hiram, precedente de las tradiciones propias de los herreros cainitas
de los alrededores del Sinaí, está emparentada con una vía próxima a las tradiciones tántricas
indias, es decir, proviene de la mano izquierda, por utilizar el lenguaje particular de estos temas
y del esoterismo.
Con ella se asocian otras tradiciones, como la de Prometeo, la rebelión de los Titanes, el
descenso de los ángeles caídos al monte Hermón, narradas en el Libro de Enoc. Según se dice,
todas ellas enseñaron a los hombres conocimientos tan diversos como nuevos, pero susceptibles
de causar su perdición (Génesis, 6, 1-7).
en la biblia y d do viene esa leyenda?d los masones?del siglo XVIII?bueno gracias x contarme esa leyenda q no conocia
un saludo
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